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Isabel Martínez Herrera
Isabel Martínez Herrera
(1984) Oriunda del estado de Querétaro, estudió la Licenciatura en Lenguas Modernas en Español en la Universidad Autónoma de Querétaro. Ha sido mujer no-madre que ha participado muy cercanamente en la crianza de varios miembros de su familia. Dejando esto una huella imborrable que expresa en esta antología.
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AURORA
Tu nombre se parece a ti. Elegiste nacer en la montaña, donde las auroras boreales iluminan las noches frías en los límites del mundo.
Tu madre dio a luz mientras el magnetismo se hacía visible al ojo humano en aquella cumbre helada.
La montaña y tú se eligieron para ser madre e hija.
A lo lejos distingo un cúmulo de luces Que iluminan mis pupilas. Sé entonces que has estado sonriendo.
LOS MUÑECOS
Mi hermana me tejió dos muñecos con los que quisiera jugar día y noche.
Su creación gemelar me ha regalado un número imponderable de risas.
Por las tardes debo separarme de tan elaboradas figuras, y vuelvo a mi lugar de dormir para soñar que el juego no ha terminado.
ALONDRA
En tu nombre llevas un ave, y con ella sus alas.
Tus padres te llamaron Alondra, así te dotaron del vuelo y del canto.
Las alondras surcan libres los cielos que cobijan las milpas.
Algo de su nombre llevas en tu viaje diurno, y sobre tus alas doradas la libertad.
UNA HERENCIA CÓSMICA
Crearé para ti y para tu hermano un insecto cósmico que polinizará este jardín nocturno. Cuando me vaya, dejaré más estrellas.
Dejaré también las palabras heredadas de mis ancestros para que expresen el cosmos.
Mis sueños lunares serán de ustedes, suéñenlos para que no mueran conmigo.
AVIONES DE COLORES
Hoy jugamos con avioncitos de papel, ninguno volaba tan alto como el azul.
Me tendí de cara al cielo y observé cómo los mellizos los hacían surcar.
Un instante grabado en la memoria que guardo para el esparcimiento de mi vejez.
REENCUENTRO
Deambulé muchas noches juntando recuerdos para escribirte un poema. Recorrí con este propósito las calles por las que anduvimos cuando eras niño.
Anduve en busca de la arena donde fuiste feliz con los pies desnudos, y entonces descubrí que me he reencontrado con mi memoria.
Son las palabras que se niegan a despertar en mi poesía.
SUPERSTICIONES
Las lunas llenas me significaron amargas noches, en las que el temor de que nacieras sin un dedo ocupaba mi tranquilidad.
Te guardé de las miradas pesadas que provocan ese terrible mal llamado “ojo”.
Dispuse las tijeras en la ventana para impedir que la bruja te llevara.
MUERTE DE CUNA
La vigilia es el primer síntoma de una madre que teme a la muerte de su recién nacido.
A tu madre le dolía el insomnio, había huellas de ello en sus ojos.
Nunca supe cuándo volvió la quietud, pero hay quienes aseguran que las madres no vuelven a tenerla.
EL RECUERDO
¿Qué se salvará de tus recuerdos y los míos? La locura de Erasmo quizá intercederá por mí ante la memoria y te traerá de vuelta.
Así, mi vejez transcurrirá entre las mil sonrisas de hoy y las que se dibujarán mañana.
DECIDISTE SER ESTILISTA
Aquel día que maquillaste mi cara, también maquillaste mi alma.
Tus hábiles manos ocultaron las huellas de un tiempo que no perdona.
Elegiste el oficio que tiene el gran poder de vencer al acérrimo enemigo de la vejez.