Favoritismo.

Vino a mi mente un término, una palabra, una profunda y al tiempo sencilla comnotación, Favoritismo, el surtido hacía ella, hacía lo que era, hacía lo que representó, representa y representará, hoy, mañana y siempre.

Favoritismo porque entre tantos momentos, personas, y situaciones, era ella lo acorde, lo ideal, lo primordial, aquello de caracter necesario de imponencia ante cualesquiera nuevas variantes, impregnó mi vivir a través de la cotidianidad de su sonrisa, aquella extraña, rara, pero sin igual, tan diferente que jamas apareció una como ella.

Tan especial y general, tan única y favorita, ella, ella y su sonrisa, mi sonrisa favorita. Aquella que me llevó y me llevará a navegar en un mundo paralelo al real en el cual sólo abunden pequeños delerios y deseos de nuevas vivencias, vivencías únicas, meticulosas en su esencia por no dejar escapar detalles que generen una percepción distinta a la que genera aquella sonrisa, mi sonrisa favorita, aquella tan complicada que nunca supe la técnica exacta para provocarla, pero que conté con la suerte y la dicha de generar y a la vez degenerar de éste mundo real, pero que vivirá por siempre en lo paralelo dentro de mis delirios basados con locura en lo que un día fue mi parte favorita del día, del tiempo y de la vida.