El Agua El Agua, motor de desarrollo del Aljarafe
motor de desarrollo del Aljarafe
RICARDO GAMAZA
Ricardo Gamaza (Sevilla 1971) es licenciado en periodismo por la Universidad de Sevilla. Ha cursado además estudios de publicidad, protocolo y Política Ambiental Comunitaria (European Journalism Centre, Bruselas). Periodista ambiental desde hace dos décadas, ha desarrollado su labor informativa en medios de prensa escrita, radio, televisión y como asesor de comunicación en desarrollo sostenible para la Administración andaluza en proyectos emblemáticos como la gestión del agua, las estrategias de conservación del lince y las praderas de posidonia oceánica o la diversificación económica sostenible de los territorios rurales andaluces. Como director y guionista de documentales de naturaleza y de suplementos especializados de medio ambiente, ha cosechado diversos premios nacionales e internacionales como el Premio Panda de Comunicación Ambiental de WWF-España, el Premio Doñana Sostenible de la Fundación Doñana 21, el Premio Nacional de Periodismo Ecovidrio, Premio Almediam de Comunicación Científica, Premio Nacional Flacema de Periodismo, Premio Dragona Iberia de la Fundación Nueva Cultura del Agua o el Premio Internacional Telenatura, entre otros galardones. Autor de más de 1.400 reportajes medioambientales en diferentes periódicos y revistas especializadas y de más de 300 audiovisuales de naturaleza para la televisión pública andaluza y para diversos centros de visitantes de espacios naturales, ha formado parte de la Junta Directiva de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental de España durante la última década y a la organización sin ánimo de lucro Oceánidas, siendo en la actualidad uno de los periodistas con mayor trayectoria ambiental de Andalucía.
EL AGUA, MOTOR DE DESARROLLO DEL ALJARAFE
Ricardo Gamaza
EDITA: ALJARAFESA AUTOR: RICARDO GAMAZA COORDINA: SERVICIO DE COMUNICACIÓN E IMAGEN DE ALJARAFESA FOTOGRAFÍA: SANDRA D. SIACHOQUE, ARCHIVO FOTOGRÁFICO AYTO. DE PILAS, ARCHIVO FOTOGRÁFICO ALJARAFESA, ARCHIVO FOTOGRÁFICO AYTO DE TOMARES. DISEÑO Y MAQUETACIÓN: ARTE COMERCIAL IMPRESIÓN: CORIA GRÁFICA PRODUCCIÓN CREATIVA: BE PRESS COMUNICACIÓN © 2011, ALJARAFESA PUBLICACIÓN GRATUITA, PROHIBIDA SU VENTA DEPÓSITO LEGAL: ISBN:
ÍNDICE
Presentación: Fernando Rodríguez Villalobos. Presidente de Diputación, de la Mancomunidad del Aljarafe y de Aljarafesa 8 Prólogo 9 El Aljarafe, un mirador con pies de agua 12 Naturaleza humanizada 15 La huerta de Hércules 16 El Aljarafe en los tiempos del cólera 19 Entrevista. Jesús Raúl Navarro (historiador del CSIC) 20 La vida en torno al pozo y la fuente 23 Haciendo potable el agua 25 Entrevista. Antonio Valverde Macías (Vicepresidente Ejecutivo de la Mancomunidad del Aljarafe) 26 El salto del acuífero al pantano 29 La Mancomunidad: Unidos por el agua 30 El laberinto (municipal) del agua 32 Entrevista. Joaquín Fernández Garro (Vicepresidente Ejecutivo de Aljarafesa) 34 El nacimiento de Aljarafesa 37 Entrevista. Carlos Moreno Pacheco, Director-Gerente de Aljarafesa 38
Entrevista. Guillermo Becerra Hernández, miembro del primer equipo de Aljarafesa 40 Entrevista. José Mª Cáceres Éxposito, miembro del primer equipo de Aljarafesa 41 Pocos medios y muchas ganas 42 Un modelo de gestión para ganar una carrera de obstáculos 44 El abastecimiento extensivo 49 Adelantándose al futuro 52 Agua de calidad gracias a la tecnología 54 Cooperación imprescindible y constante 56 Aguas limpias 58 Doñana, una responsabilidad compartida 61 Los rios del Aljarafe, libres de vertidos 63 Pensando en las personas 64 Implicados y con voluntad de servicio público 66 El milagro del agua 68 Aljarafesa, la empresa de los ayuntamientos 71
Presentación del Presidente
Prólogo
“Cuando bebas agua, acuérdate de la fuente”
UN LIBRO PERIODÍSTICO
Fernando Rodríguez Villalobos, Presidente de Diputación, de la Mancomunidad del Aljarafe y Aljarafesa Es para mi una satisfacción poder presentar este libro histórico, en el que tantas personas relevantes de la provincia cuentan la historia de un servicio público tan importante y necesario como es la prestación del ciclo integral del agua a los vecinos de nuestros pueblos. Cuando me invitaron a participar en este proyecto pensé que me tocaba narrar las conclusiones que en este documento se expondrían y explicar, al fin y al cabo, en qué se ha convertido esta empresa que contó con durísimos comienzos y que, gracias al esfuerzo conjunto, a la imaginación, al trabajo duro y a la profesionalización de los agentes actuantes, se ha convertido en un modelo a seguir. Un referente no solo en la provincia de Sevilla, sino a nivel nacional, para los proyectos de integración de sistemas de abastecimiento y depuración. Y digo esfuerzo conjunto, porque a lo largo de los últimos cuarenta años, los responsables corporativos de los distintos ayun-
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tamientos que integran la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe, abanderados desde sus comienzos por la Diputación Provincial de Sevilla, han luchado por el bien común de la comarca, dejando aparte ideologías y colores políticos. Y destaco imaginación, porque Aljarafesa ha sido pionera a lo largo de estos años, no sólo en la forma asociativa de la propia Mancomunidad, sino también en la fórmula de gestión de tan preciado bien como es el agua. En referencia al duro trabajo, este es fácilmente medible si observamos la infraestructura y gestión con las que contaba el Aljarafe cuando Diputación se hizo cargo del abastecimiento conjunto y lo comparamos con la garantía, la fiabilidad y la calidad del servicio con los que hoy por hoy se cuenta en la comarca, tal y como nos indican su ratios de gestión. Y cómo no, todo esto no hubiera sido posible si no hubiera estado amparado por un
equilibrado equipo de profesionales que supieron entender las decisiones de los responsables de la empresa y llevarlas a buen puerto. De modo que, con este breve resumen -a lo largo del libro encontraréis todos los detalles sobre los conceptos aquí mencionados-, vuelvo a agradecer la posibilidad que se me ha otorgado de presentar la obra y aprovecho para felicitar a todos aquellos que han contribuido a que esta historia no quede en el olvido. A la Administración que confió en nuestro proyecto y siempre nos apoyó; a mis antecesores en la propia Diputación por aquella apuesta tan arriesgada que asumieron en su día; a los responsables políticos de todos los Ayuntamientos del Aljarafe que luchan por el bien común de toda una comarca; y cómo no, a los trabajadores que con su esfuerzo diario han conseguido hacer de Aljarafesa un referente nacional en la gestión del ciclo integral del agua.
Un territorio contado desde el agua. El Aljarafe es una comarca sevillana, cuya historia ha estado relacionada muy estrechamente con los recursos hídricos y que tiene en el agua una razón de ser en tanto que ha condicionado la calidad de vida y el desarrollo de estos pueblos. La historia del Aljarafe, contada desde su vinculación con el agua, es una forma original y novedosa de acercarse a las formas de vida y la evolución teniendo en cuenta que el agua es mucho más que un simple recurso. Pero no sólo el enfoque de este libro es innovador, también lo es la forma escogida para contar esta evolución de cómo se ha vivido y se vive en el Aljarafe. Se trata de un libro periodístico en el sentido de que todos los textos responden a este género literario, ya sean reportajes o entrevistas. De esta manera, no sólo se le ha dado protagonismo a las personas, que son la fuente originaria de las historias que aquí se narran, sino que se ha buscado un estilo de redacción cercano, ágil y sencillo para que el lector pueda navegar por sus páginas y disfrutar de un acercamiento a esta tierra marcada por el agua. El presente libro es el fruto del trabajo periodístico realizado durante todo un año, a lo largo del cual se han realizado más de
Proverbio chino
medio centenar de entrevistas a personas de a pie, investigadores, naturalistas, historiadores, técnicos relacionados con el agua, y un largo etcétera, que ha permitido a su autor hacer un acercamiento humano a la realidad del agua en el Aljarafe. De la misma forma, además de contar con testimonios de primera mano de las personas que han vivido de cerca el Aljarafe y el crecimiento del mismo paralelamente a la dotación de nuevos servicios de agua en la comarca, para la elaboración de este libro se ha desarrollado una amplia tarea de documentación histórica en las hemerotecas, centros de documentación, archivos municipales y de la Diputación Provincial de Sevilla, además de publicaciones específicas sobre el tema para las que se ha entrevistado a sus autores. El enfoque periodístico de este libro parte de su autor, Ricardo Gamaza, periodista ambiental en ejercicio desde hace cerca de dos décadas en medios de comunicación de prensa, radio y televisión, y amplio conocedor de la realidad del Aljarafe al ser un poblador de esta comarca desde hace una década. La vinculación del autor con el agua en particular y el desarrollo sostenible
en general, queda también de manifiesto en algunos de los premios periodísticos que ha recibido a lo largo de su trayectoria profesional, como el Premio Panda de Periodismo Ambiental de WWF-España o el Premio Nacional Doñana Sostenible de la Fundación Doñana 21, entre otros. En resumen, tiene usted en sus manos un libro que pretende acercarle la realidad de una comarca que puede contemplarse como el paradigma de otros muchos territorios, donde el agua es el motor para el desarrollo sostenible de los pueblos que permite mejorar la calidad de vida de sus gentes, poniendo de manifiesto que el agua hace historia. Esperamos que disfrute de su lectura y que a partir de ella se enriquezca su percepción del agua como un elemento de vida.
“La hermana agua, que es utilísima, preciosa, casta y humilde” San Francisco de Asís
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11 Sede de Aljarafesa en Tomares
historia El Aljarafe, un mirador con pies de agua El Aljarafe es una comarca sevillana que se levanta sobre una meseta al oeste de la capital hispalense. Su elevación sobre el terreno de unos 200 metros de media, es la principal característica geográfica de esta comarca que los árabes bautizaron como Al Xaraf, que significa otero o elevación, derivando en su nombre actual. Se trata de un enclave en el que el agua tiene un gran papel protagonista y que ha favorecido los asentamientos humanos desde tiempos inmemoriales gracias a la accesibilidad a este recursos vital para la vida. Geográficamente el Aljarafe se articula en medio de los ríos Guadalquivir, Guadiamar, Alcarayón y Pudio, a los que desembocan los arroyos que surcan la comarca como el Majaberraque, Pilas, Montijos, Ardachón y Valdegallinas. Estos arroyos adquieren grandes caudales en épocas de lluvias, pudiendo incluso ser torrenciales ocasionando riadas y desbordamientos; paradójicamente en verano -más aún si se trata de veranos calurosos- apenas llevan caudal y llegan a estar incluso secos en su totalidad. El papel omnipresente del agua en esta comarca tiene también mucho que ver con su subsuelo, ya que el acuífero que lleva su nombre y que la recorre, va desde el Gua-
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dalquivir en su límite occidental, al Guadiamar en su límite oriental, con un espesor mínimo de diez metros, máximo de 80 metros y 30 metros de media. Según el Plan de Investigación de Aguas Subterráneas del Instituto Geológico Minero de España (IGME), los niveles de contaminación de este acuífero son altos debido fundamentalmente a las actividades agrícolas. El IGME indica también que las extracciones de agua subterránea desde los años 80 se dedican casi en su totalidad (entre 22,4 y 25,6 hectómetros cúbicos anuales) a riego y muy residualmente a uso urbano (apenas 0,4 hectómetros cúbicos anuales). El 25 de febrero de 1988, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declaró provisionalmente sobreexplotado el acuífero del Aljarafe y se puso la voz de alarma sobre la posibilidad de que la zona sur del acuífero se viese afectada por procesos de salinización, afectando a Doñana. Precisamente es la cercanía y el vínculo territorial con Doñana lo que convierte al Aljarafe en una comarca de especial protección de sus aguas. De hecho, el Guadiamar está considerado el pulmón hídrico de este espacio natural emblemático.
13Mayor Guadiamar a su paso por Sanlúcar La
Es precisamente en la zona sur del Aljarafe donde se encuentra la naturaleza más originaria de toda la comarca al ser la zona con menor ocupación humana. Aquí, el pino piñonero y el alcornoque son los grandes pobladores del terreno, dando cobijo en lo que a fauna se refiere a jabalíes y ciervos, como especies de interés cinegético (una actividad que se mantiene en la zona) y al lince ibérico y el águila imperial, como especies en peligro de extinción. Sin embargo, la cercanía a Doñana hace que la fauna más emblemática sean las aves acuáticas, tanto residentes como migratorias.
Naturaleza humanizada El del Aljarafe es un ecosistema muy antropizado. La presencia del hombre desde épocas remotas ha modelado un paisaje adaptado en gran parte a la agricultura del olivar fundamentalmente, pero con otras riquezas ecológicas que se han conservado, creado y potenciado en muchos casos.
Rio Guadiamar, unos de los ejes hídricos del Aljarafe
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Las escasas manchas que quedan al abrigo de las urbanizaciones y de las grandes extensiones agrarias recuerdan lo que antaño fueran bosques de encinas, alcornoques y acebuches. Estas tres especies junto a los bosques de ribera, todavía conservados en torno a los arroyos y ríos emblemáticos, tienen su mejor exponente en el Corredor Verde del Guadiamar, una zona eminentemente agrícola con abundancia de cultivos frutales
hasta que aconteció el desastre ecológico de la mina de Boliden Apirsa ubicada en Aznalcóllar, cuyos lodos tóxicos anegaron el río y sus alrededores en 1998. Sin embargo y paradójicamente, la recuperación ecológica de la zona afectada ha traído consigo un bosque de ribera con unas excelentes calidades de conservación y vida. Este paisaje, declarado exento de actividades agrícolas y dedicado en exclusividad a la conservación natural y el uso público, es el que recorre el Aljarafe de norte a sur dando la entrada a Doñana, el espacio natural de mayor renombre de toda Andalucía, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco y de la que forman parte algunos pueblos ligados al Aljarafe como Aznalcázar, Isla Mayor, Pilas, Puebla del Río y Villamanrique de la Condesa.
La zona más humanizada es sin lugar a dudas la que linda con el río Guadalquivir. En esta zona al este de la comarca, la presencia de vegetación autóctona está muy limitada por la gran explosión urbanística que es la que ha posibilitado el gran aumento poblacional en términos absolutos de la comarca. La cornisa norte del Aljarafe está principalmente dominada por cultivos de secano, al igual que la zona oeste de la comarca, dedicada fundamentalmente al cultivo del cereal.
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La huerta de Hércules El Aljarafe ha estado poblado desde tiempos inmemoriales, como acreditan restos neolíticos todavía bien conservados como el dolmen de la Pastora, un yacimiento prehistórico en Valencina de la Concepción descubierto a finales del siglo XIX y considerado en la actualidad como uno de los más importantes de toda la Península Ibérica. Este enterramiento, uno de los principales de la Época Megalítica peninsular, acredita el asentamiento humano desde épocas remotas. De hecho, se trata de un asentamiento superior a las 400 hectáreas, uno de los mayores del III Milenio AC. Descrita por el historiador griego Estrabón como ‘La Huerta de Hércules’, el Aljarafe no tuvo entidad hasta muchos siglos después, como indica uno de los principales historiadores del Aljarafe, Antonio Herrera: “Posiblemente los pobladores antiguos no tenían conciencia de que estaban viviendo y creando una entidad geográfico-humana que sería una comarca. La proximidad haría que tuvieran cierto sentido de la convivencia, incluso tribal, porque parece que, por ejemplo, tanto los dólmenes y enterramientos de Valencina, como la cueva de la Pastora indican que había cierta jefatura: eran enterramientos de jefes”.
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ACUEDUCTOS ROMANOS
En la época romana se da un apogeo de la población del Aljarafe con las ‘villae’, las primeras construcciones de renombre en la comarca que han dejado también su huella en la toponimia como es el caso de Villanueva del Ariscal, Villamanrique, etc. cuyos nombres proceden de las villas romanas. El Aljarafe estaba en el balcón sobre Itálica, llamada Sevilla la Vieja en tanto a que era la gran ciudad romana, a la que abastecía de materias primas y sobre todo de alimentos. La población de entonces es todavía muy dispersa, sin núcleos de aglomeraciones urbanas, situación que se prolongará hasta la época musulmana. La irrupción musulmana, a principios del siglo VIII, supone la entrada de las nuevas formas de regadío que son un revulsivo innovador del sector primario. “El Aljarafe fue incluso un campo de experimentación de formas de cultivos nuevos que llegaban de Oriente; para eso el regadío era esencial y surgen las primeras construcciones para ello, como las norias hispano-musulmanas”, explica el historiador Antonio Herrera. Las antiguas explotaciones romanas (villae) se convierten ahora en las alquerías, si bien la estructura es muy similar: una casa de labor con hacienda, donde
A Itálica llegaba en tiempos romanos dos acueductos, uno de ellos partía de los manantiales del Guadiamar, en el corazón del Aljarafe actual.
los trabajadores residen para explotar la zona. Lejos de las exageraciones de que en el Aljarafe existían 100.000 alquerías, lo cierto es que en época musulmana se produce la primera gran explosión demográfica de la comarca. La población hispano-musulmana abandonará el Aljarafe con la reconquista, dejando de nuevo despoblada la comarca en la época cristiana. “Sin embargo, la historia del Aljarafe propiamente dicha empieza en la época cristiana -apunta Antonio Herrera-, que es cuando se designa a toda la zona con su nombre actual: Aljarafe”. Tras la reconquista cristiana y con objetivos más defensivos que económicos, se inician las primeras aglomeraciones que acabarán siendo los actuales municipios. Sanlúcar la Mayor, Aznalcóllar, Aznalcázar, son plazas fortificadas donde se agrupa la población y desde donde se atrae a los pobladores de los alrededores bajo el mando de los primeros alcaides y concejos, ya con una organización económica, social y política. Las operaciones de repoblación se llevan a cabo mediante cartas-puebla invitando a los nuevos pobladores a los que se les dan tierras, instrumentos, facilidades como la cons-
Restos Acueductos Romanos en Aznalcóllar
trucción de molinos harineros, de aceite... a cambio de partes de la producción que debía entregarse a los señores feudales. De esta manera en el siglo XV ya están consolidados los concejos del Aljarafe. Los núcleos poblacionales que acabarán siendo los municipios actuales. En los siglos siguientes, tras el descubrimiento de América, la cercanía del Aljarafe -que linda con el Guadalquivir, hará que la comarca viva su época dorada. “Una estructura políticoeconómica que mediante las concesiones reales reparte el Aljarafe a diferentes señores feudales”, aclara el historiador Antonio Herrera. Es una época en la que el Aljarafe
sigue creciendo poblacionalmente con señoríos muy extensos entre el que destacó el del Conde Duque de Olivares, Conde de Olivares y Duque de Sanlúcar la Mayor, que además de ambos pueblos tenía también bajo su señorío parte de Castilleja de la Cuesta, Camas, Bollullos de la Mitación, Salteras, Castilleja de Guzmán, la Puebla y Palomares del Río. La guerra de independencia contra la ocupación de Francia dejará también huellas históricas en el Aljarafe, que quedó desabastecida pero que no perdería ya su identidad comarcal que ha mantenido hasta tiempos contemporáneos.
LA CULTURA ÁRABE DEL AGUA La dominación árabe de la Península fueron años dorados para las construcciones hidráulicas. De esta época son las alquerías, redes de conducción como acequias e incluso baños árabes.
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trabajo al tratarse de actividades agrarias que dan empleo sólo en determinadas estaciones del año”, señala el historiador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Jesús Raúl Navarro. En la década de los 60, poblaciones como Villamanrique de la Condesa, Palomares del Río o Carrión de los Céspedes, estaban diezmadas por el paro, con más de un millar de obreros agrícolas sin empleo. Tiempos en los que los ayuntamientos tenían que dedicar parte de sus fondos al reparto de pan o de garbanzos entre los campesinos.
El Aljarafe en los tiempos del cólera
Los porcentajes de paro obrero agrícola, superiores al 80% en el Aljarafe, hacen temer revueltas campesinas que, para evitarlas, llevó a los dirigentes políticos a tomar medidas urgentes como el reparto de alimentos básicos. Esta gran cantidad de población en paro fomentó así la primera llegada de inver-
siones por parte de las instituciones, que empiezan a realizar envíos de dinero para solventar las necesidades más inmediatas. “El concepto de ahorro que podemos tener hoy en día de las familias no existe. El jornalero vive casi al día. Hay que imaginarse entonces las repercusiones que tiene en la población rural y campesina una época de sequía en la que los jornales van a caer en picado. Eso conlleva también una menor capacidad de respuesta de otros problemas que aparecen en la comarca que son las enfermedades relacionadas con el agua y el hacinamiento de las personas”, explica Jesús Raúl Navarro, historiador del CSIC. Para este experto en historia del Aljarafe, las repercusiones del paro agrario que afectó con especial virulencia al Aljarafe tendrá también serios efectos sobre la salud: la imposibilidad de tratar las aguas y el hacinamiento de las personas sin recursos acarreará la propagación del cólera por la comarca.
La floreciente agricultura del Aljarafe y la abundancia de agua que durante siglos ha estado atrayendo a cada vez más población fundamentalmente dedicada a la agricultura, hace que la entrada de los tiempos modernos sea muy traumática. “Podemos decir que había una situación extrema de gran necesidad. Eran frecuentes las hambrunas, el paro obrero... El cultivo principal era el olivo y el cereal, con lo que durante grandes periodos de tiempo los campesinos no tenían
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entrevista Jesús Raúl Navarro (historiador del CSIC):
“El cólera saca a la luz las deficiencias de la calidad del agua” -¿Cuál fue la época más negra del cólera en la comarca del Aljarafe?
-¿Porqué surge con tanta virulencia esta enfermedad mortal?
-Los años de 1830 y 1855 fueron los más graves: hubo epidemias de cólera que llegaron a acabar hasta con una persona diaria en los meses de verano en poblaciones como Benacazón, Bollullos de la Mitación, donde hay más referencias documentales.
-El cólera no deja de ser la gota que muestra una situación sanitaria en el país. Por eso, en la época del Franquismo en un país que empezaba a estar desbordado por el turismo era tan grave. El cólera y el carácter epidémico demuestra y saca a la luz unas deficiencias en el tema del agua, tanto en el tratamiento de las aguas negras como la existencia de un agua que no tenía condiciones de potabilidad.
-Esta es una enfermedad muy temida desde siempre. -Por supuesto. El cólera causaba un gran horror en la gente. En el año 1973, la última epidemia procedente de Túnez que tuvo efectos en España, se recuerda todavía de manera fantasmagórica por los que la vivieron de cerca.
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-¿Cuál era el principal foco de infección? -No sólo es el agua potable insalubre. El problema está también en las aguas negras, que no se controlaba que contaminasen los cultivos. Sin duda esa es una vía
de entrada de la bacteria en el organismo. Hasta principios del siglo XX era habitual en grandes ciudades como Madrid, el riego con aguas negras de los cultivos... -¿No había normativa que regulase la calidad de las aguas? -El caso es que las normativas legales empiezan a funcionar bastante rápidamente desde que se descubre la causa de la enfermedad. Desde tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera empieza a detallarse normativa muy concreta y específica. Lo que pasa es que no había medios económicos... Esa situación la encontramos no sólo en los años 40 sino que en los mismos años 70, los pueblos españoles estaban literalmente ‘en cueros’: no había posibilidades económicas de afrontar sistemas
de potabilización de agua. Y además nos encontramos con la incompetencia de las autoridades municipales porque hay una fe ciega en la calidad de las aguas de las poblaciones. -¿Como se acabó con el cólera en el Aljarafe? Pues ante la imposibilidad de que cada pueblo ataje el problema de la salubridad de sus aguas es la Diputación Provincial de Sevilla la que, como organismo supramunicipal, desarrolla un ambicioso plan sanitario que tiene al agua como eje que busca evitar el hacinamiento y el tratamiento de las aguas.
-¿Qué supuso ese plan de la Diputación? Es un plan que lleva adelante la Diputación provincial con lo que ello supone de peso para los municipios, porque el plan se realiza en las instalaciones provinciales de Sevilla pero tiene incidencia en tanto
que muchos pacientes iban a llegar de las poblaciones. Ahí vemos el tratamiento de las heces de los enfermos, la entrada de agua corriente en los hospitales. Pero la importancia mayor es que es un organismo supramunicipal que orienta a los municipios en el tema del cólera.
La vida en torno al pozo y la fuente El cólera no fue la única enfermedad que asoló el Aljarafe en su historia pasada. Además de los episodios puntuales de esta enfermedad devastadora, las fiebres tifoideas acompañaron hasta hace relativamente poco tiempo la vida en los pueblos de una comarca en la que las condiciones higiénico-sanitarias dieron un vuelco hace apenas medio siglo.
Fuente Pública de Espartinas
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Pero si en el cólera hasta mediados del siglo XIX no se encontró la causa de esta devastadora enfermedad, en el caso de las fiebres tifoideas, la otra gran enfermedad que asoló el Aljarafe, sí se sabía desde el siglo XVIII que se debía al consumo de agua contaminada. Pese a ello hay casos de tifus hasta la década de 1970. ¿Porqué se siguen produciendo casos? El historiador Jesús Raúl Navarro lo tiene claro: “Evidentemente porque no se resuelve el problema, que no es otro que la contaminación de los pozos, una contaminación difusa por aguas negras, por un sistema de cloacas que no están en uso. Eso va a favorecer que sigan apareciendo casos de enfermedades relacionadas con el consumo de agua insalubre como el tifus hasta los años 70, como sucedió en Benacazón”. Pero es que en los 40 los casos fueron muy frecuentes, incluso en capitales de provincia. En Sevilla, donde eran aún más abundantes los pozos negros para las heces humanas la situación
llega a ser incluso más grave que en el Aljarafe, pero al contar con mayores recursos económicos que los pequeños pueblos del Aljarafe, se solucionan con más facilidad los casos que van surgiendo. En el Aljarafe, el principal medio para obtener agua era ir al pozo o a la fuente. Los pozos formaban parte de la vida cotidiana de la ciudadanía de la comarca. El problema era que no podía saberse hasta qué punto la contaminación subterránea podía afectar a estas tomas de agua. En el caso de fiebres tifoideas, se conoce la relación causa efecto desde muy pronto, pero el problema era resolver la calidad del agua en zonas donde no había otra forma de obtener el recurso que no fuera a través de pozos. “Por eso se explica que haya tantos casos, tantas muertes también... y sobre todo casos tan tardíos en el tiempo”, explica Jesús Raúl Navarro. En todas las localidades del Aljarafe hay fuentes. La vida de los pueblos pasaba a lo largo del día por la visita a la fuente para el abastecimiento. Llevar cántaros de agua a la casa era una actividad diaria. “Al igual que los pozos y los lavaderos, las fuentes eran núcleos de socialización y también de conflictos, porque había que guardar turno para coger agua y cuando
llegaba algún aguador para abastecer de agua a una población próxima o para abastecer a barrios alejados, ocasionaba esperas y peleas que llegaban incluso a romper las tinajas de agua en la misma fuente con fines no muy pacíficos”. La figura del aguador sin embargo, aunque común en otras zonas, en el Aljarafe no lo fue tanto. Con un subsuelo rico en agua, prácticamente todos los municipios contaban con una fuente municipal o con pozos suficientes para su autoabastecimiento. Sin embargo hubo aguadores que prestaban sus servicios a familias que se ahorraban así el tránsito diario a la fuente o que abastecían a jornaleros y trabajadores. El que fuera alcalde de Bormujos y miembro del primer consejo de Administración de Aljarafesa, Baldomero Gaviño, mantiene en el recuerdo de su infancia la imagen de los aguadores: “Yo recuerdo a los aguadores que eran unos señores que en el caso de la Pañoleta iban con una tina vendiendo agua por las calles. En el caso de Bormujos, que en cualquier sitio había agua, no eran necesarios, pero en otros sitios como La Pañoleta sí existía esa costumbre. Por aquel entonces la visita del aguador era un síntoma de confort... no había que ir a por agua”.
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El historiador del Aljarafe Antonio Herrera recuerda también la abundancia de fuentes de abastecimiento para las necesidades ciudadanas en todos los pueblos, como en Villanueva del Ariscal, “donde había tres fuentes públicas y ahí iba la gente a aprovisionarse de agua porque, evidentemente hasta hace apenas tres o cuatro décadas no había agua corriente en ninguna casa. Eran fuentes con sus grifos donde la gente llenaba sus cántaros que las mujeres llevaban a sus pueblos en el cuadril, en la cintura, o bien en la cabeza”. El mayor lujo que se podía tener hace menos de medio siglo era la existencia de un pozo en la finca o la casa. “Eso quitaba muchísimo trabajo, pero obviamente no todos los pozos tenían la misma calidad de agua”, aclara el investigador del CSIC Jesús Raúl Navarro. En principio el pozo municipal era el único sobre el qué se suponía que había agua de mayor calidad, dado que su mantenimiento y salubridad corría a cargo de la municipalidad. Sin embargo, no siempre era así y hay testimonios documentales de que muchos estaban, en algunos casos, en mal estado pese a las obligaciones municipales. En todo caso, estaban más controlados y su agua era normalmente de más calidad que los pozos particulares, que eran familiares. En casos muy especiales los pozos particulares llegaron a dar el servicio público abasteciendo a la población. Ese fue el caso de Benacazón, donde tuvo mucha
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fama el Pozo del Rajao, que era el pozo de una antigua venta que abastecía a la población de aquella zona del pueblo. Como indica el investigador del CSIC Jesús Raúl Navarro, “los pozos particulares tenían unas funciones mayoritariamente para lavar, regar, aseo... pero casi nunca como agua de calidad para beber. Actuaba también como nevera para mantener los productos a temperaturas más llevaderas. Por otro lado, también era un lugar simbólico de relación con el inframundo e incluso con las propias corrientes de agua”.
EL AGUA EN LA TOPONIMIA El Aljarafe se nutre de agua de pozo hasta el sistema moderno. Las alusiones al pozo o la fuente son evidentes. En casi ningún pueblo falta la alusión a ellos en calles o comercios que adoptan el nombre de pozo aunque el pozo ya no exista. La toponimia revela un pasado vinculado al agua: calle de la fuente, el brocal, pozo viejo o nuevo. Reminiscencias que hablan de un pasado vinculado a las aguas subterráneas.
Haciendo potable el agua
cidad de los municipios es mínima para poder actuar y cumplir esa normativa. Hay una inconsistencia entre, por un lado, la normativa legal y por otro la capacidad económica de los municipios. Sirva como ejemplo la situación económica de Carrión de los Céspedes, que en 1920 tenía en torno a unas 30.000 pesetas de presupuesto anual para una población de unas 3.000 personas, lo
que se traduce en que había unas 10 pesetas por persona. Un jornal era una peseta y media. Es decir, que con el presupuesto municipal apenas alcanzaba para dar trabajo a cada habitante como 4 ó 5 días al año. Así, los ayuntamientos, sin posibilidades económicas, no podían actuar para garantizar la calidad del agua potable.
Hasta el siglo XX los problemas sanitarios derivados de la escasa calidad del agua o incluso su insalubridad seguirán dando dolores de cabeza a las administraciones. La primera medida que se adoptó fueron las cloraciones del agua. La desinfección del agua con cloro aunque llega a España en los años 30 del siglo XX, no se hará realmente efectiva en los pueblos hasta mucho después. Aunque el tratamiento se conoce, no hay una infraestructura suficiente como para que se pueda llevar a cabo. Así, en los años 70 los municipios no tienen todavía un sistema de cloración eficiente. Se podría hablar de un sistema efectivo en las capitales de provincia, pero en el mundo rural, aunque se sabe que hay que clorar el agua y sus efectos positivos, no hay medios humanos ni económicos para llevar a cabo una cloración efectiva de las aguas para el consumo humano. Por eso todavía en los años 70 hay casos de fiebres tifoideas en el Aljarafe, lo que quiere decir que el sistema de abastecimiento de agua sigue siendo un fracaso. Aunque existe normativa desde los años 20, la capa-
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entrevista Antonio Valverde Macías, Vicepresidente Ejecutivo de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe
“En la Mancomunidad prima el criterio técnico de dar un servicio más que el color político”
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-¿Podría valorar lo que ha supuesto para el Aljarafe la creación y desarrollo de la Mancomunidad de Municipios?
-Hablando más cercanos al presente: ¿Qué destacaría como grandes hitos en los últimos años?
-La labor de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe durante estos años es enormemente positiva. Hay que recordar los inicios de esta Mancomunidad, a la que Salteras perteneció desde su origen, y ver cómo ha evolucionado en todos los aspectos, desde el abastecimiento de agua al saneamiento integral. Hay una gran diferencia desde esos primeros años hasta hoy y en la actualidad estamos recogiendo el fruto de muchos años de inversiones que han permitido mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas del Aljarafe hasta términos impensables hace apenas 40 años.
-Más recientemente, yo destacaría en estos últimos años como principales hitos la incorporación de municipios a la Mancomunidad como Gerena, Villamanrique, Aznalcóllar Incorporaciones muy importantes sobre todo para los vecinos abastecidos. Pero también destacaría el importante volumen de obras e inversiones realizadas en todos y cada uno de los municipios integrantes de la Mancomunidad.
-Poner de acuerdo a tantos pueblos en torno a la gestión del agua no es algo difícil en nuestro caso, pero ello se debe a que prima un criterio de necesidad de prestación de un servicio básico y fundamental para la ciudadanía más que un criterio político. Este es un punto en el que siempre estamos de acuerdo: que cada localidad tenga las mejores condiciones para la prestación del servicio de aguas y por lo tanto siempre han estado por delante los criterios técnicos que han conseguido tener la Mancomunidad que tenemos y el excelente servicio que tenemos a día de hoy.
-Muchos Ayuntamientos y cada uno de diferente color político. ¿Cómo se pone de acuerdo a alcaldes que tienen ideologías contrarias?
-Como representante político que usted es (alcalde de Salteras) ¿qué decisión tomada en la Mancomunidad es la que le ha dado mejor sabor de boca?
-La decisión más satisfactoria para un representante público es poder gestionar un servicio para una población de casi 300.000 habitantes, que en muchas ocasiones y sobre todo históricamente ha sido una dificultad para un pueblo en solitario, para los que formamos parte de la Mancomunidad no es un problema sino una solución lograda a través de la empresa pública Aljarafesa donde además se han logrado altos niveles de excelencia en el servicio que tenemos en la actualidad.
preservar el espíritu que siempre nos ha mantenido unidos pudiendo sacar por unanimidad siempre todas las inversiones y los proyectos en cada una de las comisiones gestoras que yo he tenido la satisfacción de presidir.
-Por último, a nivel personal ¿qué representa para usted ser una de las personas que están al frente de la Mancomunidad? -Para mi es una gran satisfacción estar en la Presidencia de esta Mancomunidad y
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Las primeras infraestructuras con las que contaban los ayuntamientos para el abastecimiento de agua a los vecinos eran manifiestamente deficitarias para el servicio que debían prestar. Había bastantes problemas de suministro en muchos pueblos, como recuerda Alfonso Prieto Puga, Jefe de Servicio de Gestión y Distribución de Aljarafesa: “no era posible tener agua las 24 horas contínuas del día, como hacemos en la actualidad en Aljarafesa o como lo hace cualquier servicio de abastecimiento que se precie”. Prieto Puga añade que “en definitiva, había una carencia de infraestyrcutura en distribución y sobre todo en captación”. En efecto la mayoría de los pueblos no tenían un sistema conjunto de captación de agua a través de un pantano, sino a través de recursos de un acuífero. La manera de obtener agua ha sido siempre un problema de difícil solución. Recurrir a los acuíferos era la única alternativa para municipios que no contaban con otra manera de lograr este recurso. Ello implicaba que cuando el acuífero estaba sobreexplotado, contaminado o bajaba su nivel por sequía, se dejaba de tener agua.
El salto del acuífero al pantano 28
Ante esta precaria situación, el Ministerio de Obras Públicas a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir inició en la segunda mitad del siglo XX un ambicioso proyecto de abastecimiento en Sevilla, primero en la margen derecha del Guadalquivir en pueblos ribereños; y después el abastecimiento de aguas del Aljarafe. Los 19 pueblos que crearían la Mancomunidad del Aljarafe se abastecían hasta en-
tonces de pozos locales que dependían del acuífero del Aljarafe, cada vez más limitado por su uso y sin garantías de abastecimiento para los cerca de 50.000 habitantes que, en poco tiempo, se iban a quedar sin agua. En los años 60 se inició ese proyecto definido para 60.000 habitantes mediante dos ramales de abastecimiento: zona oriental -más próxima a Sevilla- y zona occidental. La captación se realizaba en el Pantano de la Minilla a través del canal del Carambolo, desde donde se impulsaba al cerro del Turrux, el cerro más alto del Aljarafe. Se hicieron depósitos generales para toda la comarca con tratamiento físico químico y cloro; hubo que hacer la conexión con el canal de la Minilla, el centro de tratamiento de agua potable, para llevar el agua, a través de los dos ramales, hasta los depósitos de cada pueblo. La financiación, repartida entre el Ministerio 50%, Diputación provincial 25% y los ayuntamientos, que debían sufragar el otro 25% fue lo que propició la creación de la Mancomunidad del Aljarafe. En palabras de Carlos Moreno, el director gerente de Aljarafesa desde que se constituyó esta entidad que manó de la Mancomunidad del Aljarafe, “en los inicios fue la propia Diputación Provincial la que se hizo cargo de la puesta en marcha de ese proyecto pero con la idea de crear una entidad asociativa, que fue finalmente la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe, para que fueran los propios ayuntamientos los que se responsabilizaran de la gestión de su propio servicio de abastecimiento”.
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La Mancomunidad: Unidos por el agua La Mancomunidad de Municipios del Aljarafe se constituyó en 1971 para crear primero el servicio en alta, es decir, llevar agua desde su captación en el Pantano de la Minilla hasta los diferentes depósitos municipales para que desde ahí, los ayuntamientos se encargasen de distribuir el agua en el interior de sus municipios hasta las casas de cada uno de sus vecinos. La Mancomunidad aunaba así el esfuerzo inversor de los pueblos que tenían un problema común: lograr el abastecimiento de agua en sus municipios, lo que requería nuevas infraestructuras que ninguna de
las arcas municipales podían asumir de manera independiente. La suma de esfuerzos permitió dar un salto de gigante y crear la infraestructura básica que llevase el agua a cada pueblo. Como recuerda Jaime Montaner, Consejero de Política Territorial e Infraestructuras de la Junta de Andalucía 1979 a 1990, “no hubiera sido posible que la Junta de Andalucía hubiera atendido a 28 municipios en aquel entonces o a los 800 actuales si no hubieran existido estos instrumentos de mancomunidades, que eran instrumentos ágiles, cumplidores, instituciones
serias con capacidad técnica y financiera. La política hidráulica de la Junta de Andalucía se ha hecho dentro de un marco de cooperación con las mancomunidades, y en Aljarafesa tenemos el ejemplo más palmario de que solamente en la colaboración y cooperación como preceptos constitucionales, es como puede avanzar Andalucía y así lo hemos hecho en el área metropolitana de Sevilla.” Antes, en la Diputación Provincial de Sevilla, una institución que se estaba reformulando como ‘el ayuntamiento de los ayuntamientos’, se gestó el germen de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe. Manuel del Valle, primer presidente democrático de la Diputación Provincial de Sevilla, cargo que ocupó de 1979 a 1983, lo expresa de una manera muy clara: “Era una época en la que éramos muy jóvenes. Habíamos abandonado nuestras profesiones habituales -yo era abogado laboralista- y entrábamos en unas instituciones de las que lo desconocíamos prácticamente todo”. Como presidente de la Diputación Provincial de Sevilla se enfrentaba a una institución caduca que al igual que el resto de instituciones públicas ”habían estado muertas hasta ese momento, y nos toca, a partir de esos años, el hacer que sean instituciones que
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se vinculen con la gente y sobre todo que tengan una efectividad en el trabajo que hacían en relación con el entorno”. Así, con la irrupción en el escenario público de una institución con nuevas miras, se logró que los municipios que hasta ahora habían estado incapacitados durante toda su trayectoria para cumplir la normativa que en tema sanitario existía desde el siglo XVI tuvieran un futuro ante sí. Como apunta Jesús Raúl Navarro, “con la llegada de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe al escenario público, lo fundamental es que se consigue una nueva capacidad colectiva de poder afrontar los problemas de
tipo sanitario y relacionados con el agua en abastecimiento y saneamiento”. Fue cuestión de tiempo que la dependencia del acuífero del Aljarafe quedase relegada a la nueva captación de agua en el Pantano de la Minilla. La Mancomunidad de Municipios del Aljarafe consiguió que los pueblos tuviesen llenos sus depósitos. Pero el servicio de agua en alta sólo solucionó la primera parte del problema. La ecuación del agua en la comarca del Aljarafe estaba aún sin resolver.
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El laberinto (municipal) del agua Servir el agua en alta a los Ayuntamientos por parte de la Mancomunidad del Aljarafe mejoró sensiblemente la situación porque se redujo la dependencia del acuífero del Aljarafe. Pero los problemas del agua no habían desaparecido por completo. Ahora eran los ayuntamientos a los que les correspondía, de manera singular, correr con el gasto y las consecuencias derivadas de llevar agua hasta la casa del consumidor. Un esfuerzo en ocasiones titánico para muchos ayuntamientos que no lograba el objetivo de que cada vecino tuviese agua de calidad cuando abría un grifo en su vivienda. El que fuese alcalde de La Algaba entre los años 1979 y 2002, José María Torres Zapico, explica que cuando asumió el cargo de primer edil democrático de su pueblo “había muchos problemas con el agua. El suministro de agua a los vecinos se interrumpía hasta dos y tres veces al día debido a cortes del suministro de electricidad, porque todo funcionaba por una red insuficiente con tubos muy pequeños”. No sólo era una cuestión de mantener el suministro constante de agua, sino también los problemas de una red interna de distribución en pésimas condiciones en algunos casos. “Cuando se cortaba el agua y después volvía, en nuestro pueblo lo conocíamos como el agua de chocola-
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te, porque al restablecerse el suministro el agua salía del grifo con grandes concentraciones de barro, lo que obligaba a tener abierto el grifo un buen rato con la consabida pérdida de agua que ello acarreaba”, añade Torres Zapico. Por supuesto, el caso de La Algaba, un municipio que decidió sumarse a la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe por cuestiones prácticas. La precariedad del servicio en baja, la que llevaba el agua de los depósitos municipales hasta las viviendas, era algo generalizado en los pueblos de la comarca. “Yo recuerdo que, al principio de hacer un cargo del servicio, el suministro de agua no llegaba todos los días a toda la población porque no había redes con capacidad que permitieran la distribución, lo que obligaba que los días pares se suministrara agua a la vivienda de la acera de la derecha y los impares a las de la izquierda, como ocurría en Benacazón. Los vecinos se abastecían llenando lo que llamaban los ‘bombos’, que eran unos depósitos que se colocaban en la azotea para desde ahí abastecer a la propia vivienda”, explica Carlos Moreno. Por eso y para terminar de completar la resolución de la compleja y cara ecuación de llevar agua a los hogares, desde 1981 la Mancomunidad asume también el suministro en baja, es decir, hasta cada domicilio.
pios y hasta el día de hoy, las infraestructuras han cambiado como de la noche al día. De tener un déficit en la distribución y en la regulación, con depósitos pequeños en las poblaciones que no garantizaban el suministro más de 5 ó 6 horas, a tener depósitos con capacidad para día y mediodos días de regulación de consumo. Eso quiere decir que si hubiera una avería en una tubería tendríamos día y medio o dos días para reparar, sin que mientras le faltara el agua al usuario”, explican desde el Servicio de Distribución de Aljarafesa Jaime tanto Alfonso Prieto Puga como su sustituto Jaime Cortés.
RECURSOS HÍDRICOS El Aljarafe se abastece del sistema 2 de la cuenca del Guadalquivir, compuesta entre otros por los embalses de Aracena, Zufre, Minilla y Gergal, y como recursos excepcionales pueden contar con el Pintado y Cala, y en un futuro, con Melonares.
AGUAS SUBTERRÁNEAS El Aljarafe cuenta también con recursos en el subsuelo, los del acuífero Niebla-Posadas.
“Desde que la gestión y el abastecimiento los llevaban los municipios, hasta que la asume Aljarafesa para todos los munici-
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entrevista Joaquín Fernández Garro, Vicepresidente Ejecutivo de Aljarafesa:
“Aljarafesa da hoy en día servicio público responsable, excelente y solidario” -¿Qué supone estar al frente de Aljarafesa? -Es una gran responsabilidad ser Vicepresidente Ejecutivo de Aljarafesa, una empresa con casi 40 millones de euros de presupuesto anual, que tiene además como objetivo cumplir y dar un servicio básico para la gente como es la de llevarle el agua potable hasta sus casas y el de retirarles las aguas residuales, a las que se les da un tratamiento capaz de no dañar el medio ambiente que conforma nuestro entorno natural. -En el tiempo que usted lleva como Vicepresidente Ejecutivo de Aljarafesa ¿cuáles han sido sus mayores satisfacciones?
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-Sinceramente las mayores satisfacciones que se pueden tener al frente de esta gran empresa es lograr sacar paquetes de obras y poder realizar así inversiones en los distintos pueblos de la comarca del Aljarafe. -Parece algo complicado que en estos tiempos de crisis se pueda hablar de inversión pública pero es necesario ¿no? -Evidentemente con los tiempos que corren y con la situación de crisis que venimos viviendo durante los últimos años, poder sacar adelante una serie de inversiones que redundan en la calidad de vida de las personas de nuestra comarca es todo un éxito. Pero además es crucial
para poder mantener la eficiencia de un servicio como el que ofrece Aljarafesa.
-¿Según su experiencia, qué le da el carácter de excelencia a Aljarafesa?
-La implicación social de Aljarafesa es una de las notas características desde que se fundase. ¿Qué hace que sea social esta empresa mancomunada?
- Aljarafesa ha demostrado que una buena gestión técnica combinada con un elevado grado de compromiso político es el modelo que debe llevarse a cabo para conseguir que servicios básicos como los relacionados con el agua, se puedan llevar a cabo bajo los criterios de la eficiencia, la solidaridad y la innovación.
-Respecto a lo social, cuando tenemos la oportunidad de aprobar -como hemos hecho en los últimos tiempos- un sistema tarifario mediante el cual las familias que menos recursos económicos tienen logran tener bonificaciones en la factura del agua, supone una enorme satisfacción porque estamos demostrando que se está dando un servicio público responsable y solidario.
-¿Cree que el Aljarafe ha tenido como motor de desarrollo a Aljarafesa? -Por supuesto. Hoy en día el Aljarafe no se entiende sin Aljarafesa, la empresa de los ayuntamientos y, en definitiva, la empresa pensada por y para los ciudadanos de esta comarca.
Decantador Edar en Palomares del Rio
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aljarafesa
El nacimiento de Aljarafesa Con la asunción del servicio en alta y en baja del agua por parte de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe, se logró resolver la compleja ecuación de llevar agua desde la captación hasta los usuarios y además hacer eficiente este servicio en términos públicos. Pero aunque el tiempo ha demostrado que la solución fue la más acertada, en sus comienzos no fue para nada un camino sencillo. Para garantizar la eficacia y la eficiencia del servicio se decidió constituir Aljarafesa, que tenía la agilidad de una empresa mercantil con el control político de la propia Mancomunidad, que era la titular del servicio. Como explica el entonces presidente de la Diputación Provincial, que fue también el presidente de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe, Manuel del Valle, “lo que se hizo en aquel momento fue llegar
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a un acuerdo en virtud del cual, la Mancomunidad no sólo suministraba agua a los ayuntamientos, sino que estos delegaron la prestación de este servicio en baja a esta entidad. Después se pensó que una entidad mercantil o una sociedad como es Aljarafesa podía prestar mejor o con más agilidad el servicio que una entidad local como es una mancomunidad de municipios”. Sin embargo, aunque la solución les evitaba el problema que tenían hasta entonces, el de llevar y gestionar el agua de los depósitos a las viviendas en cada pueblo, los ayuntamientos veían esa delegación de competencias con recelo. Había que limar asperezas y, sobre todo, generar confianza. “Los ayuntamientos no sabían que pasaría si entregaban el servicio de agua a otro ente que no eran ellos mismos; no lo veían claro”, explica el director gerente de Alja-
rafesa. Carlos Moreno señala además que en esos comienzos los ayuntamientos “no sólo tenían que ceder las competencias a ese nuevo ente que se creaba -Aljarafesasino que temían cómo iban a reaccionar sus vecinos ante la nueva situación de que no fuera su propio ayuntamiento el que les llevase agua y les cobrase por ello”. Tuvo que pasar un periodo largo de adaptación, “que vino muy bien porque permitió que los propios ayuntamientos, que ya estaban mancomunados desde el año 71, tomaran confianza en esa entidad asociativa que la componían ellos mismos”, asevera Carlos Moreno.
Así, nació Aljarafesa en 1981, para llevar agua a cada una de las viviendas de todos los ciudadanos del Aljarafe.
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entrevista Carlos Moreno Pacheco, Director-Gerente de Aljarafesa
“El éxito de un esfuerzo en común” -Hemos podido constatar el éxito que ha supuesto la gestión de un servicio mancomunado. En definitiva, el éxito de Aljarafesa. ¿A que cree usted que es debido?
lo que se está beneficiando la comarca. Hoy nuestras tarifas son inferiores a las que tienen los servicios con las que nos comparaban entonces.
Sin lugar a dudas a la visión política de los Alcaldes del Aljarafe de implantar una gestión empresarial profesionalizada de carácter público, basada en una economía sostenible, en base a unas tarifas que han permitido ingresos necesarios para la prestación de un servicio de calidad.
-¿Y esa filosofía se sigue manteniendo en la actualidad?
Ello supuso que los Alcaldes de la Mancomunidad soportaran durante años las críticas de “ser el abastecimiento más caro de España…” Pero aguantaron el tirón y gracias a ello, hoy el Aljarafe dispone de una infraestructura hidráulica envidiable que ha permitido su expansión demográfica al disponer de garantía del servicio, de
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Totalmente. Los actuales regidores municipales hacen piña con su Mancomunidad y su Empresa para mantener la calidad del servicio a sus ciudadanos, que como políticos, es lo que más les preocupa y valoran. Con decirle que los acuerdos tanto en la Mancomunidad como en el Consejo de Administración de esta empresa en más del 98% se toman por unanimidad, y eso es muy difícil donde existe un amplio espectro político. Siempre se ponen de acuerdo para mejorar los servicios hidráulicos, que es nuestro objetivo. Es una
filosofía permanente de responsabilidad política que dura ya más de 40 años. -La Mancomunidad la constituyeron 19 Ayuntamientos. Hoy está integrada por 34 ¿ha contribuido esa expansión al éxito? Sin lugar a dudas. Pues la Mancomunidad desde siempre, ha practicado la política de “puertas abiertas” pensando que con ella contribuye al equilibrio territorial, dando muestra de solidaridad al incorporar en su organización a otros municipios con déficit de gestión e infraestructura, obligándose a igualarles en calidad de servicios a los ya mancomunados, para lo que es preciso invertir menos en éstos y más en los nuevos. -¿Cuáles son los criterios para conseguir unos resultados que vienen siendo aceptados por todos, año tras año?
La gestión, profesionalizada, la sustentamos en tres pilares básicos: saber que quieren del servicio los Alcaldes mancomunados en cada momento; gestionar con criterio de austeridad y rentabilidad para mejorar nuestros servicios; y disponer de una plantilla reducida de profesionales eficaces y eficientes. Un Alcalde tiene que resolver diariamente mil problemas en su alcaldía. Nosotros intentamos que el agua no sea uno de ellos, y si existe alguno, procuramos resolverlo dándole al Alcalde el lugar que le corresponde, y eso lo valoran sobremanera. En temas económicos aplicamos la norma de que el presupuesto de explotación se financie siempre con recursos propios, generados por unas tarifas convenientes; y los de inversión, apoyados en conceptos
reglamentarios, con el mínimo endeudamiento posible. Por eso Aljarafesa es de las empresas menos endeudadas del sector y goza de una economía más que saludable. Y por último el personal. La empresa dispone de una magnífica plantilla muy cualificada de alto rendimiento, que desarrolla su trabajo, a veces, apoyada por empresas colaboradoras en aquellos servicios cuya rentabilidad aconseje su externalización. -Y en toda historia ¿Qué papel ha tenido usted como Director-Gerente, y que enseñanzas ha sacado de su papel? Transmitir a la organización que el éxito de la empresa está en el trabajo en común que hemos aprendido de nuestros políticos, haciéndoles ver que ese éxito empre-
sarial está en el éxito de todos y cada uno de los que formamos la plantilla. Lo más gratificante de mi trabajo ha sido sentirme valorado por mis superiores y aceptado y respetado por mis compañeros, como uno más de la organización. Es un trabajo fascinante que vengo desempeñando desde hace cerca de 45 años y cuya plantilla ha pasado de 10 a 140 profesionales que trabajan en la misma dirección y que los conozco por su nombre de pila. Dirigir y gerenciar una empresa que asume esos parámetros de conducta, es asegurar el éxito empresarial. En definitiva, el éxito de una experiencia en común que debe ser un legado para el futuro.
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entrevista Guillermo Becerra Hernández, miembro del primer equipo de Aljarafesa
“Aljarafesa es una gran familia” -¿Cómo fueron los inicios del servicio mancomunado de aguas del Aljarafe?
Poco a poco se fue normalizando todo y buscando más personal.
-A mi lo primero que me encargó el gerente, Carlos Moreno, fue que buscara personal. Yo me fui a la obra donde se estaban terminando los depósitos de abastecimiento y allí escogí a los profesionales que me parecieron más idóneos para el trabajo que teníamos por delante. Le hablo de junio de 1970. Por aquél entonces no parábamos de reparar averías porque lo poco que había estaba en muy malas condiciones.
-Para ese primer equipo hablar de convenio colectivo sería una cosa muy rara ¿no? Además, el servicio mancomunado era algo novedoso.
-Pero eran un equipo de muy pocas personas, apenas una decena ¿Cómo podían prestar el servicio para tantos pueblos? -Pues se nos juntaba el día con la noche arreglando averías.Y además sin medios. Lo conseguimos a base de echarle ganas.
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-Bueno, nosotros empezamos a trabajar y fue después cuando nos enteramos que estábamos acogidos al convenio del Guadalcacín. Así que negociamos el primer convenio en la Diputación, en Sevilla, y nos subieron un 14%, lo que significó un buen dinero en esa fecha. Ese fue el único convenio en el que participé. -Nada que ver con la actualidad. -Por supuesto. El servicio ha mejorado como de la noche al día. Antes no teníamos ni sede -la sede era la misma Diputa-
ción Provincial- y si había que reparar averías era todo manual, es decir a pico y pala. Después mejoró todo, las instalaciones, las condiciones de trabajo, los medios técnicos y humanos... Hoy es una gran empresa, por supuesto gracias a aquellos años y al gerente que tuvimos (tenemos) que ha sabido llevar la empresa a donde está hoy. -Aljarafesa parece una gran familia... -Bueno, es que Aljarafesa es una gran familia. A muchos de mis compañeros aunque fuera su jefe o encargado para mi eran mucho más. Que yo conozca de todo el personal que ha entrado en Aljarafesa no han echado nunca a nadie y eso es porque se implican en el objetivo común.
entrevista José Mª Cáceres Expósito, miembro del primer equipo de Aljarafesa “El afán de servicio público es lo que nos ha movido siempre” -Usted estuvo trabajando para la Mancomunidad y después pasó a Aljarafesa. ¿Qué cambios notó en esa ‘migración laboral’?
-¿En los 40 años que ha estado trabajando en el servicio de prestación de agua al Aljarafe, qué le ha llamado más la atención?
-Ninguno porque mantuvimos el mismo “entrenador” y las mismas ganas.
-Yo creo que una de las cosas más importantes es que durante estos 40 años siempre hemos mantenido el mismo espíritu de servicio al ciudadano. Lo primero ha sido garantizar el agua y después todo lo demás. Eso aún cuando tuvimos estrecheces al principio cuando había que hacer muchas obras y no había dinero.
-Las sedes fueron cambiando, también acorde al aumento de trabajo de Aljarafesa. -En efecto. Empezamos en la Diputación Provincial. Después trasladamos nuestra ‘sede’ al laboratorio de la planta de Salteras, después con la constitución de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe tuvimos una sede en condiciones en la calle Alegría, en Castilleja de la Cuesta, donde aún permanece la sede de la Mancomunidad; y por último el crecimiento de Aljarafesa hizo que acabásemos en un edificio, que también espropio, en Tomares, que es la sede actual.
-¿Han cambiado mucho los medios con los que contaban antes y los que tienen ahora para dar el servicio mancomunado de agua al Aljarafe? -Pues imagínese que antes, aunque había sólo 50 kilómetros de redes, había que localizar donde había una avería y eso se hacía
con una persona que iba con un ciclomotor de 49 centímetros cúbicos recorriendo cada día las canalizaciones y revisándolas. Hoy en día con más de 2.500 kilómetros desde el centro de control podemos no sólo saber dónde se produce una avería, sino su envergadura y hasta actuar sin necesidad de recorrer las redes. Ahora a través del sistema actual podemos saber los niveles de los depósitos y hasta la calidad del agua. Todo eso que hoy suple la tecnología que tenemos, en los inicios era una persona que no sabía ni leer ni escribir y que iba en ciclomotor por encima de las redes inspeccionando. -Sin duda un verdadero afán de servicio público el de entonces. -Pues esa entrega hacia la prestación de esos servicios es lo que se ha repetido más allá de ese primer equipo de trabajo y que sigue vivo hoy en día.
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Pocos medios y muchas ganas La nueva Aljarafesa partía de cero. Crear un primer equipo para esta tarea titánica de llevar agua a todo el Aljarafe fue una tarea que recayó en el que ha sido desde su creación el director gerente de Aljarafesa, Carlos Moreno. La confianza depositada en Carlos Moreno por parte del presidente de la Diputación Provincial de Sevilla de entonces no ha caído en saco roto treinta años después, como asevera el mismo Manuel del Valle: “Cuando uno se encuentra con algo desconocido, lo normal es confiar en las personas técnicas de las instituciones a las que se llega. En el caso de la Diputación Provincial yo me encontré con un plantel de técnicos en el departamento de obras y servicios con Miguel Marrero al frente, otro ingeniero de obras, José del Valle, y otro ingeniero, muy joven: Carlos Moreno. Esta persona es en la que se pensó para que se pusiera al frente de este nuevo servicio emergente en la Diputación”; y recalca que “la gran suerte de la Diputación -y mía en lo personal- fue contar con las personas o la persona que pudiera poner en marcha aquella actividad. Mi gran alegría es que han pasado 30 años y la misma persona que yo designé en aquel momento para un servicio público tan importante como el suministro de agua, siga estando al frente y no sólo eso, sino con la conformidad y la confianza de todos los Ayuntamientos a los que se le presta el servicio”.
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De hecho no es una cuestión baladí que varios ayuntamientos con diferentes colores políticos -prácticamente de toda la paleta de partidos- lograsen componer un mismo cuadro bajo la dirección técnica de un equipo de profesionales en los que primaba el servicio público por encima de los sectarios intereses políticos. Antonio Valverde, alcalde de Salteras y vicepresidente de la Mancomunidad desde
2007, lo explica así: “La clave para poner de acuerdo a tantos pueblos en relación con la gestión del agua, se ha basado en un criterio de necesidad más que uno político. En eso siempre estamos de acuerdo y se prima que la localidad siempre tenga las mejores prestaciones del servicio y esos son los criterios técnicos que nos ha llevado a tener la Mancomunidad que tenemos y el servicio del que disponemos a día de hoy”.
Para Baldomero Gaviño, ex alcalde de Bormujos y miembro del primer consejo de Administración “Aljarafesa le debe mucho a algunas personas que han sabido llevar a esta empresa de aguas al sitio que ahora tiene, y me refiero especialmente a Carlos Moreno. Todos los políticos que hemos pasado por Aljarafesa lo único que hemos recibido es la fidelidad de un gerente que ha hecho de su vida un servicio a su empresa”. En el mismo sentido, el presidente de la Diputación Provincial de Sevilla desde 1983 a 1995, Miguel Ángel Pino, resalta que “hay un común denominador en toda esta etapa que es la persona de Carlos Moreno, el actual y entonces también director general de Aljarafesa que es quien ha conducido este sueño y es responsable de la realidad que tenemos en estos momentos.” De hecho, no se trata de personalismos sino de un equipo muy reducido de personas que arrancaron la primera etapa de Aljarafesa con muy pocos medios y mucha implicación personal. Evidentemente al frente de ese equipo, motivándolo y dirigiéndolo estaba Carlos Moreno. La gran empresa que hoy es Aljarafesa comenzó a andar con un equipo de menos de una docena de profesionales que debían, en aquellos años, agudizar el ingenio para poder garantizarle el agua a la población de la comarca. “Empezamos muy poca gente, apenas una docena de personas, y la primera etapa fue de esa cantidad hasta que se constituyó la empresa. Y éramos personas que más que
experiencia y conocimientos lo que teníamos era muchísima voluntad por hacerlo”, rememora Carlos Moreno. Una de esas personas fue Pepe Cáceres, quien recuerda que “por aquñel entonces, cuando se producía una avería en la red, las zanjas había que abrirlas a pico y pala. No había maquinaria más allá de las mínimas herramientas y la fuerza física”. En este mismo sentido, Carlos Moreno señala: A lo mejor era una avería en la red, las zanjas había que abrirlas con pico y pala. No había maquinaria más allá de las mínimas herramientas y la fuerza física. “A lo mejor era una avería de 30 metros por 3 de profundidad; y además había que reparar deprisa porque, mientras los pueblos, se quedaban sin agua”, explica el director gerente de Aljarafesa que participaba como uno más en esos inicios de Aljarafesa en las reparaciones en medio del campo”. No existía diferencia entre días y noches en lo que a jornada laboral se refiere. “Pero es que por las noches, además, como no teníamos elementos para alumbrarnos y teníamos que reparar averías que no podíamos esperar a que se hiciera de día, teníamos que ir con nuestros coches para usar las luces de los vehículos para alumbrar las zanjas”. De hecho, esa primera plantilla de Aljarafesa, conformada en 1969, se hizo en base al propio personal que tenía la contrata que había hecho las obras de la Mancomunidad para algo tan sencillo como saber dónde estaban las instalaciones. Por aquel entonces eran apenas
50 kilómetros de redes donde había que localizar las averías que se produjesen. Había que recorrer la red de tuberías en ciclomotor para ver si había alguna fuga, ver el estado de los depósitos y regularlo. El primer Consejo de Administración de Aljarafesa, una empresa constituida con un millón de pesetas de la época, apenas 6.000 euros actuales, arrancó bajo mínimos en cuanto a dotación de medios. Baldomero Gaviño, que estuvo presente en esa primera reunión de Aljarafesa , recuerda que la primera gran decisión fue comprar una furgoneta 4-L por 125.000 pesetas, para empezar a prestar el servicio. Pocos medios que los primeros trabajadores de Aljarafesa supieron suplir con muchas ganas y con una vocación de servicio público que está más allá de cualquier responsabilidad profesional.
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Un modelo de gestión para ganar una carrera de obstáculos “La insuficiencia de instalaciones y la incapacidad de gestión del servicio por parte de los ayuntamientos, cuyas arcas mermadas no permitían hacer casi nada, fueron los dos problemas básicos a los que da solución la creación de la Mancomunidad primero y de Aljarafesa después. Pero para solucionar esos dos problemas, hubo que solucionar otros muchos que convirtieron el trabajo a desarrollar en una carrera de obstáculos”, según Carlos Moreno. La Mancomunidad de Municipios del Aljarafe fue promovida por 18 ayuntamientos: Albaida del Aljarafe, Almensilla, Aznalcázar, Benacazón, Bollullos de la Mitación, Bormujos, Castilleja de la Cuesta, Castilleja de Guzmán, Espartinas, Gines, Mairena del Aljarafe, Olivares, Palomares del Río, Salteras, Sanlúcar la Mayor, Tomares, Umbrete, Valencina de la Concepción y Villanueva del Ariscal. El objetivo era explotar un proyecto común de abastecimiento de agua de la comarca para una población de 60.000 habitantes. “El primer obstáculo que encontró este proyecto fue que las instalaciones que se iban estrenando ya eran insuficientes porque el
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proyecto de los años 60 no contemplaba la gran explosión demográfica que estaba viviendo ya el Aljarafe. Para solucionarlo hubo que llevar a cabo actuaciones complementarias que respondieran a la realidad de la demanda de agua de la comarca”, indica Carlos Moreno. Entre 1970 y 1981, el servicio de abastecimiento de agua a los pueblos integrados en la Mancomunidad se llevó a cabo en dos fases: la aducción de agua, depuración y distribución hasta los depósitos de cada municipio; y la distribución domiciliaria dentro del propio municipio. Según Manuel del Valle “Aljarafesa nace con la vocación de gestionar de manera conjunta y eficiente todo el sistema de abastecimiento, desde la captación de agua bruta hasta su entrega al usuario una vez tratada, respondiendo a una necesidad tanto técnica como económica. Técnica en cuanto a que las actuaciones de la Mancomunidad estaban descoordinadas con las actuaciones de los diferentes municipios; ello sumado al crecimiento demográfico no permitía garantizar en
un futuro no muy lejano la prestación de un servicio que requería mejoras técnicas continuas y sincronizadas. Y económica en tanto a que no había unidad de criterios en las tarifas por parte de los ayuntamientos, el servicio de recaudación no era eficaz y el incumplimiento de pagos recaía finalmente en la Mancomunidad que empezaba a ver que los planes de dotar de agua al Aljarafe empezaban a verse amenazados por falta de liquidez.” “El 1980 el desabastecimiento de agua en la comarca empezaba a ser un problema cada vez más generalizado para los Ayuntamientos, por lo que se optó por asumir las funciones totales del servicio por parte de la Mancomunidad. Pero para esta tarea había que profesionalizar el servicio, para lo que se creó una sociedad mercantil de titularidad pública que gestionase con criterios empresariales pero sin ánimo de lucro -sin beneficio industrial-, como determina su carácter de gestión pública del servicio”, comenta Manuel del Valle. Tan sólo en tres años se habían superado los obstáculos. En 1983 se amplían los fines de la Mancomunidad y en 1985 se reestructura para sumar otras competencias de índole territorial y otros servicios públicos. Se había demostrado que el modelo funcionaba y que cumplía todas las expectativas. La modificación de estatutos permitió incorporar a la Mancomunidad en distintos años a Santiponce, La Algaba, Pilas y Villamanrique de la Condesa; Gelves, Gerena
y Aznalcóllar; Huevar del Aljarafe, Castilleja del Campo y Carrión de los Céspedes, que sumaban 45.000 habitantes más en esos años. Los 23 municipios suman ya una población usuaria de 180.000 habitantes. “Un proyecto que era en parte un sueño y en parte también una aventura que con el paso de los años se convirtió en una realidad que hoy en día es Aljarafesa. Lo primero que hicimos fue modificar los estatutos, para poder ampliar el número de pueblos a los que se les estaba prestando el servicio”, rememora Miguel Ángel Pino, Presidente de la Diputación Provincial de Sevilla del año 1983 al 1995. “¿Porqué Aljarafesa? -se pregunta de ma-
nera retórica el ex-alcalde de La AlgabaSencillamente porque yo pensé que dependía de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe donde todos los que tenían responsabilidad eran alcaldes o representantes públicos”, explica José María Torres Zapico y añade que “me alegro a día de hoy de haber tomado aquella decisión, entre otras cosas, porque la atención de Aljarafesa al cliente es directa y todos los vecinos son socios de la propia empresa porque son parte de cada municipio”. El éxito del modelo, sigue diciendo Torres Zapico, tiene que ver con el papel que adquieren los alcaldes que se sientan en el Consejo de Administración de Aljarafesa
que ”es un sentir unánime, que los que están allí, no lo hacen con un color o carné político; se han sentado con una idea de prestación de un servicio y las decisiones se toman en virtud de ese beneficio al vecino”; el responsable de los servicios corporativos de la empresa de aguas del Aljarafe apunta en este sentido que “al final es el alcalde, miembro del Consejo o de la Junta General, el que participa directamente de la gestión de la empresa y este no es un sitio al que viene a protestar, sino a luchar por lo suyo y las decisiones van al consenso y a conseguir cosas buenas para la empresa que al final son cosas buenas para el servicio y cosas buenas para su pueblo”.
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UNA JUNTA GENERAL PÚBLICA Todos los ayuntamientos están representados en la Junta General de Accionistas de Aljarafesa, al estar formada por los mismos miembros que integran la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe, siendo el Consejo de Administración el órgano de dirección, administración y gobierno de la Sociedad.
ORGANIGRAMA FUNCIONAL La organización interna de la empresa responde a un organigrama funcional en el que se han tenido presentes los cambios del entorno cuidando no duplicar tareas, optimizando las funciones de cada servicio. 46
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El abastecimiento extensivo 48
Desde que el agua sale de la planta depuradora, hasta que llega a cada vivienda se requieren 2.500 kilómetros de tuberías distribuidas por toda la superficie del Aljarafe entre red en alta y baja, que garantizan un suministro permanente a la ciudadanía del Aljarafe. Se trata de un abastecimiento extensivo a diferencia de otros servicios como los que se dan en las capitales, donde hay más usuarios, pero mucho más concentrados en menos espacio.
sucediendo. Y en segundo lugar, se hace necesaria una aplicación, un software, desde el cual esa información se procesa para que los operadores tomen decisiones a medida que se están produciendo los eventos”, según Ramón González.
“Un sistema muy amplio y complejo que cuenta con un centro neurálgico desde el que se ve todo: el centro de control, auténtico ‘cerebro’ de Aljarafesa desde el que se toman las decisiones en tiempo real. Todo el servicio a 29 municipios en abastecimiento de agua potable y a 31 municipios en tratamiento y depuración de aguas residuales es medible desde el centro de control. Las instalaciones repartidas por todo el Aljarafe, bien sean generales, como puede ser la planta de tratamiento de agua potable o estaciones depuradoras de aguas residuales; o locales, como son depósitos reguladores en los municipios o estaciones de bombeo, componen una amalgama de instalaciones que están aquí representadas y que generan una cantidad ingente de información que son emitidas a través de una red de microondas hasta este centro de control.
“Para ello, sin embargo, es imprescindible revisar y mantener en perfecto estado las infraestructuras, sobre todo locales y generales, para garantizar que en ningún momento le falte el abastecimiento al usuario. En otras palabras, que 24 horas al día durante los 365 días de año cada aljarafeño tenga garantizado su suministro de agua.
El núcleo de este sistema de control está compuesto por dos tecnologías: la primera la de comunicaciones, una red troncal de microondas que transmiten en tiempo real desde todas las instalaciones lo que está
Todo este control telemático se traduce en que en la actualidad prácticamente no hay problemas de abastecimiento a ninguna población a las que da servicio Aljarafesa.
Pero las instalaciones van envejeciendo. La fórmula de la eterna juventud de las instalaciones reside en hacer un seguimiento de las incidencias. Así, al detectar donde hay más grado de averías, se actúa y mejoramos esas infraestructuras”, dice Alfonso Prieto. Esa previsión se tiene en cuenta en todos los trabajos que desarrolla Aljarafesa. Así, la red de distribución mallada se creó con el ánimo, no sólo de mejorar las presiones de suministro a los usuarios, sino de garantizar que en caso de avería la afección al número de usuarios sea el menor posible. En la práctica se traduce en que antes, cuando había una avería había que cortar
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geografía
RED DE TRANSPORTE EN BAJA Desde los depósitos reguladores locales cada municipio, a través de una red de circunvalación de la población que se ejecuta con tuberías de fundición dúctil, se alimenta la red de suministro domiciliario, formada por mallas que llegan a cada sector de la población.
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todo el pueblo. Hoy ante una avería en una calle se puede cortar sólo esa calle. Es decir, que la mayoría de los vecinos de ese municipio no se enteran cuando sucede una avería en la red de agua potable, (pero no se enteran) porque Aljarafesa ha conseguido dividir el pueblo en manzanas, de tal manera, que cuando hay una avería sólo se afectan vecinos de esa calle, dice José Mª Torres Zapico. La capacidad de respuesta ante una avería es otro de los logros de Aljarafesa. Sólo así se puede mantener con un alto nivel de
satisfacción a los usuarios un servicio que abarca tantos kilómetros. Tal y como indica Jaime Cortés, actual Director de Distribución de Aljarafesa, “a través del ‘call center’, un teléfono de atención al cliente, se notifica la avería y se llama al servicio de guardia de 24 horas. El tiempo de respuesta es casi inmediato: se le notifica a un coche de guardia que localiza el lugar del siniestro y a partir de ahí se monta un equipo técnico para proceder a su arreglo lo más inmediatamente posible”.
TRANSPORTE DEL AGUA EN ALTA La regulación local está constituida por los depósitos de regulación, ubicados en las instalaciones de cabecera de cada municipio, y los de distribución general, situados en la cota de mayor altura de la comarca. Desde los depósitos generales la distribución a las poblaciones se hace por gravedad a través de las líneas de transporte que enlazan dichos depósitos generales de abastecimiento con los depósitos de regulación local de cada una de las poblaciones abastecidas.
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En paralelo, además de la garantía y extensión del servicio, se han ido realizando avances en la calidad logrando el funcionamiento en continuo de las instalaciones de filtración por carbón activo y de desinfección por ozono, logrando niveles de calidad de agua que se adelantan a las exigencias previstas por la normativa europea.
Adelantándose al futuro “Una de las ventajas de la prestación de un servicio mancomunado es que permite concentrar todas las tecnologías en grandes instalaciones y así, pequeños municipios de 500 habitantes por ejemplo, se pueden beneficiar de todo este avance tecnológico. Los ejemplos más palpables los tenemos en las estaciones de tratamiento de agua potable: tratamiento con carbón activo, tratamiento con ozono o tratamientos de depuradoras de aguas residuales que incorporan los últimos avances en optimización de costes...”. Así lo explica Ramón González Tévar, Director de Servicio de Producción de Aljarafesa. En efecto, el esfuerzo colectivo permite iniciar grandes obras para beneficio de todos... algo inabarcable para las mermadas arcas de los ayuntamientos de mane-
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ra individual. Fiel reflejo de estas nuevas posibilidades que se abren gracias a un servicio mancomunado es, por ejemplo, la evolución de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Salteras con sus los sistemas de tratamiento del agua. Así, en 1968 la planta era capaz de potabilizar 100 litros por segundo y desde 1968 hasta hoy alcanza una capacidad de tratamiento de 1.800 litros por segundo. Lo que antiguamente era un tratamiento simple con la adición de dos o tres productos químicos, hoy incorpora carbón activo, ozono, carbón activo en polvo, deshidratación de fangos... todas las tecnologías se han ido incorporando a lo largo de los años. “Las satisfacciones más grandes que he tenido en estos 5 años que llevo al frente de la empresa son cada vez que tenemos
la oportunidad de sacar un paquete de obras y realizar inversiones en los pueblos de la comarca. Con los tiempos que corren y la crisis y las pocas inversiones, poder sacar paquetes de obras de varios millones de euros es una satisfacción enorme”, explica Joaquín Fernández Garro, alcalde de Umbrete y vicepresidente de Aljarafesa. Pero no es sólo una cuestión de seguir invirtiendo en coyunturas económicas complicadas, porque las inversiones en infraestructuras se han ido adelantando siempre al futuro para evitar el desabastecimiento. Ante un crecimiento demográfico del Aljarafe del 204%, las infraestructuras de abastecimiento se han dimensionado para dar cobertura a esa explosión demográfica y de usuarios.
“Siempre hemos intentado ir por delante, un paso, dos, tres... Aljarafesa se constituyó en el 81, y en tan sólo cinco años más tarde ya se elaboró el primer plan de obras hidráulicas. En este plan ya se hacían las previsiones y teníamos que imaginar cómo iba a evolucionar el Aljarafe los próximos 25 años y contemplaba las obras tanto de abastecimiento como de saneamiento, cuando aquello era todo un hito”, declara Fernando Erostarbe, Director Económico-Financiero de Aljarafesa, quien añade que “cuando anunciamos, muy al principio, que la po-
blación -por las previsiones de crecimiento del Aljarafe- se iba a duplicar, no se lo creía nadie. Cuando hablábamos con las administraciones decían ‘estos lo que quieren es hacer los depósitos más grandes’; y sin embargo, ahora el tiempo nos ha dado la razón”. Esta previsión acompañada de medidas al respecto para solucionar los problemas que podrían aparecer ha supuesto que
ETAP DE SALTERAS El caso de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Salteras es el que mejor escenifica la evolución de un servicio que ha crecido para adaptarse a la demanda y a la calidad en las últimas décadas. Además de disponer de instalaciones de recuperación de agua de lavado de filtros, también existen instalaciones para la recuperación de purgas de fangos de los decantadores, completándose el sistema con unas instalaciones para la deshidratación de éstos, llegando al teórico porcentaje de “cero de pérdidas” en los procesos productivos; siendo a la vez respetuosos con el medio ambiente al alcanzar el objetivo de “vertido cero” en estos procesos.
en el Aljarafe no haya habido problemas de déficit de infraestructuras de agua. “Siempre nos hemos adelantado al futuro y esto lo hemos hecho desde el principio”. Ramón Martín, Director del Gabinete Técnico de Aljarafesa, siguiendo el ejemplo de su antecesor Fco. José Diaz Orellana, fallecido en 2011, lo explica: “Tenemos que prever todas las necesidades de crecimiento de las poblaciones y lo que ello supone en cuanto a mejora y ampliación de las infraestructuras de potabilización de agua potable hasta los depósitos municipales, distribución a las poblaciones, recogida de aguas residuales y traslado a las plantas depuradoras de aguas residuales”. Una planificación que se ha basado, según Carlos Moreno en “conocer en todo momento los planes de desarrollo que tenían los ayuntamientos”, algo que para el Director-Gerente de Aljarafesa era clave porque permitía “adelantarse a esa demanda de servicios que iba a acontecer atendiendo a las nuevas promociones urbanísticas planificadas en los PGOU, para que una vez se realizasen ya tuvieran garantizada el agua”.
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Agua de calidad gracias a la tecnología El gran reto del abastecimiento, no es sólo lograr llevar agua, sino que este recurso tenga criterios óptimos de calidad. Sólo así se logra la eficiencia del servicio. “Para ello, desde el año 2000 se reforzaron los procesos que se venían usando para el tratamiento del agua potable con la construcción de una planta de filtración en lecho de carbón activo, mejorando con ello las características organolépticas del agua.
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De la misma forma, se dispone de una planta de producción de ozono para la desinfección total del agua, al mismo tiempo que se logra una oxidación de alto poder frente a contaminantes orgánicos e inorgánicos. Complementariamente, se dispone de una instalación para el almacenamiento y dosificación del carbón activo en polvo al inicio del tratamiento. Con todo ello, las instalaciones están preparadas para afrontar posibles episodios de contaminación de agua prove-
niente de los embalses por pesticidas o herbicidas, a la vez que se minimiza la posible presencia de elementos potencialmente dañinos para la salud en el agua, como los trihalometanos”, nos comenta Julián Salguero, Jefe del Área de Calidad de las Aguas Una vez tratada el agua bruta en la planta, se impulsa el caudal mediante un sistema de bombeo salvando, en el caso de la ETAP de Salteras, una cota de 130 metros.
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Cooperación imprescindible y constante En el Aljarafe, cuando un ayuntamiento tiene que hacer obras en alguno de sus viales públicos se lo comunica a Aljarafesa y, en virtud de un acuerdo pensado para que cada vez que se levante una calzada, la empresa de aguas aproveche para hacer obras o actuaciones de mejora tanto en la red de abastecimiento como los colectores. Aljarafesa aporta en estos casos toda la infraestructura hidráulica y el ayuntamiento se hace cargo de la obra civil. Con esta forma de trabajar, basada en la cooperación constante entre los ayuntamientos y la empresa de aguas de la comarca, se consigue que la distribución de costes se realice entre estos organismos y se pueda actuar, además, en muchas más calles. “Lo que hacemos conjuntamente es arreglar calles por parte del Ayuntamiento y canalizaciones por parte de Aljarafesa para no intervenir dos veces en el mismo sitio y causar menos molestias también a los ciudadanos”, detalla Jaime Cortes, Director del Servicio de Distribución de Aljarafesa.
De hecho, esa cooperación ha ido más allá de los ayuntamientos implicados en el servicio de aguas de la Comarca porque muchas competencias van más allá del ámbito municipal. “El ámbito de cooperación entre los Ayuntamientos, la Mancomunidad, Aljarafesa, la Junta de Andalucía y la CHG es un ámbito leal para resolver problemas de todos los ciudadanos de los 28 municipios de la Mancomunidad, y estaba ideado para prestar un buen servicio. Y buena muestra
de ello fue que siempre se articuló mediante convenios de colaboración y financiación de las obras en porcentajes distintos”, relata Jaime Montaner, Consejero de Política Territorial e Infraestructuras de la Junta de Andalucía desde 1979 hasta 1990. Por su parte, Joaquín Castillo, Presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en 2011 y 2012 apunta que “la colaboración de Aljarafesa, la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha
sido muy importante desde la perspectiva de que la CHG ha apoyado la gestión de Aljarafesa, tan importante por su número de municipios, de manera que hubiera un abastecimiento para todos los municipios con la suficiente calidad y cantidad y también en el saneamiento por el entorno en el que se encuentra el Aljarafe, en el entorno del Parque Nacional de Doñana”. La sinergia entre organismos se realizaba y se realiza mediante la distribución del trabajo. “Aljarafesa tenía y tiene un magnífico panel de profesionales de las obras hidráulicas, mantenimiento y explotación, por lo que siempre han sido los que han estado al frente de las cuestiones técnicas; y nos distribuíamos tanto la financiación como la redacción técnica del documento. En ese sentido, pusimos en valor y generamos una sinergia técnica y de servicios entre la Junta de Andalucía y Aljarafesa como un principio básico de cooperación”, aclara Jaime Montaner.
Pero este es sólo un ejemplo de las ventajas de una forma de hacer las cosas basada en la cooperación entre instituciones y organismos que ha marcado durante 40 años la filosofía más esencial de la prestación del servicio de aguas del Aljarafe.
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Aguas limpias Disponer de agua potable era el primer objetivo, y se logró abastecer de agua de calidad a una población que ya se encuentra en torno a los 300.000 habitantes. Pero muy pronto nació la necesidad de depurar las aguas residuales también debido a la importancia del entorno en el que se actuaba, el Parque de Doñana. Así que se inició un ambicioso plan de depuración para un total de 34 municipios. En 1985, Aljarafesa se hizo cargo de los alcantarillados municipales para posteriormente asumir la depuración de las aguas residuales. El saneamiento integral del Aljarafe fue un proyecto pionero en España, de los primeros que se hicieron en el país. “Quizás el Aljarafe y Pamplona fuimos las dos mancomunidades pioneras en ese proyecto que fue y sigue siendo de más envergadura que el abastecimiento”, apostilla Carlos Moreno. Según Joaquín Castillo, Presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en 2011 y 2012 “se ha hecho una gran labor de depuración y canalización. De manera que al río Guadiamar, que es la principal vía de entrada de agua que tiene el Parque Nacional de Doñana, el agua
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Por aquel entonces eran habituales las inundaciones en determinados lugares donde esta red de alcantarillado estaba en pésimo estado. Tras la actuación prioritaria de Aljarafesa para solucionar esos puntos negros en las alcantarillas, se llevó a cabo un plan de mejora. va ya lo más depurada posible”. Algo en lo que coincide Jaime Montaner, que asegura que con el saneamiento integral del Aljarafe “garantizábamos que esos vertidos recuperaban la vida del propio río y teníamos una política, no sólo de garantizar el consumo de tipo humano, sino que a través de Aljarafesa, hacíamos una política ambientalmente hablando, muy avanzada, que permitió que Aljarafesa y la Junta fueran unas administraciones ejemplares y modélicas cuyo objetivo principal era prestar un buen servicio a los ciudadanos y mejorar la calidad ambiental de Andalucía”. En pleno siglo XX todavía estaban separados el ciclo de abastecimiento del de saneamiento, por eso el acometer un proyecto integral de esta índole era de vital importancia para dar un salto cualitativo en el ciclo del agua. Aljarafesa asume la depuración de las aguas residuales partiendo de cero. Históricamente, el alcantarillado había sido uno de los problemas de salud más graves a los que se enfrentaba la población, como resalta el historiador del CSIC Jesús Raúl Navarro, que asegura que “la red de alcantarillado es la obra fundamental de mediados del siglo XX. O sea que no existe desde
El problema principal al que se enfrentó el proyecto de saneamiento del Aljarafe fue la falta de información de cómo estaba esta infraestructura. Los ayuntamientos prácticamente no disponían de información por escrito en base de datos o en papel. Lo primero que se hizo fue un levantamiento con toma de datos de lo que había. Eso llevó mucho tiempo y un coste importante. Muchas veces eran datos de los empleados municipales que tenían en la cabeza y que en la mayoría de los casos no concordaban con la realidad. tiempos romanos, como puede pensarse. Muy por el contrario, hay un gran déficit en la construcción del sistema de transporte de aguas negras. Es un sistema muy tardío, tanto es así que incluso en la propia ciudad de Sevilla a mediados de siglo sólo el 50% de la ciudad tenía un sistema de cloacas medianamente operativo”. En el alcantarillado el problema no era sólo que existiese, sino la red de conexiones y, por supuesto, su mantenimiento. De hecho, en el caso de Sevilla una de las causas de que la tasa de mortalidad fuera casi el doble de otras ciudades españolas era precisamente ese: que no había conexiones entre las viviendas particulares
y los colectores de aguas negras. En los años 40 y 50, más de la mitad de las poblaciones de las calles no tenían sistema de alcantarillado.
Así, partiendo casi de cero se logró, en relativamente poco tiempo, acometer el tratamiento de las aguas residuales de la
NUEVA CULTURA DEL AGUA Aljarafesa siempre ha fomentado entre la población abastecida la nueva cultura del agua; para ello se organizan visitas a las instalaciones del servicio que son dirigidas por personal especializado. En esas visitas el usuario obtienen toda la información de interés sobre el tratamiento de agua potable y depuración de aguas residuales. 59
Doñana, una responsabilidad compartida
comarca a través de la red de alcantarillado, emisarios y las diferentes estaciones depuradoras distribuidas estratégicamente en el Aljarafe. El saneamiento integral del Aljarafe está constituido en la actualidad por una red de colectores que, partiendo de las redes de alcantarillado local, injertan las aguas residuales en los emisarios comarcales que se han construido paralelos a los cauces de los ríos principales y que concluyen en las plantas depuradoras. Se trata de una red muy extensa: 1.600 kilómetros de colectores y emisarios con 46.000 pozos de registro y 27.000 imbornales. A las plantas que depuran las aguas que llegan al Guadalquivir y al Guadiamar se suman los casos especiales de Castilleja del Campo y Carrión de los Céspedes, que cuentan cada una de ellas con un sistema local de depuración. El mapa de estaciones depuradoras de aguas residuales se complementa con las plantas de Gerena y Aznalcóllar. Si hace apenas dos décadas los pueblos que integran la comarca del Aljarafe vertían sus aguas directamente y sin depurar a los ríos y arroyos Pudio, Majalberraque, Alcarayón, Guadiamar y Guadalquivir, en la actualidad el saneamiento integral ha logrado que todas las poblaciones a las que Aljarafesa presta el servicio resuelvan de forma conjunta el problema de sus vertidos dando la mejor solución posible a este problema sanitario y ambiental.
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Las aguas que se vierten en el Guadiamar por los pueblos cercanos a sus orillas suponen una responsabilidad especial, en tanto que este río -uno de los principales de la comarca del Aljarafe junto al Guadalquivir- está considerado el pulmón hídrico del espacio natural protegido.
CONCIENCIACIÓN AMBIENTAL Aljarafesa ha realizado a lo largo de su historia diversas campañas para optimizar el uso del agua, dirigidas principalmente a su ahorro como un recurso limitado. En épocas de sequía se han reforzado estas campañas de comunicación tendentes a fomentar el ahorro de agua. De la misma forma se ofrece información a los usuarios de consejos prácticos para evitar hábitos y costumbres que tengan impacto negativo sobre el medio ambiente, explicando los efectos nocivos que producen y los costes de la descontaminación.
Las exigencia del agua tratada en las plantas del Guadiamar, ubicadas en los términos municipales de Aznalcázar y Villamanrique de la Condesa, emplean un sistema de depuración denominado de aireación prolongada de baja carga, tipo carrusel, con zona anóxica y deshidratación de fangos. Tras esa nomenclatura que da una idea de la implantación de la mejor tecnología disponible para el saneamiento en el Aljarafe, se encuentra una filosofía subyacente: el respeto ambiental y la sostenibilidad. La planta de Aznalcázar recoge los vertidos no sólo de su núcleo urbano, sino también de Sanlúcar la Mayor, Benacazón y Huévar del Aljarafe; mientras que a la de Villamanrique de la Condesa se suman los vertidos de la vecina localidad de Pilas.
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Los rios del Aljarafe, libres de vertidos Una de las plantas más singulares que tiene la red de saneamiento integral del Aljarafe es sin duda la de la cuenca del río Guadalquivir, ubicada en el término municipal de Palomares del Río. En esta planta se emplea tecnología convencional de fangos activados, a la que se suma el tratamiento físico-químico y procesos de nitrificación y desnitrificación. Si bien, lo que la hace singular es su capacidad porque no sólo se diseñó para ser capaz de depurar los vertidos de todos los pueblos de la comarca que vertían al Guadalquivir gestionados por Aljarafesa, sino que en los convenios originarios, ya se preveía la depuración de las aguas residuales de otros pueblos ribereños como Camas y San Juan de Aznalfarache, Coria del Rio y la Puebla del Rio.
62 Guadalquivir a su paso por Coria del Rio
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Pensando en las personas Hay cuestiones que van más allá de las infraestructuras que hacen diferente a Aljarafesa respecto a otras empresas de agua. Fernando Erostarbe, Director Económico-Financiero de Aljarafesa lo expresa de manera muy clara: “Lo que si nos diferencia con respecto a otras empresa no es sólo qué hacemos sino cómo lo hacemos. Para nosotros eso es muy importante, y después viene la tecnología, los sistemas de información... En los procesos tienes que ser muy crítico; tienes que estar cuestionándolos, tienes que estar mejorándolos... de esa forma siempre consigues una empresa mucho más eficiente y sobre todo una empresa que cumple las expectativas del usuario”. Sin duda para ello la motivación del personal que conforma Aljarafesa es una de las claves del éxito, como explica Antonio Domínguez, Director del Servicio Jurídico de la empresa mancomunada de aguas que revela que “tenemos permanentemente una instrucción no dada pero cumplida de que nuestro objetivo es velar por el servicio y eso hace que el objetivo común se comparta y no hace falta dar muchas explicaciones en el cumplir de ese objetivo. Eso hace que el trabajo sea fluido, cómodo...
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por mi experiencia después de 25 años eso redunda en el trabajo diario, en las relaciones, porque realmente la meta es el trabajo de cada uno en su materia y eso facilita mucho el objetivo común”. Hay una nota del carácter público de Aljarafesa que demuestra el sentimiento de pertenencia a un servicio de ayuntamientos mancomunados: la especial cercanía y atención con el cliente, de manera que en todas las interpretaciones que tiene la normativa o los procesos, se aplica siempre la óptica más favorable posible a la ciudadanía.
UN CLIENTE, UN CONTADOR Desde 1994 se fomenta que cada vivienda disponga de su propio contador. De esta manera se racionaliza el uso del agua y se ajusta la facturación al consumo real de cada usuario. En la actualidad el 99,5% de los contadores del servicio son de uso individual.
Ese compromiso de ofrecer a los usuarios un servicio de la máxima calidad posible es en lo que se ha avanzado en estas cuatro décadas en las que ha ido aumentando el número de clientes, ha crecido la exigencia del servicio y ha aumentado la demanda de información por parte de los usuarios; todo ello con una normativa que ha ido evolucionando en paralelo. Retos que se han logrado gracias a un gran esfuerzo interno, invirtiendo en la formación del personal e innovación tecnológica para incorporar los últimos avances en materia de atención al cliente. “Si en los inicios, la principal preocupación era garantizar el abastecimiento propiamente dicho, una vez superada esa fase se ha puesto el foco de atención en el usuario. La gran extensión comarcal del servicio, por ejemplo, es un problema resuelto en tanto que Aljarafesa se ha centrado en facilitar el acceso físico a través de distintos canales: vía web a través de la oficina virtual; vía oficina telefónica, que ya lleva funcionando una década con gran eficiencia; y a través de la oficina itinerante que atiende en la sede de los diferentes ayuntamientos como empresa de los mismos que somos” explíca la Directora de Comunicación e Imagen Mercedes Moreno. De hecho en los nuevos canales de atención directa y personalizada al cliente
puestos en marcha desde el año 2000 por Aljarafesa, han aumentado las demandas de información y ha disminuido la proporción de reclamaciones, lo que marca una tendencia de eficacia en la prestación del servicio y la percepción de ello por parte de la ciudadanía.
DEFENSOR DEL CLIENTE El Defensor del Cliente, figura creada en 2007, es el órgano de intermediación entre los usuarios y Aljarafesa. Vela por los derechos e intereses de los usuarios desde la independencia y autonomía. Junto a estas facilidades para los usuarios se ha avanzado con nuevos sistemas, con planes para fomentar la individualización de contadores, introduciendo modificaciones en la política tarifaria bonificando a determinados colectivos y, sobre todo, a través del Sistema Integrado de Gestión (SIGEA), desarrollado por la propia empresa, en el que se emplean las últimas tecnologías para la prestación de un servicio
eficiente, dando respuesta rápida y fiable a la demanda de información de los clientes.
el servicio de aguas siempre aplicamos la más favorable posible al ciudadano”.
En este sentido, el director de la Gestión Comercial de Aljarafesa, Felix Ríos, apunta una de las notas características de esta empresa de los ayuntamientos: “Hay una nota de nuestro carcater público y de pertenencia a un servicio de ayuntamientos mancomunados que nos hace tener una especial cercanía a las personas y una dedicación a la atención al cliente; de manera que en todas las interpretaciones que puedan darse en las normattiva aplicable en
La culminación de esta filosofía volcada en las personas y la eficiencia, es la concesión por AENOR de la Certificación del Sistema de Calidad en el año 2000 que reconoce la prestación de un servicio de calidad a los usuarios.
USUARIOS SATISFECHOS El 93% de los encuestados en los sondeos de satisfacción manifiestan estar satisfechos con el servicio prestado por Aljarafesa. Los datos coinciden con encuestas realizadas por organizaciones de consumidores y usuarios y de otras empresas externas, con niveles de aprobación que superan el 90%.
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Implicados y con voluntad de servicio público “Yo tengo 53 años y soy ya de los viejos (risas)”; son palabras de Antonio Domínguez, el Director del Servicio Jurídico y Secretario del Consejo de Administración de Aljarafesa. No en vano la edad media de la plantilla de la empresa de aguas del Aljarafe es de 45 años. La evolución del tamaño de la plantilla se ha ido adaptando y ajustando a los servicios que se iban prestando. Con el ciclo integral completo, en 1989 el ritmo medio de crecimiento anual ha sido del 3% debido fundamentalmente a la ampliación de los servicios prestados y a la necesidad de personal especializado para optimizar la gestión. De esta manera la plantilla se ha equilibrado manteniendo una edad media que combina a la perfección la edad de los trabajadores más antiguos, con mucha experiencia, con los más jóvenes, con gran preparación técnica. “En Aljarafesa, el personal que entra es muy joven, con una preparación teórica importante, se forma aquí y tenemos una plantilla
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que fue creciendo la empresa. A día de hoy somos 142 y funcionamos con unos ratios increíblemente rentables para la prestación del servicio”, señala Carlos Moreno. En efecto, como indica el Director-Gerente de Aljarafesa, es sorprendente que sólo con 142 personas se da el servicio que lleva a agua a los pueblos de la comarca y que depura los residuos de más de una treintena de municipios diseminados en los 2.500 kilómetros cuadrados de términos municipales, tan grande como la Isla de Tenerife. relativamente joven ya con un bagaje importante”, explica Antonio Domínguez. De esta forma, el 65% de los trabajadores de Aljarafesa cuenta con más de diez años de antigüedad, donde los mandos intermedios son la verdadera amalgama entre las funciones operativas y directivas. Carolina Moreno, Directora de RRHH entiende que, “la tecnificación de la plantilla, con personal cada vez mejor preparado con una elevada cualificación responde también a una adaptación a la realidad, donde cada vez más, aumenta la complejidad de las tecnologías y sistemas de gestión. Algo por lo que Aljarafesa invierte también en la formación continua de sus empleados buscando la excelencia del servicio”.
ral, económica y social de sus trabajadores hasta el punto de sentirse en Aljarafesa como en familia y, como tal se implican al máximo en la prestación de un servicio público. “Ese afán de servicio público, esa entrega hacia la prestación, es lo que se ha repetido en todos los trabajadores que ha tenido Aljarafesa. Lo que en los inicios de la empresa hacíamos los primeros trabajadores, que no teníamos días ni noches, y nos volcábamos en prestar el servicio, es lo que se ha ido transmitiendo a medida
Según Francisco Rodríguez, Director de Planificación y Control de Procesos, “La continua observancia de la sostenibilidad del servicio, se evidencia en que actualmente Aljarafesa ocupa una de las posiciones más privilegiadas entre las empresas con menos endeudamiento y con mayores ratios de solvencia, liquidez y capacidad de autofinanciación del sector a nivel nacional, disponiendo en ella la Mancomunidad de una sólida y potente herramienta de gestión frente a nuevos proyector de futuro”.
Pero tal vez lo más singular de Aljarafesa es el sentimiento de pertenencia que tienen sus trabajadores hacia la empresa. Un vínculo trabajado desde sus inicios y que han fomentado una gran estabilidad labo-
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El milagro del agua Hoy en día abrir el grifo y encontrar agua potable de calidad es algo a lo que nos hemos acostumbrado. Las enfermedades relacionadas con el tratamiento de las aguas han caído ya en el olvido. O al menos estas son dos aseveraciones que se pueden hacer en el Aljarafe donde hace menos de un siglo la situación de partida no tenía, ni de lejos, nada que ver con la actual. La cosa no es tan fácil como que el agua cae del cielo y con eso está todo resuelto. Detrás de ese pensamiento simplista hay todo un mundo en el que hay que dotar de infraestructura a una gran población en continuo crecimiento y diseminada por más de una treintena de pueblos, para que ese agua que se recoge pueda llegar con garantías de potabilidad al usuario durante 24 horas al día 365 días al año.
La cosa no es tan fácil como lo que la gente pensaba antiguamente... hay un mundo detrás que requiere una dedicación diaria de muchos profesionales. Son reveladoras las palabras de Manuel del Valle, primer presidente democrático de la Diputación de Sevilla: “Yo siempre he dicho que abrir el grifo por la mañana y que salga agua es un milagro porque nadie se imagina los pasos que hay que dar para que ese agua llegue a ese grifo desde que llueve, va a un pantano y va por todas las conducciones del mundo hasta que se
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haga ese milagro todas las mañanas cuando la gente se levanta”. Hoy el milagro se ha conseguido. Cuando se abre el grifo en el Aljarafe hay agua potable. Cuando se tira de la cadena del aseo, los desechos son tratados adecuadamente y llega agua limpia al río, cuando llueve no se inundan las calles, ya no hay enfermedades relacionadas con el agua y el cólera o el tifus parecen de una época muy remota. Un milagro que, además, se ha logrado en tan sólo una generación.
Aljarafesa, la empresa de los ayuntamientos
MANUEL DEL VALLE ÁREVALO.
MIGUEL ÁNGEL PINO MENCHÉN.
PRESIDENTE DE LA MANCOMUNIDAD DEL ALJARAFE (1979-1983).
PRESIDENTE DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SEVILLA, PRESIDENTE DE
PRESIDENTE FUNDADOR DE ALJARAFESA (1981-1983).
LA MANCOMUNIDAD Y ALJARAFESA (1893-1995), PROMOTOR AMPLIACIÓN PUEBLOS, SERVICIOS E INVERSIONES.
Presidente de la Diputación Provincial de Sevilla
Diputación Provincial de Sevilla
P
A
los municipios del Aljarafe, poner en marcha un servicio
en día es esta empresa mancomunada que es referente
ejemplar y en este momento, debe afrontar un problema
en la gestión del agua. Lo primero que hicimos fue con-
de visión de futuro: Este debería ser un momento decisi-
seguir que aquellos ayuntamientos con problemas en la
vo para hacer en su entorno una gran Mancomunidad en
distribución de agua se incorporaran a Aljarafesa y lo hi-
toda la provincia de Sevilla, manteniendo las característi-
cimos modificando los estatutos lo pudieran conseguir
cas propias, manteniendo sus orígenes pero pensando
para poder ampliar el número de pueblos a los que se les
en que el agua es un bien muy escaso, del que cada año
estaba prestando el servicio. Pero en todos estos años
que pasa se va incrementando su consumo y sería bueno
hay un común denominador que es la persona de Carlos
poner en común todos los recursos y todo lo que supone
Moreno, el actual y entonces también, director general
ese bien esencial para la vida humana que es el agua.
de Aljarafesa que es quien ha conducido este sueño y es
ara mi Aljarafesa es como un hijo y por tanto nunca podré hablar mal de ella. Creo que ha cumplido
una labor fundamental que es poner de acuerdo a todos
ljarafesa ha sido un proyecto que era en parte un sueño y en parte también una aventura que con el
paso de los años se convirtió en una realidad que hoy
responsable de la realidad que hoy es Aljarafesa.
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BALDOMERO GAVIÑO CAMPOS. EX ALCALDE DE BORMUJOS Y MIEMBRO DEL PRIMER CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE ALJARAFESA
JOSE Mª TORRES ZAPICO. ALCALDE DE LA ALGABA (1979-2002). CONSEJERO DE ALJARAFESA (1987-2002)
Ayuntamientos
A
ljarafesa como proyecto en común y como empresa de los Ayuntamientos del Aljarafe, le debe mucho a
Ayuntamientos
P
ara mi Aljarafesa siempre ha sido la pequeña, que no tan pequeña, gran empresa que estaba dando
algunas personas que han sabido llevar a Aljarafesa al sitio
lecciones a otras grandes empresas que estaban sumi-
que ahora tiene. Me refiero en concreto a Carlos Moreno,
nistrando agua, de cómo se hacían las cosas bien. Yo en-
que ha sido el gerente que ha dirigido un equipo técnico
tiendo que los que estaban en los equipos de dirección
capaz y preparado en la actualidad. Todos los políticos
eran auténticos profesionales y trabajadores del agua.
que hemos tenido la oportunidad de pasar por Aljarafesa
Es decir, el equipo técnico de Aljarafesa ha sido siempre
formando parte de su Consejo de Administración, lo único
un número de profesionales para el que no han existido
que hemos recibido es la fidelidad de un gerente que ha
los horarios, y así lo han demostrado a lo largo de muchos
hecho de su vida un servicio a su empresa.
años. Les pongo un ejemplo de esa entrega: a mitad de los 90 La Algaba estuvo inundada por las lluvias y durante dos noches estuvieron permanentemente conmigo como alcalde trabajando desde Aljarafesa… Es un ejemplo de una dedicación total para dar un servicio público, con todo el sentido que tiene decir servicio público.
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JOAQUÍN FERNANDEZ GARRO.
ANTONIO VALVERDE MACÍAS.
ALCALDE DE UMBRETE Y VICEPRESIDENTE DE ALJARAFESA.
ALCALDE DE SALTERAS Y VICEPRESIDENTE DE ALJARAFESA.
Ejecutivos de Aljarafesa
P
ersonalmente el ser alcalde de Umbrete y que te nombren vicepresidente de Aljarafesa, me permite
Ejecutivos de Aljarafesa
M
i valoración de Aljarafesa y de la Mancomunidad de Municipios del Aljarafe desde su creación hasta la
haber tenido la oportunidad de relacionarme con un con-
actualidad es altamente positiva, sobre todo por el desa-
junto de profesionales de primerísimo nivel que te enri-
rrollo que ello ha supuesto para los pueblos del Aljarafe.
quecen personalmente. Para mí, la mayor satisfacción es
Yo destacaría sobre todo la incorporación de municipios
poder seguir relacionándome con todos los profesiona-
a lo largo de los años y el importante volumen de obras e
les que trabajan en esta empresa y poder compartir con
infraestructuras realizadas en el territorio en estas décadas.
ellos la actividad diaria y la vida de la propia empresa, lo
Poner de acuerdo a tantos pueblos en relación con la ges-
que te enriquece muchísimo y te aporta bastante.
tión del agua puede parecer en principio algo muy difícil, pero gracias a la filosofía de Aljarafesa no lo es porque siempre ha primado un caracter de necesidad del servicio más que los diferentes criterios políticos. Los criterios técnicos están por encima de cualquier ideología y eso es lo que nos ha permitido alcanzar la excelencia en el servicio de aguas que tenemos hoy en día en el Aljarafe.
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JOAQUÍN CASTILLO SEMPERE.
JAIME MONTANER ROSELLÓ.
PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL
PRIMER CONVENIO JUNTA ANDALUCIA-ALJARAFESA.
GUADALQUIVIR (2010-2012). Administración Autonómica
Administración Central
T
engo el orgullo y la satisfacción de haber podido colaborar con Aljarafesa en este reto. Haber logrado
los grandes objetivos con los magníficos profesionales
A
ndalucía se ha equiparado a la situación europea en calidad de vida, en estándares de equipamien-
to, de servicios y de dotaciones y en el tema del agua
de la Junta y desde la dirección de Aljarafesa y sus técni-
hemos sido modélicos gracias al esfuerzo de todos los
cos de lograr la depuración de todos los vertidos al Gua-
andaluces con su contribución y gracias a las estructuras
dalquivir con unos niveles de calidad muy altos.
con las que los andaluces se han dotado, y las mancomunidades de servicios en especial las de abastecimiento, saneamiento y depuración de aguas. En este aspecto, Aljarafesa ha sido y es un modelo a seguir.
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JOSE JUAN DÍAZ TRILLO.
ROQUE GISTAU GISTAU.
CONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ABASTECIMIENTO
(2008-2012)
DE AGUA Y SANEAMIENTO (AEAS).
Asociación del Agua Nacional
Administraciones
A
ljarafesa es una de las empresas que inicia esa trayectoria aparentemente larga de 30 años pero
corta en realidad por la trascendencia de lo realizado. Creo que ese carácter de pionero de empresa con un empeño público es una referencia de estos 30 años. Andalucía puede sentirse orgullosa de Aljarafesa, creemos además que es el camino que hay que seguir, el de la modernización, ahora el reto es el de la calidad del servicio y el de la inmediatez en la respuesta.
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E
ste oficio de dar de beber al sediento tiene cuatro claves: Tener fuentes de la máxima calidad y protegerlas, garantizar la oferta de agua todos los días y a todas las horas, la tercera es ajustar la demanda por la vía de explicarle a la gente que no se puede gastar lo que no se tiene; y la cuarta es tamaño suficiente en lo que se refiere a la entidad que presta el servicio, de manera que tenga capacidad para poder acometer infraestructuras y actuaciones que garanticen la calidad y eficiencia del servicio. En este caso los municipios pequeños no pueden dar una gestión eficiente. El de Aljarafesa es un ejemplo en este sentido, y además de los primeros de España. Hay que recordar que el Aljarafe hace 40 años tenía municipios pequeños de población y gracias a una visión estratégica de Carlos Moreno, su gerente, que fue pionero hace cuatro décadas en esta cuestión, gracias a que se creó primero una Mancomunidad y después una empresa pública que gestionase el agua de todos los pueblos. 81
JESUS MAZA BURGOS. PRESIDENTE DE ASOCIACIÓN DE ABASTECIMIENTO Y SANEAMIENTO DEL AGUA DE ANDALUCÍA (ASA).
Asociación del Agua Autonómica
G
racias a la iniciativa que tuvo Aljarafesa en 1986, hoy el sector del agua de Andalucía dispone de
ASA que, como asociación de carácter exclusivamente profesional, pluralista y no excluyente, aglutina a la práctica totalidad de las empresas públicas, mixtas y privadas que gestionan los servicios de abastecimientos y saneamientos de agua a más del 95% de la población andaluza y a las entidades colaboradoras y suministradoras de las mismas, y cuyo objetivo es el estudio y puesta en común de las técnicas más innovadoras y eficaces para la mejora continua de la gestión de los servicios, en beneficio de los ciudadanos.
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