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Yarará
La yarará común (Bothrops alternatus) es una especie terrestre de víbora venenosa que se encuentra en Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. Dentro de su área de distribución, es una causa importante de mordeduras de serpiente. El nombre específico, alternatus, que en latín significa «alternar», es aparentemente una referencia a las marcas escalonadas a lo largo del cuerpo. Actualmente no se reconoce ninguna subespecie. Características:
La yarará común es un reptil grande y robusto, esta especie terrestre supuestamente excede los 2 metros de longitud total, aunque el máximo verificado es de 169 cm. La mayoría de los especímenes tienen una longitud total de entre 80 y 120 cm, siendo las hembras significativamente más largas y pesadas que los machos.
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Generalmente, la yarará es nocturna. A menudo parecen perezosos en comparación con otras serpientes. Esto se debe a que dependen de su camuflaje para protegerse más que de su capacidad para moverse rápidamente. Están más inclinados a mezclarse con la maleza, las rocas o el suelo circundante cuando un depredador se acerca a ellos que a deslizarse.
Sin embargo, tiene un ataque rápido. Su pereza percibida impacta con sus tácticas de caza. Debido a que no gastan mucha energía, tienen baja tasa metabólica en reposo, y comen cosas grandes, pueden darse el lujo de ser perezosas.
Hábitat:
El yarará común vive en bosques tropicales y semitropicales, así como en bosques templados caducifolios, prefiere pantanos, zonas ribereñas y otros hábitats húmedos. También se dice que es común en las plantaciones de caña de azúcar. Se encuentra en una variedad de hábitats, incluyendo campos abiertos y áreas rocosas, áreas fluviales, pastizales y cerrado. Sin embargo, por norma general está ausente en ambientes secos.
La yarará come una variedad de alimentos dependiendo de su propio tamaño. La presa incluye pequeños mamíferos, aves, lagartos y huevos. Cuando su presa está muerta, se la tragan entera.
Participan en una actividad de caza llamada reubicación de presas. Esto significa que una vez que han identificado a su presa, la golpean e inyectan veneno. Luego liberan inmediatamente a la presa para que no pueda defenderse mientras la estrangula. La presa mordida se aleja, muere y la víbora usa su sentido del olfato para encontrarla.
Depredadores:
Pocos mamíferos se atreven a enfrentarse a esta serpiente, por lo que no es un problema para ellas. Su verdadero problema son las aves rapaces tales como el águila, el halcón, etc.
Reproducción:
Las hembras, dependiendo de su tamaño, dan a luz a un número variable de crías vivas. Produce de 1 a 24 crías a la vez. Sus crías son idénticas a los adultos, excepto que son de un color más brillante y vivo.
Se le considera un animal de preocupación menor (LC).