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La caja de pandora Wonder Woman 1984
from Super 8 No. 134
by super8
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las salas de cine Wonder Woman 1984, dirigida por Patty Jenkins. Con una paleta de colores brillantes, la directora creó un concepto visual creíble y atractivo en diferentes niveles; pero sin dejar su relación directa con el primer filme estrenado tres años atrás.
En esta ocasión los temas del deseo y la transformación formaron parte fundamental de la historia de la heroína interpretada por Gal Gadot. Aunque la película resulta extensa para limitarse a presentar una de tantas aventuras que le pudieron ocurrir a la protagonista desde que decidió mudarse al mundo de los humanos, cuenta con una extensa lista de recursos favorables que la transforman en una película entretenida, atractiva y sólida.
A su favor se encuentra el reparto, en primera instancia; sin embargo, el villano, esta vez interpretado por Pedro Pascal; quien se encuentra en un excelente momento de su carrera artística luego de su interpretación en The Mandalorian,
termina por transformarse sólo en un pretexto para llevarnos al breve reencuentro entre Diana y Steve. Resulta mucho más contundente la postura de Barbara (Kristen Wiig), personaje que se aferra a su convicción y defiende la postura que toma desde que descubre un tipo de vida diferente a la acostumbrada. Asimismo, aunque la digitalización y la animación de sus movimientos durante la batalla puede percibirse, por momentos, como poco orgánicas, cumplen con su función primordial: ser creíbles dentro del universo de la película. La misma situación ocurre en el caso del lazo de la verdad o los vuelos de Diana, si bien pudieron resultar más armónicos, por lo menos no se ven falsos.
Desde otra perspectiva, la película cuenta con todos los encuadres y movimientos del cine de acción clásico, reciclados visualmente para las películas de superhéroes: encuadres rápidos, secuencias de choque, planos holandeses, etc.; mas, la música de Hans Zimmer se integra perfectamente al movimiento y crea la sensación de un ambiente integral que de verdad transporta al público a la década de los 80, con todo y su moda poco favorable, pero posiciona también a la amazona como un agente que difiere del resto, ello gracias al uso de su leitmotiv.
Aunado a ello, WW 1984 consuma otras de las directrices del cine de superhéroes, peleas constantes y enfrentamientos cuerpo a cuerpo en donde se explotan todas las habilidades de la heroína; sin descuidar el argumento que da vida a la película y que es congruente desde los primeros minutos, en donde apreciamos a una joven Diana atravesar una serie de obstáculos para alzarse con uno de los premios más importantes de las Amazonas, una competencia, que si bien puede lucir meramente física, se vale también de las habilidades espirituales de sus competidoras para medir su resistencia, pero también su integridad y fuerza mental.
Desde luego Jenkins no deja de lado las moralejas y lecciones de vida. Pero si las miramos de cerca, valdría la pena preguntarse qué tan bien estructuradas se encuentran; después de todo, entre la aceptación y el conformismo existe una línea muy delgada que, tal cual ocurre con los deseos y la necesidad de obtenerlos aún a costa de la estabilidad de otros, si se traspasa puede sumirnos en una espiral de consecuencias poco benévolas.
Al final, esta es una película agradable, visualmente bien lograda, lo cual debe estar implícito en este tipo de producciones que cuentan con sumas ingentes para su producción, divertida y dramática que genera una reflexión acerca de un tema de trascendencia sin caer en los más burdos clichés de otras cintas de superheroínas.