Alondra y el Orรกculo
ALONDRA Y EL ORACULO
ROLANDO FERNANDEZ BENAVIDEZ
Registro Público del Derecho de Autor Número de ISBN: 152-02-3157-1 EL UNIVERSO DE ADHARA TOMO II
Alondra y el Oráculo
Rolando Fernández Benavidez Escritor Mexicano México Querétaro, siete de octubre de 2016.
Alondra y el Oráculo
Dedicatoria
Alondra y el Orรกculo
Dedico esta obra a mi esposa Érika por su amor verdadero que no conoce tiempo. Es para mí una gran satisfacción narrar esta historia épica de aventuras y fantasías nacidas desde lo más profundo de mis sueños, para todos los que tienen en su interior esa chispa, ese deseo de aventurarse en mundos fantásticos que puedan desbordar nuestra imaginación y cautivar nuestro sentir, ese elemento que nos mantiene jóvenes de corazón.
“Donde la realidad termina, la verdadera vida inicia”
Rolando Fernández Benavidez
Alondra y el Oráculo
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ร NDICE
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CAPITULO I.
LA SOBERBIA
Alondra y el Orรกculo
~8~ En un increíble y majestuoso lugar llamado Anuria, existía una joven y hermosa dama de nombre Alondra Sadler, hija de unos reconocidos científicos, a diferencia de la mayoría de personas, ellos habían decidido formar una familia, los habitantes de ese increíble mundo solo les interesaba la ciencia, formar familias no era un objetivo, sin embargo, algunas minorías elegían la vida en grupos monógamos. Los habitantes de ese mundo eran conocidos como Anurios, en general eran personas pacificas e increíblemente interesados en las ciencias, sus relaciones eran frías y sin sentimientos, la gran mayoría solo tenían sexo por placer o para reproducirse. Algunos grupos elegían formar pequeñas familias, lo cual no era ilegal dentro de su sociedad. Existían grandes guarderías donde casi todos los Anurios eran criados y educados, hasta una edad adulta, después podían valerse por sí mismos. La civilización Anuria gozaba de inmensos avances tecnológicos, se encontraban en una dimensión paralela, en ese plano cósmico también existía un gran y hermoso planeta azul, semejante a la tierra. Después de siglos de evolución los Anurios habían construido unas bases espaciales que se encontraban suspendidas alrededor del planeta, todo esto con la intención de preservar todo el habitad natural, tanto las especies de animales como de vegetales. Alondra y el Oráculo
~9~ Utilizando avanzadas naves transportadoras, bajan una vez cada mes al planeta para abastecer sus reservas de alimentos, minerales y otros bienes necesarios para su subsistencia. Para los Anurios la preservación de la vida en el planeta era fundamental, lo cual podía garantizar su existencia por miles de generaciones. La joven e impetuosa Alondra estaba por cumplir sus 16 años, edad suficiente para asistir al colegio Numbat, el más prestigiado de toda la ciudad. Su madre estaba algo nerviosa, ya que Alondra era muy impetuosa.
—¿Lista para asistir a tu primera clase en Numbat? — preguntó la madre de manera fría. —Estoy lista madre, no debes preocuparte de nada — respondió Alondra. —Me preocupa tu carácter, recuerda que somos de las pocas familias que hay, la mayoría viven sin necesidad de un grupo familiar, por lo cual nuestra conducta debe ser siempre adecuada, para evitar las críticas. —Lo se madre, no tienes que recordármelo —dijo Alondra. —Recuerda que tenemos un gran prestigio como científicos, las teorías de tu padre están por ganar el Alondra y el Oráculo
~ 10 ~ premio universal de ciencia y tecnología, todos nuestros esfuerzos por años pronto verán sus frutos, espero no hagas nada que pueda avergonzarnos.
—Te prometo que no haré nada que pueda avergonzarlos —dijo Alondra un poco ofendida.
La madre de Alondra estaba muy preocupada porque ella era muy diferente a la mayoría de las jóvenes de su edad, casi todas habían experimentado relaciones sexuales con sus amigos, en la sociedad Anuria, esto era de lo más normal y sano, pero Alondra nunca permitió que ninguno de sus amigos la tocara, siempre que se presentaba el momento, ella se negaba diciendo que no se sentía bien, en el fondo Alondra era una chica con sentimientos, ella solo quería estar en la intimidad con alguien por quien sintiera amor. Su padre también estaba muy preocupado, muchas veces en la escuela anterior, tuvieron problemas con su conducta, Alondra se salía de clases para admirar las estrellas, por largos periodos le fascinaba admirar una brillante estrella en el firmamento. Sus compañeros la encontraban por los pasillos admirando las flores y sumergida en sus pensamientos, esto para los Anurios era terrible, una gran ofensa, perder valioso tiempo de investigación y
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~ 11 ~ crecimiento intelectual en cosas sin ninguna utilidad práctica.
Los Anurios no conocían nada de arte, pues era algo que no les interesaba, la hermosa Alondra en secreto escribía poemas y versos de amor, cuando sus compañeros descubrían lo que ella escribía, se burlaban y los hacían pedazos. Alondra siempre terminaba sollozando y se aislaba de sus compañeros, esto fue consecuencia de muchas llamadas de atención y reuniones del director con sus padres. Los Anurios eran personas frías, sin sensibilidad, no les interesaba ni lo estético ni el arte, solo ciencia y más ciencia, pero Alondra era diferente, ella era una joven muy sensible, con grandes y desafiantes ideas.
Después de algunos días era el momento en que Alondra asistiría a su primera clase en el gran colegio Numbat.
—Clase, hoy vamos a iniciar con matemáticas, trigonometría básica y geometría plana —dijo la maestra con una voz fría como el hielo.
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~ 12 ~ —¡Buenos días maestra, que hermosa mañana! — exclamó Alondra.
—¿Qué tienen de buenos? —preguntó la maestra muy molesta.
—Nada simplemente pensé que le gustaría escucharlo —respondió Alondra.
—Por favor evite suponer cosas, un buen día es cuando una teoría es confirmada y logramos obtener evidencias que permitirán incrementar nuestra ciencia del universo, fuera de eso sus expresiones son triviales. —Ya me habían dado algunos informes de su conducta, pero no pensé que lo hiciera en su primera clase.
—Por esta ocasión lo olvidaré, pero solo enfóquese en sus estudios, no quiero que vuelva a suceder una falta de respeto a la ciencia.
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~ 13 ~ —¿Lo ha comprendido jovencita? —preguntó la maestra, viendo con mucho coraje a la sensible joven.
—Discúlpela, tal vez quiso dar a entender que hoy es un excelente día, porque es nuestra primera clase en este respetable colegio, en el cual vamos a aprender muchas cosas del universo y de las ciencias —dijo un atractivo joven de ojos verdes.
—¿Y a usted quien le dio permiso de opinar? — preguntó la fría maestra.
—No se moleste, respetable profesora, consideró que la compañera lo no hizo con la intención de ofender su clase o a la ciencia —agregó el joven.
—No me convencen sus argumentos, sin embargo, olvidaremos el tema por ahora, pero no quiero que usted vuelva a entrometerse en lo que no le incumbe.
—¿Está claro? —cuestionó la maestra en un tono amenazante y levantando la voz.
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~ 14 ~ —Si, usted disculpe, no sucederá nuevamente — respondió el gallardo y valiente joven bajando la mirada.
Alondra quedo impactada de ver el valor de su compañero al defenderla, sin temor de ser sancionado o a la burla de los otros compañeros, ella no podía dejar de admirar la varonil apariencia de su héroe.
Desde esa ocasión no pasaba un solo día sin que pudiera dejar de pensar en ese gallardo joven de ojos verdes, las semanas fueron transcurriendo, poco a poco se fueron conociendo, ese maravilloso joven se llamaba Allen Schezard. Alondra era una joven con un carácter dadivoso, lo cual le había ocasionado muchos problemas en todas las escuelas, a diferencia de ella, Allen era un joven conspicuo y popular, todos los grupos escolares conocían y admiraban al sobresaliente Allen Schezard.
Alondra no podía sacar de sus pensamientos al intrépido Allen, lo cual no terminaría en nada bueno, en aquel entonces las familias Schezard y Sadler tenían una gran enemistad, el padre de Alondra estaba por demostrar una importante teoría de creación de agujeros negros y la fuerza de la materia Alondra y el Oráculo
~ 15 ~ oscura, por su parte los padres de Allen constituían los mayores detractores de esa teoría, durante años sus teorías opuestas habían producido grandes enfrentamientos, discusiones intensas hasta el grado de que las familias se odiaban a muerte.
Para Allen la joven y dadivosa Alondra era una simple amistad, sin embargo, sin que él lo pensara, poco a poco se estaba enamorando de ella.
Las cosas no serían nada fáciles para Alondra, por una parte, estaban los problemas de la enemistad familiar, sus problemas de conducta y para empeorar todo, había una hermosa joven y jactanciosa estudiante llamada Julie, la cual deseaba con todas sus fuerzas al varonil Allen. Cierto día en el comedor escolar, la vanidosa Julie entregaba a todos sus compañeros unas espléndidas invitaciones, para una gran fiesta en su casa y sin ningún sentimiento de culpa, la noble Alondra no era considerada para tal evento.
Mientras Alondra estaba comiendo con Allen se acercó de manera arrogante la vanidosa compañera.
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~ 16 ~ —Hola Allen, toma tu invitación, espero que no faltes —dijo Julie. —¡Muchas gracias! pero falta la invitación de Alondra —agregó Allen. —Ella no está invitada, no quiero gente rara en mi casa —expresó Julie mirando con desprecio a la tierna Alondra. —No te preocupes Allen, de todas maneras, a mí no me gustan las fiestas, tú deberías ir para que te diviertas un rato —dijo Alondra sin guardar odio, su corazón solo podía albergar amor, por más que fuera humillada. —De ninguna manera, si Alondra no ira, yo tampoco asistiré —replicó Allen molesto.
—¡No entiendo que puedes ver en ella!, es muy rara, pero si ese es tu deseo, ¡toma Alondra!, usa esta invitación de la compañera que está enferma y no podrá asistir.
—Gracias, pero no me gustan las fiestas —dijo Alondra soportando las ofensas de su compañera.
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~ 17 ~ —Por favor Alondra, acompáñame a la fiesta —insistió el atractivo Allen, con una mirada tierna. —Está bien Allen, pero solo iré un rato —dijo Alondra suspirando.
La jactanciosa Julie no tuvo más remedio que entregar una invitación para Alondra, se retiró del lugar haciendo gestos y muecas, estaba furiosa de que Allen solo deseara estar con la rara chica. Julie no dejaría las cosas tan fáciles para la inocente Alondra, en su mente estaba maquinando un perverso plan para vengarse y de paso quitarle al gallardo joven.
Los días pasaron y era el momento de asistir a la gran y elegante celebración, los padres de Alondra estaban satisfechos, por fin ella comenzaría a socializar con otros Anurios, esperaban que se divirtiera mucho y que tuviera un poco de sexo, pensaban que tal vez eso podría evitar que fuera tan extraña.
—¿Estas lista para tu primera fiesta? —preguntó la madre, sin poner mucha atención en su hija, mientras estaba leyendo unas formulas químicas.
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~ 18 ~ —Si, lo estoy madre —respondió Alondra aun insegura de asistir.
—Espero que no hagas cosas raras que puedan acarrear oprobio a nuestra familia. —No lo hare madre, solo voy a divertirme un rato con Allen —dijo Alondra. —No quiero que hagas mucha amistad con la familia Schezard, son nuestros peores enemigos, de haber sabido que su hijo asistía a Numbat, jamás te hubiéramos inscrito en ese colegio, pero fue el único lugar donde te aceptaron, por tu largo historial de mala conducta.
—Allen no tiene la culpa de que ustedes estén en una guerra de conocimientos, que culpa tenemos nosotros de ello —dijo Alondra molesta.
—Habláremos después de ese tema, por ahora ve a tu fiesta, no quiero que faltes, ojalá tengas algo de sexo con tus compañeros y seas como las otras chicas, olvides esas tonterías del amor y los sentimientos, te dediques por completo a los estudios científicos.
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~ 19 ~ —Acepté ir a la fiesta, pero nunca dije que tendría sexo con algún compañero —replicó Alondra molesta.
—No entiendo por qué le das tanta importancia al sexo, eso es de lo más natural, es equivalente a comer y dormir, ya estás en edad de poder realizarlo, es una tontería de tu parte darle tanta importancia a algo que es tan trivial, que locura es esa de que solo debes hacerlo con alguien a quien amas, creo que eres una joven egoísta y mal agradecida con tus padres, te compramos todo cuanto necesitas en la escuela, creciste en un grupo monógamo y no en una guardería como nosotros. —Se supone que tuviste un poco de esa tontería de amor, más que tus compañeros, pero creo que cometimos un error al criarte, lo mejor hubiera sido mandarte lejos a una guardería de otra ciudad, tal vez no fueras tan rara.
—Seguiremos discutiendo este tema otro día, por el momento ve a tu fiesta y no quiero que pases mucho tiempo con ese muchacho Allen —ordenó la madre.
—Vámonos hija o llegaras tarde —agregó el padre de Alondra. Alondra y el Oráculo
~ 20 ~ Después de un rato Alondra se encontraba en la fiesta, ella era una hermosa joven de cabello negro, ojos verdes y una hermosa piel blanca. Su vestido la hacía lucir radiante, al verla el joven Allen no podía contener la respiración, pronto fue a tomarla de la mano y juntos entraron al salón principal. Durante algunos minutos estuvieron muy contentos platicando y escuchando música, cuando de pronto se acercó la vanidosa Julie.
—¡Allen, que bueno verte! —dijo Julie. —Gracias, Alondra y yo la estamos pasando muy bien, la fiesta en un éxito, te felicitamos —respondió Allen tratando de hacerle ver que Alondra era la persona que le interesaba. —¡Que te puedo decir!, por cierto, Alondra te acaba de marcar tu madre, puedes usar el teléfono que se encuentra en la parte de arriba, porque Lewis acaba de estropear el principal, derramando ponche — expresó Julie.
—Vamos Alondra yo te acompaño —agregó el amable Allen.
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~ 21 ~ De pronto se acercaron algunos compañeros con Allen, para preguntarle la respuesta de unos problemas de algebra, los Anurios incluso en las fiestas siempre hablan de ciencia y más ciencia, incluso todas sus reuniones sociales eran para discutir teorías o compartir conocimientos, consumir bocadillos, bebidas, escuchar música y tener sexo solo eran algo secundario, lo importante eran las discusiones y debates científicos.
—¿Allen por favor podrías explicarnos este problema de algebra? —preguntaron varios compañeros.
—Sera mejor que te apresures a contestarle a tu madre, Allen debe explicar esos ejercicios, tu madre debe estar impaciente —recomendó la perversa Julie.
—No te preocupes Allen, en un momento regreso — dijo Alondra. —¿Estas segura? puedo explicar estos temas después —insistió Allen, mientras los compañeros no dejaban de preguntarle, todo parecía una filfa. —Por favor, solo será un momento en breve regreso, tú quédate tranquilo —respondió Alondra.
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La joven e inocente Alondra se apresuró a responder a la supuesta madre, cuando se encontraba contestando el teléfono y al parecer no estaba ninguna llamada en línea, unas cinco jóvenes la llevaron empujando hasta una habitación, donde la encerraron. En el interior de la alcoba se encontraba el compañero Matt, un fuerte y maleducado muchacho que en muchas ocasiones la había invitado a salir, incluso estaba algo obsesionado con ella.
—¡Matt por favor déjame salir! —dijo Alondra totalmente llena de pánico. —De ninguna manera, me has estado evitando por semanas, te voy a demostrar que soy tan especial como Allen —agregó Matt con una mirada perversa, mientras no dejaba de recorrer todo su cuerpo, con una horrible mirada llena de lujuria. —¡No, por favor Matt! no me hagas daño —suplicó Alondra llorando.
Las cosas estaban terribles, la indefensa Alondra era una joven dadivosa y casi siempre se asustaba de todo, mientras que Matt era el Quarterback del equipo de fútbol del colegio.
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~ 23 ~ El insensible Matt cegado por su deseo de hacer suya a la bella dama, la empujo contra la cama, rasgó sus prendas y se disponía a tomarla por la fuerza.
Alondra estaba atrapada en los brazos de Matt, mientras él la besada contra su voluntad, podía ver a la ventana, mirando fijamente esa estrella en el firmamento, esa intensa luz que siempre le proporcionaba gran paz, en lo más profundo de su corazón le suplicaba a esa estrella, que le concediera un milagro, que pudiera salvarla del despiadado deportista.
Cuando Matt se estaba bajando los pantalones, la inofensiva Alondra haciendo uso de todas sus fuerzas, jaló un gran perchero que estaba atrás de Matt, milagrosamente una luz de color azul celeste cegó por unos instantes al fornido atacante, el perchero golpeó la cabeza de Matt, lo cual Alondra aprovecho para escapar, mientras el musculoso caía desmayado.
Alondra bajo corriendo las escaleras con sus prendas rasgadas, llorando y cubriendo su hermoso cuerpo, todos los compañeros se reían de ella, mientras salía de la fiesta, varios compañeros le aventaban sus bebidas y los bocadillos, la insultaban y le decían que era una rara. Alondra y el Oráculo
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—¿Alondra espera que paso? —gritó Allen fuera de sí mismo.
—¡Por favor espérame, Alondra no te vayas! — continuó gritando Allen, mientras la seguía.
Después de unas calles lejos de la fiesta Allen pudo dar alcance a la bella Alondra, la tomó entre sus brazos y comenzó a consolarla. Pasado un rato, cuando la sensible dama se encontraba más tranquila, la llevó a su casa, donde la recepción no fue nada agradable para el gallardo muchacho.
—¿Qué te paso Alondra? —preguntó la madre molesta, sin mostrar interés o preocupación por el estado de su hija.
—Nada, me caí, eso es todo —respondió Alondra aun con tristeza en sus lindos ojos.
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~ 25 ~ —Debí suponer que todo terminaría en un desastre, ¿acaso nunca dejaras de ser rara? —cuestionó la insensible madre.
—Es tú culpa, en mi familia nunca tuvimos parientes raros, eso me pasa por querer formar esta tontería de unión monógama —reclamó el padre de Alondra a su esposa. —¡Y en cuanto a usted jovencito! es mejor que se marche, aquí no es bienvenido, no quiero verlo cerca de mi hija o de mi casa, se lo advierto por su propio bien, lárguese de mi propiedad —dijo furioso el padre de Alondra, tomando un atizador con gran ira en sus ojos.
—Los Schezard son un clan de ignorantes, pronto los mostraré públicamente como los estúpidos que han sido siempre, falta poco para que mis teorías sean demostradas —agregó el padre, sin control alguno de sus palabras.
Al día siguiente los padres del joven Allen al enterarse de los acontecimientos, comenzaron a insultar a los Sadler, públicamente por los principales noticiarios de la ciudad, lo cual solo propició más odio entre las familias. Alondra y el Oráculo
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Para la pobre Alondra todos los días eran un aciago, todas las noches no hacía más que llorar junto a su ventana, observando aquella estrella brillante en el firmamento, esa luz era lo único que siempre la confortaba. Después de unas semanas Alondra y Allen pudieron volver a verse a escondidas, fuera de la escuela en un parque local.
—Alondra, no sé qué me pasa, siento algo en el pecho, un dolor cuando no estamos juntos, nunca había sentido nada igual —dijo Allen sin dejar de poder mirar los bellos ojos de su dama. —Se llama amor, yo te amo Allen, con todo mi corazón —respondió Alondra.
—Ignoro si eso que llamas amor exista, pero que podemos hacer, nuestras familias se odian a muerte, no podemos estar juntos —expresó con tristeza en sus ojos el varonil Allen.
—Debemos huir, vámonos lejos donde podamos estar juntos por siempre —dijo Alondra llorando.
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—Si eso es lo que deseas, hagámoslo en este preciso momento, ¿estás de acuerdo mi bella Alondra? — preguntó Allen también llorando y abrazando a la tierna jovencita.
—Te amo Allen —respondió la dulce Alondra.
Tomados de la mano comenzaron a escapar lejos de la ciudad, sin saber a dónde ir, por la noche la policía ya tenía instrucciones de buscarlos y llevarlos de vuelta a sus hogares, ambos eran muy jóvenes y en la ciudad había grandes peligros.
—¿A dónde vamos Allen? —preguntó Alondra cansada y con frio. —No tengo idea, mira, esa nave carguera se dirige al planeta, tal vez podamos vivir en ese lugar, no hay personas y no necesitaremos dinero, todos los bienes que consumimos vienen de ese lugar. —¿Qué opinas mi hermosa Alondra? —preguntó Allen un poco animado. —Muy bien vamos, está por partir —dijo Alondra.
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Los jóvenes corrieron con todas sus fuerzas logrando alcanzar la inmensa nave estelar, se ocultaron en unos compartimientos de carga, debido al cansancio y al hambre, pronto se quedaron a merced de un profundo letargo.
Cuando despertaron, la nave había llegado a su destino, al salir pudieron observar un increíble mundo natural, era algo muy asombroso, pues ellos nunca habían estado en el planeta, los Anurios no podían visitar la fuente de alimentos, por motivos de evitar contaminar el sagrado lugar del que provenían todos sus víveres.
La nave de carga era pilotada por inteligencia artificial y los agricultores eran androides y robots industriales, creados con la tecnología más avanzada, lo cual mantenía al planeta en condiciones extraordinarias, no había contaminación, la cadena alimenticia y el control de la naturaleza no podían igualarse con ningún otro planeta en el cosmos. Sin que los pudieran detectar corrieron hasta internarse en las profundidades del bosque, durante el día no tuvieron problemas para alimentarse, comieron toda clase de deliciosos frutos y tomaron agua cristalina de unos manantiales. Alondra y el Oráculo
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Esa noche pudieron ver a lo lejos cuando despegaba la inmensa nave, de vuelta a las grandes estaciones espaciales Anurias, donde ellos habían nacido. Una suave brisa acariciaba los finos y delicados cabellos de Alondra, la noche era despejada, se podían mirar las estrellas, Allen comenzó a tocar la fina cara de la joven. Alondra segura de sus sentimientos por ese gallardo muchacho, comenzó a retirar con gran sensualidad sus femeninas prendas, hasta quedar completamente desnuda, Allen podía observar sus pequeños y coquetos senos, la delicada silueta de sus caderas, sus hermosos ojos verdes y el viento jugando con sus suaves y largos cabellos, los dos tortolos se sumergieron en un mar de pasión. Creando una escena dulce y tierna, pues los dos enamorados eran muy jóvenes, Alondra tenía 16 años y el gallardo Allen no pasaba de los 17. Mientras Allen la hacía suya, Alondra podía observar la gran y brillante estrella del firmamento, por un instante le dio gracias, por el milagro concedido, la salvo de aquel lujurioso Anurio y ahora estaba entregando su amor al único dueño de su corazón. Por la media noche, la noble Alondra entrego su pureza al único caballero que realmente amaba.
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~ 30 ~ Cuando ya era de día en ese tropical mundo, ambos sentían una gran paz, sin importar que estaban solos en un planeta desconocido y totalmente nuevo para ellos.
—¡Alondra, creo que te amo! —exclamó Allen. —Yo también te amo, con todo mi corazón — respondió Alondra.
—Voy a conseguir algunos frutos para desayunar, no tardo —dijo Allen muy contento.
—¿Puedo acompañarte? —preguntó Alondra. —Mejor espérame aquí, voy a intentar subir a esos grandes árboles, para tomar sus frutos, no tardaré. —Me parece bien, yo me daré un baño en el arroyo — agregó Alondra viendo con ternura a su enamorado.
Cuando Alondra se disponía a quitarse las prendas, para refrescarse del intenso calor del día vernal, en el cristalino arroyo, salieron de los arbustos varios soldados Anurios y la tomaron con fuerza para llevarla
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~ 31 ~ nuevamente a las plataformas espaciales, mientras ella gritaba con todas sus fuerzas. Otros soldados rodeaban al joven Allen, como ambos no eran más que unos adolescentes, sin problema fueron capturados por los grandes grupos de soldados.
Los enamorados habían sido capturados y llevados de vuelta a sus respectivos hogares, donde fueron castigados y aislados, durante varios días ninguno pudo establecer contacto.
Pasaron algunas semanas, cuando sucedió algo inesperado e increíble, Alondra estaba encinta, nadie lo sabía, solo ella, después de varios intentos logró escapar de su alcoba y pudo reunirse con su amado a las afueras de la gran ciudad espacial.
—¡Allen, mi amor, pensé que nunca te volvería a ver! —exclamó Alondra con lágrimas en sus tiernos ojos.
—Yo también te extrañe, pero durante estos días he pensado bien las cosas —respondió Allen con algo de duda en su rostro.
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~ 32 ~ —Creo que deberíamos hacer caso a nuestros padres, no estamos actuando como un Anurio, le estamos fallando a la ciencia y a nuestros progenitores —dijo Allen, avergonzado, no podía mirarle a la cara. —¡Cómo puedes decirme eso, después de que te entregue mi amor! —exclamó llorando Alondra.
—¿Por qué le das tanta importancia, solo fue sexo? — respondió Allen, titubeante, no quería lastimar a la sensible Alondra, pero eso era lo que él pensaba.
—¡Estoy embarazada! —gritó Alondra llorando. —No es posible, no te preocupes, te llevaré a un hospital y todo terminará, podremos regresar a nuestras vidas normales —agregó Allen, mientras la abrazaba.
—¡Suéltame!, ¿cómo puedes decir cosas tan horribles?, es tu sangre —exclamó Alondra desesperada. —Es lo mejor, esa criatura no debe nacer, discúlpame, pero he pensado bien las cosas y no voy a defraudar a mis padres, tengo que apoyarlos en sus teorías y eso incluye alejarme de ti —explicó Allen llorando,
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~ 33 ~ también sentía amor por la tierna Alondra, pero había sido más fuerte la obediencia ciega a sus progenitores.
—¡Eres un desgraciado, igual que todos los Anurios, no eres diferente de ellos! —gritó Alondra llorando. —Pues sí, soy igual a todos, ¡somos Anurios!, tú también eres Anuria, ¿por qué te comportas de esta manera?, si seguimos ese camino equivocado las cosas no terminarán bien. —¡Calla, eres un desdichado, calla! llorando.
—dijo Alondra
—¡Si no lo quieres no me importa!, no necesito de tu ayuda, yo veré que no le falte nada, el bebé nacerá te guste o no —gritó Alondra mientras corría y se alejaba de Allen. Allen se quedó inmóvil, pensando las cosas que habían pasado, sintió un gran dolor en el pecho, él si amaba a la tierna Alondra, pero la cobardía de enfrentar a sus padres fue más grande, se dio la vuelta y se perdió en las solitarias calles.
Esa era una tarde lluviosa, Alondra llegó a su casa empapada, las gotas caían a cántaros, la gran estación
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~ 34 ~ espacial disponía de algunas lluvias artificiales para mantener los extensos jardines por toda la ciudad. Alondra entró a la tina de baño para darse una ducha, mientras aseaba su delicado y joven cuerpo, tocaba su vientre, llorando le hablo a su futuro bebé, como siempre, volvió su mirada a donde siempre veía la gran y resplandeciente estrella en el firmamento y le suplicaba. Los meses pasaron como agua, los padres de Alondra no tardaron en descubrir su embarazo, pero no hicieron caso, no le reclamaron nada y no tocaban el tema. La sacaron de la escuela y no permitían que nadie la visitara, lo cual no fue difícil pues ella no tenía amigos. Al parecer ellos ya tenían un cruel plan, para el momento en que naciera su nieto. El día de parto había llegado, los padres de Alondra contrataron servicios médicos, para realizar todo el proceso en su casa, nadie debía enterarse que su hija había dado a luz a un descendiente de los Schezard. —Doctor, en cuanto Alondra se duerma, debe entregarle la criatura a la enfermera, la cual, por órdenes mías, la llevará a una de las guarderías de otra ciudad, donde nunca más sabremos de su paradero —dijo el padre de Alondra. Alondra y el Oráculo
~ 35 ~
—Como usted guste, ¿pero no cree que sería correcto preguntarle a su hija primero?
—Las guarderías son la mejor forma de cuidar de un recién nacido, yo no tuve padres, es la mejor decisión que un Anurio pueda tomar, no tenemos tiempo para formar familias, la ciencia absorbe todo nuestro día, sin embargo, es una tradición preguntarle a la madre que desea hacer con su hijo —agregó el doctor.
—No se preocupe, ella está de acuerdo, tome un incentivo por su gran trabajo —dijo el padre mientras le entregaba un sobre lleno de dinero. Pasado el filo de la media noche, se pudieron escuchar los tiernos gritos del recién nacido.
—¡Es un niño! —gritó el doctor.
—Felicidades, puede cargar a su hijo, esta fuerte y sano —dijo la enfermera.
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~ 36 ~ —¡Te llamaras Albert, como mi padre! —exclamó la agotada Alondra.
El parto había sido algo difícil por la edad de la joven madre, sin embargo, fue de manera natural, no requirió de cirugía, el doctor salió de la habitación, Alondra se quedó contemplando a su lindo bebé en brazos, mientras la enfermera la veía con tristeza, no todos los Anurios eran insensibles después de todo.
—Muchacha tienes que huir con tu hijo, tu padre y el doctor se han puesto de acuerdo para quitarte al niño, quieren que yo lo lleve lejos a otra ciudad y lo ingrese en las guarderías, si eso pasa nunca más podrás saber de él. —Sé que estas débil, pero si quieres conservar a tu hijo, debes escapar de esta casa, iré a tomar agua y te daré algunos minutos para que logres salir, te dejo dinero y mi tarjeta de crédito, no es mucho, pero te servirá para varias semanas. —dijo la sensible enfermera, con algunas lágrimas escurriendo por los ojos.
Reuniendo las pocas fuerzas que tenía, la valiente Alondra tomó en brazos a su hijo y salió huyendo de
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~ 37 ~ su casa, la noche era oscura y llena de neblina artificial, a pocas calles las cosas empeoraban, la joven madre estaba sangrando por el gran esfuerzo que estaba haciendo, grandes cantidades de ese vital líquido escurría por sus piernas, sin importarle su propia vida, Alondra corría lo más lejos que podía, mientras se escuchaban los llantos del bebé en la penumbra de la noche. Después de varias calles, estaba totalmente agotada, comenzaba a desmayarse de un momento a otro, con el recién nacido en brazos, volvió su mirada hacia el firmamento y pudo ver la luz de la gran estrella, usando todas sus energías le suplicó ayuda. —¡Estrella del firmamento ayúdame!, no permitas que mi hijo sea llevado a una guardería, yo no quiero que sea como nosotros los Anurios, deseo que él tenga sentimientos, ayúdame hermosa estrella —dijo la moribunda Alondra. De pronto frente a la débil Alondra, se abrió un vórtice de energía, con grandes cantidades de luces en color azul celeste, iluminaban todo el lugar. Ante ella se apareció una hermosa doncella etérea, con cabellos rubios como el sol, su piel blanca como la leche, totalmente desnuda, cubierta solo por un delicado manto transparente de color purpura. —No temas mi amada Alondra, yo cuidaré de ustedes —dijo la doncella con una hermosa voz.
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~ 38 ~ —¿Tú eres la estrella del firmamento? —preguntó Alondra mientras quedaba suspendida en unas bellas luces, que la protegían de caer, con su hijo en brazos. —¡Yo soy la estrella, soy la poderosa Adhara!, de sustancia y esencia sin presencia.
—Tus suplicas han sido escuchadas, tu hijo no crecerá entre los Anurios, yo cuidaré de ustedes en otro universo —dijo la gran y poderosa Adhara.
—¿Por qué nos ayudas, hermosa estrella del firmamento? —preguntó la joven Alondra antes de desmayarse.
—De tu vientre ha nacido este niño, al que llamaste Albert, de su linaje nacerá un Suprahombre, descrito por el Oráculo en las profecías de Toth, el cual será mi protector.
—Alondra, tú eres diferente a los Anurios, porque fuiste elegida para dar vida al linaje de donde nacerá mi protector, no temas tu hijo Albert crecerá lejos y fuera de las tradiciones Anurias, será un gran hombre intelectual, poseerá grandes conocimientos del cosmos y la ciencia, pero tendrá algo mucho más Alondra y el Oráculo
~ 39 ~ valioso que todo eso, tendrá grandes sentimientos, un hermoso corazón humano. —Yo los llevaré lejos de este mundo, a un universo paralelo, donde podrán vivir bajo mi protección.
Después de escuchar las dulces palabras de la gran y poderosa doncella mística, la joven Alondra se desmayó, las luces que la sostenían la llevaron hasta el vórtice de energía y junto con Adhara desaparecieron sin dejar rastro.
El vórtice dimensional se abrió, las hermosas luces dejaron con suavidad a la joven madre junto con su hijo en unos pajares, Alondra y el niño habían sido transportados a un mundo llamado tierra. Adhara utilizando su poder místico había curado la hemorragia de la valiente madre, viendo que ya no estaban en peligro, desapareció en el vórtice de energía.
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~ 42 ~ Alondra y el Oráculo “Génesis” © Rolando Fernández Benavidez 2016 Derechos Reservados.
Edición original publicada en la Ciudad de México. Derechos reservados 2016. ISBN 152-02-3157-1
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Alondra y el Oráculo