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Novaquatik’s underwater world

Serenity now

Mérida has changed but it still gives me “sparks of

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joy,” as Marie Kondo would say.

The very miracle of Mérida, and I’d say much of Yucatán, is its capacity to calm the soul. Even in the middle of the Centro, with hundreds of other people clamoring away on your very block, I tend to sleep very well. I gaze into our garden and my blood pressure measurably declines.

We did take steps, however, to facilitate that sense of serenity.

When we built Casa Nana, we told the architects to mainly create a serene space. I think I used the term “monastic,” which looking back may or may not have been helpful. But we preferred emphasizing texture over color, space for plants and living things, and ample airflow.

After that, we practically gave them carte blanche, and we never regretted it. They appreciated how restrained we were with our veto powers, and I think their team worked even harder to make it all materialize.

The architecture firm of Salvador Reyes Ríos and Josefina Larraín Lagos built Casa Nana. For the home’s details, it was Josefina we worked with most closely. From the beginning, her calm and measured approach felt reassuring and purposeful.

The way she combined materials and added surprising pops of color was astounding. She blended vestiges of the original house in an organic way that makes me feel connected to our home’s history. The garden design was naturalistic, not forced. She installed not one, not two but three fish ponds throughout our property — which is not a vastly enormous plot of land. To this day, just looking at my carp, guppies, and mollies makes me calmer. Naturally, it was Josefina we called when we first conceived our Serenity Now! Issue.

The coverline Serenity Now is a bit of an inside joke for the television fans out there who remember “Seinfeld.” George Costanza’s dad used it as a mantra. A loud, aggressive mantra. Don’t we all wish we could summon serenity so easily?

Here, in Issue 2 of Yucatán at Home, we have some other ideas to facilitate serenity, if not right now, then soon enough.

Serenidad ahora

Mérida ha cambiado mucho, pero aun me da “chispas de alegría”, como dice Marie Kondo.

Lo milagroso de Mérida, y de Yucatán en general diría yo, es su capacidad de calmar el alma. Incluso dentro del bullicioso Centro Histórico donde comparto la cuadra con cientos de personas, la verdad es que tiendo a dormir muy bien. Observo nuestro jardín y siento como mi presión sanguínea baja considerablemente.

Pero claro, tomamos varios pasos para facilitar este sentimiento de serenidad.

Cuando construimos Casa Nana, le dijimos a los arquitectos que buscábamos un espacio de serenidad. Me parece haber usado el adjetivo “monástico”, el cual en retrospectiva, tal vez no les fue de mucha ayuda. Preferimos enfatizar texturas por encima de tonalidades, espacio para plantas y cosas vivientes, así como el flujo de la brisa.

Después de eso, básicamente les dimos rienda suelta, y nunca nos arrepentimos. Los arquitectos agradecieron esta libertad y el hecho de que rara vez vetamos sus ideas. Creo que esto resultó en que el equipo trabajase aún más duro para materializar la visión de la casa.

Casa Nana fue construida por los arquitectos Salvador Reyes Ríos y Josefina Larraín Lagos. Para los detalles del interior, fue Josefina con quien trabajamos más cercanamente. Desde el inicio, su estilo mesurado y tranquilo nos hizo sentir muy seguros y cómodos.

La forma en la que combinó materiales y añadió sorprendentes destellos de color fue asombroso. Combinó vestigios de la casa original de una forma muy orgánica la cual nos hace sentir conectados con la historia del hogar. El diseño del jardín fue muy natural, para nada forzado. Instaló no uno, ni dos, sino tres estanques de peces en nuestro terreno, el cual está lejos de ser gigantesco. Hasta el día de hoy, el observar mis pececitos me tranquiliza. Naturalmente, fue a Josefina a quien llamamos cuando concebimos hacer una edición de la revista dedicada a la serenidad.

El título ¡Serenidad, ahora! Es un chiste de la serie de televisión “Seinfeld”, en la cual el papá del personaje George Costanza lo utilizaba como su mantra. Un mantra que repetía de forma agresiva y a gran volumen. ¿No quisiéramos todos poder invocar la serenidad tan fácilmente?

Así que aquí está, el segundo ejemplar de Yucatán at Home. Esperamos que esta edición les ayude a desarrollar ideas para promover la serenidad, si no ahora, por lo menos pronto.

Lee Steele Director, Yucatán at Home lee@roofcatmedia.com

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