Número 33 Agosto de 2012
Pan y Rosas
Agrupacion clasista de mujeres y la diversidad sexual. Contra la explotacion capitalista y la opresion de genero
DECLARACIÓN PÚBLICA:
¡Basta de represión y brutalidad policial! ¡Basta de violencia sexista contra las mujeres!
“Santiago, Antofagasta, Rancagua, Calama son sólo algunas de las ciudades donde se han conocido casos de violencia sexual policial, en las que estudiantes secundarias y universitarias han denunciado tocaciones indebidas de carabineros en las comisarías y en los vehículos policiales, cuando han sido detenidas por participar en movilizaciones estudiantiles; desnudez forzada en los baños de las unidades policiales y obligación de hacer ejercicios en esa condición, incluso durante su periodo menstrual; maltrato verbal, insultos, golpes y amenazas. Incluso hay un caso en que a una joven estudiante varios efectivos policiales le propinaron lumazos, le pegaron en la vagina y se bajaron los pantalones delante de ella, frotándole el pene en la cara y en el cuer-
po, durante su traslado a la comisaría, que duró más de tres horas.” (http://www. biobiochile.cl/2012/08/17/ ong-denuncia-graves-casosde-violencia-sexual-decarabineros-hacia-alumnasdurante-desalojos.shtml) Estas son algunas de las denuncias que andan circulando en algunos medios de prensa, muchas denuncias más están aún en el anonimato ya que el impacto en sus víctimas, todas estudiantes menores de edad, ha sido de tal grado que aún no pueden sacar la voz para denunciar los abusos a los que fueron sometidas. Desde el estallido del 2011 hasta ahora, el movimiento estudiantil, Magallanes, la revuelta de Aysén, las diversas revueltas locales, la lucha del pueblo Mapuche, la intransigencia y la represión sistemática ha sido una
tónica característica de este gobierno de Derecha, herederos directos de la Dictadura de Pinochet. El primer atrevimiento fue sacar la Ley de Seguridad Interior del Estado en Magallanes, luego con el movimiento estudiantil comenzaron a desempolvar prácticas usuales de la Dictadura como la tortura en las detenciones, violencia física, verbal, psicológica, amenazas; luego en Aysén vimos dar rienda suelta a la violencia desmedida con disparos de balines y perdigones, más torturas, trabajadores que perdieron sus ojos, incluso detenciones de manera brutal de jóvenes heridos desde dentro de los hospitales a los que llegaban los pobladores baleados. Para que hablar del pueblo Mapuche violentado históricamente por los sucesivos gobiernos de turno, hoy vemos con horror
como niños pequeños llegan baleados a centros de salud de urgencia, mientras la corte marcial absolvió al asesino de Mendoza Collío y el gobierno refuerza el contingente de fuerzas especiales en la zona de la Araucanía. A toda esta violencia sin límites, a esta escalada represiva, este año se ha sumado una fuerte línea de aplastar al movimiento estudiantil y su justa demanda por una educación gratuita. Consecuente con su discurso amenzante, en el que Piñera y su gobierno declaran como enemigos a los estudiantes movilizados, los distintos municipios han ordenado violentos desalojos a las tomas de los secundarios y durante estos procedimientos hemos visto practicar, incluso, el secuestro de estudiantes por parte de la policía de civil. De la mano con estas prácticas utilizadas para infundir el terror, se han incrementado las prácticas de violencia y tortura sexual a las mujeres estudiantes, apoderadas y activistas, igual que en dictadura: la marca que quieren dejar sobre los cuerpos de estas niñas y mujeres es una marca doble de violencia y opresión, ya que somos golpeadas por ser activistas, militantes o luchadoras y abusadas sexualmente por ser mujeres que al salir a manifestarnos políticamente cuestionamos nuestro rol (vinculado al cuidado de la familia y la esclavitud doméstica) que históricamente nos ha impuesto el patriarcado: violencia sexista amparada por el gobierno, que quiere perpetuar la impunidad de los pacos con la Ley HinSSpeter y utiliza la violencia machista
y sexual como herramienta para amedrentarnos y amedrentar al conjunto del movimiento estudiantil con esta doble amenaza que recae sobre nuestros cuerpos femeninos. Desde Pan Y Rosas manifestamos nuestro total repudio a este actuar represivo del gobierno y a esta violencia sexista de los pacos que se está transformando en una práctica habitual en cada movilización que es reprimida. Denunciamos que en el Chile empresarial y represivo de hoy tener uniforme verde significa total impunidad para torturar y golpear a jóvenes, pobladores y trabajadores y abusar sexualmente a mujeres y niñas, denunciamos también que todo esto es parte de una política consciente del gobierno para aplastar las justas demandas del movimiento estudiantil y de cualquier movilización que cuestione la herencia de Pinochet, más viva que nunca en esta escalada de terrorismo de Estado y represión. Llamamos desde Pan y Rosas a levantar una gran campaña en contra de estos abusos y especialmente a las trabajadoras y estudiantes, a los organismos sindicales, a las organizaciones de izquierda y a las organizaciones feministas a denunciar y movilizarnos en contra de la violencia que está recayendo en las mujeres y niñas que se han movilizado, y apoyar con más decisión que nunca el valiente intento de los estudiantes por retomar la lucha por una educación gratuita, de calidad y laica, sin la moral de la Iglesia.