En esto de narrar, la sorpresa tal vez sea lo más específico, tanto en un cuento como en un relato. Solemos presenciar maravillados
como un cuenta-cuentos oral nos va llevando por sus caminos sinuosos hasta darnos un golpe definitivo. Pero acá, en la lectura, si ponemos atención, siendo similares los recursos del narrador, al no contar con los gestos y las pausas, debemos los
lectores ingeniarnos para dar el tono justo.