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Microeconomía III
Tema 7
TEMA 7. TEORÍA DE LOS MERCADOS COMPETITIVOS 0. INTRODUCCIÓN. Determinación del precio como resultado de la interacción entre consumidores y productores. Estamos estudiando por tanto los mercados de productos, no los mercados de factores. Cada uno toma sus decisiones dadas las características del mercado, de forma que maximice su función objetivo, sujeta a determinadas restricciones: Los consumidores, en general, pretenden maximizar su bienestar, sujeto a la restricción impuesta por su renta y los precios de mercado, aunque también pueden tener en cuenta la tecnología del consumo, la asignación de su tiempo entre ocio y trabajo y el coste de oportunidad del tiempo de consumo. Las empresas pretenden maximizar el beneficio, sujeto a la restricción que les impone la función de producción o su expresión equivalente, el PS.
En la estructura de mercado, prestamos especial atención a la posición respecto al precio de las empresas y a su interdependencia estratégica. Suponemos por tanto que los consumidores no tienen entidad suficiente para ejercer poder de mercado y se comportan de forma precio–aceptantes.
En algunos mercados, las empresas también se comportan como precio– aceptantes y dan por bueno el precio que surja libremente de la interacción de oferentes y demandantes en el mercado, consideran que no pueden influir en él y por lo tanto no intentan hacerlo. En estos casos se dice que estamos ante Mercados Competitivos. Por el contrario, si las empresas consideran que tienen capacidad para influir en el precio, y la hacen efectiva, estamos ante mercados no– competitivos. En estos mercados no–competitivos, si sólo hay una empresa, que se considera independiente de todas las demás empresas de la economía y de cualquier competidor potencial, estamos en un Monopolio. Si hay varias empresas y todas ellas se consideran independientes unas de las otras, se trata de un Mercado en Competencia Monopolística. Si hay varias empresas y todas ellas se consideran interdependientes estratégicamente, se trata de un Oligopolio. Hay interdependencia estratégica cuando cada empresa toma su mejor decisión a la vista de lo que están haciendo las demás, y sabe que las otras empresas hacen lo mismo. Página 1 de 18
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Distinción entre corto y largo plazo: No se trata de una cantidad determinada de tiempo. La duración temporal del corto plazo y el largo, depende de las características de cada mercado concreto. Estamos en el corto plazo cuando la capacidad productiva de las empresas (y por tanto del mercado) es fija. Es decir, cuando no hay tiempo suficiente ni para que entren nuevas empresas en el mercado ni para que las existentes incrementen su capacidad productiva. En el corto plazo, cualquier incremento de la demanda tiene que ser afrontado por las empresas existentes, con la capacidad productiva que tienen instalada.
Estamos en el largo plazo si hay tiempo suficiente para que entren nuevas empresas en el mercado y/o para que las existentes modifiquen su capacidad productiva. Es decir, tanto la capacidad productiva de las empresas como la del conjunto del mercado puede variar. En el largo plazo, un incremento de la demanda puede ser satisfecho tanto por las empresas existentes, incrementando su capacidad, como por nuevas empresas o por una combinación de ambas.
La metodología del equilibrio. En un mercado se alcanza el equilibrio cuando, para un precio determinado, la cantidad que desean comprar los consumidores coincide con la cantidad que desean vender los productores y ningún agente tiene incentivos para modificar su decisión. Es decir, existe equilibrio si el precio que exigen los productores por una determinada cantidad coincide con el que los consumidores están dispuestos a pagar por dicha cantidad y ninguno tiene incentivos para modificar su elección. Esto significa que debemos entender el equilibrio como un par precio–cantidad que hace compatibles o mutuamente consistentes las elecciones de consumidores y productores y para el que ni consumidores ni productores tienen incentivos para modificar su elección.
Al estudiar el equilibrio, nos fijamos en primer lugar si existe; es decir, si hay algún precio que pueda poner de acuerdo a consumidores y productores en cuanto a la cantidad a intercambiar. Es el análisis de la existencia del equilibrio. Si el equilibrio existe, a continuación estudiamos si el par precio–cantidad de equilibrio es único o si por el contrario existe más de uno. Es el análisis de la unicidad del equilibrio. Por último, partiendo de un precio distinto del de equilibrio, estudiamos si los sucesivos ajustes de los agentes económicos nos acercan al de equilibrio o si, por el contrario, nos alejan de él. Es el análisis de la estabilidad del equilibrio: Página 2 de 18
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Si los sucesivos ajustes conducen al equilibrio, se dice que el mercado es estable. Si, por el contrario, se alejan progresivamente, se dice que es inestable. La estabilidad se dice que es global (o que el mercado es globalmente estable) si partiendo de cualquier precio positivo distinto del de equilibrio, los sucesivos ajustes conducen al de equilibrio. Por el contrario, la estabilidad se dice que es local (o que el mercado es localmente estable) si los sucesivos ajustes conducen al precio de equilibrio sólo partiendo de un precio distinto del de equilibrio, en un entorno relativamente próximo al de equilibrio.
Si estudiamos sólo el par precio–cantidad, los ajustes de los agentes y la estabilidad en un mercado concreto, estamos realizando un análisis de equilibrio parcial. Si por el contrario, también estudiamos todas las interrelaciones e interacciones y retroalimentaciones existentes con todos los mercados con los que existen interacciones relevantes, se trata de un análisis del equilibrio general. 1. EQUILIBRIO A CORTO PLAZO. Obtención de las curvas de oferta y de demanda del mercado a partir de las curvas individuales: La función de demanda del mercado se obtiene mediante la agregación de (suma horizontal o en cantidades) de las funciones de demanda individuales. La función de demanda individual relaciona la cantidad que desea comprar el consumidor i–ésimo con el precio: xi = D i ( p ) La función de demanda de mercado es: x = ∑ xi = ∑ D i ( p ) = D( p ) i
i
Sin embargo, la obtención de la función de oferta del mercado no puede hacerse de una forma tan inmediata, debido a la presencia de “deseconomías externas pecuniarias”: La función de oferta individual relaciona la cantidad que desea producir y vender la empresa j–ésima con el precio del producto, pero también con el precio del factor variable (w). Por ello se le llama función de oferta ceteris paribus: y j = S j ( p, w) Se trata de la función de costes marginales a corto plazo, a partir del mínimo de los costes variables medios, siempre que el precio del factor variable se mantenga constante. Pero el supuesto de precios de los factores constantes no puede mantenerse para el conjunto de la industria: Página 3 de 18
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Si sube el precio de un producto, todas las empresas intentarán incrementar su volumen de producción, siguiendo su curva de costes marginales a corto plazo (curva de oferta ceteris paribus). Este incremento de la actividad provocará un desplazamiento de la función de demanda derivada de factor variable [ z = z( y ) ] y aumentará la cantidad total de factor variable utilizada por el conjunto de la industria. Es decir: [ z ′( y ) > 0 ]. Este desplazamiento de la demanda de factor provocará un incremento de su precio, puesto que la oferta de factor [expresada en forma inversa como w = w (z[y( p)]) ] tiene pendiente positiva: w ′( z ) > 0 . Es lo que conocemos como deseconomías externas pecuniarias. En última instancia, el incremento en el precio del factor variable (deseconomías externas pecuniarias) provocará un desplazamiento de las funciones de costes de las empresas, lo que hará que la curva de oferta ceteris paribus deje de ser significativa. De hecho sólo un punto de dicha curva de oferta ceteris paribus es significativo; precisamente el que constituía un equilibrio para el precio inicial. La nueva curva de costes marginales, con el nuevo precio del factor variable, es una nueva curva de oferta ceteris paribus, de la que también es significativo sólo un punto. Uniendo los puntos significativos de cada curva de oferta ceteris paribus obtenemos la función de oferta efectiva de la empresa como: y j = S j {p, w (z[y( p )])} = S j ( p )
La pendiente de la función de oferta efectiva puede ser tanto positiva como negativa, dependiendo de la magnitud del efecto del aumento del precio del factor variable sobre las curvas de costes de la empresa: d yj dp
=
∂S j ∂p
+
∂ S j dw d z d y dy ′( y ) = s ′j ( p) ≥ 0 = s jp + s jw ⋅ w ′( z ) ⋅ z{ < ∂ w d z d y d p { { 123 d p >0 { >0 <0 >0 >3 0 14442444 <0
Encontramos un primer sumando que constituye el que puede llamarse “efecto precio”, que es positivo. Junto a él, un segundo sumando o “efecto costes” que, debido a la existencia de deseconomías externas pecuniarias, es negativo. El signo de la pendiente dependerá por tanto de cual de los dos efectos sea más importante.
La función de oferta de la industria se obtiene mediante la agregación (suma horizontal o en cantidades) de las funciones de oferta efectiva de cada empresa: y = ∑ y j = ∑ S j ( p ) = S( p ) j
j
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La pendiente de la curva de oferta de la industria es, en todo caso, positiva: dy = dp
d∑ yj j
dp
=∑ j
d yj dp
= ∑ s jp + j
w ′( z ) ⋅ z ′( y ) ⋅
dy dp
Estos tres efectos tienen lugar para el conjunto de la industria y por lo tanto son iguales para todas las empresas, por lo que pueden extraerse como factor común
∑s
jw
j
Reordenando la ecuación anterior, tenemos que: dy dy − w ′( z ) ⋅ z ′( y ) ⋅ ∑ s jw = ∑j s jp dp dp j
De donde, extrayendo factor común en el primer miembro nos queda:
dy 1 − w ′( z ) ⋅ z ′( y ) ⋅ ∑ s jw d p = ∑ s jp j j Y resolviendo, tenemos finalmente:
dy dp
=
6> 708 ∑ s jp j
<0 64447444 8 ′( y ) ⋅ ∑ s jw 1 − w ′( z ) ⋅ z{ 123 j 23 >0 1 >0 <0 1444 424444 3 > 0 14444244443 >0
>0
Comprobamos así que la pendiente de la función de oferta de la industria es positiva, aún cuando algunas empresas individuales puedan tener funciones de oferta con pendiente negativa. Este hecho puede interpretarse como un predominio en el conjunto de la industria de las empresas con funciones de oferta de pendiente positiva, que hacen que el efecto agregado en la industria se mantenga con signo positivo. La pendiente negativa de la curva de oferta es por tanto el caso menos frecuente.
Condiciones para que exista equilibrio. En el caso que podemos llamar “estándar” en el que la demanda tiene pendiente negativa y la oferta positiva y ambas son continuas, Página 5 de 18
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encontramos un equilibrio, tal y como lo hemos definido en la introducción, en el punto de intersección entre ambas: A dicho precio, las decisiones de consumidores y productores son consistentes o mutuamente compatibles. No existen incentivos para cambiar su decisión ni para los consumidores ni para los productores.
Sin embargo, si la oferta no fuese continua, la existencia de equilibrio dependería de la posición relativa de la oferta y la demanda: La discontinuidad surge si todas las empresas tienen idénticos costes variables medios y la decisión de cierre no es aleatoria, por lo que todas las empresas cierran en el mínimo de los costes variables medios. Si para el precio de cierre la cantidad demandada fuese inferior a la suma del mínimo de la explotación de todas las empresas que componen el mercado no existiría equilibrio. Pero si para el precio de cierre la cantidad demandada fuese superior, entonces sí que existiría el equilibrio. La existencia del equilibrio depende por tanto de la posición de la demanda respecto a la oferta; la continuidad de la oferta no es necesaria.
Pero incluso si la función de oferta es continua puede que no exista equilibrio o, para ser más precisos, que el equilibrio suponga la no– producción del bien o servicio en cuestión: La continuidad de la función de oferta se debe a una distribución aleatoria de las funciones de costes variables medios, es decir, son distintos para cada empresa. En determinadas ocasiones, el precio que induce a comprar a los consumidores es inferior al precio que induce a vender a los productores. Gráficamente, el punto de corte de la curva de demanda con el eje de precios está por debajo del correspondiente a la curva de oferta. Esto indica que nadie desea el bien o servicio en cuestión a un precio suficientemente alto como para inducir a las empresas a su producción. En tales condiciones, el equilibrio existe para una cantidad nula y en un intervalo de precios entre los precios de corte respectivos de la demanda y la oferta. Es decir se trata de un BIEN NO PRODUCIDO, que sólo se produciría si el precio fuese mayor. Podemos decir que se trata de un “equilibrio sin producción”.
En definitiva, la existencia de equilibrio depende de la posición relativa de las funciones de oferta y de demanda, o lo que es lo mismo, de la existencia o no de un punto de intersección entre ellas. Toda esta información de las funciones de oferta y de demanda puede resumirse en una sola función: la función de exceso de demanda. Página 6 de 18
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Dicha función de exceso de demanda es la diferencia, para cada precio, entre las cantidades demandada y ofrecida: Z( p ) = D( p ) − S( p )
Si el precio es el de equilibrio, la función se anula, puesto que la cantidad demandada coincide con la ofrecida. Es negativa para aquellos precios para los que la cantidad demandada es menor que la ofrecida. Es positiva para aquellos precios para los que la cantidad demandada es mayor que la ofrecida. Gráficamente, resume la información de las funciones de oferta y demanda en una sola curva.
Para que exista un equilibrio no basta con que la función de exceso de demanda sea continua: Si fuese positiva o negativa para todo el intervalo de precios positivo, no existiría el equilibrio a pesar de ser continua. Para que exista el equilibrio se requiere que la función de exceso de demanda se anule para un precio positivo
Teorema de la existencia del equilibrio. En un mercado individual, si ocurre que: a) La función de exceso de demanda es continua para todo precio no nulo, b) Existe al menos un precio P0 > 0 para el que la función de exceso de demanda es positiva, c) Existe al menos un precio P1 > 0 para el que la función de exceso de demanda es negativa, Entonces puede asegurarse que existe un precio P* > 0 para el que la función de exceso de demanda se anula. Éste es el precio de equilibrio. 2. ESTABILIDAD DEL EQUILIBRIO A CORTO PLAZO. El concepto de estabilidad. La estabilidad hace referencia a la trayectoria temporal del precio, con respecto al que sea precio de equilibrio: Si dicha trayectoria es convergente hacia el precio de equilibrio, se dice que dicho equilibrio es estable. En caso contrario se dice que es inestable. Página 7 de 18
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Estudiar la estabilidad o no de un equilibrio requiere previamente haber comprobado que existe un equilibrio. Si la trayectoria convergente existe para cualquier precio positivo, se dice que existe estabilidad global o que el equilibrio es globalmente estable. Si es divergente, se dice que existe inestabilidad global. Si la trayectoria convergente solo existe para un entorno relativamente próximo al precio de equilibrio, se dice que existe estabilidad local o que el equilibrio es localmente estable. Si es divergente se dice que existe inestabilidad local. En el análisis resulta más interesante la estabilidad del equilibrio que saber que existe un punto de equilibrio, y especialmente es más interesante la estabilidad global que la local. Definición formal de estabilidad: Un mercado es estable si existe un precio de equilibrio p* para el que lim p(t ) = p * , donde p(0) ≠ p* y t ≥ 0 es el tiempo. t →∞
Cualquier teoría que pretenda analizar las condiciones de estabilidad del equilibrio en un mercado y su comportamiento en desequilibrio debe responder a tres preguntas: 1. ¿Cómo responde el precio o precios de mercado a un exceso de demanda distinto de cero? 2. ¿Cómo obtienen información los compradores y vendedores sobre el precio o precios a los que se ofrece y se demanda en el mercado? 3. ¿En qué momento tiene lugar el intercambio, es decir, cuando formalizan compradores y vendedores sus acuerdos vinculantes? En 1) habrá un precio único o varios, dependiendo de las respuestas a las preguntas segunda y tercera. Estudiamos dos modelos de ajuste continuo de los mercados, uno que realiza ajustes en precios y otro en cantidades.
2.1. El proceso de tanteo o de ajuste en precios (Walras). La figura central es el árbitro, que coordina el mercado. No requiere contacto directo entre los agentes. Página 8 de 18
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Funcionamiento del proceso de tanteo: El árbitro anuncia un precio a todos los agentes (PREGUNTA 2). Los agentes informan al árbitro de sus decisiones. El árbitro agrega las elecciones y calcula el exceso de demanda. Si el exceso de demanda es distinto de cero, el árbitro revisa el precio y vuelve a anunciarlo, reiniciando el proceso (PREGUNTA 1): La REGLA DE DECISIÓN del árbitro es: d p(t ) = λ Z[p(t )], dt
λ>0
donde ? es un parámetro positivo que determina la velocidad del ajuste. Y como puede comprobarse, la regla de decisión implica subir el precio si el exceso de demanda es positivo, bajarlo si es negativo y no modificarlo si es nulo. Sólo cuando el exceso de demanda se anula, es decir, se alcanza el equilibrio, el árbitro lo anuncia y tiene lugar el intercambio (PREGUNTA 3).
Análisis gráfico de las condiciones de estabilidad: El equilibrio será globalmente estable si el exceso de demanda es positivo para todo precio que esté por debajo de su valor de equilibrio y negativo siempre que esté por encima. Es decir, si la función de exceso de demanda tiene pendiente negativa. El equilibrio será localmente estable si la condición anterior se cumple sólo para precios en un entorno del precio de equilibrio.
Obtención analítica de las condiciones de estabilidad: Para ello comenzamos por definir una función de distancia:
[
] [
d p(t ), p * = p(t ) − p *
]
2
Es fácil comprobar que el valor de la función de distancia sólo es positivo si los precios son diferentes y que cuanto menor es la diferencia de precios menor es el valor de dicha función. La condición de convergencia es que la distancia se reduzca en el tiempo, a medida que el árbitro realiza los ajustes de precios, hasta llegar al precio de equilibrio:
[
]
[
]
[ [p(t ) − p ].y
]
d d p(t ), p * d p(t ) = 2 d p(t ) − p * = 2λ d p(t ) − p * Z[p(t ) ] < 0 dt dt
Para que esta derivada sea negativa, opuestos.
*
Z[p(t )] deben tener signos
Precisamente la condición de estabilidad obtenida más arriba a partir del análisis gráfico. Página 9 de 18
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2.2. El proceso de subasta o de ajuste en cantidades (Marshall). El papel central es para los vendedores, que intentan deshacerse de toda su producción. Requiere contacto directo entre los agentes. Funcionamiento del proceso de subasta: Los productores acuden al mercado con toda su producción, que el proceso de subasta se encarga de racionar y se descubre de inmediato el precio de remate de la subasta (PREGUNTA 2). Los productores comparan este precio de remate con el precio correspondiente a la cantidad producida en su propia curva de oferta. Si el precio de remate en la subasta (o precio derivado de la curva de demanda para la cantidad puesta en el mercado) es distinto del que se deriva de la curva de oferta, los vendedores modifican su decisión de producción para el período siguiente (PREGUNTA 1): La REGLA DE DECISIÓN de los productores es:
{
}
d y(t ) = µ P D [y(t )] − P S [y(t ) ] , dt
µ >0
donde µ es un parámetro positivo que determina la velocidad del ajuste, P D [y(t )] es la función inversa de demanda y P S [y(t )] es la función inversa de oferta. Y como puede comprobarse, la regla de decisión implica subir el volumen de producción siempre que el precio de subasta supere el precio exigido por los productores, bajarlo si es inferior y no modificarlo si ambos precios coinciden. En este último caso se ha alcanzado el equilibrio. El intercambio tiene lugar en cuanto en la subasta se determina el precio de remate que garantiza la distribución de toda la producción puesta en el mercado aunque no se haya alcanzado el equilibrio (PREGUNTA 3).
Análisis gráfico de las condiciones de estabilidad: El equilibrio será globalmente estable si la diferencia de precios es positiva (el precio de subasta es mayor que el exigido por los productores) para toda cantidad que esté por debajo de la de equilibrio y negativa siempre que esté por encima. Es decir, si la función de demanda corta a la de oferta desde arriba. El equilibrio será localmente estable si la condición anterior se cumple sólo para cantidades en un entorno de la de equilibrio.
Obtención analítica de las condiciones de estabilidad: Para ello comenzamos por definir una función de distancia:
[
] [
d y(t ), y * = y(t ) − y * Página 10 de 18
]
2
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Es fácil comprobar que el valor de la función de distancia sólo es positivo si las cantidades son diferentes y que cuanto menor es la diferencia de cantidades menor es el valor de dicha función. La condición de convergencia es que la distancia se reduzca en el tiempo, a medida que los productores realizan sus ajustes, hasta llegar a la cantidad de equilibrio:
[
]
[
]
[
]{
}
d d y(t ), y * d y(t ) = 2 d y(t ) − y * = 2 µ d y(t ) − p * P D [y(t ) ] − P S [y(t ) ] < 0 dt dt
[
] {
}
Para que esta derivada sea negativa, y(t ) − y * y P D [y(t )] − P S [y(t )] deben tener signos opuestos. Precisamente la condición de estabilidad obtenida más arriba a partir del análisis gráfico.
Comparación e implicaciones de ambos métodos de ajuste. Si las funciones de oferta y de demanda tienen las pendientes usuales (caso convencional) ambos mecanismos generan un mercado estable. En estas circunstancias, el resultado es independiente del modelo de ajuste elegido. Pero si una de las partes del mercado no tiene la pendiente usual, la estabilidad o inestabilidad depende del mecanismo de ajuste. Es decir, en los demás casos, distintos del convencional, el modelo condiciona el resultado: Si la función de exceso de demanda tiene pendiente negativa el mercado será estable si el ajuste se hace en precios (proceso de tanteo). Pero en este caso, la demanda cortará a la oferta desde abajo y el mercado será inestable si el ajuste se hace en cantidades (proceso de subasta). Si la demanda corta desde arriba, el mercado será estable cuando el ajuste se hace en cantidades (proceso de subasta) Pero en este caso, la función de exceso de demanda tendrá pendiente positiva ye el mercado será inestable si el ajuste se hace en precios (proceso de tanteo).
El modelo a elegir es una cuestión empírica: aquél que mejor se adapte a la realidad del mercado, Por ejemplo, el proceso de tanteo en la bolsa. En cualquier caso, quedan dos aspectos insatisfechos en ambos modelos: 1. Ambos procesos están centralizados, mientras que en muchos mercados la formación del precio es un proceso mucho más descentralizado. Sólo serían equivalentes si la información fuese perfecta y sin costes. 2. No se incluye la formación de expectativas en ninguno de los dos modelos: En el proceso de tanteo esta posibilidad queda excluida. En el proceso de subasta queda implícita en la regla de ajuste, pero no se modeliza. Página 11 de 18
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2.3. Expectativas y estabilidad del mercado. El concepto de retardo en la oferta: El tiempo se considera de forma discreta, en vez de continua como habíamos hecho hasta ahora. Es un ejemplo plausible en los mercados agrícolas, en los que la oferta en un período depende de la decisión de producción tomada en el período anterior. En el momento de tomar dicha decisión se desconoce cuál será el precio en el período en el que la producción se sacará al mercado. Por ello es necesario formar alguna expectativa sobre cuál va a ser dicho precio. Así, pte es la expectativa hecha (en el período t–1) sobre cuál va a ser el precio en el período t. La oferta depende de dicha expectativa sobre el precio: yt = S( pte ) Mientras que la demanda depende del precio efectivo alcanzado en cada momento: xt = D( p t )
El mecanismo de formación de las expectativas resultará crucial para el análisis de la estabilidad del mercado. La Hipótesis de las Expectativas Ingenuas. Los productores consideran que el precio existente en un período se va a mantener para el siguiente: pte = pt −1 Esta hipótesis es consistente si el mercado se ha encontrado en equilibrio en períodos sucesivos, por lo que: D( p t ) = S( p te ) = S( p t −1 ) = S( p t* )
Pero analicemos cómo evoluciona el mercado ante un incremento inesperado de la demanda, con expectativas ingenuas. Análisis gráfico de las condiciones de estabilidad: Si la elasticidad de la demanda es mayor que la de la oferta, el mercado es estable o convergente y se aproxima gradualmente al equilibrio Si la elasticidad de la demanda es menor que la de la oferta, el mercado es inestable, expansivo o divergente y se aleja secularmente del equilibrio. Si ambas elasticidades coinciden el modelo es inestable y se mueve cíclicamente alrededor del equilibrio. Página 12 de 18
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Obtención analítica de las condiciones de estabilidad: Formalizamos con funciones de oferta y demanda rectilíneas: yt = a + b pt −1 xt = a − ß p t En cada momento las cantidades demandadas y ofrecidas deben coincidir: xt = yt ⇒ a + b pt −1 = α − β pt Reordenando esta igualdad, tenemos la ecuación en diferencias de primer orden para el precio: pt =
a−a b − p t −1 ß ß
La estabilidad requiere que las diferencias en los precios sucesivos vayan siendo cada vez más pequeñas en valor absoluto. Recuérdese que las diferencias son alternativamente positivas y negativas y que suponemos que pt +1 < pt y pt > pt −1 : − ( p t + 1 − p t ) < ( p t − p t −1 ) Sustituyendo los valores correspondientes por su expresión a partir de la ecuación en diferencias de primer orden, tenemos:
a − a b a − a b − − pt − − pt −1 < ( pt − pt −1 ) ß ß ß ß Simplificando y extrayendo factor común, nos queda: b b ( p t − p t −1 ) < ( p t − pt −1 ) ⇒ < 1 ß ß Obtenemos así la condición b < ß , que es la misma que habíamos obtenido en el análisis gráfico, siendo b y ß los valores absolutos de la tangente de los ángulos que forman con el eje de precios, respectivamente, la oferta y la demanda; es decir, las pendientes relativas respecto al eje de precios.
El comportamiento de base a las expectativas ingenuas demuestra lo erróneo de la expectativa en cada período: Es un comportamiento no rentable, puesto que la producción vendida no se corresponde con la de máximo beneficio, es decir, el precio no iguala al coste marginal. Esta inconsistencia con el objetivo de maximización del beneficio del comportamiento a partir de las expectativas ingenuas ha llevado a calificarlo de irracional y a las expectativas de irracionales en vez de ingenuas.
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La Hipótesis de las Expectativas Racionales (HER). Es un mecanismo de formación de expectativas propuesto por MUTH para corregir el carácter irracional de las expectativas ingenuas. Supone la posibilidad de estimar las funciones de oferta y de demanda del mercado, lo que posibilita predecir el precio de equilibrio de cada período: Quien estimase acertadamente las funciones (y por tanto el precio de equilibrio), podría obtener beneficios vendiendo dicha información a los productores. Los productores estarían interesados en pagar por dicha información siempre que su coste fuese inferior a las pérdidas derivadas del comportamiento irracional con expectativas ingenuas.
El comportamiento racional consiste en tomar como expectativa el resultado que predice el modelo de mercado a partir de las estimaciones de las funciones de oferta y demanda, en caso de existir. No obstante, es necesario señalar el “carácter heroico” de las expectativas racionales: Supone que los mercados están siempre en equilibrio. Implica que las fluctuaciones de los mercados están determinadas por cambios inesperados en las funciones de oferta y demanda y no por el proceso de formación de las expectativas. Esta afirmación, al menos, es contrastable o refutable empíricamente.
3. ESTABILIDAD DEL EQUILIBRIO A LARGO PLAZO. Planteamiento de la situación en el largo plazo. La curva de oferta a largo plazo de una empresa individual es su curva de coste marginal a largo plazo a partir del mínimo de su coste medio a largo plazo. La curva de oferta de la industria a largo plazo no puede obtenerse por la simple agregación de las curvas de oferta individuales: Existen deseconomías externas pecuniarias. Pueden existir tanto economías como deseconomías externas tecnológicas (mejora de servicios comunes, contaminación ambiental, congestión,...). El número de empresas en el mercado puede variar: No existen barreras de entrada; las empresas pueden entrar y salir libremente del mercado.
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Será el precio de mercado el que determine el número de empresas que permanezcan en el mismo: Las empresas extramarginales (obtienen pérdidas a corto plazo) saldrán del mercado. Las empresas marginales (obtienen beneficio normal) se quedarán en el mercado. Las empresas intramarginales (obtienen beneficios extraordinarios) se quedarán en el mercado y atraerán otras empresas a dicho mercado. La entrada de nuevas empresas eliminará los beneficios extraordinarios de las empresas intramarginales. Si dichos beneficios extraordinarios se debían a un factor específico de la producción, especialmente productivo o eficiente, se acabarán transformando en una cuasi–renta que irá a parar a manos del poseedor de los derechos de propiedad sobre dicho factor.
Dado todo este conjunto de influencias, no es posible asegurar que la curva de oferta a largo plazo de la industria tenga pendiente negativa. No obstante, vamos a suponerlo, puesto que es el caso más usual. Condiciones para la existencia de equilibrio a largo plazo. Del análisis gráfico pueden extraerse tres conclusiones: 1. Cada empresa iguala el precio a su coste marginal a largo plazo, por lo que su producción maximiza el beneficio. 2. El precio iguala al coste medio a largo plazo, por lo que el beneficio es nulo (beneficio normal) y no existen incentivos para entrar o salir del mercado. 3. La cantidad total ofrecida coincide con la cantidad total demandada Nótese que las condiciones 1 y 2 garantizan que se produce al mínimo de los costes medios a largo plazo, es decir, con eficiencia productiva.
Posibilidad de discontinuidad en la función de oferta a largo plazo y no– existencia de equilibrio: Para que la oferta sea discontinua se requieren dos condiciones: a) Todas las empresas deben tener idénticas curvas de costes medios a largo plazo, en forma de U. b) Los precios de los inputs no varían con el volumen de producción de la industria. Bajo estas condiciones, si la demanda es insuficiente para inducir a las empresas a producir, no existe equilibrio. Sin embargo, parece razonable suponer que en el mercado existe algún mecanismo de selección de los oferentes potenciales, lo que evita la discontinuidad: Asegura que para cualquier demanda al precio que iguala el mínimo de los costes variables medios a largo plazo, existe el número adecuado de empresas Página 15 de 18
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para abastecerla, produciendo todas ellas en el mínimo de sus costes medios a largo plazo, es decir, con un beneficio normal. Cualquier expansión de la demanda de mercado se cubriría con la entrada de nuevas empresas más que mediante el aumento de la producción de las empresas instaladas. Gráficamente, la curva de oferta a largo plazo tendría un tramo horizontal hasta el volumen de producción en que se producía la discontinuidad antes mencionada y la oferta pasa a tener pendiente positiva. El nivel de demanda determina exclusivamente la producción agregada y el número de empresas en el equilibrio a largo plazo, pero no afecta al precio, que igualará al mínimo de los costes variables medios. Es condición necesaria que la producción de mínimo coste de una empresa sea muy pequeña en comparación con la demanda de mercado y que haya muchas empresas. A efectos prácticos, es como si hubiese rendimientos a escala constantes en el tramo significativo de la producción.
Posibilidad de continuidad en la función de oferta a largo plazo y existencia de equilibrio: Si la tecnología es tal que no existe ningún intervalo de la producción para el que los rendimientos a escala sean crecientes, es posible eliminar la posibilidad de discontinuidad en la función de oferta a largo plazo de la industria: Si son decrecientes para todo volumen de producción, los costes medios y marginales serán crecientes en todos sus puntos y su suma horizontal (teniendo en cuenta los efectos de las deseconomías externas pecuniarias) se intersectarán con el eje de precios. Si son constantes (no existen deseconomías externas pecuniarias) las curvas de costes a largo plazo de la empresa son líneas horizontales y por tanto la oferta a largo plazo de la industria también será una línea horizontal, que coincide con el coste medio a largo plazo, que es el mismo para todas las empresas. En este último caso, se repite la condición necesaria anterior, a saber, es condición necesaria que la producción de mínimo coste de una empresa sea muy pequeña en comparación con la demanda de mercado y que haya muchas empresas.
3.1. Condiciones de estabilidad del equilibrio a largo plazo. Atención al significado de la curva de oferta a largo plazo: Es el “lugar geométrico de las combinaciones de precio y cantidad que satisfacen las condiciones de equilibrio a largo plazo”: S( p ) = {( p, y ) / p = CMa i ∀i, π i = 0 ∀i, d n = 0,} Indica cómo varía la producción planeada futura ante cambios en el precio. Es por tanto una curva de planificación: la individual indica a las empresas cómo deben planificar su capacidad productiva en función de la evolución prevista de la demanda (o del precio del mercado). Página 16 de 18
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Sin embargo, si llegado el momento el precio no fuese el esperado (debido a una contracción o una expansión de la demanda), las empresas tendrían que hacer frente a esta demanda diferente con la capacidad productiva instalada, es decir, con su curva de oferta a corto plazo, planificada a partir de la de oferta a largo según las expectativas sobre el precio. La curva de oferta a largo sólo indica como modifican su planificación futura las empresas, pero no cómo hacen frente en un momento dado a una demanda distinta de la esperada.
Cuestiones a tener en cuenta en el análisis de la estabilidad a largo plazo: Interacción entre las decisiones a corto y largo plazo. Efecto de las entradas y salidas de empresas del mercado. Papel de las expectativas sobre los precios.
Supuestos para realizar el análisis: Existen deseconomías externas pecuniarias. Todas las empresas tienen curvas de costes en forma de U. Tras un largo período de estabilidad del precio, se produce un desplazamiento hacia la derecha de la función de demanda.
Con expectativas ingenuas se produce una senda de ajuste con precios que oscilan alternativamente por encima y por debajo del de equilibrio: En sus decisiones, las empresas planean, alternativamente, capacidades productivas demasiado grandes y demasiado pequeñas. Los equilibrios a corto plazo tendrán lugar sobre las sucesivas curvas de oferta a corto plazo, no sobre la de oferta a largo plazo. Este es un comportamiento irracional, que es inconsistente con el comportamiento maximizador de beneficios, puesto que alterna períodos de beneficios extraordinarios con otros de pérdidas.
Con expectativas racionales la senda de ajuste al equilibrio es mucho más rápida: Si el desplazamiento de la demanda no pudo ser previsto al estimar el modelo de mercado, en el período en que se produce habrá que hacer frente a él con una capacidad planificada demasiado pequeña. El equilibrio a corto en este primer período tiene lugar en la intersección de la nueva demanda de mercado con la oferta a corto plazo. El precio en este primer período es superior al coste marginal a largo plazo, por lo que surgen beneficios extraordinarios. Una vez conocida la nueva demanda, se vuelve a estimar el modelo del mercado y se determina el nuevo precio de equilibrio a largo plazo, que se alcanza en el período inmediatamente posterior. En este caso decimos que hay expectativas racionales no anticipadas, puesto que el agente encargado de estimar el modelo del mercado no ha sido capaz de anticipar el desplazamiento de la demanda. Página 17 de 18
Prof. Dr. Antonio García Sánchez
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Si el desplazamiento de la demanda sí pudo ser previsto al estimar el modelo de mercado, en el período en que se produce ya habrá una capacidad planificada suficiente como para alcanzar el nuevo precio de equilibrio de forma inmediata. No existe una senda de ajuste, se pasa inmediatamente de un equilibrio a otro. En este caso decimos que hay expectativas racionales anticipadas, puesto que el encargado de estimar el modelo del mercado ha sido capaz de anticipar el desplazamiento de la demanda. En ambos casos, con expectativas racionales el comportamiento es consistente con la maximización del beneficio, puesto que se consiguen equilibrios sobre la curva de oferta a largo plazo a la primera oportunidad para modificar la capacidad planificada. Si las expectativas son anticipadas, el ajuste es en una sola etapa, mientras que si son no anticipadas el ajuste se hace en dos etapas.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA: GRAVELLE, H. Y REES, R.: Microeconomía. Alianza Universidad. Madrid, 1988. Capítulo 10. GRAVELLE, H. y REES, R.: Microeconomics. Longman. London. 1992 (2ª edición). Capítulo 10.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA: KATZ, M. L. y ROSEN, L. M.: Microeconomía. Addison–Wesley Iberoamericana. Madrid. 1994. Capítulo. KREPS, D. M.: Curso de Teoría Microeconómica. McGraw–Hill. Madrid, 1995. Capítulos 6 y 8. NICHOLSON, W.: Microeconomía Intermedia y sus aplicaciones. McGraw-Hill. Madrid. 2001. (8ª edición). Capítulos 8 y 9. SHER, W. Y PINOLA, R.: Teoría microeconómica. Alianza Universidad. Madrid, 1986. (2ª edici Capítulo 6. VARIAN, H.: Microeconomía Intermedia. Antoni Bosch. Barcelona. 1998. (4ª edición). Capítulos 1, 15, 16, 21 y 22. VARIAN, H.: Análisis Microeconómico. Antoni Bosch. Barcelona. 1992. (3ª edición). Capítulo 13
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