Revista Valquirya Nº 6 - Buenos Deseos

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Valquirya

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Lecturas Diferentes

Buenos Deseos Año 1 - Número 6

Los buenos deseos de Abimael Guzman El delirio juega al ajedrez El pasado mañana de Chiguata Postales para Navidad


SI BEBE N


NO MANEJE...


Valquirya

NOSOTROS

Director Editorial Richard Luque Ventura Editor A.N.A. Colaboradores en este número

Ricardo Leon Julio Angulo Delgado Jorge Turpo Rivas Rosmery Reymer Quiroz Julio Enrique Reaño Nadia Cruz Porras

Diagramador .RK.

Diseño Web Wordpress & Issuu Ilustraciones .RK.

Campañas UndergrounD Utilitarios

nº6


HAGAMOS QUE NO SEA SOLO UN ICONO, comencemos a utilizar Biodiesel


D e l g a d a L i n e a

La bondad a veces destila envidia El Cristo llamó a Satán «Príncipe de este mundo»; San Pablo, queriendo ir más lejos, daría en el clavo llamándole «dios de este mundo». Cuando semejantes autoridades designan por su nombre a quien nos gobierna, ¿Tenemos nosotros derecho a jugar a los desgraciados? E. M. Cioran E. M. Cioran en su complejidad como filosofo nunca se rompía el cerebro y tampoco perdía su bastardo tiempo, como el mismo lo definió alguna vez, pidiendo por otros o deseando buenas venturas al resto que conformaba su compleja realidad, afirmaba que ser bueno no implicaba desear siempre algo a alguien o tenerlo dentro de sus plegarias como parte poética de ese párrafo que se cree mística al momento de recurrir al todopoderoso con cierto afán de manipulación. Decía que desear no era más que el simple hecho de aflorar en el otro el deseo de la envidia. Nos preguntamos si es que acaso este número acerca de los buenos deseos seria en algo, un tipo de invocación a la envidia ajena con las diferentes historias que nos hicieron llegar nuestros buenos colaboradores, imaginamos, deseando que esta humilde revista no deje de salir virtualmente. O que simplemente le encontremos una excusa, entre muchas, al hecho de no dejar de escribir y dejar bien claro que aún escribimos. Cuando nos enteramos que Abimael Guzmán tenía un bar preferido en la ciudad de Arequipa, nunca imaginábamos que sería una especie de santuario donde él, hasta ahora más sanguinario senderista, manifestara sus buenas virtudes para con sus compañeros de alma mater, una historia bien intencionada por parte de Jorge Turpo peor que en el fondo despertó la envidia de quienes hubiesen dado la vida por ser el dueño de ese bar. Ni que decir de toda la buena vibra que destilaron los maestros del joven Emilio Córdoba que en una especie de haraquiri en el ajedrez se puso en jaque mate y con ello también a sus cercanos, una historia a tono de explicación es la que nos ofreció Ricardo León quien se introdujo al castillo de este joven peón que jugo a ser rey en el gran tablero del ego desmesurado y todo porque el delirio a veces también juega al ajedrez haciéndonos envidiar el talento de este joven. O aquel texto en el cual leímos que un peaje en las afueras de Arequipa y cercanías del pueblo de Chiguata parecía envidiar y desear, nada bueno, a quien se llevo su mañana como quien rompe un cristal. Pero definitivamente quien si nos deseo cosas buenas fueron nuestros colaboradores gráficos quienes en un afán desmesurado y provocativo no presentaron un portafolio donde el centro de sus lentes no es en nada buenos deseos pues quien vea sus fotografías sentirá pena, nostalgia y hasta un poco de envidia pues nos muestran situaciones en las cuales uno se siente afortunado de no tener nada y otros algo desgraciados de tenerlo todo.


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te gustan las historias en MAYUSCULA?, entonces te gustara GACETA


NO PERMITAMOS QUE LA CON SE SALGA DEL CUADRO


NTAMINACIÓN


Envolturas Cr贸nicas

Fotorep

Richard Luque V.


portajes

Cultura




LIO ANGULO fotografía: JU

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GADO

Dejar que los ni単os trabajen, es una de las tantas formas de la TRATA de personas. Usted TRATA de evitarlo?




El Crillón Serrano tenía dos salones. Domitila Rivera viuda de Quico, recuerda que la celebración de los Grados de los estudiantes de la UNSA era frecuente en el ambiente del fondo. “Abimael venía con otros jóvenes y catedráticos a festejar cuando uno de ellos se graduaba. Brindaban con champaña y después del brindis rompían las copas en el piso, era como una tradición para ellos. Eso sí, siempre me pagaban todo, nunca eran malcriados ni hacían escándalos”, me cuenta doña Domitila en su casa de la Alameda Pardo, en la ribera del río Chili. Abimael Guzmán Reinoso, siempre gustó de las celebraciones. El escritor y periodista, Santiago Roncagliolo, en su libro “La Cuarta Espada”; recuerda que cuando Abimael vivía en Ayacucho – en su casa de la calle Libertad (conocida como El Kremlin) – se organizaban fiestas con música andina y boleros. “De hecho, entre los demás izquierdistas de Ayacucho, su grupo era conocido como “Los chupamaros”, por su afición a beber, apodo que ellos detestaban”, escribe Roncagliolo. Pero ya en sus años de estudiante universitario en la UNSA (Arequipa), Abimael departía momentos de

diversión, tertulia y tragos en un conocido bar – restaurante ubicado en la calle Perú 109, en el Centro Histórico de Arequipa: El Crillón Serrrano. Ese bar lo abrió doña Domitila Rivera junto a su esposo (ya fallecido) en febrero del año 1956. Ella tenía 23 años. “Fue para un carnaval que lo inauguramos y lo administré durante 52 años”, recuerda. Aunque sin nombre propio, ella figura en un pasaje del libro de Roncagliolo, donde el escritor cuenta que fue al bar donde Guzmán se reunía con sus amigos de facultad. Doña Domitila tiene 76 años y conserva una memoria lúcida y nostálgica. A pesar de usar muletas por una afección a la cadera, administró el Crillón Serrano hasta el año 2007. COPAS ROTAS A doña Domitila le viene a la memoria muy claramente algunos apellidos de los catedráticos que acompañaban a Guzmán en sus vivistas al Crillón Serrano. “Había uno apellidado Pérez y el otro era Rodríguez Rivas, muy respetuosos ambos. La mayoría de veces ellos pagaban la cuenta. También había otros que me dejaban una prenda como sus relojes cuando no tenían dinero. Y recuerdo que a veces, al día siguiente, venía alguna esposa a cancelarme la deuda. Me decían “mi marido me ha hecho una caracha” y luego me pagaban”, comenta. (Caracha se decía a las deudas). Miguel Ángel Rodríguez Rivas, fue maestro y amigo de Abimael. Eso queda demostrado en su tesis de Filosofía, donde la dedicatoria es para Rodríguez. Abimael Guzmán, ingresó en segundo puesto a la UNSA en 1953, luego de estudiar en el Colegio La Salle. Curiosamente se graduó en las mismas profesiones que Carlos Marx: Filosofía y Derecho. Su tesis de Derecho se tituló “El Estado Democrático Burgués”; mientras que la de Filosofía: “La Teoría Kantiana del Espacio”. Domitila Rivera fue testigo de las reuniones y tertulias acompañadas de pisco que Guzmán departía en el Crillón Serrano. “Todos eran conocidos, ya sea por sus familias o porque siempre venían. En el caso de Abimael Guzmán, yo tengo la referencia de él porque lo llamaban por su apellido o cuando ya estaban un poco avanzados de copas, le gritaban Abi, Abi; eran jóvenes mesurados, al menos a mí nunca me dieron problemas”, afirma. Con el paso del tiempo el Crillón Serrano fue perdiendo clientela. Domitila ya no vendía como antes sus anticuchos y tamales.


Su esposo Segundo Quico Torres, falleció el año 2001 y poco a poco el negocio fue cayendo. “También por una cuestión de salud, yo tengo un problema en mi cadera y ya no puedo movilizarme como antes, así que decidimos alquilar el local”, refiere. Actualmente el Crillón Serrano es administrado por Eugenio Choquepuma, quien laboró con Domitila desde 1978. Sigue siendo un restaurante, pero de menú económico. El ambiente del fondo donde Abimael y sus amigos rompían las copas de champaña después del brindis, está clausurado y tiene otro uso. Todo el resto del local está cargado de recuerdos. Incluso Domitila me cuenta que tenía una hermosa Rockola de 40 discos y 80 canciones. “Ahí escuchaban boleros, huaynos y de todo, después tuve que venderla, ahora está en un bar de La Victoria, en Lima”, dice nostálgica. Sabe que hizo un mal negocio con esa venta. Esa Rockola era una reliquia y prácticamente la remató. UN LIBRO: MÁS COPAS ROTAS Encerrado desde 1992, Abimael Guzmán, permanece en el inconciente de la gente. Algunas veces su recuerdo vuelve con mayor incidencia. Como hace unos días cuando apareció su libro “De Puño y Letra” a 17 años de su captura en una casa del distrito de Surquillo en Lima. Hasta noviembre de 2004, Guzmán podía celebrar su cumpleaños con Elena Iparraguire; la camarada Miriam, número dos de Sendero Luminoso y su pareja sentimental recluida en la misma cárcel de la Base Naval del Callao. Se veían y hasta dormían juntos. Pero todo cambió ese mes de noviembre después del inicio del nuevo juicio a los cabecillas de Sendero. La primera audiencia fue un escándalo mediático. Guzmán se reencontró con varios camaradas después de 12 años. La prensa estaba atenta y el “Presidente Gonzalo” aprovechó la oportunidad para armar un show: Levantó el puño derecho y se le sumaron el resto de terroris-


tas. El Tribunal perdió el control. Los senderistas gritaron “Viva el partido Comunista del Perú”, “Gloria al Marxismo, leninismo, maoísmo”, “Vivan los héroes del pueblo” y “Gloria al pueblo peruano”. Al día siguiente, todos los diarios mostraban esa escena en portada y era noticia mundial. Cambiaron a todo el Tribunal y al Procurador del Estado para casos de terrorismo. Abimel también recibió un castigo, quizá el más doloroso de su encierro: lo separaron de Elena Iparraguire. La llevaron a otra prisión y no se han vuelto a ver hasta la fecha. ATRAPADO POR LA MALDAD Abimael Guzmán Reinoso, nació en Islay el 3 de diciembre de 1934. Este año cumple 75 años y purga cadena perpetua. El recuerdo de sus actos terroristas no son para celebrar, sino para llorar. Fueron 20 años de violencia encarnizada que cobró 70 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos. Guzmán, según cuenta Susana, una de sus hermanas que radica en Estados Unidos, fue abandonado por su madre, Berenice Reinoso, a los 8 años de edad y entregado a un tío que se lo llevó al Callao. Su padre, que también se llamó Abimael, se casó con Laura Jorquera Gómez de Guzmán, una ciudadana chilena que se convertiría en la verdadera madre del líder fundador de Sendero Luminoso. Fue ella quien ordenó a su esposo que el pequeño Abimael vuelva del Callao a vivir con ellos. Eso ocurrió en 1945. A los pocos años, toda la familia se trasladó a su amplia casona de la calle Ejercicios 307 (hoy Álvarez Thomas). Abimael fue matriculado en el Colegio La Salle. Su padre tuvo al menos 10 hijos con diferentes mujeres. Laura Jorquera, acogió a varios de ellos y los trató como a verdaderos hijos.


En 1962, Abimael Guzmán, fue nombrado docente en la Universidad San Cristóbal de Huamanga en Ayacucho. Su intención era ser docente de la UNSA, sin embargo, por esos años, su maestro Miguel Ángel Rodríguez Rivas tuvo problemas en la universidad y no pudo ayudarlo para que uno de sus alumnos predilectos acceda a una cátedra. Su estancia en Ayacucho se prolongó varios años y marcó un cambio en su vida. Algunos de sus amigos, según cuenta Roncagliolo, lo volvieron a ver en Arequipa por 1972. Cuentan que era una persona diferente. Su propio maestro Rodríguez Rivas, da cuenta de ello. Lo que sucedió después, es una historia de terror harto conocida. Sendero Luminoso desató su violencia terrorista desde el 17 de mayo de 1980, justo en el momento en que el Perú retornaba a un gobierno democrático. Era día de elecciones. El ganador de ese proceso fue Fernando Belaúnde Terry. Los actos de violencia se sucedieron año tras año. Las víctimas fueron niños, ancianos, hombres y mujeres. La respuesta de las fuerzas del orden también cobró miles de muertes. Abimael Guzmán Reinoso, fue el líder del grupo maoísta Sendero Luminoso que desató toda esa barbarie. Las copas rotas las pagamos todos los peruanos.




El Delirio j

A


juega

Ajedrez Una cr贸nica de Ricardo Leon


PASIONES. “Ningún Gran Maestro es normal, lo único que difiere es el tipo de locura”, decía el viejo ajedrecista ruso Viktor Korchnoi. El talentoso Emilio Córdova (precoz para el ajedrez y para otras lides) fue esta semana protagonista de una historia de amor y rebeldía Él lo descubrió. La Torre Blanca se llama el local del jirón Belén donde Emilio Córdova derramó su primera lágrima sobre un ta-

blero dividido en 64 cuadrados iguales. No tenía más de 8 años cuando su padre lo llevó a que lo examinasen los bravos que aquí juegan, que mueven las fichas mientras almuerzan entrada, segundo, refresco y cigarro, que se proyectan y se mandan y ganan sin que los moleste la música a volumen de combi. El que puede jugar con tanta distracción puede soportar presiones insospechadas del rival más pendenciero, además aquí se entrena la boquilla y esos cincuenta céntimos de apuesta promedio valen menos que la burla y la humillación de


un deporte ciencia llevado a su expresión más dulce y caníbal. Aquí Roberto Naranjo, ‘Naranjito’, tuvo entre sus manos a Emilio Córdova cuando todavía era un cachorro sobre el tablero. Para entender qué pasa por la cabeza de un joven de 15 años que (sobre)vive en Brasil con una mujer que lo dobla en edad y experiencia, lejos de su familia, que solo quiere quedarse con Adriane y convertirse en Gran Maestro Internacional; para descubrir el origen tentativo de tanto estrés emocional (‘Paren con preguntas, michi, soy más famoso en mi país por ese rollo que por lo que soy’, llegó a poner como alias en el chat para evitar el acoso de los periodistas); para digerir tanto misterio hay una opción alternativa: consultarle a ‘Naranjito’, el hombre que le enseñó el abecé del ajedrez a Córdova y que lo hizo llorar en su primer juego y que le dijo que en este deporte se llora varias veces y que esta tarde habla con tanto cariño por su discípulo que conversa sin importarle que su pescado frito se esté enfriando al costado. Todos somos campeones. Hay una cosa que se llama ego y que en los ajedrecistas es como una pandemia emocional. ‘Naranjito’ es, sobre todo, honesto: Todos los que jugamos ajedrez nos sentimos campeones mundiales. Y eso los hace sentirse intocables, casi unos superhéroes con anteojos que viven por encima del resto de comunes mortales con coeficiente intelectual promedio. Alexander Alekhine, campeón mundial en 1927, decía que el ajedrez es vanidad y en cierta ocasión, cuando le pidieron su pasaporte para cruzar la frontera de Francia y Polonia, chilló: Soy Alekhine, campeón mundial de ajedrez. Tengo un gato llamado Ajedrez; ¡no necesito pasaporte! Para ‘Naranjito’, el adolescente Emilio está ahora pensando como un adulto autosuficiente para demostrarle a su familia, pero primero a sí mismo, que él solo puede arreglárselas. Y que el padre de Emilio debió manejar la situación con tino porque estamos hablando de un adolescente que quiere solucionar los problemas del mundo. Y que un adolescente embalado es una papa caliente. Y que esa papa caliente mereció ser cogida con cuidado. Y que ese cuidado no existió. Al filo de la navaja. En el ajedrez callejero hay una ley que obliga a los jugadores a realizar un movimiento con fuerza, haciendo que la ficha suene después de haber sido elevada y puesta en otro cuadradito. Eso infunde respeto: aquí estoy y de aquí no me mueves. El ajedrez, aunque no parezca, es un deporte violento. El escritor costarricense Jacques Sagot, en un artículo titulado “Ajedrez y voluntad de poder” define esta disciplina como un duelo de voluntades,


esgrima del intelecto, sublimación espléndida de la sed guerrera del hombre, transformada en lúcida lid, en juego de apariencia engañosamente inofensiva. Es un deporte violento aunque no haya contacto físico. Esa determinación mental constante, explica Naranjo como ajedrecista de la calle que es, se traslada luego a todos los campos del comportamiento: Cualquier sentimiento te agarra fuerte. Si te peleas, te peleas a muerte; si te enamoras, el amor te agarra fuerte; si decides algo, te aferras a eso. Así que lo de Córdova tiene un asidero temperamental. Con ello ya podría uno hurgar en la parte psíquica del asunto. Rubén Fine, psicoanalista y uno de los ajedrecistas más completos de mediados del siglo XX (es autor del libro “Psicología del jugador de ajedrez”), consideraba que había dos tipos de jugadores de ajedrez, los que tenían intereses paralelos al juego, y los monomaníacos.

Marco Martos es poeta y un terco jugador de ajedrez (en el libro “Jaque perpetuo” publica el poema “El juego de las mutaciones”, que termina así: ¿Puedes considerar casualidad / el número de las líneas escritas / las sílabas exactas de los versos / la geometría fractal, los jaques / de Capablanca en su mejor momento?); Martos comenta que, aunque aún es pronto para saberlo, Emilio Córdova tendría tendencias monomaníacas porque no hay nada que le importe más que el ajedrez, que le exige eso que Martos llama una concentración diabólica. Aunque, por otro lado, Córdova no ha permanecido --en absoluto-- indiferente a los apapachos de Adriane, es decir, ha aceptado el amor como una distracción válida. Eso, sin embargo, correspondería más a impulsos sexuales que nada tienen que ver con el ajedrez. Lo del estadounidense Bobby Fischer, en cambio, era


casi patológico. Cuando era niño y le enseñaron a jugar ajedrez llegó a tal su grado de encierro que su madre publicó avisos en el periódico para convocar a niños que quisieran jugar con él, que se pasaba el día jugando varias partidas simultáneas contra sí mismo, una en cada habitación de su casa. Ya de viejo declaró: Todo lo que quiero hacer, siempre, es jugar ajedrez. Con el tiempo, la excentricidad de Fischer pasó a ser parte de su genio y figura: además de diversas mañas para distraer a sus rivales era un dolor de cabeza para los organizadores de torneos porque pedía 200 guardaespaldas para él solo, porque exigía que los retretes de los baños fueran elevados tres centímetros para su mayor comodidad, etc. Tuvo problemas con el Gobierno de EE.UU., lo amenazaron con encarcelarlo, fue detenido en un aeropuerto porque su pasaporte estaba vencido y el Gobierno de Islandia le otorgó la ciudadanía islandesa. Etcétera. Y Bobby solo quería jugar ajedrez,

eso que llamaba una forma de masturbación mental. Solo para solitarios. También el jugador es prisionero / (la sentencia es de Omar) de otro tablero / de negras noches y de blancos días... escribió Borges en el poema “Ajedrez”. En el libro “El juego inmortal: historia del ajedrez”, de David Shenk, se destacan tres características del buen ajedrecista: un buen aprendizaje a largo plazo, un aprendizaje más efectivo y una autoestima más elevada. Hay otra característica que no aparece en los libros porque no se mide, pero que los ajedrecistas de la calle conocen: la soledad. ‘Naranjito’ explica que la soledad hace pensar, y que Córdova es un tipo solitario que piensa en todo momento. Irse a Brasil, conocer a una mujer mayor y querer quedarse con ella es también una forma de pensar, de rebelarse pensando. Ajedrecistas rebeldes hemos conocido. Julio Granda un día dejó el ajedrez y se refugió en su chacra de Camaná porque le faltaron el respeto. Y cuando lo hizo, el mensaje que quiso dar fue ese y no que estaba loco. Es --agrega Naranjo-- lo mismo que estaría buscando ahora Córdova: llamar la atención, usarse a sí mismo para demostrar que él solo puede ser grande, pero que con un apoyo es más fácil. Mihail Tahl, el ajedrecista nacido en Letonia que se consagró campeón mundial en 1960, recordaba un día una anécdota en la que, en plena partida, cuando dudaba si sacrificar o no un caballo, comenzó sin saber por qué a pensar en cómo sacar a un hipopótamo de un pantano. El público creía que Tahl miraba el tablero pensando en su siguiente jugada, pero él, en el colmo de la abstracción, solo imaginaba cómo sacar al bendito hipopótamo del pantano. Pero eso nadie lo entendía, todos pensaban en lo que haría en el tablero. De repente Emilio Córdova también está buscando la manera de sacar al hipopótamo de su propio pantano.




una cr贸nica de: Richard Lu


uque V.

Cuando la cementera Yura S.A.C. Comenzó con sus operaciones de fabricación en los alrededores de la Estación del Pueblo de Yura al norte de la ciudad mientras que en el otro extremo, en el Pueblo de Chiguata el fin para el núcleo comercial que parecía jamás se acabaría. Se asomaba.


“BIENVENIDOS A CHIGUATA” Un arco de cemento ubicado a 700 metros de la plaza del Pueblo de Chiguata da este saludo mudo a quien se anime a visitar el distrito. Solitario que es, el peaje en este pueblo. Para llegar y recibir este saludo uno se demora 40 minutos aproximadamente desde el centro de la ciudad. Chiguata parece impaciente cada vez que el bus va recorriendo sus curvos caminos como si se tratase del bisturí en la mano de un cirujano, buscando el lugar por donde se hará el corte definitivo. Una geografía singular se dibuja en los ojos del visitante cuando por la ventana del bus se van divisando los 460.81 kilómetros cuadrados con los que cuenta la tierra de “frío todo el año”, significado que se traduce de los vocablos quechuas “chiri”, que significa frío, y “guata” que significa año. El mismo que fue fundado el 22 de Enero de 1540 por el encomendador Diego Hernández. El calor castiga toda la plaza y parece respetar sólo al Templo del Espíritu Santo. El mismo que fuese construido en base a sillar durante el siglo XXVII y en el cual los lugareños festejan con bastante fervor la fiesta patronal el día 24 del mes de Junio. Hoy en el sector conocido como La Bedoya sólo quedan los restos de lo que alguna vez intento ser chiguata, un pueblo con futuro y fue precisamente ese mismo futuro quien se encargo de olvidarlo y mudarse a otros senderos ahora el Chiguata parece sólo el nombre de la eterna fea linda de Arequipa. LOS VECINOS DEL AYER Hubo un restaurante alguna vez, uno donde los viajeros que iban hacia el sur del país podían comer, beber e incluso pasear un momento mientras el chofer del bus

interprovincial daba un último mantenimiento al motor antes de reiniciar el viaje. Aquel restaurante perteneció a dos hermanas a quienes se les puso el apodo “Las Gatas” esto debido a sus claros ojos pardos y ese mirar exótico al momento de conversar. Ellas vinieron del anexo de Pati que pertenece al distrito de San Juan de Tarucani


y todas la recuerdan como mujeres visionarias pues vislumbraron una oportunidad de progresar en aquel lugar, como era La Garita de Control Aduanero ubicada en allí donde inicia el Pueblo de Chiguata, pero el tiempo se encargo de desilusionarlas pues lo que parecía un prospero negocio quebró y hoy Las Gatas viven en Arequipa

y no se dedican más al negocio de los restaurantes. Hoy el visitante sólo encuentra algunas casas, que parecen estar abandonadas por sus descuidas fachadas y porque el polvo se ha encargado de cubrirlas de un manto blanco como queriendo hacerlas parte de este amplio descampado seco. Don Juan Cornejo es el propietario de una de estas casitas, que tienen paredes de adobe y un techo de paja prueba irrefutable de su antigüedad, él vive aquí desde 1943 junto con su esposa Doña Aurelia, ellos tuvieron cuatro hijos los cuales ya no viven con ellos pues prefirieron mudarse a Arequipa dejándolos solos y es precisamente en esta soledad en la que los recuerdos de la niñez en Don Juan afloran cada mañana cuando se alista para ir a trabajar en sus chacras, pues su casa está justo frente a la garita del control y a lado del lugar donde los buses se estacionaban para ultimar detalles antes de continuar con su largo viaje al sur. Y como si la vida no se cansase de recordarle todo lo que pudo ser allí Don Juan también tiene que ver como algunas empresas de agregados están acabando por deformar este paraje mediante la extracción de caliza y tiza contribuyendo así para que aquel manto blanco siga cubriéndolo todo, en su afán por hacer de este lugar, La Garita de Control, un recuerdo más en el olvidado pueblo de Chiguata. De aquellos inmensos Buses Interprovinciales, que a veces le hacían perder la cuenta a uno por su gran número por día, alrededor de 50 buses. Hoy sólo quedan unas cuantas Combis Coaster de la Empresa Audaces Tours, que es la única empresa de transporte urbano hacia este pueblo de Arequipa siendo su tarifa de un nuevo sol a quienes tienen como destino la zona de Los Portales, el último pueblito que se encuentra en la ruta



hacia Chiguata esto en el distrito de Paucarpata. Y dos soles a los que se dirigen al mismo Pueblo de Chiguata. A un kilometro de llegar a Chiguata se cruza un puente Chiguata que sirve como paso por encima del río del mismo nombre. CARRETERAS OLVIDADAS Nadie en la garita sabe que el nombre real de esta carretera, en Provias Nacionales para este tramo esta registrado como Carretera Nacional Arequipa. Pati - Santa Lucía - Juliaca - Pucará - Macusani - San Gabán -Inambari Puerto Maldonado - Iberia – Iñapari, que increíblemente sigue registrada como carreta a trocha un tramo que fue una vía de bastante importancia para llegar al sur del país y que hoy es utilizada por aspirantes a conductores que vienen a practicar manejo por esta carretera con el touring automóvil de Arequipa y algunos buses independientes que cubren las rutas Ubinas, Moquegua y anexos lejanos del pueblo siendo estos lo único que queda de las empresas que alguna vez pasaban por aquí como fueron: Julsa, Jacantaya. Aragón entre otras. HASTA QUE NOS OLVIDEN La salida hacia puno siempre estuvo relacionada con Chiguata, por el control aduanero, puesto policial y negocios que aquí se desarrollaron, pero es en marzo de 1958, año en el que se forma Cementos Yura S.A. Que el futuro se desviaría de Chiguata y se establecería en el sector de la calera perteneciente a Yura. La Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa presidida por Fernando Chaves Belaunde. Decide formar la fábrica cementera y de esta manera el desarrollo comenzaba a instalarse en este otro polo de Arequipa, debido al rubro de la fábrica la antigua carretera a trocha que aquí existía tuvo que ser modificada y asfaltada. Con esto en con-

tra la ruta por Chiguata se vio afectada poco a poco las empresas de servicio interprovincial fueron prefiriendo la nueva ruta que era más ideal y rápida. Mientras que en la zona de la garita de Chiguata las cosas se iban tornando grises, los buses comenzaron a disminuir, las personas ya no bajaban a relajarse ni a comer. Y poco a poco lo que alguna vez fue un paraíso natural como comercial se fue marchitando. Hoy Don Juan y Doña Aurelia sólo pueden dedicarse a sus actividades agrícolas y ven todos los días como empresas de agregados van deformando lo que alguna vez fue la garita de Chiguata. Hoy al parecer solo queda un “pasado” mañana para este pueblo. Sus pobladores no tienen tiempo para preocuparse por cosas que no sean sus actividades económicas. Muchos critican a su alcalde, Peter Humberto Benavente Ramos, de no vivir en Chiguata y de no hacer nada por devolverle la importancia a este lugar. El sol va tornando todo de rojo mientras Aurelia se sienta a ver con nostalgia las casas que hoy lucen vacías de gente, acompañadas del puesto de la policía forestal. En la garita solo quedan vestigios de lo que fue la barra de control, dos tubos metálicos color café por el oxido empotrados en el suelo dan testimonio de lo que alguna vez hubo aquí, señales de transito despintados aun cumplen esa función de advertir y recordar a los pobladores lo que pudo ser su futuro. Policías que parecen no gozar cuando un bus se acerca y al cual hay que registrar aunque sea asomándose a la puerta. Son lo único que ha quedado de esa época de gloria cuando policías y chóferes bromeaban o los pobladores ofrecían sus productos a curiosos pasajeros que se asomaban por las ventanas.


BUENO DESEOS


OS S Los buenos deseos son de : Rosmery Reymer Quiroz Julio Angulo Delgado Nadia Cruz Porraz Julio Reaño Mesones

Imagine situaciones en las cuales las palabras y el sonido estén de mas, imagine buenos deseos sin decirlos, si acaso el hecho de pensar en buenos deseos implica decirlos aquí, este portafolio le demuestra que a veces basta con verlos y sentirlos nada mas.



Sobreprotegida


Con buena intenciOn




No sOlo me mires, ayudame


La silueta del esfuerzo


Ego muy timido


Hombres de Verdad




Ofrendas


REGALOS




PLEGARIAS


ESFUERZO



COMPETENCIAS




BUENOS DESEOS


MIRANDO




ANHELOS



RECUERDOS


Gusto&

Comer no es el simple hecho de llevar tos, los palitos chinos o en el mรกs hum hecho de usar las manos y porque tam se muestre nuestra destreza en el acto Y porque tampoco hay lugares adecua quizรกs los conozca pero no como la man


&Aparte

los alimentos a la boca con los cubiermilde y, no por eso menos sofisticado, mpoco hay lugares adecuados donde o que mas placer da, como es comer. ados sino simplemente hay lugares que nera que le prometemos, los conocerรก.


LA DIFERENCIA DE A.PUNTO * Porque aquí los sabores son el ingenio que emana de las reuniones con el personal de cocina como si se tratase de conspiraciones culinarias, en palabras del chef, son sabores de autor Diego tiene la contextura de un buen peruano pero no el color, por eso quizá es diferente y a eso se suma que es el encargado de hacer de esta palabra “diferente”, la filosofía de A.PUNTO un restaurante de comida fusión-internacional con tendencia moderna ubicado en uno de los distritos más tradicionales de la ciudad. En este restaurante las prohibiciones están reservadas solo en la cocina, ahí no es admisible tener un recetario pues en A.PUNTO los sabores son de autor. En este restaurante la consigna en la cocina es satisfacer al comensal ofreciéndole platos tan deliciosos como sofisticadamente visuales, ya que aquí no basta con prepararlos bien sino que queden como cuadros, que al ser servidos den pena estropear con los cubiertos, en este palacio del pecado de la gula, al comensal se le permite probar y usar desde finos utensilios plateados hasta los más rústicos y complicados palos chinos, pues su amplia carta no solo ofrece comida de tendencia occidental sino de todas partes. UNA ENTRADA AL CIELO Degustar un ceviche es como invitar a eros a dormir en tu luna de miel, pero probar tres tipos de

ceviches como la antesala a un desfile de sabores vip, es embriagarse con el mismo Dionisos y robarle la receta de sus vinos. Pero aquí eso no es nada anormal, en A.PUNTO esta es la manera de darle la bienvenida a los sabores de fondo. Ya que después de probar la entrada APUNTO CEVICHERO, podrá sentir el mar, las olas, el sol y el salino del viento y todo a través de su lengua pues esta entrada no solo satisface sino que refresca, libera y hasta hace soñar ya que no cae pesada y es como prepararse para hacer paracaidismo sabiendo que el hecho de saltar no es más que la primera dosis de adrenalina. Pues el ceviche clásico, no tiene nada que envidiar al de conchas negras y ambos manjares fríos saludan al atrevido manolarga del ceviche de langostino. Este trió comparte la canchita junto con el maíz hervido (mote) que esta sobre la cebolla quien a su vez esta bañándose en la codiciada leche de tigre como preparándose para no desencajar en el sabor junto con el gruñón acompañamiento del rocoto. Todos servidos en vasos ad doc como manda la tradición recientemente implantada por los cánones de la gastronomía.


Pero probar este trozo del mar es tan solo la punta de este iceberg multitexturas y sabores, pues el plato o los platos de fondo están perfectamente preparados y servidos, que uno suele preguntarse si está en una mesa de restaurante o es una sala contemporánea para mostrar cuadros en esta nueva variante del arte. HASTA EL FONDO Si satisfacción tiene un significado, aquí este es modificado pues con solo oler ese FETUCHINI EN MANTEQUILLA CON LOMO A LA PLANCHA CORONADO CON CHATNI DE PAPAYA AREQUIPEÑA uno recordara para siempre esa palabra, las pastas parecen top models posando en el plato sin muestra de cansancio adornadas sutilmente, sin perder protagonismo, por tímidos trozos de tomate, pero será inútil no darse cuenta del generoso corte de lomo al que parecieran levantar disimuladamente como símbolo de su supremacía. Un contraste de colores y aromas emana del plato blanco en el cual están servidos gracias a los insumos utilizados como son el tomate, cebolla hierbas andinas y ese toque de jerez que lo hace particularmente egocéntrico y como si se tratase de una pirámide de jerarquía, uno puede divisar a la papaya arequipeña por encima de todas con ese color oscurito prueba de su paso por ese bronceador de comidas como es el omnipresente sartén. Pero si no le gusta la carne de mamífero usted puede ordenar un delicioso PESCADO CAPONES CON GUARNICIÓN DE PURÉ DE PALLAR ACOMPAÑADO CON VEGETALES AL WOK, un sabor de autor por donde se le vea y pruebe, pues el dulzón del pallar en su puré no ahoga al filete de pescado untado en una salsa acuosa que pareciera la fina capa de su majestad la misma que disimula esas cicatrices de cocción, pues este filete paso por la parrilla para darle ese sabor

de autor único que solo aquí se encuentra, todo en este plato parece completarse, los vegetales se combinan perfectamente con el puré y la carne marina, generando una química única en la boca, una invitación permanente a seguir probando bocado sin el mas mínimo remordimiento pues uno siente estar en el cielo. Pero si le parece demasiado y no quiere que el estomago se recienta por tan pecaminoso placer. El bar tender, “chiqui” para los amigos, le ofrecerá una pareja de cocteles que se encargaran de seducir al estomago y así evitarse una pelea gástrica. EL LONCO es un aperitivo seco que se recomienda para los varones pero no es de consumo exclusivo para ellos, preparado a base de pisco acholado y vino blanco ambos son abrazados por el jugo de limón dando como resultado un sabor desconocido pero vicioso. Todo esto gracias al aroma emanado del anís chino que antecede a los demás aromas de los destilados al momento de dar el primer sorbo. Pero si es usted una dama su opción es la CAROCITA un digestivo con vientos jamaiquinos, pues está preparado a base de licor de café dándole esa textura de whisky suave, y el ron aromatizado que usan aquí le da esa agresividad seductora para el paladar femenino. A.PUNTO recomienda. Entrada

A.PUNTO CEVICHERO: Ceviches de langostino, conchas negras y clásico.

Platos de fondo:

* Fetuchini en mantequilla con lomo a la plancha coronado con chatni de papaya. * Pescado capones con guarnición de puré de pallar acompañado con vegetales al Wok Postre: Volcán de chocolate


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I FILA

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Artefacto cumpli贸 dos a帽os y aun nos sorprende con su originalidad de caricatura


W W ARTISTAS NO ARTISTAS

Erica Leighton








“Déjenme decirles que no es como la pinto homero o como creían los Espartanos, ni mucho menos como aseguran los asiáticos, la puerta de entrada a la morada de la muerte es preciosa única, es mas diría que incluso mas exótica que la reja de san Pedro. Lo afirmo y me confieso devoto de esta morada casi oscura y tétrica si no fuese por la luminosidad propia que todos perciben estando delante. Era medio día y el sol hacía sentir su supremacía, tocaba con cada uno de sus látigos luminosos a todo el mundo, y quienes eran los únicos que escapaban de su casi cruel manto, eran las sombras quienes se reían del astro luminoso, en su intento por alcanzarlas todo el día el sol las perseguía pero nada hacia que las rosara siquiera. Aquel día me vi sentado sobre el lomo de un mustang pura sangre. Un ejemplar envidiable y digno de la tierra media, estaba sobre él y podía sentir el viento acariciar mi rostro con las mismas manos de una amante furtiva, mientras que el sol hacía sentir lo cálido de la pradera con su presencia y la tierra parecía moverse al ritmo del corcel, el horizonte me invitaba a hacerme uno con estos elementos. Pero no era el cielo el que tocaba, sino estaba ingresando a la morada de la señora muerte, pues estaba muriendo.....” … LA MORADA OSCURA


Sue単a, lo hacemos real


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