Manfiesto Programático de la ACR

Page 1


Índice: -Presentación………………………..…pág. 3 -Por una juventud que luche por la educación pública, gratuita, laica y multicultural, financiada 100% por el estado………………………………………....pág. 4 -Por una juventud que luche en los lugares de trabajo, liceos e institutos por los derechos de la Juventud Trabajadora……………………………………….….pág. 6 -Por una juventud que impulse la unidad entre trabajadores, estudiantes y el pueblo para conseguir nuestras demandas………………………………………....pág.7 -Basta de represión y criminalización al pueblo mapuche! ¡Por su derecho a la autodeterminación!..............................pág.8 -Por una juventud que enfrente a la burocracia estudiantil y sindical, luchando por organizarnos desde las bases ………pág.9 -Por una juventud que luche por los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. Por una juventud contra el conservadurismo de la iglesia y la derecha……….pág.12 -Basta de opresión a la juventud, a defender y luchar por nuestros derechos.pág.13 -A legalizar la Marihuana…………...pág. 14 -Una juventud revolucionaria que se levante contra la represión y la impunidad de los asesinos de ayer y hoy………pág. 15 -Por una juventud combativa en pie de guerra contra toda la herencia pinochetista, ¡Desnudamos esta democracia para combatir la dictadura!....................pág. 16 -Por una juventud internacionalista y anticapitalista………………………………pág. 18

*Redacción: Mesa Coordinadora Nacional ACR *Diagramación: Gabriel Muñoz


El 2011 fue el año en que el movimiento estudiantil y la juventud se tomaron las calles para decir ¡Basta! Hemos protagonizado las más importantes movilizaciones desde la dictadura. Primero fueron las masivas marchas, en donde todos nos impactamos por la enorme multitud que salió a las calles. En la retina estaba la lucha de Magallanes a principio de año y las protestas contra Hidroaysén. Los secundarios fueron los más decididos y como en el 2006, volvimos a ver las sillas en las rejas y los liceos tomados. A medida que el movimiento ganaba en masividad y radicalidad, incluyendo a estudiantes de instituciones públicas, privadas, liceos humanistas y técnicos, se fue instalando la lucha por la educación gratuita, cuestionando el corazón de las ganancias de los empresarios educativos. En las calles nos enfrentamos a la brutal represión del gobierno, y las jornadas del 4 de agosto y el paro nacional de la CUT del 24 y 25, marcaron un hito de las movilizaciones. Cada vez más compañeros se sumaron a las movilizaciones. Barricadas masivas, cacerolazos y un gobierno en picada, con una Concertación por los suelos marcaron el paisaje. Sufrimos una fuerte represión que dejó miles de detenidos, donde también hubo torturas y que llegó a su punto más álgido con el asesinato de Manuel Gutiérrez, demostrando que los empresarios harán de todo por defender sus ganancias. Es así que el cuestionamiento a la educación de mercado creció a un cuestiona-

miento a los pilares del régimen y la herencia del pinochetismo. Fueron momentos críticos para el gobierno y de enorme fortaleza de las movilizaciones, por lo que la derecha y la Concertación quisieron sacarnos de las calles ofreciendo mesas de negociación. Empezamos a ver cómo Camila Vallejo, Jackson y también quienes hablaban con frases más radicales pero mantenían la estructura burocrática del CONFECH, apostaban por sacar algunas “ganadas concretas”, dejando la educación gratuita como una mera consigna o un norte a largo plazo, pasando por encima de los miles de estudiantes que nos movilizamos meses para poner en jaque al Gobierno. Con esto el gobierno ganó tiempo y fuerza, y por lo mismo apeló al desgaste y la represión. Es así que los mismos dirigentes empezaron a desmovilizar, cediendo a las presiones, al chantaje del gobierno y los rectores, con el cierre del semestre, y luego el inicio del segundo. Nos llamaron a confiar en los parlamentarios de la concertación, poniendo todas sus fichas en la ley de presupuesto, pero nuevamente quedó demostrado, como en el 2006, que eso nos lleva a un callejón sin salida. Pero nada ha quedado resuelto, nada se ha cerrado. Los enormes cuestionamientos a la educación de mercado, al régimen político, al neoliberalismo y la herencia pinochetista quedan intactos, lo que preanuncia nuevos fenómenos de movilización social. La enorme experiencia de lucha queda en

—3—

el cuerpo de cientos de miles que estamos dispuestos a salir nuevamente para así poder triunfar en nuestras demandas. La juventud ha despertado. Somos miles los que hemos enfrentado a la policía en las calles, que no estuvimos dispuestos a bajar la movilización con las manos vacías y que enfrentamos abiertamente la política de las direcciones. Miles de universitarios, secundarios de liceos técnicos y humanistas somos parte de una juventud combativa y revolucionaria que ha hecho su primera experiencia de lucha, y que ahora nos preparamos para ir con todo, y acabar con las trabas que nos impiden triunfar como lo es burocracia estudiantil y sindical. Es por esto que hemos confluido cientos de estudiantes universitarios, secundarios y jóvenes trabajadores en la necesidad de levantar una nueva agrupación política que logre transformarse en un referente de la juventud combativa que ha surgido al calor de estas movilizaciones. Durante todos estos meses dimos una batalla en común a lo largo del país. Estuvimos en primera fila en las masivas barricadas y manifestaciones callejeras. Fuimos los primeros en plantear la educación gratuita como un piso mínimo de esta movilización. Somos parte de los estudiantes, profesores y apoderados que impulsaron la experiencia de autogestión del Liceo A90 de San Miguel, en donde son los tres estamentos, sin directivos, los que controlan el liceo y la enseñanza, demostrando la potencialidad de la fuerza de estudiantes y trabajadores, cuestionando la estructura de poder de este liceo y enfrentando la arremetida de la concertación que quiere cerrar el establecimiento. El A-90 se transformó en uno de los ejemplos más avanzados de autogestión a nivel nacional.


Así también en diversas universidades enfrentamos la burocracia y su política desmovilizadora, como lo hicimos en la USACH frente a Ballesteros y la Concertación, confluyendo con cientos de compañeros que queríamos ir hasta el final en la lucha y que hoy nos hemos organizado y somos un nuevo e importante referente en esa universidad, lo cual ha quedado demostrado con el enorme impacto que tuvo la campaña de la Lista D, “Seguimos en Pie” para las elecciones de la FEUSACH. Así también en la Católica de Temuco, en donde nos negamos a seguir aceptando migajas e impulsamos la democracia directa en estas movilizaciones. En el norte, en la Universidad Católica del Norte y en la Universidad de Antofagasta, fuimos parte de los cientos que planteamos la educación gratuita como demanda, siendo uno de los primeros lugares a nivel nacional donde se instaló esta consigna. En la Facultad de Psicología de la UCN somos un referente en la lucha contra la represión y dimos una batalla hasta el final contra la rectoría, sus chantajes y amenazas. O también en la Facultad de Filosofía y Humanidades, y la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, en donde fuimos activos organizadores del paro del 24 y 25 de agosto. Nuestra agrupación también se levanta impulsada por jóvenes trabajadores de la industria, la minería, la alimentación, los servicios que somos parte de esa juventud combativa y revolucionaria. Que en los lugares de trabajo veíamos las noticias y comentábamos con nuestros compañeros las históricas movilizaciones, que salimos en la noche de las barricadas a

luchar junto a los estudiantes, que caceroleamos en contra la represión, que participamos de las asambleas territoriales durante estas movilizaciones. Para condensar toda esta experiencia y organizarnos en común, los militantes de Las Armas de la Crítica y cientos de compañeros a nivel nacional nos fusionamos en una nueva agrupación, entendiendo que las movilizaciones y el nuevo contexto político exigían levantar un nuevo referente político que surgiera al calor de las movilizaciones y que expresara todas las luchas que dimos en común y nuestras convergencias políticas. En un Encuentro Nacional realizado en Noviembre del 2011 en la toma del Liceo A90, que contó con la participación de más de 200 compañeros a nivel nacional, discutimos los pilares de esta nueva agrupación que hoy ponemos en pie, que está compuesta por compañeros trotskistas del Partido de Trabajadores Revolucionarios y por cientos de independientes. Este manifiesto programático refleja este proceso de discusión y acción. Pero lo más importante, es que este manifiesto no surge de la nada, no son ideas que hayan surgido de una simple reunión. Son las conclusiones del proceso de lucha que protagonizamos el 2011, son las consignas y las propuestas que desde el principio de la movilización miles y miles planteamos. La lucha por la educación gratuita, el enfrentamiento a la represión, la lucha contra la burocracia y por la organización desde las bases, la unidad de trabajadores y estudiantes, la necesidad de acabar con toda la herencia pinochetista, de acabar con la

—4—

opresión de género y por la diversidad sexual, de luchar por los derechos de la juventud y forjar una juventud internacionalista que cuestione el capitalismo. Estos fueron los puntos que nos unificaron durante el proceso de lucha, que fueron consigna y bandera de miles, y que hoy condensamos en este manifiesto programático. La Agrupación Combativa y Revolucionaria surge de este proceso, pero se plantea una perspectiva mucho más ambiciosa: Ser un nuevo referente político que sacando las lecciones de todas las experiencias de lucha de estudiantes y trabajadores, sea un aporte para que realmente podamos triunfar. En Chile se ha abierto un nuevo período, en donde la discusión política, las luchas de estudiantes, trabajadores, pobladores, mapuche y el resto de los sectores estarán constantemente en la escena. Los políticos empresariales se están preparando para poder contener la enorme crisis que se ha abierto. El resto de las organizaciones de izquierda, que ya demostraron tener una política completamente conciliadora y estéril, hablan de la necesidad de levantar nuevos referentes. Nosotros ya hemos tomado nuestra decisión: Queremos ser una agrupación fuerte, que en el trabajo cotidiano en las facultades, liceos y lugares de trabajo, que en la disputa en las federaciones, centros de estudiantes y sindicatos, que en la lucha callejera y la movilización, que en el debate político e intelectual, pueda transformarse en una alternativa de toda esa juventud combativa y que tenga una política para vencer. ¡Súmate! *

*

*


No cabe duda que la implantación de una educación de mercado fue una medida muy importante de la dictadura militar. Sólo con la bota militar y el fusil lograron desmantelar la educación pública y regalarles la educación a los empresarios para que se llenaran los bolsillos a costa de nuestra enseñanza. Antes de la dictadura existían fuertes universidades públicas y gratuitas con sedes en diversas ciudades del país. Durante los años ochenta se desmembraron las universidades públicas, se impusieron los aranceles acabando con el derecho a la educación gratuita y se abrió la puerta a la creación de instituciones privadas. Actualmente existen casi 200 instituciones de educación superior, menos de 20 son propiedad del estado y gran parte de ellas se encuentran completamente precarizadas. Más del 70% de los estudiantes de educación superior está matriculado en instituciones privadas. Chile es uno de los países con aranceles más caros en el mundo. Se impulsó la municipalización de los liceos y actualmente menos del 40% de la matrícula escolar pertenece a la educación pública, en liceos profundamente precarios que se caen a pedazos y el resto de los estudiantes son clientes de sostenedores privados que lucran con los subsidios que les entrega el Estado. El actual modelo educativo fue impulsado por la dictadura y fue perfeccionado durante los 20 años de gobiernos concertacionistas. Ahora la derecha pretende pulirlo aún más y avanzar en mayor privatización. Contra todo esto es que nos hemos levantado. Contra la mercantilización de la educación, contra las enormes deudas que nos persiguen toda la vida, contra los empresarios educativos que nos estafan diariamente, contra la precarización de la educación pública, contra el autoritarismo universitario y la represión en los liceos, contra los abusos y explotación a los compañeros de liceos técnicos,

contra la división entre una educación para ricos y una para pobres. ¡Nos levantamos para decir basta al negocio que disfrutó la derecha y la concertación durante todos estos años! El movimiento estudiantil ha sido un actor importante durante todos estos años. A fines de los noventa los universitarios se alzaron contra la Ley Marco de la concertación, una verdadera ofensiva privatizadora. También los secundarios se alzaron contra los abusos en cuanto al pasaje escolar. El 2005 fue el momento de resistir la entrada de los créditos privados con aval del Estado a las universidades, una de las medidas estrellas del gobierno de Lagos. Fue el 2006 cuando los secundarios pusieron en el tapete la herencia de la dictadura con el “¡NO A LA LOCE!”, y fuimos cientos de miles los que despertamos a la vida política en esta lucha. El 2011 marcó un nuevo salto, los estudiantes encabezamos un cuestionamiento profundo y transversal al régimen político y el neoliberalismo. Nuestra bandera de lucha fue: ¡Educación gratuita ahora! Ya no queremos más migajas, estamos hartos de sólo resistir los ataques, ahora queremos acabar de una vez con la educación de Pinochet. La educación gratuita como una exigencia inmediata la impusimos en la calle, en las asambleas, en los paros, tomas y en las murallas. Logramos traspasar las barreras que nos quisieron imponer las dirigencias. Todo el resto de las organizaciones de izquierda, desde las más tradicionales a los diversos colectivos, planteaban que la educación gratuita era una utopía, que era un norte a largo plazo. Se negaron a plantearlo como piso mínimo de esta movilización, y ahora se niegan a instalarla como una de nuestras demandas centrales, básicas e inmediatas. Para ellos se trata de regular el mercado educativo, de lograr ciertos avances graduales, aumentar el financiamiento, modificar el acceso…

—5—

Desde la Agrupación Combativa y Revolucionaria planteamos la necesidad de luchar por una educación gratuita, laica, multicultural y financiada completamente por el Estado mediante aportes basales. Luchamos por el fin a la PSU y por un ingreso libre e irrestricto a la universidad para que todos puedan entrar a la educación pública. Luchamos contra el autoritarismo universitario y por un cogobierno triestamental para que estudiantes, funcionarios y profesores seamos quienes decidamos qué educación queremos y cómo. Luchamos contra la municipalización y por el fin a los subsidios a los privados, por un sistema de educación escolar financiado completamente por el estado y gestionado por consejos escolares resolutivos de los tres estamentos de los liceos y colegios. Pero no sólo luchamos por el derecho básico y democrático a la educación pública, gratuita y de calidad. Nuestra perspectiva es poner la educación al servicio de los trabajadores y el pueblo, poniendo nuestras disciplinas en función de las necesidades de los trabajadores y los sectores populares, para llenar las aulas de obreros, pobladores, mapuche y así avanzar a cuestionar esta sociedad de clases. Para esto nos nutrimos de la tradición de lucha del movimiento estudiantil, de la experiencia de la Reforma Universitaria durante los años sesenta y setenta, de la lucha por una Escuela Nacional Unificada, de la lucha de estudiantes y trabajadores en el mayo francés, de las luchas del movimiento estudiantil en Latinoamérica que cuestionando la educación de clases, pasaron a cuestionar la sociedad de clase y el capitalismo.


El capitalismo se demuestra incapaz de aportar solución a la explotación, miseria y angustia de la juventud trabajadora. Los jóvenes vemos truncada la posibilidad de aprender, desarrollarnos y acceder a un oficio, y si lo logramos es bajo condiciones precarias, negándonos el derecho a recibir educación de calidad a menos que tengamos amplias sumas de dineros en nuestros bolsillos ¡Imposible! Los jóvenes queremos trabajar, producir con nuestras manos, nuestras fuerzas y nos entregan desocupación y sobreexplotación sin remuneraciones o salarios realmente de hambre, con la puesta en marcha de trabajos diferentes a las condiciones normales de producción ¡que ya son realmente precarias! Los jóvenes queremos crear, aprender y se nos niega el acceso al arte y la cultura, elitizados para que solamente quienes puedan pagarlo puedan gozar de ellos con plenitud. Los jóvenes queremos vivir, disfrutar y se nos entrega un futuro oscuro con sombras de explotación, hambre y represión. Los jóvenes queremos crear un nuevo mundo, con nuestras manos, un futuro diferente al que nos entregan y solo nos destinan a mantener este descompuesto que se cae a pedazos día a día. Los jóvenes queremos saber cómo será el mañana y solo se nos responde que “que si tenemos suerte, puede que mejoren un poco las cosas, pero para eso hay que esforzarse“, o “que de lo contrario es probable que ni siquiera llegue ese mañana”. Los jóvenes sabemos que el capitalismo no es ni será capaz de responder a nuestros anhelos, a nuestras necesidades porque solo está en virtud de los intereses de unos pocos que a diario se enriquecen con nuestro sudor, nuestra falta de oportunidades, explotándonos, oprimiéndonos. Cada día se engrosan más y más las filas de la clase obrera con juventud. La vital energía de las nuevas generaciones es sometida a una brutal precarización, inestabilidad laboral y bajos salarios. La explotación de la juventud en las empresas comienza ya en los liceos, como son los técnicos industriales, polivalentes o profesiona-

les donde se trasforma el inicio a la vida laboral en súper-explotación, o directamente trabajo esclavo. El famoso plan dual que se ejecuta en los liceos con especialidades arroja a miles de estudiantes al abuso patronal. Pre prácticas y prácticas donde se paga una miseria por el mismo trabajo de un trabajador de planta, o incluso no se paga, pues el empresario estaría concediendo un enorme favor a los estudiantes por aceptarlos en su empresas o fábricas. Vimos cientos de denuncias en las movilizaciones por la educación gratuita, estudiantes de alimentación que hacían sus prácticas friendo papas fritas en un local de comida rápida sin ninguna remuneración. Esclavitud maquillada de práctica. Ni siquiera tienen derecho a atención de salud frente a accidentes laborales, siendo la familia la que debe hacerse cargo de los gastos o el mísero seguro escolar que es presentado en algún consultorio, cuando debieran ser los empresarios quienes debieran costear los accidentes en los lugares de trabajo. La juventud comienza a ser parte del trabajo sacrificando intereses propios, culturales y recreativos, sometiéndose al ritmo fatigante de las empresas y fábrica, a los jefes, las humillaciones y los cansadores horarios rotativos. Peor aún en el caso de las miles de jóvenes trabajadoras, a las que no les queda otra que someterse a los regímenes de flexibilización, forzadas a los trabajos más precarios y cargando con el peso extra de una doble jornada laboral que ocupan con las tareas domésticas. El abuso patronal a la juventud también se expresa en el contrato de primer empleo. Los empresarios elaboran esta nueva herramienta para tener mano de obra más flexible y precaria, al mismo tiempo que reciben bonos desde el Estado, dinero que solo una parte va a los trabajadores. No solo ahorran con bajos salarios, sino que además reciben platas del Estado. La juventud es la que más está sometida a la subcontratación, trabajos a corto plazo, renovación de contratos incluso

—6—

cada un mes, y amenazas de despidos constantes. Al mismo tiempo la cesantía es una realidad que pesa sobre la juventud. Según la OCDE Chile tiene con una tasa superior al 22% entre los 15 y 19 años y de 17,3% entre los 19 y 25 años, en tanto, la desocupación en mujeres de 15 a 19 años llegó al 25,7%, mientras que en el segmento de 20 a 25 años llegó a 20,5%, siendo significativamente más alta que la cifra de los hombres de igual edad. Siendo todos estos jóvenes, parte del 80% de la población, de familias que recibe una renta promedio de 240mil pesos mensuales. Somos una agrupación compuesta por estudiantes y jóvenes trabajadores. Hoy nos ponemos de pie para enfrentar este sistema que nos condena como trabajadores a sacrificar nuestra vida para llenarles los bolsillos a los empresarios. En las fábricas, lugares de trabajo, liceos e institutos técnicos luchamos por: Prácticas pagadas, por igual trabajo igual salario, asistencia frente accidentes laborales, por derecho a sindicalización y la organización de todos los trabajadores, por el derecho a participar en talleres sindicales a los estudiantes en práctica, por el derecho de recibir una buena alimentación e implementos de seguridad en los lugares de trabajo para todos, por el derecho a salir de los liceos técnicos con un título técnico profesional y no con el título de técnico medio que es completamente precario y hecho a la talla de los empresarios de los institutos técnico profesionales. Luchamos porque todo esto esté estipulado en un nuevo contrato de empleo para la juventud trabajadora, acabando con el precario contrato de “aprendiz”. Luchamos a su vez por acabar con la subcontratación, planteando el derecho a un trabajo estable y un salario mínimo igual a la canasta básica familiar y reajustable según la inflación.


Los trabajadores son los que echan a andar la economía y la sociedad. En base a su explotación se sostiene el poder de los empresarios. Cuando los trabajadores se alzan, el gobierno, los empresarios y sus partidos tiemblan. Éstos son los primeros en poner el grito en el cielo cuando los mineros, los trabajadores forestales o los salmoneros han protagonizado huelgas. Si es que los estudiantes, los mapuche, los pobladores empezamos a confluir con los trabajadores en las calles, cuando planteamos demandas transversales que van más allá de defensas corporativas, los medios de comunicación, con claro nerviosismo nos tachan de “ideologizados”. Y es que cuando los perros ladran, es señal de que avanzamos. Las movilizaciones del 2011 fueron mucho más que una lucha estudiantil. Así es como vimos que el 4 de agosto, durante la noche de las barricadas en donde enfrentamos la brutal

represión de la derecha, pobladores y distintos sectores de la población sacaron las cacerolas, salieron a la calle, y muchos se sumaron a los cortes de calle. Durante el paro del 24 y 25 confluimos masivamente en la calle. ¿Pero qué hubiese pasado si los trabajadores hubiesen organizado huelgas y paros codo a codo con los estudiantes? ¿Qué hubiese pasado si los profesores hubiesen parado de manera indefinida y a nivel nacional? De seguro podríamos haber triunfado, incorporando también las demandas y luchas de los trabajadores, los pobladores, los mapuche, las mujeres, la diversidad sexual y el resto de los sectores oprimidos. La juventud combativa y revolucionaria debe tener una política activa de unidad con los trabajadores y el resto de los sectores. Es por esto que como agrupación impulsamos la unidad obrera estudiantil, levantando la solidari-

—7—

dad activa con las luchas de los trabajadores y el pueblo, por ejemplo, organizando comisiones de apoyo a las huelgas, impulsando paralizaciones para las movilizaciones de funcionarios públicos, impulsando secretarías obreras estudiantiles en las facultades y universidades en donde estamos, realizando campañas en contra la persecución sindical, etc. No nos limitamos a generar lazos entre dirigentes, o realizar trabajos voluntarios o extensión, como plantean diversos grupos y colectivos. Planteamos una política de unidad en la lucha y damos una batalla en donde estamos para que esto no quede en la mera iniciativa de unos pocos, sino que el conjunto del movimiento estudiantil levante las banderas de la unidad entre trabajadores estudiantes. ¡Adelante, obreros y estudiantes!


¡Basta de represión y criminalización al pueblo mapuche! ¡Por su derecho a la autodeterminación! Son siglos de lucha del pueblo mapuche por sus reivindicaciones, y son siglos de opresión, humillaciones y pisoteos. La dictadura de Pinochet también implicó un enorme golpe para los mapuche, en donde gran parte de sus terrenos históricos fueron cedidos a los empresarios agrícolas y forestales. La concertación mantuvo intacto el negocio de estos empresarios y la brutal criminalización y represión al pueblo mapuche. No olvidemos que sólo durante el gobierno de Bachelet fueron asesinado Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collío. Actualmente seguimos viendo cómo la prepotencia de los empresarios y los políticos de la derecha y la concertación cae sobre el pueblo mapuche. Los allanamientos a las comuni-

dades, las torturas (incluso a menores de edad), las detenciones arbitrarias, la aplicación de la ley antiterrorista, el despojo de sus tierras, se combina con la criminalización y opresión cotidiana. Durante el 2010 vimos cómo el debate mapuche se puso en el centro con la huelga de los comuneros, pero esta problemática sigue y la lucha del pueblo mapuche no se detendrá. Vemos cómo Hinzpeter y los empresarios de la Araucanía ponen su mira en las comunidades e invocan la ley antiterrorista indiscriminadamente contra el pueblo mapuche, cuando los únicos terroristas son ellos, como el caso ejemplar de Walter Ramirez que asesinó a Matias Catrileo por la espalda, y que hoy goza de total impuni dad, es decir, una complicidad terrorista entre el Estado y la Justicia. La juventud debe tomar en sus manos la lucha contra la represión, por las reivindicaciones y derechos de los pueblos origina-

—8—

rios. Sólo unidos trabajadores, estudiantes y mapuche podremos enfrentar a los empresarios agrícolas y forestales, al gobierno, a la derecha y la concertación que defienden sus intereses en contra de los pueblos originarios. Las banderas contra la represión y la criminalización, por el fin a la ley antiterrorista, por la libertad a todos los presos políticos mapuche, por el derecho a una educación multicultural y por el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios, también son nuestras banderas de lucha. Como agrupación, brindamos todo nuestro apoyo a la lucha del pueblo mapuche, como lo hemos hecho en Temuco durante estas movilizaciones, y como lo haremos a lo largo del país, en las calles y en liceos, facultades y lugares de trabajo.


¿Cuáles son los obstáculos que tenemos para organizarnos en los lugares de estudio y trabajo? ¿Cuáles fueron los obstáculo que tuvimos para triunfar en la histórica movilización que protagonizó la juventud el 2011? No cabe duda que la derecha en el gobierno, y la concertación hacen de todo para derrotarnos y sacarnos de las calles. Nos invisibilizan, nos humillan, nos reprimen, y cuando se ven acorralados nos sonríen e invitan a mesas de diálogo y al parlamento. En los lugares de trabajo son los supervisores y los jefes los que hacen de todo para que no nos organicemos, ¡ni siquiera podemos hablar libremente de lo que queramos! Y cuando tratamos de alzar la voz y organizarnos, de inmediato vienen las amenazas, los chantajes y los despidos. Esta es la verdadera dictadura que se vive en la mayoría de los lugares de trabajo. En las universidades son las autoridades las que persiguen y criminalizan a los más combativos, con sumarios y amenazas. En los liceos no nos dejan ni siquiera vestirnos como queramos, hablar de política o cuestionar la disciplina y el orden establecido. Si nos organizamos políticamente, de inmediato nos persiguen o nos expulsan. Justamente si nos organizamos es para enfrentarlos a ellos, y sabemos que no podemos confiar en quienes nos quieren aplastar día a día. Sabemos de su intransigencia, y desde el primer momento que salimos a luchar sabemos que no están dispuestos a ceder en nada. Sabemos que todo de-

pende de nuestra fuerza y organización como estudiantes y trabajadores. Pero es justamente en nuestras organizaciones que nos encontramos con el obstáculo de la burocracia sindical y estudiantil. En los sindicatos vemos cómo los dirigentes burocráticos deciden a nuestras espaldas, negocian con los jefes o cuando vamos a huelga no desarrollan toda la fuerza que tenemos los trabajadores para así poder negociar. Vemos cómo la CUT, dirigida todos estos años por la concertación y el Partido Comunista, funciona con cúpulas burocráticas que terminan llevando nuestras movilizaciones al parlamento. Estamos convencidos que el 2011 podríamos haber ganado la educación gratuita. ¡Hace decenas de años que no se veían movilizaciones tan grandes, enfrentamientos masivos con la policía, un apoyo aplastante de la población a nuestras demandas y un gobierno completamente deslegitimado! El gran límite que tuvimos fue la burocracia de las Juventudes Comunistas y la sectores pro Concertación que mantuvieron una CONFECH completamente cerrada a una treintena de dirigentes, que nos llamaron a negociar y a no exigir la gratuidad como un piso mínimo, que no impulsaron la unidad con los trabajadores desde la base, que impulsaron la vuelta a clases y la desmovilización, que terminaron confiando en los parlamentarios de la concertación, llevándonos a un callejón sin salida en el parlamento. Pero tampoco los sectores “disidentes” de la CONFECH, o los dirigentes de la ACES y la

—9—

CONES, impulsaron la organización desde las bases, mantuvieron una CONFECH cerrada, también hicieron un llamado a rectores y parlamentarios y no impulsaron una unidad real con los trabajadores, pese a que tenían mayoría en el CONFECH. Lamentablemente se limitaron a ser una “burocracia de izquierda”. ¡No podemos seguir aceptando que unos pocos decidan por nosotros a puertas cerradas y nos lleven a la derrota! ¡Abajo la burocracia! Fuimos miles los que cuestionamos esta política en las calles, miles los que pese a los intentos de movilización seguimos copando las marchas, que enfrentamos a la burocracia, que buscamos confluir con los trabajadores en esta lucha. La Agrupación Combativa y Revolucionaria surge justamente de este proceso y seguiremos luchando por acabar con la burocracia estudiantil y sindical, para que nuestras federaciones, centros de estudiantes y sindicatos sean verdaderas herramientas al servicio de nuestras luchas y reivindicaciones e impulsen activamente la democracia directa, es decir, la organización basada en delegados mandatados y revocables por asamblea. Planteamos la necesidad de recuperar la CUT y la CONFECH para estos objetivos, y luchamos por la unidad de los secundarios, dejando atrás la burocracia, los divisionismos y los caudillismos.


Bárbara Brito, Consejera FECh de la Fac. de Filosofía y Hdes. (Militante de la ACR y del PTR) Dando un saludo en el acto político que conmemoró los 10 años de control obrero de Zanón en Neuquén, Argentina

Afiche para las elecciones FEUSACH—Lista D, compuesta por compañeros de la ACR y estudiantes combativos anti-burocr


r racia

Secundarios de providencia retomando su liceo contra las medidas del alcalde derechista Labbe, quien expulsó a estudiantes externos a la comuna y llenó de policías el recinto

Paro Nacional del 24 y 25 de agosto. Jornada de confluencia entre trabajadores y estudiantes. En este paro Carabineros asesinó a Manuel Gutiérrez cerca de las barricas dispuestas en su barrio

Jornada de protesta del 4 de agosto. El gobierno derechista suspende el derecho a la reunión en espacios públicos militarizando plazas y calles. La juventud respondió con barricadas y largas horas de enfrentamientos. Las familias en respuesta a la represión durante la noche organizó cacerolazos a lo largo de todo Chile

Campaña contra el cierre del liceo A-90 gestionado por su comunidad. Alcades de derecha y la Concertación en represalia a la lucha inicio expulsiones masivas y cierres de liceos públicos


Para nosotros, la lucha por la auto organización de los estudiantes y los trabajadores no es un formalismo, no es una mera propuesta de orgánica. A su vez, la lucha contra la burocracia no se trata sólo de eliminar métodos engorrosos de organización. Estamos convencidos de que sólo la fuerza organizada de los estudiantes y los trabajadores, basada en la lucha y movilización, podrá

hacernos triunfar. No confiamos en que parlamentarios de la concertación podrán “representar” nuestras demandas si los logramos presionar, tampoco creemos que la solución pase por encontrar mecanismos que permitan que la movilización tenga una puerta de entrada en la institucionalidad. Creemos, por el contrario, que en la medida que seamos nosotros mismos quienes nos organicemos

desde la base, levantando organismos fuertes, democráticos y de lucha de mano con los trabajadores, podremos conseguir nuestras demandas y doblarle la mano al gobierno. Así lo demuestran los grandes procesos de lucha a lo largo de la historia, como la organización de los trabajadores en cordones industriales durante los setenta, que hicieron temblar a los empresarios.

Chile es uno de los países más conservadores del mundo, la iglesia y la derecha han estado presentes con su atrasada moral sobre nuestras vidas. Las mujeres y la diversidad sexual son las/os más castigadas/os por esta discriminación y opresión. La lucha de la juventud por educación gratuita, estos 7 meses de movilización ha roto con el esquema conservador que nos ha impuesto las iglesias. La diversidad sexual se ha dejado ver entre los estudiantes, y ha empezado a emerger el cuestionamiento a las relaciones de parejas preparatorias del matrimonio y de la familia, abriendo paso a relaciones más libres por fuera de los cánones tradicionales y conservadores. La derecha y la iglesia esta presente en nuestra menguada y desinformada educación sexual en los colegios y liceos. A los estudiantes de la diversidad sexual se les persigue, hostiga y expulsa, porque la mentalidad medieval de los sostenedores y directores piensa que la sexualidad libre es algo malo, y por tanto una terrible influencia que debe ser extirpada de los

liceos. Desde la Agrupación Combativa y Revolucionaria luchamos por los derechos de la diversidad sexual, por terminar con la homofobia, por el democrático derecho de matrimonio igualitario y adopción por parejas del mismo sexo; por una sexualidad libre sin ningún tipo de opresión y represión de las normativas sociales impuestas por la iglesia y la derecha, y sostenida por los sectores de consenso social. Las mujeres son las que cargan con una doble jornada laboral, por un lado en los trabajos y por otra en los hogares, garantizando con trabajo no remunerado la renovación de la fuerza de trabajo (descanso, comida, vestimenta limpia, crianza de las nuevas generaciones, etc.). Las mujeres están condenadas en el capitalismo a recibir menores salarios que los compañeros varones por el mismo trabajo; condenadas a realizar trabajo gratuito en el hogar o tener los trabajo más precarios; condenadas a ser las más pobre entre los pobres. Por eso desde

Agrupación Combativa y Revolucionaria luchamos contra toda violencia hacia la mujer. La derecha, la iglesia y en especial los empresarios condenan a nuestras compañeras a soportar las discriminaciones y presiones machistas. Salarios bajos para las jóvenes trabajadoras, discriminación por ser madre tanto en los puestos de trabajo como las universidades y liceos. Impusieron que nos miraran como objetos sexuales o como objetos reproductivos. Cada condena que nos somete el machismo, es una condena útil para el capitalismo, que se expresa en nuestros bajos salarios, impedimento de trabajo y estudio, precarización laboral, publicidad sexista, etc. Ni los gobiernos de la Concertación ni menos de la Derecha, se han preocupado por los derechos de las mujeres, solo nos han entregado falsas promesas, el post natal de 6 meses termino siendo un engaño, las trabajadoras no tienen incidencia en su sueldo, siendo este una determinación entre la empresa y el estado.

—12—


De igual modo, pretenden que las mujeres no podamos decidir sobre nuestro cuerpo. En Chile hasta 1989 el aborto terapéutico era legal (desde 1937), y fue la dictadura que nos arranco este derecho mínimo a las mujeres, hoy los partidos patronales de la derecha y la concertación lo utilizan populistamente queriendo posar de falsos amigos de las mujeres trabajadoras, pobres y estudiantes. Sin embargo se callan la boca frente a la criminalización, muertes, secuelas físicas y psicológicas de los abortos clandesti-

nos, mientras las mujeres ricas acceden a este derecho en sus clínicas privadas y con médicos de cabecera. No nos dejan decidir sobre nuestras cuerpos, el embarazo adolescente por falta de educación sexual, es pan de cada día, lo que nos empuja a cargar con un hijo a temprana edad, dejar los estudios, o trabajar soportando la precarización y la explotación. Desde la Agrupación Combativa y Revolucionaria luchamos por los derechos de las mujeres: Por los derechos maternales, por salas cunas

y jardines infantiles en todos los lugares de estudio y trabajo; por derecho a anticonceptivos gratuitos y de calidad; Por educación sexual sin la moral de la iglesia; No aceptaremos la normalización del abuso y los acosos sexuales; luchamos por aborto legal, libre, seguro y gratuito para toda mujer que lo requiera: Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

Basta de opresión a la juventud, a defender y luchar por nuestros derechos

estemos toda nuestra vida encerrados en los lugares de trabajo, o estudiando frenéticamente para sacar una carrera. Quieren imponer el individualismo, quieren que nuestras relaciones se basen en la mercantilización de nuestras vidas y deseos. Quieren imponernos una forma de vivir, en el matrimonio, en los valores de la familia y el hogar. Quieren adormecernos para que no nos levantemos, para que no cuestionemos todos los aspectos de esta sociedad. Detrás de la publicidad, la televisión y los discursos morales y conservadores se esconde la explotación y miseria de miles, los abusos sexuales, las desigualdades, los abusos patronales, las deudas, la represión. Y es que todo esto es servil para mante-

ner la dominación de los empresarios. Pero la juventud, que hemos protagonizado este nuevo despertar político y social, ya no nos conformamos con aceptar la misma rutina de siempre. No seguiremos aceptando esta vida que instalaron en la dictadura y que mantuvo la concertación. Queremos acabar con todas las barreras y pasar por encima de la represión y el conservadurismo de los poderosos. Como Agrupación Combativa y Revolucionaria luchamos por los derechos de la juventud, por la libertad sexual, por el derecho a divertirnos libremente, por el derecho al libre acceso al arte y la cultura.

Quieren que nos acostumbremos a la cotidiana opresión que se ejerce sobre la juventud. La represión no se ve sólo en las marchas, sino que también en los distintos ámbitos de la vida: En la discriminación a la diversidad sexual, en la opresión de género, en la “disciplina” represora que se impone en los liceos, en que no podemos vestirnos como queramos, en que no nos dejan vivir libremente nuestra sexualidad, en que no dejan que nos tomemos una cerveza en la calle, que hasta cuando tratamos de divertirnos llega la policía a registrarnos, a reprimirnos o sacarnos multas. Todos los días nos bombardean por la televisión con publicidad, con consumismo, con modelos de belleza preestablecidos, con modelos de éxito. Quieren domesticarnos para que

—13—


Esta hipocresía y represión la vemos en el caso de las drogas. Pese a su ilegalidad, muchos jóvenes consumen drogas por diversos motivos, y el Estado mantiene su prohibición mientras ampara en el negocio del narcotráfico. Esto lo vemos en las poblaciones, en donde las drogas y el narcotráfico son una excusa para realizar ofensivas represivas de mano de la policía y la PDI para coartar las más básicas libertades democráticas. Se llenan la boca con la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia, mientras sabemos que reina la corrupción y la injerencia de sectores del Estado en el sucio negocio de la droga. La ilegalidad empeora todo lo que la producción legal supone. Es sabido también cómo el imperialismo yanqui utiliza como excusa el narcotráfico para la injeren-

cia política y militar en diversos países de Latinoamérica, como Colombia, Bolivia. Una de las drogas más frecuentes entre la juventud es la marihuana, mientras los hijos de los ricos pueden divertirse libremente sin riesgo a ser detenidos, a nosotros nos condenan a la opresión y la represión. Mientras ellos pueden acceder con facilidad a marihuana natural, el prensado, que es mucho más dañino y adictivo es el que se vende masivamente a la juventud trabajadora y estudiantil. Por lo mismo, exigimos la inmediata legalización de la marihuana y la liberación de todos/as los/as jóvenes detenidos/as por su tenencia, porque rechazamos la penalización y que el Estado decida sobre lo que podemos hacer o no con nuestras

vidas. No somos ajenos a la terrible realidad que viven miles de jóvenes, sobre todo pobres, que no tienen ningún proyecto de vida y caen en fuertes adicciones escapando de las miserias de este sistema con basuras adictivas y mortíferas como la pasta. Los capitalistas quieren que la juventud sea sumisa y obediente: nos prefieren adictos y dependientes antes que organizadores de la rebeldía. Pero a la par denunciamos que toda prohibición no es más que una política para el disciplinamiento social y el control sobre nuestros cuerpos por parte de la clase que nos domina y su Estado. ¡Los únicos que tienen derecho a la diversión y el placer son los hijos de los ricos!

Como jóvenes trabajadores y estudiantes, hemos visto durante toda nuestra vida cómo responde el Estado ante cualquiera que atente contra los intereses de los poderosos. Lo vimos durante los gobiernos de la Concertación, la “transición a la democracia” post dictadura que arrojó más de 60 personas muertas en manos de Carabineros, PDI o FFEE, lo vemos hoy, con un gobierno de Derecha, a la que no le tiembla la mano cuando se trata de dar la orden a sus perros guardianes, como sucedió con Manuel Gutiérrez,

un joven de 16 años que fue asesinado por los pacos la noche del 25 de Agosto. Lo vemos y vivimos diariamente en nuestros trabajos y lugares de estudio, en nuestras pegas, cuando los supervisores nos denuncian ante los patrones, donde no podemos ni siquiera sentarnos 5 minutos durante nuestras largas jornadas laborales, en nuestros liceos, con los brutales desalojos, en nuestras facultades, cuando entran FFEE destruyendo todo a su paso. En Chile los más básicos dere-

chos democráticos son reprimidos, como el derecho a la protesta sin previo aviso que está prohibido en los hechos por el Decreto Supremo 1086 aprobado durante la dictadura. Estos 7 meses de movilización hicieron que se levantara una juventud sin miedo. El 4 de Agosto fue la expresión concreta del actuar represivo del gobierno, con dos convocatorias, ambas fuertemente reprimidas, los estudiantes no permitimos otro “no” como respuesta y salimos igual:

—14—


Incontables guanacos, zorrillos, bombas lacrimógenas en colegios y facultades, incontables barricadas y un movimiento estudiantil que ponía el cuerpo y que demostraba estar dispuesto a todo en la lucha por la educación gratuita. Esa noche, miles de personas a nivel nacional salieron a tocar las cacerolas en señal de aprobación a la movilización estudiantil, y en rechazo a la fuerte represión por parte del gobierno. La policía atropellando a nuestros compañeros en las calles, lacrimógenas volando por sobre nuestras cabezas, carabineros intentando ingresar a liceos y facultades en toma, donde los jóvenes nos refugiábamos y organizábamos para volver al combate, un combate de masas. Luego, el 24 y 25 de Agosto, donde nuevamente los jóvenes demostramos que no nos pondríamos de rodillas ante la bota policial. Cortes de calle masivos y preparados, la importancia de la lucha callejera quedó al descubierto. Cada barricada prendida, era un grito de lucha de los miles de jóvenes movilizados a nivel nacional. Así fue como la no-

che del 25 pasó a la historia; ni carabineros, ni PDI, ni FFEE pudieron controlar lo que sucedía, como respuesta, asesinan a Manuel Gutiérrez, un odio se apoderó de nosotros, y salimos sin miedo a levantarnos contra la represión que ya anotaba su primera víctima. Hoy, su asesino goza de total impunidad, pues se encuentra en libertad gracias a la corte Marcial. Este año ha demostrado cuál es el rol de Carabineros, la PDI y FFEE, que se pusieron contra nosotros para defender los intereses de los empresarios y las clases poderosas, ha demostrado también la impunidad de la que gozan los asesinos de ayer y hoy, como Millacura, el asesino de Manuel Gutiérrez. Luego de las movilizaciones el gobierno salió ofensivo con represión a quienes estuvimos luchando, con expulsiones de secundarios, cierres de liceo y con un Hinzpeter vociferando e impulsando nuevas leyes represivas. Porque nosotros nos levantamos como una juventud contra la represión, que le dice basta a la

—15—

impunidad, y que pelea por el juicio y castigo para los represores de ayer y hoy, contra la criminalización a los estudiantes que se movilizaron, contra los sumarios, las expulsiones y cualquier tipo de punición contra los luchadores. Luchamos por la inmediata liberación de todos los presos políticos y por el desprocesamiento de todos ellos. Estamos en primera línea en la lucha contra la represión, para lo cual creemos en la importancia de la lucha callejera. Creemos que las marchas, los cortes, las barricadas deben ser masivas y organizadas, y no actos descolgados de unos pocos, y así lo demostramos en la jornada de preparación de los cortes del 24 de agosto, donde fuimos activos impulsores de asambleas masivas para discutir y organizar la lucha callejera entre todos, votando en las mismas asambleas Comités de Autodefensa, para así enfrentar la represión y vencer en la calle en base a la propia fuerza de estudiantes y trabajadores.


La dictadura de Pinochet, instaurada a punta de fusil en 1973, fue una de las más sanguinarias en América Latina, con un total de más de 3000 personas asesinadas, con la destrucción de la organización de los trabajadores y estudiantes, con las persecuciones, las torturas y los exilios tanto a militantes de la izquierda, como a trabajadores, estudiantes y pobladores organizados. Mujeres, hombres y niños vivieron en carne propia las múltiples violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura de Pinochet para poder poner en pié el neoliberalismo en Chile. Hoy, con la histórica movilización que levantamos los estudiantes durante 7 meses, la herencia pinochetista quedó completamente al desnudo, y es que la educación de mercado es uno de los pilares en los cuales se sostiene el neoliberalismo en Chile, donde la dictadura pinochetista fragmentó y desmanteló universidades estatales que antes eran gratuitas, abriéndole el paso a la privatización, esto no sólo con la educación, sino también con la salud, la vivienda, el transporte. Es decir, la dictadura asentó las bases de la privatización en Chile, permitiendo que los empresarios agrandaran sus bolsillos a costa de la

explotación, los salarios de hambre, destrucción de la organización sindical. Por su parte, los gobiernos de la Concertación no sólo mantuvieron intacta la Constitución de 1980, sino que la profundizaron, manteniendo un código laboral herencia de la dictadura, implementando activamente la subcontratación, manteniendo la LOCE y luego impulsando la LGE con la derecha (que es la misma ley con otro nombre), manteniendo la brutal represión sostenida para velar por los intereses empresariales con garras y dientes, la prohibición del aborto en todos sus términos y la opresión a la mujer. La Concertación intentó naturalizar a toda costa la herencia pinochetista bajo el nombre de “democracia”. Durante las movilizaciones quedó muy claro que la derecha en el gobierno es la heredera directa de la dictadura. Somos parte de la juventud combativa y revolucionaria que hoy se alza en pié de guerra contra toda la herencia pinochetista. Somos parte de esa juventud que vive en carne propia esta herencia pinochetista todos los días, en lo más cotidiano de nuestras vidas y que perdió el miedo a luchar por derribarla. Si algo quedó claro en esta movilización, es que los empresarios, la derecha y la Concertación de-

—16—

fenderán con uñas y dientes su negocio. Nos quedó claro que cuando exigimos nuestros derechos más básicos, como la educación gratuita, estabilidad laboral, mejores salarios, nos enfrentaremos a todo un régimen político, a los empresarios y sus medios de comunicación, su policía, sus partidos y su gobierno, que no están dispuestos a ceder en nada. A diferencia del resto de las organizaciones, como las Juventudes Comunistas, no creemos que será de mano a la concertación, reforma tras reforma, pasito tras pasito que avanzaremos a conseguir nuestras demandas. No creemos que debamos idear mecanismos para que la institucionalidad nos escuche, como es la propuesta del plebiscito que deja intacta la constitución de Pinochet. Nosotros decimos muy fuerte ¡si queremos ganar, hay que ir por todo! ¡Debemos derribar toda la herencia del pinochetismo! ¡Ni derecha ni concertación! Sólo con la fuerza de trabajadores y estudiantes organizados podremos imponer nuestras demandas. Y es justamente este régimen político y la herencia pinochetista la que hoy está en cuestión.


En todas partes surge el cuestionamiento al neoliberalismo, al régimen, a las desigualdades, las privatizaciones y la represión. Las instituciones están profundamente deslegitimadas, en la micro, en los pasillos de nuestros lugares de estudio y trabajo escuchamos el descontento frente a la derecha y la Concertación. Y es que la situación no da para más, y es deber de la juventud combativa que este descontento se exprese en la calle, que nos organicemos junto a los trabajadores con una política que cuestione los pilares de este régimen y el neoliberalismo, para así efectivamente derribar toda la

herencia pinochetista. Esta es la lucha que damos cotidianamente como agrupación, en los liceos, facultades y lugares de trabajo. Enfrentamos la educación de mercado, el negocio en la salud, la precariedad laboral, los abusos cotidianos de los empresarios, la represión, la opresión hacia la mujer y la diversidad sexual, etc. No queremos reformar ni democratizar este régimen, queremos derribarlo. Por lo mismo, planteamos la necesidad de luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, basada

—17—

en nuestra propia movilización y no impuesta desde arriba, para discutir abiertamente todas nuestras problemáticas, la educación, salud, vivienda, trabajo y liquidar la herencia pinochetista. Sin embargo, creemos que la resolución íntegra y efectiva de nuestras necesidades y reivindicaciones se dará en la medida que acabemos con el capitalismo e implantemos una sociedad gobernada por los trabajadores y el pueblo.


Los tiempos están cambiando. Desde chicos trataron de convencernos que la historia se había acabado, que ya no era posible realizar transformaciones profundas, que el capitalismo era la única opción viable y que la época de los levantamientos, la lucha de clases y las revoluciones había terminado. Hoy vemos cómo el mundo se sacude con una profunda crisis económica. Desde hace tres años que se inició esta crisis histórica que ha llevado a la quiebra a grandes bancos y financieras internacionales. Son millones los que se han visto afectados por los despidos, por el remate de casas, por la carestía de la vida, por los ajustes fiscales y la flexibilización. Pero esto es sólo un inicio, pues todas las voces anuncian que se vienen tiempos más turbulentos. Los gobiernos capitalistas de todo el mundo empiezan a alarmarse y a prepararse, ¿y cuál es la conclusión inmediata que sacan? Que la crisis la tienen que pagar los trabajadores y los sectores populares. Es así que vemos cómo se anuncian nuevos recortes fiscales en Europa y el mundo, atacando las pensiones, la educación pública y la estabilidad laboral. Vemos cómo las grandes potencias desembolsan multimillonarias sumas para salvar a los bancos, mientras precarizan las condiciones de vida de millones de trabajadores. ¡Son ellos los que generaron la crisis en base a la explotación de millones, y ahora quieren que la paguemos nosotros! Pero la indignación va en aumento y contagia a los trabajadores y la juventud del mundo entero. Es así cómo las movilizaciones, las marchas, las barricadas, los enfrentamientos, los acampes empiezan a copar las calles de distintas ciudades. La juventud ha sido protagonista de estos procesos, y la hemos visto combatiendo en las calles de Grecia. Hemos visto a los estu-

diantes en diversas ciudades de Europa, hemos visto a la juventud poniendo el cuerpo en los levantamientos en el medio oriente. La palabra revolución empieza a instalarse, al ver cómo las dictaduras de Túnez y Egipto, avaladas por Estados Unidos y las potencias europeas, son derribadas por la movilización popular. Y es que la lucha que protagonizamos los cientos de miles de jóvenes y estudiantes en Chile, es parte de esta nueva primavera. Esa juventud que sale a combatir a la policía y armar barricadas en Grecia, es la misma que acá enfrentó la dura represión. Esa juventud combativa y revolucionaria que dijo ¡basta! a las dictaduras en medio oriente, es la misma que salió con todo a la calle a cuestionar la herencia del pinochetismo. Esa juventud que salió a detener la privatización de la educación en Colombia, es la misma que luchó por educación gratuita en Chile. La juventud combativa que empieza a despertar en el mundo entero, enfrentando la represión y a los capitalistas somos una sola. Los trabajadores no tienen frontera. La crisis mundial ya golpeará Chile, pues no existe país que pueda “blindarse” de esta crisis histórica, es urgente prepararnos para que ésta no sea descargada sobre los hombros de los trabajadores y la juventud. Es por esto que como Agrupación Combativa y Revolucionaria levantamos las banderas del internacionalismo. Somos claros: nuestra lucha es contra el capitalismo que lanza a la explotación y miseria a millones de trabajadores y jóvenes, ofreciéndonos una vida “sin futuro”. Seremos los primeros en enfrentar los ataques del imperialismo y los capitalistas hacia la juventud de los distintos países. Creemos que nuestra lucha a nivel mundial es una sola y debemos ganarla codo a codo con los traba-

—18—

jadores y jóvenes del mundo entero. Esto lo llevamos a la práctica forjando lazos con la juventud de los distintos países, solidarizando activamente con las luchas y demandas de estudiantes y trabajadores de todo el mundo. Múltiples han sido las muestras de apoyo internacionales que hemos recibido los estudiantes en lucha. Una muy significativa es la que han realizado los obreros de Zanón, fábrica que fue recuperada por sus trabajadores durante el 2001, y que desde la fecha hasta el día de hoy funciona bajo gestión de los trabajadores, sin patrones ni jefes. Dirigentes del sindicato ceramista viajaron especialmente a un foro organizado por el PTR en la toma de la Casa Central de la Universidad de Chile, han demostrado su repudio a la represión que cobró la vida de Manuel Gutiérrez, invitaron a Bárbara Brito, militante de la ACR, al acto de conmemoración de 10 años de control obrero, demostraron su más activa solidaridad con la lucha de estudiantes, profesores y apoderados del Liceo A90, entre muchas otras cosas. Así entendemos el internacionalismo y la unidad entre trabajadores y el resto de los sectores. La gestión obrera nos enseña cómo responder ante los golpes de los capitalistas, por lo mismo luchamos por la renacionalización del cobre bajo control de los mismos trabajadores, para, por ejemplo, financiar una educación pública y gratuita. ¡Viva la lucha de trabajadores y estudiantes en el mundo entero!




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.