La primera parte de todo viaje es la preparación del mismo. Aunque pueda parecer una etapa poco importante no lo es, porque de esa preparación depende el resultado del mismo. En mi caso, además, es la etapa que abordo con más entusiasmo, la más duradera en el tiempo y me proporciona muchas satisfacciones. Gracias a esta etapa conocí este foro que me ha sido muy útil para este y otros viajes. Queríamos ver el cruce del Mara y nuestro viaje dependía de las fechas adecuadas y fue aquí, en este foro donde obtuve la información necesaria para ello y pude elegir las más
idóneas Una vez elegidas las fechas vino la siguiente parte: itinerarios, agencias, equipo fotográfico, vacunas, visados, divisas y hasta la ropa adecuada para ir. La verdad es que miré en todo tipo de páginas webs, blogs, etc y así contacté con José Serrano, un mallorquín que tenía un tented camp en Masai Mara (Impiripiri de nombre)
que organizaba los viajes. Nos gustó mucho su campamento, las críticas en Tripadvisor buenísimas y decidimos realizar el viaje con él, nos organizó todo menos los vuelos hasta Nairobi, que corrieron por mi cuenta. Viajé con KLM y elegí el vuelo que sale de Madrid a las 7 de la mañana (no soporto dormir en el avión) . El itinerario final fue: Nairobi, Amboseli, Samburu, Naivasha, Masai Mara, Diani, Nairobi. En total 15 días con los traslados entre etapas en avioneta excepto Amboseli-SamburuNaivasha. También estaban incluidos los safaris en vehículo privado del tipo 4x4. Empezamos a preparar el viaje en el mes de febrero y nos marchamos en Julio. Durante todo este tiempo mantuve correo por mail con José Serrano que nos resolvió muchas de nuestras dudas y nos explicó que en Mara tendríamos la oportunidad de ver “in situ” la escuela y otras obras que se realizaban a favor del pueblo Masai, ya que parte del dinero que cobraba Impiripiri se empleaba en ayuda para el desarrollo puesto que el camp era una concesión de tierras Masai a Jose a cambio de esta ayuda entre otras cosas, así que, además, nuestro gasto serviría de ayuda
.
Una semana antes de la salida recibimos un mail de Impiripiri en inglés en el que nos dicen que no encuentran las transferencias de dinero que les hemos hecho y que sin ese documento no pueden responder del viaje contratado. Como podéis imaginar se nos pusieron los pelos de punta , después de haberlo pagado todo, enviamos un mail a José y no recibimos respuesta, al final recibimos otro mail en el que nos contaban que José ya no trabajaba con ellos y que tenían dificultades con la contabilidad, nuestro banco nos facilitó duplicados de las transferencias y por fin pudimos confirmar las reservas. Realmente un mal empiece para un viaje preparado con tanta ilusión. Por fin iniciamos nuestro viaje cargando con la incertidumbre de lo que nos encontraríamos al llegar, sobre todo temíamos que no hubiera nadie esperándonos , pero nuestros temores no se hicieron realidad y en Nairobi nos estaban esperando para conducirnos a nuestro hotel. Nos alojamos en el hotel Country Lodge, un hotel muy digno, limpio, nuevo y una atención estupenda.
Etapa: Amboseli, el descubrimiento de Africa
Aviso a los Moderadores Cuando llegamos al aeródromo para coger nuestra avioneta con destino a Amboseli, todavía teníamos nuestras dudas de que estuviera todo en orden, pero era infundadas y no tuvimos problemas para coger la avioneta hasta el parque. Mi primera impresión de África fue la luz. Una luz distinta a cualquiera que haya visto antes, intensa, casi brutal. Desde la ventanilla sólo se abarca un trocito surcado de nubes esponjosas, pequeñas y su sombra sobre el suelo, un paisaje irreal y todo ello inmerso en esa luz tan particular.
Recuerdo perfectamente que el primer animal que divisé fue un avestruz, después siguieron jirafas y elefantes. Aterrizamos sin problemas y allí estaba el vehículo del lodge (Ol Tukai lodge) para recogernos y llevarnos hasta nuestro alojamiento. Nada más subirnos al todoterreno nos preguntaron si tendríamos inconveniente en llegar un poco más tarde al lodge, pues se había avistado un grupo de 3 leones cerca del aeropuerto y podían llevarnos antes de ir al hotel. Pos supuesto que no teníamos inconveniente. Yo estaba entusiasmada, casi no había terminado de poner pié en África y ya estábamos a punto de ver un león.
Cuando llegamos al punto había ya otros vehículos viendo el espectáculo: dos leones jóvenes se habían peleado por una hembra. Los leones eran hermanos, uno de ellos estaba herido y a pocos metros de él se encontraba la pareja. Nos explicaron que no debíamos preocuparnos pues las heridas del pobre “soltero” eran superficiales y, además, estas uniones entre leones solitarios duraban unos 3 días y luego la leona se iría por su camino y los hermanos volverían a juntarse como si no hubiera pasado nada y todos tan contentos. Estábamos contemplando a los leones cuando vi como el león montaba a la hembra, fue tan rápido que no pude por menos que preguntar ¿he visto lo que me parece haber visto? Nos contaron que sí, que el apareamiento entre los leones es muy rápido, dura apenas segundos pero, eso sí, en los pocos días que estaría la hembra con el macho esto se produciría muchas veces al día. No puedo poner fotos del evento porque fue visto y no visto, pero sí de los instantes posteriores.
URL=http://img716.imageshack.us/i/leonesamb.jpg/]
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Después regresamos al lodge o, al menos, lo intentamos porque el camino estaba tomado por una enorme manada de elefantes que se habían aposentado en medio y no era cuestión de molestarles. El conductor explicó que en el parque los dueños son los animales y somos los humanos los que debemos esperar, así que allí nos quedamos a esperar a que quisieran irse y aprovechamos el tiempo haciendo un montón de fotos. Incluso pude fotografiar el momento en que un bebé elefante se amamantaba. ¡No podía desear una forma mejor de iniciar nuestro viaje!
Por fin pudimos llegar al lodge y allí nos dieron sólo 30 minutos para dejar las maletas y asearnos si no queríamos perder el safari de la mañana. Así que dejamos las cosas en nuestra habitación y salimos corriendo al punto de encuentro no nos fueran a dejar en tierra. Fue un safari maravilloso donde contemplamos todo ese montón de animales que uno ve en los documentales y estaban allí, al alcance de nuestro objetivo, casi al alcance de nuestras manos. ¡Un sueño!
Cuando volvimos al lodge pudimos disfrutar de la habitación y de las instalaciones, bañarnos en la piscina, comer, sestear … Desde nuestra habitación se veía la sabana allí mismo, sólo nos separaba una alambrada electrificada y, a través de ella, pudimos ver elefantes, cebras, ñus, hipopótamos…Incluso vimos una cebra que se había colado en el jardín, estaba por dentro de la valla, comiéndose el jugoso césped con gusto.
Por la tarde realizamos otro safari y yo me quedé prendada del Lago Amboseli. Era un verdadero hervidero de aves de todo tipo, garzas, grullas, ibis, cigüeñas..., tanto es así que lo primero que hice al volver al lodge fue comprar un libro de animales para poder identificarlas. El inconveniente era que estaba en inglés y yo de inglés ni papa, pero todo tiene solución en esta vida: anoté las aves que veía y cuando volví a Madrid busqué en google el nombre en latín y así conseguí el nombre en castellano, de esa forma mi viaje se prolongó en el tiempo, pues fue como si volviese a verlas de nuevo.
Otra de las cosas que me impresionó de Amboseli fue la cantidad de tornados que se veían por todas partes, allí los llaman diablos de viento y se forman porque la tierra está demasiado caliente.
También visitamos un poblado Masai, pero no me gustó mucho, me pareció muy artificial, muy turistada, aunque tuve ocasión de fotografiar el Kilimanjaro desde el poblado así como la llegada del ganado de los masais y de su manada de onagros, que usan como bestias de carga. Mientras tanto aproveché para hacer algunas fotografías de la aldea y sus habitantes.
No hay que olvidar el Kilimanjaro. En este parque su presencia es constante, a donde vayas siempres distinguirás su silueta impresionante presidiéndolo todo.
Por último una pequeña reseña del lodge. Nos gustó mucho, las edificaciones se mimetizaban muy bien con el entorno, las habitaciones comodísimas, las instalaciones en perfecto estado, incluso usamos la piscina y las vistas magníficas, casi, casi como estar en la propia sabana. En el restaurante había buffet y también había un cocinero que te preparaba comida al instante: carne y pescado a la brasa, tortillas …, todo ello delante de ti. También circulaban por la zona un par de masais con hondas con la misión de ahuyentar a los monos ladrones.
Estuvimos dos días completos en Amboseli y en la mañana del tercer día vinieron a recogernos para el traslado a Samburu.
Etapa: Samburu Aviso a los Moderadores
e nuestro tercer día en Kenia vinieron a buscarnos para trasladarnos hasta Samburu en un 4x4. Fue un viaje largo en cuanto a hora ado pesadas pues aprovechamos para ver todo cuanto pasaba a nuestro alrededor. mucho la atención la cantidad de mercados que había por todos lados, al sol y a la sombra; en cualquier sitio se juntaban 2 o 3 pers iringuito de venta de cosas, fruta principalmente, pero tambien refrescos y otros. En cada pueblo o aldea que pasábamos había un de vida, pero no se me ocurrió pedir que nos parasen y ver que se vendía y tengo clavada esa espinita.
amino a comer en un restaurante muy bonito que tenía una piscifactoría y te servían el pescado a la plancha recién cogido y tambie mbiar aguas en un establecimiento de venta de recuerdos, ya sabeis, el peaje que hay que pagar, todos los guías tienen sus amigue mburu cuando faltaban apenas 2 horas para el anochecer e hicimos nuestro primer safari mientras recorríamos el parque camino del cansados agradecimos llegar al lodge y poder ducharnos y descansar.
ma porque está situado a la orilla del río Ewaso y los empleados echan comida a los cocodrilos y puedes verlos desde el bar, que se s. Desgraciadamente había una sequía tremenda y el río no llevaba agua, estaba totalmente seco , tanto es así que mirad a este os caminando por el cauce del río:
s y las habitaciones estaban bien pero la comida era tipo buffet tanto a mediodía como por la noche y era poco variado, no hubiera no fuera porque tenía problemas de estómago y allí todo era picante y acabé con un ardor de estómago de órdago.
lo dedicamos entero a realizar safaris y pudimos contemplar las especies autóctonas de este parque: la cebra de Grevy que es más el vientre blanco y las rayas son más finas
ada que tiene las manchas como si fuera una red, delimitadas por una lĂnea blanca:
832.imageshack.us/i/jirafareticulada.jpg/]
una pareja de guepardos que se paseaban elegántemente por la sabana
vimos gran cantidad de antílopes diferentes y tambien muchos pájaros: tucanes y estorninos, así como gallinas pintadas, esas que n o de ellos lo saqué por casualidad, tomé una fotografía de una acacia llena de nidos de tejedor y cuando la revisé en el lodge me di
do tambien al inquilino
nos fuimos hacia Naivasha en el mismo 4x4 que nos había traído. Esta vez el viaje si se nos hizo muy pesado. Paramos a ver unas c o y el conductor no paró para comer, parecía tener prisa e hizo todo el camino de un tirón. La verdad es que no quedamos conten
Etapa: Loldia House. El alojamiento perfecto Aviso a los Moderadores Aquí en Naivasha es tanto lo que tengo que contar que voy a hacer dos etapas, una para el alojamiento y otra para los safaris. Terminé la anterior etapa en el viaje hacia Naivasha y vuelvo a retomar en el mismo punto. Cuando llegamos a Nakuru ya estábamos cansados y hartos del viaje y mi cabreo fue mayúsculo cuando el guía nos comenta que todavía faltan unos 40 km para llegar a nuestro alojamiento en Naivasha. Me acordé de Jose y de toda su familia por buscarnos un alojamiento tan alejado del lago.. Sin embargo, mi cabreo se disipó como por ensalmo en cuanto llegamos a Loldia House. El lugar era paradisiaco, completamente verde, lleno de flores, parecía un rincón inglés trasladado al interior de África.
El primero que salió a recibirnos fue Scoty, un labrador joven que movía el rabo como si nos conociera
y detrás llegó Samy, nuestro guía y conductor en los días que estuvimos en de toda la vida Loldia House, que nos condujo hasta la recepción en donde nos recibió Peter, el anfitrión, ese es el nombre adecuado para este caballero más que el de gerente. Durante toda nuestra estancia se comportó como si fuésemos sus huéspedes en vez de sus clientes haciendo que nuestra estancia fuera inolvidable, tanto es así que, al enterarse de que no habíamos comido nos pidió que le concediésemos 30 minutos mientras nos aseábamos para prepararnos una merienda en el jardín. (debo especificar que nuestro primer servicio contratado era la cena).
Mientras disfrutábamos de la merienda (salmón ahumado, paté, crema fría, pastel de carne, huevos, queso, fruta, vino, pan, te y pastas) contemplamos el Lago Naivasa pues Loldia House se encuentra en sus márgenes, vimos surcar el cielo a los pelícanos, águilas pescadoras, pájaros cantores y dentro del lago distintos patos.
También vimos una manada de cobos de agua. Uno de ellos se introdujo en una zona pantanosa y quedó atrapado . Cuando el personal se dio cuenta en seguida se unieron para sacar al animal del apuro, cosa que consiguieron con mucha dificultad pues era más su pánico al hombre que al fango. Scoty ayudó lo que pudo con sus brincos, saltos y ladridos .
Loldia House fue una casa particular, perteneció a una de esas familias que se aposentaron en África al principio de la colonización y abarca el terreno propio de la casa rodeado de jardines y varias hectáreas que le rodean de terreno salvaje, así como huertas de coles, flores y frutales, pastos para el ganado y, en la actualidad, una escuela privada. Cuando el dueño de la hacienda falleció, su esposa volvió a Londres y cedió la casa y el jardín a una sociedad para que lo regentaran como hotel. Se conserva la casa tal como la dejaron sus dueños, con los muebles antiguos, los cuadros, etc, sólo se han edificado 2 cabañas nuevas (en total 4 habitaciones más) por lo que la capacidad total del alojamiento es pequeño.
En Loldia House no hay bufett ni tampoco carta. La comida es la que los anfitriones quieran poner pero puedo aseguraros que no he comido tan bien en mi vida. Sólo hay una mesa corrida para todos los huéspedes y Peter ejerce de anfitrión iniciando conversaciones y procurando que todo el mundo participe y nadie se sienta fuera de lugar. Incluso si es tu deseo te ofrecen la cocina para que puedas elaborar tus platos preferidos para el resto de los comensales. Allí todo es distinto a cualquier otro alojamiento. Después de la cena pasamos al salón donde nos ofrecieron una copa y pudimos seguir con la
conversación.
Nuestro alojamiento fue en una de las cabañas exteriores, absolutamente acogedora, con chimenea dentro de la cabaña que estaba encendida cuando volvimos de cenar. Toda la habitación estaba llena de velas y, al preguntar si es que por la noche no había electricidad, me contestaron que sí que la había, pero que era por sin nos apetecía una iluminación más romántica. Es importante contar que en cuanto cae la noche siempre que se sale fuera de los edificios hay que hacerlo acompañado de un guardia armado con fusil con dardos adormecedores, pues al estar junto al lago es habitual encontrar hipopótamos en el jardín con el riesgo que conlleva:
No es el único animal que se puede encontrar en el jardín, también puedes encontrarte con búfalos, leopardos y hasta leones, amén de los consabidos antílopes, pero estos no constituyen ningún riesgo. Nos contaron que sólo hacía unos meses que Scoty había salvado al ganado del ataque de un leopardo que se introdujo en los establos durante la noche, el perro lo olió y se enfrentó al leopardo hasta que llegaron los guardias y pudieron dormir al leopardo y devolverlo a la selva.
Como Loldia House se encuentra rodeado de terrenos salvajes de su propiedad pudimos hacer un safari nocturno donde vimos una cría de gacela recién nacida. Por último comentaros que en la escuela que regentan ofrecen becas para muchachos y muchachas que de otra forma no podrían estudiar. Nuestro guía Samy nos contó que él estudió allí con una beca y luego también le pagaron los estudios universitarios, siendo licenciado en Ecología. Después le dieron trabajo allí como guía y está muy contento, dice que vuelve a su tribu en las vacaciones pero que, ahora, ya no podría vivir en una choza. Visitamos la escuela y pudimos conversar con los chicos más mayores que nos hicieron muchas preguntas sobre España. La escuela se financia con las ganancias de Loldia House, así como las becas que conceden y procura trabajo a los que terminan sus estudios, todos sus empleados provienen de la escuela.
Etapa: Nakuru. Un mundo rosa y algún rino Aviso a los Moderadores
Al día siguiente de nuestra llegada a Loldia House visitamos el Lago Nakuru en un safari de día completo. Aunque había leído mucho sobre el lago y también había visto muchas fotos, la realidad superó todo lo que yo me había imaginado. La vista del lago repleta de flamencos y pelícanos es impresionante así como el sonido que emiten tantas aves juntas.
Después de la primera impresión uno se toma su tiempo para contemplar tranquilamente el espectáculo y entonces es cuando lo ves de verdad, cuando puedes distinguir las distintas escenas: flamencos paseando, comiendo,
pelícanos alimentándose, levantando el vuelo, aterrizando… Uno podría pasarse allí horas enteras sin aburrirse, simplemente contemplando la vida bullir a tu alrededor.
Pero en este parque hay otros muchos animales aparte de las aves así que, a nuestro pesar, volvimos a montar en el 4x4 para proseguir nuestro safari. Samy es un verdadero conocedor de este parque y un profundo conocedor de sus animales y sus costumbres y así, mientras viajamos, nos fue contando de sus costumbres, su alimentación, etc. Nos condujo primero a una zona que había estado habitada pues allí es fácil encontrar leones, como así fue, pudimos ver una leona que posó en diversas posturas en nuestro honor.
Después vimos una familia de rinocerontes compuesta de varios adultos y un pequeño, todos ellos apiñados alrededor de un árbol.
También vimos entre la fronda un rinoceronte negro, animal esquivo al que es difícil fotografiar, aunque yo, la verdad, no sería capaz de distinguirlo, aunque nuestro guía se esforzó en mostrarme las diferencias, pero yo debo ser una discípula torpe porque sigo sin verlas. Después paramos para comer en una zona preparada para ello, con mesas y bancos y, a pesar de ello, no se puede levantar la guardia pues sigues estando al aire libre y las fieras también, por lo que siempre hay que pararse cerca del transporte por si hay que echar a correr. Afortunadamente no fue necesario y pudimos saborear el exquisito almuerzo que nos habían preparado. Ya por la tarde avistamos una manada de leones, había un macho y varias hembras, una de ellas tenía dos cachorrillos de apenas un mes de vida. Una preciosidad, juguetones y blanditos, parecían de algodón. ¡qué ganas me dieron de achucharles como si fueran peluches! Afortunadamente sólo fue una idea; aunque algo chiflada, no lo estoy tanto como para eso .
Como todos los cachorros jugaban entre ellos y acabaron hechos un mont贸n
Vimos otros muchos animales, jirafas, búfalos, cobos, chacales, hienas… Pero el que me hizo mucha ilusión divisar fue este pequeño mamífero conocido como elefante de las rocas. Es una especie de musaraña que vive entre las rocas en vez de hacer nidos o huras y tiene costumbres diurnas, pero es muy difícil de observar.
Crescent Island Como teníamos tiempo visitamos también la isla de Crescent Island. La verdad es que fue la parte menos interesante de todo el viaje, pero tiene el encanto de poder andar entre los animales pues en esta isla no hay depredadores y puedes acercarte a las jirafas todo lo que ellas te dejen y también estirar las piernas que, en este viaje, con tanto automóvil se quedan anquilosadas.