La muchacha de las zapatillas rojas
Pocos años antes de que el país fuera invadido por los persas, gobernó en Egipto el faraón Amasis. En Naucratis, cerca de la desembocadura del Nilo en Canope, vivía un próspero comerciante griego llamado Charaxos. Había nacido en la isla de Lesbos; pero la mayor parte de su vida la había dedicado al comercio con Egipto. Cuando accedió a la edad madura decidió asentarse en Naucratis. Un día, mientras se paseaba por el mercado, divisó una muchedumbre que se arremolinaba 1 donde vendían a los esclavos. Arrastrado por la curiosidad, se abrió paso a empellones 2 y vio la causa del revuelo: una hermosa muchacha que acababa de ser puesta en venta en la tribuna de piedra. Su apariencia delataba lo griego de su origen: una pálida piel y unas mejillas sonrosadas como capullos de rosa. Charaxos se quedó sin aliento: era la criatura más hermosa que había visto en su vida. 1.-¿A quién vio Charaxos en la venta de esclavos? ¿Cómo se llamaba? En cuanto comenzó la puja, Charaxos entró inmediatamente en ella, decidido a hacerse con la muchacha. Como era uno de los comerciantes más ricos de Naucratis, logró su propósito sin muchos contratiempos. Después de adquirir a la muchacha se enteró de que se llamaba Rodopis, que venía del norte de Grecia y que había sido raptada por piratas cuando era una chiquilla. La habían vendido a un rico terrateniente que tenía numerosos esclavos a su servicio en la isla de Sanios. Allí había transcurrido su niñez; otro de los esclavos que vivían con ella era un hombrecillo más bien feo llamado Esopo, que había sido siempre muy gentil
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Se arremolinaba (arremolinarse): reunirse, apretándose gente, animales y cosas en movimiento empellones: a empujones