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Juanita Martínez
María Juana Martínez Torres
(1997). Originaria de San Joaquín, Querétaro. Estudió la Licenciatura en Educación Especial en la Centenaria y Benemérita Escuela Normal del Estado de Querétaro. Actualmente radica en Querétaro. Mujer no-madre a partir de los dieciséis años cuando nació su segunda sobrina, desde esa edad formó parte de la crianza de sus otras cuatro sobrinas y de su sobrino, y espera seguir formando parte de la crianza de su octava sobrina, Renata. De igual manera, trabajó de niñera temporalmente y tuvo oportunidad de seguir el hilo de la experiencia de lo que conlleva ser una mujer no-madre que cría, papel que se ve reflejado también en las aulas, en su faceta como docente.
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“Los niños tienen la mala costumbre de no pedir permiso para comenzar a aprender” Emilia Ferreiro
Para Itza, quien me alegró los días, el alma, la vida. Por su amor y curiosidad, que no dejaron morir la niña que me habita. Te amo.
CUANDO TE CONOCÍ
Fuiste un meteorito, golpeaste fuerte y profundo mi alma con tu llegada.
No sabía cuán importante serías para mí, sólo caminaba por este mundo errante y al verte en mi camino; comprendí que era momento de una pausa.
Me detuve a admirar tu belleza, tu fragilidad. Descubrí que no eras tan pequeña como parecías porque tù, siendo una niña, me enseñaste a fortalecerme como mujer.
Cuando te conocí, yo no sabía qué pasaría, tuve miedo, lloré, ardí, la incertidumbre se apoderó de mi alma.
No eras mía y al mismo tiempo, me pertenecías, tenía que cuidarte y cuidarme a mí, de quererte más de lo que debía.
Fue un constante estreno de emociones: miedo, enojo, frustración, felicidad y nunca sabía cuál iba a usar, al final siempre me decidía por la alegría justo cuando tú, me mirabas y sonreías.
CONFIDENTES
Estuve contigo cuando… es difícil elegir un momento cuando he estado en tantos siendo tu complemento guardando tantos secretos.
El primer día de escuela, la primera puesta en escena, el primer diente que mudaste y la rodilla que te raspaste.
Pocas han sido las veces que no he estado contigo, es difícil elegir un momento cuando tú has sido fiel conmigo.
Estuve contigo cuando tu más lo necesitaste y tú, estuviste conmigo cuando comenzaba a desplomarme.
DE CAÍDAS, ENFERMEDADES Y RASPONES, ESTÁN LLENOS LOS NIÑOS
Una caída, un raspón, el llanto, el estupor.
Mis brazos alzando tu cuerpo, mi mano poniendo el ungüento, mis palabras consolando el llanto y la paz que llega después de un rato.
Así fueron tus caídas, imposible contarlas. Caída, raspón y costra, después, todo era descostra, hasta que llegó el entretiempo y termino ese tormento.
Cuando ya todo acabó, se puso de moda enfermarse y a ti te gustaba ser fashion, a veces era de asombrarse, en ocasiones, fue de espanto.
Se te pintaba una ojera cuando mal tú te sentías, me apretaba el alma ver que el dolor te partía.
Todas esas primeras veces que te enfermaste o caíste, viendo como cada día creces y del ruedo nunca saliste.
ESPACIO Y TIEMPO
Entraste por la puerta grande Siendo una sorpresa en mi vida Porque no eras mía, pero mí Alma te pertenecía. Caí rendida ante tu amor, e Inconscientemente, cometí la Osadía de darme tiempo para cuidarte y ser más que tu tía.
Y en el trayecto me encontré con una gran alegría,
Tú también me amabas, tenías Intenciones comunicativas conmigo, En miradas, gestos, balbuceos, comenzábamos a Mandar mensajes y a compartirnos. Pocos saben el amor que nos profesamos, pocos Observaron el espacio que hice en mi vida, y el tiempo que me regalaste.
LA LIBERTAD DE AMAR-TE
De este mundo al partir, uno nada se lleva, dicen algunos que, sólo un puño de tierra, yo digo que aparte de eso, nos llevamos a la tumba uno que otro amor roto, y algún poema de Neruda.
Yo te deseo, mi alma, que el día que yo te falte no te haga falta nada, más que la libertad de amar-te no importa cómo seas, hablando físicamente, lo que importa es que valores lo que tienes en la mente.
Que no sólo ames tus curvas, o los pechos que te falten, que ames también tus estrías, las que están y las que lleguen, porque el tiempo no perdona, cara bella, fea o redonda. Te deseo de este mundo lo único que me queda, ponte atenta:
Tiempo, salud, y amor, son indispensables en el mundo, cuidado con el dinero, te mostrará falsos amigos, cuando más sola te sientas es cuando verás partir al miedo y justo cuando acabe la cuenta, comenzarás desde cero.
El regalo que te doy, te lo entrego con mis palmas. Tal vez sean sólo palabras, o un baúl lleno de plata, eso nunca lo sabremos te toca descubrirlo, mi alma.
ELIPSIS
Sigues creciendo y da temor, floreces cada día como un girasol, da temor no saber si estaré contigo, pa’verte crecer.
Cuando seas más grande de lo que ya eres, quisiera colgarme a tus brazos y que mi sueño veles.
Que me cuentes cuentos, canciones me cantes, mi cabello roces como yo lo hacía antes.
Sólo un deseo tengo cada noche al dormir, que este elipsis nuestro nunca llegue a su fin.
Ser complices eternas de arrullos y vivencias, arroparnos el alma a pesar que un día, ya seamos viejas.
CUANDO TE FUISTE
Tras tu partida, perdí el rumbo, se fueron las risas, llegó la nostalgia, escaseo mi anhelo de vida, el mundo se tornó grisáceo.
Cuando te fuiste, yo estaba enfocada en mí, no hubo tiempo de despedidas mucho menos de retornos.
Te perdí, no sabía dónde buscarte, mis brazos te echaron de menos, mis palmas no tenían una cabecita para acariciar, mi boca ya no sabía cómo cantar.
¿LA DESPEDIDA?
Terreno espacial a 9 de noviembre de 2014
Querida mía:
Te dejo este recadito porque así es más sencillo, no quería esperar a verte las pupilas inclementes, y sentir un nudo en la garganta que resultaría insoportable.
Sobre la mesa te he dejado una lechita caliente y un bolillito con mayonesa y jamón, como te gusta. También, encontrarás sobre el buró de mi recámara los latidos de mi corazón cuando están lejos de ti, te los dejo para que te abracen y sientas mi amor a la distancia.
Sé que esto parece una despedida, pero, las despedidas, las hay de todas:
Sencillas, difíciles, duras, suavecitas, llenas de llanto o risas, con maletas o sin cosas, siempre es arduo decir adiós.
En esta ocasión, toca despedirnos sin volvernos a ver el rostro y con las lágrimas en el bolsillo. Me llevo en la maleta los momentos de tu infancia, desde la primera vez que te cargué hasta la última vez que acaricié tu cabeza y percibí el aroma de tu cabello.
Te amo para siempre, mi Bicha.
P.D: Te veré de nuevo en mis sueños.
Con todo mi afecto, tu Any
DESPUÉS DE TODO
Me queda tanto.
Los recuerdos, los aromas, las miradas, los abrazos. El sonido de tu voz frágil al nombrarme, después de todo, me queda nuestro perpetuo amor de tía-madre a sobrina-hija. Me quedas tú.