El bosque de alaia

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El bosque de Alaia


Este cuento esta escrito con humildad y cariño, el proyecto de ilustrarlo fue gestado un día en cordoba. En Culturhaza, tras un casual, para los que crean en la casualidad, y felix encuentro.

¡¡¡Feliz cumplaños Cirio!!!


El bosque de Alaia Autor: Gabriel BenĂ­tez Galve Ilustraciones: Sandra Revuelto SĂĄnchez


Había una vez, en el País Donde Todo Es Posible, una pradera muy, muy extensa; tan plana y tan extensa era que, si te ponías en el centro y mirabas alrededor, veías hierba por todos lados: ni un árbol, ni un arbusto, sólo hierba y nada más.

En primavera, la hierba era verde: al principio llegaba a la altura de los tobillos, a mediados de la primavera llegaba por las rodillas y a finales la hierba estaba tan alta que había que dar un salto o subirse a los hombros de otra persona para poder mirar por encima.


PD

TP


En verano las hierbas cambiaban de color: se ponían amarillentas y estaban cargadas de espigas. Y después del otoño, cuando llegaba el frío del invierno, la blanca nieve cubría toda la llanura, como si un gigante hubiese extendido una enorme toalla blanca sobre la pradera.


Y así, año tras año, en el País Donde Todo Es Posible, las estaciones iban pasando, lentamente: primavera, verano, otoño e invierno, y cada momento tenía su propia belleza.


En primavera, cuando crecía la hierba verde, había mucha comida para los ciervos, los caballos salvajes y las ovejas; y cerca de las ovejas siempre había personas que las pastoreaban. Los pastores no vivían todo el año en la pradera, sino solamente cuando había alimento para los rebaños; eran nómadas, y cuando se terminaba la hierba en un sitio se iban a otro lugar donde las ovejas pudieran alimentarse. Por eso, vivían en unas casas especiales que se podían desmontar, mover a otro lugar y volver a montar de nuevo: estas casas, parecidas a las tiendas de campaña, son las

yurtas.




En una yurta en el País Donde Todo Es Posible vivían Alaia y su hijo Izar, que nació durante el comienzo de una primavera, al anochecer, justo cuando empezaban a aparecer en el cielo las primeras estrellas de la noche, por eso su madre le puso ese nombre, que significa "estrella". Con ellos convivían dos burritas jóvenes de pelo gris y un rebaño de ovejas de piel negra y lana blanca. Las ovejas se esquilaban cada verano, cuando no necesitaban su blanco y calentito abrigo de lana; Alaia vendía la lana en el mercado y, con el dinero que ganaba, compraba verduras, arroz, judías, garbanzos, frutos secos y, de vez en cuando, un poco de miel o unos huevos. Con la leche de las ovejas Alaia hacía un queso tan rico que, cuando se lo regalaba a alguna de sus amigas, siempre sonreían y le decían con alegría "¡Gracias, gracias!"


En el País Donde Todo Es Posible hubo un tiempo, muchos años atrás, en que abundaban los árboles, pero ya no quedaba ninguno y nadie sabía por qué, simplemente ya no crecían allí. Así que no había leña para hacer fuego.

Por eso, cada año, cuando empezaba a hacer frío, Alaia e Izar desmontaban su yurta, la ponían en un carro al que enganchaban las burritas y se marchaban hacia el sur, junto con su rebaño de ovejas; cada mañana se ponían en marcha y viajaban durante todo el día, hasta el anochecer, dormían en el carro y así, despuès de diez días encamino llegaban al País de los Aguacates, donde no había invierno, ni estaciones:


hacía calorcito todo el año.

hacía calorcito todo el año. En este país había muchos arbustos y

En árboles este país arbustos y dehabía todas muchos clases, pero sobre todo árboles dede todas clases, pero sobre todo árboles aguacate: estaban por todas árboles de aguacate: estaban por todas partes y, cuando estaban maduros, las partes y, cuando estaban maduros, las personas podían comer aguacates siempersonas podían comer aguacates siempre pre que querían, porque había de sobra que querían, porque había de sobra para para todos. Al llegar a este país, Alaia e todos. Al llegar a este país, Alaia e Izar Izar montaban su yurta junto a un río montaban su yurta junto a un río de de aguas limpias donde nadaban truchas aguas limpias donde nadaban truchas y y tortugas; vivían duranteunos unos meses metortugas; allíallí vivían durante ses y después volvían al País Donde Todo y después volvían al País Donde Todo Es Es Posible la primavera: entonces,las Posible parapara la primavera: entonces, las burras y las ovejas comían tanta burras y las ovejas comían tanta hierba fresca y se ponían gordas que parehierba fresca y se tan ponían tan gordas que cían globosglobos con patas. parecían con patas. Y así, cada año, junto con su yurta y sus animales, Alaia e Izar se movían de un país a otro, quecon las cigüeñas y y Y así, cada año,igual junto su yurta susotras animales, Alaia e Izar se movían aves migratorias, y vivían felices de así. un país a otro, igual que las cigüeñas y otras aves migratorias, y vivían felices así.


Un día, en el País de los Aguacates, cuando Izar tenía 7 años, estaba jugando con su amigo Famir a trepar a un gran manzano cuando Kamal, el panadero, que era el padre de Famir, les preguntó: “¿queréis ayudarme a traer leña para encender el horno?” y es que Kamal necesitaba quemar mucha leña dentro del horno para calentarlo por dentro y así poder hacer el pan. Izar y Famir fueron al bosque a buscar ramas caídas y secas (que ardían muy bien), se las llevaron a Kamal y desde aquel día se convirtieron en sus ayudantes. Pero Kamal, además de hacer pan, también sabía construir hornos, y cada vez que algún vecino le encargaba que construyera un horno (para poder hacer pan), Kamal les pedía a Izar y Famir que le ayudasen, y los dos niños se divertían mucho aprendiendo y cada día aprendían más y más...




UnaUna mañana, después de ayudar unauna vez vez más a mañana, después de ayudar Kamal en la construcción de un horno, Izar se más a Kamal en la construcción de un hordio cuenta de que quería aprender en serio esa no, Izar se dio cuenta de que quería aprenprofesión y convertirse de mayor en un construcder en serio esa profesión y convertirse de tor de hornos, así que habló con Alaia y le dijo: mayor en un constructor de hornos, así que habló conquiero Alaia yser le constructor dijo: “ mamá, de mayor de

hornos para me ser gusta mucho ayudar “ mamá, de hacer mayor pan; quiero constructor a Kamal en esepara trabajo y también cuande hornos hacer pan; me disfruto gusta mucho do veo que a las personas pueden hacer el pan en ayudar Kamal en ese trabajo y también su propio horno, así que lo he decidido: mipuetrabadisfruto cuando veo que las personas jo será mismo den el hacer el que pan el ende suKamal”; propio horno, así que lo he decidido: mi trabajo será el mismo Alaia le contestó: que el de Kamal”; “si quieres aprender Alaia le contestó:ese oficio, a partir de ahora tendrás que quedarte a vivir en el País de los “si quieres ese oficio, a Aguacates conaprender Kamal y aprender Famir durante varios partir de ahora tendrás que quedarte a años, y no podrás venir conmigo cuando me marel País deal los Aguacates con Es Kamal chevivir cadaen primavera País Donde Todo Posible; y Famir durante variosparte años,del y no podrás así que durante la mayor año estareconmigo cuando me marche cada mosvenir separados” primavera al País Donde Todo Es Posible; así que durante la mayor parte del año estaremos separados”


Izar se sintió triste ante la idea de separarse de su madre; esa noche salió a pasear por la orilla del río y se sentó a escuchar el murmullo del agua, que era para él como una música que le acompañaba cuando quería estar solo. No sabía qué hacer... quería estar con su madre, pero también quería ser constructor de hornos y sabía que tendría que quedarse en el País de los Aguacates para aprender con Kamal, porque en el País Donde Todo Es Posible no había nadie que pudiera enseñarle (allí no había hornos, ni leña, sólo hierba). Dando un suspiro se echó hacia atrás para tenderse de espaldas sobre la hierba y, mientras miraba el cielo lleno de estrellas... ¡se dio cuenta de la solución! volvió sonriendo a la yurta donde estaba su madre y le dijo: “me quedaré a vivir con Kamal y Famir en el País de los Aguacates a partir del próximo invierno, pero antes, viajaré contigo en primavera, por última vez, al País Donde Todo Es Posible”. “Muy bien, de acuerdo”, dijo Alaia, “así lo haremos”.



Y así, cuando llegó la primavera madre e hijo se mudaron en su carro a la pradera; Izar llevó consigo, sin que Alaia se diera cuenta, un saquito que contenía mil semillas, diez semillas de cada especie de árbol: había nogales, encinas, manzanos, pinos, almendros, madroños, álamos, algarrobos, moreras, robles, acebuches... y así hasta cien especies diferentes. Durante aquella primavera, Izar se levantaba cada mañana al amanecer y se alejaba un poco de la yurta; llevaba en una mano un saquito con semillas y en la otra un palo afilado por uno de sus extremos; entonces, donde la tierra estaba húmeda y blandita, clavaba el palo y hacía un agujero: ponía dentro una semilla y lo tapaba bien para que quedase bien enterrada, y así diez veces cada mañana; un día plantaba nogales, al día siguiente almendros, y así... Y cada día iba a un lugar diferente para que las semillas tuvieran espacio para crecer separadas unas de otras. Así, después de cien días de siembra el saquito de semillas se quedó vacío y la pradera, aunque nadie más que Izar lo sabía, quedó llena de semillas que, muy poco a poco, empezaron a crecer y a convertirse en pequeñas plantas, muy pequeñas al principio.



Pasó el verano y en otoño, cuando empezó a hacer frío, Alaia e Izar desmontaron la yurta y viajaron en su carro al País de los Aguacates, donde Famir estaba esperando con impaciencia a Izar para seguir jugando, divirtiéndose y aprendiendo más y maś cada día de Kamal sobre la construcción de hornos. Y desde ese momento,


IzarIzar se quedó se quedó a vivir a vivir en el enPaís el País de los de Aguacates. los Aguacates. un año, otro y muchos más... PasóPasó un año, otro y muchos más... Izar y Famir iban creciendo y se convirtieron Izar y Famir iban creciendo y se convirtieron en en muchachos muchachos y más tarde en hombres que construían hornos y más tarde en hombres que construían hornos para la gente; y paraasí, la muchas gente; personas podían hornear pan, pizzas, y así, muchas personas podían hornear pan, pizzas, bizcochos y otros muchos alimentos deliciosos... bizcochos y otros muchos alimentosen deliciosos... Cada año, Alaia se encontraba otoño con

Cada año, encontraba en otoño con Izar enAlaia el Paíssede los Aguacates Izaryen el tarde, País deen los Aguacatesse marchaba de nuevo más primavera, al tarde, País Donde Todo Es Posible con las y más en primavera, se marchaba deburritas nuevo y el rebaño de ovejas. al País Donde Todo Es Posible con las burritas y el rebaño de ovejas.


Hasta que un verano, cuando Izar ya tenía 25 años, se enamoró de la hermosa Ana y los dos juntos fueron al País Donde Todo Es Posible a visitar a Alaia y ¡se encontraron todo lleno de árboles! e Izar dijo: “ madre, si miras a tu alrededor verás que hay muchos árboles donde antes sólo había pradera; hace muchos años, durante mi última primavera aquí, planté mil semillas y ahora puedes ver que de las semillas nacieron pequeñas plantas que han ido creciendo durante todos estos años y ahora son árboles: y los pájaros hacen sus nidos en sus ramas, y los días de mucho calor en verano las ovejas se protegen del sol bajo su sombra; algunos de los árboles dan frutos comestibles y otros dan leña y así podemos hacer fuego y calentarnos en invierno.



Por eso, a partir de ahora, si no te apetece, no tendrás que viajar cada invierno al País de los Aguacates y podrás quedarte a vivir todo el año en el País Donde Todo Es Posible, yo construiré para ti un horno junto a tu yurta y podrás hacer pan. Y además, Ana y yo pondremos nuestra yurta cerca de la tuya, y así, ahora que hay muchos cabellos blancos en tu pelo y arrugas en tu cara, cuidaremos de ti y nos haremos compañía hasta que la Vida se separe de tu cuerpo”. Y así lo hicieron: vivieron felices muchos años más, mientras seguían brotando y creciendo árboles y más árboles... y así, la pradera se convirtió en un bosque alegre y lleno de vida y lo llamaron el bosque de Alaia, que quiere decir “alegría”, y si alguna vez lo atraviesas en silencio, quizá notes hermosos sentimientos en el corazón, porque es un bosque que nació del amor.

Y, colorado, colorín, este cuento llegó a su fin”.




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