Opinión Cuestión de proporciones EL SOLO HECHO DE QUE VENGA MORRISSEY ES UN ÉXITO. EL SOLO HECHO DE QUE VUELVA EL MEGAEVENTO ES EXITISMO. Los últimos índices globales han sido generosos si a alguien le importa cultivar el orgullo de ser chileno: Chile puede felicitarse de ser el país más competitivo de América Latina, el menos corrupto del continente y, si algo faltaba, hasta de haberse reinsertado en el circuito pop de conciertos internacionales de la región. Macroeconomía = megaevento. Pero las bondades de estas evaluaciónes suelen ser dicutibles, y los megaeventos son un buen ejemplo. A partir de la visista de Massive Attack en mayo, los grandes festivales de música han vuelto a Santiago. Octubre y noviembre han concentrado la mayoría de esos espectáculos, desde Pablo Milanés, Susana Baca, Gal Costa, Chucho & Cigala y Arto Lindsay hasta Orishas, David Byrne, The Chemical Brothers, Molotov y Julieta Venegas, que toca el sábado y el domingo en el Estadio Víctor Jara y en Concepción. La cumbre de la temporada está en Morrissey y P J Harvey, el mejor cartel de rock internacional recalado en Chile en años. Perro para moderar el exitismo nacional basta, por ejemplo, comparar un par de sílabas. SUE es el festival que incluye a Morrissey y Harvey además de The Mars Volta y Blondie. Pero BUE es la versión argentina del mismo encuentro, que además ofrecerá a Pet Shop Boys, Bebel Gilberto, Primal Scream, 2 Many Djs y varios más a quienes no veremos en Chile. Antes de desencadenada esta agenda internacional, las primeras fechas de noviembre fueron tomadas por otro festival. Entre el viernes 5 y el domingo 7, el Festival B (www.bmusic.cl/festival) reunirá en el galpón 6 de Chucre Manzur, Berllavista, a nuevos músicos de rock, jazz, electrónica y hip-hop locales como The Ganjas, Tsunamis, Cristián Cuturrufo, Purdy Rocks, Miguel Tutera, CHC, DJ Raff & Solo Di Medina, Makiza y Boomer: parte de lo más aventajado de los últimos dos años. Santiago seguirá tomado por fechas internacionales como las de Creamfields y Kraftwerk, pero estar informado también significa saber que al día siguiente de Morrissey no sólo está la nostalgia de Blondie en cartelera, sino también la nueva música de Guiso o Matorral en el Festival B. Hace dos domingos, en el Teatro Oriente, Los Jaivas se reunieron a recrear su disco “Alturas de Macchu Picchu” (1981) y terminaron recreando también músicas más tempranas como “Mira niñita”, una canción que ahora, con la historia, es inmensa, pero que alguna vez fue niña, de versos diminutivos acerca de tu pelito y tus ojos de miel que conmovieron a quien los escuchó ese domingo, tal como pasaba hace treinta años cuando Los Jaivas cantaban en parques y al aire libre y también eran más niños. Entonces ésa era una micro-canción, como las de Matrorral o Guiso hoy: música de micro-evento. Es una cuestión de proporciones. El megaevento suele ser obvio, como el megamercado o la megavisión. El primer hallazgo estará siempre en la pequeña escala. W DAVID PONCE.