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Aterrizaje forzoso

La cadena logística de carga aérea en México está en reconfiguración; los actores involucrados analizan rutas, así como tiempos de origen y destino para determinar si moverán su carga por el AIFA, AICM u otro aeropuerto.

La decisión está tomada. El 3 de febrero de este año comenzó la cuenta regresiva para que las compañías aéreas exclusivas de carga muden sus operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a cualquier otro recinto de la red aeroportuaria del país, una orden que ejecutó el Gobierno federal para solucionar la saturación que, por años, enfrenta la terminal capitalina.

Aunque el decreto presidencial no menciona al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el aterrizaje de las cargueras en esta pista es un hecho. Un logro “forzado” del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y una decisión que da un plazo de 108 días hábiles para llevar a cabo la reconfiguración en la cadena logística del sector aéreo.

Las voces que integran a la industria aérea tanto nacional como internacional no han mostrado su beneplácito con la decisión del Ejecutivo federal. Para la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) el AIFA tiene infraestructura, pero no las certificaciones necesarias para vuelos cargueros, aunque para la Asociación Mexicana de Agentes de Carga (Amacarga) es una terminal que nació para el movimiento de mercancías.

“Está muy bien estructurado para carga. Nació para atender carga, se pusieron en la mesa todos los defectos del AICM, errores y circunstancias que estaban ocurriendo en el momento en que se estaba construyendo. Nosotros nos tenemos que amoldar a las necesidades del mercado y en este mercado existe un nuevo aeropuerto en el que tenemos que trabajar, adecuarnos al nuevo lugar y es lo que hemos venido haciendo, conocer cuáles son sus puntos débiles y sus fortalezas para dar el servicio a nuestros asociados y a su vez a nuestros clientes”, comenta en entrevista Eva María de los Dolores, vicepresidente de Amacarga.

Pero para la cadena logística de carga aérea mexicana esto implica la necesidad de reconfigurar rutas, así como tiempos de origen y destino para determinar si pasarán o no por el AIFA, por el AICM, a través de líneas aéreas comerciales que sí pueden transportar carga, o si tendrán que trasladarse a otro aeropuerto.

“Para la logística está a punto de romperse el paradigma del gran aeropuerto de la Ciudad de México. Como ocurre en todas las transiciones, será bajo un clima de incertidumbre y aprendizaje por parte de los actores involucrados, pero que seguramente resultará en un movimiento hacia adelante en la competitividad de nuestro país. Estamos ante un hito en la logística aérea mexicana, seguro tendremos un antes y un después de este decreto”, expone Bertha Martínez Cisneros, docente y coordinadora de la licenciatura en Logística Internacional en CETYS Universidad Campus Mexicali.

5 De Julio

recibir una carga en el AICM para un traslado de una hora a alguna agencia de venta de vehículos que en el aeropuerto de allá, si bien nos va, serán a tres horas”, afirma en entrevista. Además, indica que la seguridad es algo que le preocupa a esta industria, tanto para la mercancía como para el personal que ahora tendrá que trasladarse hasta el AIFA, “es un error porque va a tener una afectación muy sustancial”.

Alberto Bustamante, director general de la Industria Nacional de Autopartes (INA), expone que si bien este sector utiliza otro tipo de transporte, el segmento de postventa de autopartes se mueve a través de aviones, sobre todo cuando las piezas se necesitan a la brevedad, por lo que, sí registrarán afectaciones por el cambio de aeropuerto.

“Se va a tener una afectación en cuanto a tiempos de traslado, en número de fletes. No es lo mismo

En tanto, la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) afirma que el sector tendrá impactos económicos y sociales, “trasladar el servicio exclusivo de carga a otras terminales de manera apresurada afectará de manera significativa el correcto funcionamiento de la cadena de suministro, mermando la competitividad de nuestra industria e impactando cientos de empleos directos e indirectos que las operaciones de carga en el AICM generan”.

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