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Si los cambios se van a dar contigo o sin ti, ¿por qué mejor no
por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”.
Pero esto no exime al resto de los miembros del Cuerpo de Cristo en la edificación mutua que se deben pues, como escribe Pablo en su primer carta a los de Corinto, “pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.
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Esta responsabilidad que tenemos unos para con otros en la iglesia de Dios nos fue señalada por nuestro Señor cuando señaló “por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”, de igual forma Pablo confirma esto al escribir a los de Galacia diciendo “hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
“¿Y cuál es la meta de todo esto?” —podrá alguien preguntar, la respuesta es “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”, en tanto no se cumpla esto aún hay trabajo por hacer referido a ese liderazgo fraternal que nos debemos los unos con los otros, después de todo un buen líder sabe que el logro de sus metas está en función de que sus seguidores logren las de ellos.