Suplemento pyr 39

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¡ABORTEMOS LA HERENCIA DE PINOCHET! EN ESTAS ELECCIONES: VOTA NULO

Pan y Rosas en las Elecciones FECH 2013 // Por un Aborto Legal y Gratuito // Las Luchas Obreras y las Mujeres Trabajadoras NOVIEMBRE 2013 / N° 39 /COLABORACIÓN VOLUNTARIA

Las elecciones, los “temas valóricos” y las demandas de la mujer y la diversidad. Natalia Cruces A pocos días de las elecciones presidenciales, los llamados “temas valóricos” han sido una parte fundamental del debate político entre los diferentes candidatos, es que se ven obligados a responder a las demandas que miles de jóvenes, mujeres, estudiantes y trabajadores han instalado en la política nacional.

Estado, Partidos y Elecciones El aborto y la discusión sobre el matrimonio igualitario son dos de los temas que han provocado más debate entre los diferentes candidatos y también en la Iglesia. Según la última encuesta CEP, un 63% apoya el aborto terapéutico y en caso de violación y un 36% está de acuerdo con el matrimonio igualitario. Además, un 40% apoya la despenalización de la marihuana. Otros datos importantes son que un 74% de la población apoya la demanda de educación gratuita, un 83% nacionalizar el cobre y un 85% está por reducir las diferencias de ingreso (www.emol.com). Es que la lucha estudiantil del 2011, la emergencia de la juventud sin miedo, las importantes luchas obreras que hemos visto los últimos meses, las decenas de miles que hemos marchado en las calles por los derechos de la diversidad, exigiendo justicia para Daniel Zamudio o apoyando la demanda por el derecho al aborto,han hecho entrar en crisis a los pilares de la herencia de la dictadura: la educación de mercado, el conservadurismo, el código laboral anti obrero, la falta de derechos democráticos, sexuales y reproductivos. El régimen de la democracia para ricos, que durante

más de veinte años conservaron la Concertación (hoy Nueva Mayoría más el PC) y la derecha. Desde el 2011, la misma juventud que se tomaba los colegios y universidades y salía a las calles a enfrentar la represión, exigiendo el derecho a la educación gratuita, se organizó para exigir derechos para la diversidad y para la mujer. Surgieron nuevos colectivos como La Quimera, A Quemar el Closet, Las Putas Babilónicas, las COLAS y tantos otros, visibilizando las demandas de la diversidad y la disidencia sexual, acosada por la discriminación, la violencia estatal y social (como vimos en el caso Zamudio), la moral conservadora y patriarcal que nos imponen las iglesias católica y evangélica, las burlas de los programas de televisión, etc. Se organizó también la Coordinadora por la Disidencia Sexual (CODISEX, que integramos como PyR), que convocó a funas y manifestaciones, enfrentando también las voces oficiales es de Iguales y el MOVILH, que siguen confiando en las presiones al parlamento, cuando incluso Bachelet, que para ganar más votos habla de matrimonio igualitario dice que primero hay que hacer una gran discusión y que tampoco

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“un presidente nunca puede garantizar que una ley se apruebe” (www.emol.com, 31.10.2013), tratando de no molestar mucho a sus socios de la DC que, como indicó su presidente Ignacio Walker, van a defender a rajatabla el matrimonio heterosexual. Solo vamos a conseguir estas demandas democráticos con miles en las calles, luchando por nuestros derechos, pero también, como planteamos desde la Codisex, con la consigna “Ni derecha ni Concertación” sino solo confiando en nuestras propias fuerzas y organización. En el caso de las demandas de las mujeres y las trabajadoras, vimos que tanto en los gobiernos de la Concertación como la derecha poco y nada se avanzó en nuestros derechos. Los mismos que ahora prometen aborto terapéutico (hoy Nueva Mayoría) fueron incapaces en 20 años de hacer nada por nosotras. Hoy prometen porque tienen que conseguir votos. La Concertación y la derecha son responsables de condenar a miles de mujeres a abortos clandestinos, a enviar a la cárcel a mujeres por practicarse un aborto, a hacer parir a niñas violadas por no tener derecho a abortar. Ellos son los responsables también de que no exista educación sexual en los colegios, ni anticonceptivos gratuitos para prevenir el embarazo, de seguir discriminando a la diversidad y negarle sus derechos. Lo mismo con nuestros derechos como trabajadoras. Las mujeres estamos en los trabajos más precarios y peor pagados, como mano de obra barata, sin derecho en muchos casos a sindicalizarnos

debido al Código laboral anti obrero que viene de la dictadura. ¡Ahora Bachelet dice que va a fortalecer los sindicatos! Cuando lo único que hizo fue profundizar la precarización y el subcontrato, darnos migajas de bonos cuando el problema está en los salarios de hambre, en el costo de la salud y la educación. Lo vimos hace poco en la huelga de Integra, de Correos, el registro Civil y de Montserrat, donde gran parte de lxs trabajadorxs eran mujeres: en todos estos lugares enfrentamos la subcontratación, la precarización, los bajos sueldos, la falta de derechos sindicales. En las mujeres trabajadoras recae la doble explotación de género y clase a las que nos condena el capitalismo y el patriarcado. Y en el caso de la diversidad se suma la discriminación y la falta de trabajo. En las mujeres y la diversidad recae también la violencia de género, la violencia de clase y la violencia política del Estado. Los casos de femicidio y violencia intrafamiliar se mantienen altos en nuestro país, basados en la idea de que la mujer es un objeto, que le pertenece al varón o que es inferior. La violencia de clase se vive cotidianamente en los bajos sueldos, la falta de trabajo, la precarización o la subcontratación. La violencia política del Estado la vemos en cada movilización y lucha, cuando a las estudiantes las abusan en las comisarías, cuando los pacos entran a las comunidades mapuche a golpear a mujeres y niñas, cuando a las trabajadoras las reprimen por luchar.


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