Ebook vitivinicultura y enologia

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EBOOK

VITIVINICULTURA Y ENOLOGÍA

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO EMPRESARIAL Y PEDAGOGICO INTEGRANTES:     

Del Valle Anzures Roberto Carlos Garrido Medica Lucely Daniela Loza Ramos Kabha Saghat Sánchez Thomas Roxana Suárez Casarrubias Denice

GASTRONOMÍA Profesor: Chef Mario Cisneros Flores Diciembre 09 del 2017


INDICE        

INDICE. RESUMEN. INTRODUCCION. NATURALEZA Y DIMENSION DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN. MARCO TEORICO. DESARROLLO … HISTORIA DEL VINO ELECCION DE LOS VINOS.  Los vinos blancos  Los vinos tintos  Los vinos especiales  Las botellas  Las etiquetas LA CONSERVACION DE LOS VINOS.  La crianza en botellas  El almacenamiento del vino EL SERVICIO DE VINO.  La Temperatura  Como abrir el vino  La decantación  Las decantadoras  Las copas VINOS DE FRANCIA.  Burdeos  Borgoña  Champagne  Alsacia  Loira  Ródano VINOS DE ESPAÑA  Rioja  Cataluña  Castilla y león  Aragón y Navarra  Andalucía


 VINOS DE ITALIA.  Tosana  Italia Central  Sur de Italia  VINOS DE ALEMANIA.  Ahr  Paises de Baden  Franconia  Bergstrasse de Hesse  Renania media  Mose-Sarre-Ruwer  Hahe  Palatinado  Rheingua  Hesse renana  Saale-Unstrut  Sajonia  Württemberg  Frontera  VINOS DE AMERICA.  California  Noroeste de estados unidos  Noreste de estados unidos  Sur y el medio oeste  Canadá  VINOS DE MÉXICO.  Baja California  Sonora  Laguna  Parras  San Juan del Río  Zacatecas  RESULTADOS Y ANALISIS  CONCLUSIONES


RESUMEN El vino (del latín vinum) es una bebida obtenida de la uva (especie Vitis vinifera) mediante la fermentación alcohólica de su mosto o zumo. La fermentación se produce por la acción metabólica de levaduras, que transforman los azúcares del fruto en etanol y el gas en forma de dióxido de carbono. El azúcar y los ácidos que posee la fruta, Vitis vinífera, son suficientes para el desarrollo de la fermentación. No obstante, el vino es una suma de factores ambientales: clima, latitud, altitud, horas de luz y temperatura, entre varios otros. Aproximadamente un 66 % de la recolección mundial de uva, se dedica a la producción vinícola; el resto es para su consumo como fruta. A pesar de ello el cultivo de la vid cubre tan solo un 0,5 % del suelo cultivable en el mundo. El cultivo de la vid se ha asociado a lugares con un clima mediterráneo, no en vano, la mitad de la producción mundial de vino la concentran tan solo 3 países mediterráneos: Francia, Italia y España. La vid que desde la antigüedad se ha cultivado en Europa y la que desde Europa se ha trasplantado a otros continentes para producir vino y uva de mesa es la Vitis vinifera L. Actualmente (2016) con aprox. 1.000.000 de hectáreas de viñedo, España es el líder mundial en superficie cultivada. Castilla-La mancha acoge el 50% del total español. China, con una población cada vez más aficionada al consumo de vino, se ha convertido en el segundo país que más tierras dedica al cultivo de viñedos en todo el mundo (800.000 ha), posición que ha alcanzado tras superar a Francia (790.000 ha) e Italia (700.000 ha) en un intento por satisfacer el rápido incremento de su demanda interna. Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), en 2016, Italia, con 49 Mill. hL, ocupa el primer puesto como productor mundial de vino, seguida de Francia (47 Mill. hL) y en tercer lugar se encuentra España (37 Mill. hL). En América Latina sobresalen Argentina, Chile y Uruguay entre los países que exportan vino a precios muy competitivos y de una alta calidad.


INTRODUCCIÒN Dentro de las distintas y variantes bebidas que han existido durante el transcurso de las épocas ha ido transformando su concepto en cuanto a elaboración se refiere; sin duda nos referimos al vino. Dentro de este trabajo podremos seguir paso a paso la trasformación del vino, a través de su historia y de los diferentes materiales que se ocupan para ello ya que cada botella sabrá diferente puesto que si es verdad que las uvas utilizadas para su elaboración le darán un sabor similar, también es muy cierto que la barrica, la región y el clima le aportaran otros tantos sabores que caracterizaran al vino diferenciándolo de los demás. Analizaremos las principales regiones vinícolas en donde se encuentran los vinos más importantes o de mejor calidad del mundo, sin más dejamos a su disposición el presente proyecto

NATURALEZA Y DIMENSION DEL TEMA DE INVESTIGACION Cuando comenzamos a crear este ebook nuestro equipo se enfocó la difícil labor que esto representaría. ¿Cuántos vinos había? ¿Cómo se define a un vino? ¿Cuál es la diferencia de la gran cantidad de vinos que existen Cuál es la diferencia de la gran cantidad de vinos que existen? Cada integrante del equipo empezó a recabar documentación y escribir sobre los diferentes tipos de vino, ya que detrás de esto hay una gran cantidad de productos Qué son una variedad casi interminable, tales como los vinos tintos, vinos blancos, vinos rosados, y vinos espumosos. En la siguiente investigación encontraremos diversas regiones viticolas del mundo, las cuales nos enfocamos en conocer un poco más de cada una, y cuál es su fuerte en tanto a producción de vinos hablamos.


MARCO TEÒRICO El interés por el vino que muestran cada vez más personas ha hecho que este producto haya adquirido una gran importancia. El vino tiene una larga tradición como aglutinador social. De hecho en un sinfín de culturas y de civilizaciones a lo largo de la Historia, todo se unía en torno al vino. Tanto en ceremonias rituales y religiosas de la antigüedad, como en comidas, cenas y banquetes, el vino es un alimento especialmente compartido y cuyo consumo ha representado un factor de cohesión social. El vino forma parte de nuestra forma de entender la vida. A pesar de ser algo propio de los países de la cuenca mediterránea, en la actualidad está recomendada por la totalidad de las instituciones internacionales debido a sus aspectos beneficiosos para la salud. El vino y sus derivados han tenido multitud de usos a lo largo de la historia. Desde Hipócrates el vino es recurso medicinal, sus derivados como el vinagre sirvieron desde el mundo primitivo para la preparación y conservación de alimentos con el escabechado. Asimismo el vino por su contenido en alcohol, sulfuros, taninos y éteres a lo largo de la historia se ha empleado como antiséptico para curar las heridas. La riqueza de componentes del vino incluye los taninos, grasas, azúcares, trazos de vitaminas, oligoelementos, sobre todo hierro, aminoácidos, ácidos orgánicos y minerales. A esta lista cabría añadir centenares de compuestos entre otros, sustancias flavonoides, ácido salicílico, y antibióticos. Es la única bebida que contiene dos poderosos antibióticos contra las numerosas bacterias productoras de enfermedades infecciosas que penetran en el organismo por vía digestiva: el enidol en tintos y la biotricina en blancos. El primero, con dosis moderadas de vino, mata el bacilo coli en quince minutos. Como en las enfermedades infecciosas, existe una hipocolesterinemia y el alcohol moviliza los lipoides y crea el cuadro contrario, de aquí que esté indicada en este grupo de enfermedades la administración de una copa de vino. El vino en dosis moderadas baja la concentración de colesterol en sangre, estimula la secreción gástrica y tonifica el organismo, además favorece la digestión, es un buen antídoto en la triquinosis, ayuda a conciliar el sueño, y posee ligeros efectos sedantes y analgésicos. Además, a las mujeres, un poquito de alcohol les ayuda a retrasar la osteoporosis al estimular la producci6n de calcitonina, sin olvidar que, en el caso de que sea vino seco, proporciona a los diabéticos energía y baja concentraci6n de colesterol en la sangre y que las personas mayores de 65


años que toman de vez en cuando una copita tienen menos riesgo de sufrir diabetes tipo II. La palabra vino deriva etimológicamente del sánscrito “vena” formada de la raíz ven (amar, por ello Venus es Diosa del amor, y venéreo). Este término dio lugar a otros como “oinos”, en griego, y “vinum” en latín, “wein” en alemán y “wine” en inglés. Del latín procede el termino en el domino de las lengua románicas, vino, vinho, vin, vi etc. El término que relaciona el vino con el amor, se debe a que todas las civilizaciones han considerado que es fuente de vida, de gozo, de amor y deseo de vivir. Parece por tanto lógico que vino, amor y vida tengan entre sí estrecha relación semántica. Algunos sostienen que el término indoeuropeo procede del hurrita (lengua asiánica) del norte de Irak del tercer milenio antes de Cristo. A juzgar por el léxico común de los pueblos indoeuropeos, no es verosímil que los habitantes de las estepas practicaran la viticultura, pues éstas no ofrecen condiciones propicias para el cultivo de la vid. Tampoco podemos saber si el vino llegaba hasta ellos importado de regiones más meridionales. Lo que podemos decir es que no conocemos palabra indoeuropea para designarlo; en las lenguas históricas seutiliza para el 'vino' una palabra viajera. La viticultura y la producción de vino se originaron, según parece, en la zona meridional del Ponto y Asia Menor. Por lo tanto como ocurre en tales casos la palabra debe proceder de alguna lengua de aquella zona, que no sabemos con exactitud. Fuera de la familia indoeuropea, concretamente entre las lenguas semitas, está el árabe y etíope wain, el asirio īnu y el hebreo yàyin una forma protosemítica wainu Sabemos que el término viña apareció, de forma temprana, por vez primera en castellano en el año 980, y la voz vino en 1040. El lenguaje castellano del vino muestra las diferentes influencias culturales, de forma que pueden rastrearse sobre todo derivadas, siendo las voces más numerosas de origen latino (uva, vino, vendimia, lagar, hollejo, copa, beodo, bacanal, el neologismo magnum, racimo, magnum, mosto, fermentación, corcho, cava, odre, orujo, oídio, zarcillo). En otros casos son términos derivados del griego como bodega, el helenismo como agraz, apotheca, arabismos como alcohol, alambique, arrope, azumbre, garrafa, morapio y alquitara. La voz alcohol es de uso universal pues ha pasado a todas las lenguas cultas y al lenguaje científico. Encontramos palabras genuinas derivadas del castellano como terruño, verdejo,


crianza, viduña, aguja, aguachirle, tapón, madre, joven, o añejo. También el francés durante la Edad Media y en los siglos XVIII y XIX tuvo una clara impronta en el castellano, como barril, barrica, botella, banquete, buqué, clarete, cuvée, assemblage, merlot, vinagre, duela, coupage, petillant, grado baumé y sumiller, otras voces proceden del italiano tal sucede con garnacha, chianti, o mistela, del aragonés procede vinatero, y del catalán como brut, novello, moscatel, tonel y borracho, asimismo se debe a un posible origen occitano la voz barral. El término italiano garnacha tiene un especial significado, procede de la región de Vernazza, y significa uva roja que tiene ese color y muy buen gusto. Aunque en menor medida los germanismos están presentes en el léxico del vino como la voz parra, y otras como bocoy, brindis y riestling, incluso del inglés como mildiu y vintage. El vino ha estado vinculado a la religión desde tiempos inmemoriales, especialmente en las culturas y religiones a orillas del Mediterráneo. Desde los cultos primitivos del Neolítico, pasando por el cristianismo, el judaísmo o, incluso, el Islam, ha sido protagonista o complemento en actos litúrgicos. Si rastreamos los orígenes de la relación entre religión y vino, debemos remontarnos al momento en el que la vid (Vitis vinífera) fue domesticada y se extendió su cultivo. El contacto con esta planta y su fruto propició la observación del mismo. Se descubrieron sus efectos embriagadores, sus propiedades nutritivas y medicinales, y se establecieron paralelismos entre su ciclo vegetativo y el curso vital del hombre en sus dimensiones filosóficas y místicas. Tampoco pasó desapercibida la similitud del vino con la sangre. Resulta llamativo cómo el vino adquiere similar simbología y valor en las diferentes religiones. Es una bebida tentadora que alegra, causa euforia, altera la percepción de los sentidos, nos libera momentáneamente de la rutina y de nuestras inhibiciones… Pero también tiene sus riesgos como la adicción o provocar locura, algo de lo que también alertan algunas doctrinas. La vid aparece como símbolo de la eternidad y su cultivo mucho tiene que ver con el paso del hombre por la tierra y su trascendencia. El eterno retorno, la resurrección, el tiempo, la naturaleza y su contrapuesto poder regenerador y devastador… El vino, guardado en barricas bajo tierra es la sangre de la uva, de la vid y de la tierra y, por ende, de la humanidad y sus dioses. La transformación de la imagen y calidad de los vinos durante el último cuarto del siglo XX ha sido notable. Un grupo de esforzados pioneros empezaron a introducir y aplicar las nuevas tecnologías vinícolas acordes con la modernización mundial del sector.


Especialmente en los últimos años, una nueva generación de maestros vinícolas ha sabido unir tradición y calidad con innovación dando lugar a caldos únicos de calidad inigualable que están conquistando el mercado mundial. Hoy en día el vino forma parte de la vida de cualquier persona, con indiferencia del sexo o de la clase social. La Higiene más absoluta se ha convertido en el principal agente para la difusión del vino como artículo de consumo. La enorme variedad de vinos existentes en el mercado da a los consumidores la oportunidad de comprar el vino, como alimento y como fuente de placer. El vino tiene infinitas variedades que supera la oferta de todos los demás productos elaborados, incluso el queso. Detrás de la euforia del sector vinícola están los resultados obtenidos a partir de 1950. Hasta entonces en vino en general era un lujo para pocos o bien un alimento. Se trataba de un producto de minorías, en los vinos selectos, o un producto barato sólo para emborracharse. Después de las dos grandes Guerras Europeas la viticultura empezó a superar las grandes crisis, entre ellas la filoxera que a finales del siglo XIX y principios del XX acabó con todos los viñedos europeos. Desde 1945 dos ideas han presidido la viticultura, ideas que siguen vigentes. En primer lugar la utilización de fertilizantes artificiales, medios químicos y clones productivos que alcanzaron las cantidades deseadas. De otra parte se prestó especial atención a las bodegas, especialmente a la Higiene y el control de la temperatura. Desde 1970 se ha impuesto la idea que los vinos de buena calidad sólo podían obtenerse de cosechas pequeñas y óptima maduración de la uva. Esta dinámica se ha acentuado en la década de los años 1980-90. Así llegan cada vez vinos más convincentes, acogidos con visible entusiasmo por los consumidores. Durante buena parte del siglo XX los cosecheros optaron por la cantidad, y después de la Segunda Guerra Mundial, se ha introducido de forma creciente la mecanización, industrialización y automatización del sector. Durante la década de los años 1970, los viticultores, incluso en Borgoña, todavía preferían la cantidad a la calidad. Sin embargo entre 1980-1990 se produjo un retroceso, muchos viñedos dejaron de cultivarse. La superficie mundial de viñedo pasó entre 1980 y 2000, descendió de 9,8 a 8,2 millones de hectáreas, reducción que afecta sobre todo a Europa. No obstante nuestro continente cuenta con el 65% de la producción mundial. Antes los utensilios eran de madera y la limpieza y transporte resultaban difíciles, oxidándose la cosecha con frecuencia. A partir de 1960 han sido reemplazados por otros más ligeros y modernos. En esta década de los sesenta comenzó una nueva historia del vino en el valle de Napa de California, sectores apartados desde la Ley Seca. Las nuevas técnicas llegaron a Europa desde el Nuevo Mundo. En la década 1950-60 para contrarrestar la calidez del clima reintrodujeron los tanques de acero


y el control de la temperatura para la fermentación. Se introdujo en los viñedos la mecanización, dotados de sistema de riego para racionalizar la gestión. En Europa se empezó a utilizar además de la industrialización proveniente del Nuevo Mundo, la utilización de medios químicos y técnicos (levaduras de cultivo, control de la temperatura por ordenador, diferentes tipos de tanques para la fermentación, prensas modernas, vaporizadores al vacío, ósmosis de inversión, placas de cerámica para la oxigenación del vino fermentado), inventados en buena parte fuera del Viejo Continente. Se plantea una sana competencia entre los vinos de América y Europa, pero también entre los grandes productores y los pequeños bodegueros, y no por ello los vinos de las grandes industrias vinícolas desmerecen de los artesanales. Sin embargo los vinos de pequeñas explotaciones familiares con su cuidada elaboración resultan por su etiquetado, siempre fascinantes. A partir de la década de 1970, frente a la creciente mecanización e industrialización, se ha producido un movimiento ecologista, debido al abuso de pesticidas, funguicidas, herbicidas y productos químicos en general por parte de algunos viticultores. La mayoría de los países europeos existen renombrados productores que elaboran vinos mediante métodos naturales con excelentes resultados. La mejora de la calidad ha sido el factor más destacado en las últimas décadas. El movimiento ecologista partió de Italia, dando un giro en 1970. Mientras la calidad media de los vinos alcanzaban en Europa niveles nunca vistos, los estilos y las clases de vinos se igualaban cada vez más. En Europa, cuno de la viticultura, es donde además de los vinos con más solera y tradición, aumenta de forma considerable el interés por los vinos peculiares y característicos con marcado acento regional y sabor inconfundible. En nuestros días los vinos tienen la tendencia a volverse más finos y elegantes, con menos extracto y con marcado gusto a madera. Todo ello tiene como consecuencia un mercado cada vez más amplio, con una oferta diversificada y rica en variedades, sabores, aromas y matices. El incremento internacional del comercio del vino es innegable durante el decenio 1988 a 1998, pasando las exportaciones mundiales del 50%, de 40 millones de Hectolitros a 60 millones, y con una progresión del valor del 80%. Europa continúa liderando el sector con claro dominio del mercado del 85% en el año 1998, liderado por Francia e Italia, pero en el que España mejora claramente su posición. La globalización del mercado del vino plantea una dura competencia entre los países productores tradicionales y los nuevos productores, que de momento parecen estos últimos favorecidos. Aunque la demanda se estabiliza para los vinos de calidad y tintos, surgen nuevos problemas como la entrada en el mercado de productos agroalimentarios de países de otras áreas y las regulaciones nacionales sobre el consumo de bebidas alcohólicas.


La industria vinícola española ha multiplicado sus exportaciones desde la dé- cada de 1960 y sobre todo desde mediados de la década de 1990; ha desafiado la caída del consumo interno y la competencia exterior hasta convertirse en exportadora neta de vinos desde 2004; y mantiene su Ventaja Comparativa Revelada (VCR) en el mercado global de vinos en un nivel similar al que recientemente presentan las exportaciones italianas y francesas y también al nivel de las exportaciones de los países más innovadores del Nuevo Mundo.


DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÒN HISTORIA DEL VINO La vid tiene unos orígenes inciertos, aunque su antigüedad, está atestiguada por las hojas y semillas fosilizadas aparecidas en depósitos del Paleoceno y del Eoceno. Existen, aproximadamente, 24.000 variedades de vid, de las que solamente, alrededor de 5.000, son variedades claramente diferenciadas; de éstas, únicamente, 150 se emplean de forma generalizada, y sólo 9 variedades producen vinos clásicos. Sin embargo, todas las cepas corresponden al género Vitis, clasificado dentro de la familia conocida indistintamente con los nombre de Vitaceae, Vitidaceae o Ampelidaceae perteneciendo, a su vez, al orden botánico Rhamnales que, también, incluye las familias Rhamnaceae y Leeaceae. El género Vitis se divide en dos subgéneros: Euvitis (la uva genuina) y Muscadinia (cuyo fruto recibe el nombre de muscadina). Las primeras voces que se conservan del vino, probablemente, fueron creadas en Armenia (oini), por Azerbaiyán, comarca en la que parece ser que nació el vino, de donde pasaron a Grecia (oinós) y luego a Roma, cuya voz, vinum, se impuso definitivamente, tanto en lenguas romances, como en la mayor parte de las que no lo son (Jurado, 2001). La vid (Vitis vinifera L.), podría definirse como aquel arbusto o planta leñosa trepadora, caducifolia, que se cultiva por sus frutos comestibles y vinificables. Melífero. Se cultiva en zonas templadas de todo el mundo El vino (vinum) es una bebida obtenida de la uva (Vitis vinifera L.) mediante la fermentación alcohólica de su mosto o zumo. La fermentación se produce, por la acción metabólica de levaduras, que transforman los azúcares del fruto en alcohol etílico y gas CO2. El azúcar y los ácidos que posee Vitis vinifera L. hace que sean suficientes para el desarrollo de la fermentación; sin embargo, el vino es una suma de un conjunto de factores ambientales: clima, latitud, altitud, horas de luz, etc. Aproximadamente, un 66% de la recolección mundial de la uva se dedica a la producción vinícola; el resto es para su consumo como fruta. A pesar de ello, el cultivo de la vid cubre, tan sólo, un 0,5% del suelo cultivable en el mundo. El cultivo de la vid se ha asociado a lugares con un clima mediterráneo. La invención del vino se remonta a épocas prehistóricas, tal vez al nacimiento de las primeras civilizaciones en Oriente Próximo. La humanidad, representada por


seres que trabajan, discuten, aman y sufren, aparece en escena acompañada de una jarra de vino. Nuestra era del vino comienza con los fenicios, que colonizaron el Mediterráneo hacia el año 1.100 a.C., y los griegos hicieron lo propio, 350 años más tarde; fue entonces cuando el vino llegó a los países donde se establecería: Italia, Francia y España. Los griegos, llamaron a Italia el país de las vides sujetas a estacas, del mismo modo, que los vikingos, designaron Vinland a América, por la profusión de vides que hallaron alrededor del año 1000. El Norte de África, el Sur de España, la Provenza, Sicilia, la Península Italiana y el mar Negro poseían ya sus primeros viñedos durante las dominaciones griega y fenicia. Algunos vinos romanos gozaban de unos extraordinarios periodos de conservación, consecuencia de su lograda elaboración. Con frecuencia, se concentraban los mostos mediante calor y los vinos se ahumaban, lo que daría como resultado productos semejantes al Madeira. Las grandes cosechas de Roma fueron objeto de debate y consumo durante mucho tiempo; el famoso Opimiano (del año del consulado de Opimio, 121 a.C.) todavía se consumía 125 años después. Los romanos disponían de todo lo necesario para envejecer el vino; para guardar el vino no se empleaba cristal, y las barricas de madera sólo se utilizaban en Galia. Como los griegos, los romanos empleaban ánforas de barro con capacidad de 25 L. Es razonable suponer que el método romano del cultivo de la vid, conducida sobre árboles, se practica todavía hoy en algunos lugares del Sur de Italia y, muy especialmente, en el Norte y Sur de la Galia. La primera evidencia arqueológica de machacado de las uvas con intención de extraer vino se puede observar en las representaciones del reinado de Udimu (ca. 3000 a. C.) En el Antiguo Egipto la cerveza era más popular que el vino.22 Las primeras variedades semi-silvestres de uva con las que se elaboraron vinos eran rojas y producían vino tinto, pero los egipcios tuvieron la posibilidad de hacer crecer una variedad mutada que permitía elaborar vinos blancos. Fermentaban el mosto en grandes vasijas de barro que estaban abiertas por la parte superior; tras su llenado las sellaban con una tapa del mismo material. Uno de los primeros vinos de los egipcios que se empleaba en las ceremonias religiosas se denominaba shedeh y se sabe que había dos formas de obtenerlo: del zumo de granadas o de uvas, los Egipcios que vivían cerca de Delta celebraban cada año, en la luna nueva, Heródoto menciona que se bebía más vino en ese día que en el resto del año, otro festival similar se celebraba en la luna llena, el vino era considerado un lujo reservado a los sacerdotes y a los nobles, sin embargo en los periodos festivos lo escanciaban hasta los egipcios de las clases más baja, era costumbre cocinar el vino tras la fermentación para evitar su deterioro, todos los


egipcios atribuían la invención del vino al dios Osiris, padre de Horus y dios de la agricultura. El vino se guardaba en ánforas recubiertas en su interior con brea y se sellaban con barro, de tal forma que el vino se conservaba durante años en tales recipientes, así las ánforas formaban parte de los alimentos funerarios que se dejaban dentro de las mastabas y pirámides, se han encontrado ánforas con vino en las tumbas de Semerjet, faraón de la primera dinastía, así como en la tumba de Tutankamon, las más antiguas proceden de las tumbas de Abidos, atribuidas a Horus Escorpión II o Narmer. Algunas de esas ánforas han perdurado intactas hasta nuestros días, y su contenido tenía doscientos años de antigüedad cuando se depositaron como ofrendas funerarias, lo que indica que los egipcios ya consideraban los vinos añejos como de buena calidad, se conocen dichos datos con precisión debido a que los alfareros grababan en los recipientes marcas que indicaban con detalle quien fue el encargado de su cultivo, así como la fecha de elaboración. El vino también era empleado durante el proceso de embalsamamiento para limpiar los cadáveres, antes y después de las evisceraciones, en el delta del Nilo, probablemente en el brazo canónico, estaban los grandes viñedos de donde se obtenían los mejores vinos y los rótulos que indicaban los vinos se escribían en tinta sobre las jarras, determinando la cosecha, el año, el nombre del cosechero y la calidad del mosto. De acuerdo con la historia, las viñas y el vino hicieron su aparición en Grecia alrededor del año 4000 AC. Dionysos, hijo de Zeus, era el dios de las plantas y del vino, y se le adoraba en toda Grecia con fiestas y ceremonias que se celebraban en varias ocasiones a lo largo del año. Los autores clásicos escribieron mucho sobre las áreas productoras de vino, sobre el vino y sobre las fiestas relacionadas con el vino. Existen descripciones detalladas sobre los procesos de la producción del vino que provienen de inscripciones que datan del 2500 AC. En la Antigua Grecia se bebía vino por placer pero también con fines medicinales. Se servía en vasos de diferentes formas y tamaños, y cada tipo recibía un nombre distinto. Grecia produce uva para la producción de vino y frutos secos y en este país se cultivan alrededor de 250 variedades distintas. Los vinos griegos son de una gran calidad. Son frescos y resultan deliciosos por sí solos, pero además combinan muy bien con la comida. Tanto el norte como el sur de Grecia ofrecen excelentes vinos. Las viñas se cultivan en casi todas las regiones de la Grecia continental y en todas las islas. En el norte de Grecia las regiones vinícolas más importantes son Naousa, Goumenisa, Amynteo, Siatista and Halkidiki.


Actualmente cuenta con más de trescientos tipos de uvas y produce vinos absolutamente originales. En el siglo III a. de C. (279) Cineas, el embajador del rey epirota Pirro, se burlaba del vino de Roma por su mala calidad y con toda razón. La viña estaba bajo la protección del propio Jove y las vendimias se empezaban solemnemente con estrictos ritos presididos por el flamen Dialis, uno de los personajes más notables de la Roma arcaica y cuya persona era objeto de más prohibiciones y abstenciones rituales, lo mismo que su esposa. El poder misterioso del vino en el espíritu parece que impresionó a los romanos de la época arcaica, según se contaba siglos después: la tradición más conservadora prevenía que los varones no debían beberlo antes de los 30 años y nunca las mujeres. En un tiempo en que era sumamente improbable el matrimonio por amor, existió, incluso, un arcaico ius osculi que permitía al marido, en cualquier momento, comprobar boca a boca si su esposa lo había catado. Tampoco podía, por eso, cuidar una mujer la bodega. De este respeto mediterráneo por el vino y su poder sobre la psique procede, entre otras cosas, el carácter sacro que tiene en el cristianismo. Los vinos romanos, según nuestro gusto, parece que debían ser muy pesados y de sabores a menudo ya ácidos, ya amargos, y se volvían generosos o rancios si el propietario sabía cómo envejecerlos. La gradación alcohólica, más bien fuerte (16 a 18 grados), no era grata. Y los romanos la rebajaban muchísimo, hasta 5 ó 6, mediante simple adición de dos tercios de agua. Los romanos sabían que las viñas bajas, a ras de tierra, producían vinos mediocres; y que las viñas empaladas en vástagos de madera daban vinos mejores y, también, mejor uva de mesa. Plinio dice que los mejores vinos de Italia se lograban con viñas en arbusto, y así se cultivaban los frutos para producir los famosos vinos de Falerno y Cécubo. Muchas viñas se enlazaban a los árboles, sobre todo a olmos y álamos. Algunos de estos árboles soportaban hasta diez cepas de vid Los romanos no conocieron la fermentación en barrica o tonel, que es un invento, hasta donde sabemos, de la Galia, de donde se difundió por Occidente. Por ello, conservaban su vino a granel en enormes tinajas de barro, llamadas dolia, en las que quedaba el vino hasta que era envasado para su venta o su transporte en jarras y en las típicas ánforas en forma de zanahoria, capaces de una media en torno a 26 litros (un cuadrantal). Fue muy característico y común tratarlo con agua salada, lo cual permitía la estabilización del vino que, así, no se “mareaba” en el transporte. En tiempos más cercanos y de mayor refinamiento, el tratamiento salino sólo se aplicó a vinos medianos y a los blancos, menos estables. Pero esta agua de mar para el vino no


era la meramente natural. Precisaba de ciertas preparaciones, a veces largas, que están bien descritas por tratadistas agrarios como Columela, Plinio y Paladio. Al término de la operación, los granos de uva, tras haber estado expuestos al sol durante dos o tres días, se metían en tinajas de cincuenta sextarios (unos 25 l), que previamente habían recibido dos cuadrantales (52 l) del agua de mar tratada. Se prensaban los granos, para que se embebiesen del agua marina; se cerraban bien los envases y se mantenían así tres días. A su término, los granos, ya apretados, se pasaban por la prensa. El jugo resultante se envasaba en vasijas bien limpias y secas y se guardaba en ellas. Y ya estaba hecho el vino de Cos, aunque no tuviese nada de esa isla griega. En general, todos los tratadistas romanos recomendaban la adición de sal al vino. Para que el vino no se estropease se le añadían productos muy variados, además de la sal. Entre ellos, yeso, greda, cal, pez o resinas, como aún se hace en Grecia con el vino resina, que a eso debe tal nombre. Columela propone cortar el vino nuevo con uno bueno, de calidad, y mezclarlo con heces de vino reciente. Un procedimiento que pasaba por adecuado para depurar el vino de pozos y heces u otras impurezas era el de añadirle yema de huevo de paloma20. A la hora de servir, el vino se mezclaba primero con agua en una vasija de gran boca, la crátera. El agua era tanto fría como tibia o caliente y a menudo se filtraba la mezcla antes de servirla. Si la casa era de postín, el filtrado se hacía en paños impregnados en aceite de mirto, o bien con harina de cebada, anís, almendras amargas molidas o apio. El vino se bebía en copas muy anchas y de poca hondura, para facilitar una última decantación. Los romanos se mofaban de los vinateros de la Galia, a quienes acusaban de adulterar el vino. Pero el vino romano era objeto de numerosas trampas. El vino se bebía por sí mismo, porque daba calor y alimentaba, más que por placer gastronómico, y es de interés señalar que muchos de los vinos famosos en Italia parecen haber sido blancos y dulces, de forma que puede decirse que no esperaron los romanos a que se pusiese de moda el sauternes. El vino era omnipresente, pero de baja calidad; casi nunca se bebía puro, lo que se estimaba signo de incivilidad y barbarie. La historia del vino en Francia está marcada por dos grandes civilizaciones: La griega y la romana. Sobre el año 600 a.C, los griegos habitantes de Lidia, huyendo de la invasión Persa, se establecieron en Córcega y fundaron Massalia (hoy Marsella), llegando a controlar las rutas fluviales del Ródano, del Saona, del Sena y del Loira.


Massalia producía su propio vino, así como las ánforas para exportarlo. Así, el historiador romano Justiniano afirmaba que “los galos aprendieron de los griegos una forma civilizada de vida, cultivando el olivo y la vid”. Los historiadores creen que el primer vino bebido en la Borgoña fue seguramente traído de Marsella, o tal vez, incluso de Grecia. En el año 1952, en la ciudad de Vix, situada entre París y la Borgoña, se descubrió una inmensa jarra griega de fino bronce originaria del año 600 a.C., con cerca de dos metros de altura y capacidad para 1200 litros de vino. Sobre el origen de la viticultura en Francia existe una verdadera batalla entre los historiadores. Unos creen en los registros de los romanos, mientras otros opinan que los antecesores de los celtas ya elaboraban vino, aunque los logros de la cultura celta son ignorados en la actualidad por carecer de registros escritos. Hay incluso quienes sostienen que los franceses de la edad de piedra ya eran vinateros pues cerca del lago de Ginebra se encontraron semillas de uva silvestre con una antigüedad superior a los 12.000 años. En la época en que los atenienses mandaban en Grecia y se expandían por el Mediterráneo, ellos dominaron casi toda la región de los Alpes, invadiendo Lombardía, en el norte de Italia, donde fundaron Milán, llegando incluso a Asia Menor, tras crear antes un asentamiento en el Danubio, cerca de Belgrado. De este modo, los galos tuvieron contacto con los vinos del Mediterráneo desde muy antiguo, pues los griegos de Marsella comerciaban vino con ellos. En esa época los celtas del interior todavía no habían llegado al sur de Francia, que estaba habitado por los iberos del norte de Italia y de España. Si hubo viñedos celtas en la Galia, nunca llegaron al Mediterráneo. Por otro lado, es difícil creer que en la antigua Galia se fabricase vino pues los jefes galos pagaban a los comerciantes romanos precios exorbitantes por él: un esclavo por un ánfora. La llegada del Imperio Romano. Posteriormente Marsella pasó a formar parte del imperio romano en el año 125 a.C. aunque durante mucho tiempo continuó siendo considerada como una ciudad griega. La primera verdadera colonia romana en Francia fue fundada años más tarde en la costa occidental: Narbo (hoy Narbona) se convirtió en la capital de la provincia Narbonensis y, de hecho, de toda la llamada ‘Galia transalpina’.


Partiendo de Provenza, los romanos ascendieron por el valle del Ródano y más tarde, en el reinado de César se dirigieron hacia el Oeste llegando a la región de Burdeos. Comenzaron cultivando vid en las laderas de los valles fluviales, que además eran líneas naturales de comunicación pues las embarcaciones eran el único medio para trasladar algo tan pesado como el vino. Para esto tuvieron que talar los bosques que cubrían dichas laderas, donde a su vez se iban plantando más viñas. Así, pronto descubrieron que los viñedos tenían un efecto asentador y civilizador en la población, y también debieron observar el benéfico efecto que la cercanía de un río tiene sobre la calidad de los vinos. Tanto Burdeos, como Borgoña y Tréveris probablemente surgieron como centros de importación de vino, plantando luego sus propios viñedos que llegaron a superar a los vinos importados. En el siglo II de nuestra era había viñedos en la Borgoña, en el siglo III, en el valle del Loira y en el IV en las regiones de París, Champaña y Mosela. Los viñedos de Alsacia no tienen origen romano, pues no se iniciaron hasta el siglo IX. El declive europeo Aunque nunca se aplicó del todo, el decreto de Domiciano del año 92 unido a la elevación de los impuestos, fue el comienzo del declive en la producción de vino, tanto en la Galia, como en Hispania y en el norte de Italia. De todas formas, cuando en el siglo V los romanos se retiraron de lo que hoy es Francia, habían sentado los fundamentos de casi todos los mayores viñedos del mundo moderno. El tiempo pasó y le llegó el final al poderío romano, pero no al desarrollo del vino. Después de un turbio periodo de transición, cuando las cosas comenzaron poco a poco a equilibrarse, la iglesia tomo las riendas. Los clérigos se convirtieron entonces en viticultores y bodegueros, así como en proveedores para la población, manteniéndose esta situación durante toda la Edad Media.


LA ELECCION DE LOS VINOS Vino blanco El vino blanco es una variedad de vino que puede oscilar entre las tonalidades amarillo pajizo, amarillo verdoso o amarillo oro. Se produce por la fermentación alcohólica de la pulpa no coloreada de uvas que pueden tener una piel de color blanco o negro, a fin de mantener un color amarillo transparente en el producto final. La amplia variedad de vinos blancos proviene de la gran cantidad de cepas y métodos de elaboración empleados, así como de la relación de azúcar residual. Entre los muchos tipos de vino blanco, el vino blanco seco es el más común. Más o menos aromático y ácido, se deriva de la fermentación completa del mosto. Los vinos dulces son aquellos donde se interrumpe la fermentación antes de que todos los azúcares de la uva se conviertan en alcohol. Los vinos espumosos, que son en su mayoría vinos blancos, son aquellos en los que el dióxido de carbono de la fermentación se mantiene disuelto en el vino y se convierte en gas cuando se abre la botella, ofreciendo una delicada espuma. Clasificación Por su color: Blanco: Si cogemos entre los dedos un grano (o baya) de uva blanca y oprimimos, se rasga el hollejo y caen gotas amarillentas que al pasar por la rasgadura toman levaduras del exterior de la uva y fermenta. Entre los dedos nos queda el hollejo y las semillas que tiramos fuera. Millones de esas gotas en un gran depósito, dan al cabo de ocho días vino blanco. Obtención de un vino blanco Una vez que el fruto ha adquirido el grado deseado de maduración y en azúcares, normalmente entre principios de septiembre y mediados de octubre, se procede a la vendimia. Aquí tiene lugar la primera selección del fruto, en la propia viña. El primer trabajo de campo se realizas semanas antes de la fecha a determinar de vendimia, así el momento de la vendimia será el óptimo. La vendimia se traslada directamente a la prensa, donde tiene lugar un desvinado espontáneo durante la carga, sin presión. Son numerosas las bodegas que eliminan el estrujado, sometiendo directamente las uvas a un prensado en prensas de acción delicada. Los primeros mostos son los de mayor calidad y reciben el nombre de mosto yema, de flor o mosto lágrima. Es un líquido de gran ligereza y finura,


aromático, suave, floral y afrutado. La pasta restante, más sólida tras la pérdida de líquido, recibe presiones de intensidad creciente. Según la presión ejercida, se obtienen mostos de distinta calidad. Tras el mosto yema, fluyen los llamados "primeras", obtenidos mediante ligera presión. Los "segundas" proceden de presiones medias. Los mostos de más baja calidad, obtenidos mediante fuertes presiones, son los "terceras" o mostos de prensa. Cada una de las calidades obtenidas fermentará por separado dando lugar a diferentes tipos de vino. Los restos que quedan en la prensa son los orujos, que se pueden fermentar en anaerobiosis (ausencia de aire), dando lugar a una pasta útil como abono o soporte de piensos para la alimentación animal. Si se lavan por difusión dan lugar a las piquetas, las cuales se destilan, transformándose en alcoholes rectificados u otros derivados alcohólicos. También se pueden destilar directamente, produciendo aguardiente de orujo, orujo o marc. Los mostos obtenidos son ricos en materias sólidas en suspensión, procedentes en su mayor parte de la uva. Para separar estas materias se procede al desmangado, labor que consiste en dejar el mosto estático, cuidando que no rompa a fermentar, durante unas 24 horas, de manera que los sólidos caigan al fondo por su propio peso. Con un control meticuloso, los mostos limpios se trasiegan y se llevan a fermentar. Algunas bodegas mantienen una cierta maceración del mosto con los orujos impidiendo mediante bajas temperaturas (maceración en frío) que comience la fermentación. Con este procedimiento se consigue dotar al vino de un mayor extracto (cuerpo), e incrementar por tanto las sensaciones en boca. También se obtiene una mayor potencia aromática y el vino evoluciona favorablemente en la botella. Son vinos de vida algo más larga. Por contra, suelen presentar alguna palatividad (sensación levemente rasposa) en el final de boca. Mediante el control de la temperatura de fermentación, mantenida entre 18 y 22ºC, se logra que el desdoblamiento de los azúcares en alcohol y el desprendimiento de carbónico sean lento y pausado, conservando los aromas propios del vino y obteniendo aromas de fermentación adecuados y, en consecuencia, una mayor calidad final. La fermentación de los vinos blancos dura entre 10 y 15 días y se da por concluida cuando el vino contiene sólo entre 1 y 2 gramos de azúcar por litro. El vino está en ese momento seco. Se suele conservar cierta proporción de azúcares residuales, cuya presencia está relacionada con la intensidad aromática. La fermentación maloláctica es una segunda fermentación en la que, mediante la acción de bacterias en el primer caso o levaduras en el segundo, el ácido málico se


transforma en ácido láctico o en alcohol. Esta segunda fermentación la experimentan los vinos blancos de las zonas más húmedas, con una alta proporción de ácido málico, ausente en los vinos de zonas con climas cálidos, y puede ser simultánea a la fermentación alcohólica o posterior. Una vez finalizada la fermentación, el vino sufre dos o tres trasiegos con los que se eliminan los restos sólidos procedentes de la fermentación. Estas operaciones se realizan entre la segunda quincena de noviembre y principios de enero, aprovechando las temperaturas más bajas para evitar contaminaciones y enfermedades causadas por microorganismos. Aún después de los trasiegos, siguen quedando en el vino elementos sólidos en suspensión que podrían degenerar confiriendo al vino olores y sabores desagradables y afectar a su aspecto. Para eliminar estas partículas sólidas se procede a la clarificación, mediante sustancias encargadas de arrastrarlas y depositarlas en el fondo del depósito. Esta operación dura unos diez días. El siguiente paso es la filtración y consiste en hacer pasar el vino a través de unas sustancias que retienen las partículas sólidas que aún contenga. Los sistemas son varios, desde filtros de tierras y filtros de placas hasta los más modernos esterilizantes amicróbicos. El vino blanco que ha fermentado en barrica o en bota manifiesta una expresión superior al que lo ha hecho en depósito, donde el medio es más reductor. También vive mejor protegido de los ataques bacterianos y ese pequeño volumen del tonel favorece que el pH de los blancos sea menor, lo cual añade un frescor y una salud aconsejables para que el vino dure. Cata para un vino blanco Denominamos en términos generales que la cata es aquel análisis sensorial de cualquier sustancia. El hábito catar invita al correcto uso de los sentidos y aumenta la capacidad de nuestro sistema nervioso. Dentro de la cata comparativa existen la cata horizontal en la que se estudian distintos vinos de la misma añada, y la cata vertical que se realiza con diferentes añadas de una misma marca de vino, comenzando siempre por la cosecha más reciente. En la cata de vinos destacamos tres fases o pasos a seguir: Fase visual El aspecto del vino puede delatar su juventud, madurez, decrepitud, limpieza, la clase de uva e incluso si es o no ácido. La vista, aunque no engañe, tampoco debe ser decisiva en la elección o calificación del vino, si no va acompañada de las pruebas olfativa y gustativa.


Con el sentido de la vista se observa la fluidez del vino, su densidad, la aguja, la baja o elevada graduación alcohólica y la glicerina en el lagrimeo de la copa. Se llama disco a la superficie del vino en la copa, y lágrima, ventanas o incluso piernas, al rastro que el vino deja, cuando lo removemos, en sus paredes. En los vinos blancos y en los cavas jóvenes, el color es amarillo pajizo o pálido, con reflejos ligeramente acerados o verdosos. Con el tiempo, pasa a amarillo dorado y luego a amarillo dorado con ligeros brillos rojizos. Los blancos muy viejos son ambarinos, oro viejo, yodados o ligeramente rojizos. En los finos más jóvenes prevalecen el amarillo aceitunado, que luego vira a amarillo dorado. Color de los vino blancos:        

Aceitado o acerado (gris) amarillo pálido amarillo pajizo amarillo verdoso amarillo dorado oro pálido oro viejo ámbar

Tonalidad: El matiz de color nos indica la edad aproximada de un vino Capa: Intensidad de color (alta-media-baja) Turbidez o limpidez: Brillante, turbio, cristalino, opaco, velado, etc. Fase olfativa El olfato puede llegar a percibir hasta 10.000 aromas por las fosas nasales. Existen dos accesos:  

Directo Indirecto o también llamado vía retro nasal

Los aromas que primero notamos son:   

Primarios: son los propios de la uva (fruta) Secundarios: producidos por los cambios mecánicos y químicos durante la fermentación (bodega) Terciarios: intercambios entre el vino y la madera


Los aromas primarios de un vino aparecen normalmente como sensaciones más breves, ligeras y sutiles, mientras que los secundarios y terciarios, nacidos de la fermentación y de la crianza respectivamente, resultan más persistentes. Con la cata olfativa se practica el ejercicio de asociar unos aromas propios de los vinos a los olores característicos del universo vegetal, flores, frutas, hierbas o especias, e incluso a algunos otros aromas que forman parte de nuestro entorno habitual, como el cuero, el quitaesmalte o los huevos cocidos. Esta asociación facilita, sin duda, la comunicación de las sensaciones olfativas o gustativas, pero no hay que tomársela al pie de la letra. Olemos directamente por la nariz, antes y después de mover la copa para que el vino gire dentro de ella, y olemos en segunda instancia, cuando el líquido ya ha entrado en la boca, por la retro nasal, una vía de acceso a nuestra mucosa. Al calor de la cavidad bucal, hay un desprendimiento de aromas que capta el epitelio olfativo; si abrimos un poco la boca, el aire oxigenará el vino y proporcionará aroma a los ácidos existentes. También el movimiento de la copa tiene su explicación y es que, después de olido, a copa parada, los aromas primarios del vino o aromas del fruto, la agitación del líquido en un espacio reducido logra desenmascarar otros olores escondidos. Si los agrupamos, encontraremos aromas florales en algunos blancos delicados, a flores blancas o amarillas, como la margarita, la madreselva o el saúco, perfume análogo al de la uva moscatel. Dentro de los florales, hay blancos que llegan a oler a flores marchitas, y no es precisamente un defecto. También son frecuentes los vinos blancos con aromas de hierbas y flores en infusión, la tila o la manzanilla. Agrupados con los florales, pero más habituales, los frutados, entre los que mandan los perfumes de diferentes manzanas: manzana verde, Golden, reineta en blancos con algo de crianza. En la frutería de los vinos no faltan el pomelo, el limón, el plátano, el melón y otros hallazgos del reino vegetal, como el anís, el hinojo o el laurel. Fase gustativa Contra lo que pueda parecer, el gusto es el sentido que menos sensaciones produce. Las papilas gustativas registran información únicamente sobre los cuatro sabores básicos, el dulce (que estimula las papilas situadas en la parte anterior de la lengua), el ácido (en los laterales de la lengua), el salado (en la zona central) y el amargo (en el fondo de la lengua). Con mayor o menor intensidad, los cuatro sabores están presentes en todos los vinos. La virtud dependerá del equilibrio de todos ellos y también de la potencia con


que estimulen nuestro sentido del gusto, además de la persistencia o período de tiempo que permanezcan las sensaciones en la boca una vez ingerido el vino. Dulce es el sabor de los azúcares, del alcohol y de la glicerina. El alcohol, en su justa medida, transmite sensación de aterciopelado y redondez en el gusto. Los ácidos están presentes naturalmente en el vino: málico, verde o vegetal, cítrico o tartárico. El acético o el láctico surgen en el proceso de fermentación. El amargo aporta los polifenoles, sustancias colorantes y esencialmente los taninos, que son diamantes en bruto que necesitan afinarse y ennoblecerse. Se trata de componentes amargos y ácidos que, transformados por la crianza, sorprenden al bebedor, dejando en los buenos tintos un pos gusto amargo y una leve aspereza, indicativos ambos de alta calidad y carácter. Variedades de uva blanca Principales uvas blancas autóctonas Variedad Albariño

Macabeo

Malvasía

Características Se cultiva exclusivamente en: Galicia La uva es la “responsable” de los famosos blancos del mismo nombre o Rías Bailas. Cultivo por tradición en emparrado. Vinos de intenso aroma frutal en los que domina la manzana, con notas florales. Actualmente ha demostrado su capacidad para la fermentación y crianza en madera. Se cultiva principalmente en: Catalunya, Navarra, La Rioja, Valladolid, Extremadura y Castilla La Mancha Variedad básica de los blancos riojanos. Se emplea sobre todo en la producción de cavas junto a la “parellada” y la “xara-lo”. El vino que se obtiene es pálido y ligero, con recuerdos de frutos verdes. Se cultiva principalmente en: Catalunya, Aragón, Navarra, Canarias, La Rioja y Levante. Produce un vino dulce selecto elaborado con las cepas de ese


nombre, que también se le conoce como “Subirá”.

Moscatel

Parellada

Pedro Giménez

Podría ser la más antigua de las cepas, posiblemente antepasada de las otras vitis vinífera. Cuyo origen sea probablemente Alejandría, y de ahí una de sus denominaciones. “Menudo” Se cultiva principalmente en: Navarra y Catalunya “Alejandría”: Se cultiva principalmente en: Málaga y Levante El moscatel es una variedad blanca de maduración media y de usos múltiples (uva de mesa, pacificación, mistelas y vinificación). Se considera cepa del mediterráneo, necesitada de su sol, suelos húmedos e influjo del mar. Es una variedad muy exigente en cuanto al clima dando sus mejores calidades organolépticas cuanto más próxima está al mar. Se cultiva exclusivamente en: Catalunya Se trata de una uva productiva y de buena calidad, pero también muy fina y difícil de cuidar. Los vinos producidos son de poca graduación, pálidos, con aromas delicados y poco cuerpo. Es una de las uvas básicas para la elaboración del cava. Se cultiva principalmente en: Córdoba, Málaga, Cádiz Produce uno de los mejores vinos de postre españoles. Es muy apropiada para los vinos generosos secos y dulces, por su rápida evolución. A veces, se combina con la moscatel.


Verdejo

Xarelo

Los vinos que se obtienen son de color café y muy dulces. Se cultiva exclusivamente en: Valladolid y zonas limítrofes Uva casi exclusiva de la DO Rueda. Produce vinos blancos muy afrutados, de color amarillo verdoso, con aromas cítricos, herbáceos, a hinojo y con un agradable amargor. Su estructura permite la fermentación y crianza en madera con excelentes resultados. Se cultiva exclusivamente en: Catalunya Mayor estructura que la Parellada y Macabeo. Produce vinos más complejos y puede envejecer mejor por su mayor grado alcohólico y acidez. Sabor intenso, notas claras de manzana, cítricos y cuando envejece a plátano maduro.

Principales uvas blancas no autóctonas Variedad Características Chardonnay Se cultiva principalmente en: Catalunya, Navarra y Huesca Es de origen Borgoñés. Destaca su magnífica capacidad de adaptación a climas y suelos muy diversos, excepto los más fríos Tiene una fuerte implantación en California y Australia. Gran frutosidad y cuerpo. Ideal para la fermentación y crianza en barricas de roble. Se utiliza para vinos jóvenes, con crianza y para cavas. Gewürztraminer Se cultiva principalmente en: Catalunya y Huesca Uva centroeuropea de la zona de Alsacia y Alemania. En España donde está más introducida es en Huesca entrando en el mercado con la DO Somontano.


Riesling

Sauvignon Blanc

Se cultiva principalmente en: Catalunya y Huesca Uva centroeuropea característica de la región de Alsacia y Alemania. En España se utiliza para la producción de da vinos secos, afrutados, frescos y florales. Se cultiva principalmente en: Catalunya y Castilla León Originaria del Alto Loira y de Burdeos. En España, se cultiva fundamentalmente en Castilla León (DO Rueda) Combina muy bien con la local Verdejo. Tiene aroma y sabor a frutas tropicales y un toque ligeramente floral. La crianza en barrica aumenta su complejidad.

Vino Tinto El vino tinto es un tipo de vino procedente mayormente de mostos de uvas tintas, con la elaboración pertinente para conseguir la difusión de la materia colorante que contienen los hollejos de la uva. En función del tiempo de envejecimiento que se realice en la barrica y en la botella, pueden obtenerse vinos jóvenes, crianzas, reservas o grandes reservas. Clasificación Según el tiempo de envejecimiento de los vinos en la barrica y en la botella, los vinos tintos se clasifican en: Joven o de año: no ha pasado ningún tiempo en la barrica o no el suficiente para ser considerado crianza. Crianza: ha pasado entre seis y doce meses en la barrica (según lo marcado por las diversas denominaciones de origen), y permanece reposando en la botella hasta cumplir dos años tras su elaboración, antes de poder ser comercializado. Reserva: como mínimo un año en la barrica y reposo en la botella hasta haber transcurrido tres años desde su elaboración.


Gran reserva: al menos dieciocho meses en la barrica y el resto en la botella, y puede comercializarse tras el sexto año. A esta etapa solo llegan las cosechas excepcionales. Obtención de un vino tinto Una vez en la bodega, existen dos métodos de elaboración: el de maceración carbónica, con uva entera y confinada (tradicional de los cosecheros, para su comercio temprano) y otro en el que se elimina el raspón del racimo y se rompe la uva antes de la fermentación por levaduras (utilizado por las empresas bodegueras, para destinarlos a crianza). La uva no se lava para que las levaduras que se encuentran sobre el fruto ayuden en la fermentación. Sin embargo, es muy importante el cuidado de la higiene previo a su posterior proceso. Vinos de año. Para la elaboración de vinos de año, también conocidos como jóvenes o cosecheros, se suele utilizar la maceración carbónica. Maceración carbónica. Se realiza con los racimos enteros sin estrujar y a temperaturas relativamente elevadas. En las uvas enteras, ante la ausencia de oxígeno, se produce una fermentación intracelular mediante fenómenos metabólicos provocados por sus propias enzimas. Los hollejos se mantienen junto con el mosto durante los primeros seis días de su fermentación aproximadamente. La fruta respira a la vez que cede gas carbónico. Al encontrarse en un entorno cerrado, este gas vuelve a ser asumido por ella, lo que produce una fermentación sin levaduras. Llega un momento en el que la uva revienta, termina la maceración y sigue entonces la fermentación por levaduras, pero en una medida menor que en la elaboración de «crianzas». Estos vinos presentan una graduación alcohólica de unos 12° y un color rojo intenso. Para conseguir estos colores, se limita la producción de los viñedos a menos de 10 toneladas por hectárea. El resultado son vinos frescos, con aromas a fruta y que solo mantienen sus propiedades durante unos dos o tres años. Derrasponado o despalillado. Para la primera fermentación de los vinos de crianza se separa el raspón (parte leñosa del racimo) de la uva, mediante una máquina llamada despalilladora o en


algunos casos a mano. Esto se realiza para que durante la maceración no se transmitan sabores herbáceos y amargos al mosto. Estrujado. Para que la uva se abra y libere más fácilmente su jugo, se rompe el hollejo o piel. Esta operación se realiza mediante máquinas llamadas estrujadoras o pisadoras, o atropechados. Fermentación alcohólica – maceración. Las uvas enteras (hollejo, pulpa y pepitas) se vuelcan en grandes depósitos de madera o acero inoxidable, donde el mosto va fermentando debido a las levaduras y se transforman los azúcares en alcohol etílico y otros elementos, además de desprenderse anhídrido carbónico. A su vez, al encontrarse el mosto en contacto con las partes sólidas de la uva, va extrayendo de éstas el color de los denominados antocianos, taninos, etc. El gas carbónico resultante empuja los hollejos hacia arriba, y se forma en la parte superior una capa llamada sombrero, que se debe ir remojando para que continúe la extracción de color y otros elementos. Para ello se realiza el remontado, que consiste en extraer líquido de la parte inferior del depósito mediante una manguera e introducirlo por la parte superior. Además, para que el sombrero no se haga excesivamente compacto, debe ser removido cada cierto tiempo. A esto último se le llama bazuqueo. En función del tipo de vino que se quiera realizar, se dejará realizando este proceso más o menos tiempo, habitualmente entre ocho y doce días a una temperatura de entre 26 y 29 °C. Tras este se procede al descube, que consiste en trasegar únicamente el líquido a otro depósito. Es usual el uso de anhídrido sulfuroso antes de iniciar la fermentación, para anular oxidasas (enzimas que deterioran el color del vino y que se encuentran en las uvas, sobre todo si estas tienen mohos) y retirar las levaduras salvajes. Prensado. Tras el descube, la parte sólida que queda en los depósitos queda impregnada de mosto. Para extraerlo, se utilizan prensas que aprietan estas masas hasta casi secarlas. El líquido resultante, denominado vino de prensa, es mucho más rico en color y taninos y no se mezcla con el anterior. La pasta seca que queda al final del prensado no se desperdicia y suele emplearse para realizar orujos, tratamientos en spas o para la fabricación de cosméticos.


Fermentación malo láctica. Tras la primera fermentación, el mosto (únicamente) realiza otra fermentación en la que bacterias transforman el ácido málico en ácido láctico. Este es mucho más suave y agradable que el anterior, por lo que el vino gana en finura. Trasiego. En los vinos nuevos se produce una clarificación espontánea, y "las madres" (lías, fangos) se depositan en el fondo de las cubas. Es aconsejable que estos sedimentos no estén mucho tiempo junto al vino para ir disminuyendo la turbidez. Por esta razón se trasiega con frecuencia el vino a cubas limpias. Este proceso airea el vino, y esto es conveniente al principio, para ayudar al buen acabado de la fermentación y la estabilización del vino, y permite la evaporación de sustancias volátiles resultantes de la fermentación y de gas carbónico. Las cubas suelen disminuir un poco su nivel, debido a la evaporación o la absorción por parte de la madera, y se rellenan con vino para evitar que la capa superficial entre en contacto con el aire, con lo que se corre el riesgo de picado acético. El trasiego también se usa para la homogeneización de vinos entre diferentes cubas, para conseguir uniformidad. En la limpieza de las cubas se utiliza anhídrido sulfuroso, generalmente quemando una pastilla de azufre de 5 g, para evitar bacterias de avinagrado y mohos. Clarificación. Aunque en la trasiega muchos elementos en suspensión son retirados del vino, otros más ligeros no llegan a decantar por sí solos. Para ello se agregan al vino sustancias coloides de origen vegetal o animal. Antiguamente se realizaba con sangre de animales o claras de huevo. Actualmente suele realizarse con gelatinas. Estas sustancias arrastran hacia el fondo impurezas en suspensión del vino. Este paso en ocasiones va seguido de un filtrado, que consiste en pasar el vino por un elemento poroso para retirar las partículas en suspensión resistentes a la clarificación. Con esto se evitan posos en la botella. Crianza. Tras finalizar las dos fermentaciones, el vino se almacena en barricas de roble que aportarán sabores y olores al vino, según el tipo (francés, americano, etcétera) y el nivel de tostado que se le haya dado a la madera. En ellas se sucederán una serie de procesos físico–químicos que irán "envejeciendo" el vino, estabilizando su color y enriqueciendo sus aromas.


Las cubas suelen almacenarse apiladas en cavas subterráneas o almacenes frescos. En ocasiones, durante la crianza o el embotellado se usa anhídrido sulfuroso para evitar bacterias de avinagrado. Cata para un vino tinto La cata de un vino es más un arte que una ciencia, puesto que exige una sensibilidad y sutilidad en el lenguaje que transmita de manera excitante una impresión fugaz. Actualmente existen maquinas que confirman las apreciaciones poéticas que realizan los buenos catadores. Estas máquinas pueden encontrarse en las mejores bodegas y permiten o ayudan a detectar gran cantidad de compuestos presentes en los vinos. Análisis visual Al descorchar una botella lo primero a analizar es su corcho. Este debe estar ligeramente humedecido por el vino, esto demuestra que la botella se ha guardado siempre inclinada. Al presionar el corcho se debe comprobar su flexibilidad, su aroma y confirmar que solo huele a corcho ligeramente envinado. Cuando el corcho presenta olores fuertes y extraños, puede haber contaminación en el vino. Ante esta sospecha, se debe servir un poco de vino en la copa y comprobar su olor. Ya comprobado que el corcho está en buen estado, se sirve el vino en una copa hasta aproximadamente un tercio de su capacidad. Se agita suavemente y se coloca la copa delante de la luz. Se ve así, si está limpio, sin sedimentos y aquí es donde se decide si conviene decantar el vino o servirlo directamente. Al mismo tiempo se vera su brillo, si refleja frente a la luz de manera viva y alegre. Si fuese mate y apagado, mostrara defectos. Si se inclina la copa hacia adelante sobre el mantel blanco, se podrá apreciar la intensidad del color y el matiz del vino. Los tintos jóvenes son de color violáceo, y a medida que envejecen adquieren tonos cobrizos. Análisis de los aromas Esta es la fase mas importante y decisiva de la cata, para comenzar se aproxima la nariz a la copa para comprobar de manera global que no hay aromas desagradables en el vino. No deben detectar olores avinagrados, azufres, ajo, caucho o papel. Para distinguir los aromas se clasifican las diferentes gamas: Los aromas primarios o varietales son muy característicos e identificables, predominan las series florales, frutales, vegetales, minerales y a veces especiadas.


Los aromas secundarios procedentes de las levaduras, de la transformación del azúcar en alcohol o de la fermentación malolactica son los mas frecuentes y abundantes en los vinos. En esta gama predominan las flores, las frutas, las especias y las notas vegetales. Para los aromas de crianza o bouquet las gamas se multiplican: florales, frutales, miel, madera, café, chocolates, y otros. Análisis de las sensaciones en la boca Después de analizar los aromas se procede a degustar el vino en boca, para ello se debe beber lentamente una pequeña cantidad de vino. Un buche medido para mantenerlo y removerlo en la boca durante unos segundos. El primer contacto del vino se nota en los labios y en la punta de la lengua. Lo más conveniente suele ser utilizar un termómetro para medir la temperatura del vino en la copa, y así memorizar las sensaciones en las diferentes temperaturas. Típicamente se utiliza 16ºC para los vinos tintos. Variedades de uva Principales uvas Variedad Cabernet Sauvignon.

Merlot.

Características Es la variedad más internacional, cultivada en casi todas las zonas donde se elabora vino tinto. La introdujo en España el Marqués de Riscal en el siglo XIX. Destaca por su color intenso, taninos vigorosos y aromas a grosella, trufa, café y pimiento verde. Se cultiva principalmente en Cataluña, Navarra, Ribera del Duero, Huesca, Alicante y Murcia. Procede de Burdeos y se adapta muy bien a diversos suelos. Destaca por sus aromas a cassis, frutos silvestres, eucaliptos, champiñón y tabaco.


Pinot noir. Se cultiva principalmente en Cataluña. Procede de Borgoña y Champagne. Se utiliza también para la elaboración de cavas rosados.

Syrah.

Se cultiva principalmente en Castilla La Mancha y en Murcia. Procede del Ródano y es ideal para climas cálidos. Posee aromas a violetas y frutos negros muy maduros. La introdujo en España el Marqués de Griñón en 1982.

Monastrell.

Se cultiva principalmente en el Levante, Cataluña y Albacete. Produce vinos de mucho extracto, color y graduación alcohólica, gran sabor, aroma, potencia y frutosidad. Para poder envejecer bien necesita unirse a otras variedades.

Tempranillo.

. Es la más extendida del territorio español, presente en 28 de las 54 denominaciones de origen. Produce vinos muy distintos según la tierra y clima donde se cultiva, aunque por lo general tienen poca acidez y graduación alcohólica alta. Da aromas a frutos del bosque, en especial frambuesas y fresas. Es un vino excelente para envejecer en barrica de roble.


Graciano.

Se cultiva en Navarra y La Rioja, aunque a pequeña escala. Suele complementar a la Tempranillo y la Mazuelo. Da vinos de gran estructura y color.

Mencía.

Se cultiva principalmente en Asturias, Santander, León y Galicia. Tiene gran parecido con la Cabernet y produce vinos afrutados con gran color y acidez.

Vinos especiales Son aquellos en los que encontramos unas características únicas, debidas a peculiaridades en el tipo de uvas o en los procesos de elaboración que emplean. Estos métodos difieren de los procesos tradicionales de elaboración de vino más extendidos y por ello, dan lugar a vinos radicalmente diferentes a los tintos, blancos y rosados que se producen de forma mayoritaria en el mundo. Una adaptación climática, un agente externo que actúa sobre la uva o una innovación en la técnica de la elaboración del vino, suelen ser la semilla originaria de este tipo de vinos, que con el paso de los años y la tradición, terminan por adquirir entidad propia. Vinos fortificados o encabezados Los términos “fortificados” o “encabezados” hacen referencia general a todos aquellos vinos a los cuales se les ha añadido alcohol, normalmente vínico, esto es obtenido por la destilación de vino, orujos u otros productos de la viña. Si este alcohol es añadido durante el proceso de fermentación, hablaremos de vinos encabezados, quedando el término de fortificados para todos los vinos a los cuales


se ha añadido alcohol, independientemente de cuál sea el momento de la adición dentro del proceso de elaboración. Este tipo de técnicas se comenzaron a extender, sobre todo, a partir del siglo XVII. En esta época, se genera la necesidad de someter al vino a un proceso que permita que sea transportado en largas travesías marítimas sin echarse a perder. El principal problema que había, es que las condiciones de inestabilidad durante los viajes propiciaban una nueva fermentación de los vinos en el interior de los toneles de transporte. Para solucionarlo, se empezó a añadir alcohol adicional a los vinos antes de embarcarlos, ya que un alto contenido en alcohol limita la capacidad de las levaduras de transformar el azúcar del mosto en alcohol. Esta innovación, que hizo de la necesidad virtud, se le atribuye a los ingleses, dando origen al vino fortificado por excelencia, el Oporto. En general, podemos decir que los fortificados suelen ser vinos muy dulces y con un contenido de alcohol de entre el 16% y el 20%, siendo perfectos como vinos de postre.

Vinos dulces naturales Son vinos encabezados a los que se añade alcohol vínico durante la fermentación del mosto, con el objetivo de detener el proceso. La fermentación parcial supone que el vino resultante conserve gran cantidad de azúcares naturales. En estos encontramos el Oporto, junto con los vinos de Madeira, el Pedro Ximénez, los Moscateles o las Mistelas.


Vinos generosos Son vinos producidos a partir de uvas selectas. Sus elaboraciones siguen una serie de normas tradicionales y específicas según su región de origen. Entre estas normas, se incluye la adición de alcohol y de vinos dulces naturales durante momentos concretos del proceso de elaboración. Presentan un contenido de alcohol de entre el 14% y el 23%, siendo la mayor cantidad producto de la propia fermentación del mosto, y pueden ser secos abocados o dulces. Entre ellos, Oportos, vinos de Madeira, vinos de Málaga, Sauternes (Francia), Condado de Huelva y Jerez o MontillaMoriles. Vinos licorosos generosos Se obtienen por métodos específicos: bien por cabeceos, mezcla de vino añejo con vino nuevo; o bien por combinación de vinos generosos con vinos dulces naturales, o directamente con mostos concentrados. Deben presentar una concentración de azúcares de, al menos, 100 gramos por litro. Su concentración de alcohol es de entre el 13,5% y el 23%.

Vinos enverados La particularidad de los vinos enverados no se debe a peculiaridades de su proceso de elaboración, sino a las características climáticas de las zonas donde se producen, que impiden una completa maduración de las uvas. Se caracterizan por presentar un contenido alcohólico bajo, de entre el 7% y el 9%, y una marcada acidez. Un ejemplo de estos vinos son algunos Ribeiros y los Chacolíes, que se producen a partir de uvas verdes.


Mistelas Las mistelas son el producto de añadir al mosto de uva, alcohol destilado, pudiendo ser este alcohol de origen vínico o no. Las mistelas no deberían ser consideradas vinos, ya que en su proceso de elaboración no existe fermentación, o en todo caso se trata de una semifermentación. El producto final presenta un contenido de alcohol del 13% al 23%, y una concentración de azúcar de 80 gramos por litro, como mínimo.

Vinos Tardíos Los vinos tardíos son aquellos elaborados a partir de uvas demasiado maduras. Esto produce que el contenido en azúcares del producto final sea más alto de lo habitual. Durante la fermentación, las levaduras no son capaces de transformar en alcohol una cantidad tan elevada de azúcares, por lo que este proceso se detiene de manera natural cuando el volumen de alcohol alcanza el 16% – 17%. Los vinos tardíos suelen ser muy aromáticos, dulces, ácidos y con cuerpo.

Las Botellas de Vino La botella es importante, ya que nos proporciona, además de la primera impresión, junto con las de etiqueta, una protección contra el vino. Todas las botellas están hechas de vidrio, que es un material inerte. Esto quiere decir que el vino no sufre cambios debido a este material, aunque sabemos que la última fase de evolución el vino la consigue ahí. El vidrio por lo general está hecho de sílice y un colorante llamado óxido ferroso, que le confiere ese típico color verdoso. También las hay de color marrón, pero está en desuso. El color verde de las botellas tiene diferentes tonalidades y es decisión de los enólogos y dueños seleccionar el que más satisfaga a sus gustos. La tonalidad verdosa ayuda a los vinos, ya que filtra los rayos ultravioleta del sol,


responsables de la decoloración en los tonos rojos, con lo que se perdería una carga importante de vino. La botella de vidrio, desde las antigüedades, es considerada ideales para la guarda del vino, ya que es un material inerte. En muchas casos, se pintan de color verdoso o café para evitar que los rayos ultravioleta decoloren el vino en los tintos más comúnmente. Las Formas de las Botellas Las botellas se han utilizado como un distintivo de la zona desde años, sabemos que existen botellas tipo borgoñés (de Borgoña), bordelesa (de Burdeos), alsaciana (de Alsacia), de bolsa de cabra o bockbeutel (de Francia), la champañera (de Champagne), la de Chianti o las jerezanas y de Oporto con formas particulares. De hecho, ya en el año 1560 se utilizaban distintivos en botella para la zona de Rioja, hasta llegar a los nuevos diseños de botellas troncocónicas, con más vidrio o formas caprichosas. Esas formas diversas ayudan en cierta manera a saber cómo es el vino. Si encontramos una botella tipo alsaciano, el vino que probablemente contenga será blanco, fresco, ligero y de buena acidez, aunque hay casos en los que los tintos también tienen cabida en estas botellas. Las bordelesas son las botellas que más encontramos en el mercado, tienen un cuello y bajan a una zona que llamamos “hombros”, notorias y evidentes, porque adquieren esa forma en donde se ensancha la botella. Se usa por lo general para los vinos de añejamiento que pudiesen tener sedimento y con esa forma es mucho más fácil decantarlos y eliminarlo. Las botellas tipo borgoñés, a diferencia de las bordelesas, no suelen tener hombros, con lo que el producto que contienen seguramente no tendrá mucho sedimento y el decantado se haría sólo en ocasiones especiales. Además de la forma, y el tamaño de la botella es muy importante. Las más conocidas son las botellas de 750 y de 375 ml. Comercialmente, son las que mejor conservación nos dan en los vinos. Existen algunas de volúmenes superiores, como las márgum una botella doble que contiene 1500 ml. Dentro del sinfín de tamaños y formas que existen de botellas, tenemos desde las que dan una copa hasta las que se abren en la boda de una hija con 30 litros de capacidad, del volumen depende la conservación, a mayor volumen mejor conservación.


Estos son los tamaños Cuarto-187 ml Media-375 ml (estándar) Trescuartos-750 ml (estándar) Màgnum-1500 ml Jeroboam, 1500 ml Matusalèn o Imperial-6 l Salmanasar- 9 l Nabucodonosor-15 l Salomól-18 l Primat-27 l

En la actualidad encontramos en el mercado botellas de todos tipos, pero las que están revolucionando el mercado son aquellas en las cuales, la cantidad de vidrio es mayor, por eso son más pesadas y gustan más a la gente. Para producirlas, el costo es mayor que lo normal por la cantidad de vidrio. El fondo de la botella Todas las botellas tienen en la parte de la base una concavidad que les sirve para dar estructura al vidrio. A diferencia de lo que suele pensarse, no es para retener sedimentos o servir el vino. La concavidad será más profunda de acuerdo con el peso de la botella o la cantidad de vidrio, así como por el uso que se le dará. Por ejemplo, las que son de vino espumoso necesitan resistir presiones altas de gas carbónico y, por ello, hace falta más resistencia y en consecuencia más concavidad. El Corcho El corcho proviene de un árbol llamado alcornoque, el cual genera una corteza como protección del medio ambiente. Esa corteza es el corcho. A diferencia de lo que se ha dicho, el corcho es renovable, por lo que no es necesario talar el árbol, sólo se elimina la corteza después de varios años, cuando tiene espesor y madurez.


El corcho lo descubrieron los portugueses y lo usaron para tapar sus contenedores y ánforas por sus propiedades de elasticidad e impermeabilidad. Hoy se utiliza para el taponado de las botellas. Los hay de muchos tamaños y calidades y se escogen tomando en consideración la calidad del vino. Una de las características del corcho es su gran comprensibilidad, ya que el aire constituye 85 % de su volumen y eso le permite comprimirse para introducirlo en la botella y, cuando se expande dentro, se convierte en un cierre hermético cuya fricción ayuda a que no se salga de su lugar. Otras características son su calidad de aislante térmico y un poder de recuperación importante, ya que cuando lo sacamos de la botella tiende a recuperar su tamaño normal. Es además incorruptible, impermeable, antihumedad, resistente a grasas y disolventes, de gran ligereza y, seguramente, muchas cosas más. Él corcho presenta calidades diferentes. Podemos analizarlo al sacarlo de la botella. Lo primero que hay que ver es su longitud. Los corchos de mayor calidad tienen 55 mm. De ahí disminuyen hasta llegar a los 45 mm en vinos de calidad y, menor a esa medida, para los de calidades bajas. Otro de los aspectos por analizar en el corcho es su estructura: hay que cerciorarse de que las paredes estén lisas y libres de imperfecciones. También puede analizarse si al apretar el corcho por la barriga tiene elasticidad o no, pues esa memoria del corcho indica que tiene humedad y posiblemente la botella estaba en posición acostada en su guarda, indicativo de que la conservación fue buena. Existen corchos de aglomerado elaborados con los recortes comprimidos para dar la forma. Este tipo de corcho es de menor calidad y menor costo, por lo que se encontrará en vinos de consumo rápido y precio económico. Corchos Sintéticos Existen hoy en día, y desde hace unos 15 años, tapones sintéticos que cumplen la misma función que el corcho. De hecho, la tecnología ha creado copo limeros de polietileno con microaireación para simular las condiciones del corcho. La aplicación de estos corchos economiza la producción del vino y no debemos asustarnos cuando al descorchar salga un tapón de color rojo. Los tapones sintéticos se utilizan para vinos de consumo rápido y económico, mientras que el corcho se sigue utilizando para los grandes vinos de guarda, posiblemente porque al sintético le faltan años de estudio y adaptación tecnológica para saber qué pasará en el futuro. Dentro de este tipo, vamos a incluir también la taparrosca o screw cap, que gana aceptación por la facilidad para destapar sin descorchador y por su sello hermético.


En esta modalidad se están desarrollando taparroscas con una ligera microaireación para dar al vino ese toque de aire que el corcho suministra.

Las Etiquetas Cuando una bodega saca al mercado una marca de vino, la etiqueta de un vino y su diseño se convierte en casi tan importante como lo es la elaboración del vino, su precio, cuestiones como donde se venderá, cómo se promocionará o su posicionamiento (como se diferenciará de todas las competidoras). el 20% de los sonrientes compradores que entran en una tienda y empiezan a desesperarse con tantas etiquetas de tantos perfiles y coloridos y orígenes y precios… terminan por decidir por la estética, la ilustración, la tipografía o el formato de la botella. Hay algunos consejos al etiquetar las botellas: 1. La etiqueta debe reunir la esencia de tu mensaje y más aún la parte frontal, supone toda una valla publicitaria digna de aprovechar y mejor que sea perdurable. 2. Lo ideal es que en a modo de tarjeta postal puedas contar todo lo que ofrece el vino y mejor aún los sabores que evoca: el más difícil todavía. 3. ¿Eres capaz de trasmitir por la etiqueta que tu vino parece bueno? 4. Tus etiquetas deben dirigirse a tu público target. 5. No te olvides que tu botella cuenta hoy con la última tecnología y muchos avances ergonómicos. 6. Ni se te ocurra copiar el embalaje de tu competidor. 7. La calidad del vino no es percibida sólo porque lleve medallas impresas en la botella, un corcho de calidad o un sufrido color negro elegantón. Cada comprador puede tener distintas concepciones de calidad del vino en función de sus hábitos, actitudes y su experiencia. 8. La caja del vino es casi tan importante como la etiqueta. 9. Es cierto que la etiqueta debe compartir espacio con una extensa lista de datos regulados como el alcohol, la añada, la declaración de sulfitos o el tamaño. 10. Casi todos los compradores piensan que el vino es sofisticado, cultural, elegante.., así que la tarea es superar esta primera impresión para mejorarla.


11. Cuidado con diseñar etiquetas muy modernas y rupturistas si tú tienes un cliente habitual muy tradicional, de comidas familiares, que valora el estatus o el regalo. 12. Las bodegas nuevas o que buscan remover el mercado con etiquetas que sean sugerentes para los Milenios. 13. Si encuentras una diseño acertado, no se te ocurra cambiarlo, fíjate en lo que han cambiado de diseño las etiquetas de los grandes vinos de Burdeos. 14. ¿Cuándo debe ser la voz de alerta de que debes cambiar la etiqueta de tu vino? Cuando tengas la constancia de que empiezan a bajar tus ventas. Será un impulso y un argumento de buenas noticias para que tus comerciales lo puedan comunicar.

Solemos contar y vender historias sobre otras marcas que no son las nuestras. Inventamos motivaciones, objetivos y sentimientos que afectan a otros y no se corresponden con los nuestros. Sólo se trata de proyecciones, juicios e invenciones que muchos de los cuales son erróneos. Por eso, no pierdas tu foco: tu propia historia.

La Conservación de los Vinos La crianza en Botellas La crianza es un proceso largo, cuyo objetivo es conferir unos caracteres distintos a un vino que ya se encuentra elaborado. Ciertamente el punto de partida es un vino perfectamente apto para el consumo, pero con la posibilidad de ser mejoradas sus cualidades mediante el envejecimiento. La naturaleza de las variedades confiere mayor o menor características hacia la longevidad de los vinos. El proceso de crianza se realiza en dos fases: oxidativa y reductora. La primera tiene lugar en la barrica de madera. La mejor madera para este procedimiento es la del roble americano o francés. Todas las barricas se colocan en hileras unas sobre otras en un espacio excavado o semiexcavado en el terreno, cuya temperatura debe oscilar entre 5º entre verano e invierno y su humedad relativa debe estar alrededor del 75%. Estas condiciones facilitan el proceso. Las pequeñas cantidades de oxígeno que consiguen llegar al interior del recipiente cambian los componentes químicos del vino.


Durante esta fase la madera transmite una serie de sustancias aromáticas y gustativas de a el vino como los taninos y de los aldehídos que influyen y modifican el aroma y el sabor del vino. Al mismo tiempo, se lleva a cabo la micro oxigenación que permite la estabilización del color del vino al destruir los antocianos, que aportan el color que tiene el vino en su origen. Por este motivo, los vinos tintos evolucionan del color rojo violáceo que tienen los vinos jóvenes a un color rojo teja de los añejos. Además, cada seis meses las barricas se trasiegan para separar el vino de los residuos que se acumulan en el fondo. Los expertos aconsejan no envejecer un vino más de dos años en barrica porque se puede estropear, al hacerle perder su color, introducir demasiados aromas y taninos de la madera y someterse a un exceso de oxidación. Crianza en botella o fase reductora Durante esta etapa, el vino permanece en reposo dentro de una botella en la que apenas entra oxígeno porque el corcho que la sella impide que penetre, de manera que los elementos del vino reaccionan entre sí en su ausencia. Se desarrolla siempre con la botella en posición horizontal para que el corcho esté humedecido y se ubican en cuevas o naves subterráneas aisladas para evitar el aire y los cambios bruscos de temperatura. El color de los vinos, se modifica de nuevo al disminuir los antocianos (pigmentos azules y rojos) y aumentar las flavonas (pigmentos amarillos). Los blancos carecen de antocianos pero incrementan las flavonas, produciendo los colores amarillos intensos y ambarinos. Además, se eliminan gran parte de los taninos y se reduce el nivel de astringencia del vino volviéndose más suave.

Almacenamiento de Vinos Vino Blanco Los vinos blancos deben de estar almacenados tomando en cuenta algunas reglas para conservar sus características. Posición: Las botellas deben guardarse acostadas, en posición horizontal, de esta forma el vino siempre estará en contacto con el corcho y el tapón no se secará. Otra


forma de colocarlas es ligeramente inclinada hacia arriba, para que el sedimento del vino se acumule en el fondo de la botella, pero se corre el riesgo de que el corcho no se mantenga húmedo y se filtre el aire. También se pueden colocar inclinadas hacia abajo para que el corcho se mantenga húmedo, pero el sedimento se almacenará cerca del corcho y estropeará el vino. Por lo que si se decide colocar las botellas inclinadas hacia arriba o hacia abajo habrá que moverlas. Si el tapón del vino es de silicona o de plástico se pueden conservar las botellas en posición vertical. Igualmente, para los vinos blancos y el champagne hay una tendencia actual que indica que estarán mejor de pie. Temperatura: La temperatura del almacén debe ser constante, entre 8°C a 18°C, porque el vino es muy sensible a los cambios de temperatura y al calor ya que pueden dañarlo. La temperatura óptima de conservación de los vinos esta alrededor de 12°C. Humedad: La humedad ideal es de 70 a 80%. Una humedad demasiado elevada no daña el vino, pero pudre las cajas y etiquetas. Al contrario de un almacén demasiado seco, que seca el corcho y provoca la oxidación del vino. Nivel de luz: La luz daña el vino y provoca un envejecimiento más rápido. El vino tiene que estar almacenado en la oscuridad. Tranquilidad: Las vibraciones provocan también un envejecimiento más rápido del vino. Lo mejor es conservar el vino en un lugar tranquilo y evitar también lo más posible de mover las botellas. Limpieza: El lugar donde se almacena el vino tiene que estar limpio y ventilado ya que el vino es sensible a los olores del entorno en el que esta conservado. La limpieza debe de hacerse con productos inodoros si es posible y se debe evitar conservar a la par de productos con olores fuertes como comida, especias, detergentes, etc. La bodega ideal es la que se encuentra en un lugar subterráneo o cavado en roca, las paredes deben ser gruesas de piedra o ladrillo, evitando cualquier filtración o tubería. El suelo debe ser poroso, suele dar muy buen resultado cubrir todo el suelo con tierra gruesa o grava y regarlo de vez en cuando. El lugar tiene que estar limpio y bien ventilado. Se debe evitar almacenar otros objetos en la bodega, especialmente aquellos que desprendan olores. Si no se dispone de un sótano o estancia similar donde ubicar una bodega, se puede aislar un armario o alguna habitación, también existen en el mercado armarios (frigoríficos) capaces de mantener las condiciones ideales de almacenaje.


En cuanto a los botelleros y estanterías deben ser rígidos, estables y de fácil acceso. El material puede ser diverso, aunque los mejores son los de piedra o de metal (sin tratamientos), los de madera, suelen dar buenos resultados, aunque se corre el riesgo de podredumbre. También es posible almacenar el vino en la propia caja, siempre y cuando sea de madera y no entre en contacto con el suelo. Un vino destinado a inversión, se revalorizará más si se conserva en su caja original de madera. Por último, es muy útil para evitar mover el vino, realizar un registro de cada botella y colgar una etiqueta con los datos básicos en el cuello a cada botella cuando están almacenados en el botellero. Vino Tinto Los vinos deben de estar almacenados tomando en cuenta algunas reglas para conservar sus características. Posición: Los vinos tienen que estar almacenados horizontalmente para que el corcho este en contacto con el líquido. Esto evita que el corcho se seque y así permite evitar la oxidación del vino. El Coñac y los aguardientes, al contrario, se conservan verticalmente ya que se puede dañar el corcho con el tiempo. Temperatura: La temperatura del almacén debe ser constante, entre 8°C a 18°C. Sabemos que el vino es muy sensible a los cambios de temperatura y al calor ya que pueden dañarlo. La temperatura óptima de conservación de los vinos esta alrededor de 12°C. Si usted no tiene una bodega en su casa, puede usar una habitación con aire acondicionado o un armario aislado. También puede utilizar un armario climático para vino que permite conservar el vino a la temperatura óptima. Humedad: La humedad ideal es de 70 a 80%. Una humedad demasiado elevada no daña el vino, pero pudre las cajas y etiquetas. Al contrario de un almacén demasiado seco, que seca el corcho y provoca la oxidación del vino. Nivel de luz:


La luz daña el vino y provoca un envejecimiento más rápido. El vino tiene que estar almacenado en la oscuridad. Tranquilidad: Las vibraciones provocan también un envejecimiento más rápido del vino. Lo mejor es conservar el vino en un lugar tranquilo y evitar también lo más posible de mover las botellas. Limpieza: El lugar donde almacene el vino tiene que estar limpio y ventilado ya que el vino es sensible a los olores del entorno en el que esta conservado. La limpieza debe de hacerse con productos inodoros si es posible y se debe evitar conservar a la par de productos con olores fuertes como comida, especias, detergentes, etc.


Vinos Especiales Almacenamiento de vinos especiales Los vinos deben de estar almacenados tomando en cuenta algunas reglas para conservar sus características. Posición: Los vinos tienen que estar almacenados horizontalmente para que el corcho este en contacto con el líquido. Esto evita que el corcho se seque y así permite evitar la oxidación del vino. El Coñac y los aguardientes, al contrario, se conservan verticalmente ya que se puede dañar el corcho con el tiempo. Temperatura: La temperatura del almacén debe ser constante, entre 8°C a 18°C. El vino es muy sensible a los cambios de temperatura y al calor ya que pueden dañarlo. La temperatura óptima de conservación de los vinos esta alrededor de 12°C. Humedad: La humedad ideal es de 70 a 80%. Una humedad demasiado elevada no daña el vino, pero pudre las cajas y etiquetas. Al contrario de un almacén demasiado seco, que seca el corcho y provoca la oxidación del vino. Nivel de luz: La luz daña el vino y provoca un envejecimiento más rápido. El vino tiene que estar almacenado en la oscuridad.


Tranquilidad: Las vibraciones provocan también un envejecimiento más rápido del vino. Lo mejor es conservar el vino en un lugar tranquilo y evitar también lo más posible de mover las botellas.

Limpieza: El lugar donde almacene el vino tiene que estar limpio y ventilado ya que el vino es sensible a los olores del entorno en el que esta conservado. La limpieza debe de hacerse con productos inodoros si es posible y se debe evitar conservar a la par de productos con olores fuertes como comida, especias, detergentes, etc.

Ubicación: Debe ser Preferentemente, el lugar debe ser poco frecuentado. Físicamente, sus paredes no deben dar con el exterior; en caso de no ser posible, se debe evitar en medida de lo posible la insolación. No debe encontrarse cerca de fuentes de calor, como la calefacción. La estantería se recomienda que sean de madera y que su diseño permita identificar que vino tiene almacenado sin tener que mover las botellas para ello. La idea de esto es que tengan un diseño que optimice el espacio y permita ver todas las botellas de un solo vistazo. Los estantes deben conservar el vino en la misma posición todo el tiempo, ya que dependiendo del vino con el que se trate es la posición idónea para permitir su correcta evolución.


El servicio de Vino La temperatura de los vinos Aunque parezca un elemento secundario, la temperatura de los vinos, a la hora de servirlos es algo fundamental cuando nos disponemos a catarlos o degustarlos, pues está incide en su aroma, su sabor y su tacto. Según el tipo de vino hemos de cuidar su temperatura de servicio, ya que su correcta aplicación desarrollara mejor los potenciales aromáticos, gustativos y táctiles de los mismos. Ya los franceses para los vinos tintos hablan de "chambrear" el vino, no era otra cosa que poner el vino a la temperatura ambiente de la habitación donde se iba a beber dicho vino. Esta generalización, como podemos comprender no resulta muy oportuna, pues depende de la temperatura a la que este dicha habitación o lugar. TIPO DE VINO 

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Blancos Jóvenes entre 7 y 10º C. A una temperatura mayor resaltaría los valores alcohólicos y los aromas secundarios. Por el contrario a una temperatura menor enmascararía los finos aromas y su personalidad proporcionándole un sabor insípido Blancos Crianza entre 10 y 12º C. Con esta temperatura mantiene sus aromas terciarios, sin perder los propios del fruto, protegiéndose así las dos virtudes necesarias de estos vinos: frutosidad y bouquet Tintos Jóvenes entre 12 y 15º C. Con esta temperatura se respetan los caracteres de los tintos, aportando la frescura necesaria Tintos Crianza entre 14 y 17º C. Esta temperatura segura la expresión tánica y la corpulencia que los caracteriza, por encima de la frescura y ligereza Tintos Reservas entre 17 y 18º C. A mayor temperatura no apreciaríamos los aromas terciarios de oxidación y reducción, originados en la crianza, resaltando los alcoholes y enmascarando los sabores y aromas especiados del envejecimiento Rosados y Claretes entre 10 y 12º C. A menor temperatura perderían los leves matices del tinto que aportan los hollejos, y a mayor temperatura aumentaría su acidez, perdiendo la delicadeza del mosto. Chacolís entre 8 y 10º C. A mayor temperatura, resaltaría de forma punzante su acidez y perdería sus matices aromáticos. Cavas y Espumosos entre 6 y 8º C. A menor temperatura perderían sus matices aromáticos y a mayor temperatura resaltarían los sabores amargos, no deseables, perdiendo su finura


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Finos y Manzanillasentre 7 y 10º C. A menor temperatura su fino y vivaz sabor se volvería insípido y a mayor temperatura no apreciaríamos bien sus aromas salinos, destacándose sólo los aromas alcohólicos. Amontillados entre 12 y 15º C. Esta temperatura le aporta la frescura necesaria a vinos de cierta potencia alcohólica como son los amontillados. Olorosos entre 14 y 17º C. A mayor temperatura se difuminarían sus complejos aromas y por el contrario a menor temperatura perdería consistencia y cuerpo Blancos Dulces 5º C. A temperatura mayor el dulzor pierde armonía con los caracteres etéreos el vino; se aísla llegando a jarabezarse Licorosos entre 12 y 14º C. Es la temperatura ideal para respetar el perfecto equilibrio entre sus profundos aromas y su sabor dulce y suave, pero a la vez pleno y vigoroso.

Como abrir un vino 1.- Poner la botella en posición vertical 2.- Cortar la cápsula por debajo del borde del gollete 3.- Clavar la punta del tirabuzón en el centro del corcho 4.- Girar el sacacorchos, no la botella 5.- No atravesar todo el corcho para que no caigan restos al vino


6.- Extraer el corcho lentamente y con cuidado para que no se rompa 7.- Limpiar con un paño limpio posibles partículas adheridas al vidrio del cuello de la botella

Decantación de un Vino ¿Qué es decantación? Mediante la decantación es posible eliminar esos posos o restos del corcho, se le da mayor oxigenación, maduración, permite la floración de los aromas y toma la temperatura adecuada para su consumo. Generalmente los vinos que se decantan son aquellos más viejos y que llevan mucho tiempo en la botella, pues es usual que se formen posos. Lo que le otorga su color al vino tinto se llama antociana. Se trata de un componente muy parecido al tanino (que da la astringencia), ambas son moléculas bastante pesadas, que se asocian a medida que pasa el tiempo y resultan moléculas aún más pesadas que caen en el fondo de la botella, formando un depósito. Ese fenómeno natural explica que el vino tinto pierda color y astringencia a medida que envejece. Estas partículas sólidas no son malas, son naturales, pero la sensación táctil que dan en la boca es desagradable, por eso hay que sacarlas.


¿Cómo es su proceso? La primera etapa consiste en avinar el decantador con Oporto para desarrollar todos los aromas del vino y porque las paredes de la copa, o en este caso del decantador, deben estar previamente mojadas con otro o el mismo vino. En el caso de la Decantación, se utiliza el Oporto porque tiene un grado alto de glicerol, elemento que se pega al vidrio, formando las llamadas “piernas”. Uno pone un poco de Oporto en la jarra y la hace girar hasta que el vino moje totalmente el interior.

¿Cómo decantar?

Abrir la botella: Las botellas que tienen partículas en suspensión se deben manejar con aún más cuidado que las otras, para que el depósito se quede al fondo. Después de abrirla, se debe probar el vino, para ver por ejemplo si está acorchado, en ese caso, no vale la pena decantarlo, porque este defecto nunca desaparece.


Decantar: Se prende la vela y, con el cuchillo del descorchador, se saca la cápsula entera, para tener una buena vista del interior de la botella. Uno trabaja con el gollete de la botella justo encima de la luz, y con la jarra en la otra mano. Despacio, se traspasa el vino de un lado al otro, hasta ver las primeras partículas sólidas en el gollete. En este momento, la botella se pone derecha. Lo poco de vino que queda en la botella se pierde. Al verter el vino en el recipiente, éste debe deslizarse en las paredes de vidrio y no caer derecho en el fondo. Oxigenación: En el caso de un vino joven de alta calidad, o de un vino recién embotellado, se puede hacer uso de un recipiente, pero en este caso no se habla de decantación sino que de oxigenación. El paso por decantador y el contacto con el aire le permiten expresarse mucho mejor.

Las decantadoras Los decantadores se utilizan para separar el vino de los depósitos sólidos que se forman con los años, especialmente en vinos tintos de larga crianza. De esta manera el material líquido se separa de los sedimentos provocados por el envejecimiento y la maduración en botella. En segundo lugar, con la decantación se logra que el oxígeno despierte los componentes olfativos y de esta forma se exalten las cualidades del vino.


La labor de decantación deberá ser cauta y sigilosa. Para realizar una correcta tarea, la botella debe permanecer de pie por al menos un día, una vez abierta, servir el líquido en forma lenta y constante. Ayudados por una luz tenue que ilumine el cuello de la botella se verterá el vino hasta cuando la claridad y la brillantez comiencen a mutar y los sedimentos hayan alcanzado el hombro de la botella.

Las Copas Las copas de vino están hechas para retener los aromas. Es por esto que las copas son altas y con una apertura más pequeña que el diámetro central de la copa. Esto ayuda a que se queden los aromas adentro y no se dispersen tan fácilmente. Las copas también deben de ser suficientemente grandes para poder agitar el vino adentro de la copa, oxigenándolo y liberando los esteres que no son tan volátiles. Esto es importante al tomar un vino, pues si no se agita no se podrá conseguir el perfil completo del vino La copa de vino se divide en 4 partes: la boca, el cáliz, el fuste o pierna y la base La boca


La copa de vino finaliza en forma cóncava hacia el inferior para evitar que se diluyan sus aromas. Es por ello que por esta parte de la copa, la boca, entra en juego el sentido del olfato. La base o el pie Esta parte tiene que ver con el diseño y tiene como objetivo sujetar la copa. La base puede ser circular, cuadrada, lisa, tallada… El tallo, fuste o pierna de la copa Es el nexo de unión entre la base y el cáliz. El tallo tiene que ser lo bastante largo para que no toquemos el cuerpo de la copa, ya que de esa manera, calentaríamos el vino con los dedos. Este es el motivo por el que en otro tipo de copas, como las copas de coñac, en las que es necesario calentar su contenido, el tallo no es tan alto. El cáliz, balón o cuerpo de la copa de vino El cáliz o cuerpo de la copa es donde se deposita el vino. Su forma dependerá exclusivamente del tipo de contenido. Así, si se trata de vino tinto, el cáliz será ancho y voluminoso para que se oxigene. Copa de vino tinto Las copas de vino tinto son más grandes y tienen una apertura más abierta que las copas de vino blanco porque su sabor y aroma son más complejos. Típicamente, los vinos tintos tienen sabores fuertes y aromas fuertes por lo que tener una apertura más grande hace que haya más superficie y por lo tanto más aire en contacto con el vino. Esto significa más oxidación y más aroma.


Copa de vino blanco Las copas de vino blanco en cambio son más chicas y su apertura es pequeña. La razón de esto es que el vino blanco no necesita oxidarse tanto para encontrar sus aromas. La razón de porque es más pequeña la copa es también para no calentar el vino. Cuando se tiene una copa más grande, hay más superficie con el aire, que hace que se disipe el calor o el frío más rápido. Al tener una apertura más chica y también más pequeña, el vino conserva su temperatura y no se calienta tanto. Una copa de vino debe cumplir los siguientes requisitos: 1. Material de cristal lo más fino posible, transparente e incoloro, para poder percibir el color del vino. 2. Copas sin tallar que puedan quitar protagonismo al vino. 3. Forma convexa con bordes hacia el interior, con el fin de retener los aromas. 4. Tamaño lo bastante grande para verter en ellas el vino suficiente, un tercio es lo ideal, permitiendo hacer girar el vino en ella para liberar aromas y poder levantarla con comodidad para observar al trasluz. 5. Pie de entre cuatro y cinco centímetros de altura, para evitar que los dedos toquen el cuerpo de la copa. Aun así, en ocasiones existe un gran desconocimiento acerca de cómo debe ser la copa, de los requisitos que ha de cumplir dependiendo del vino que queramos degustar. Las copas deben tener sus curvas en los lugares adecuados. El fondo debe ser redondeado para ayudar a airear el vino y dejar que se desarrolle su aroma correctamente. Por otro lado, la parte superior de la copa debe finalizar en forma cónica hacia el interior para que no se escape la esencia. Es fundamental que el talle de la copa sea lo suficientemente largo como para no tocar el cáliz, pues de no ser así, calentaríamos el vino con nuestras propias manos. El cristal debe ser transparente y liso, pues de esta manera podemos apreciar mejor la calidad y brillantez del vino.


Las medidas estandarizadas de una copa es de 5 cm de alto, 10 cm de fondo y 6,5 cm de ancho y fueron establecidas por Iso (International Standard Organization). El vino añejo requiere una copa con boca ancha y fondo pequeño; los vinos más jóvenes, por su parte, precisan un fondo más grande y una boca más cerrada. Los vinos espumosos y champanes deben servirse en copas aflautadas o 'fluté', que son altas, delgadas, de fondo pequeño y cónicas en la parte superior. Son adecuadas porque permiten que el vino no pierda su efervescencia y sus aromas se aposenten. El vino blanco y tinto pueden servirse en la misma copa, aunque lo ideal es que la copa del vino tinto fuera algo más grande, pues es un vino de sabor más fuerte y necesita moverse para poder respirar. Por su parte, la copa de brandy o cognac es la copa que se sujeta con la palma de la mano, calentando el contenido y haciendo que el bouquet salga. A la hora de servir, no se debe llenar demasiado una copa pues el vino precisa de espacio suficiente para respirar y liberar su aroma. No se debe servir el vino de mesa en vasos pequeños pues da la sensación de que está ahorrando o racionando la cantidad. Como venimos diciendo, el vino necesita de una copa generosa como su propia naturaleza Beber vino es un placer. Sin embargo, para poder disfrutar plenamente de esta bebida, existe una gran variedad de copas que por su diseño, realzan las características únicas de los vinos de algunas cepas o regiones vinícolas específicas. Champaña: Es una copa alargada, con forma de tulipán y borde superior estrecho. Concentra el aroma de los vinos espumosos y a la vez facilita la formación del característico perlage.

Burdeos: Esta copa, por su gran volumen, promueve una buena oxigenación del vino y por lo tanto una completa expresión aromática; del mismo modo, permite que se perciba primero la dulzura de la bebida, enfatizando las cualidades frutales. Se utiliza para vinos tintos de buen cuerpo, complejos y ricos en taninos.


Borgoña: Para vinos tintos de taninos moderados, de buena acidez y un elevado contenido de alcohol. Su forma controla el flujo del vino, moderando las sensaciones ácidas y destacando las dulces. Su amplio cáliz favorece el despliegue de matices aromáticos.

Chablis: Es ideal para vinos blancos ligeros y de alta acidez, pues su cáliz pequeño y tallo alto, evitan que el vino se caliente. Su diseño propicia el equilibrio gustativo y la liberación de notas especiadas y minerales, así como una marcada percepción de frescura.


Jerez: Esta copa es pequeĂąa y de forma ovalada con boca estrecha que concentra los aromas y equilibra el gusto. Se utiliza para vinos licorosos y generosos de textura densa.


Regiones Vitivinícolas de Francia Una de las razones de la importancia de Francia en materia vitícola reside en la extraordinaria gama de vinos que produce. La diversidad de sus climas y sus suelos le permite elaborar desde blancos ligeros hasta tintos potentes. Cada región francesa tiene sus vinos típicos en estrecha relación con la gastronomía local.

Burdeos Situada al sudoeste de Francia, capital de la región de Aquitania y prefectura del departamento de Gironda, Burdeos cuenta con una historia y un presente sumamente ligados a la actividad principal que se desarrolla en su territorio: la vitivinicultura. Origen de los vinos más prestigiosos y costosos del mundo.


Distribuido en 117.514 hectáreas del territorio bordelés, los viñedos de esta región brindan la materia prima para la producción de los vinos tintos elaborado a partir de una mezcla de uvas como Cebernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Petir Verdocy Malbec; para los blancos Sauvignon Blanc, Semillon y Muscadelle.

En el norte, el Médoc es un sitio privilegiado para la producción del vino tinto: es aquí donde se produce los muy conocidos Pauillac, Margaux, Listrac, Moulis, SaintJulien y Saint-Estèphe. Al Sur de Burdeos se producen los vinos de tipo "graves" (Pessac, Léognan) y los vinos generosos: las fincas donde se producen esos tan célebres generosos (Cerons, Sauternes, Barsac en la orilla izquierda del Garona y Sainte-Croix-du-Mont y Loupiac en la orilla derecha) se situan en un enclave localizado en la punta Sur de los graves, cerca de Langon. Sémillon y Sauvignon son las dos cepas principalmente cultivadas para producir los vinos blancos, y están combinadas con una geología comparable con la del alto Médoc que se compone de pedregal, arena, arcilla y marga y cuyo clima es generalmente cálido y soleado. Estas cepa están complementadas por las cepas de Muscadelle, de Merlot blanc, de Colombard, de Mauzac, de Ondenc y de SaintEmilion. Entre los rios de Garona y de Dordoña se sitúa la región del 'Entre-Deux-Mers, que, siendo la mayor región vitícola de Burdeos, propone una amplia diversidad de vinos blancos y tintos que provienen de las cepas Cabernet Sauvignon, Franc, Merlot y Malbec : Entre-Deux-Mers, Premières Côtes de Bordeaux, Côtes de Bordeaux-Saint-Macaire, Saint-Foy-de-Bordeaux y Graves de Vayre. En el otro lado del Dordoña, subiendo hasta el Norte, se puede descubrir vinos con una dominate de Merlot: es el caso para el Libournais, el Blayais, el Bourgeais, el Fronsac, el Pomerol y luego los pueblos y las laderas de Saint-Emilion.


Cada château, cada cru, cada denominación posee una personalidad y originalidad únicas. La gran diversidad de vinos de Burdeos permite adaptarlos a la mayoría de los platos. Características de los vinos de Burdeos. Burdeos es una de la grandes extensiones vitivinícolas del mundo, la primera de Francia y con casi 60 Appellations d'Origine Contrôlée repunta por su increible variedad debido a los diferentes climas que lo moldean, sus accidentes geográficas y sus composiciones geológicas. Existen dos zonas claramente delimitadas en Burdeos: El estuario del río Gironde y las riveras del Garona y el Dordogne. La primera la domina la ciudad de Burdeos y la segunda la villa de Libourne donde se asientan las famosas denominaciones de Saint Émilion y Pomerol. Dentro de Burdeos, cabe destacar las siguientes regiones productoras: MEDOC Ofrece algunos de los mejores vinos del mundo. Los vinos de Médoc fueron descubiertos hace mucho tiempo por los aficionados del norte de Europa, que ya se aprovisionaban en Burdeos en la época de los romanos. Los Premiers Crus de Médoc, como Margaux, Latour o Lafite, eran conocidos por los importadores de grandes vinos hace tres siglos. La variedad dominante en las denominaciones del Médoc es la cabernet sauvignon, que se encuentra mezclada en proporciones variables con merlot, cabernet franc y


petit verdot. Los vinos tintos de Médoc se distinguen por su rectitud, finura y austeridad, así como por los aromas dominantes de la cabernet sauvignon. GRAVES Se extiende sobre la orilla izquierda del Garona. Esta región vitícola es la más antigua de Burdeos, pues ciertas propiedades tienen más de 700 años de historia. El área de denominación Graves se caracteriza por la ausencia de unidad del viñedo y la gran diversidad de los vinos que produce. No sólo se elaboran vinos tintos secos magníficos, sino también blancos, tanto secos como generosos. Los vinos tintos de Graves presentan finura y equilibrio, así como hermosas notas de cereza, de tabaco y de chocolate. Los vinos blancos gozan de una merecida fama. Las cepas blancas más utilizadas son la sémillon y la sauvignon y, en proporción mucho menor, la muscadelle. SAUTERNES Y BARSAC Son denominaciones localizadas dentro de la denominación de Graves. Se produce el Sauternes, considerado uno de los mejores vinos blancos licorosos del mundo. El Sauternes, de color dorado, con notas de miel, de avellana y de naranja, es un vino clásico de postre. Las variedades utilizadas para la elaboración del Sauternes son las mismas que las utilizadas para los vinos blancos de Graves: sauvignon, sémillon y muscadelle. La diferencia radica en que las condiciones climáticas de Sauternes favorecen la formación de la Botrytis cinerea (podredumbre noble), que decolora las uvas, las arruga y concentra su contenido de azúcar, de acidez y de glicerina. SAINT-ÉMILION Esta famosa región vitícola se sitúa alrededor del pueblo de Saint-Émilion, a unos 40 Km al noreste de Burdeos (5,200 Ha). La variedad de vinos de Saint-Émilion se explica por dos factores: por un lado, la gran diversidad de suelos, subsuelos y microclimas y, por otro, la cantidad de productores independientes. Las cepas merlot (75% del viñedo) y cabernet franc (20% del viñedo) son las que más se aclimataron en esta zona. Estas variedades se combinan para crear vinos finos y frutales, realzados por un buen grado de alcohol, de acidez, de taninos y otros componentes aromáticos. Un Saint-Émilion correcto, de una buena añada, alcanzará su apogeo al cabo de 3 a 6 años. Sin embargo, las grandes cosechas tienen una expectativa de vida de 10 a 20 años, si se conservan en buenas condiciones. POMEROL Pese a su reducida extensión, es considerada una de las joyas de Burdeos por la


calidad y el carácter único de sus vinos tintos. Es el reino de la merlot, que ocupa 3/4 partes de la superficie de su viñedo. La cabernet franc cubre 1/5 y la cabernet sauvignon aproximadamente un 5%. En general, los vinos de Pomerol se pueden beber bastante jóvenes y la mayoría son seductores entre 4 y 6 años después de la vendimia.

Borgoña La Borgoña es una región tan parcelada que se parece a un mosaico cuyo fragmentación dio lugar al más grande número de denominaciones por kilómetro cuadrado. Del Norte hasta el Sur, se encuentra en primer lugar el Yonne (Chablis, Irancy), luego se puede descubrir la côte de Nuits y la côte de Beaune, con Meursault y Puligny donde están los mejores vinos blancos. Más abajo, llegamos a Chalon-sur-Saône y Mâcon donde se produce el famoso Pouilly-Fuissé. La región donde se produce el Beaujolais se extiende en una faja de tierra que mide 15 kilómetros de ancho y su popularidad evoca la copa de la amistad que se toma en la taberna y el placer de comer salchichón y queso. Cada región de Borgoña dispone de su propio terruño: granito, calcáreo o arcilla, pendientes suaves o laderas bien avenadas para, finalmente, adaptarse con precisión a su entorno y al clima. Se encuentran únicamente dos tipos de cepa en Borgoña: el Pinot Noir y el Chardonnay. El pinot noir, la cepa más noble, constituye un 70 % de la superficie del viñedo: aquí toma toda su dimensión para producir vinos tintos que muchas veces, se consideran como los mejores del mundo.


Borgoña esconde en sus entrañas uno de los viñedos más famosos del mundo, que produce vinos ricos y elegantes. La Borgoña vinícola se divide en seis regiones: Chablis y Yonne: Limita con Champagne y no está muy lejos del valle del Loira, al oeste. Se elaboran vinos a base de chardonnay, en un estilo cercano al Côte d’Or pero más seco. Algunos viñedos de Yonne producen tintos apreciados. Côte d’Or: Sus viñas, sobre laderas orientadas al este, se extienden entre Dijon y Santenay. Renombrado centro de vinos tintos y blancos, aquí se elaboran los vinos más complejos, más caros y de mayor longevidad. Hautes Côtes: Región situada al oeste de la ladera principal de Côte d’Or. Los vinos son algo más simples que los Côte d’Or. Côte Chalonnaise: Formada por la prolongación de los viñedos de Côte d’Or hacia el sur. Se producen vinos tintos y blancos, algunos excelentes. Mâconnais: Zona situada al oeste de la ciudad de Mâcon. Propone vinos tintos de nivel medio, y blancos de gran calidad. Las denominaciones de la región de Borgoña son muy numerosas: cada región, cada pueblo, cada pago tiene su AOC. Posee además una jerarquía de denominaciones bastante complicada: las AOC regionales, las AOC villages, los premiers crus y los grands crus. Algunas de las denominaciones regionales son: Bourgogne, Bourgogne-Aligoté, Bourgogne Passetoutgrain, Bourgogne (Grand) ordinaire, Mâcon, Chablis, Côtes de Nuîts, Hautes Côtes de Nuîts, Côtes de Beaune, Hautes Côtes de Beaune y Côte Chalonnaise. Las cepas de los vinos de Borgoña - Bourgogne. Sus varietales Las reinas de Borgoña, para los vinos tintos borgoñeses la Pinot Noir es la cepa reina, teniendo la Gamay un papel secundario. La Chardonnay, hoy la uva blanca más extendida en el Mundo para los vinos que reclaman cierta calidad. La Pinot Noir es de origen incierto, es una uva realmente difícil de cultivar ya que con sus debilidades es sensible tanto para el Mildiu, el Oidio y la Brotrytis. A la hora de vinificar los vinos resultantes de la Pinot Noir, resulta el tanino de dificil extracción y su bajo poder colorante hace que las maniobras de extracción del color mediante el pigeage se realice de forma manual como tradicionalmente siempre se ha hecho. Los vinos que resultan de la Pinot Noir son difíciles y para los acostumbrados a los vinos redondos, golosos, tánicos y carnosos es un vino secundario hasta que


encuentran no solo la elegancia en sus aromas sino también la discrección aromatica que tan interesante la hace. En cambio la Chardonnay es una uva muy fácil de cultivar que debido a su calendario biológico combate las enfermedades propias de la viña otorgando una rendimiento más que aceptable para el productor. Los vinos de la Chardonnay son a la par de elegantes muy frutales, destacando su aromas de frutas tropicales como la piña y el lichy y florales destacando el aromas a rosas. Estos vinos amplios en boca dominan el panorama vitivinícola mundial y teniendo como casas de acogida preferente, la región de Champagne/Champaña y Borgoña diversas regiones francesas así como países del nuevo y viejo mundo la han acogido como propia. Características de los vinos de Borgoña - Bourgogne. Las escala de denominaciones de la Borgoña - Bourgogne defiende tres tipos principales de clasificaciones, desde la regional hasta el comunal de la siguiente manera: Denominaciones Regionales: Cuatro son las denominaciones regionales por excelencia; La primera AOC Borgogne con prevalencia de los vinos tintos y blancos, siendo los tintos de Pinot Noir (y aceptadas la César y el Tressot que son aceptadas en la región de Yonne) y los blancos surgen del Chardonnay del Pinot Blanc, la etiqueta dirá la región en la que se encuentra y en los de la región de Yonne, definirán la villa de su recogida y producción. AOC Borgogne (Grand) Ordinaire suman a las cepas autorizadas la propia del Beaujolais, el Gamay y el Aligoté. Este último está presente para los AOC Borgogne Aligoté que genera blancos secos mientras que el AOC Borgogne Passetoutgrain crea una base de vino tinto de Gamay con un 1/3 de Pinot Noir. Finalmente como denominación regional AOC Mâcon tiene su propio sello que pudiera ser considerado como el origen de la independencia para muchos de los AOC Beaujolais. La segunda Vins Villages (Vinos de aldea / villa) y la tercera y cuarta premiers crus y


grands

crus

como

últimos

de

la

escalada.

Los vinos de aldea son también comunales, es decir, de agrupación de pequeñas aldeas o villorrios teniendo cada una de ellas su propia denominación diferenciada y encontrándose normalmente en la Côte d’Or, como por ejemplo, AOC Gevreychambertin. Al igual que Chablis, las dos regiones encuentran algunos viñedos elevados a la categoría de Premier Cru que se menciona en su etiqueta como por ejemplo AOC Gevrey-chambertin Les Clos Saint-Jacques. Los denominados Grand Crus son denominaciones en sí misma como es el caso de AOC Chambertin. Esto no implica que todos los vinos elevados y criados en aquellos lares reciban dicha clasificación automáticamente, aquellos pagos o viñedos que se consideren de calidad inferior serán por tanto considerados etiquetados como vino de denominación de origen regional.

Champagne ardennes El clima es frío y húmedo, y se encuentra intensamente condicionado por la llegada de fuertes vientos. La temperatura media anual ronda los 10 ºC, mientras que el régimen pluviométrico muestra unas precipitaciones medias de 1.200 mm/año, hecho que favorece el desarrollo de una densa y variada cubierta vegetal. A pesar de las abundantes precipitaciones, esta llanura es seca, debido a la permeabilidad de la Creta y a los suelos pobres no desarrollados. Por esta razón, los edafólogos del siglo XVIII denominaron a esta zona como la ‘Champaña árida’. Cuatro ríos la atraviesan de este a oeste: el Aisne, el Marne, el Aube y el Sena. En el suroeste, las arcillas silíceas de la comarca de Othe recubren la Creta. En el este, la Champaña cretácica da paso a la Champaña húmeda, una planicie modelada por la erosión de terrenos arenosos, arcillosos y margosos; limita al norte con la formación arcillo-silícea de Argonne, erosionada y tapizada por hayas y robles; al sur con la llanura caliza y arbolada de Langres, que culmina a 516 m de altitud, una de las mayores de la región, y comprende formas de relieve características del modelado calizo; y al este con las calizas jurásicas de los altos de Bars. En esta Champaña el agua está siempre presente (lagos y lagunas, así como amplios valles fluviales). La inclinación de los estratos y la existencia de la depresión parisiense han determinado la formación de una red hidrográfica convergente, cuyos brazos


atraviesan las côtes a través de unas gargantas muy accidentadas. De esta manera, el paisaje de la región puede reducirse a dos tipos esenciales; entre las côtes se encuentra la Champaña árida (Champagne pouilleuse), formada por creta blanca y donde predomina el savart, una especie de estepa formada por hierbas ralas y escasos árboles, bajos y achaparrados. La red hidrográfica se organiza en torno a las cuencas de los ríos Mosa, Aisne, Marne, Aube y Sena. Esencialmente agrícola. El sector primario tiene un peso mucho mayor en la economía regional que en el resto de Francia (el 40% de la población es rural, frente al 30% de la media nacional). La agricultura ocupa al 16% de la población activa (1% por encima de la media francesa) y produce el 18% del producto interior bruto regional. La explotación agropecuaria es muy moderna, gracias a la aplicación de las técnicas de abonado y mecanización. Dominan la industria la rama metalúrgica, seguida por la textil, la maderera, la construcción de muebles, materiales de construcción, vidrio y diversas industrias agroalimentarias. Las denominaciones de origen (AOC - Appellation d'Origine Contrôlée) de la Región Vinícola de Champaña - Champagne son las siguientes: AOC Champagne AOC Champagne (blanc de blancs) AOC Champagne (blanc de noirs) AOC Champagne (millésime) AOC Champagne (sans année) AOC Champagne (cuvées spécials) AOC Coteaux-champenois. Denominación que recoge los vinos tintos y blancos tranquilos lejos de las conocidad burbujas. AOC Rosé-des-riceys. Propia de la villa de Aube descarga los particulares vinos rosados expedidos por el Pinot Noir. Las cepas Sus varietales.

de

los

vinos

de

Champaña

-

Champagne.

Únicamente tres son las varietales que se permiten en Champagne ya sea en los famosos espumosos blancos y los cada vez más variados e incluso preferidos rosados. El porcentaje de utilización varía y en ocasiones se utiliza un solo tipo de uva como es el caso del blanc de blancs y que se refiere de forma automática al 100% Chardonnay:


Chardonnay: Elegancia y raza es la diferencia del champagnecomo la bebida efervescente de las grandes ocasiones. Cuando la uva se encuentra un tanto inmadura sus connotaciones propias son la de la manzana verde con su acompañamiento irrenunciable a la acidez. En los climas más fríos de maduración como es el caso de Champagne o de Borgoña, se despliegan peras, manzanas, uvas y acacias incluidos es un cuerpo meloso de nueces, galletas y palomitas de maíz. Trazas de tostado y ahumado no evitan notas minerales que restan en el paladar. Mientras en los climas más cálidos, el mango y la frutas exóticas toman prevalencia. Pinot Noir: Cuerpo y longevidad es lo que otorga al ensamblaje de juventud austera corregida con los años. Vetas de frutas y matices epireumáticos como el cuero y el sabor a tueste. Chispas de grosellas y champiñones se pueden asimilar en el sabor integrándose en su mezcla. Pinot Meunier: Afrutrado y aromático presta al ensamblaje ese famoso bouquet a frutas. Esta cepa clónica del Pinot Noir es menos alcohólica y coloreada que su precendente. Los filones de aroma y sabor son claramente afrutados y denota su presencia, el plátano, la manzana y la frambuesa.


Alsacia Situada al norte de los viñedos del Loira, esta región debería tener un clima fresco por su latitud. Sin embargo, debido a la protección que le proporcionan Los Vosgos que la bordean de norte a sur y la protegen de los vientos y las lluvias, tiene un clima más atemperado. El viñedo alsaciano es muy distinto del de las demás AOC francesas. Los vinos llevan el nombre de la variedad y la mayoría son blancos. Los viñedos se extienden sobre un centenar de kilómetros entre Estrasburgo y Mulhouse, sobre una gran variedad de suelos.

Las variedades: La gewürtztraminer (cepa blanca) da un vino especiado, amplio y generoso; La muscat de alsacia (cepa blanca) produce un vino seco con un perfume de uva intenso; La pinot blanc da vinos blancos secos y frescos; La pinot gris o tokay de Alsacia proporciona vinos blancos ricos y complejos; La pinot noir da vinos tintos de poco color; La riesling produce blancos secos grandiosos, para guardar mucho tiempo, así como vinos melosos excelentes de vendimias tardías; La sylvaner da vinos blancos afrutados, simples, frescos y fáciles de beber. Denominaciones de origen: Alsace AOC y Alsace Grand Cru AOC.


Valle de Loira

El Valle del Loira ofrece una variedad infinita de aromas y colores. Esta región produce una gama de vinos tan amplia que es difícil encontrar características comunes. Su producción abarca desde los vinos blancos secos, semisecos, melosos o generosos a los vinos tintos ligeros o profundos e intensos, pasando por los rosados secos o dulces o los crémants. El valle del Loira cuenta con 31 denominaciones de origen o AOC, entre algunos se encuentran: Chinon


Sancerre

Saumur

Saint-Nicolas de Bourgueil

Anjou

Los vinos del Loira son fantásticos para acompañar las carnes blancas, los quesos de cabra y la charcutería.

Ròdano El valle del Ródano cuenta con varias regiones diferenciadas. De norte a sur, Los cerca de 200 kilómetros que separan Vienne de Aviñón producen desde los tintos aromáticos de Cote-Rôtie, de dominante syrah, hasta los vigorosos tintos de Hermitage, el viñedo más famoso de la región, o los jóvenes y frutales a base de garnacha (grenache) de la zona mediterránea de Côtes du Rhône. Las viñas se extienden de Vienne a Valence -Côtes du Rhône septentrionales- y de Montélimar a Aviñón -Côtes du Rhône meridionales, bastante más extensas. El río sigue su curso entre los Alpes, montañas jóvenes desde el punto de vista geológico, y el macizo Central, más antiguo, modelando gargantas y valles más abiertos.


El norte de la región tiene clima continental, con primaveras suaves y veranos cálidos. Hacia el sur, el clima se vuelve mediterráneo, aunque atenuado por los efectos del mistral, viento frío del norte que puede soplar sin tregua durante días enteros. En el conjunto de la región se cultivan variedades tintas y blancas, pero no todas suelen dar buenos vinos en los mismos emplazamientos. Los tintos del norte incluyen vinos sencillos y ligeros, pero también los vinos oscuros y carnosos a los que la región debe su fama. Los tintos del sur proceden de varias cepas complementarias y tienden a parecerse: presentan aromas muy frutales, a veces especiados o que recuerdan las hierbas secas, y son más suaves que sus vecinos del norte. Los blancos del norte ofrecen un contraste marcado entre los vinos robustos y a menudo opulentos hechos de marsanne, y los deliciosos blancos delicadamente frutales de viognier. El sur, árido, hasta ahora había producido vinos blancos sin gran interés, pero la situación empieza a cambiar. El viñedo del valle del Ródano (en francés, vignoble de la vallée du Rhône) es una región vinícola francesa que se extiende desde Vienne al Norte hasta Arlés en el Sur. VINOS Los vinos tintos y rosados, trabajan en muchas ocasiones el Syrah pero la predominante es la Garnacha negra y en segundo lugar la Monastrell pero también podemos encontrar Counoise, Muscardin, Vaccarèse, Picpoul Noir y Cinsault (Samsó en Cataluña). Los vinos blancos normalmente utilizan Roussanne, Picpoul, Garnacha blanca, Muscat o Moscatel, Picardan aunque sobresalen Bourboulenc y el Clareitte. La Clareitte se utiliza normalmente para las AOC Clairette-de-bellegarde y AOC Clairette-de-die y como gran característica es que crea vinos blancos espumosos que al igual que los Champañas y los Crémants de Alsacia o de Borgoña, entre otros, provocan la segunda fermentación en botella que crea ese vino mousseaux o espumoso tan extendido en Francia.

El Moscatel o Muscat à petits grains es la base en la AOC Beaumes-de-Venise para crear un llamado Vino Dulce Natural o Vin Doux Naturel, es decir, un vino blanco que sufre una interrupción del proceso de fermentación con el añadido de alcohol, creando vinos dulces y poderosos que en este caso pueden llegar a los 21º.


AOC Côtes-du-rhône-village, 16 comunas tienen esta denominación alguna de ellas tienen su propia AOC aunque parte de su producción seguirá siendo AOC Côtesdu-rhône-village y son las siguientes: Beaumes-de-Venise, Cairanne, Chusclan, Laudun, Rasteau (Vino dulce natural a base de Garnacha Blanca), Rochegude, Saint-Gervais, Sablet, Séguret, Valréas, Vinsobres, Visan, (resto): Roaix, Rousset-les-vignes, Saint-pantaléon-les-vignes y Saint-maurice-sur-eygues.

VINOS DE ESPAÑA Rioja En la Rioja, región privilegiada para el cultivo de la vid y la elaboración de vinos de alta calidad, se encuentra la primera Denominación de Origen de España. A finales del siglo XIX los productos se vinculan a su origen cuando surge el Rioja moderno con una identidad propia, para protegerla de los “usurpadores y falsificadores” en 1925 se reconoce la Denominación de Origen Rioja. Es una de las más reputadas regiones vitivinícolas españolas ocupa el valle de Ebro y se divide en Rioja alta, Rioja Alavesa y Rioja baja. La variedad mayoritaria es tempranillo aunque también hay garnacha, graciano y mazuelo. El clima es tan mediterráneo como atlántico, con temperaturas suaves, cálidas con precipitaciones medias o con climas secos, todas son condiciones ideales para el desarrollo de las diferentes variedades de uvas. Los suelos, adecuados para la viticultura de calidad, pueden ser desde arcillosos calcáreos, arcillosos ferrosos hasta aluviales. Tienen una estructura equilibrada y son pobres en materia orgánica. Tipos de vino Vinos Tintos: con el tempranillo como base fundamental, un vino tinto Rioja se caracteriza por ser equilibrado en grado alcohólico, color y acidez. El vino joven se elabora por maceración carbónica por lo que serán intensos de color y muy afrutados. Los demás vinos jóvenes son ligeros, frescos y fáciles de beber. En vinos con crianza sus características están determinadas por el tiempo de permanencia en barricas de roble. Pero en general tienen sabor y aroma frutal con notas de madera. Los reserva y gran reserva aumenta la armonía del vino y su color tiende a ser naranja Vinos Blancos: elaborados principalmente con la cepa viura. Los vinos jóvenes son de color amarillo desteñido, afrutados y con notas herbáceas. Los blancos fermentados en barrica tienen un color más dorado y con aromas de fruta con notas cremosas de la madera. Los blancos con crianza son más dorados con aroma y


sabor característico a roble.Vinos Rosados: elaborados a partir de garnacha, son de un color rosáceo y sabor en boca afrutado, fresco y agradable al paladar.

Cataluña La Denominación de Origen Catalunya (Denominació d’Origen Catalunya), engloba las zonas vitícolas tradicionales catalanas, al noreste de la Península Ibérica, entre el mar Mediterráneo y los Pirineos. Consta de aproximadamente 60.000 hectáreas de superficie vinícola repartida en más de 300 municipios de Catalunya. El clima es básicamente mediterráneo, con muchas horas de sol y con inviernos secos y temperaturas de verano no muy calientes. Existe una amplia variedad de uvas autóctonas y tradicionales, debido a los 2000 años de viticultura en esta región. La D.O. Catalunya tiene autorizadas 35 variedades de uva para elaborar sus vinos. Tipos de vino Vinos Tintos: algunos elaborados de uvas autóctonas, sobre todo de ull de llebre (tempranillo) y garnacha. Son de color cereza, con aroma afrutado y notas a frutas silvestres. Sabor afrutado, sin demasiado cuerpo, pero agradables de beber. Los elaborados con variedades foráneas, sobre todo cabernet, tiene sabor balsámico y poseen mayor estructura en boca. Vinos Blancos: provienen generalmente de las variedades autóctonas catalanas macabeo, xarel.lo y parellada. Son de color amarillo pajizo, frescos, con aromas afrutados, de sabor son ligeros y fáciles de beber. También hay algunos de chardonnay con mayor expresividad frutal propia de la variedad. Vinos Rosados: de color rosáceo, tienen aromas frescos y afrutados con recuerdos a frutos rojos. En boca son ligeros y correctos.


Castilla y Leòn Podemos apreciar que la extensa región de Castilla y León, dedica una pequeña parte de sus territorios al cultivo de las viñas, aunque su tradición vitivinícola se remonta a muchos siglos atrás y ha tenido épocas, como los siglos XVI y XVII, donde adquirió un gran esplendor, llegando hasta el siglo XIX, cuando una gran plaga de filoxera diezmó sus cultivos. Los vinos que se producen en esta zona poseen gran carácter y su sabor es afrutado Los suelos en esta región son pobres, lo que supone que la producción sea escasa. Las temperaturas son extremas, con intensas heladas en invierno y altas temperaturas en verano. Existen en Castilla y León cinco grandes zonas productoras de vinos, entre las que destaca la Rivera del Duero, pero esta zona, por su excelencia y calidad, que hace de sus vinos un referente internacional, merece un capítulo aparte. Las otras zonas productoras destacables son: -El Bierzo: Es la zona con mejor clima de Castilla y León y sus valles son muy fértiles, debido a las lluvias atlánticas que entran desde Galicia y al sol de Castilla. Los viñedos se colocan en las laderas de los montes, con lo que se protegen de las heladas. La uva tinta más cultivada es la Mencía, ya que la DO El Bierzo, exige que sus vinos tengan una composición de, al menos, un 75% de esta variedad, que le da un gran aroma y un sabor a frutas rojas y minerales y bayas negras. La acidez es muy equilibrada. Suelen ser vinos sencillos ya que se suelen comercializar jóvenes,


aunque, últimamente, se empiezan a envejecer en barricas y adquieren gran complejidad. Las variedades blancas que se cultivan son; Godello y Doña Blanca. Cigales: Es una pequeña zona vitivinícola especializada en la producción de vino rosado, con brillante colorido y gran frescura. Toro: Posee desde 1.987, la Denominación de Origen, aunque sus vinos son reconocidos desde el siglo XIII. TIPOS DE VINO. Merlot.- Variedad tinta procedente de la región de Burdeos (Francia), con implantación en todos los países del mundo dedicados al cultivo de la viña. Es una variedad vigorosa, de brotación muy temprana (muy sensible a las heladas), con racimos medianos y granos pequeños de color negro azulado y ricos en taninos y antocianas. Produce vinos de alta intensidad colorante y aromática. Los aromas de estos vinos son muy característicos. Aunque estos vinos también se comercializan como jóvenes varietales, normalmente se utiliza para mezclar con otras variedades, normalmente cabernet -sauvignon, en crianzas cortas. Syrah.- Es una variedad tinta de origen no muy conocido, aunque algunos expertos la consideran originaria del valle del Ródano. Es una variedad especialmente cultivada en Australia, después se introdujo en California, y posteriormente se ha empezado a cultivar en la mayoría de las regiones vitivinícolas del mundo. Produce racimos de tamaño pequeño y medio. El hollejo es fino y muy coloreado. Los vinos de esta variedad son de alta intensidad colorante, gran cuerpo y estructura. Son vinos adecuados para consumir jóvenes y muy indicados para el envejecimiento. Cabernet Sauvignon.- Es una variedad tinta de procedencia francesa, y quizás la más famosa, a nivel mundial de todas las variedades de uva, por ser cultivada en todos los países productores de vino. Produce racimos pequeños con granos igualmente pequeños, pero con hollejos muy ricos en taninos y materia colorante. Es una variedad ligeramente tardía y de buena fertilidad, con producciones similares a la variedad cencibel. Se obtienen vinos de mucho color, destacando los tonos rojorubí y frambuesa, con aromas muy característicos y específicos, como el aroma a pimiento verde, especialmente cuando las uvas todavía no están en su punto óptimo de maduración. Los vinos de esta variedad, están especialmente indicados para la crianza en barricas. Sauvignon Blanc.- Cepa procedente del valle del Loira (Francia), es una variedad blanca, aromática y adaptada a climas fríos, y de brotación temprana. Los racimos


son de tamaño mediano y producen mostos muy aromáticos. Con esta variedad se obtienen vinos muy equilibrados, con buen nivel de extracto seco y bastante aromático, destacando los aromas a heno cortado. Se obtienen, en definitiva, vinos de alta calidad que también admiten fermentación en barrica. Chardonnay.- Es una variedad originaria de Borgoña (Francia), muy temprana y produce racimos de tamaño pequeño. Es una de las variedades blancas de mayor calidad enológica y reconocimiento a nivel mundial. Los vinos de esta variedad son de color amarillo pálido, con típicos aromas tropicales: piña, melón y plátano. Esta variedad está presente en las viticulturas de los llamados países emergentes (desde el punto de vista vitivinícola), como EE.UU., Australia, Chile, etc.

Aragòn y Navarra Navarra es una denominación de origen española para vinos procedentes de la Comunidad Foral de Navarra. La zona vinícola se extiende desde el sur de la capital de la comunidad, Pamplona, hasta la cuenca del río Ebro. De entre los vinos con denominación de origen, los navarros constituyen un ejemplo de cómo ha evolucionado el sector en los últimos tiempos. Navarra, tradicional productora de vinos tintos, rosados y blancos, era conocida casi exclusivamente por sus vinos rosados. Esta situación ha cambiado y ahora ya es conocida por su amplia oferta de productos, incluyendo vinos de Pago (D.O.Pago), el mayor reconocimiento de calidad para un vino en España. Las primeras noticias que se tienen de la elaboración de vino datan del siglo I. Las bodegas benedictinas y cistercienses promovieron la cultura del vino a lo largo del Camino de Santiago. La producción de vino pasó a ser lo suficientemente grande como para exportar. En el siglo XVII, para evitar el execedente, se prohibió plantar más vides en campos que estuvieran destinados a cereales.


En el siglo XIX Navarra tuvo su esplendor vitícola como consecuencia de la crisis de la filoxera en Francia. No obstante, este esplendor duró poco porque la misma filoxera se extendió a los viñedos navarros y sólo lograron salvarse 1000 hectáreas. Los viñedos fueron replantados con cepas de vid traídas de América, que eran resistentes al insecto, y los productores se asociaron en cooperaativas bodegueras. En los años 1980 se crea la Estación de Viticultura y Enología de Navarra, los bodegueros realizaron importantes inversiones para modernizarse y trajeron variedades reconocidas internacionalmente para mezclarlas con las autóctonas. Cariñena.- El campo de Cariñena, ubicado en pleno valle del Ebro abarca 14 poblaciones y tiene una extensión de 16.000 hectáreas de viñedo, de la que obtienen su materia prima 50 bodegas. La Denominación de Origen Cariñena es la más antigua de las existentes en Aragón, data de 1932. Esta Denominación de Origen, no ha dejado de compaginar su tradición con la respuesta a las nuevas demandas de los consumidores. En la última década, los viticultores han modernizado su trabajo e introducido nuevas prácticas sin renunciar a sus señas de identidad más características. Calatayud.- La Denominación de Origen Calatayud está localizada en la parte más occidental de la provincia de Zaragoza, con una superficie de 5.400 hectáreas de viñedo, distribuidas en 46 municipios. Como característica común son vinos suaves y con buen equilibrio grado alcohólico-acidez, los que los hace muy adecuados a los gustos actuales del mercado. Como variedad más importante destaca la Garnacha tinta, cepa con más de 40 años y plantada en terrenos escarpados, cultivándose en una amplia gama de suelos: pizarras, calizas, casillas y margas. Somontano.- Resguardada por las primeras estribaciones de los Pirineos, el Somontano de Barbastro ha sido una zona tradicional de producción vinícola. En 1984 se creó esta Denominación de Origen, que se extiende por 43 municipios y más de 4.300 hectáreas cultivadas, con un total de 24 bodegas elaboradoras de vino Somontano. Las buenas cualidades demostradas por sus suelos para el cultivo de diferentes variedades de uva de calidad, junto a cepas autóctonas como la parraleta o la moristrel, han sido las claves para conseguir los mejores resultados para configurar una oferta distintiva muy peculiar. Campo de borja.- La Denominación de Origen Campo de Borja está situada al noroeste de la provincia de Zaragoza, en la transición entre las montañas del Sistema Ibérico y el Valle del Ebro, y se extiende por 16 municipios donde se cultivan 7.414 hectáreas de viñedo y elaboran sus vinos 16 bodegas. Los monjes cistercienses del Monasterio de Veruela fueron los grandes impulsores del cultivo de la variedad Garnacha que se adapta perfectamente a las características


climáticas de la zona, esta confiere unas peculiaridades únicas a unos vinos avalados por la Denominación de origen desde 1980.

Andalucìa Andalucía posee una tradición milenaria en el cultivo de la vid y en la elaboración de vinos de gran prestigio y fama en todo el mundo. La topografía, geología y clima de los suelos andaluces resultan excelentes para el cultivo de la vid. El clima Mediterráneo y los diferentes microclimas, las suaves temperaturas medias (16ºC), la escasez de heladas y granizos, las numerosas horas de sol al año, un fuerte contraste altitudinal y el sistema de crianza, crean caldos de gran calidad, a la par que muy variados y característicos. Esta tendencia a una producción de prestigio se ha perpetuado hasta la actualidad. Más del 70% de los viñedos andaluces están amparados por alguna de las seis Denominaciones de Origen establecidas y auspiciadas por sus respectivos Consejos Reguladores. A estas denominaciones se suman 13 indicaciones geográficas protegidas (Vinos de la Tierra) y otros vinos históricos no amparados pero que gozan de gran popularidad, tales como la Tintilla de Rota, el Pajarete y el Moscatel de Chipiona, Mosto del Aljarafe… En torno a todos estos caldos se ha configurado toda una Cultura del Vino en la que se engloban bodegas, museos especializados, fiestas tradicionales. Su consejo regulador es el más antiguo de España. Mientras que la zona de producción se extiende a lo largo de ocho municipios de Cádiz y uno de Sevilla, la zona de crianza está restringida a Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda. Las variedades de uvas aptas son Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel.


TIPOS DE VINO. Vinos Generosos.- (Fino, Amontillado, Oloroso, Palo Cortado), Generosos de Licor (Pale Dry, Pale Cream, Cream y Medium) y Dulces Naturales (Pedro Ximénez y Moscatel). La combinación del suelo de la campiña sur cordobesa, las albarizas, el clima, de veranos largos y secos e inviernos cortos, y la uva de la variedad Pedro Ximénez (del que toma nombre el vino estrella de la Denominación) da lugar a unos vinos muy singulares. Se someten a crianza bajo velo de flor por el sistema de criaderas y soleras. Abarca una amplia comarca al sureste de la provincia onubense y se enclava en el entorno del Espacio Natural de Doñana. Los viñedos se extienden sobre terrenos llanos o ligeramente ondulados, siendo la variedad de uva preferente la Zalema. Vinos Blancos.- (Condado de Huelva Joven, Condado de Huelva y Condado de Huelva Tradicional), Generosos (Condado Pálido y Condado Viejo) y Generosos de Licor (Pale Dry, Medium, Cream y Pale Cream). Clásica denominación conocida durante siglos por sus vinos dulces elaborados con uvas Moscatel y Pedro Ximénez. Geográficamente la zona de cultivo tiene forma de T, con los viñedos plantados a la largo de la costa, al este y oeste de la ciudad de Málaga y adentrándose hasta la sierra. Vinos tintos.- Desde Málaga, el Montilla Morales, Jerez, el Condado de Huelva, Jaén, Almería y Granada. Eso sí, como apunta Rafa Bellido, «los vinos en Andalucía o son muy baratos, o son demasiado caros. Ahora el mercado es el que marca estas reglas en base a la ley de la oferta y la demanda. De hecho, en Andalucía hay vinos desde poco más de 1 euro la botella a vinos que cuestan más de 200 euros la unidad. Sin embargo, fuera de Andalucía los precios mínimos son muy parecidos y el precio de la botella de los vinos más caros pasa de los 700 euros, como pueden ser Dominio de Pingus o L’Ermita, pero en este caso ni uno ni otro es andaluz.


VINOS DE ITALIA Tosana Los antiguos griegos llamaron a Italia Enotria, "Tierra del vino". En Italia todavía se cultiva la vid de un extremo a otro del territorio. Conocer la gran diversidad de sus vinos es, a la vez, un desafío y un placer para el aficionado. Es el primer productor de vinos del mundo y, además, el que más clases y marcas distintas ofrece. En cada parcela y cada finca se cultiva uva para hacer vino. Y cada región es fiel a sus tradiciones vitícolas y tiende a promover sus propias denominaciones. Como resultado hay más de doscientas zonas vitícolas oficiales y unos dos millones de productores. En Italia se elabora vinos de todos los estilos, incluidos licorosos y espumosos, aprovechando la enorme diversidad de microclimas y emplazamientos aptos para el cultivo de la vid. Italia tiene una larga tradición vitícola que se refleja en algunos vinos magníficos y un gran número de vinos con carácter. La Toscana es la región de Italia donde las tradiciones vitícolas han tenido una mayor continuidad. Sin embargo, desde mediados de la década de los 80, la región ha dado un impulso innovador al quehacer vitícola en su territorio, y esto ha servido de inspiración al resto de las regiones vitícolas de Italia. La transformación abarca también las zonas costeras como la zona de Bolgheri, donde actualmente se elaboran algunos de los mejores vinos italianos. La Toscana es famosa en todo el mundo por sus vinos de Chianti. Cinco provincias toscanas se agrupan bajo la amplia apelación Chianti DOCG que, en términos generales, designa un vino tinto en el que domina la cepa sangiovese, mezclada con un poco de canaiolo y una pequeña proporción de las variedades blancas trebbiano y malvasía del Chianti. Muchos chianti están destinados a un consumo rápido, pero no así el chianti


classico, que por sus características organolépticas es difícil de beber cuando está joven o fuera de las comidas. Brunello di Montalcino DOCG: los tintos fuertes de esta denominación proceden de las colinas de Montalcino, en la provincia de Siena. La única cepa autorizada es la brunello y los vinos deben pasar un mínimo de tres años y medio en barrica (un año más para el riserva). Son vinos de cuerpo y sabor intenso, de gusto pronunciado a madera y larguísimo potencial de guarda. Vino Nobile di Montepulciano DOCG: Montepulciano es una hermosa ciudad situada sobre una colina, célebre por sus vinos tintos desde hace siglos. La cepa principal utilizada para este vino es la prugnolo, que representa el 60% u 80% de la mezcla, atenuada por una aportación de canaiolo nero y acompañada por la fragante cepa mammolo. El vino, que debe pasar dos años en barrica, presenta hermosas notas de especias y de sándalo. Carmignano DOCG: es una pequeña zona vitícola al oeste de Florencia que produce vinos tintos. Ha ganado su prestigio por los rigurosos controles a los que son sometidos los vinos antes de obtener la etiqueta DOCG. En la mezcla de estos vinos, la cepa principal es la sangiovese y se autoriza hasta un 10% de cabernet sauvignon o cabernet franc. Pomino DOCG: Sus viñedos están situados alrededor del pueblo del mismo nombre, hasta unos 700 metros de altura. En sus tintos predomina la cepa sangiovese, y se autoriza la utilización de hasta un 25% de cabernet y un 20% de merlot. En sus blancos predominan las cepas pinot blanc y chardonnay y se autoriza el uso de hasta un 30% de trebbiano. Vinos tintos. Chianti. Domina en cuanto a producción y a variedad el Chianti, fabricado a base del cepage Sangiovese o Sangioveto. Hay 8 zonas de producción que se reparten por toda la región. Chianti Classico reagrupa la gran parte de las bodegas. Lo que mas destaca de la variedad de Chiantis es que encontraremos por un lado, vinos frescos que se tomarán fríos, suaves y que se beben al año de su producción, y por el otro vinos mucho más serios, profundos y taninos a los que será necesario dejar madurar. La variedad es ideal porque así podremos degustarlos con cada producto de la región, desde la charcutería y las carnes hasta los pescados, mariscos y legumbres.


Brunello di Montalcino. Además del Chianti, el Brunello di Montalcino es el más prestigioso y caro. Un vino que hay que dejar envejecer y consumir con mucho cuidado porque su producción es pequeña y el precio alto. El Brunello también se produce en blanco dulce (Moscadello di Montalcino), parecido al Oporto y en rosado (Rosso di Montalcino) Montepulciano. Otra de las principales zonas de producción. Llamado también Vino Nobile destaca por sus aromas frescos y sabrosos y su frescura. También producen excelentes rosados y blancos Otros vinos a tener en cuenta. No se olviden de probar los Sassicaia, DO Bolgheri (fabricados con Cabernet); el Pomino uno de los que conforman los llamados super toscanos, este proveniente de la comarca de la Maremma ; el Carmignano ; la DO Morellino di Scansano ; el Val di Cornia ; el Sovana ; el Montecucco o el Montescudaio. Vinos blancos. El Chianti tinto ha ocultado e impedido que los blancos saliesen a la luz. Hoy existen Chianti ; Brunellos y Montepulcioanos blancos, pero entre todos ellos destacamos el Vernaccia de San Gimignano, uno de los mejores. Dado el buen tiempo y el calor veraniego les recomendamos que los prueben, sobre todo para comprobar que su calidad es mayor que la fama, lo que hace que su precio sea hoy muy interesante. Vinos dulces. Entre los vinos dulces más conocidos y reputados encontramos el Vino Santo hecho con Malvasía y Trebbiano y después fermentado en pequeñas barricas de roble. Un vino ideal para degustar los productos toscanos en aperitivos o postres.


Italia Central UMBRIA Umbria goza de una buena reputación gracias a sus vinos blancos procedentes de la zona DOC Orvieto. La cepa autóctona más interesante es la sagrantino, que produce grandes vinos tintos. Entre los vinos tintos destacan los Sagrantino di Montefalco DOC, vigorosos y con color, que pueden ser secos o dulces. Los Rosso di Montefalco DOC son vinos agradables elaborados con sangiovese, cuya mezcla incluye un poco de sagrantino. La denominación Torgiano DOC ha adquirido cierta fama mundial. Los mejores vinos se elaboran con las cepas trebbiano y grechetto. Los tintos son una mezcla de sangiovese, canaiolo, ciliegiolo, montepulciano d'abruzzo y trebbiano. LAS MARCAS En esta región la principal cepa blanca es la Verdicchio, que da generalmente vinos ligeros, alimonados, a veces de aguja, que son un excelente maridaje para los mariscos del Adriático. La denominación más conocida es la Verdicchio dei Castelli di Jesi DOC. La Rosso Cònero DOC engloba a los vinos hechos de Montepulciano d'Abruzzo cultivada en las colinas cercanas a Ancona. ABRUZZOS Y MOLISE Conocida por ser una región de grandes cooperativas y de producción masiva. Sin embargo, en los Abruzzos se puede producir un vino de un buen nivel como lo demuestra un puñado de fincas y unas cuantas cooperativas que, con esfuerzo e inversión en tecnología, han logrado conseguir un nombre destacado para el Montepulciano d’Abruzzo.


Sur de Italia Lacio La región incluye dos de las denominaciones vitícolas más conocidas de Italia: ¡Frascati y Est! Est!! Est! En esta región la mayoría de los vinos producidos son blancos. En la región del Lazio, cuya capital es Roma, se elaboran vinos reconocidos, sobre todo, blancos, gracias a la uva trebbiano. El más popular es el procedente de Frascati, que se llama “vino de los Papas", ytambién es blanco y además de llevar las uvas de esta región se le añade Malvasía, ofreciendo un aroma fresco a frutas y un sabor dulce de más calidad. El Frascati clásico se elabora en las montañas de esta zona de origen volcánico. La tradición vinícola del lugar se extiende desde los romanos donde se realizaban diferentes tipos y ya en la Edad Media era un vino preferido por la realeza inglesa. El color del vino Frascati es amarillo y tiene una graduación alcohólica de unos 11º. Encontramos tres tipos distintos: el frascati propiamente dicho, el frascati superiore y el frascati cannellino. En la misma región del Lazio hallamos otras DO de vino, como son los Castelli Romani, donde también los blancos son protagonistas, aunque encontramos, en este caso, vinos tintos. La población de Castelli Romani está tan volcada con su vino que se realiza la Fiesta de la Uva, con toda clase de vinos del momento, bodegas, nuevas añadas y degustaciones para acompañar al vino. Otras denominaciones de vinos blancos son las Colli Albani, Marino, Orvieto y Velletri. Y, entre los tintos, podemos nombrar los vinos Torre Ercolana o Aleatico de Tuscia. Campania Campania tiene una de las más largas historias de viticultura en toda Italia. Los estudios arqueológicos han demostrado la importancia de la producción de vino en Campania en el mundo antiguo y proporcionan pruebas de las técnicas utilizadas para el cultivo de la vid y la producción de vino en la historia temprana de la región. Hoy en día, la combinación del clima célebre, los ricos suelos volcánicos y las variedades locales de alta calidad hacen de Campania uno de los productores de vino más excitantes del sur de Italia. La


mayoría de los viñedos de la región, desde la isla de Capri hasta las montañas volcánicas de Irpinia, se sitúan por encima del nivel del mar en micro-zonas que favorecen a los vinos tintos y blancos. Se cultiva la cepa histórica Falanghina, que da vinos blancos secos y ligeros en la zona de denominación Falerno di Massico DOC. Las DOC de Greco di Tufo y de Fiano di Avellino dan unos vinos blancos deliciosos. La Taurasi DOC produce grandes vinos tintos de guarda. Lacrima Cristi del Vesuvio DOC puede ofrecer vinos tintos, blancos y rosados tranquilos o espumosos, así como vinos blancos licorosos. Monovarietals de Falanghina, Greco di Tufo y el aristocrático Fiano lideran el campo en el área de vinos blancos. El rojo superior es la uva es Aglianico, que es responsable de Taurasi, uno de los grandes vinos del sur de Italia. La producción total de la región es de unos 3 millones de hectolitros al año, de los cuales sólo el 2% califica para DOC.

Cerdeña La varietal propia de Cerdeña, Cannonau , es en realidad la garnacha. En Sardegna (Cerdeña), su sabor es más rústica, con sabores de frutas secas. Los vinos de Cerdeña (Cerdeña) son muy aromáticos y por lo general ofrece a un gran valor de aportes sensoriales. El Cannonau di Sardegna es un vino tinto de color rojo intenso que con el avance de su envejecimiento asume una tonalidad anaranjada, el olor es característico, de sabor intenso y con cuerpo. El origen del Cannonau se remonta a tiempos muy antiguos. Muchos estudiosos concuerdan en que se remonta al periodo nurágico mientras otros afirman que su origen fue gracias a su importación en Cerdeña por parte de los españoles (el nombre original sería Canonanzo de Sevilla). El Sardegna Semidano es un vino blanco de perfume afrutado y de sabor fresco y rotundo. El Moscato tiene tres tipologías diversas según la zona de producción: Moscato di Cagliari, Moscato di Sorso-Sennori, Moscato di Sardegna.


Fueron los monjes benedictinos durante el periodo Bizantino a traer esa cepa a Cerdeña donde actualmente se cultiva la variedad blanca. El Monica di Cagliari se trata de un tinto que tiene dos variedades: Dolce Naturale y Liquoroso Dolce Naturale. El Monica di Sardegna es seco y ligeramente abocado con un gusto característico que lo distingue. Fueron los españoles quienes lo importaron aproximadamente en el siglo XVIII con el nombre de Morillo, del que derivó en “Mora” y finalmente al italiano Monica. El Vermentino di Sardegna, de color brillante, tiene un perfume delicado y agradable, el sabor es fresco y ligeramente acídulo. Es realmente el rey de los vinos blancos sardos, premiado en muchas ocasiones tanto en el campo nacional como internacional. Hay que recordar además los ricos viñedos de la provincia de Sassari que producen numerosos vinos con Denominación de Origen Controlada de Alghero, y el Mandrolisai de la provincia de Nuoro (cepa seguramente autóctona que produce un vino de aroma intenso y característico). Igualmente son dignos de mención la Vernaccia di Oristano, de color ámbar dorado y de perfume delicado, el Carignano del Sulcis (cuyo origen se remonta muy posiblemente a la dominación fenicio- púnica) y que incluye las variantes Tinto, Reserva, Superior, Rosado y Tempranillo. Basilicata Puede reivindicar uno de los mejores vinos del sur de Italia: el tinto Aglianico del Vulture DOC. También se producen vinos blancos dulces de moscatel. Los vinos tintos de Sicilia son oscuros, ricos y frutales, debido al clima cálido. Nero d’Avola es una variedad roja impresionante que es digno de la nobleza. El vino más famoso de Sicilia es el Marsala, cuyo nombre proviene de la ciudad del mismo nombre situada en la costa occidental. El Marsala es un vino fortificado que se elabora a partir de uvas como Grillo, Catarratto, o Inzolia y tiene un contenido alcohólico que se encuentra bordeando el veinte por ciento. Además, probablemente sea el vino más importante de la región de Sicilia. Era un vino que ofrecía una alternativa al oporto o jerez hasta que en la


década de 1950 fue relegado a la cocina. Se convirtió en un vino exclusivamente para cocinar, ya que la falta de normas lo arrastró a transformarse en un vino de poca calidad. Pero fue en la década de 1980 que las normas mejoraron y el Marsala empezó a recuperar el lugar privilegiado que tenía como un gran vino. Apulia Es la región de Italia que produce más uvas y más vino pese a no tener la mayor superficie de viñedo. Las DOC son tan numerosas como en la Toscana. La denominación más conocida es la Castel del Monte DOC, más al sur, la Locorotondo DOC ofrece uno de los mejores blancos y Salice Salentino DOC se distingue por los excelentes tintos elaborados por unas pocas bodegas. En Apulia podemos encontrar 25 vinos DOC, incluso el Primitivo di Manduria, de color rojo el nombre de la uva con el mismo nombre que un investigador de California, Carole Meredith, ha demostrado tener el mismo ADN que el Zinfandel de América, la apreciada y premiada uva de California. La Accademia dei Racemi, una asociación que reúne a viticultores, enólogos y agrónomos se dedica a promover y mejorar la calidad de la producción vitivinícola en la región. Bajo el liderazgo de Gregorio Polucci, que produce un excelente Primitivo y está experimentando con uvas Zinfandel importados de los EE.UU.

VINOS DE ALEMANIA Ahr Situada al Sur de Bonn. Los viñedos están situados sobre ambas laderas del río Ahr donde el suelo es de origen volcánico. Los vinos blancos son secos y ácidos y los tintos son afrutados y de cuerpo discreto. Una de las especialidades de la zona es un vino rosado, el "Weissherbst", vino frutal, vivo y refrescante. Uva tinta Las uvas varietales cultivadas en esta comarca son en su mayoría tintos:


Spätburgunder Portugieser Dornfelder Uva Blanca Algunos blancos, en este caso mediante: Müller-Thurgau Riesling Rosados Los vinos rosados se denominan localmente Weissherbst.

Baden Wurtemberg El vino del sur de Alemania está mimado por el sol. Aquí se registran regularmente las temperaturas más cálidas de Alemania. Por ello, en Baden-Wurtemberg se encuentren dos de las mejores zonas vinícolas del país. Desde la uva “Silvaner” de Tauberfranken hasta el “Spätburgunder” del Lago de Constanza, desde el “Trollinger” de Hohenloher Land hasta el “Riesling” de Remstal. Los viticultores de Baden-Wurtemberg producen estupendos vinos de mesa, pero también excelentes caldos de primera calidad, por los cuales reciben regularmente prestigiosos premios y galardones. Ubicado en el sur de Alemania, Baden-Wurtemberg posee dos regiones vinícolas, Baden –que se extiende a lo largo de 400 km. desde el Lago de Constanza, pasando por el Valle del Rin, hasta Tauberfranquen, y Wurtemberg, que abarca desde Schwäbische Alb, pasado por Heilbronn y siguiendo el río Neckar, hasta Kocher, Jagst y Tauber. Baden, la región del borgoña, pertenece a la misma zona vinícola europea que Alsacia, Champagne y Loire. Wurtemberg es la única región vinícola alemana en la que predomina el vino tinto.


Los tres tipos de borgoña o “Burgunder” (blanco, tinto y rosado) cubren la mayor parte de la extensión de viñedos de Baden y dotan a esta región vinícola de un perfil inconfundible. Otras uvas muy extendidas son “Müller-Thurgau”, “Gutedel”, “Riesling” y “Silvaner”. La afición por experimentar de los viticultores es asombrosa, lo cual se refleja en el cultivo de uvas internacionales como “Sauvignon Blanc”, “Merlot” y “Cabernet Sauvignon”. Por lo menos igual de amplia es la variedad de uvas en Wurtemberg. Las especialidades regionales, originales de Wurtemberg, son las uvas “Trollinger” y “Lemberger”. El carácter de las regiones vitivinícolas Baden y Wurtemberg está marcado por sus cooperativas de viticultura, con más de cien años de tradición, y que explotan más de tres cuartas partes de la extensión de viñedos. Entre los viticultores particulares se encuentran los nombres de familias nobles de Wurtemberg y Baden.

Franconia Es la región más al este del país. Ocupa el valle del río Main y sus afluentes. Su variedad de suelos marca los matices diferenciadores de sus vinos que se presentan en una botella de forma abombada y plana,l lamada "Bocksbeutel". Esta región es mejor conocida por sus variedades blancas: la riesling, la sylvaner, la rieslaner y las pinot noir, blanc y gris dan buenos resultados. La mayoría de los buenos vinos de Franconia presentan un ligero sabor terroso, especialmente marcado en los de sylvaner, que tienen carácter, pero también frescura, y son verdaderamente muy agradables. Franconia tiene una superficie vitícola de producción de 6045 ha, el 20% de las cuales se extiende por laderas en pendiente y por terrazas de viñedos. La variedad de uva más famosa de Franconia es la Silvaner, seguida de cerca por la MüllerThurgau. En el caso del vino tinto, las variedades Domina y Spätburgunder lideran el «ranking». El 40% de los vinos se insertan en las famosas botellas Bocksbeutel. La forma de esta botella se relaciona rápidamente y de forma espontánea con esta comarca vitivinícola. Hoy en día continúa siendo un emblema de la procedencia geográfica, pero también de la gran calidad del vino.


En Franconia hay más de 5400 empresas viticulturas, de las cuales aproximadamente el 33% explotan una superficie vitícola de más de 0,5 ha. Entre los viñedos más conocidos se encuentran Homburger Kallmuth, Rödelseer Küchenmeister, Randersackerer Pfülben, Escherndorfer Lump, Iphöfer JuliusEchter-Berg y Würzburger Stein. Algo más de un tercio de los viticultores explotan sus empresas como ocupación principal y los otros dos tercios lo hacen como ocupación secundaria. El 44% del volumen de vino es producido por 6 agrupaciones de productores. Algunas de las más grandes agrupaciones de viticultores son la Winzergemeinschaft Franken eG (GWF), la cooperativa Winzergenossenschaft Thüngersheim eG, DIVINO Nordheim eG y Winzerkeller Sommerach eG.Palatinado.

Bergstrasse de Hesse Ubicada en la ribera derecha del río Rin, al norte de Heidelberg. Es la región vitícola más pequeña de Alemania. Las variedades más cultivadas son la riesling, la müller-thurgau y la sylvaner. Alemania marca el límite norte del cultivo de la vid en Europa. El clima frío del norte de Europa hace difícil la maduración de la uva, defecto que se compensa buscando los emplazamientos con mayor insolación. Por lo tanto, la mayoría de los viñedos alemanes se encuentran ubicados al oeste y al sur del país, siguiendo los meandros de valles fluviales, en particular del Rin y sus afluentes. Las mejores laderas, elegidas por la insolación y la proximidad a los ríos, gozan de un microclima que favorece un calor constante, lo cual permite una mejor maduración de la uva. Actualmente, debido al cambio climático y el aumento de temperaturas a nivel global, la situación de estas tierras vitícolas ha cambiado y se presentan con un excelente potencial para la elaboración no sólo de vinos blancos, sino también de tintos.Alemania produce esencialmente vinos blancos, que conservan su frescura y elegancia durante varios años. Los mejores vinos alemanes se han ganado su lugar en el palmarés de los mejores vinos del mundo.

Las primeras vides fueron plantadas en las regiones del Rin y del Mosela por los romanos, que dejaron además una rica herencia de hermosos monumentos. Después de Carlomagno, los monjes y los nobles de la Edad Media dejaron su huella en las múltiples propiedades, muchas de las cuales todavía existen. Desde esta época y hasta la década de los 60, el Rin y sus afluentes permitían transportar


el vino hasta el norte de Europa. Actualmente, esta ruta constituye el vínculo de conexión entre las 11 regiones vitícolas de la antigua Alemania

Renin media Alemania marca el límite norte del cultivo de la vid en Europa. El clima frío del norte de Europa hace difícil la maduración de la uva, defecto que se compensa buscando los emplazamientos con mayor insolación. Por lo tanto, la mayoría de los viñedos alemanes se encuentran ubicados al oeste y al sur del país, siguiendo los meandros de valles fluviales, en particular del Rin y sus afluentes.Las mejores laderas, elegidas por la insolación y la proximidad a los ríos, gozan de un microclima que favorece un calor constante, lo cual permite una mejor maduración de la uva. Actualmente, debido al cambio climático y el aumento de temperaturas a nivel global, la situación de estas tierras vitícolas ha cambiado y se presentan con un excelente potencial para la elaboración no sólo de vinos blancos, sino también de tintos. Ubicada a ambas riberas del Rin, al sur de Bonn. La viña ocupa las pendientes y picos de las terrazas. Allí el suelo está compuesto de arcilla y pizarra. Los vinos blancos tienen una acidez muy marcada.


Mosela

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Sarre

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Ruwer

Ubicada en la frontera con Luxemburgo, al norte de Coblenza. Los viñedos están situados sobre las riberas de los ríos Mosela, Sarre y Ruwer donde el suelo es muy rico en minerales. Es una de las regiones vitícolas más espectaculares de Alemania: más de una cuarta parte de las vides están asentadas en escarpadas laderas que caen a plomo sobre el río. Los mejores vinos se obtienen con la variedad riesling y es en esta región donde se ha gestado la fama de delicadeza y finura de los vinos alemanes

.

Nahe Nahe es una pequeña región vinícola de Alemania, con alrededor de 10.400 acres (4200ha) de viñedos en la región del Rin - Palatinado. Las fronteras de la región en el Rheinhessen este, Rheingau en el noreste y el valle central del Rin hacia el norte. El río Nahe presta nombre a la zona y fluye como un afluente del Rin cerca de Bingen. Los mejores viñedos Nahe se pueden encontrar en las laderas volcánicas empinadas puntos a lo largo del río, sobre todo en el sur y sureste del país. La clasificación de la Ley del Vino alemana de 1971, todo el vino Nahe vende como ' vino del Rin ‘, pero desde la revisión de la clasificación Prädikat pero Riesling vinos puede llevar el nombre de la parte superior de los viñedos de la zona. Esta región puede subdividirse en tres sub-zonas, pero sólo uno ha sido descrito Bereich. Son el Nahe superior en el sur- oeste, región de Bad Kreuznach y Baja Nahe en el norte -este. La tierra de Monzingen a Traisen muestra algunos de los mejores terroir para el Riesling , y por lo general produce vinos frescos de hierbas y complejidad mineral. Alsenz el río hacia el sur es también importante. Roca volcánica domina los viñedos en Nahe, aunque la composición real de la tierra es muy variada con hasta cuatro suelos que se encuentran en ciertos lugares de Oberhausen . Las temperaturas aumentan a medida que el río al norte y la altitud


gotas hacia la capital regional, Bad Kreuznach. Los mejores sitios de viñedos se encuentran en la periferia norte de la ciudad.

Palatinado La mitad de la extensión de viñedos de Palatinado se encuentra en la ruta del vino alemán de la región de Mittelhaardt (monte Haardt medio) y la otra mitad en la ruta del vino meridional. En la actualidad, con su más de 5000 ha de superficie de cultivo, Palatinado es la mayor productora de Riesling del mundo junto con la comarca del Mosela. En la parte meridional de la ruta crecen sobre todo las uvas Burgunder. Dentro de las especialidades de vino blanco se encuentran la variedad Gewürztraminer y Scheurebe. Alrededor del 40% de la superficie vitícola palatina está cultivada con variedades de uva tinta, sobre todo con Dornfelder, Portugieser, Spätburgunder y Regent. Este hecho convierte a Palatinado en la comarca vitivinícola más grande de Alemania dedicada al vino tinto. Más de 140 localidades de Palatinado están rodeadas de viñedos. Las mayores ciudades dedicadas a la viticultura de Alemania, Landau y Neustadt, están en Palatinado. 3000 familias de viticultores se dedican al costoso cuidado de los viñedos, ya sea como actividad profesional principal o secundaria. Algunos envían sus uvas a la cooperativa de viticultores más cercana. Hay alrededor de dos docenas de cooperativas en Palatinado. También se da el caso de que una bodega recoja la cosecha. La mitad de las empresas familiares elabora sus propios vinos y los vende directamente en sus fincas. La mayoría de ellas explotan más de 10 ha. En todas partes se puede realizar una cata de vinos.

Rheingau Ubicada junto al río Rin, cerca de Frankfurt. Es la región donde se elaboran los vinos alemanes más reputados y caros. Esta zona corresponde al único lugar donde el Rin deja de correr en dirección norte-sur, para dar un giro de 90º y seguir en dirección este-oeste. Este factor, con las laderas de viñedos orientadas al sur, unido a la protección que ofrecen los montes Taunus al norte, da lugar a un microclima que favorece especialmente la maduración de la uva.


De la cepa riesling se elaboran vinos de marcada calidad, sobre todo los producidos con uvas atacadas por podredumbre noble. El mejor tinto se encuentra en Assmannshausen. En general, los vinos de esta región son elegantes y finos en aroma. El viñedo de Rheingau, en Alemania, cubre unas 3300 hectáreas en la derecha del Rin desde los pueblos de Wiesbaden y Rüdesheim. Protegidos por el Monte Taurus, estos viñedos están orientados haciae el sur en suelos pobres y pedragosos donde la Riesling encuentra un terreno perfecto. Las mejores parcelas de la zona merecen la clasificación de « Erstes Gewächs » o Premiers Crus. En Rheingau sus blancos son equilibrados y llegos de aromas y sus licorosos, que provienen de uvas botríticas, son un mito entre los grandes vinos del mundo (beerenauslese, trockenbeerenauslese)

Rheinhessen (Hesse Renano)

Ubicada en ambas riberas del río Rin y cercano a la desembocadura del río Nahe. La temperatura que gozan estos viñedos es algo más elevada que la media del resto del país, lo cual favorece la maduración de la uva. Principalmente se cultiva la uva blanca y es donde mejor se han adaptado las nuevas creaciones de híbridos con algunos resultados positivos. En esta región se encuentran los pueblos de más renombre vinícola, como Nierstein y Oppenheim. Los vinos baratos y dulces, principalmente blancos, han dado a conocer a esta región. Sin embargo, algunas fincas, sobre todo en la Rheinterrasse, realizan un deslumbrante trabajo con las variedades blancas (especialmente con la riesling) que empieza a ser reconocido internacionalmente.


Saale-Unstrut y Sajonia Al norte de la región de Ahr. En Saale-Unstrut el suelo es bastante calizo, mientras que en Sajonia está compuesto de roca volcánica. Los vinos de estas regiones, secos en su mayoría, son similares a los de la región de Nahe.

SAJONIA La comarca vitivinícola de Sajonia es la más pequeña y la que está situada más al nordeste de Europa. Aquí, junto al Elba, se producen vinos desde hace 850 años. Una singularidad son las superficies vitícolas divididas en pequeñas parcelas y explotadas por más de 3000 pequeños viticultores. Sajonia posee una variedad de uvas muy amplia; por ejemplo, la Goldriesling ya solo se cultiva aquí. La mayor parte de los vinos sajones se bebe en la propia región, de manera que es muy extraño encontrarlo en el resto del país. La comarca vitivinícola sajona se extiende actualmente sobre unas 472 ha, en las cuales la proporción de vino blanco es mayoritaria, con un 80% del total. Sachsen, con 37 variedades diferentes, posee una gran diversidad de uvas. Las principales variedades son Müller-Thurgau, Riesling, Weißburgunder y Grauburgunder en blancos, y en tintos la Spätburgunder y la Dornfelder. Las uvas Traminer y Goldriesling constituyen excepciones particulares. El carácter particular de los vinos de Sajonia viene determinado en función de la situación de los viñedos, dado que se encuentran sobre unos tipos de suelo muy diferentes. El valle del Elba presenta muchas formaciones geológicas diferentes. En la fase principal de plegamiento del Erzgebirge (Montes Metálicos) en el Carbonífero inferior, las rocas del macizo de sienita y


granito de Meissen llegaron a la superficie. Las capas de piedra arenisca y de Pläner que recubren parcialmente las capas de sienita proceden del Cretáceo. Estas fueron a su vez recubiertas por sedimentos procedentes de la Edad de Hielo y posteriores, como loess, arcillas y arenas fluviales.

Wuttember Ubicada en las riberas del río Neckar y de sus afluentes, en la región de Stuttgart. La especialidad de la región son los vinos rosados elaborados con la mezcla de uvas tintas y blancas. En Wurtemberg, la 4ª mayor región vinícola de Alemania, los viñedos de las abruptas laderas cubren 11.500 ha – principalmente en el valle del Neckar entre Stuttgart y Heilbronn. 70 cooperativas productoras de vino con un total de 15.000 miembros producen y comercializan el 80% del vino de Wurtemberg. Alrededor del 10% del vino de la región se exporta. Casi el 70% de los viñedos de la región se reservan para el cultivo de la uva tinta y el resto se dedica a las blancas. La más plantada es la Trollinger, seguida por la Riesling, la Pinot Meunier y la Spätburgunder. Los vinos producidos son por lo general robustos, afrutados, con un acabado terroso. La superficie de producción de Wurtemberg se extiende actualmente hasta las 11.289 ha. Trollinger (22%) y Riesling (18%) son las dos variedades cultivadas con mayor asiduidad. Les siguen la Schwarzriesling (15,6%), Lemberger (13,4%), Spätburgunder (7,6%), Kerner, Müller-Thurgau, Samtrot, Dornfelder, Acolon, Silvaner y Grauburgunder. La Lemberger es la variedad de tinto más elegante que se cultiva en Wurtemberg. Desde hace algunos años también se plantan las «nuevas» variedades de tinto de Weinsberg, Acolon, Cabernet Dorio, Cabernet Mitos y Cabernet Dorsa. Estas uvas son ideales para las «cuvées» de tintos. La mayoría de las explotaciones vitivinícolas de Wurtemberg gestionan unas parcelas relativamente pequeñas como actividad profesional secundaria. El tamaño medio de las explotaciones no llega a las 0,6 ha. Por esta razón, a estas empresas familiares se les conoce como «viticultores aficionados». En Wurtemberg hay 16.500 familias de viticultores, de las cuales 14.980 son miembros de una cooperativa.


Frontera Durante la época feudal, Schweigen perteneció a la ciudad alemana de Weißenburg, que hoy se llama Wissembourg y pertenece a Francia. Hasta el día de hoy, muchos habitantes de Schweigen se sienten más vinculados a Wissenbourg que a Rechtenbach, localidad con la que Schweigen fue fusionada en 1969. No siempre existía tanta unidad. Los nazis construyeron en 1936 la Puerta Alemana del Vino en el borde del Bosque del Palatinado contra Francia. La entrada a la Ruta Alemana del Vino debería marcar un contrapunto frente al renombrado vino francés. Hoy, esa pretensión nazi solo puede arrancar una sonrisa irónica, porque el vino que se elabora en Schweigen tiene su origen en suelo francés, concretamente en Sonnenberg, un viñedo de Wissembourg. Y ya hace tiempo que los vinos elaborados a base de las variedades de uva alemanas Riesling y Spätburgunder se embolsan premios internacionales. Actualmente, los senderos que ataviesan el viñedo Sonnenberg forman parte de un camino franco-alemán. Durante la vendimia, los caminantes de vez en cuando se ven obligados a esquivar tractores. Sin embargo, merece la pena hacer senderismo sobre todo en otoño, cuando el paisaje se viste con los colores de un "Indian Summer". Desde arriba, el caminante puede disfrutar de una magnífica vista panorámica de la llanura del Rin y hasta del monte Geisberg, en la Selva Negra. Algunos pasos más adelante, después de la próxima curva, también se puede ver Wissembourg con su imponente iglesia abacial de Saint-Pierre-et-Saint-Paul y el bonito centro medieval. El camino discurre desde la Puerta Alemana del Vino por el primer sendero enológico alemán y atraviesa las parcelas del viñedo Sonnenberg. ¿Cuáles de ellas son cultivadas por franceses y cuáles por alemanes? "Esto se puede ver por la distancia que hay entre las vides", explica Jülg. "Nosotros plantamos las vides a una mayor distancia entre ellas". Los viticultores de Wissembourg cultivan sus viñedos como actividad secundaria. El zumo de uva termina llenando barriles de mil litros cada uno de la cooperativa Cléebourg. De la zona de Sonnenberg solo es originario un vino identificable como francés. "Lo hace mi


hermano Paul, quien por motivos de amor se ha radicado en Seebach, en Alsacia", dice Jülg.

VINOS DE ESTADOS UNIDOS

En 1769, el padre misionero franciscano Junípero Serra plantó el primer viñedo de California en Misión San Diego de Alcalá. El padre Serra continuó estableciendo misiones y viñedos hasta su muerte en 1784 y ha sido considerado como el "padre del vino californiano". En los años 1850 y 1860, Agoston Haraszthy, un soldado húngaro, comerciante y promotor, hizo varios viajes para importar vides de 165 de los mejores viñedos europeos a California. Él fundó el Buena Vista Winery y promovió las plantaciones de vino en casi todo el Norte de California. En 1861 Charles Krug estableció el primer viñedo comercial del Valle de Napa en Santa Elena. En 1865, la filoxera se había extendido a los viñedos en Provence y durante las dos décadas siguientes debastó casi todos los viñedos de Europa. Se utilizaron muchos métodos para tratar de erradicar la filoxera pero ninguno resultó eficaz. Thomas Munson, un horticultor de Texas, sugirió el injerto de la vid vinifera europea con las raíces riparia de América. Por lo que, se inició un largo y laborioso proceso de injertos. Sólo de esta manera el sector vitivinícola europeo podría ser recuperado y salvado de la extinción.Durante el periodo cuando los europeos trataban de contener y desaparecer la filoxera, la industria del vino estadounidense floreció. La destrucción del vino americano no vino de la filoxera sino de la Prohibición en los Estados Unidos. Muchas de las bodegas de vinos de California estuvieron a punto


de desaparecer a causa de la Ley Seca en Estados Unidos, que entre 1919 y 1933 prohibía la producción y consumo de alcohol en los Estados Unidos. A pesar de la Ley Seca, algunas bodegas seguían elaborando vino en pequeñas cantidades con la complicidad de las autoridades locales. La historia reciente de la viticultura americana comenzó con la creación de pequeñas bodegas familiares, a menudo fundadas por gente de otras profesiones no relacionadas con el mundo del vino. Al estar liberados de cualquier atadura impuesta por la tradición, los viticultores americanos recurrieron directamente a la tecnología. Por ejemplo, complejos sistemas de irrigación permiten cultivar vides en el desierto, y la crianza y el embotellado es controlado por ordenadores en medios asépticos. Se elabora vino en 45 de los 50 estados de los Estados Unidos de América, pero sus productores están repartidos de forma desigual a lo largo del territorio. La diversidad de paisajes, suelos y microclimas ha permitido el desarrollo de una gama de vinos muy variados. Sin embargo, son los excelentes vinos californianos quienes han dado a la viticultura americana su reconocimiento. Estados Unidos de América posee cuatro grandes regiones o estados que producen vino: CALIFORNIA representa prácticamente el 90% de la producción, ya que cuenta con un clima particularmente suave, viñedos bien adaptados y bodegueros que ya tienen cimentado su renombre. EL NOROESTE abarca principalmente los estados de Washington y Oregón. Es una región en pleno desarrollo que produce cada vez más vinos de gran calidad. El NORESTE comprende básicamente el estado de Nueva York. Es el segundo mayor productor aunque sólo represente cerca del 3% de la producción total del país. Los otros estados del Noreste que producen vinos son los de Nueva Inglaterra, New Jersey, Pennsylvania y Maryland, que fueron de los primeros productores del continente. EL SUR Y EL MEDIO OESTE cuentan con bodegas pequeñas, pero capaces de hacer buenos vinos. En los Estados Unidos de América (E.U.A.) se cultivan tres tipos de vides muy distintas:


Vitis Vinifera: Este grupo incluye las cepas clásicas procedentes de Europa, tales como las cabernet sauvignon, merlot, pinot noir, syrah, chardonnay, sémillon, muscat, gewürztraminer... Cepas autóctonas: Principalmente del tipo Vitis Labrusca y Vitisrotundifolia que producen vinos de calidad media y con una intensidad aromática excesiva, muy marcada por el aroma "foxed". Nuevas variedades o híbridos: Producto de diferentes cruces e injertos. Así, se encuentran las ruby cabernet, rubired, burger, léon maréchal, etc.

California California produce vino desde hace más de doscientos años y es, sin duda, el lugar donde se experimentan todas las técnicas posibles de vinificación. La clave del progreso alcanzado en materia vitivinícola radica en la introducción del uso de barricas de roble francés y de cubas de acero inoxidable que permiten controlar las temperaturas de fermentación. La mitad de las viñas del estado de California está dedicada al vino. El resto se vende como pasa y un 10% como uva de mesa. Las

variedades

Cepas tintas: zinfandel, cabernet sauvignon, garnacha, pinot noir, merlot, cabernet franc, petite syrah, cariñena, barbera, gamay, etc. Cepas blancas: chardonnay, colombard, chenin blanc, sauvignon blanc, muscat blanc, riesling, gewürztraminer, sémillon

LAS

REGIONES

VITÍCOLAS

DE

CALIFORNIA

La diversidad de los vinos californianos refleja el inmenso abanico de emplazamientos, que están repartidos en tres zonas climáticas principales: los emplazamientos sometidos a la influencia del Pacífico (al oeste) el valle Central, zona de clima muy caluroso las estribaciones frescas de la Sierra Nevada (al este) Los condados de Napa y de Sonoma, al norte de la bahía de San Francisco, son el corazón de la industria californiana de los vinos de calidad.


NAPA

VALLEY

Es la más conocida de las regiones vitícolas americanas. Cuenta con más de 150 años de tradición vitivinícola. Las cepas que predominan son la cabernet sauvignon y la chardonnay, la zinfandel que se usa para vinos tintos y blushes (rosados), la pinot noir y la merlot para los tintos, la sauvignon blanc para los blancos secos y la chenin blanc para vinos blancos secos o licorosos. También se utilizan ciertas variedades para hacer mezclas al estilo bordelés, llamadas "meritage", usando cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, malbec y petit verdot para los tintos, y sauvignon, sémillon y muscadelle para los blancos. Los bodegueros se orientan actualmente hacia néctares más complejos y sutiles. SONOMA Por su extensión y su geografía, el condado de Sonoma da a los vinos posibilidades de expresión muy variadas. El interés que despiertan los vinos de Sonoma está ligado a la calidad, y la clave de la calidad reside en los cultivos tradicionales de este condado. Muchos de los cultivos de este condado, especialmente la manzana, requieren de un clima más fresco que el que reina en la mayor parte del Estado de California. Para la uva, este clima significa tiempos de maduración más largos, lo cual influye en la concentración de aromas y sabores. Los aromas de las uvas se encuentran en los vinos desde su juventud y se prolongan con elegancia hasta una edad venerable. OTRAS

REGIONES

COSTERAS

Lake, Mendocino, la zona de la Bahía de San Francisco, Monterrey, San Benito, San Luis Obispo, Santa Bárbara. REGIONES

INTERIORES

El valle Central de California se extiende sobre 640 km al norte de Bakersfield hasta las estribaciones de Mount Shasta. Aquí se produce enormes cantidades de vinos comunes, pero también vinos elegantes. Las estribaciones de la sierra: A lo largo del borde oriental del valle Central, la sierra ofrece unos paisajes muy diferentes de los del valle. Sus vinos extremadamente frutales son muy seductores (tintos de zinfandel, cabernet sauvignon, blancos de chardonnay y sauvignon).


ZONAS Las regiones más conocidas dedicadas a la producción de vinos son los Valles Sonoma y Napa, junto con las regiones vecinas del Condado de Mendocino y el Condado Lago. Todas están a una distancia de entre 50 y 150 millas al norte de San Francisco. Valle de Napa Desde Vallejo, justo al norte de Oakland, el Valle de Napa se extiende por unas 35 millas al norte, siguiendo la ruta 29. En su mayor parte, no tiene más de unas pocas millas de ancho con colinas volcánica bajas a cada lado. El valle plano y las laderas de las colinas que lo rodean están cubiertas con campos frutales y viñedos. Hay pequeños pueblos y villas, como Napa, Yountville, Rutherford y Calistoga, esparcidos por estas bellas tierras agrícolas. Hay carteles en casi todas las esquinas que lo invitan a hacer un recorrido o una degustación de vinos en alguna de las bodegas locales. Algunos de estos viñedos son propiedades bellísimas, con mansiones que parecen palacios al estilo Victoriano y europeo. Valle Sonoma: La región del Condado de Sonoma comienza en Petaluma, unas 30 millas al norte de la zona de la Bahía de San Francisco y se extiende hacia el norte hasta casi llegar a Healdsburg. Incluye una zona de 35 millas de largo y 35 millas de ancho con enormes campos, delicadas colinas y partes de la Costa del Pacífico. La Autopista 101 corta el distrito en dos, y el pueblo de Santa Rosa está casi en el medio. El Condado de Sonoma está dividido en siete distritos menores como el Valle Alejandro, el Valle Arroyo Seco, el Valle Río Ruso y el Valle Sonoma. Condados Mendocino y Lago: Los Condados de Mendocino y Lago están justo al norte de las regiones de los Valle de Sonoma y Napa. No son tan concurridos por turistas como Napa y Sonoma, pero también tienen muchos viñedos y producen vinos de primera calidad. Costa Central: La región de viñedos de la Costa Central se extiende desde la Bahía de Monterrey, en el norte, hasta Santa Bárbara, en el sur. Su parte norte también se conoce como la Región Monterrey e incluye numerosos viñedos esparcidos por las colinas y valles de las montañas costeras de los alrededores de Monterrey y del Gran Sur. A la parte sur a veces se la llama Región de Santa Bárbara y tiene muchos viñedos en su zona de colinas que abarca desde Santa Bárbara en el sur, hasta San Luis Obispo en el norte. Otros Viñedos También hay otros viñedos esparcidos por todo el estado en distritos más pequeños y menos conocidos, como las Laderas de Sierra, la zona de Sacramento, el Valle Central, la zona de Los Ángeles y la zona de San Diego.


CLIMA Las regiones de vino de California, en general, pueden ser clasificadas por tener un clima mediterráneo, también hay regiones con climas más continentales. La proximidad al Pacífico o las bahías, así como el libre acceso a las corrientes frías que llegan a las regiones indican la relativa frescura de los vinos de la región. Las zonas rodeadas de barreras montañosas, al igual que algunas partes de los condados de Sonoma y Napa serán más cálidos debido a la falta de los vientos frescos de esta influencia. Los inviernos son suaves con poca amenaza de heladas, aunque las heladas de primavera pueden ser un peligro para las plantaciones. Para frenar la amenaza de las heladas, los propietarios de viñedos emplean a menudo el uso de máquinas de viento, rociadores y estufas de chimeneas a petróleo para proteger las vides.

El Noreste de Estados Unidos Comprende básicamente el estado de Nueva York. Es el segundo mayor productor, aunque sólo represente cerca del 3% de la producción total del país. Los otros estados del Noreste que producen vinos son los de Nueva Inglaterra, New Jerse, Pennsylvania y Maryland, que fueron de los primeros productores del continente. ESTADO DE NUEVA YORK El estado de Nueva York ha sido siempre el segundo estado productor de Estados Unidos en materia vitícola. La cepa más cultivada es la concord. Durante años, sus vinos fueron en su mayoría elaborados con la concord, la catawa y otras variedades de labrusca. Estos vinos eran bastante dulces a fin de "maquillar" los aromas rudos y pocos agradables de estas uvas. Actualmente se tiende a reemplazar estas cepas con variedades híbridas y a eliminar las plantaciones improductivas. NUEVA INGLATERRA Las mejores regiones vinícolas de Nueva Inglaterra se encuentran cerca de la costa o en las montañas situadas en el interior. NUEVAJERSEY Nueva Jersey posee unas 260 ha de viñedo, de las cuales el 75% son de cepas híbridas francesas. Los productores han logrado un cierto éxito con las variedades híbridas, en particular la seyval blanc y la chambourcin.


PENNSYLVANIA Tiene 3650 ha de viña, el 80% plantado con variedades de labrusca. La parte sureste del Estado tiene terrenos selectos para híbridos y vinifera. MARYLAND La mayoría de las viñas se encuentran al este del estado, cerca de la frontera con Virginia. Cumberland Valley cuenta con muchos viñedos excelentes. Catoctin, en las montañas del oeste de Baltimore, posee gran potencial para las variedades de vinifera.

El Noroeste Estados Unidos Abarca principalmente los estados de Washington y Oregón, es una región en pleno desarrollo que produce cada vez más vinos de gran calidad.


Sur y el Medio Oeste

En esta gran región se asientan pequeños productores que son, sin embargo, capaces de hacer buenos vinos. El Sur y el Medio Oeste abarca la producción vitivinícola de los siguientes estados:           

CAROLINA DEL NORTE GEORGIA VIRGINIA ARKANSAS TEXAS NUEVO MÉXICO MISSOURI TENESSEE MICHIGAN OHIO MINNESSOTA

Canadá Es francamente sorprendente encontrar más de 70 explotaciones vitícolas en un país conocido mundialmente por la duración y el rigor de sus inviernos. Sin embargo, se cultivan más de 8000 ha de viñas en cuatro de sus provincias: Ontario, Columbia Británica, Nueva Escocia y Quebec. Además, los canadienses consumen más vino per cápita que los estadounidenses. Las cuatro quintas partes de los vinos vendidos en Canadá son blancos. Muy pocos saben que Canadá es el mayor productor de Icewine, el vino de hielo, muy escaso, blanco y dulce. Cada año, entre comienzos de noviembre y finales de


diciembre, la temperatura desciende a -17°C en Ontario y Columbia Británica, y congela la uva tardía en la vid. Los granos se prensan cuando están duros como piedras. Las cepas preferidas para este vino de hielo son la riesling y el híbrido blanco de piel gruesa llamado vidal. En Canadá, los vinos de calidad están en deuda con la Vintners Quality Alliance, un sistema de denominación instaurado en 1988 para la región más importante del país, Ontario, y seguida dos años después por Columbia Británica. La industria vinícola canadiense data de principios del siglo XIX. Sin embargo, hubo que esperar a la década de los 60 para que cepas híbridas como la seyval blanc, la vidal, la baco noir y la maréchal Foch, así como cepas europeas tradicionales empezaran a reemplazar las variedades de Vitis Labrusca locales. Durante varias décadas, la cepa concord fue la base de los vinos de Ontario, dando vinos dulces y potentes comercializados bajo los nombres de “oporto” o “jerez”, designaciones que deberán ser abandonadas. En Canadá se produce actualmente vinos de mesa a base de chardonnay, riesling, pinot gris y pinot blanc para los vinos blancos; y pinot noir, cabernet sauvignon, cabernet franc, gamey y merlot para los tintos. Aparte de los vinos de hielo, en Ontario y Columbia.

VINOS DE MÉXICO México El vino mexicano está tomando el lugar que merece dentro de la gran variedad de vinos extranjeros que se consumen en México. Hay un claro crecimiento de la industria vitivinícola en México y eso repercute en un aumento de la calidad del vino.


Podemos encontrar muchos artículos en revistas especializadas que se ocupan del vino mexicano, los viñedos, las casas productoras y este gran interés se debe al trabajo arduo por elaborar vino de calidad que siga las tendencias de consumo y al orgullo que despierta el saber que contamos con vinos nacionales premiados en concursos internacionales. El cultivo de la vid en México se remonta desde la llegada de los conquistadores, cuando Hernán Cortés ordenó sembrar mil pies de vides por cada 100 indígenas que se tuvieran bajo su mando. Los primeros plantíos fueron sembrados en Puebla, Querétaro, Aguascalientes, Coahuila, California y Sonora. Cuando se inició la producción, se empezó a vender vino en España pero la corona española por miedo a tener competencia, prohibió la producción del vino. Después de un largo tiempo, se retomó el proceso de fabricación del vino pero por cuestiones de falta de conocimiento y equipo, se tuvo que parar la producción. Actualmente, se tiene un gran conocimiento sobre la técnica, historia y equipo que debe de ser utilizado al realizar un vino, este avance en la industria dentro de México es muy importante porque nos empieza a posicionar en la gran cultura del vino a nivel nacional y mundial. Sin contar que la variedad del clima en México hace que la producción del vino sea de excelente calidad por los diferentes tipos de suelo y los nutrimentos que éste le pueda proporcionar a la vid, además del uso de tecnologías nuevas que se puedan implementar, creando un vino que todo mundo quisiera probar. Puesto que contiene sabores y olores, los cuales harán que resalte sus y los rendimientos de estas vides dependerán del clima que se tenga durante el tiempo de cosecha. Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), 14 estados de México se dedican a la producción del vino. Entre los cuales se encuentran: Baja California, Sonora, Zacatecas, Aguascalientes y Coahuila.

Baja California Se encuentra al norte del Estado y en ella se encuentran más de 65 vinícolas entre las cuales se destacan por producir algunos de los vinos mas premiados en distintos concursos internacionales, los Valles que la comprenden son los de Guadalupe, Calafia y San Antonio de las Minas ellos son el corazón de la Ruta del Vino que se extiende también hacia el norte al Valle de las Palmas y hacia el sur a los valles de Santo Tomás, San Vicente y Ojos Negros.


Los vinos Bajacalifornianos son hechos con mucha dedicación. Los blancos a partir de uvas Chenin Blanc, Colombard, Sauvignon Blanc y Chardonnay, mientras los tintos utilizan típicamente uvas Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo, Znfandel, Syrah, Nebbiolo, Cabernet Franc, Grenache, Petit Syrah, Malbec, Carignan, Barbera, entre otras. La Ruta del Vino ofrece al visitante una amplia gama de atractivos y servicios que van desde la más pequeña gama de atractivos y servicios que van desde las más pequeñas vitivinícolas familiares hasta los productores a gran escala; pequeños restaurantes campestres hasta la más fina mesa, así como sitios para acampar, balnearios, centros artesanales, museos comunitarios, un sitio misional, hoteles boutique, boutiques de vino, galerías de arte, cultura indígena y sitios naturales. Los vinos Bajacalifornianos participaron en la guía española de vinos, La Guía Peñín, ha apostado por primera vez por los vinos de México; incluyéndolos en su guía 1er Guía Iberoamericana con los mejores vinos de Argentina, Chile, España y México. 24 vinícolas de Baja California aparecen en la guía con 44 vinos, todos arriba de 90 puntos, se cataron 200 vinos de Baja California y 44 tuvieron puntuación de 90 puntos o más. Actualmente los vinos de Baja California han ganado más de 400 premios internacionales se desde 1986 y en el año 2011 gano la mejor Ruta Turística del país. El Estado de Baja California produce casi el 90% del vino mexicano. Esto es señal indiscutible de su liderazgo como región vitivinícola en nuestro país, pero también de su vocación definitiva como representante de una nueva cultura e industria enológico-turística mexicana en Baja California. Una cualidad afortunada de la región vitivinícola de Baja California, que habla claramente de su natural predisposición, es que se encuentra ubicada dentro de una de las llamadas Franjas del Vino en el mundo. Existen dos de estas franjas en nuestro planeta: una en el Hemisferio Norte, entre los paralelos 30° y 50° Latitud norte, y la otra en el Hemisferio Sur, entre los paralelos 30° y 40°, latitud sur. Ensenada, Baja California, se sitúa en la Franja Norte. El clima, el sol y la lluvia que se presentan en estas zonas de vino crean Nuestros Valles   

Valle de Guadalupe Valle de San Vicente San Antonio de las Minas


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Valle de Santo Tomás Valle de Ojos Negros

La región vitivinícola más importante de Baja California se encuentra en el Municipio de Ensenada (que es, además, el municipio más grande del mundo). Baja California es el estado más septentrional de México y su zona vitivinícola se conforma de las siguientes regiones: Terroir En Baja California el terreno tiene diferentes características, que pueden variar de arenoso, a granítico o gravoso. Dadas estas condiciones de suelo, el agua escurre rápidamente y la raíz de la cepa apenas puede alcanzar a absorber humedad. Estas características estresan la cepa y por consecuencia, produce frutos que expresan una alta concentración de sabores y aromas en el vino. Los microorganismos del suelo de Baja California son también muy importantes, ya que gracias a ellos la planta absorbe los nutrientes y el carácter de la tierra (o terroir). Se ha demostrado que los mejores indicadoresde calidad se dan en las viñas más pobres en materia orgánica y de suelos más seco. Cada uno de los valles bajacalifornianos cuenta con características propias y, aunque todos ellos presentan ubicaciones diferentes, con variedad en sus influencias marinas, intensidad de vientos, composición de suelos y microclimas, todos ellos ofrecen características de terroir especiales (como los mencionados anteriormente). Durante el verano, nuestros valles se caracterizan por tener días templados o cálidos y noches frías, lo que permite un desarrollo de calidad de la uva Varietales En la zona del vino de Baja California se cultiva una amplia variedad de tipos uva, llamados también varietales. Los varietales principales tintos cultivados en Baja California son Misión, Grenache, Cariñana, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Malbec, Petit Verdot,


Nebbiolo, Barbera, Dolcetto, Zinfandel, Syrah, Mourvedre, Cinsault y Petit Syrah, por mencionar los principales. En cuanto a uvas blancas de más producción se cuenta con Palomino, Chenin Blanc, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Viognier y Moscatel. Enología En la zona vitivinícola de Baja California tenemos la suerte de contar con excelentes enólogos y productores de vino que con su conocimiento y experiencia, pero sobre todo por su pasión. Han sido ganadores de reconocimientos de prestigio internacional por producir vinos de excelente calidad. Todos ellos personas con un gran amor y devoción por su trabajo que, en conjunto, han contribuido de una manera muy importante al desarrollo de esta zona vinícola que poco a poco ha ido ganando un respeto de los degustadores de vino en el mundo.

Sonora En Sonora hay una gran calidad de uvas, sin embargo, la producción es limitada debido al clima desértico y la baja precipitación. Sus dos zonas productores son Hermosillo y Caborca, ambos caracterizados por el indisponesable sistema de riego, necesario para las cosechas. Casa Domecq cultiva uvas para uvas aquí para la producción de vinos en las zonas de la región, asimismo, en el estado hay muchos productores de aguardiente, entre ellos Martell. Las dos regiones de viticultura en el estado son Hermosillo y Caborca, cuya densidad de plantación de vides de 1250 pies por hectárea y debido a las condiciones de suelo y clima, que es desértico y de precipitaciones escasas (necesidad de sistemas de riego), la producción de vino no se limita al de uva. El vino que elaboraban los indígenas sonorenses, lo sacaban de varias plantas y frutas de la tierra, como de la tuna o también de la pitahaya. Otras veces usaban las algarrovillas del mezquite y del maguey, según eran los tiempos en que se daban estos frutos.


Machacaban la planta y puesta en agua se fermentaba en dos o tres días. Entre los vinos que usaban, el más gustado era el que sacaban de la miel de panal. En Sonora se ubica, desde1993, una planta de Casa Pedro Domecq, que inauguró el proyecto Agro industrial Sonora SA de CV, para la producción de uva industrial y de mesa. Asimismo, en el estado hay muchos productores de aguardiente, entre ellos Martell; y en la mayoría de las viñas se cultiva Thomson Seedles y otra uva de mesa para la exportación. En Mexico se producen diferentes variedades de uvas las cuales son las tintas Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Merlot, Garnacha, Cariñena, Salvador, Alicante, Barbera, Zinfandel y Misión; más las blancas Ungi Blanc, Chenin Blanc, Riesling, Palomino, Verdona, Feher-Zagos, Malaga y Colombard

Coahuila Las principales regiones de cultivo de uva en el estado son: Parras, Arteaga y Saltillo, que se caracterizan por tener clima muy caluroso y cambios bruscos de temperatura, además de precipitación media anual, lo que crea una ambiente propicio para que se den cierto tipo de cepas, como son: Blancas: Chardonnay, Chenin blanc, Semillon y Colombard; y de las Tintas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Tempranillo, Uva Lenoir y Rosa del Perú. La industria vitivinícola se ha desarrollado ampliamente en Coahuila, pues es en este estado donde se localizan importantes productoras como Casa Domecq, en Ramos Arizpe; Casa Madero, localizada a ocho kilómetros de la ciudad de Parras de la Fuente, que se caracteriza por contar en sus instalaciones con el Museo del Vino, donde al aire libre se aprecian utensilios destinados para procesar la uva; y Casa Ferriño y Vinícola Vitali, localizadas en el municipio de Cuatrociénegas.

Laguna La posibilidad de cultivar cepas europeas era muy atractiva y prometía ser un buen negocio, ya que el vino, con el pan y el aceite, era uno de los grandes elementos de la cultura alimentaria española y criolla. Por otra parte, el vino puro de uva resultaba de gran necesidad para los creyentes de la época, pues era una bebida de carácter religioso y sacramental (vino para consagrar). Así que pronto comenzó la producción de uvas blancas, tintas y moscateles de origen europeo, en las huertas de las haciendas del País de la Laguna, incluso en las de los condes de San Pedro del Álamo, en la actual Laguna de Durango. Es interesante el dato de que la única denominación de origen que en la actualidad se reconoce internacionalmente para un vino de uva mexicano, sea precisamente "Valle de Parras".


Dentro del País de la Laguna, se encontraba el "Valle de las Parras", el cual fue llamado así por los exploradores y colonizadores europeos del último tercio del siglo XVI, porque encontraron parras silvestres en ese lugar. Estas plantas autóctonas no eran aptas para la fabricación del vino, pero los europeos supieron con certeza que el lugar era muy adecuado para establecer la vitis vinífera o vid del Viejo Mundo. Al igual que en Andalucía, las condiciones eran buenas para su cultivo, con una intensa radiación solar, temperaturas benignas y una virtual ausencia de heladas

Parras En Coahuila se observan a cada paso las huellas de la tradición y de la generosidad de sus tierras, generosidad que incluso quedó plasmada en el escudo de armas de la entidad. De Coahuila, por ejemplo, son algunas de las bebidas que han dado fama mundial a México, como las que se derivan de la vid. Los viñedos de hoy fueron plantados hace ya algunos siglos para formar parte de la región vitivinícola mexicana, perteneciente a la famosa franja de California. Tras descubrir la existencia de cepas silvestres, los primeros conquistadores procedieron a hacer injertos y a sembrar plantas nuevas. Sin embargo, en 1612, con la finalidad de proteger la economía metropolitana, la corona española prohibió la siembra de la vid -lo mismo que la cría de gusanos de seda, la producción de lienzos finos y el tráfico de muchos otros productos-, y más tarde también la importación de vinos del Perú y de Chile. Pero antes de la prohibición, Francisco de Urdiñola ya había formado su primera bodega vinícola en la hacienda de Santa María de las Parras.


La presencia de la vid y sus derivados en los municipios de Parras de la Fuente y Cuatro Ciénegas de Carranza es sinónimo de calidad y distinción. La fama de los viñedos de Parras data del siglo XVI, cuando sacerdotes y conquistadores, maravillados por las abundantes aguas de manantial y por las viñas nativas del Valle de Parras, decidieron establecer la misión de Santa María, donde nació el primer vino americano, producido con uvas cosechadas de parras silvestres mexicanas. Con el fin de elaborar vino y brandy, don Lorenzo García tomó posesión de las tierras cedidas por el rey de España y las convirtió en 1597 en la vitivinícola de la Hacienda San Lorenzo. En ese tiempo se hicieron muy populares los cocteles llamados “mistelas”, cuyos ingredientes provenían de los aguardientes puros de uva. Las condiciones del suelo y el clima propio de una altura de 1,500 metros sobre el nivel del mar eran ideales -y siguen siéndolo- para producir diferentes tipos de finas uvas. El óptimo florecimiento y la proliferación de los cultivos, sumados al cuidadoso proceso de elaboración, alimentaron la notable calidad de los vinos. Posteriormente, a finales del siglo XIX don Evaristo Madero compró la bodega de San Lorenzo, dando origen oficialmente a la prestigiada Casa Madero, primera productora de vino y brandy del país, y una de las más importantes y más antiguas de América Latina. Don Evaristo contrató los servicios de vitivinicultores de Italia y España y de enólogos de Francia, y compró nuevas variedades de viñas para el Valle de Parras, así como equipo moderno -prensas de uva, ollas de reposo, alambiques y maquinaria para el embotellado-. Con ello, la vinícola progresó considerablemente, y hasta la fecha ofrece excelentes productos. En 1860, a 418 kilómetros de Parras, en la bella ciudad de Cuatrociénegas, don Miguel Ferriño, originario de Italia, fundó la casa y las bodegas bautizadas con su apellido. Inspirado por el vino de su patria “Lacrima Cristi”, crea el célebre vino tinto “Sangre de Cristo”, delicioso vino de mesa utilizado también en algunos lugares de la región para elaborar la tradicional sangría granadina.

San Juan del Río Querétaro


VINICOLAS FINCA SALA VIVÉ DE FREIXENET MEXICO

Esta casa vitivinicola, de las más importantes de América Latina, se ubica en la finca Doña Dolores, a solo 20 minutos de Tequisquiapan. Freixenet se distingue por la elaboración de vinos a través del método champenoise (los llamdaso vinos espumosos). Además, cuenta con unas impresionantes cavas enterradas a 25 metros de profundidad, donde se controla la temperatura y la humedad para la perfecta crianza de los sus vinos. A 15 minutos de Tequisquiapan, se encuentra la simetria perfecta de los Viñedos La Redonda. Debido a su ubicación geográfica, cuenta con las características fundamentales para el desarrollo propicio de la vid. Esta casa Vitivinícola ofrece recorridos guiados todos los días (con un costo a partir de $75.00 por persona), para observar algunas cepas como la colorida uva Salvador y la reconocida Cabernet Sauvignon. El paseo concluye en la enoteca, donde se puede catar y comprar estos aromáticos vinos. Muy cerca de las Cavas Freixenet, se encuentra ubicado Viñedos Azteca, un proyecto completo que incluye vitivinicultura, charrería y la firme intención de difundir las tradiciones mexicanas. Este rancho cuenta con campos especialmente dedicados al cultivo de la vid, y su primera cosecha, la de 2005, dio pie a su creación vinícola: Pretexto. La antigua construcción del siglo XVIII, la bodega, los campos de vid y la variedad de actividades que ofrece Los Azteca, lo convierte en un destino imprescindible.

Viñedos Los Rosales fue fundado en 1970 en pleno corazón de Tequisquiapan, Querétaro. Con una ubicación geográfica en 1,915 sobre el nivel del mar, coloca a Viñedos Los Rosales en una ubicación privilegiada, por ser un lugar con características geoclimáticas óptimas para el cultivo de la vid, provocando una maduración de la vid en unas condiciones magnificas. En Viñedos Los Rosales emprendimos el proyecto “Misiones Chapelet” en el año 2011, con el objetivo de producir Vinos Tintos Orgánicos de alta calidad, que a su vez se diferencian por el cuidado Artesanal en todo su proceso, reflejando


no sólo el carácter de nuestros viñedos sino también el de nuestra emblemática uva, llamada Salvador, también denominada Tintorera.

Zacatecas De acuerdo con una investigación de la Universidad Autónoma de México (UNAM) la primera empresa vinícola que se funda en el estado es Bodegas del Altiplano en 1970, con un auge ya entrado a los finales de los 90 y principios de los dos miles. Datos del 2013 del Consejo Mexicano Vitivinicola indican que hay 80 hectáreas plantadas de las cuales 60 entran en producción y resulta en más de 311 mil litros de vino al año. En Zacatecas el clima puede ser árido y seco en algunas regiones, y templado y semi húmedo en otras, lo que resulta en “variedades finas que crecen y producen buena uva gracias al clima”, de acuerdo con Vinomex. Una de las bodegas más destacadas en la actualidad es Campo Real, responsable del vino Tierra Adentro, con etiquetas de merlot, malbec, syrah, blend y mezcla bordalesa.


RESULTADOS Y ANALISIS De acuerdo con la investigación realizada, los vinos a nivel mundial, cada día crecen más las regiones vitícolas y distintas maneras de producirlo. Al Realizar cada botella tiene una historia y una familia dedicada a ella, cada uno de los temas de las regiones antes mencionadas requiere de un conocimiento previo y de habilidades perfectamente desarrolladas para alcanzar la calidad y excelencia que el producto requiera para su vendimia y su propia historia. Cada contenido se investigó de manera profunda y detallada, lo que se muestra, es la parte más importante y más representativa de cada uno de las regiones, para que el lector tenga un nuevo aprendizaje y una gran sensación de satisfacción y así poder investigar un poco más sobre estos temas y tener un conocimiento más acerca del vino y saber que no es tan fácil como parece, y que cada vino lleva su tiempo y una dedicación precisa, para llegar al sabor y calidad deseada y como ha cambiado en el transcurso del tiempo. Cabe mencionar que la información aquí mencionada fue nueva para algunos lectores, esto nos dio la pauta de hacer un escrito que fuera claro, acorde y congruente al giro de la investigación, para así evitar que se creara una controversia entre lo que se está leyendo y lo que se deja de conocimiento y también lo que se puede llegar a leer en internet. Conocer un poco más sobre la viticultura y así poder crear una idea distinta en cuanto a las tendencias gastronómicas alrededor del mundo. Conocer sobre las diferentes maneras que se pueden consumir es sin duda un punto sobresaliente para todos aquellos que les interesa el ámbito gastronómico y sobre todo aquellos que estén interesados en conocer más de la cultura de otras regiones, ya que ha sido muy importante a lo largo de la historia desde su creación.


CONCLUSIÓN Para concluir, no todas las personas tienen un conocimiento de lo que es la viticultura y todas sus variantes, puesto que no tienen un gran interés cultural o un conocimiento previo para saber más afondo de todas las variedades y regiones que existen alrededor del mundo y así conocer otras formas de convivencia, para algunas personas conocer otros sabores, olores y texturas es la prioridad de una cultura o de la región que vengan, según la información que se te ha proporcionado antes de todo. En el transcurso del tiempo se han ido perdiendo las técnicas de cómo se elaboraban los vinos ya que era o muy costoso o complicado llevarlo a cabo, ya que ahora existen mejores utensilios y máquinas para la facilidad de la elaboración de los vinos y botellas, o peor aún se consumen vinos de muy mala calidad, debido a la poca información que se nos proporciona, por eso siempre es importante ver más allá de lo cotidiano y normal de la vida diaria. La viticultura es de las primeras creaciones de la humanidad y ha ocupado una plaza privilegiada en numerosas civilizaciones. Por otra parte, representa toda una serie de descubrimientos relacionados con las primeras reacciones químicas efectuadas por el hombre: la fermentación y la oxidación donde la ciencia empezó entonces a desempeñar un papel importante y se desarrollaron programas de investigación sobre la vid, la fermentación o la crianza en bodega. Por eso, es muy importante que nos informemos más, tengamos más intereses en esto, ya que es algo increíble y aparte conoces una pequeña parte de la historia del país o región de donde venga el vino y todo lo que viene atrás de él.


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