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ESPACIOS Miércoles, 21 enero 2015 Cultura|s La Vanguardia 22

Transformación La ciudad portuaria holandesa incrementa su número de nuevos grandes edificios para devolver la vitalidad a su zona central

Rotterdam, vuelta al centro LLÀTZER MOIX

El 14 de mayo de 1940, noventa bombarderos alemanes arrasaron Rotterdam. El ataque fue breve, pero el fuego de las bombas incendiarias no se extinguió hasta días después. Para entonces, el centro histórico y parte de la zona este habían desaparecido: 240 hectáreas de escombros. Apenas una decena de edificios de particular solidez –el Ayuntamiento, Correos, la iglesia Laurens…– quedaban en pie. Algunos barrios de la ciudad debían reconstruirse a partir de cero. Acabada la guerra, los planificadores urbanos optaron por levantar en su periferia áreas con funciones específicas, dedicadas a vivienda, oficinas o comercio. El viejo centro de la ciudad tardaría mucho en recuperar población. De hecho, el número de viviendas sólo asciende ahora allí a 30.000, y el porcentaje de residentes en Rotterdam que tienen fijado su domicilio en ese núcleo central urbano es sólo del 5%, cuando en el resto de urbes holandesas es del 10%. Este es el motivo por el que las autoridades de la gran ciudad portuaria están promoviendo la densificación y estimulando la construcción de edificios residenciales, de todos los niveles. Y ese es también el motivo por el que, en los últimos tiem-

pos, se ha asistido a una floración de nuevas arquitecturas de altura, destinadas (el 75%) a uso residencial. La preocupación es construir para atraer. Y, de paso, alejarse del modelo Amsterdam, donde una de cada siete personas es turista... Revisamos, ahora, varias de estas obras, alguna aún en construcción. El último edificio incorporado al parque arquitectónico de Rotterdam es el Markthal, un híbrido sin precedentes en el que se combinan viviendas de distinto standing con un mercado. Obra de MVRDV, el estudio que encabezan Winy Maas, Jacob van Rijs y Nathalie de Vries, Markthal dibuja en sección una u invertida, fruto de la unión de dos bloques de apartamentos por su coronamiento. El espacio que cubre este edificio es espectacular, por su volumen y por el colorido mural de motivos vegetales, florales y frutales que protege el mercado: un lienzo de Arno Khuna de 11.000 metros cuadrados, que evoca el techo de Santa Caterina, en Barcelona. Los pisos tienen a menudo vistas sobre este mercado y, también, sobre la ciudad. Pero el gesto de esta gran cubierta no es demasiado afortunado: la necesidad de colocar ascensores que suban hasta el último nivel, también la anchura requerida para habili-

tarlos, ha impedido que la mencionada u tuviera una curva más abierta y amable. Lo cual no quita que Markthal haya reordenado una zona central de Rotterdam, junto a la estación de Blaak y las célebres Cube Houses de Piet Blom. Por sus dimensiones y empaque sigue destacando entre las novedades arquitectónicas de esta ciudad el edificio que lleva su nombre: De Rotterdam. Es un rascacielos multifuncional situado en el Wilhelmina Pier y dividido en tres torres, cuyos ligeros retranqueos fracturan su volumen y le dan dinamismo. Su estampa gana enteros desde el puente Erasmus (construido en 1996 por Ben van Berkel para unir la ciudad con su zona portuaria), a medida que la luz matutina se va colando entre las grietas que sepa-

ran sus cuerpos. Integrada por oficinas, apartamentos y hotel, esta obra de Rem Koolhaas constituye su gran aportación a la ciudad que le vio nacer. Una aportación representada poco menos que en solitario, durante años, por su Kunsthalle (1993). La edificación de esta obra plateada, gris y negra no estuvo exenta de vicisitudes. Se demoró unos quince años, por lo que Koolhaas llegó a amenazar al Ayuntamiento con abandonar su ciudad; la pugna se resolvió al fin cuando el consistorio decidió quedarse con el 80% de sus oficinas. Es precisamente en el Wilhelmina Pier donde Rotterdam exhibe algunos de sus nuevas construcciones más espectaculares. En los CALYPSO El edificio CalypSO, del británico Will Alsop

años noventa, Norman Foster propuso un plan para el área, arrasándola y edificándola de nuevo, que fue desestimado. Su única contribución, finalmente, fue el edificio World Port Centre, abierto en el 2001, que no es una de sus mejores piezas, pero cuyas formas sintonizan con el carácter portuario del lugar. A escasos metros, se han levantado torres importantes. Como el edificio Montevideo, de Mecanoo –autores de la Llotja de Lleida–, en el que destaca una estilizada torre de 43 pisos, terminada en el 2005, que combina volúmenes y colores


(rojo, blanco, gris oscuro), junto a otros dos cuerpos construidos. O, a escasa distancia, el edificio New Orleans del portugués Alvaro Siza, una torre de fuste discreto y remate escalonado, también de 43 pisos y uso residencial, con un complejo de cines en sus plantas bajas, terminada en el 2010. Ambos bloques figuran ahora entre los más caros de Rotterdam. También allí construirán dos torres los sevillanos Cruz y Ortiz –las denominadas Boston & Seattle– tras levantar otra torre, la Havana. Y convivirán, todas ellas, con edificios centenarios de ladri-

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llo como el hotel New York o los tinglados Parkuis-meesteren, a punto de convertirse en hotel. O con otras construcciones no tan antiguas, firmadas por Jaap Bakema, como la terminal marítima o el edificio Las Palmas, transformado por Benthem Crouwell en restaurante y centro de ocio... En suma, una vida renovada para el corazón del que fue durante muchos años primer puerto mundial en tráfico de mercancías, y ahora ha sido relegado más allá de décimo puesto por Shanghai, Singapur, Shenzhen y otros puertos asiáticos. THE ROTTERDAM Obra de Rem Koolhaas, inaugurada el año pasado, en el Wilhelmina Pier, junto al puente Erasmus diseñado por Ben van Berkel

Rotterdam tiene otras áreas de nueva arquitectura, además de la del Wilhelmina Pier. Empezando por su nueva estación de ferrocarril, que entró en servicio el 2014 y se distingue por una espectacular marquesina revestida de planchas metálicas, cuyo vértice apunta hacia la ciudad. Es una obra de Benthem Crouwel Architects, MVSA Architects y West 8, por la que pasan más de cien mil viajeros diarios, y que destaca por su inmenso vestíbulo, tanto el exterior, que forma una nueva plaza pública, como el interior, desde el que se accede a los distintos servicios de autobús, tranvía, metro o tren. No lejos de allí se levantan las torres CalypSO (2012) del británico Will Alsop, con su piel que evoca, en cierta medida y a otra escala, la del rascacielos en 8 Spruce Street de Frank Gehry en Nueva York. Alsop fue, precisamente, el primer candidato para construir la nueva estación de Rotterdam. Pero su proyecto, de vocación icónica –moteado las copas de champán–, se abandonó. En Rotterdam, los grandes edifi-

cios residenciales o públicos coinciden con proyectos que se distinguen por sus presupuestos bajos y su afán participativo. Uno de los más llamativos es el de la pasarela Luchtsingel, de 390 metros de longitud y varios brazos, que une el centro y el norte de la ciudad, reflotando barrios deprimidos. Cada una de las 10.000 piezas de madera que lo integran ha sido pagada (25 euros) por un ciudadano. Esta cosecha de edificios en Rotterdam seguirá. Rem Koolhaas tiene adelantado el Timerhuis, que albergará un museo en planta baja, cinco niveles de oficinas y, por encima de ellos, noventa apartamentos. Situado tras el Ayuntamiento, este edificio de acero y cristal es conocido como la nube por los miembros del despacho de Koolhaas. No en balde está sostenido por una poderosa estructura y parece flotar con voladizos de hasta 40 metros sobre la planta baja. Allí se dispone un nuevo espacio público, transitable, en cuyo punto central se sitúa una plaza bajo un gran pozo de luz. La obra estará lista en el 2015. |

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MARKTHAL Dos imágenes del Markthal, la nueva obra de MVRDV en el centro de Rotterda. Arriba, una exterior. A la izquierda, una interior

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Miércoles, 21 enero 2015

NEW ORLEANS En primer término, la torre New Orleans, de Alvaro Siza. A su lado, la torre Montevideo de Mecanoo. La foto pequeña de la izquierda muestra las obras del Timerhuis, de Rem Koolhaas

CENTRAAL STATION La nueva puerta ferroviaria de Rotterdam, diseñada por Benthem Crouwel Architects


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