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Editorial . En esta ocasión el equipo de LBD pone en sus manos una edición conmemorativa gracias al cuarto aniversario del Colectivo CEFE “Paulo Freire”. Por ello, les ofreceremos una serie de textos referentes a la educación. Consideramos que ante un concepto tan ambiguo como es el de la educación es preciso mostrar una serie de distintas apreciaciones y propuestas, pues ante la pregunta de qué es la educación y para qué sirve, las respuestas son sumamente diversas y relativas, en el sentido de que si se trata de una poíesis, la tarea más importante de nuestras reflexiones sería la de guíar el trabajo de la disciplina-directriz de la educación, es decir, la Pedagogía. En vista que se trata de la búsqueda de fiabilidad y efectividad nos parece pertinente escudriñar aún más sobre el ordenamiento del objeto real la Pedagogía, es decir, si se trata de la investigación científica, dotarla de un sustrato más consistente. ¿Acaso no para muchos los pedagogos pragmáticos son meros educadores “bancarios”? Así, con una epistemología más contundente y nutrida, los pedagogos pragmáticos serían transformados no sólo en autómatas y difusores de datos e información estériles, sino en ideólogos de la educación, filósofos de la educación e, incluso, en actores directos de una real y contundente transformación social (que consideramos se trata de la tarea medular). Ahora bien, si se trata de concebir un axioma educativo trascendente, revolucionariamente humanizante (plausible y funcional también) la tarea más destacada sería la de la Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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Teleología del hecho educativo, que quizá es una de las posturas más socorridas por muchos idealistas, que precisamente, se presta a diversos “romanticismos” (también estériles, ya que o suelen ser muy subjetivos o resultan inviables por su naturaleza lejana a la realidad concreta de México y América Latina). Realmente estamos preocupados por un fin y/o propósito de la educación realmente transformador, es decir, que critique el paradigma de la ideología dominante, sí, pero que también proponga un proyecto muy “nuestrolatinoamericano”, horizontal, incluyente, popular, decididamente crítico y trascendente. Por ello, en el colectivo CEFE “Paulo Freire” intentamos impactar socialmente a través de una tendencia dual: el trabajo docente pragmático lleno de contenidos y muchas dosis de atisbos de conciencia emancipadora y emancipante, es decir, tratamos de cubrir la tarea de la rigurosidad teórico-semántica para lograr un reconocimiento operativo más respetable y hacemos todo lo posible por gestar un fin pro-humanizante y colectivizante de la educación. En estos cuatro años de trabajo hemos sufrido éxitos y derrotas, bonanzas y carencias, momentos de esperanza y desesperanza; sin embargo, seguimos en pie, trabajando y cuestionando nuestro propio trabajo, así como el mundo que nos rodea y, en esa dialéctica permanente e inevitable, nos hemos fortalecido con fuertes lecciones deconstructivas…Nuestra poíesis sigue y seguirá adelante… La voz tríadica del colectivo. Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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/Ricardo Pérez Torres 4
/Adrián Silva 11
Alejandra López Silva 14
/Viviana Vizcaya 21 /Marcos Alonso Cabello 27
/Adrián Silva 39
?/Santi Loret 55
Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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_Ricardo Pérez Torres Puso la guitarra y el viejo morral sobre el escritorio metálico. Encendió el tercer cigarrillo de la mañana. Eran las 08:30 de y el grupo de 3° “B” que minutos antes hervía en algarabía, ahora permanecía en profundo silencio. Solo el golpeteo de algunos lápices sobre los mesa bancos y las exhalaciones de Delicados del maestro Porfirio rompían el silencio matutino. -A ver, chamacos. Hoy toca canción. La cara de disgusto generalizado se dejó reflejar ante Porfirio quien no dio importancia a ese acto tan común en los grupos de tercer grado, sabía lo que hacía. Tomó la guitarra, se sentó en el escritorio mirando al grupo que parecía hundirse en un estado entre atención, pánico y pereza. Tomó el mástil con la zurda mientras acariciaba y rascaba la tupida barba con la diestra como pensando, como soñando. –La marcha. Pensó. La bota derecha llena de lodo seco marcó una huella en el piso y el compás de cuatro tiempos: un, do, tre, cuatro y la guitarra soltó acordes que acompañarían a su voz Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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ronca, áspera también por las polvaredas de Chalco. El guapachoso ritmo reinventó la atmósfera de tal modo que… Y ahora vamos a contarles una historia Es la historia de unos sapos y unos peces Que vivían en las aguas cristalinas Y los peces no querían compartirlas De pronto los rostros gachos y los bostezos se transformaron en miradas atentas y brillantes, tal vez alguna sonrisa se asomaba entre los cuarenta y tantos niños. Porfirio bailaba y sonreía mientras cantaba el coro invitando a los chamaquitos a imitarlo: Sapin sapen, que ya no brincan Sapin sapen, que ya no comen Sapin sapen, que ya no brincan Sapin sapen, por ser tan pobres Más de tres pequeñuelos se levantaron tímidamente de la mesa banco, los que no, miraban encantados cuales sapitos retozones. Porfirio el maestro. Corazón alegre. Los pescados eran ricos y famosos Y los sapos eran feos y apestosos Eran pobres y les faltaba cultura Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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Para ellos solo había caras duras Sapin sapen, por ser tan pobres… La
clase
de
canto-civismo-lectura-historia
se
transformaba en fiesta encubierta por el maestro Porfirio, que venía a la escuelita a pie, Porfirio 34 años, diez en la escuelita tres en el “movimiento” Encerrados dando saltos en la jaula Los pescados los usaban de juguete Se burlaban y reían de los sapitos Y les daban de comer puros mosquitos -El campamento. Pensaba mientras cantaba y buscaba formas, figuras en el descascarado techo del salón de clase. –Se burlaban. Pensaba y cantaba. Porfirio, el maestro de tercero be. La noche anterior no pudo quedarse en el campamento magisterial, los compañeros le extrañaron. Orador nato, cantador, trovero rebelde. Botas lodosas y mezclilla deslavada. Terminó la canción, los niños aplaudían, Porfirio sonreía con la mitad de su boca. Ya no con los ojos que perdidos en el fondo del patio, lanzaban un potente rayo de esperanza que cruzaba por la puerta del salón. La mano curtida por otros trabajos ajenos a la escuelita o al Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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“Movimiento” tomó el gis, tiza, que otrora le llamaban los maestros de Porfirio. -A ver, chamacos. Les toca copiar en su libreta. Los murmullos no se dejaron esperar y una seca, corta, ruda voz sin amortiguador expresó un sencillo “silencio”. Todo el salón permaneció quieto. Una vez más solo los sonidos de las hojas de las libretas y algunos movimientos corporales de aquellos pequeños de tercer grado rompieron la quietud. El sonido del hábil gis sobre el pizarrón aumentaron el silencio de los muchachitos que comenzaron a copiar la canción que se representaba en “script” frente a ellos. Afuera los de sexto ce, pateaban con violencia un balón, cosa que distrajo a los que tenían visibilidad desde el tercero be a través de la puerta. Porfirio cerró la pesada puerta de metal lentamente al tiempo que miraba a los distraídos que regresaron de inmediato a concentrarse en el cuaderno y el pizarrón. Porfirio sabía lo que hacía. Porfirio terminó de llenar el pizarrón con la letra de la canción. Los chavos atacaban sus libretas con el lápiz a toda velocidad. Porfirio caminaba entre las mesa bancos. Encendió un cigarro, rascó su bigote, acomodó sus pesados anteojos y descubrió a Serrano contando unas estampitas con Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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imágenes de caricaturas. De inmediato lo tomó de la patilla izquierda haciendo caer su libreta y un alarido escapó de las entrañas de 8 años de Serrano. Lo llevó frente al pizarrón. Las nalgas de Serrano quedaron marcadas por centímetros, pulgadas y la marca “Baco”. Veinte reglazos de madera fueron suficientes para que Serrano, “El Patas” para los demás chamacos, terminara la copia de la canción sin problemas. Nadie dijo algo, todos dijeron nada. Veinte minutos transcurridos y Porfirio sacó del morral un periódico cuyo encabezado anunciaba: “Reprimen a los profesores. Movimiento avanza. Hay heridos”. Se acomodó en la incómoda silla pintarrajeada detrás del escritorio, se acomodó. Leyó algo detenidamente mientras las gafas resbalaban de su ancha nariz y Porfirio las dejaba resbalar. El último niño terminó de copiar la canción. -A ver chamacos, ahora toca cantarla todos juntos. De nuevo el instrumento apoyaba a Porfirio que entre pensamientos y labor mostraba su deseo de escapar de la escuelita con sus cuarenta y tantos chamacos y cantar en Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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el campamento cualquier canción, cualquier desparpajo de ideas. La bota llena de tepetate seco, generó una nubecita de polvo, luego una más pequeña y dos imperceptibles. Un, do, tre, cuatro …que ya no brincan… Como los sapos quisieron rebelarse Pero no sabían cómo organizarse Los pescados que eran fuertes les pegaron Y a su celda de regreso los mandaron Ahora con las partituras, coro, director y batuta bien coordinados, el salón de clases lucía como tal. Por momentos Porfirio olvidaba su compromiso con los compañeros del plantón. A ratos se le olvidaba el dolor en la espalda por las malas noches en el campamento. De repente no pensaba en los represores, que así les llamaban en los diarios de izquierda. Porfirio reía, cantaba con sus chamaquitos cuya ortografía era casi impecable aprendida de un Porfirio de manos toscas, manos que hacían música con guitarra de palo. Manos, puños. Porfiriana voz cantante y gritante. Manos de piel quebrada. Porfirio el matemático, el biólogo, el cantante, el activista, el constructor de sendas. Enseñaba con Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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canciones Porfirio, el estricto maestro de tercer grado. Pegaba, educaba. Nosotros aprendíamos. Cantábamos hace 25 años: En el mundo existen sapos muy valientes Sapos verdes, sapos negros y arrojados Que sin dar un paso atrás, todos de frente Le darán en la torre a los pescados Sapin sapen, que ya no brincan… Sapin sapen, que ya no comen Sapin sapen, que ya no brincan Sapin sapen, por ser tan pobres "Sapin Sapén. Interprete: Amparo Ochoa. Nacida en Sinaloa, Amparo eligió inicialmente el magisterio como profesión, se desempeñó como maestra rural en La Palma, Villa Ángel Flores y Tierra Blanca en su estado natal y aunque dejó la labor docente para estudiar música, nunca perdió la "textura y sencillez de la profesora de escuela".
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_Adrián Silva I Taumaturgo: ¿Será que cuando estamos padeciendo este mundo estamos escribiendo en el otro? Sí, escribir no siempre es un acto fáctico, concreto y objetable; todo el tiempo cincelamos criptogramas en nuestro interior y de ahí emanan conflictos, múltiples conflictos. El conflicto es interno. ¿Cómo gestar una nueva conciencia? Naturalmente, lo primero es observarnos y observar detenidamente el grupo social que nos ha configurado, pues de ahí emerge nuestra conciencia social. Pero eso no es todo. ¿Hasta qué punto sabemos algo de lo instituido? Porque ese grupo que nos configura también ha sido configurado (y eso no significa que de la mejor manera). ¿Cómo es que se configura una sociedad buena? ¿Qué es lo bueno? ¿Existe la bondad universal? He ahí el conflicto interno, el eterno conflicto entre lo instituido y lo instituyente. Mas lo instituyente se traduce en
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posibilidad de crítica y, por ende, de cambio. [¡Qué hermoso criptograma¡]. II Roble ecuánime: Y dime escritor ¿para qué sirve reconocer la validez de tus criptogramas? ¿Qué carajos nos interesa lo que sientes y lo que piensas? ¿Acaso sirve de algo la enseñanza de la literatura? Taumaturgo: Para ti no, pues no tienes oídos y mucho menos corazón. Escribir literatura implica filosofar acerca de la vida, no es un acto estéril, pues estamos vivos, somos dinámicos, percibimos, interpretamos, asimilamos, creamos y recreamos. Escribir es un acto solidario, pues colectivizas tu palabra para que otros se apropien de ella. Bien o mal, ofreces algo, al menos una percepción distinta del que te está leyendo, así el mundo pierde su abrumadora amorfia social o su, quizá, homogeneización tediosa. Sentir es inherente a todos nosotros. Los escritores, los taumaturgos somos una especie de milagreros, porque, al menos, le damos voz a los sin voz, le damos sentido a lo que aparentemente no lo tenía, nos damos muerte y resucitamos, vamos y volvemos, reencarnamos, conjugamos nuevos verbos, reordenamos Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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el caos y hacemos caótico el orden. Pretendemos ser artesanos de nuestra propia plasticidad inmaterial, porque el mundo ya está cansado de ser la prostituta de los funcionalistas. Roble ecuánime: La razón es más importante que la imaginación. Dándole tanto peso a tus sueños no eres más que un “Quijote”, un esquizofrénico anfibológico. Tu dadaísmo me repugna, pues fomentas la ilogicidad y el subjetivismo. Eso no le aporta nada a nadie. Taumaturgo: Evidentemente, no se puede conciliar con un necio erístico. Cual sofista te crees poseedor de la verdad sin saber que la verdad es también parte de la plasticidad psíquica de todo taumaturgo. Es más tú eres un taumaturgo. Todos los somos, pues eres humano, imaginas y sientes por más que tu fingida dureza exponga lo contrario… III Taumaturgo: θαυματουργός es la vida sin lacónicos. θαυματουργός es magia mayéutica.
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_Reflexión _Alejandra López Silva Maestro o profesor, dejando a un lado etimologías y definiciones, todo converge a un solo fin: la enseñanza. Dentro del aula o fuera de ella, encontramos a ese personaje que deja huella en nuestra vida académica, laboral o cotidiana. Dejemos claro que colocarse ante un grupo de personas no es fácil, se necesita carácter, personalidad, control de las emociones, tolerancia, respeto alumno-maestro y viceversa, y, entre otras, lo principal y más importante de todo: el conocimiento, el dominio de la materia impartida y un poco más. Antaño la figura del docente era símbolo de consideración
y
acatamiento,
su
autoridad
era
indiscutible, los padres de familia confiaban plenamente en Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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él o ella y encomendaban a sus hijos bajo el mando de su "vara mágica", así es, el profesor tenía el derecho otorgado de golpear al alumno/a y nadie protestaba, el lema era: "La letra con sangre entra". Obviamente estos métodos bárbaros son injustificables y ya no se aplican (todavía existen casos de maestros abusivos). Dejando a un lado este sistema atroz, el docente realmente mostraba interés y preocupación por sus estudiantes,
volcaba su empeño
para lograr
que
aprendieran algo provechoso, incluso se involucraban en la vida familiar del niño/a y no se tomaba a mal. La presentación e imagen del susodicho era impecable, traje y corbata, vestido o falda y zapatillas, y, aunque algunos lo duden, creo yo que: imagen es complemento al conocimiento". El profe debía y debe distinguirse del alumnado en todos los aspectos: modales, presentación, cognición, inteligencia, etc., haciéndole así una persona bienquista. Actualmente cuesta diferenciar entre un alumno y un profesor, nos enteramos quién es quién hasta que preguntamos (sin generalizar).
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Los años pasan, llegan los cambios, nacen nuevas generaciones e ideas, costumbres, modas. Y es en 1989 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Convención sobre los Derechos Humanos de los niños. Muy bien, ¡bravo!, ya era hora de que se les tomara en cuenta como ciudadanos, pero olvidaron adjuntar un papelito que les recordara: "y las obligaciones que conllevan sus derechos". La lista de éstos es muy larga, así que sólo haré hincapié en el que nos interesa. Dice una de las prerrogativas: "Los niños tienen derecho a una educación de calidad", a un ladito su obligación expresa
debería
ser:
"Tengo
la
obligación
y
responsabilidad de respetar al personal docente que me brinda su enseñanza así como al plantel y material educativo". ¡Qué bonito! ¡Pero no es así! Gracias a no marcar obligaciones y al abuso de los Derechos Humanos, ningún profesor puede actuar contra un alumno ni hablarle "fuerte", tocarlo ni por accidente, pronunciar palabras que "lastimen" su integridad moral, etc. Nada absolutamente, ya que el profe corre el riesgo a ser demandado por papá o mamá hasta el punto de perder chamba y licencia para ejercer. No estoy diciendo que apruebo el maltrato hacia el alumnado, pero éstos Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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abusan apoyándose en esas normas y han aprendido a restar autoridad a los docentes, han utilizado todo a su favor y lo demás en contra del magisterio. Otro punto muy importante y extenso es la educación que los “chamacos” reciben y traen de casa, si desde ahí les explicáramos que debe existir un respeto entre alumno-profesor y viceversa, no habría necesidad de llegar a extremos. ¿Me explico? A partir de sus primeros años de educación básica, enseñémosles que el profesor merece consideración y ellos como alumnos, también, dentro y fuera del aula. Ése es el meollo de todo: EL RESPETO. II No todo es para siempre, así que los profesores también caducan y se mueren dando paso a profesores jóvenes, incipientes, y es natural que, al igual que todos, nos equivocamos cuando comenzamos a desarrollarnos en el ámbito profesional, recordemos que: "Todo médico tiene un muerto en su conciencia". Y así es, cometemos errores y sobre la marcha corregimos, pero algunos de Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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estos nuevos ejercedores de la docencia, se restan autoridad a sí mismos, ¿por qué? Tratan al alumno en un plano de igual a igual, no marcan límites, se presentan como "amigo" de sus discípulos, crean demasiada intimidad con ellos, y, en lo personal, difiero en muchas de estas actitudes. De acuerdo estoy en que debe existir un ambiente de cordialidad y confianza, pero ante todo dejar bien marcado cuál es el rol de cada uno. En el transcurso de la vida académica topamos con todo tipo de mentores: al "barco" a quien todo el mundo trata como quiere; el súper estricto, disciplinado, “buenazo” para impartir su materia, inteligente y exigente de él mismo y con sus alumnos; el que se vende por unas monedas cual "Judas" o recibe una botellita "mareadora" para alterar calificaciones; el artista que carga su guitarra a todas sus clases y deleita con su voz tipluda al aburrido y sorprendido alumnado; el que sólo grita y regaña, pero no enseña nada; el "cuate" que se embriaga con los alumnos, asiste a sus fiestas y termina durmiendo con alguna colegiala; el "sabelotodo" y presumido para quien todos los estudiantes son pendejos y no entiende qué carajos hace enseñando a tanto mediocre; el guapo, no Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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nos interesa para nada su clase, sólo asistimos para admirarlo; el que sabe lo que dice, te hace pensar, su clase es amena, interesante, justo en el momento de calificar y no aplica el soborno en él, (clasificación aplicada para profe. y profa.) Hagamos un paréntesis y no dejemos de mencionar al "maestro" que no ostenta ni se cuelga un título, diploma y de quien también aprendemos, alguien que sin contar con una educación básica o profesional en la materia, realiza su trabajo incluso mejor que un profesionista y de sus manos artesanas nacen y desarrollan obras maravillosas. Reconozcamos a los maestros de oficio: al albañil, a quien el "arqui" termina por preguntar:"¿Cómo le hacemos, maestro?; al carpintero, el ebanista que trabajan la madera convirtiéndolo en un bello mueble, silla, comedor; al maestro mecánico, plomero, electricista y demás. También ellos enseñan en algún momento. Por desgracia existen cientos de “fulanos” que ejercen el magisterio sólo por hacer algo, por cobrar un cheque, porque no hay de otra o por la herencia de plaza.
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En fin, a pesar de lo devaluada y la mala fama que ha ganado esta profesión, es una de las más bellas experiencias compartir conocimiento, lograr abrir la mente
de
otros,
hacer
pensar
a
los
demás,
orgullosamente ver cómo un párvulo o un adulto comienza a garabatear sus primeras letras, a leer sus primicias, gran satisfacción mirar graduar a un alumno, reconocer los avances del niño/a en quien nadie creía. Ser profesor no es fácil, recibir un sueldo de miseria, laborar dentro y fuera del plantel, imponer autoridad ante una generación que desconoce la palabra respeto. No, no es fácil, pero la satisfacción personal y moral por hacer bien el trabajo, no te lo quita nadie.
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_Ensayo _Viviana Vizcaya A partir del siglo XIX en Europa comienza a hacerse obligatorio el proporcionar una educación gratuita, pública y laica, cuestión que de manera paulatina fue tomando fuerza en América Latina y para los años posteriores a la Revolución Mexicana se lleva a cabo la estructuración de un sistema educativo definitivo con fuerte influencia del Estado. Ante un panorama de industrialización y capitalismo la educación cada vez estuvo más ligada a la formación en función del mercado laboral, una especie de capacitación para el trabajo, lo que se conoce como "pedagogía pragmática" convirtiendo al profesor en un seguidor de programas y mecanismos,
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siendo la base de lo que después sería una educación tecnocrática interesada en la modificación de conductas. Con la formación del sistema educativo la pedagogía va sufriendo transformaciones y exigencias haciendo como lo indica Díaz Barriga que se tenga "una concepción más burocrática de la enseñanza" (Díaz Barriga, 2005, 29) apareciendo con ello la calificación y de manera posterior los programas de estudio. Con los que se enfrenta a la división del proceso de enseñanza donde unos se especializan en la programación, otros diseñan los sistemas de acreditación y el docente se dedica a cumplir con el programa escolar, bajo este yugo y con la necesidad de supervisar que así se llevará a cabo, se determinan exámenes y test en los cuales se puede evaluar la cantidad de conductas que el alumno ha aprendido y con base en ello determinar el "éxito" o "fracaso" de las lecciones de aprendizaje. Ya en el siglo XX se sufre de una institucionalización de la escuela por lo que los planes y programas de estudio deben responder a una serie de intereses externos y no al propio proceso académico. Para la aprobación de un Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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plan de estudios se lleva a cabo un proceso en tres esferas: La burocrático-administrativa, la académica y la del poder (Díaz Barriga, 2005, 34) lo que atrae diversos problemas al campo de la Didáctica en la práctica docente. Problemas actuales de la didáctica en la práctica docente Se vive un esquema tecnocrático-productivista en la educación que deja fuera la autonomía del alumno, del profesor y de la institución, los planes de estudio son elaborados por direcciones generales, por no abordar el complejo estudio del contenido; que en la mayoría de las ocasiones son independientes de la institución, dando ante tal desvinculación programas bastante generalizados y complicados al momento de pretender su puesta en práctica, lo que merma la creatividad y flexibilidad en los temas vistos en clase que el profesor podría modificar de acuerdo a la dinámica que se presente en la convivencia aúlica y por ende las técnicas que determine pertinentes. Ante esta burocratización de la educación el profesor va cayendo en un trabajo interesado en cumplir órdenes Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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y en mantener su trabajo de la manera más tranquila posible que el compromiso académico que tiene o debería tener con el alumno, perdiendo de vista el despertar el interés por aprender en este último y con una ausencia de pasión en su ejercicio docente, así que el gran
problema
es
espacio académico ante
establecer tal
y
promover
presión
y
dicho
ola
de
comportamiento masivo, sobre todo cuando existe un conflicto entre los intereses pedagógicos del docente y los intereses de la institución y por ende, del Estado. Los objetivos que se persiguen con cada programa de estudios a lo largo de los años obedecen a un determinado contexto y a un ideal formativo que se construye bajo esas condiciones históricas, por lo cual, se puede hablar en la actualidad de un proyecto capitalista al formar al alumno para la función que deberá cumplir en la sociedad. Numerosos estudios se llevan a cabo para saber cuáles son las "carreras del futuro" las "carreras mejor pagadas" todas atendiendo a intereses económicos y políticos que nada tienen que ver con la intención pedagógica de desarrollo del ser humano que pudiera tener como primer plano un docente comprometido con Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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su labor, de la formación del ciudadano y sujeto democrático. Con lo cual también el método se verá influenciado, llevando a una especialización incluso dañina para la amplia gama de conocimiento y desarrollo que puede tener el hombre. En la pedagogía de América Latina se siguen valorando las recomendaciones de organismos reconocidos de países desarrollados que logra una perfecta penetración de cultura ajena a nuestro contexto dificultando así la aplicación de estrategias útiles al desarrollo del alumno en su realidad. Si bien la metodología utilizada en la enseñanza requiere cierta actualización y adecuación a problemas actuales, en las reformas educativas no existe un
conocimiento
fehaciente
de
las
deficiencias
metodológicas que existen y menos una propuesta clara y argumentada de lo que se pretende llevar a cabo y los objetivos de dicha reforma, esto aunado a una reducción en el presupuesto educativo y una ausencia de valor a los procesos sociales hace de la educación una acción cada vez más política, con estrategias que atienden a la descentralización educativa y con el encabezado de “escuelas de calidad” y los diversos exámenes para medir Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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la “eficiencia en la educación” se pretende crear un modelo conveniente a organismos internacionales dentro de una política multinacional encabezada por el Banco Mundial, por ello es que Freinet destaca la importancia que tiene el hecho que cada profesor elabore su propuesta metodológica de acuerdo a sus posibilidades de trabajo. Hay que puntualizar en esta aportación que Díaz Barriga determina de manera clara que el hecho de una innovación metodológica no
mejorará de forma
sustantiva el sistema, para ello se requiere hacer modificaciones en la sociedad, primeramente, en los medios masivos de comunicación que conforman gran parte de los códigos culturales, representaciones y valores de la población además de la valoración que se tiene en la sociedad de la figura del docente y la dimensión de su labor. Así como modificaciones en la propia institución educativa, en su dinámica académica y sus
órganos
institucionales,
promover
espacios
intelectuales que lleven al debate e intercambio de experiencias, revisar las instalaciones, mobiliario escolar y material
didáctico
incluyendo,
por
supuesto,
las
tecnologías contemporáneas.
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“Sólo en nosotros mismos están nuestros caminos, y en la educación descansa la emancipación” _Marcos Alonso Cabello La expresión ideología se puede entender como el sistema de ideas y representaciones que dominan el espíritu de un hombre o sociedad. Es propio de la ideología
estar
dotada
de
una
estructura
y
funcionamiento que la constituyen en una realidad nohistórica, en el sentido en que dicha estructura y funcionamiento, están presentes en toda historia de la sociedad antrópica y en ella se representan las relaciones que existen entre ellos y sus condiciones de existencia, por tal razón, esta obedece casi de manera estricta a los intereses de la clase dominante en curso, como ha sido puntual en cada ciclo histórico emanado de su respectiva clase hegemónica y su modo de producción. Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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En el marco del subdesarrollo y la dependencia, una lacerante afrenta de los pueblos oprimidos es la transculturación
ideológica
“entendemos
el
vocablo
transculturación como proceso transitivo de una cultura a otra, porque éste no consiste solamente en adquirir una cultura, lo que en rigor indica la voz anglo-americana aculturación, sino que el proceso implica necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación” , la cual, históricamente ha sido ejercida por el pensamiento occidental, manifestado por múltiples factores,
que
van
desde
la
imposición
de
representaciones, valores, ideas y creencias, así como conocimientos
científico-tecnológicos,
y
lo
que
entendemos hoy día como globalización. El proceso de globalización, se fundamenta en el supuesto de un mundo “unido por las diferencias y complementariedades”, pero este en realidad representa la capitalización o mejor dicho occidentalización de la economía (neoliberal), política (tecnócrata) y cultura (american way of life), a través de los mecanismos ideologizantes del Estado apuntalado por tormentas Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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mediáticas, enajenantes y claramente dirijistas, que nos indican
estándares
ontológicos
del
hombre
contemporáneo. El poder como forma de dominación se une a la tecnología y la ideología para producir formas de conocimientos, relaciones sociales y otras formas culturales
concretas
que
operan
para
silenciar
activamente a las personas. Pero la sutileza de la dominación no se agota refiriendo aquellas formas culturales que agobian a diario a los oprimidos y oprimidas, también se le puede hallar en la forma en que ellos y ellas internalizan su propia opresión y por ende, participan de ella. Se trata de dominación introyectada, de manera inconsciente, a través de los diferentes canales de socialización, de las instituciones sociales y que tiene dimensiones múltiples. Uno
de
los
principales
mecanismos
de
la
superestructura ideologizante es la educación, la cual, ha sido empleada para cumplir dos funciones principales: conferir y ocultar conocimientos valiosos, así como enajenar las bases naturales y sustituirlas por sociales, hechos que demuestran que en realidad tan poderosa Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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arma más que formar seres autónomos y racionales, se ha encargado de construir sociedades autómatas y obedientes que asumen los lineamientos plutócratas y dan por
únicas y
universales, diversas tesis
políticas,
económicas, científicas y humanísticas que en las escuelas oficiales y privadas se imparten por obligación Estatal. Como decía Althusser en su célebre Ideología y aparatos ideológicos del Estado: “¿Qué se aprende en la escuela?...se aprende a escribir, leer y contar, o sea algunas técnicas, y también otras cosas, incluso elementos de cultura científica o literaria utilizables directamente en los distintos puestos de la producción. Se aprenden habilidades...Pero al mismo tiempo, y junto con esas técnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las reglas de moral y de conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social-técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase. Se aprende también a hablar bien el idioma, a redactar bien, lo que de hecho significa (para los futuros capitalistas y servidores) saber dar órdenes, es decir, saber dirigirse a los obreros”. (Althusser, 2008, Págs. 13-14)
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En este sentido los hechos son elocuentes, desde la década de los 70 se erigieron políticas globales de modernización en la educación con el claro objetivo funcionalista (tanto en los fines sociales como en su organización académica, en sus contenidos cognoscitivos, métodos pedagógicos, financiamiento y administración institucional) a los cambios productivos, las innovaciones tecnológicas, dinamismo acicateado por la competencia mercantil
mundial
de
consorcios
empresariales
y
potencias económicas y bélicas. La calidad educativa se define a partir de criterios estandarizados
globalmente
de
productividad
y
competitividad mercantil, y a partir de ellos, se postula la necesidad
imperiosa
de
modernizar
la
educación
tradicional, es decir, pública y autónoma; volverla una eficiente empresa de calidad y supuesta excelencia, acorde a las nuevas exigencias de las competencias profesionales
y
del
organización
y
el
conocimiento desempeño
de
informático. las
La
actividades
académicas son medidas por mecanismos e instrumentos de evaluación externa e interna para la asignación de recursos y el rendimiento de cuentas a las instituciones, apuntalado todo esto con normas administrativas o de Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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gestión institucional que, además, pervierten los sentidos de cooperación y comunicación entre los individuos al estar cimentadas en la filosofía de lo individual. Dichas políticas han sido implantadas en Latinoamérica y otras latitudes a través de programas de asistencia técnica y financiera para el desarrollo de organismos internacionales como la ONU, UNESCO, BM, CEPAL, OCDE, etc. De manera creciente los postulados y programas
de
dichos
organismos
aparecen
como
directrices de las políticas educativas internas y de las reformas institucionales y universitarias en curso, poder que se reviste de ayuda técnica especializada para la inserción competitiva al mundo posmoderno. Así, enfrentamos la adopción irreflexiva y acrítica de programas y objetivos educativos diseñados a partir de cánones y necesidades de reproducción social y de dominio de grupos oligárquicos mundiales, nacionales o globales, y la falta de vinculación entre la educación y las necesidades nacionales, sociales, populares y culturales de nuestras poblaciones. Lo más grave de la educación tecnocratizada, es la pérdida del sentido esencial de la educación, la oclusión Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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de las oportunidades de formación integral física, intelectual, estética y ética entre las masas, lo que inhibe también el avance de la organización de formas democráticas de vida y de participación del pueblo en el ingreso económico, la cultura y el poder. De ahí la tragedia, el vacío, la penumbra, la catástrofe, vocablos con los que se define desde hace tiempo la situación educativa del mundo subdesarrollado. De esta manera, resulta de vital importancia un viraje educativo, pues debemos encaminarnos a un nuevo modelo sui generis y novedoso que permita la regénesis del hombre emancipatorio; !No más historia de bronce!, !No más educación tecnificada para la servidumbre!, !No más
educación
tecnócrata
lacerante
a
nuestras
soberanías!, !No más profesionistas apócrifos!, !No más dirigismo educativo, en pos de la ignorancia y la sumisión! y ¡No más demagogia apologizante de un sistema decadente, dogmatizado y evidentemente carente!. La
solución
no
es
simplemente
plantearse
un
“reformismo social aplicado a la educación”, nuestro planteamiento debe focalizarse desde la perspectiva revolucionaria del pensamiento marxista y todos aquellos Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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planteamientos favorables a una lógica en la cual la capacidad
de
re-ideologizarse
sea
una
posibilidad
autentica entre los individuos, y resulta imperante para esos fines, cambiar la realidad educativa desde sus bases teórico-prácticas. La educación debe posibilitar la autonomía, sabiduría, virtud y libertad del ser, lo cual, no implica borrar forma alguna de conocimiento y mucho menos enfrascarnos en metodologías herméticas e impositivas tanto institucional como docente, por el contrario, se propone, desde axiomas ético-morales la facultad de educación holística e interdisciplinaria, la pedagogía dialógica, reivindicación e interpretación de la realidad para transformarla y la deconstrucción
criticista
de
los
contenidos
epistemológicos para su construcción acorde a la realidad de cada sociedad e individuo. La educación no debe apuntar sólo a la instrucción y recepción de conocimientos, sino al análisis del conjunto de las estructuras e instituciones que condicionan la formación de la subjetividad, los procesos de socialización e individuación, el desarrollo de las potencialidades y capacidades de las personas. El objetivo debe ser la Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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formación de subjetividades comprometidas con la sociedad, con el advenimiento y ejercicio de axiomas ético-morales como la justicia, equidad, solidaridad y cooperación.
Resulta
imprescindible
crear
nuevas
concepciones de la realidad, nuevas maneras de interpretar el mundo para que emerja, como fruto de la construcción colectiva, una sociedad emancipada, desenajenada, autogestionaria. Acorde a esto, Gramsci postuló la urgencia de estudiar la cultura como campo de hegemonía de la clase dominante, constructora de un sentido común, que siendo popular es funcional a esa dominación. Así mismo se debe buscar en el entramado de la cultura popular los elementos de buen sentido, que puede funcionar como base para el desafío al poder opresor y para construir nuevos modos espirituales de apropiación de la realidad. Al mismo tiempo, deben ser motivo de análisis: las maneras en opera el poder, las causas de la persistencia de una cultura de la dominación y que es excluyente, discriminatoria, tanto por razones de atributos y diferencias físicas de las personas, como por otras de orden económico, cultural o simbólico.
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Pero el proceso de transformación no es lineal. Freire registra la dificultad de que los cambios culturales se den al mismo tiempo que las transformaciones sociales, afirmando entonces, la importancia entonces de la educación
para
la
conformación
de
una
nueva
subjetividad. Sobre esto señala: “Uno de los grandes problemas que una revolución tiene en su transición, en sus primeros momentos de vida consiste en que la historia no se hace mecánicamente; la historia se hace históricamente. Esto significa que el cambio, las transformaciones introducidas por la revolución en su primer momento, adecuadas al nuevo modo de producción (...) no se construyeron de la noche a la mañana. Se cambia el modo de producción y lo que hay de superestructural en el dominio de la cultura, incluso del derecho, y sobre todo de la mentalidad, de la comprensión del mundo; la ideología, en fin, queda años por detrás del modo de producción cambiado, porque está forjada por el viejo modo de producción.” (Freire, Pérez y Martínez, 1997. Pág.16) De esta manera, a la educación no puede ubicarse solo en centros cerrados en los que “se piensen” los problemas de la sociedad, “la escuela no es un claustro”, Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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nuestra tarea consiste en abrir las puertas de escuelas, colegios y universidades, pero además paralelamente salir a la realidad social, moviendo toda la maquinaria intelectual, aplicándola a la sociedad, sintiéndose parte de un único proceso de constitución de una nueva realidad social. La necesidad de una formación que articule de manera consecuente la teoría y la praxis. Bibliografía: Abbagnano y Visalberghi. 1975. “La izquierda hegeliana y el marxismo”. En Historia de la Pedagogía. Fondo de Cultura Económica. México. Erich Fromm. 2011. “El problema de la conciencia, la estructura social y el uso de la fuerza”. En Marx y su concepto del hombre. Fondo de Cultura Económica. México, Francisco Larroyo. 1976. “La pedagogía socialista”. En Historia General de la Pedagogía. Editorial Porrúa, México. Fullat, O. 1997. Antropología filosófica de la educación. Ariel. Barcelona. Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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Louis Althusser. 2008. Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Grupo Editorial Tomo. México. Marias, J. 1996. La educación sentimental. Alianza. Madrid. Paulo Freire, 1970. Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores. México. Paulo Freire, E. Pérez y F. Martínez. 1997. Diálogos con Paulo Freire. Editorial Caminos, La Habana..
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_Adrián Silva. ¿Quién no ha escuchado cientos de veces la tan trillada frase “la educación es la solución”? Así es, para muchas personas la educación es la supuesta solución para todos los problemas que aquejan al ser humano. Desde adquirir cierto tipo de modales hasta obtener títulos y grados académicos. Pero ¿acaso se tiene una idea homogénea de lo que significa y en lo que consiste la educación? Considero que no, pues el significado y función de la educación aún no están definidos concretamente y en esa ausencia
de
claridad,
peca
de
múltiples
ideales
románticos. Sí, la educación es una especie de ente ambiguo, lo curioso es que a pesar de ello se concibe como la gran regeneradora social.
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Entonces ¿cómo entender su significación? ¿de dónde partir? Sin duda, el origen de su significación y acto proviene del origen del hombre mismo, pero el origen del hombre es ambiguo también. Ciertamente, una herramienta para disolver en gran medida la ambigüedad de la educación y del hombre es la Filosofía de la educación. La Filosofía de la Educación es la encargada de formular preguntas que son consideradas ilegítimas (pues parten de la reflexión netamente epistemológica, o sea desde la teoría propia del conocimiento) dentro del gremio de científicos que propiamente trata las ciencias que se dedican a la educación. Es decir, que la Filosofía de la Educación dota de sentido a las teorías, modelos, supuestos o metodologías cuando carecen del mismo, puesto que se tornan insuficientes o, quizá, abruptamente escasas. Esto quiere decir que el filósofo centrado en la educación analiza y clarifica los conceptos utilizados en el discurso
educativo,
además
examina
los
juicios,
justificaciones o legitimaciones que proponen nuevas o complementarias teorías de la educación. Las tareas de la Filosofía de la Educación son las siguientes:
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1-Análisis de lenguajes pedagógicos. Que consiste en saber si un problema educativo posee inconsistencias en la construcción de las proposiciones que formula. Siendo el lenguaje el más importante vehículo para la transmisión de habilidades, información, usos y costumbres, es decir, que es el mediador por excelencia en el proceso educativo, pues la Filosofía de la Educación centra su atención en el estudio de los lenguajes, concepciones y codificaciones tanto de educadores como de pedagogos. 2-Epistemología de la educación. Aquí la Filosofía de la Educación plantea una pregunta sumamente nostálgica: ¿Cómo acertar cuando decimos conocer algo? En efecto, el problema aquí se centra en responder interrogantes acerca de la investigación científica centrada en la educación y sus productos. En pocas palabras y en términos más coloquiales, se refiere a qué méritos goza cierta teoría pedagógica para ser fiable. 3-Antropología de la Educación. Considerando que la actividad educativa y las tareas pedagógicas están estrechamente vinculadas a la representación del hombre, la Filosofía de la Educación centra también su atención en el sentido antropológico, es decir, trata de encontrar el Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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sentido a lo humano. Por ello, es pertinente entender desde esta visión la comprensión socio-histórica del ser humano y sus rasgos existentes: el hombre en proceso de educación. Se trata entonces de explicar y entender la relación simbiótica entre la producción humanizante de la cultura y la semántica del hombre, que precisamente, produce cultura. 4-Teleología del hecho educativo. Básicamente, la teleología de la educación estudia sus fines y sus propósitos y es menester de la Filosofía de la Educación indagar acerca de sus orígenes, fundamentos, axiomas y propósitos, puesto que,
inevitablemente,
el
hecho
educativo
busca
incansablemente un fin para legitimarse. Todo parte de proyectos, todos con el afán de conmensurabilidad. La educación valora unos más que otros de acuerdo a la pertinencia que se deriva del interés, ya sea individual o colectivo. 5-Filosofía de la Historia de la Educación. Partiendo de que la cultura se transmite de generación en generación y en ello se traduce el acto de educar, ésta se acumula en torno a un tiempo eminentemente antropológico. Sí, a esta acumulación de tradición individual o colectiva se le Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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llama Historia. Dicha Historia, entonces, es producto del hombre y ahí reside parte de su esencia, por ello es crucial conocer la historia del hombre. En ella están las experiencias de sus antepasados que nutren su situación presente. Ahora bien, existe una historia de la educación conformada de la historia de sus ideas, instituciones, tecnologías y contextos. A partir de su análisis, entonces, se pueden establecer las direcciones que ha tomado y las constantes que han permanecido. 6-El qué y el para qué educacionales. En esta tarea el hombre tiene un sentido de tener que construirse haciendo cosas y otro del qué se quiere ser. Es decir, existe un qué y un para qué de la educación, el primero es terreno objetable, puesto que se refiere a cierta cosificación de lo que representa lo educacional; pero el segundo pertenece a una esfera interpretativa y, quizá hasta teleológica, más ambigua. Bueno, ya conocemos las tareas de la Filosofía y notamos que son de una imprescindible ayuda para comprender el término y acto de la educación. Sin embargo, ¿podemos acercarnos a una significación más concreta de la educación? Quizá sea de medular Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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importancia acercarnos a su etimología. El término educación tiene raíces latinas comunes: “dux” (guía) y “ducis” (conductor). De ahí derivan las palabras “educare” (educar) que quiere decir nutrir, alimentar, hacer crecer, cuidar de, enseñar e instruir; y “educere” (sacar fuera) que quiere decir hacer salir, tirar de, estirar. Ambas etimologías (educare y educere) derivan en otros dos términos: “educatio” (acto de educar) y “eductio” (surgir algo de otra cosa), de tal modo, surge el término educación, que quiere decir muchas cosas: criar, cuidar, nutrir, desarrollar, instruir, enseñar, parir, amansar, domesticar, encaminar, reproducir, hacer salir, sacar de, conducir, elevar, formar, hilar, preparar, etc. En efecto, la concreción de la significación del término resulta una ambigüedad terrible. ¿Qué podemos hacer para reducir la ambigüedad? Supongo que, entonces, también tenemos que entender que la educación y todo lo que implica está ligada al ser humano, al hombre. Pues la educación, como acto, produce al hombre. Porque los seres humanos siempre hemos estado sin saber qué hacer con nuestros cuerpos, con nuestras mentes, con nuestro futuro. Aun así, sin saberlo, “hacemos” por una cuestión quizá hasta de predeterminación, pero no todo lo está. Por ejemplo, Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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a diferencia de los animales, nosotros tenemos algo más y sólo nuestro: la educandidad, es decir, que no sólo podemos educarnos, sino que tenemos que educarnos. Los antropólogos le llaman neotenia a ese proceso, que se trata, pues, de un proceso Dionisiaco (pues Dionisos en griego quiere decir el que dos veces a cruzado la puerta), es decir, un proceso de doble nacimiento, en donde, nos educamos o quedamos como bestias visibles y patentes. La neotenia es un segundo nacimiento, en donde nos adentramos en ese complejísimo proceso de socialización (aprender a ser humanos con los demás, es decir, el surgimiento y concreción del “yo generalizado”). De tal modo podemos decir que la educación es el cultivo de lo humano, por ello no pueden separarse los conceptos. La educación es antropogenética. La palabra antropogénesis viene de la etimología griega “gennao” (engendrar), “genna” (generación), “génnesis” (producción), “geneá” (nacimiento), “génesis” (creación) y “ánthropos” (ser humano). Por lo tanto esa antropogénesis u “origen del ser humano” y el proceso educador son inseparables. Uno no se da sin el otro. ¿Qué podemos concluir de todo esto? Pues que nosotros, los seres humanos, somos educación y la Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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educación somos los seres humanos. Nuestro origen, así como el de la educación son inmemoriales, no sabemos exactamente cuándo surgió uno y otro, pero eso no importa, pues nuestra temporalidad es teleológica y abierta. Nuestra tarea no es propia y únicamente saber ese “cuándo”, sino ese “hacia”, es decir, educación o actividad entre lo que se es y lo que se tendría que ser. Se busca lo “mejor”, y lo “mejor” no es jamás un dato, sino un valor. Cultivo y cultura producen lo humano, y no el despliegue de lo natural. La educación y los seres humanos somos inmortales. La educación hace ya más de tres millones de años que se persevera en la producción del hombre y se perpetuará hasta los últimos reductos de la humanidad. ¿Ha fracasado? Dadas las circunstancias contemporáneas y para muchos de nosotros, sí, ha fracasado, porque en ese “buscar lo mejor” se entiende, por mero sentido común, que se trata de las mejores condiciones “humanas” para todos y si no para la gran mayoría, pero sabemos que no es así. El revés y el malogro de la educación, en general, se vislumbran en ese tan explícito proceso de deshumanización imperante: La práctica generalizada de la violencia física y simbólica; la guerra; el asesinato paulatino y aberrante del planeta, Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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pues el cambio climático amenaza a las generaciones futuras y empobrece a las sociedades del mundo actual; los políticos y sus cómplices, en su gran mayoría corruptos, que solo velan por los intereses del partido y del beneficio propio; los bancos y el poder financiero, bajo el consentimiento de los políticos, que se han desenmascarado y mostrado al mundo quien está por encima de los gobiernos: el poder económico; el virus de la inconsciencia y la pasividad, que no permite la unión en un frente común contra los atropellos e injusticias sociales; la pobreza y el detrimento de la calidad de vida de cada vez más personas en el mundo entero. Educación y comunicación. En los párrafos anteriores ofrecí un acercamiento a la tarea de la Filosofía de la educación para comprender sus alcances en relación con el entendimiento integral de la significación y el acto de la educación. Asimismo, escudriñé la etimología del concepto educación para evidenciar la ambigüedad de su significado, así como ofrecer una aproximación más concreta cuando se relaciona con otro concepto medular e inseparable: el ánthropos. No obstante, para ampliar y totalizar el Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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concepto de educación y su acto, es imprescindible involucrar a otro concepto igualmente medular: la comunicación. Esta integración de conceptos la ofrezco en aras de proponer una idea de la educación menos romántica y providencial, pues es evidente que se cosifica a la educación y no se le entiende como un proceso real e integral. En efecto, la educación es una especie de ente trascendente que resolverá todos los males que aquejan a los seres humanos. No es así, la educación implica una complejidad que va más allá de concepciones románticomesiánicas, pues se trata de un ejercicio teórico-fáctico. Es por ello que he tratado de explicar su dimensión conceptual no aislada. Veamos ahora qué es lo que tiene que ver el fenómeno comunicativo con la educación. Si partimos de que la comunicación es un fenómeno totalizante en donde existe un proceso de interacción, intercambio, codificiación, decodificación, semántica e interiorización de información, conductas, emociones, mímica, gesticulación, etc., la relación que guarda con la educación es muy estrecha, puesto que educar se remite de inmediato a instruir, a trasmitir (en una de sus aristas, claro). En este sentido el acto comunicativo es esencial e imprescindible para que exista el fenómeno propiamente Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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educativo. Entre las demás especies animales existe cierta predeterminación, ya que, por ejemplo, aprenden a caminar casi al instante de nacer, pero las demás actividades que deben realizar en su desarrollo las aprenden imitando a sus congenitores o a su manada y, claro, sigue presente ese instinto que alimenta su voluntad de hacer, es decir, aun entre ellos la comunicación juega un papel preponderante, pues también tienen codificados ciertos sonidos (gruñidos, alaridos, cantos, etc.), movimientos, actos, prácticas, etc. Por lo tanto, para nosotros, homo sapiens, con nuestro gran cerebro desarrollado y, por ende, nuestra abundante e
incesante
producción
simbólica
y
objetiva,
la
comunicación es, además de inherente, imprescindible en nuestras vidas. Sin la comunicación ni siquiera podríamos estar interactuando a través de este medio, por ejemplo, no existiría este ambiente gramatical de signos, ni siquiera existirían estos signos que están decodificando al leer mis líneas; y, entonces, cómo podríamos interactuar en aras de
una
reflexión
profunda
acerca
de
la propia
comunicación. Esto es que gracias a la comunicación podemos aprender acerca de un proceso como lo es la comunicación misma, es decir, estamos frente a un Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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fenómeno, incluso, metacomunicativo. Sí, en este preciso instante que redacto mi artículo para el fanzine estoy poniendo de manifiesto y evidenciando la relación entre comunicación y educación, ya que, en efecto, estableceré un vínculo, una interacción virtual e indirecta con muchos lectores y dicho vínculo será para tratar de construir una apreciación más clara de lo que es, precisamente, la relación entre la educación, el hombre mismo y la comunicación. A la vez que transmito signos articulados que conforman ideas, una vez decodificados por sus psiques, dichos signos se convertirán en proposiciones, dichas proposiciones serán asimiladas e interiorizadas por ustedes a través de muchos filtros, por ejemplo, el filtro de sus saberes previos, de sus supuestos, de la nueva información que han adquirido a través de las lecturas o que quizás hayan reflexionado oralmente con algún conocido, pero, además, todos poseemos filtros sociohistóricos y culturales que también van a influir en nuestra nueva adquisición de conocimientos. Así, mi artículo nos muestra que a través del diálogo, de nuestra manifestación de ideas y opiniones, podemos construir y reconstruir
el conocimiento
retroalimentación
podemos
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y darle
que
gracias a la
al
conocimiento Número 7
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muchísima flexibilidad, para no estancarlo en absurdos dogmas o en estériles proposiciones mecanicistas. Podemos concluir, entonces, que tanto el concepto de educación y el de comunicación, sin duda, son inherentes a nuestra condición filogenética (evolutiva) y ontogenética (existencial individual). Todos somos maestros, todos somos alumnos. El papel del adulto significativo, docente, asesor, capacitador, instructor, es decir, de cualquier transmisor de conocimientos, prácticas, usos, costumbres, modos, apreciaciones, emociones, supuestos, etc., es medular en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero no sólo en ellos reside la importancia de que se geste dicho proceso, pues se trata de un proceso integral y total en donde intervienen
diversos
factores.
Digamos
que
todo
transmisor de cultura o sujeto de la enunciación (de hecho todos lo somos) es una especie de mediador entre el mundo fáctico-simbólico y cultural (del cual también es actor, reproductor y quizá constructor) y su receptor inter e intrasubjetivo de cultura (adepto, alumno, hijo, néofito, ser humano en general, sujeto de enseñanza, que a su vez Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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forman parte de ese mismo mundo fáctico, claro, con leves o significativas variaciones en el aspecto simbólico y cultural; y también todos lo somos). En realidad todos jugamos el papel de transmisores y receptores de cultura en todo momento, ya sea de manera intencionada o inintencionada, formal e informal, etc. ¿Pero qué es lo que media el transmisor de cultura o sujeto de la enunciación? Precisamente, trata de vincular el mundo fácticosimbólico y cultural que ya está ordenado, conceptuado, teorizado, procedimentado, etc. con el mundo fácticosimbólico y cultural de sus receptores inter e intrasubjetivos de cultura y lo hace, o intenta hacerlo, para dar a conocer nuevos conocimientos,
corregir
sus conocimientos
previos, ampliar su posibilidad de apreciación y crítica e innovar su creatividad objetiva y subjetiva. Es por ello que la práctica social del transmisor de cultura o sujeto de la enunciación es tan importante. Pero he de subrayar que la transmisión de cultura no sólo está en el espacio virtual de las aulas, se halla por doquier, pues la figura del transmisor de cultura o sujeto de la enunciación como mediador entre el conocimiento y los receptores inter e intrasubjetivos es, desde la antigüedad, una tarea eminentemente inherente de la praxis humana y, por ello, el transmisor de cultura sea Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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escolar o no, posee una responsabilidad enorme, pues en sus manos está la metahumanización de la especie, ya que al humanizarse-humaniza. Sabemos que la práctica formal e institucional de la transmisión de cultura requiere disciplina y dedicación, pero el transmisor de cultura propiamente escolar se enfrenta con otros imaginarios y apreciaciones del mismo mundo, que no siempre son correctos y no siempre son disciplinados. Entonces debe fungir no como una autoridad cuasimedieval, sino que debe transmitir cierto aire de confianza, seguridad y temple, es decir, que sin ser una especie de verdugo, pero tampoco un ingenuo condescendiente, debe interesar a sus estudiantes en un nuevo proceso de autodescubrimiento. Quizás, y lo explicaré muy a mi modo: un transmisor de la cultura debe "ser-siendo" y a la vez inspirar en sus alumnos su propio y autónomo "sersiendo", pero ese "ser-siendo" en ambos implica una constante
deconstrucción
onto-antropológica
que
desencadenará en una crítica interna y externa del mundo simbólico y fáctico. Sólo de ese modo docente y alumno lograrán convertirse en seres creativos y no tan sólo reproductores de lo "ya dado", de lo dominante. Es así que, entonces, la práctica social del docente consiste en Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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transformar al mundo, transformando otros mundos. Como decía Paulo Freire: Educação não transforma o mundo. Educação muda pessoas. Pessoas transformam o mundo, es decir, que la Educación no transforma al mundo. La Educación cambia a las personas que transformarán al mundo. Finalmente, considero que la directriz por excelencia de una práctica educativa verdaderamente revolucionaria tiene que tener por fundamento (por sentido común) la búsqueda del bienestar de todos, es por ello que el modelo a seguir se trata de un modelo integrador, pero que construya una alternativa viable al modelo dominante. Sin embargo, esta tarea no me corresponde únicamente a mí, sería absurdo y muy pretencioso tratar de ofrecer una propuesta pragmática y metodológica de un modelo integrador. La tarea es de todos y cada uno de nosotros. De ahí que la educación transformadora es la que abre nuestras conciencias. Muchas conciencias abiertas abrirán otras puertas, otras alternativas, pues si sólo entre todos sabemos todo, también sólo entre todos cambiaremos todo.
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_Música para volar
_Santi Loret
Saludos cordiales queridos lectores, esperamos que hayan disfrutado de la entrega pasada de esta sección, y que podamos
seguir
en
contacto
para
compartir
e
intercambiar opiniones y puntos de vista acerca de esa y todas las columnas. En esta ocasión, y en concordancia con el cuarto aniversario del Centro de Formación Educativa Paulo Freire, dedicaremos la sección a un análisis de la educación musical que se imparte en las escuelas públicas de México, para exponer al menos someramente un panorama de lo que sucede en las aulas durante las horas que en teoría deberían estar destinadas a la apreciación musical. Para comenzar, es menester hablar un poco acerca de por qué es importante que nuestros niños reciban ese Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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tipo de instrucción, más allá de lo eficiente o ineficiente que pudiese ser el programa, el método o inclusive, el profesor. Una parte esencial del ser humano es su capacidad de ser sensible a las emociones, de expresar sensaciones espirituales, de sentir empatía y de poder canalizar la multiplicidad de sentimientos que se experimentan en la vida diaria y que definitivamente marcan la naturaleza humana. Esa capacidad permite transformar la tristeza en euforia, la ira en pasión, la alegría en comunión y así, un sinfín de posibilidades, con el simple acto de plasmar de alguna manera lo que uno está sintiendo. Es pues, una manera de enaltecer el humanismo que tan pisoteado se haya últimamente como consecuencia del frío culto al dinero y la riqueza en que se encuentra inmersa la sociedad. Ante tal panorama, la posibilidad de sembrar semillas que mañana germinen con la templanza y la sensibilidad necesarias para alejarse del materialismo y opten por revolucionar su entorno en lugar de simplemente insertarse en él, se presenta en diferentes aspectos de la vida, y la apreciación de la belleza y el arte es uno de ellos. Por supuesto, no pretendemos decir que con el simple acto de volverse un amante de las artes se podrá corregir el rumbo del Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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mundo, pero sí que ello ayudaría significativamente a encontrar el lado humano que permitiría conocer la empatía necesaria para vivir con justicia y equidad, es decir, la apreciación artística es una cara de la maquinaria revolucionaria requerida para la transformación del mundo, no la llave principal. Bien, pasemos ahora al núcleo duro de la cuestión, que es la actualidad de la enseñanza musical en las aulas del país. Lo primero que salta a la vista, es que las condiciones económicas de la media poblacional no dan para que los padres pudieran comprarle a sus hijos instrumentos de grandes marcas, o una gran variedad de ellos como para que se pudiese formar una orquesta en cada escuela. No, la triste y penosa realidad es que los niños han de conformarse con una flauta Yamaha de $50 que venden en la papelería, y algunos otros con guitarras acústicas de $300 compradas en República de El Salvador en una oferta. Por su parte, algunas escuelas pueden considerarse afortunadas si cuentan con un piano, pero las más, no tienen otra cosa que el profesor que hace su mejor esfuerzo para conectar con sus alumnos.
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Resulta paradójico, si además se observa que el resto de las instalaciones de una secundaria promedio apenas cuentan con lo mínimo para cumplir con su función, y que lo que hay está en malas condiciones, que los altos funcionarios
de
la
SEP
perciban
sueldos
incluso
superiores a los del Presidente (¡¡¡), y abandonen a profesores y alumnos a la miseria, cuando con tremendas cantidades de dinero podría mejorarse la infraestructura y comprar materiales necesarios, como instrumentos musicales, por ejemplo. Además, debemos observar al profesor y preguntarnos qué es lo que motivaría a una persona a estudiar música en este país. Responderíamos obviamente que el amor al arte, pero inmediatamente habríamos de remitirnos al futuro que le espera a un estudiante del Conservatorio o de la Nacional de Música en un país en el que acuden más personas a un concierto de Espinoza Paz que a uno de la Filarmónica (un millón de joderes por eso), y entonces, sentir poco más que compasión por alguien que sacrifica el bienestar económico en aras del arte. Cierto es que la voluntad puede con cualquier obstáculo, pero si tomamos en cuenta que la clase de Música es realmente una actividad “de relleno”, y que al salir de la secundaria se olvidarán Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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los niños de cómo tocar en su flauta La Marcha de Zacatecas o la Oda a la Alegría, el panorama es realmente desolador, y una muestra clara del ambiente creado por la interminable competencia creada por el neoliberalismo que inunda la vida de todos. Por todo ello, la labor de un maestro de música es infinitamente encomiable, pues se encuentra día a día librando
en
verdad
una
batalla
y
una
andanza
contracorriente, más ahora que la tendencia del sistema educativo es desparecer esa asignatura y relegar a los niños al mero adiestramiento técnico que los destinará a trabajar en una fábrica o en una empresa para sumarse a los millones de “Godínez” que andan por ahí. El arte no es una prioridad para un país exportador de materias primas y armador. El arte representa una carga para el Estado, y por tanto, la eliminará, convirtiendo a los niños en autómatas insensibles o peor aún, en capitalistas. Contribuyamos pues, a que la enseñanza de la música no se pierda, simplemente conminando a nuestros niños a que se adentren en ese universo, y no menospreciando esas clases, pues como ya dijimos, son parte de la Colectivo CEFE “Paulo Freire”/ Los Buzos Diamantistas
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solución del problema de culto al materialismo en que vivimos todos hoy día. Honremos además, a nuestros maestros de música, que han sacrificado mucho por enseñarnos, y que son un ejemplo de que la voluntad es el mejor camino para la trascendencia.
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