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la pradera

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la allée

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la pradera

Una vez traspasado el camino de acacias, es decir una vez que lo hemos atravesado en su sentido perpendicular, nos adentramos en la pradera. la pradera es la segunda gran área del jardín de Kiley, de dimensión algo mayor que la primera parte (24000 m2 frente a 17000 m2 aproximadamente), pero menos vivida y más destinada a la contemplación desde la casa. Esta gran extensión de terreno arranca desde la avenida de acacias hacia el oeste con una fuerte pendiente que al cabo de pocos metros se detiene continuando en suave descenso hasta el bosque, tercera parte del jardín de Kiley. se encuentra abierta al cielo en su totalidad, salvo en el perímetro en el cual se colocan grandes ejemplares arbóreos a modo de pantallas vegetales: en el límite oeste, el bosque de especies variadas de la ribera del río Flatrock, en el norte robles y sauces en disposición formal, y en el sur un tercer allée, esta vez de castaños.

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Este paseo arbolado arranca desde la plataforma final situada al sur del paseo de acacias, descendiendo pradera abajo primero a través de una escalera y más tarde en suave pendiente. Este camino o avenida de castaños, es más frondoso que el situado entre el jardín próximo a la casa y la pradera, aunque formalmente menos importante; pero al contrario que el de acacias, sí sirve como elemento que conduce a un sitio, el bosque y el río, no como el anterior, que marca y separa las distintas zonas del jardín. El camino es la forma de llegar al bosque y

Vista de la pradera desde el paseo de acacias, con el bosque al fondo

Arranque de la pradera en pendiente descendiente hacia el río Flatrock.

Secuencia de bajada por la escalera a la italiana que se desarrolla en el limite sur de la pradera hasta el bosque. al rio sin tener que atravesar la gran pradera a cielo abierto, aunque a cambio haya que descender por una escalera hecha en hormigón y a la italiana. Esta escalera se desarrolla a lo largo del talud en dirección oeste, en pendiente distinta al desnivel del terreno, aunque resuelta de manera incómoda, ya que obliga a bajar siempre con el mismo pie y no de manera alterna.

El gran espacio de la pradera contrasta con la primera área de la parcela, donde la frondosidad del jardín tiene gran importancia. aquí lo importante es la organización del vacío, con el suelo cubierto de césped, las bandas vegetales delimitadoras y el cielo. Esta disposición se enriquece con algunos ejemplares aislados colocados estratégicamente que organizan el espacio sugiriendo diferentes planos de profundidad, al modo de los jardines paisajistas de Brown. así, la vista de la pradera observada desde la allée próximo a la casa, es decir, en dirección oeste, nos conduce primero hacia el norte, hacia el primer plano de profundidad marcado por una acacia aislada colocada en el desnivel del talud. El siguiente plano lo marcan dos grandes sauces llorones, también cerca del límite norte de la parcela, para dar paso después al tercer plano justo en el lado opuesto, en el sur de la pradera, también formado por un sauce llorón. El último plano de profundidad lo conforma el propio bosque, cerrando visualmente la pradera al río. la vista desciende por tanto de derecha a izquierda, en zigzag, a lo largo de toda la extensión de césped, hasta toparse con el frondoso bosque que sirve de telón de fondo de todo el conjunto. desde este telón se produce además otra vista del jardín significativa y muy poco publicada: la que encuadra la propia vivienda. ésta, vista desde un ángulo inferior y con la alinea-

Primer plano de profundidad desde el paseo de acacias en dirección oeste, con la acacia en el talud. Segundo plano de profundidad en el conjunto de sauces en el limite norte de la parcela. Tercer plano de profundidad con el otro grupo de sauces próximos al bosque.

ción de acacias en primer término es una de las visiones menos conocidas de la casa miller, pero que más remarcan el carácter miesiano al que tanto hacían referencia saarinen y roche. además, potencia claramente la idea de Kiley de utilizar un elemento como el camino con alineación de árboles a modo de límite visual, haciendo de frontera entre dos partes, pero sin ocultar la casa.

Imagen en la que se aprecian los tres planos de profundidad marcados en la pradera, en su descenso hacia el bosque y el rio Flatrock

Vista frontal de la casa Miller desde la pradera. La foto esta tomada en septiembre por lo que los árboles ocultan parcialmente la casa. En la imagen inferior, tomada en invierno, el edificio reaparece entre las ramas desnudas de los arboles del paseo y de las hayas lloronas próximas a la casa.

desde la pradera, la casa pierde parte de su altura, el foso desaparece y la cubierta gana en importancia. las líneas principales se remarcan, destacando el trazo blanco de la cubierta entre los colores de la vegetación y la horizontalidad resulta la característica más importante de la vivienda. la allée tamiza la vivienda y el jardín próximo a ella y es aquí cuando las acacias se convierten en los propileos previos al templo, a la casa. la pradera no sufrió variaciones de proyecto, como reflejan los planos de Kiley, sin embargo, si se han eliminado algunos árboles con el paso de los años. los más significativos son algunos ejemplares de los castaños del camino que conduce al río, haciendo que éste pierda en parte su condición de allée.

la pradera sufrió durante un par de años las consecuencias del abandono de la vivienda por parte de la familia miller y de su puesta a punto por su nuevo dueño, el indianapolis museum of art. así, durante este tiempo, presentaba zonas con aspecto descarnado, debido al escaso mantenimiento.

Una de las primeras actuaciones e inversiones del ima fue la de adquirir la parcela de terreno colindante situada al sur de la pradera, con el fin de colocar allí el edificio de mantenimiento del jardín, así como el control de una nueva instalación de suministro de agua que anulara la existente y que estuviera lejos del acceso del público.

El estado de la pradera es muy cambiante a lo largo del año. En invierno, se encuentra cubierta en su totalidad por la

Desaparición de ejemplares de castaños en uno de los lados del camino que conduce al bosque.

Detalle de la nueva instalación y acometida de agua realizada por el IMA

Irwin Miller, derecha, junto a Martin Luther King en Washington.

Vista del jardín nevado desde la casa, en el invierno de 2009

Vista de la pradera en primavera con niebla nieve, mientras que en la primavera son frecuentes las inundaciones hasta el límite mismo del paseo de acacias, debidas al desbordamiento del río; esto nos recuerda la acertada decisión de situar la casa en lo alto del terreno y no cerca del río como quiso saarinen en un principio.

En verano el sol castiga la hierba de la pradera, dando lugar a áreas tostadas y terrosas, mientas que en otoño los árboles que la delimitan cambian de color haciendo que el verde intenso del suelo resalte aún más. la casa se mantiene protegida del calor del verano gracias a los árboles que la rodean, en especial con la frondosidad de las hayas lloronas, sin embargo la pradera se expone de forma abierta a los cambios de estación y en algunas ocasiones estas transformaciones van más allá de alteraciones cromáticas o de texturas, como ocurre en el caso de las crecidas del río. Cuando esto se produce, dos tercios del terreno desaparecen bajo las aguas recortando el jardín de

Kiley, del que solo resta únicamente el área próxima a la casa y privando así de vistas tan interesantes como la que se produce desde el interior de la pradera hacia la vivienda. nace, en cambio, un espectáculo distinto: el del río creciendo desde el fondo del bosque, con los árboles hundidos en el agua, hasta llegar al borde del paseo de acacias, casi al pie de la casa. Y luego el de su retirada, con la reaparición progresiva de la pradera.

Arriba, distintas vistas de la pradera en invierno y otoño totalmente inundada hasta las inmediaciones del allée

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