Nusquam

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NUSQUAM

Historia, ilustraciones y diseño: Rodrigo Orozco - (grafídromo) / Historia aleatoria y cómplice del Cortometraje Transdimension / Agradecimientos: Se presume una probable resurrección, un renacimiento o se trata de una metáfora que implica retornar a una etapa de totalidad… Quizá nos encontremos. A los que me conocen y los que conozco y no lo saben, los que probablemente, pese a no recordarlos y verlos me recuerdan. a C.R y J.S.Q. a ENE a mi familia – Muchas gracias

El largo viaje a ninguna parte

Impreso en la Imprenta Departamental del Cauca Popayán Octubre de 2011 / roidromoorozco@hotmail.com roidromoorozco@gmail.com www.escuelaroidromo.blogspot.com


NUSQUAM: Ninguna Parte, Ningún Lugar, Ningún Sitio.



En este preciso momento no sé donde me encuentro… / ¿Y anteriormente, dónde me encontraba?… / ¿Y qué pasará después, en la siguiente página?


He sido despojado de mis ropas y cambie de rostro y cuerpo… / y continuo en un espacio blanco, infinito y sólo. Rodeado por este maldito contorno de viñeta… …Una insuficiente tinta y nada más para vivir.


Ja ja ja ja ja ja… / Ahora tengo el cuerpo deforme, es decir: un poco extraño, sin cabello, con un suéter ridículo y manos y pies pequeños… / Ja ja ja ja ja… / ¿Y qué sigue…? / ahhhhh / un poco de cabello y una mirada escondida, oculta en parpados indescifrables… …y una boca que jamás dirá algo con sentido. / Maldita sea.


Y ahora ojos separados… una cabeza rebanada. La separación de mis ojos sugiere una, en términos de evolución darwiniana... Condición de presa, están dispuestos de esa manera para poder, de una manera más rápida, ver el acercamiento de mis depredadores... Vulnerable e invulnerable a la vez. El peligro está adentro.


Parece como si despertara de un profundo e insoportable sueño… / ...Me descubro en la cima de algo, asustado, inexplicable, miro hacia abajo y tengo miedo.

Cierro los ojos, cuento hasta cinco… Uno, dos, tres, cuatro, c i n c o… Y continuo en la cima de esto, miro hacia abajo y persiste el miedo.

Se pone más alto… El miedo aumenta. Pero, ¿qué es eterno?


Así es. Pasa el miedo y el lugar se torna naranja ocre (pero con una tinta se verá negro) leo un libro…

Leo una crónica sobre una persona con tres piernas que no se ponen de acuerdo sobre a donde ir… / “Pese a la insuficiente información se conoce que el paciente del ala 21, donde se encuentran los internos incurables, uno de ellos es E. M. Quien posee tres extremidades inferiores y dos aparatos reproductores totalmente desarrollados. Su condición extraordinaria consiste en que estos dos órganos le dan doble personalidad y estas discuten constantemente. Es común que esta querella se relacione con el desplazamiento físico, pero, como posee tres

piernas, no logra decidir su marcha y permanece en el mismo lugar.”


Casi no puedo leer las påginas del libro. Las letras se desenroscan‌

Queda una larga franja


Queda una larga franja, la recorro con la mirada y no es suficiente, debo tomar distancia y aún así me sobrepasa…

desemboca por fin en una cama.


Una larga, larga, larguĂ­sima franja.

Y en ella estoy yo‌

Me miro a mi mismo y me intento despertar, sin asustarme por supuesto. Temo la sorpresa.


Me golpeo en las mejillas, me doy sacudones desde los hombros, me azuzo y me azuzo y no me puedo reanimar. / ¿Quién de los dos despertará, continuaremos así? / Que importa, uno de nosotros está despierto…

¿Qué sigue?: Cambiar de forma es lo más seguro. ¿Olvidar de dónde vengo, para dónde voy? / Seguir durmiendo y soñando que hago cosas… Necesito una onomatopeya que me despierte.



Des

pi

er

ta‌




Parece que desperté / Retomemos / Estaba leyendo... ¿Tres piernas? no podía leer, las letras se desenroscaban.

Desaparecían las astas, se precipitaban y recorrían el espacio... Horizontalmente… Desee que una onomatopeya me despertara... ¿Lo hizo?


Según la onomatopeya estoy dormido, durmiendo o fingiendo que duermo. / Esta última es la aseveración mas apropiada, pues en mi rostro hay una sonrisa…


Ahora sin la onomatopeya estoy despierto, contemplando el paisaje o fingiendo que disfruto de algo. / Esta Ăşltima afirmaciĂłn es la que me parece la mĂĄs apropiada.


Otra vez el titubeo / Nuevamente la oscilación si/no / Constantemente me ocurre esta situación de incertidumbre, una vacilación conspicua, perplejidad concupiscente, es como si este cuerpo no fuera mío y lo que me rodea hubiese sido dispuesto para atormentarme y me sublevo energúmeno de mi mismo.


Lo que sigue es producto de la angustia. / Me dirijo a cualquier parte con el conflicto de sólo querer salir de aquí, no busco la libertad legendaria… únicamente una salida… / Corto uno de mis dedos, lo arrojo al piso y emprendo presuroso a dirigirme hacia donde el dedo me señala.


Sentí miedo de cortarlo de mi mano izquierda, es la mano que más uso. / cuando salga de aqui y pueda saludar a otras personas, el apretón de manos me recordara lo que soy capaz de hacer. / Duele, duele… Y si duele es que no estoy soñando o es sueño jodidamente real.


Es un sueño… Otra vez con rostro y cuerpo diferente, desnudo y con una vara entre las manos, mirando a mi derecha dubitativo. ¿Para que este ridículo pedazo de madera? / Sigamos la ruta del dedo.



Corro rápidamente como puedo. Me desdibujo, solo soy una serie de líneas con algo de sentido… / Ni siquiera esto que digo está dentro del bocadillo / ¡¡Corro, transpiro, revuelvo mis trazos, corro!!

Hacia allá me dirijo contento y con las fuerzas renovadas / Encuentro una gran caverna con aire caliente y raíces que brotan de sus paredes, es mi nariz, ahí me quedo quietico en mi propio templo, en mi mismo.


Mi cuerpo es mi templo, cuando, en una caminata por la calle vacía y solitaria me escucho, escucho los espejos y cuadros golpear contra las paredes, las estatuitas caer de sus repisas, las cortinas abstraídas en un vaivén abrumador, los insectos enfrascados arremolinarse cada vez con más fuerza, los libros caen y se abren caprichosamente en ciertas paginas que he querido olvidar.


Mi dormitorio se trastorna y debajo de la cama salen todos los fantasmas de mi niñez, de mi juventud, de mi adultez, de mi vejez… todos.

Canicas, estampillas, cartas, monedas, libros, camisas, biógrafos, lápices, tintas, letras, hilos, muñecos, anteojos, zapatos, uñas, tizas, ganchos, miedos…


El templo se cierra, desaparecen las puertas y ventanas y es en ese momento, cuando deseo escapar de la cacofonĂ­a y sordina a la vez, no lo logro / Con arrebatada furia busco un lugar donde escapar.


rumpir Escapar-aventurar-salir-saltar-volar-arrollar-ir / rumpir Escapar-aventurar-salir-saltar-volar-arrollar-ir ir-escapar rump llar-ir arro olartar-v r-sal -sali escapar-aventurar ir-salir rump llar-ir saltar-aventurar-salir-saltar-volar-arro

o?, dormidm e las uentroc: o¿rt o c d n n e á e m ¿Dóndnedo, en piscina,s, mirándome eal a so cad ¿camin ando paya l sabor de uñas, coa,zprobándomel peie ? omblig dedo de

¿Quién?


Me duele la cabeza, como si por primera vez notara que tengo una cabeza para sentir dolor.


En un elevado barranco observo muchas personas idénticas a mí que me observan y me alientan para que me arroje al vacio. / Dudo, les sugiero que puedo volar. / Les grito:

¡¡Puedo Volar!!

/ La carcajada es colectiva y abren más los ojos para observarme caer contra la solidez del suelo. / Así, de la nada me arrojo al vacio y emprendo el vuelo con la barriga desocupada y límpida…


Se cubren sus rostros para que no les salpique mi sangre y sesos, mis cabellos y saliva…

Pero no caigo, quedo flotando en el aire, no volando a mi antojo, sólo levitando. Mis espectadores que soy yo mismo varias veces levantan con fuerza sus brazos coléricos y frenéticos.


Luego despierto en el campo, en la finca de mi abuelo, justo ahí; camino hacia el rio y en él lavo mi cara para despertar… Nuevamente, en medio de una gran avenida…

Pero estoy simultáneamente arrellanado en nada y mirándome el ombligo, dislocándome el rostro… ¿Mirándome el ombligo?

Cachos, orejas puntiagudas, cuello arrugado, músculos, el cuchillo de Rambo, ¿y cabezas de payasos? simultaneamente. ¿Cazando payasos?


Observo a izquierda y derecha, atrás y adelante ¿arriba?… me acuesto ahí mismo para hacer nada, para estar constituido por otra cosa que no sea nada. / NADA Estar constituido por otra cosa que no sea nada. / NADA


Sin camisa, y los dedos a medio dibujar, ciclope y resignado, nuevamente con cachos, cola y manos peligrosamente filosas / En medio de la nada y esperar a despertar.


Qué

¿ pasaba en la anterior página? / Nuevamente no sé dónde me encuentro. / ¿Esta es la última página?… / ¿Este no puede ser mi último diálogo? Ni siquiera dije mi nombre. / Jamás sabré quien soy ¿quien soy en la fotografía: un niño, un señor, un sacerdote?


El pequeño espacio entre mis ojos explica una, en términos de evolución darwiniana, condición depredadora, están dispuestos de esa manera para poder, de un modo más rápido, ver mi alimento, mis presas; no, no los mato, mato el hambre. Pero… ¿soy el máximo depredador?



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