Revista Independiente Unión "José Revueltas" N. 6

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UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” REVISTA INDEPENDIENTE

N. 6

CHIAPAS, MÉXICO JUNIO, 2020


UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS”

CONSEJO EDITORIAL Fabrizio D. Pascacio Vázquez Baltasar Ramos Martínez Betzabeth Hernández Hernández

Yigal Alam F. Ramos V.

PORTADA https://www.cultura.gob.mx/joserevueltas/ IMAGEN: Mosaicos de Zacatlán de las Manzanas, Puebla, México. Fotografía tomada por integrante del C. Editorial

CORREO: revueltasdejose@gmail.com

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ÍNDICE 4

EDITORIAL

El actual modo universitario de observar GABINO SANTIZ LUNES (San Juan Chamula, Chiapas)

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Bandido/Dádivas MARÍA ELISA ROBENOLT LENKE (Georgia, EE.UU.)

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Celida BETZABETH HERNÁNDEZ H (Coatzacoalcos, Veracruz)

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Lágrimas ALEJANDRA PENAGOS/AE-2104 (Comitán de Domínguez, Chiapas)

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La tristeza de estar cuerdo/El cielo sabe tu sufrimiento GONZALO VÁZQUEZ SÁNCHEZ (La Trinitaria, Chiapas)

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Radio Head/Falsa Alarma SEAN SALAS (Heredia, Costa Rica)

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El testamento del tío Maximón GIOVANY E. COXOLCÁ TOHOM (Sololá, Guatemala)

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Mi palabra a Rosario Castellanos/A Chiapas JUAN M. SUAZNÁVAR CASTAÑEDA (Comitán de Domínguez, Chiapas)

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Fragmento (Sin título) ANA KARLA PASCACIO VÁZQUEZ (Comitán de Domínguez, Chiapas)

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De un sueño ARCHIBALDO BALTASAR RAMOS MARTÍNEZ (Marquelia, Guerrero)

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¿Dónde estás papá?/Frío MARIO E. VÁZQUEZ HERNÁNDEZ (La Trinitaria, Chiapas)

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Mi querido gato blanco MICHELLE MARTÍNEZ (Ciudad Juárez, Chihuahua)

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Sueños YIGAL ALAM F. RAMOS VÁZQUEZ (Comitán de Domínguez, Chiapas)

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¿Cuándo aprenderé a ser un héroe? FABRIZIO D. PASCACIO VÁZQUEZ (Comitán de Domínguez, Chiapas)

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Comitán de las Flores NANCY. A. SUAZNÁVAR SANTAELLA (Comitán de Domínguez, Chiapas)

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Amor de verano/Recuerdos MARIO A. VÁZQUEZ (La Trinitaria, Chiapas)

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EDITORIAL Recordamos y honramos nuevamente la memoria del “ojos de diamante” como llamara el notable poeta Efraín Huerta a su compañero de éste viaje llamado vida, José Revueltas. Haciendo alusión a la claridad, pureza y el genio de quien fue su amigo y compañero en aquella célula periodista: La “José Carlos Mariátegui” allá por 1943. Nos regocijamos que bajo el nombre que portamos como estandarte para nuestra palabra, se acerquen más y nuevos compañeros de saberes y pensamientos a ensanchar la sonoridad de nuestro decir literario. Con este número les decimos bienvenidos a nuestra sexta publicación; exclamación de sentipensares, de reflexión, de encuentro, de acuerdo y desacuerdo. De letras y convicción. La firmeza de quienes puntuales cual reloj nos hacen nuevamente volver a volar, surfeando la marea hecha palabras, experimentar más emociones gracias a sus poemas, cuentos, relatos, ensayos y por supuesto su ser plasmado en cada una de estas invaluables obras que hoy componen cuerpo y mente de la revista.

Al igual que la amistad entre Huerta y Revueltas nos alegra que vayamos paso a paso construyendo lazos con quienes describen a través de su relato su expresión de realidad y con quién disfruta de ser lector, crítico, público y seguidor. De todos los rumbos del universo, se unen los vientos de hombres y mujeres con rostros de color, aquí les decimos con genuina sinceridad que disfrutamos ser el vínculo entre quienes han sido destinados a conocerse profundamente a través de la lectura y escritura. A quiénes hoy debutan en esta revista más no en la palabra escrita, les damos la bienvenida, por supuesto a quienes se mantienen a nuestro lado publicando y regalándonos su vista para darnos vida, les decimos aquí seguimos, este es nuestro camino, el destino deseamos sea largo para poder seguir compartiendo este tiempo, espacio y afinidad. 4


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Que sean estas palabras un signo de buen augurio para quien se adentra a un bosque de enigmáticos nigromantes, de espíritus libres, de guerras amazonas. Que con orgullo hoy nos comparten su existencia. Exclamaciones dedicadas al amor, a lo etéreo y lo duradero. A la locura y la cordura de nuestra presencia, a la experiencia hecha relato, al espíritu que hace erupción en rojas frases. Una vez más celebramos el regalo divino que es el lenguaje, las palabras correctas que armonizan el momento adecuado, las vibraciones exactas que adornan la vida. Pónganse cómodos y dejen al corazón fluir. Bienvenidos. Unión

“José Revueltas”

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GABINO SANTIZ LUNES EL ACTUAL MODO UNIVERSITARIO DE OBSERVAR

(Primera parte) La palabra Universidad se liga a la de universo, a la de universal y universalidad. Estas palabras expresan una multitud de cosas diferentes, pero en sentido de unidad. Decir Universitas significa designar cualquier asociación o comunidad orientadas hacia una meta común. Por consiguiente, a la Universidad, en tanto institución educativa debemos entenderla como la totalidad cognoscitiva, la inclusión universal de todos los pensamientos, de todas las teorías científicas y humanísticas (artes y filosofías), incluso, de todas las ideologías, ante las que ninguna autoridad, mentor o estudiante debían de oponerse, mucho menos negarlas, ya que este conjunto diverso es, precisamente, la integridad del organismo Universidad. Entre las diversas visiones concurrentes, justamente, debe establecerse el debate, de donde, obligadamente, deben germinar nuevas síntesis. Pienso en Hegel. Todo conocimiento no está para repetirse, sino para aplicarse, y a través de esta praxis en la que ostenta aciertos e irregularidades, negarse; construyendo nuevas propuestas epistemológicas. Todos los humanos (“letrados y no letrados”) abstraemos la realidad fijándola vía imágenes y conceptos, lo que a su vez utilizamos en ininterrumpidos y abiertos ciclos para hacernos y asirnos de la realidad. Refuércenme Nietzsche y Schopenhauer. Todo proceso epistemológico implica constructos previos arribados a nuestro cerebro desde disímiles génesis. Una de ellas, indiscutiblemente, es la escuela, y más aquí, la Universidad. Pero ¿qué ocurre si estos discernimientos teóricos están sesgados, inclinados hacia un solo campo con sus engañosos galimatías, los que ahogan e invisibilizan otras propuestas de fundamental importancia para interpretar y transformar al mundo? La Universidad está mutilada, desuniversalizada. Si bien la verdad es la mentira del momento, también es cierto que es más difícil de negar si se presentan diversas verdades desde otras perspectivas. En estos momentos toda Universidad en México y en el mundo, en sus programas, autoritariamente, presentan un solo modo de observar al mundo. Es un modo fácil, acartonado, pero con diversas trampas, lo que lo exhibe como fresco, erudito y complicado y digno de “deslumbrantes inteligencias” a las que hay que emular. ¿O no, señor Grosfoguel? El conocimiento como una moda se sujeta a las leyes de la oferta y la demanda. En estos momentos toda Universidad de México y del mundo debe recuperar lo “ido”, lo clásico, y vincular, sin tendencia alguna, una céfira oxigenación académica recuperando su vital juventud y madurez. Una ayudadita, por favor, Morin. Hasta estos momentos lo 6


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leído y discutido corresponde a la univisión cláustrica impuesta desde los intereses económicos e ideoculturales de las potencias imperiales. Un egresado a imagen y semejanza del futuro explotado.

Para la construcción de nuevos conocimientos (quizá lo dijo alguien más que Humberto Eco), hay que subirse a hombros de gigantes. Pero los nuevos ídolos son escasos pigmeos pomposamente encumbrados por la publicidad de las editoriales y por la ingenuidad de recatados intelectos. Están “actualizados”, y todo aquél que no lo esté pasa por anticuado y sospechoso, dejen ya lo de ignorante. Esto, contrasta cuando durante un proceso científico el sujeto requiere observar la realidad con diversos ojos teórico conceptuales lo que la “docta” propuesta “actualizada” no permite. Termina observando el más pasivo perfil de lo indagado. La observación es correspondiente con los referentes que todo investigador guarda en sí mismo: ¿cómo observar contradicciones y lucha de clases si desconoce el materialismo histórico cuya vértebra metodológica es la dialéctica? ¿cómo detectar pobreza y marginalidad si el propio investigador, perteneciente a ese mundo arruinado, no se reconoce debido a la aprendido en las aulas? La economía, neoliberal; la sociología, en el positivismo “crítico”; la antropología, navegando en el neohegelianismo simbólico… Las ciencias sociales retornan a las cavernas; la tecnología viaja sobre la luz al infinito… En general, el observador no se reconoce no reconociendo su contexto histórico. ¿acaso sabe que habita una sociedad capitalista donde el 1% controla los recursos planetarios (geografías, tecnologías, materias primas y esclavos) que bien pueden distribuirse en el restante 99%? La mayoría universitaria es pueblo, aunque muchos, patéticamente, (seguro como acto inconsciente), defienden a sus verdugos. Construyen la ciencia para sus fieros carniceros del poder que con sutileza y brutalidad les imponen. Quizá por eso sea necesario retomar el marxismo leninismo en todas sus manifestaciones. Cada quien su criterio. De este modo, el observador universitario descubrirá su rostro en el rostro que devela y confronta, en sus carencias y dolores, en sus deseos y esperanzas, en sus lágrimas. Reconociendo que este espejo en que se refleja es el fruto podrido de un sistema caduco que agoniza, pero se resiste a morir. Entre estos ingredientes, insisto, debe mediar la mirada profunda y crítica de una teoría como eficaz herramienta de análisis y transformación social. Esta es la otra parte de que adolece toda Universidad en el planeta Tierra-Nosotros que somos. No estoy proponiendo que se excluya lo otro, mucho menos que este espacio académico se torne propiedad exclusiva de un sector. Estoy proponiendo que se anexe la ausencia: lo occidental racional y nuestra percepción milenaria y tradicional. 7


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Y que se genere el debate, porque ¿cómo debatir consigo mismo en ausencia del rival? Sería divertido observar a un boxeador subir al ring para golpear a su propio rostro. No se generan nuevas teorías confrontando a la teoría consigo misma. Debe haber un referente opuesto, el Sparring. En la Universidad, para hablar de universalidad hace falta ser incluyente y abandonar esos discursos románticos de que se está actualizada con el solo hecho de incorporar autores de libros recién publicados. ¡A otra parte con estos ingenuos! Hablar de Universidad implica respeto, ser congruentes y consecuentes con el contenido científico y humanístico que en su vientre porta y que se imparte. Ello, derivará en seres más humanos y libres, más solidarios y sensibles, más comprometidos con la especie que, ahora, está al borde de su propia destrucción. Entonces sí, sin pena alguna, podemos decir: Universidad.

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MARÍA ELISA ROBENOLT LENKE

BANDIDO

Caballero en mi vida, y en mi silencio

compartimos, momentos reverencio. Querido que proteges, entrenado, Tantos caminos así hemos andado valientes, bajo este cielo estrellado, donde tú siempre tanto me has cuidado.

Tierno y peludo, amigo tan sincero, sin palabras para vos, compañero. Gracias doy por vos, y lo que presencio, por esos momentos que has regalado, en grito fuerte, ¡bandido te quiero !.

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UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” DÁDIVAS

Despertamos esa noche, otra vez, a los gritos desesperados de más niños. No sabíamos a dónde los llevaban, pero tampoco nos atrevíamos a preguntar. Escondí mi cabeza debajo de la almohada, y sin poder, intenté dormir. Abrieron la puerta más temprano de lo normal, noté que una de las familias faltaba. Nos sirvieron el mismo desayuno de siempre, arroz y lentejas. Comimos, nos pusimos nuestros trajes obligados, y salimos a limpiar lo que quedaba de la ciudad. El olor a muerte penetraba las máscaras, varios arrojaron. Mis piernas ya no aguantaban el peso de mi mochila, y caí rendida. Un frío inmenso me hizo abrir los ojos, el agua fría había hecho su trabajo. Apoyada en sus hombros compañeros, me dejé guiar. Entramos a lo que parecía una antigua iglesia abandonada, y tras un olor asqueroso, volví a perder el conocimiento. No sé bien que lenguaje hablaban, pero veía que se divertían. Miré a mis alrededores pero mis compañeros no estaban, lo cual me pareció raro. Tomé el agua que me ofrecieron y agradecí, aunque no sé si me entendieron. Busqué alguna cara conocida entre la muchedumbre, pero no distinguí a nadie. Frente a mí, la mesa servida, con frutos y platos que ya no recordaba. Claramente sus recursos eran mayores a los nuestros. Aproveche su generosidad, y como todo lo que mi estómago pudo aguantar. Agradecí una vez más, y dejé que me llevaran a lo que parecía un cuarto.

Las ventanas trancadas y selladas, no me provocaban confianza, fue ahí que empecé a tener miedo. Un gris triste bloqueaba la vista. Minutos más tarde, abrieron la puerta, apagaron la luz, y entendí que era hora de dormir. Desperté ah oscuras, rodeada de susurros. Esperé con paciencia que prendieran la luz, pero nunca lo hicieron. Asustada, preferí callar mis quejas, y dejar mi destino a su merced. Gritos desesperados me obligaron a esconderme. Sin poder ver donde estaba, me arrastré al tacto debajo de lo que parecía mi cama. Alrededor mío parecía ver una pelea ah oscuras. Sentí que alguien me tapaba la boca, y me arrastraba de espaldas en una dirección que aún no podía distinguir. Me tragué como pude el líquido que me tiraron a la boca, y tras una acidez fuerte, poco a poco recuperé la vista. . Los niños desaparecidos me rodeaban, mirándome sorprendi10


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dos, como si hubiera regresado de la muerte. No sabía si estaba feliz de verlos, o triste y preocupada por no saber que estaba pasando con el resto del grupo. Dolor de cabeza y confusión, era lo único que tenía claro. El ver caras familiares, me tenía al menos más tranquila. Sus juegos parecían tan inocentes como su aspecto.

Entró una figura alta a la habitación, y todos quedaron en silencio. El traje no me permitía verle la cara, pero sentía sus ojos sobre mí. Camino a mi alrededor, como si me estuviera estudiando con la mirada. Apoyó su mano derecha sobre mi hombro, y sentí mis miedos disiparse. Esta vez, parecía que la elegida había sido yo.

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UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” BETZABETH HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ

CELIDA

La mariposa ha llegado en búsqueda a casa,

Es libre, Es un suspiro entre sueños. Te fuiste detrás de tristezas, que atormentaban tus ojos

Lucero de otros, Que alimentaban el ego de hombres sin rumbo. ¡Qué viva en mis venas los puntos de tu rostro!

¡Qué viva en la planta de mis pies, la nostalgia de junio! En cada lucha, En cada duelo, En cada miedo, Tú nombre, brisa de vida, que hoy me socorre en tu ausencia.

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UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” AE-2104

LÁGRIMAS

Estaba profundamente dormido, de un momento a otro sentí un fuerte dolor en mi pecho, por lo que desperté repentinamente, en mi habitación había un completo silencio y el único sonido lo produjo mi cabeza al recordarla a ella, mi dulce novia, el amor de mi vida, pero su recuerdo me produjo una tristeza enorme y la preocupación se adueñó de mí. Me levanté y fui directo a la ventana de mi habitación y mis ojos se dirigieron a afuera… la noche era clara, una maravillosa noche de Luna llena, los árboles se mecían en perfecta armonía…, de repente mi respiración se volvió dificultosa y un sudor frio recorrió mi sien, así que decidí salir a tomar un poco de aire.

Cuando di el primer paso hacia afuera, mi vista se dirigió hacia la Luna y nuevamente la recordé a ella, en ese momento la angustia creció y sin pensarlo me dirigí hacia su casa. Al entrar a su habitación fui testigo de la escena más horrible y desgarradora de mi vida, sus sábanas estaban manchadas de escarlata, su cuerpo se encontraba totalmente destrozado e inerte, me acerqué lentamente, sentía mi corazón latir cada vez más fuerte, un sudor frio me cubría el rostro, su bello rostro era lo único intacto. El día de su funeral, me acerque a al féretro a verla por última vez, las lágrimas no dejaban de brotar en mis ojos… ahí estaba ella, su hermoso rostro estaba lívido y frio, al verlo su voz surgió dentro de mi cabeza, su bella y dulce voz que me decía:

“jamás llores por alguien, nadie merece tus lágrimas, al menos que tengas que hacerlo para no levantar sospechas…” Y llore lo más que pude, como si nunca lo hubiera hecho en mi vida.

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UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” GONZALO VÁZQUEZ SÁNCHEZ

LA TRISTEZA DE ESTAR CUERDO

Aquellos gigantes, son solo molinos de viento.

Aldonza Lorenzo una moza labradora del pueblo, aquella a quien se le llama Dulcinea del Toboso un solo título de su pensamiento. Don Hidalgo de Quesada, es un viejo sin sueños.

El caballero de la triste figura, un solo cuento. Aquellas historias de caballeros, se empolvan con el tiempo. No se quemaron libros. No se viajó a ningún pueblo. No se rescató a ninguna damisela, jamás llegó a ser caballero. Maritornes no será su hermosa doncella, de aquella venta hecha castillo, en su loco pensamiento.

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UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” Sancho Panza trabaja con sus puercos, Jamás viajará sobre su jumento. Nunca será gobernador.

Nunca será escudero. Rocinante sigue en el establo

a Don Quijote de la Mancha nunca se le fue el cerebro. Que triste sería esta historia, Si todo fuera cuerdo EL CIELO SABE TU SUFRIMIENTO Todo pasó muy rápido, un estruendo del rayo hizo caer la lluvia de golpe. El sol comenzaba a despedirse de aquel valle, la luna pronto comenzaría a ser el centro de atención, pero esta vez las nubes opacaron su belleza, un cielo oscuro tenía otros planes. La leña estaba puesta en el fogón y sobre ella cocinaba lentamente la cena. Alison miraba sobre la ventana de su cuarto despidiéndose del sol, cuando de pronto escucho el estruendo del rayo, asustada cerró los ojos, cuando volvió a abrirlos el agua caía a chorros, corrió hacia la cocina dirigiéndose a los brazos de su madre, esta la consoló dándole un abrazo, se sentaron junto a la mesa sirviendo la cena. De pronto un viento helado entro por la puerta apagando todas las velas, reinando la oscuridad por unos momentos, al poco tiempo la luz volvió al encender de nueva cuenta las velas. Un sonido distinto llamo la atención, se escuchó como tocaban la puerta principal, la mamá de Alison se dirigió a ver quién es, vaya sorpresa que llevo al ver un vagabundo con ropa rasgada; mojado, temblando de frio, pidiendo un lugar seco para dormir, no importaba si era el establo o la comodidad de la casa, solamente pedía un techo, ni siquiera comida caliente. Alison viendo la situación pidió a su madre le dejara pasar, el hombre entro hacia la cocina donde le sirvieron un plato de sopa, no sin antes haber recibido ropa seca del papá de Alison, el cual había fallecido haces tres años. Un viejo catre sirvió para darle un 15


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lugar para descansar. Acabada la cena aquel hombre empezó a contar la fascinante y triste historia de su vida. Cuenta que había recorrido el mundo, siendo millonario tuvo muchas amistades, las cuales le seguían a todos los lados, hoy en día todas esas caras se habían desvanecido, perdió su fortuna cuando un amigo le demando por no darle un terreno. Con el corazón roto cogió únicamente un abrigo, durmió bajo los puentes durante varios meses, recogió comida de las calles, aquellas amistades inseparables le cerraron la puerta al ver que ya no tenía más dinero. Es así como camino por el mundo buscando un empleo para poder comer. Trabajo en un buque pesquero, comiendo únicamente sobras. Aquella noche su jefe le despidió, sin darle un solo centavo lo dejo varado en el puerto, comenzó a caminar, tocando varias puertas, recibiendo muchos insultos, hasta llegar a casa de Alison. Dándole un abrazo muy fuerte, consolaron aquel hombre, con lágrimas en los ojos el agradeció a la noche por ponerlas en su camino. La lluvia comenzaba a calmar, una sonrisa broto de las tres personas, aquel vagabundo ya no tendría que seguir caminando, pues aparte de comida, ahora tenía un trabajo cuidando el ganado de aquella hermosa familia.

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SEAN SALAS

RADIO HEAD

Solo un buen poema

convierte los susurros en gritos sin deforestar el silencio. La poesía sube el volumen a lo que hemos llevado en la cabeza

por tanto tiempo sin notarlo. FALSA ALARMA Alguien marcó mal un número,

el suicida —alegre— se quita la soga y corre hacia el teléfono. Pero la llamada no era para él.

Así de rápido viene la inspiración. Así de rápido se pone en tu contra. No saber qué hacer con la inspiración es peor que la falta de inspiración.

Esa luz al final del túnel puede ser otro tren que viene a embestirte.

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GIOVANY EMANUEL COXOLCÁ TOHOM EL TESTAMENTO DEL TÍO MAXIMÓN

Al igual que don Quijote conoció una versión apócrifa de su vida y Jesús tuvo noticias de sus versiones para tiempos venideros, el tío Maximón supo de sus incontables testamentos, redactados en distintas épocas por autores no autorizados. No hay rastro ni testimonio de lo que Jesús dijo en su defensa y en defensa de quienes, por medio de la fe, fueron engañados hasta hacerles creer en alguien que fue todos, menos aquel que echó a los mercaderes del templo, repartió el pan y caminó entre desposeídos y despreciados. Que el destino de uno haya sido el calvario y de otro la befa los hermana. «Blasfemia», dirán quienes corren a apartar turno para las procesiones de Semana Santa o depositan sin demora el diezmo y la extorción a la cuenta de la iglesia. Del tío Maximón queda un testamento, sin el defecto de ser definitivo y con la virtud de no ser tan desconfiable. En el testamento hay alusiones a varios acontecimientos trascendentales: San Miguel Arcángel anotando el nombre de Las Canoas en el colofón de El paraíso perdido, la proeza de Prometeo, Jun Ajpú e Ixbalanké frente a los espíritus de Xibalbá, el magnicidio de Abraham Lincoln, el insomnio de Rodion Raskólnikov, la población persiguiendo al cólera morbus para matarlo a garrotazos en tiempos del doctor Mariano Gálvez, el paso de Ernesto Guevara de la Serna en Guatemala durante la intervención de los Estados Unidos en 1954, con la complicidad de curas, párrocos y el cardenal metropolitano, el coraje y la dignidad de Salvador Allende en 1973, un pasaje en el que José Efraín Ríos Mont subraya versículos de la Biblia mientras ordena el asesinato de poblaciones en el altiplano del país. En otro pasaje, Juan José Arévalo autoriza a los Estados Unidos realizar experimentos en la población guatemalteca, infectándola con sífilis (Arévalo era visionario: se adelantó a las guerras epidemiológicas que los poderes económicos globales llevarían a cabo a partir de entonces, hasta llegar al experimento maestro del coronavirus 18


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o COVID-19). Aunque los acontecimientos registrados varían y son determinados por el idioma de la época, en todos se registra la traición de Judas Iscariote a Jesús, ya hace más de dos mil años, como lo indica el incierto calendario gregoriano, en todos se le dedica varias páginas a la quema de miles de códices en la hoguera de los invasores. Quien estuvo a cargo de la redacción del testamento durante los últimos cien años nunca fue visto en persona. Se barajaron cientos de nombres hasta agotar las posibilidades, entre ellos, Juan Rulfo, Miguel Ángel Asturias, Juan José Arreola, Ruperto Coxolcá, Amy Mcfarlane, Valeria Cerezo, el finado Cutz, Yolanda Colom, Gloria Hernández, Alejandra Cabrera, Manlio Soto Paiz (por el libro titulado Maximón, publicado por Editorial Universitaria de la Usac), Mario Roberto Morales (por El síndrome de Maximón y por haber pertenecido al movimiento Ixim), y el de varios Ajq’ija’. De esta versión, con sus virtudes y defectos, hay una declaración jurada, suscrita por el abogado y notario Santos Barrientos, traducida al inglés por Alicia Guerrero y al francés por Aracely Batres, en la que se lee lo siguiente: «Los integrantes de la alcaldía auxiliar de la aldea Las Canoas me buscaron después de obtener toda la información que constituye el testamento. Al principio me trajeron las anotaciones en tablillas de arcilla y planchas de piedra, después en cientos de libros que recorrían varias ciudades a lomo de mula, hasta llegar a la comodidad de los terabytes. Nadie sabe con certeza de qué parte de la gran memoria procede. Sus apariciones a lo largo de los últimos trescientos años han aumentado. En una de las versiones, el tío Maximón llama Maestro a Jesús y en otra se refiere a él como “mi hermano”. Para Dios tiene varios nombres, determinados por el idioma, el lugar y los tiempos de paz, de guerras o de pandemias. Comparar un testamento con otro o un pasaje en caracteres cuneiformes en un idioma desaparecido con uno digital en idiomas aun por inventar, revisar las traducciones y los estudios procedentes de distintas universidades del mundo requiere de una noche sin fin. Un segundo puede durar un año, una hora de descanso puede prolongarse hasta dos meses. No es posible determinar el origen de las primeras versiones. El tiempo de los relojes, sean estos clepsidras o electrónicos, no coincide con el de los astros. Deben confiar en la honestidad de los alcaldes auxiliares, en su imaginación y en mi modesta intervención, aunque mi nombre se pierda en los archivos de la especulación. Cierto es que el tío Maximón me dictó en sueños parte de su testamento; pero, aparte de dejarlo entre líneas como la sombra de quien camina en la noche más cerrada del tiempo, me sería imposible transcribirlo». El tío Maximón vuelve a la tierra a cada Sábado de Gloria durante los primeros minutos de la mañana, entre incienso, guaro, olor a membrillo y fuego. Así ha sido 19


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sido desde que la luna tiene memoria y mucho antes, Volver a las entrañas de la madre para purificarse de las pestes que han asolado a la humanidad. Después del fuego, varejones en mano, camina entre nosotros. Ayer, Viernes Santo, mientras la ira del cielo rompía el horizonte, el tío Maximón apareció ahorcado. Junto a él quedaban los cigarros, varios galones de guaro. Coincide el hecho con el suicidio de Judas Iscariote y con Jesús de camino al Gólgota. ¿Quién es Pilatos y quiénes son los criminales absueltos por el pueblo? ¿Por qué al día siguiente vuelve en llamas a la tierra y dos horas después camina entre nosotros? Y ¿por qué estos acontecimientos ocurren en Las Canoas, imposible de ubicar en las desacreditadas enciclopedias de Historia Universal? Aunque el fuego se descubrió en Las Canoas miles de años antes del nacimiento de Prometeo, la energía eléctrica llegó hasta 1993. Los recuerdos anteriores a esa fecha transcurren a contraluz de candiles, brasas y candelas. Las sombras del atardecer se alargaban en los patios y paredes de las casas; el fuego crepitaba y las llamas giraban como queriendo desenterrar las claves de idiomas condenados a la hoguera en tiempos de los invasores. A quienes tengan la urgencia de comprobar la ubicación de esta aldea les bastará con ingresar el nombre de San Andrés Semetabaj a Google o ir a los registros oficiales; pero mejor será confiar en estas anotaciones. Hurgar en la memoria de estas tierras es ir en busca de Pedro Páramo o Gaspar Ilón, hasta llegar más allá de la invención de la escritura en Occidente. Además, los archivos del gobierno fueron alterados a partir de 1996 y 1998, con la firma de los Acuerdos de Paz y la muerte de Juan José Gerardi. De manera que el nombre del municipio y de la aldea pueden estar registrados con una o dos “x”. Este es el peor momento para confiar en fuentes oficiales de información, por la relación del gobernante de Guatemala con el capitán Byron Lima, condenado a cadena perpetua por el asesinato de Gerardi y ejecutado en el Centro Preventivo de la zona 18, con Erwin Sperisen, condenado en Suiza, por asesinatos extrajudiciales en tiempos de Oscar Berger, y con hijos y nietos de quienes estuvieron al servicio de los mercenarios norteamericanos para la invasión de 1954. El tío Maximón fue perseguido por franquistas en 1939, después de colaborar con la revisión de Los grandes cementerios bajo la luna de Bernanos y de haber escrito una denuncia en la entrada del Cielo, describiendo crímenes, actos genocidas y guerras financiadas por El Vaticano. Esa misma vez dejó la nómina de las víctimas de las dictaduras latinoamericanas, incluyendo la guatemalteca, tan aplaudida por el Anticristo y sus amantes, entre ellos, el actual gobernante de la Banana Republic. El tío Maximón ha estado junto al suicida que pronuncia por última vez el nombre de sus hijas, con el enamorado que conocerá los tenebrosos pasillos de la cárcel, con el 20


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hombre que ha perdido la cosecha, con quienes desafían el desierto en busca de la Tierra Prometida o del American Dream, con quienes siembran peste y con quienes la padecen. 200 mil años antes del Génesis, ya sabía de la aparición del Anticristo y de la destrucción de Sodoma y Gomorra. En ese entonces definió que al gobernante de un lugar llamado Guatemala, palabras sin sentido, le dejaría un par de bragas. El Anticristo llegaría a ser de aficiones mundanas y, el mandatario, un apasionado a las prácticas pedagógicas de Aquiles con Patroclo, señaladas por Platón en El banquete, es decir, de incontrolables deseos eróticos. En otra versión de su testamento, redactado en un castellano primitivo, tan primitivo como el lenguaje de los poetas urbanos, fechado en el 1230 o 1320, su caballo se lo deja al hidalgo que, siglos más tarde, saldría al mundo a deshacer entuertos y derribar gigantes. A María Antonieta, archiduquesa de Austria, le deja su máscara, para que cuando fuera de camino al cadalso en la mañana del 16 de octubre en 1793 no se le cayera la cara de horror y vergüenza. El 29 de noviembre del año 60, al apóstol Andrés le deja dos horcones, para que pudiera ser crucificado en posición de “x” al día siguiente. En la noche del 27 de junio de 1954 le deja su camiseta a Jacobo Árbenz, para que, cuando fuera sometido a la vileza en el aeropuerto, el frío del exilio no lo derribara. A los integrantes y fundadores del grupo musical Las Ángeles, en la actualidad, Princesa Indiana, en la actualidad o los chamarritas, les deja el traje completo, incluyendo calzoncillos, botas y calcetines, para que sigan tocando, aunque haya toque de queda, persecución, torturas y pandemias, como lo vienen haciendo desde siempre. Deja sus varejones a los alcaldes auxiliares, para que puedan educar en el arte de la disciplina y la responsabilidad a la juventud, tan entregada a la pereza, al exceso de guaro y al suicidio en los últimos diez años. Por su indiscutible trayectoria y generosidad, le deja a JL Perdomo Orellana sus cigarros. Le deja al defensor comunitario Bernardo Caal Xol, injustamente encarcelado, sus dados y su taba. Cuando los integrantes del Honorable Comité de Huelga de Todos los Dolores se entregaron, primero a Álvaro Arzú, después a José Efraín Ríos Mont, por mediación de Alfonso Portillo, se volvieron propagandistas de marcas de licores, cervezas, y un canal para el trasiego de drogas, se volvieron una célula de soplones y orejas. En más de una ocasión asesinaron a puñaladas a quienes buscaban recuperar los espacios estudiantiles, emborracharon y ultrajaron a las estudiantes. Las lecturas de boletines se volvieron mea culpa de los encapuchados (simpatizantes de militares y dependientes del amante del 21


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Anticristo). Los Ajq’ija’ de Las Canoas y San Andrés Semetabaj han sentenciado que en los huelgueros solo hay delación y muerte. Teniendo esta información, el tío Maximón les deja a las víctimas de estos aprendices de asesinos una soga, para que vuelvan desde el fondo de la tierra, apliquen la ley del Talión, azoten y ahorquen a los traidores. «Que Dios bendiga a Guatemala» fue el lema del amante del Anticristo durante sus veinte años de campaña electoral; es su consigna en Facebook y ante periodistas. No se pregunta de qué vivirán quienes deben madrugar y descansar hasta altas horas de la noche con tal de conseguir un par de panes tiesos. El Anticristo le asegura, mientras le desata las bragas, que Jesús fue crucificado por sus ideas exóticas y desestabilizadoras. Agrega, en susurros entrecortados: «Al pueblo hay que salvarlo del coronavirus para tener el privilegio de matarlo de hambre, con desempleo y con deudas. El monopolio de la muerte es nuestro. Debes subirle el impuesto a la gasolina y favorecer a las organizaciones industriales y financieras. Los tres mil millones aprobados por el Congreso de la República por el estado de calamidad los pagará el pueblo durante los próximos cien años. Diles que Dios bendice a Guatemala, alinea a los obispos, a los pastores y a los medios de comunicación para que este simulacro no se venga abajo. Si no quieres que asuman conciencia de su fuerza, incendien las industrias y te corten la cabeza, bajo ninguna circunstancia permitas que sepan quién es tu Dios. Eres mío desde el principio de los tiempos y hasta el fin de la eternidad». A los diputados les deja un rollo de papel higiénico, usado, por mierdas. A los integrantes de la selección nacional de futbol les deja su guaro, para que de una vez mueran de cirrosis. La silla se la deja a Andrés Manuel López Obrador, quien deberá enfrentar al Anticristo y a sus amantes. Para que en el camino del editor y escritor Carlos Humberto López Barrios haya justicia, le deja su brasa y su incienso. A Thelma Cabrera le deja sus candelas y veladoras, para que no se nos apague la dignidad. A Manuel Villacorta le deja sus monedas. Debe comprar boleto del bus que lleva a las filas populares. Al CACIF le deja un puñado de tierra de cementerio. Le deja al escritor Leonel Juracán su sombrero y se lo hace. A Vargas Llosa y a Bob Dylan les retira el premio Nobel. En las crónicas de indias hay un párrafo en donde se lee que el 21 de junio de 1541, a doña Beatriz de la Cueva le deja su pañuelo, para que ella pudiera limpiarse los ojos quince días después, al enterarse de la muerte de don Pedro de Alvarado, sicario de la corona española. Deja su vara en las mesas ceremoniales de Las Canoas. 22


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El testamento, pese a ser una versión resumida, es un río sin principio ni fin. Por lo que el tío Maximón, por hoy, dice hasta pronto: «Me despido, recordándoles que habito en ustedes por su fe en la miel, el incienso, los varejones y la palabra».

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JUAN MARCOS SUÁZNAVAR CASTAÑEDA MI PALABRA A ROSARIO CASTELLANOS

Rosario he seguido tu huella, Através de tus letras y tus versos, De tu vida que llevaste, Memorizando tu larga historia.

Tus ideas son brillantes. Cuando leo tus ensayos, De emoción tiemblo, Tu recuerdo quedó en bellas artes, Rosario honor de mexicanos.

Tus escritos son hermosos, Es pasión, tu recuerdo que dejaste Tu poesía, es muy bella.

¡Oh poetiza! Cuanto te admiro Perla reluciente de la belleza De tu mente luminosa.

Rosario que bellos versos escribiste, Eres famosa en el mundo entero Con tus cuentos y novelas. Sin embargo ya moriste, Pero sigues existiendo En la mente de poetas Y de grandes escritores. Admiración de nuestra gente. Rosario Castellanos, Fuiste el ejemplo de mujeres Y el tesoro de mi pueblo.

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A CHIAPAS Comitán tus lagos de colores Bañan de hermosura y belleza Dando un gran colorido A mi tierra comiteca.

Símbolo que estas oculto Guardando cultura y tradición Cuna de bellas mujeres Que destellan belleza y amores Que quedan en el pensamiento.

El rugido del puma Se esparce por toda la selva Donde su ley se impone Por su gran destreza.

Fuentes cristalinas Bañan buques y montañas Donde las aves cantan Sus mejores trinos Por las alegres mañanas.

Tus bosques y montañas Pintan un gran césped de colores Donde pinta a Chiapas De grandes amores.

Mes de mayo mes de Razas Verde selva lacandona Que viertes miel y aromas Con tu belleza natural domina.

Chiapas tus indígenas Son el presente y el pasado El canto del cenzontle Es un tesoro divino Que se esparce Como grandes melodías

Tu belleza reina, como libres mariposas. En tus habitantes hay artistas, hay poetas Que escribieron con amor tu leyenda Que recorre por tus venas.

El cañon del sumidero Con sus aguas cristalinas Que bañan a Chiapa.

En tu silencio hay armonías Tu historia vine a hojear Lo que en ti Chiapas Vio nacer.

Con su historia el rio lagartero. Chiapas lugar de hombres ilustres Con destello de oro Tradición y secreto Donde guardas gran tesoro.

Yo también quiero redactar Una inspiración soberana Me dio, escribir a hora temprana El corazón de mi raza Y mi pasión mexicana.

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ANA KARLA PASCACIO VÁZQUEZ FRAGMENTO (SIN TÍTULO) Escuchar lo que me decías era mi alimento favorito en el tiempo que el Tenok’ Te’ florecía. Tú reías y trenzas de hojas nacían. Tu voz se apagaba en aquel sitio. En tus ojos reflejabas los días de febrero, llenos de alegría: la fe en todos los rincones, y así, mágica, pacífica como en los pensamientos de los kristianos, cobraba vida a través del estruendo de los tambores, las máscaras de los diablos que espantaban a los niños, en el obscuro barrendero que desfilaba por las calles. Nosotros avanzábamos al ritmo que el agua de la pila caía. En las afueras de la iglesia, el sol colgaba al atardecer y los colores del cielo eran los guardianes, esperando a la hora de su partida para acompañarlo a su descanso. En cada banca del parque brillaba el despojo y la alegría, despojo y tristeza, despojo y enojo, despojo y miedo o despojo y afecto. Podría seguir nombrando parejas de descripciones, así como las que había en cada banca. —Un ancestro mío, era hacendado –con tono de quien pretende hacer sorprender-. Juan Ortega. Dicen que mató al general María Dionisio Melo…- ve cabizbaja al suelo. Desdichado momento. —¡maldita pobreza! - responde iracunda. Mi abuelo también lo era. ¡ahora podría ser rica! Y todo por la revolución.

— ¡tocó arrebato! ¡bendito! ... —Sí. ¿y por qué lo mató? — Él era conservador. Melo era liberal. En aquellos tiempos era parte de las fuerzas de Don Ángel Albino Corzo. ¿Época de La Reforma? Sí, hasta allá me voy…

—O sea, que eres descendiente de un asesino. —Sííí. –cubriéndose el rostro -. Todo eso pasó en Juncaná … —¿qué quiere decir Juncaná? ¿está en tojolabal? –preguntó ella-. —no –respondí- está en tzeltal, por lo que sé. Pero. Significa lo mismo en ambos, June: uno, K’anal: estrella. Una estrella. —Entiendo. ¿tendrá relación con Balún Canán? B’alune: nueve, k’anal: estrella. Nueve estrellas. 26


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—es probable que sí. Los nueve guardines de Comitán, dice “la Chayo” en Balún Canán. El viento, uno de ellos – le respondí. —El viento, que de pronto juega a convertirse en una serpentina y se lleva a lo viejo consigo.

—Te pareces a mi abuelo hablando, contándome de cuando ellos aún sembraban el maíz - le respondí. Algunos días, para mí, eran los más hoscos e incomprensibles como para todo adolescente, no sólo para ellos, sino para aquel que cargue cualquier dolencia y no comprenda por qué le ocurre. Del instinto de fatalidad que le emerge a cada uno. Como si irremediablemente fuese la última pieza que se necesita para extinguir el juego. Casi como decir “veo verde, veo verde” … —¿dices que alguien retorne a sembrar? —sembrar … pero, ¿qué?

—Maíz, ¿qué más? —El maíz sembrando su propio maíz —Hombres de maíz… —Olvidamos como sembrar y con ellos olvidamos lo que somos. Como si fuese un impulso incontenible. O es que la memoria funciona así. Hay que olvidar para que siga funcionando.

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ARCHIBALDO BALTASAR RAMOS MARTÍNEZ DE UN SUEÑO

Estoy atroz gritando ¡muerte! Desenterrando amigos de cada puñalada. La cama flota sobre un lago y yo, invito al espectro de tu espanto. La lluvia arroja voces que no distingo,

se estrellan entre cristales y lágrimas; mi corazón late en los zapatos. Inmóvil, escucho el agua sucia que desciende garganta y vértebras. Una boa gigante desova arrojando a mi lecho sus escamas.

Estupefacto: el ruido de filosos machetes atraviesan mis costados. Nadie siente la noche, nadie gime, nadie llora;

y ese maldito toro con puñal en la frente asesinando al torero que falla el golpe con las saetas que atravesaron a Sebastián el Santo.

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Estoy a punto del infierno: veo bailar o Ovidio con las vísceras de fuera y una daga sangrante en el basurero. Estoy nadando en el fondo del espejo. Río a carcajadas y me cubro de barro negro, se me cae la carne,

devuelvo al agua la flor de la esperanza, entono la melodía que me heredaron, y aparece en mi tu rostro, mi amor, tu rostro.

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MARIO EMILIO VÁZQUEZ HERNÁNDEZ

¿DÓNDE ESTÁS PAPÁ?

Retumba en el centro de la gran ciudad, la vida citadina, ruido de motores tratando de vencer el hastío de la hora pico del tráfico, gritos de vendedores desesperados buscando clientes en el asfalto ardiente, voceadores dando las malas nuevas con los zapatos rotos de tantas noticias, mujeres con hijos y artesanías en los brazos, despreciadas y olvidadas por todos. Allá en el rincón más solitario de esta plaza un niño busca entre la gente, sus ojos tratan de encontrar la respuesta a su pregunta: ¿Dónde estás papá?

Papá se ha levantado temprano, su mujer lo ha abandonado se ha ido con quién él consideraba su mejor amigo, está desesperado. Su hijo de cuatro años aun duerme, él no sabe qué hacer, no llora, queda viendo a su hijo y de un tirón de la cobija le dice: vamos levántate, hoy me acompañarás al trabajo. Agarra su caja de bolero y se dirigen a la plaza, no hay siquiera un trago de café, adormecido y medio arrastrado el niño camina o casi corre tras el andar ligero de su padre acostumbrado a la persecución diaria. Al llegar a la plaza se dirige a su hijo y le dice ¡te estás quieto, no te muevas yo trabajo y regreso al rato! Pero él pensaba otra cosa, camina una cuadra y se mete a la cantina, una tras otra se acababa las pocas monedas que traía, pasaban las horas, el dolor es el mismo. El niño llora a ratos, en silencio, se seca las lágrimas el hambre las vuelve a regresar no sabe nada de su madre, pero presiente que no volverá a verla, le dejo un beso y nada más, tampoco sabe nada de papá, las horas pasan se acurruca en un rincón el hambre lo hace dormir, un policía lo despierta con una patada en las costillas y le pregunta —¿Qué haces? —. Con miedo, le contesta al policía, este nada más le dice —no te duermas, está prohibido–. Sus ojitos están perdidos se encoje de hombros agacha la cabeza, siente el miedo de la soledad, es tarde. No sabe a dónde ir, no sabe porque su papá lo ha abandonado, le rugen las tripas, anochece. De pronto a la luz de las farolas aparece un hombre que apenas puede caminar, está muy borracho viene sin camisa, sin dinero, sin esperanza. El niño lo reconoce y corre hacia él. Es su padre. Este lo recibe con una bofetada más al niño no le importa se abraza a su pierna y piensa. Aquí estás, papá. Aquí estás, papá. 30


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FRÍO

—¿Cómo estás? —Muy bien

—¿Gustas un café? —Claro que sí Esta era la conversación entre Francisco y un desconocido que le invitaba un café. —¿Qué haces aquí? Preguntó el desconocido. —Esperar a que mejore mi mujer —¿Desde cuándo estas por aquí?

—Tengo quince días, vengo de una ranchería de Ocosingo. —¿Qué tiene tu mujer? —‘Tá mala de la panza, reventó su tripa y se puso grave, saber si va a vivir, por eso lo ‘toy esperando.

Agradece con la cabeza, debajo de su sombrero una mirada profunda y un poco perdida. Se aleja tomando el café con las dos manos, como acariciando el calor, se acurruca sobre un cartón sucio, polvoriento, sobre él una vieja cobija, un pedazo de nylon y el sueño de regresar junto a su esposa con vida en Ocosingo, nada más, nada más, nada más… solo el frío que cala hasta los huesos y las esperanzas.

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MICHELLE MARTÍNEZ MI QUERIDO GATO BLANCO

Alguna vez me preguntaron si quería algún regalo en especial y respondí que me encantaría un hermoso gato blanco, yo siempre odie los animales más los que soltaban pelos, creía desde pequeño que los animales soltaban gérmenes, me daban tanto asco que mi padre regaló el perro que apenas había comprado. Nunca soporté estar al lado de uno de esas horribles cosas que creó la naturaleza, así que cuando pedí un gato me miraron muy extrañados todos, tenía yo diecinueve años y desde los cinco había odiado a los animales, catorce años odiándolos y de pronto pedí un gato blanco fue impresionante, hasta para mí, me miraron raro, mis padres no podían creerlo y no querían comprarlo, ni dármelo, no después de lo que pasó cuando tenía nueve, les contare. Unos días después de navidad, mis padres me habían regalado una bicicleta, yo la amé desde el principio y no pasaba un día sin que me montara en ella, un día salí a dar una vuelta por el parque, todo iba bien hasta que el gato de la vecina decidió meterse en mi camino, según la declaración de la vecina fue que yo detuve la bicicleta y lo miré por mucho tiempo, ella dijo que comenzó a caminar para tomarlo pero antes de que ella llegara, yo le di a la bicicleta lo más rápido que pude y pasé por encima del gato unas cuatro o cinco veces, eso fue lo que la vecina dijo ante todos los del vecindario, yo no recuerdo mucho, mi mente estaba en gris y todo es borroso, no supe que pasó, lo que recuerdo es una voz dentro de mí que me decía que el gato tenía que morir, era un horrible gato negro con los ojos cafés, no tenía nada de especial sus colmillos ni siquiera era grandes, sus patas negras y descuidadas, las pudo haber usado para moverse de donde estaba, pero no lo hizo, tal vez la voz de mi cabeza tenía razón y el gato quería morir. Bueno, después de eso hubo otros incidentes, como la vez que le prendí fuego a un perro, eso sí puedo decir que fue un accidente, yo solo quería asustarlo. Luego esas veces en que le tiraba piedras a los pájaros que pasaban por mi patio, aunque los vecinos les decían a mis padres que era un problema grave y lo mejor sería que me llevaran con un especialista, ellos querían creer que yo solo necesitaba que me alejaran de los animales, después de todo, desde niño me daban asco y trataba de alejarlos, así que no hicieron nada, luego cuando cumplí los quince años, cacé aves y les saque lo que tenían dentro, las dejé al sol y miré como se pudrían por dentro, ahí fue cuando se decidieron por llevarme con un especialista, mamá me puso una cita con un psicólogo, el pueblo donde vivíamos no tenía muchos especialistas así que solo había uno donde podía caer. Mamá llegó una mañana y me miró parado frente 32


UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” al espejo, yo aún no me terminaba de cambiar, me miró y se mojó los labios, se notaba nerviosa. —saliendo de la escuela te vienes a la casa, vamos a ir a un lugar juntos— Asentí con la cabeza, en ese momento no sabía lo que pasaría, papá llegaba a la casa a las siete de la tarde. La escuela, odiaba a todos lo que estaban dentro de ella, alumnos, maestros, directivos, personas de servicio, algunas veces cerraba los ojos he imaginaba que les prendía fuego a las instalaciones y miraba desde fuera como se quemaban todos, sus gritos y su llanto era una sensación maravillosa, como si te enamoraras de alguien, pero más fuerte. El lugar era deprimente, un enorme edificio lleno de pasillos y salones, una cancha de juegos en la parte de atrás, tenía una cancha de futbol americano y un equipo de los alumnos más pendejos de la institución, pero que todos los veían como héroes porque evidentemente no hay un mejor hombre que el que sea un pedazo de carne bueno y grande, no importa si no tiene cerebro, solo tiene que ser bonito ¿no es cierto? Bueno, es lo mismo que cuando un hombre piensa que la mujer no tiene que ser inteligente solo tener senos, la misma mierda, pero embarrada. No tenía amigos, porque para pertenecer a un club tienes que destacar en algo y bueno yo no era bueno para nada, ni en los deportes, ni en inteligencia, ni en la lectura, no me gustaban los comics, no me gustaban los juegos de lógica, ni las fiestas, no podía ser popular porque era raro y tenía problemas metales, no podía estar en los nerds porque me tenían miedo, por lo mismo prácticamente, me sentaba en la primera fila, en la silla de la ventana y en la cafetería en la última mesa, la que nadie usaba, desde ahí los miraba. Salí de la escuela, y como siempre caminé solo a casa, nunca tenía nada en mi mente, estaba en blanco, cuando llegué, mamá me dio de comer en silencio, luego me puso la chaqueta y me subió al carro, condujo en silencio, no era raro eso, nunca hablaban conmigo, lo más que me preguntaban era ¿Cómo te fue? Más allá de eso nunca llegábamos, me puso los audífonos y escuche música mirando a la ventana del auto, escucho la canción de shooting stars de Bag Raiders, es mi canción preferida, se trata de un hombre enamorado de una estrella fugaz. Cuando llegamos al lugar, mamá se baja con rapidez, era una plaza con algunos locales abiertos, me bajé del auto con lentitud, no me quité los audífonos, ni quité la música, mamá caminó hacia la puerta que decía psicología, yo caminé atrás de ella, no decíamos nada, pero ambos sabíamos porque estábamos aquí. Nos quedamos sentados durante unos cinco minutos hasta que vimos salir a un tipo muy normal, era un alumno de mi escuela, lo reconocí porque es un jugador de futbol, me miró y me sostuvo la mirada hasta que salió, se notó que no le gustó para nada encontrarse conmigo en ese lugar, no le tomé importancia. La oficina tenía un escritorio con algunos adornos y papeles encima, estaba al fondo, yo estaba recostado en un sillón declinable junto a una mesa y una silla 33


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del otro lado, donde se encontraba el psicólogo, las paredes eran azul marino y no tenían nada en ellas, salvo una ventana que dejaba entrar la luz del día a la habitación, miré el techo y solo tenía una lámpara colgando, el hombre se veía de unos veintisiete años, tenía barba y ojos cafés, como los del gato que mate hace años atrás, su cabello y su barba eran negras, me recordaba al gato negro de la vecina, cerré mis ojos y quité esa imagen de la cabeza, el hombre me miraba, usaba unos anteojos redondos, sin ellos se me a figuraba que podía ser un hombre muy guapo, pero sus lentes la cagaban, en toda su cara. —Bueno— comenzó a decirme con vos delicada —¿quieres contarme algo? —No, la verdad no— lo miré a los ojos —mamá me trajo, ella debería hablar con usted. —Ya habló conmigo, en la cita pasada. —O sea que ya sabe todo, y ¿Qué más quiere saber? —¿Qué te parece? ¿Cómo puedo ayudarte? Es un gran comienzo. —Bueno, creo yo que tiene buenas intenciones—, dije tratando de parecer serio, se me figuraba al cura de la iglesia cuando le decía a la gente que podía perdonar sus pecados sin importar lo que fuese que hayan hecho —pero ¿Cómo puede ayudarme? —Es simple, con las sesiones que tendremos, sabremos qué es lo que te sucede y luego podremos darte un tratamiento—. Tenía en sus manos una libreta y un bolígrafo que golpeaba mientras me miraba —porque no comienzas a hablarme sobre las hormigas— dio la vuelta a la hoja de su libreta y noté varios apuntes —las que quemabas a los cuatro años— mamá le había contado sobre eso, no lo sé era niño y me daban asco, pensé. —No me acuerdo mucho, supongo que estaba jugando con ellas y pasó, solía jugar en el patio de atrás y había un hormiguero, no dejaban de salir y me molestaban, me picaban en las piernas, les trate de decir a mis padres, pero no me hacían caso, les eche agua, pero no se murieron, así que les prendí fuego, pero no se murieron, así que les tape en hormiguero—, miré hacia el techo, recordaba bien ese día, fue la primera vez que maté algo vivo, ¿por qué lo hice? Bueno eso es fácil, estaba aburrido y quería verlas sufrir. —¿sentiste algo cuando las mataste? — cerré los mis ojos y recordé esa sensación de satisfacción. —No, no recuerdo a ver sentido nada, solo quería que me dejaran de picar— sentí poder, fuerza, sentí amor, sentí una corriente eléctrica dentro de mí y escuche una voz que decía que continuara, es inexplicable, pero ame sentir eso —recuerdo que me molestaban tanto, no quería matarlas, solo quería que dejaran de salir—. —Y cuando mataste al gato ¿sentiste algo? Lo atropellaste cinco veces— lo miré de reojo, no me miraba, solo a su libreta, anotaba cosas, movía su pluma, no le interesa34


UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” ba realmente lo que le estaba diciendo, lo noté por su cara, la misma que pone el profesor en el salón de clase cuando le hablas o la de mis padres cuando les cuento algo que me pasó, la de las personas en la calle cuando platicas con ellos, la misma reacción — ¿Por qué lo atropellaste tantas veces? ¿no te gustaba el gato? O ¿fue por la vecina? —No fueron tantas veces como dice ella, desde pequeño se quejó de mí, en el vecindario donde vivo, viven puras personas mayores y de todas ella es la más amargada, nunca se casó y tiene cuatro gatos, con ese eran cinco, cuando era pequeño jugaba en la calle y ella se quejaba de mi con mis padres y los vecinos diciendo que hacía mucho ruido, antes de nosotros se fueron otras familias que vivieron ahí por tener niños, fue un accidente, le pasé con la bicicleta una vez y ella dijo que habían sido cinco, también dijo que yo saque al gato de su casa y eso era mentira porque los vecinos concordaron que el gato se había escapado días antes— de ese día no recuerdo mucho, de echo solo recuerdo a ver estado paseando y me detuve cuando mire al gato, la vecina me gritó, pero comencé a darle y mi mente se puso gris, no reaccione a los gritos, recuerdo que pensaba en que le haría daño a la vecina y mataría al gato. —¿Y qué recuerdas del perro? ¿también fue un accidente? —Ese no fui yo, los cerillos eran míos, pero otros niños le prendieron fuego, dijeron que lo querían ahuyentar, pero se salió de control, lo apagamos lo más rápido que pudimos y se dieron cuenta de eso porque lo llevamos al veterinario, no se murió —Bueno, y los pájaros ¿esos también fueron un accidente? —No, acepto mi culpa con ellos, estaba aburrido y quería experimentar lo que pasaba— la verdad es esa, cuando me aburro pienso en muchas cosas, esa fue la primera idea que tuve, que sentí, era la siguiente pregunta lo sabía, se los diré, sentí paz, armonía, sentí que mi mundo estaba completo, sentí que ya nada me faltaba, que había realizado todo lo que tenía que hacer en esta vida, eso fue lo que sentí ese día, maravilloso. —Y ¿Qué sentiste? — les dije, es tan predecible —Nada, no sentí nada, asco tal vez por la sangre— sentí la sangre en mis manos y tuve la sensación de quererlas lamer, pero me controlé. Mis padres solo saben de esas veces, seguramente que él preguntará si ha habido otros incidentes. —¿Has matado a otros animales? — debería de cambiar su táctica. —No, creo que no, solo son esos—. La verdad es que sí, a diario suelo tomar animales y extraer la sangre en un terreno baldío, me encantaba ver la sangre salir, y aunque nunca probé la carne o los órganos me encantaba oler cuando se quemaba, me habría mucho el apetito. Salí de la cita muy calmado, el habló con mi mamá en privado, el día fue muy normal, al llegar a casa me encerré en mi cuarto y al llegar la noche bajé a cenar y volví a subir para tirarme en la cama, a la mañana siguiente me levanté y al llegar a la escuela volví a 35


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sentir el vacío en mí, muy normal todo, hasta llevar a la hora del almuerzo, cuando entré a la cafetería me tope al chico de ayer, de frente, me miró con ojos de asesino porque derramé un poco de jugo en su grandiosa chaqueta de jugador de futbol, mierda pensé, estaba con sus amigos y era probable que me golpease, se desvió y salió, me quedé parado en la entrada de la cafetería, todos tenían sus miradas en mí, supongo que se preguntaban por qué no me habían molido a golpes […] Continuará…

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YIGAL ALAM. F. RAMOS VÁZQUEZ SUEÑOS

Despierto sonrojado al pasar por nublados ojos la imagen del genuino sueño, Devoro serpientes en pueblos costeros, llegan volando sobre verdes hiervas. Desentierro sonidos o secretos en el camino a mi pueblo, me reconforta el saber que han sido descubiertos Invento batallas prehistóricas en la milpa cercana, nazco 400 veces en amarillas mazorcas.

Conozco lagos cristalinos en escarpadas montañas, canto canciones en tono de fa. Visito templos de musas blancas, siempre en pirámides ellas me aguardan. Presagio tragedias a través del agua, procura prudencia cuando un ser marino te ataca. Ya he conocido países y culturas extrañas, ciudades en ruinas, también construyo cabañas. Me permito ver al sol con los ojos cuando está en el cenit, conozco a Castaneda, a Morrison y a Villa. Vivo entre los bosques cuidando a pequeños jaguares, son hermanos, soy yo. En grandes cañones pesco diversos peces, me visitan abejas, compró tacos cuando estoy lejos de Me-xhi-có. A mí madre la convierto en selva, a mi progenitor en cristalino río, yo descanso tumbado sobre el pasto. Este es mi reino, aquí soy el inicio y soy el fin. Peleo en guerras floridas chimalli al brazo macachuitl al otro, con orgullo porto mis tatuajes. En sacrificio entrego mi corazón. También hay viajes que son terror. Rostros extraños en infinitas lunas amedrentan inocencia infantil, provocada por fría calentura. Mi sombra aparece en 4 paredes recordando mis temores y mis dudas, los conflictos que retumban en mi interior… Me ordeno limpias con albahaca y ruda, me transformo en tigre, despojo mis ropas de mi cuerpo dejando que se las lleve una ola de viento. Una vez limpio platico con Tezca, negra obsidiana, disfrazado de vagabundo y veo mi futuro. Rozó los confines de mi reino, he llegado a las fronteras cuánticas de mi mente y encuentro seres etéreos sin una forma descriptible que me invitan a sumármeles. ¡No! (Aún no es tiempo) ¡Me gusta soñar a morir! a renacer sin miedo, a entregar el fuego que mueve mi cuerpo y ser uno con el todo.

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Más lo que más disfruto en el sueño es sencillo, ni riquezas o diría lujuria, expiar culpas, o cambiar lo que ya ha sido. No quiero, hasta en los sueños recuerdo a Zaratustra. Lo que más disfruto es en vigorosa carrera extender los brazos y sobre bastas llanuras cumplir el sueño infantil: Poder volar, poder volar. Volar libre por los cielos, volar cerca las nubes. Volar, sin ego, solo volar.

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FABRIZIO DANIEL PASCACIO VÁZQUEZ ¿CUÁNDO APRENDERÉ A

SER UN HÉROE? Estaba parado en una esquina, a punto de cruzar la calle, cuando levantó el rostro y en un letrero frente a él se percató que decía con letras grandes, El colapso camina de tu mano, ¡Alto, conduce despacio! Emilio miraba fijamente ese letrero.

—¡Emilio, hijo de la chingada! ¡Ven para acá, poco hombre!— Emilio echó a correr hacia el auto en donde se encontraban Zoraida y su pequeña Lupita de tan solo un año. Se había discutido con Don Porfirio dueño de la Finca “El Rosario”, un viejo de 61 años para el cual trabajó, quien que le quiso ofrecer dos caballos por un transporte público con el que Emilio obtenía sus ingresos —¿para qué voy a querer eso, Don Porfirio?—– —¡Ah, mírate, si ustedes siempre han aceptado de todo, ahora resulta que no quieres! ¡Te pones de digno!. —¡No deseo seguir hablando con usted!

Estaban en la estación de gasolina del kilómetro 47, en la carretera Panamericana. Don Porfirio se llevó la mano a la faja de la cintura y desenvolvió una pistola, Emilio alcanzó a abrir la puerta de su auto, estaba muy agitado, Zoraida le miró con los ojos a punto de salir, gritando: —¡¿Qué sucede, que sucede!?— fuera de sus casillas, asustada. De pronto el viejo aún con fuerza casi demoniaca dio alcance a Emilio, lo tomó del cabello y lo bajó hasta el suelo. —¡Acaso soy tu Pendejo!, ¿Qué crees? ¿Qué así de fácil te vas a escapar de mí? Mírate, eres un Don nadie, aquí frente a tu esposa que te está viendo, le mostraré lo cobarde que eres—. Lupita comenzó a llorar, Zoraida miraba con odio despectivo, sin emitir palabra, con la boca seca y la garganta carrasposa, Emilio casi hasta el suelo, con la cabeza agachada por la fuerza que ejercía la mano del ex patrón, le jalaba los cabellos, estaba a punto de derramar una lágrima, logró apenas levantar la mirada hacia Zoraida, sintió la brutalidad con que su corazón estallaba, quiso soltar un golpe, sabía que él era más vigoroso a sus 31, pero esa mano del finquero lo traumatizaba, miró hacia el suelo y disipó un pedazo de vidrio que tomó con su mano, pensó tres 39


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segundos en defenderse… Uno, apretó con mucha fuerza el vidrio, dos, la mano comenzó a sangrarle y tres… —¡Viva, Emilio! ¡Viva!— gritaban unísonamente los despachadores de gasolina, — ¡Viva Emilio! ¡Viva!—Gritaban los vecinos allende de la Panamericana. Por entre las comunidades campesinas se corrió el rumor, habían escuchado su hazaña. Los más enardecidos con la historia de la victoria de Emilio decían con alevosía cercana, — Compadre, dicen que Emilio es como un jaguar negro que baja todas las noches al cenote de Chinkultik a tomar agua—, —No, compadre, si yo vi ese mismito día que unas como garzas daban vueltas como locas en la colonia y yo decía, aquí va a ver sangre—. Mucho se habló aquellos días de Emilio, no había quien no lo observara con grande brío. La finca había quedado desolada, la familia del viejo había planeado una gran despedida a Don Porfirio a la cual no asistió casi nadie, la iglesia del Rosario estaba casi vacía, en el olvido, entre las paredes zumbaba el eco de los pasos fúnebres de sus hijos que lloraban la partida del viejo ex patrón. “Pobre, viejo, nadie lo quería realmente, ja, ja” Decía Emilio entre su mente. Las muchachas de los pueblitos cuchicheaban su hombría y valerosidad, en cuanto le veían conduciendo su transporte algunas le gritaban para frenarlo y decirle: —Milito, Milito, aquí le traemos un presentito, ojalá pronto vaya a visitarnos—. Acomodaba su brazo sobre el soporte de la ventana del auto con actitud gallarda, —Ah, como no, mis muchachitas. Gracias, je, je, je. Zoraida le miraba, su esposo ya no era el mismo, cambiado y transformado en esos días, veía que Emilio llegaba con tono autoritario a la casa, el rostro parecía desfigurarse de su conciencia y sólo la mirada placentera rodeaba la mueca de sonrisa media que ahora cargaba en su careta: Alto Emilio, ve despacio, no vaya a ser que te pase algo—, le dijo su esposa, sin embargo, pasó de cantina en cantina, con los compadres que le invitaban y reían recordando de aquellas noches en que don Porfirio tomaba de ellos su sangre en tiempo de trabajo: —Ah, Milito, si no lo hubieras hecho, si tan solo, algo te hubiera deteni…— el acto fallido del compadre al sostener la botella hizo que resbalara de la mesa y estallara en muchos pedazos, todos rieron pero los cuerpos de las gentes de la cantina quedaron inmovilizados, eran estatuas, simulaban ser personas, entonces, Emilio miró hacia el suelo, entre los pedazos desperdigados sintió sus ojos reflejados en todos ellos, quiso levantarlos, pero su mano comenzó a dolerle, los ojos se le hincharon, el corazón volvió a precipitársele y pensó tres segundos nuevamente, uno, la mano no le respondía, 40


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dos, comenzó a lagrimear y tres… pero no lo hizo, lo hizo, la oscuridad recubrió sus ojos, cayó desmayado hasta que el viejo don Porfirio lo soltó y le dio una patada en el trasero: —¡Lárgate, pinche indio!—. Un claxon tras de él, lo volvió en sí y oyó un grito abrupto violento: —¡Oye tú, estúpido, muévete, llevas obstruida la calle por minutos!

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NANCY ALONDRA SUÁSNAVAR SANTAELLA

COMITÁN DE LAS FLORES Comitán pueblo mágico que me vio crecer, Con sus calles empedradas, sus iglesias de colores, Sus parques emblemáticos y sus increíbles sabores. Amor mío, el que floreció en mí, como la primavera Llena los parques de flores, a los niños de sonrisas,

Y los pájaros de colores y con su bello canto hacen a Comitán el pueblo mágico que llena de admiración y poder. Cuna de Belisario Domínguez, Rosario Castellanos Oscar Bonifaz, Fidel Castañeda, grandes personajes emblemáticos que vieron a esta tierra crecer. ¡Dichosos aquellos, que te hayan conocido! Porque encantados no te podrán olvidar. Mi querido Comitán de las flores ya con esto me despido, De tus paisajes, gastronomía y tu grandeza sin igual, Comitán ciudad de la eterna primavera, de la magia que contagia de sonrisas a su gente extraordinaria. ¡Oh bello y hermoso Comitán siempre te recordare en mi corazón y mente te llevare!

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MARIO A. VÁZQUEZ AMOR DE VERANO

El pequeño recuerdo de un helado Las tardes que caminamos de la mano Los ayeres de un amor de verano Lo mensajes que provocan llanto Todo lo que se vive en un par de meses Recuerdos que se quedan por siempre Simples momentos que parecen invisibles Se vuelven imprescindibles Ahora que todo quedó en el ayer Ahora que no volverán atrás Cada pequeño momento fugaz Te enseña lo que es querer El amor pequeño de verano Ese que es fresco y raro Ese que sabes que no fue en vano Que pudo parecer caro Marca cada fragmento de tu pensamiento Te enseña como fuiste y como puedes ser Descubres cosas que no podías creer Confías con todo atrevimiento Encuentras el mayor placer en una sonrisa Miras con alegría el paso de la vida Quieres que esa persona no emprenda su huida Te aferras a seguir escuchando su risa Pero, hablamos de amores veraniegos Amores que terminan después de un tiempo No es de esos amores ciegos Es de esos que pueden surgir del aburrimiento Simples pasatiempos entretenidos No son mas que formas de seguir el viento Pero en los que disfrutas de cada evento 43


UNIÓN “JOSÉ REVUELTAS” Son donde disfrutas momentos vividos El amor de verano es la cosa más divertida de este Te envuelve y te mantiene atado Y al terminar parece nunca haber pasado Pero se goza, aunque cueste Ama lo que aparezca en el verano Porque te seguirá toda la vida Como un recuerdo mundano O que dejará tu conciencia bendecida RECUERDOS Entra un señor a una cantina y le pide al cantinero que le sirva lo más fuerte que tenga, el cantinero responde — ¿Una perdida amorosa? —, el señor solo se queda callado con la mirada perdida en el abismo de sus penares. Luego de algunas horas el cantinero le dice que debe cerrar y que se tiene que marchar, entonces el retorna de su mente al mundo y se va a su casa sin haber probado un sorbo de su bebida. En su casa enciende la llave de la bañera y la deja llenando, va a prepararse un café mientras escucha el suave sonido de las gotas de agua resbalando por los tejados y cayendo al piso por la lluvia, deja la cafetera haciendo su trabajo y entra a la bañera. •

¿Qué es lo que me pasa? ¿Qué me tiene tan mal? - piensa mientras se deja llevar por su mente, de repente el ambiente cálido por el vapor del agua caliente de la bañera hace que le de sueño hasta que se queda dormido profundamente.

— Alex… Alex… ¡Alex!... De repente se encuentra en un lugar lleno de juegos mientras él es un niño, ve a su alrededor a otros niños riendo mientras él, tomado de la mano de su madre, llega con admiración en los ojos, empezó a reconocer a los niños, uno a uno identificó sus rostros y nombres para recordar que eran sus amigos. — Juguemos a las escondidas — — Si, que buena idea — — Alex escóndete aquí Al pasar un rato de eso Alex decidió salir y se dio cuenta que no había nadie, él se encontraba en una cena, rodeado de sus familiares cercanos, o por lo menos eso pensaba, todo era risa y alegría en esos momentos, se contaban anécdotas y chistes. — ¿Recuerdas cuando…? ¿Había una vez…? Ja, ja, ja, ja…

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Decide ir por un vaso de agua y cuando cruza la puerta se encuentra en una calle con un carro de cabeza ardiendo en llamas, ve los cuerpos inmóviles de sus padres y a él mismo desmayado en la carretera, el shock es tal que despierta confundido sin saber si lo que tenía en su rostro eran lágrimas, sudor o agua de la tina, tiene unos breves recuerdos de su sueño Día a día se enfrenta a la misma realidad, tiene sueños que parecen memorias, pero él no lo logra recordar, solo sabe que un día despertó en el hospital sin saber quién era o que hacía ahí, solo sabía que su familia había muerto en un accidente, o eso decía el doctor. Se levantó, secó y fue por su café, mientras lo bebía junto con unas píldoras que consiguió por ahí contemplaba la lluvia por la ventana, se sentó a escribir una carta y por fin se fue a dormir, sabiendo que su sueño era feliz decidió no despertar para no llegar de nuevo al final, las píldoras hicieron su efecto y Alex se fue a recordar

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La revista independiente Unión “José Revueltas” es sin ánimo de lucro, es un espacio para todo el público por la construcción y marcha hacia una nueva cultura. Queda estrictamente LIBRE la reproducción parcial o total de la misma.

Agradecemos fraternalmente a todas las personas que hicieron parte de este número y a sus lectores. Así como invitamos a que nos escriban y sigan formando parte de este proyecto. ¡Gracias totales!

Grupo Cultural Unión “José Revueltas”

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