La Revolución Francesa

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La Revolución Francesa

Nombre del Colegio: I.E.P “PROYECTO” Nombre de la asignatura: Historia, Geografía y Economía Nombre y apellidos del alumno: Josemaría Vives Kufoy Año de estudios: 3ro A


Fecha de presentaci贸n: 1 de junio del 2012

AGRADECIMIENTO

Esta monograf铆a fue un proceso de aprendizaje y experimentaci贸n personal, que necesito de la paciencia de mucha gente para llegar a buen t茅rmino. Por esto, agradezco mucho a todas las personas que me apoyaron en este trabajo tales como mi madre por permitirme tantos caprichos y por perdonar mi inconstancia.

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INTRODUCCIÓN

La Revolución Francesa se enmarca dentro del ciclo de transformaciones políticas y económicas, que marcaron el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea. A partir de fines del siglo XVIII y hasta el siglo XIX el enfrentamiento entre el absolutismo y los nuevos planteamientos políticos derivados de la ilustración, que proponían una nueva forma de organización política, provocaron uno de los periodos más revolucionarios de la historia mundial. Los excesos de la revolución francesa, cuyo origen se remonta a las ideas de la ilustración, generaron en un primer momento un fuerte rechazo por parte de las monarquías europeas. Sin embargo, en pocas décadas, sus ideas penetraron políticamente e impulsaron fuertes cambios en la organización de las naciones. Este proceso no estuvo libre de dificultades. En la mayor parte de los países surgieron diferentes tipos de gobiernos que establecían la separación de los poderes del estado, convirtiéndose de esta manera, el sistema republicano, en la forma política adoptada por la mayoría de los países del mundo occidental. 3


ÍNDICE

CAPÍTULO I Inicios del fin de la monarquía francesa............................................................ (pág. 1) 1. Inicio Asamblea de notables y de los Estados generales. 2. Fin del Antiguo régimen. 3. Triunfo de la Revolución. 4. Símbolos revolucionarios. a.

Distintivos de la revolución.

b.

Música y patria

c.

Un símbolo de poder, el Terror

d.

El calendario revolucionario

e.

El odio a los pilares del Antiguo régimen

f.

El furor antimonárquico

. CAPÍTULO II Fracaso de la monarquía constitucional....................................................... (pág. 12) 1.

El régimen del terror

2.

El gobierno del Directorio

3.

Los derechos del hombre a.

La diosa de la razón

b.

Sans-culottes y burgueses

c.

La individualidad 4


4.

d.

Olympe de Gouges

e.

Un texto fundamental (derechos del hombre)

f.

Arboles de la libertad

g.

La fuerza pública

h.

La Igualdad

El final de la Revolución, el Consulado

CAPÍTULO I INICIOS DEL FIN DE LA MONARQUIA FRANCESA

Las guerras mantenidas a mediados de siglo por Francia durante el reinado de Luis XV habían resultado desastrosas para la hacienda pública. Todas las aventuras militares, aparte de pagarse con derrotas en el campo de batalla, requirieron grandes sumas de dinero. La falta de liquidez empujo a la monarquía a hacer préstamos a intereses altísimos, sabiendo que los ingresos fiscales provenían únicamente de los sectores populares. 5


Luis XVI, un joven príncipe de 20 años. Alto, corpulento y de escasa inteligencia era descendiente de Luis XIV y Luis XV. Contrajo matrimonio con la austriaca María Antonieta en 1770.La reina ejerció una importante influencia en la corte gracias al escaso interés del monarca en gobernar. La petulancia de los ancestros de Luis XVI había impedido el desarrollo del nuevo sistema de gobierno francés. La reina calificaba de “pauvre homme“(pobre hombre) a su marido. Sin embargo el rey comprendía la gravedad de la situación del país que lo vio crecer y trataba de rodearse de ministros que entendieran en los negocios. El rey necesitaba acabar con el déficit acumulado en los reinados anteriores, pero no podía haber balance de ingresos y gastos sin nuevos impuestos y un mejor reparto de los antiguos; lo que podría disgustar a la población. El desigual sistema impositivo solo era uno de los obstáculos que hundían la economía francesa. La propiedad de la tierra estaba en las manos de la elite de propietarios renuentes a cualquier liberalización del suelo cultivable que favorecía el reparto entre los campesinos. Mientras, los estamentos del primer estado gozaban de sus antiguos privilegios clasistas y feudales para evitar la actividad productiva. El comportamiento parasitario de la clase social, que resultaba una carga insoportable para la marcha de la economía, acabo con muchas críticas de parte de la burguesía, firmemente consolidada, y de la aristocracia del dinero que obtenía la mayor parte de sus rentas de comercio a larga distancia de la banca y de la creciente industria. Cuando la monarquía se vio obligada

subir sus impuestos, las protestas del Tercer

estado resonaron con más fuerza de lo que hasta ese momento lo había hecho. Era preciso reconducir la política y enderezar el rumbo de la economía si el sistema no quería colapsar. En 1774 los impuestos directos e indirectos absorbían el 70 por ciento de los ingresos del campesinado y la pequeña burguesía, mientras los estamentos privilegiados, la nobleza y el clero, disfrutaban de una prerrogativa de cero impuestos. Los franceses se entusiasmaron con los proyectos de dos ministros de hacienda que llegaron a gozar de una inmensa popularidad. Luis XVI los favoreció hasta casi darles 6


poder semejante al de un rey. Uno fue Anne Robert Jacques Turgot (1727 – 1781) y el otro Jacques Necker (1732 – 1804). El nombramiento de Turgot conto con el aplauso de la opinión pública. Turgot dirigió sus esfuerzos contra el despilfarro de la corte y con el abuso existente de los arrendamientos de la tierra. Turgot trato de salvar la economía francesa, su objetivo era que cada francés pusieran de su parte. Su función en el estado, en aquel terrible momento, con una deuda catastrófica, solo se reducía a reducir privilegios y disminuir injusticias. Quiso simplificar el sistema fiscal, aboliendo los veinte impuestos de consumo, e impulsar dinamismo en la economía agraria. Turgot esperaba que sin regular el comercio, habría abundancia de trigo y granos. En aquellos tiempos el pan era indispensable para el tercer estado. Para su mala suerte había malas cosechas, Turgot tuvo que dejar su puesto por las consecuencias de “la guerra de harina”. A inicios de 1776 Turgot lanzo un verdadero “tren de reformas”: la derogación de los derechos sobre el uso de los caminos en el campo y su sustitución por un impuesto que debían satisfacer a todos los propietarios rurales. Pero las acciones reformadoras del ministro colisionaron de inmediatamente con

los

intereses de los estamentos privilegiados. El partido cortesano encabezado por la reina María Antonieta, logro hábilmente que las medidas de Turgot no cuajaran. La mala gestión de Turgot en la “guerra de la harina” fue aprovechada por sus adversarios políticos para apresurar su caída. Fracasaba así el primer intento de reforma general de la economía francesa. El sucesor de Turgot en el ingrato sillón de controlador de finanzas llego en 1776, el banquero ginebrino Jacques Necker. Este al ser banquero valoraba la situación desde otro punto de vista, algo que Turgot nunca habría podido hacer. Cuando tomo el poder de la economía francesa, este país se había puesto del lado de las colonias rebeldes de América del Norte, una decisión que empeoró todavía más la economía. 7


Necker se vio obligado a hacer público el estado de postración económica que paralizaba Francia, y como Turgot, sugirió recortar los dispendios de la corte e implantar un sistema fiscal en el que cotizaran también la nobleza y el clero. También propuso la división del país en provincias con asambleas regionales y municipales. El caos aumentaba día a día. El país en 10 años de gobierno había gastado 1.600 millones. El propio Necker renuncio en 1781, víctima de la impopularidad de alguna de sus medidas (aplicar impuestos a los nobles). Le sucedió Charles Alexander Calonne, en 1783. Tras darse cuenta del desastroso déficit público, fomento la imposición de contribuciones a las clases privilegiadas y la creación de asambleas provinciales que se encargaran de la repartición de impuestos. Al principio, Calonne optó por una política de inversiones públicas para relanzar la economía, asentada en nuevos créditos y sin variar el sistema que manejaba los impuestos. En 1783 se vio obligado a decirle al rey en una Memoria el mal estado económico del país en ese momento, que acumulaba anualmente 100 millones de libras. Calonne proponía un plan de reformas y síntesis de todo lo que habían planeado Turgot y Necker. A pesar que sus propuestas no se cumplieron, se deben mencionar dos. Una fue establecer un sistema de gobierno regional, algo ya dicho anteriormente por Necker y la otra se llamaba el “veinteavo”, consistía en que los privilegiados paguen impuestos territoriales. 1. Inicio Asamblea de notables y de los Estados generales: Calonne le sugirió al rey en 1787 que llamara a la Asamblea de notables, una vieja institución monárquica que representaba a todos los funcionarios importantes de la aristocracia. Los notables se reunieron el Versalles el 12 de febrero de 1787. Fueron escogidos arbitrariamente, en la Cámara Real solo había seis notables del estado llano. Los notables restantes eran príncipes, obispo, duques que no estaban dispuestos a perder sus privilegios. Los notables se dividieron en siete comisiones encabezadas por nobles. Los notables se negaban a sacrificar sus privilegios. El rey hizo comprender a los notables que necesitaban llevarlos a la práctica. Entre los notables, el procurador general de Aix dijo 8


que nada ni nadie podría negarle sus derechos solo los Estados Generales y el Parlamento elegidos por el pueblo. La Asamblea de notables acuso a Calonne de malversación de fondos y por eso dimitió. Su sucesor, le arzobispo De Brienne, disolvió la Asamblea de notables y trató de llevar a la práctica las propuestas de Calonne, pero fracasó. El rey llamo en 1788 a Necker nuevamente, el preferido de la población, para que ocupe el puesto. Este propuso la convocatoria de los Estados generales, que no se reunían hace 175 años. La convocatoria contó con la adhesión unánime del pueblo. Se acabó fijando el número de 1200 diputados. Del brazo popular había 600, 300 nobles y 300 del clero. Esto en vez de aplacar a los líderes del pueblo los enfureció. Ellos habían derramado sangre por el país y no habían recibido privilegios. Cuando en Agosto de 1788 Luis XVI anuncio la convocatoria a los Estados generales para la primavera siguiente, puso en marcha un mecanismo que provocaría una revolución en masa que no tendría vuelta atrás. Se hicieron las elecciones y se reunieron los Estados generales en Versalles el 5 de mayo de 1789. Francia se encontraba en un debate político generado por el panfleto del abate Sieyés, donde se consignaba las potencialidades del Tercer estado. El gobierno de Luis XVI caldeo aún más el ambiente con las dos medidas reformistas: la primera, fue la autorización para que el Tercer estado aportara 600 delegados contra los 300 de cada una de los primeros estados; y la segunda, consistió en enviar a los estados, generalmente a los menos privilegiados, un “cuaderno de quejas”, que habrían que ser entregados a sus representantes correspondientes. Desde 1786, la industria urbana padecía una aguda crisis a causa de un tratado anglofrancés de libre comercio. Las cosechas eran deficientes y el índice de desempleo era cada vez mayor. París era una bomba a punto de estallar. En mayo de 1789 empiezan los desórdenes en Francia. Al día siguiente de la sesión inaugural el tercer estado se declaró en franca rebeldía. Pese a la grave situación, pronto se puso en manifiesto la oposición insalvable entre los principios clasistas y los democráticos.

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Los estamentos superiores insistieron en reunirse por separado para votar por estamentos como en la Edad media, mientras los representantes del Tercer estado defendían la reunión conjunta y la votación por cabeza, manifestó la igualdad de todos los diputados.

El 17 de junio, el brazo popular, rebelde y asilado, convoco su propia asamblea. Creo en la Asamblea nacional y el 20 de junio los diputados encontraron cerrada la sala de sesione y prosiguieron sus reuniones en un próximo destinado al juego de pelota y presentaron el juramento de jamás separarse hasta que Francia no lograra tener una nueva constitución. Se llamó del Juego de Pelota, porque se celebró en el trinquete de Versalles. Aquel acto de desobediencia al soberano significo el comienzo de una la revolución. La Asamblea nacional se consideraba como la única representación legitima del pueblo francés, y pasó a ocupar la posición de os tres estamentos tradicionales. Ocurrió entonces un fenómeno notable. Cada día más y más nobles y clérigos ilustrados salían de su grupo para meterse al grupo de los diputados del pueblo, en la Asamblea nacional. La nobleza y el pueblo llenados de ideas filosóficas, creyeron que era preferible legislar sobre una nueva constitución. El rey no tuvo más remedio que ceder, el 27 de junio el rey autorizo la unión de los tres estados y reconoció la Asamblea nacional. El 7 de julio la nueva asamblea tomo una decisión capital: se proclamó “Asamblea nacional constituyente”. Con esta decisión los constituyentes despojaban al rey de su soberanía y colocaban a la Asamblea por encima del monarca ara dictar una nueva constitución. Esta decisión supuso la abolición del régimen absolutista y el triunfo de la revolución de los diputados. 2. Fin del Antiguo régimen: La revolución de los diputados tuvo un eco inmenso en Paris. En el verano de 1789, la capital de Francia se convirtió en un lugar lleno de aventureros, prófugos políticos y demagogos de todo tipo. Los clubes de ciudadanos hacían las veces de ágoras políticas, con debates en los que tomaba parte muy activa las mujeres. 10


Luis XVI, temeroso de la presión del pueblo, convoco a tropas leales a las afueras de la capital, listas para entrar en ataque, ignorando las recomendaciones de la Asamblea. Las tropas que el rey había colocado a las afueras de París enardecieron al pueblo, lo que resulto en graves disturbios. . El 14 de julio de 1789 las turbas parisinas saquearon el hospital los Inválidos donde se armaron con armas y cañones. Las masas tomaron la prisión-fortaleza de Bastilla, símbolo de Antiguo régimen. El 15 de julio Luis XVI llamo de nuevo a Necker, retiro sus tropas de París y dio su aprobación al nuevo ayuntamiento de la ciudad, cuyo alcalde, Jean Sylvain Bailly, paso a controlar la fuerza armada de 50.000 hombres. Los acontecimientos de la capital tuvieron una proyección extraordinaria en los medios rurales. Las noticias provenientes de Paris calaron en el ánimo de un campesinado desesperado y hambriento. Circulaban rumores acerca de un complot de la nobleza, algunos decían que las bandas de ladrones que atacaban al pueblo eran organizaciones formadas por nobles y que estaban llenando sus almacenes de granos para condenar al pueblo. Los rumores crearon miedo, y este desemboco en violencia. Los campesinos empuñaron armas contra los nobles y privilegiados. El gran miedo se extendió por toda Francia. Para poner orden, la Asamblea nacional creo la Guardia nacional, milicia urbana de carácter burgués, al mando del general La Fayette, quien años atrás había peleado para la independencia de Estados unidos. Bajo la presión campesina, del 4 al 11 de agosto de 1789 la Asamblea tomo decisiones trascendentales, con la aprobación de una serie de decretos que abolían los privilegios feudales. Días más tardes la constitución proclamo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, para su elaboración se tomó como sistema de referencias el derecho natural individualista de la Ilustración, que concedía al hombre una serie de derechos innatos e inalienables. La Asamblea no podía actuar sin la aprobación del rey. El rey veto las decisiones de la Asamblea, la persistencia de la falta de pan, el desempleo, así como la agitación popular había puesto a la corte contra el pueblo. El 5 de octubre de 1789 una turba furiosa se dirigió hacia Versalles, pidiendo que la familia real abandonara Versalles y 11


se ubicara en el palacio de las Tullerías en París. El monarca reconoció el poder de la Asamblea y acepto el nuevo mecanismo legislativo. Durante el otoño de 1789, la Asamblea adopto una serie de decisiones que liquidaron al Antiguo régimen y culminaron con una nueva constitución. La Asamblea desarticulo el sistema administrativo del absolutismo. Las provincias francesas fueron sustituidas por 83 departamentos, que administraban directamente sus asuntos. 3. Triunfo de la revolución: En 1790 se adoptó el sistema de cámara única y el derecho electoral del censo. Las mujeres, los ciudadanos pasivos y los menores de 25 años quedaban excluidos de la ciudadanía y no podían elegir a ninguno de los 745 diputados que formaban el nuevo campo legislativo. Las nuevas disposiciones legales acentuaron la separación entre la monarquía y la Asamblea. En junio de 1791, Luis XVI y su familia, disfrazados de burgueses y escaparon de Tullerías. Temían que se uniera a la aristocracia exiliada en los países vecinos. Pero el plan de fuga de Luis XVI falló. El y su familia fueron detenidos la noche del 21 de junio en Varennes y devueltos a Paris. Durante la elaboración de la nueva constitución, los parlamentarios se organizaron por afinidad política. Los girondinos representaban a la burguesía media ilustrada; los montañeses, que ocupaban los puestos más altos de la cámara, tenían tendencias más radicales; pero la mayoría de diputados fueron nobles y monárquicos reformistas. El 3 de septiembre de 1791 entro en vigor la constitución que hacía a Francia una monarquía constitucional e introducía la división de poderes propuesta por Montesquieu. El poder legislativo quedaba a manos del Parlamento, que era elegido cada dos años por el pueblo. El rey podía anular o vetar las decisiones de la Asamblea legislativa, pero el título de “rey de Francia” cambio por el de “rey de los franceses por la gracia de Dios en virtud de la constitución del estado”. La constitución aprobada por la Asamblea duro solo un año y puede decirse que casi nunca fue aplicada. Pero quedo como modelo para la sociedad futura. El rey juro la constitución con toda su familia, rodeado del pueblo y la Guardia Nacional, en una 12


gran fiesta civil celebrada en el campo de marte. Pocos días después se disolvió la Asamblea constituyente y se formó la Asamblea nacional legislativa. Dalton y Robespierre no habían podido ser elegidos miembros de la Asamblea legislativa por el artículo de incompatibilidad; pero habían encontrado refugio y ocupación como miembros del consejo municipal de Paris o la Comuna. La presencia de los dos genios más revolucionarios de Francia en un consejo administrativo, transformo a la Comuna en un

foco de revolución irresistible. La Comuna tenía

recursos y podía conspirar para hacer realidad sus objetivos. La nueva Asamblea legislativa, estaba compuesta por diputados de poca experiencia política dado que la Asamblea constituyente había impedido que se lanzaran a reelección.

Desde

el

principio

la

cámara

legislativa

mostro

una

política

contrarrevolucionaria. El 27 de agosto de 1791 el emperador Leopoldo II de Austria y el rey de Prusia habían firmado la declaración de Pilnitz, en la que amenazaban con una intervención armada contra Francia revolucionaria Los girondinos, ante la posible invasión, promovieron una campaña de incitación a la guerra contra “los enemigos de Francia”. A esto se les interponía los jacobinos mandados por Robespierre, que creían que la guerra solo favorecía al monarca. El 20 de abril de 1792 la Asamblea legislativa declaro la guerra a Austria, con la esperanza que el peligro exterior apaciguara las tensiones internas y que la revolución se propagara al resto de las monarquías absolutas europeas. Los ejércitos aliados de Austria y Prusia se dirigieron hacia Francia. Su general en jefe, el prusiano Brunswick, amenazo en un manifiesto llevar a cabo terribles represalias en el caso de que la pareja real fuera dura con el pueblo. Esta toma de partido de Luis XVI causo en Paris una profunda irritación. En las calles de la capital había un potente movimiento político que reivindicaban medidas de urgencia: el precio fijo contra el aumento de los precios, y el arresto de los contrarrevolucionarios y sacerdotes refractarios. Eran los “sans-culottes”.

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El 10 de agosto de 1792 una turba asalto las Tullerías, residencia del monarca desde su fallida huida en 1791, y encerró a la familia real en el Temple, la cárcel de la revolución para los reos del estado.

4. Símbolos revolucionarios: a)

Distintivos de la revolución:

Los revolucionarios, unidos contra el Antiguo régimen con los ideales de “Libertad, igualdad y fraternidad”, se distinguieron usando objetos simbólicos como el gorro frigio, homenajeaba a la revuelta de Espartaco contra Roma; la bandera tricolor, el rojo y azul de Paris se sumaron al blanco de la realeza; y las escarapelas, solían ser tricolores y se cosían a las prendas o gorros.

b)

Música y patria:

El actual himno francés, la Marsellesa, fue compuesto en 1792 por R de Lisle. Cantado por el batallón marsellés, fue adoptado como himno revolucionario.

c)

Un símbolo de poder, el Terror:

Otra imagen asociada con la Revolución fue la del Terror, practicando indiscriminadamente por las autoridades para perpetuar el régimen revolucionario. En 1794 toda garantía procesal fue anulada. La guillotina fue perfeccionada por el doctor Joseph-Ignace Guillotin como máquina de degollación indolora.se utilizo por primera vez el 25 de abril de 1792. Durante tan solo 47 días durante el periodo llamado el Terror (10 de junio al 7 de julio de 1794) 1376 parisinos fueron guillotinados. Fue en el año 1981 en que la guillotina y la pena capital quedaron definitivamente abolidas.

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d)

El calendario revolucionario:

El calendario revolucionario fue adoptado por la convención en 1792 y fue abolido por Napoleón en 1806. El año pasó a tener 12 meses de solo 30 días y 5 adicionales, y se eliminaron las fiestas religiosas. Los meses tomaron nombres de la agricultura o fenómenos naturales: vendimiario (septiembre, inicio del año), brumario, frimario, nevoso, lluvioso, ventoso, germinal, floreal, pradial, mesidor, termidor y fructidor

e)

El odio a los pilares del Antiguo régimen:

El pueblo llano identifico a la monarquía, la nobleza y el clero, pilares del Antiguo régimen, como causantes de las miserias e injusticias sociales. Por su parte, la demolición de la Bastilla, símbolo de los excesos y la represión del Estado, fue saludada con gran júbilo popular.

f)

El furor antimonárquico:

Luis XVI intento en vano frenar la revolución con el apoyo de las monarquías europeas. Odiado por sus súbditos, fue ejecutado el 21 de enero de 1793. La monarquía aumento el odio popular al aumentar los impuestos y acentuar la miseria de las masas. Los precios y salarios sufrieron bajas y alzas inaceptables, ante el desgaste económico de Francia por las guerras.

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CAPITULO II EL FRACASO DE LA MONARQUIA CONSTITUCIONAL

La Asamblea y la constitución de 1791 fueron disueltas el 10 de agosto el poder efectivo paso a la Comuna de Paris de los “sans-culottes” dirigidos por Robespierre. Era preciso convocar una nueva Asamblea constituyente, la convención, que por primera vez fue elegida por sufragio universal. En Paris, las noticias del avance austroprusiano y el ambiente de exaltación patriótica resultaron fatales para los contrarrevolucionarios encarcelados. Del 2 al 5 de septiembre las masas invadieron las prisiones de la capital y asesinaron cerca de 1500 personas. Pero, el 20 de septiembre llegaron buenas noticias dl frente de batalla: los ejércitos revolucionarios habían vencido a la coalición austroprusiana en la batalla de Valmy, a pocos kilómetros de Paris. 16


Este episodio bélico sirvió como remedio para los revolucionarios, les elevo la moral. El día 21 se reunía por primera vez la Convención, que voto por la abolición de la monarquía. Al día siguiente, a propuesta de Dalton, se proclamaba “la Republica, una e entre girondinos, moderados, y los diputados de la Montaña, los” montagnards”, de política extremista. En la Convención nacional,

los diputados de la Montaña se impusieron sobre los

girondinos, y abrieron camino a la dictadura revolucionaria. Acuso al monarca de traidor a la nación por haber mantenido conversaciones secretas con los monarcas europeos que se interesaban en su salvación. La Convención declaro por unanimidad que el monarca era “culpable de conspirar contra la seguridad general del estado”. El rey fue guillotinado en la plaza de la revolución. El proceso de María Antonieta fue un año después ya no se la juzgó en la Convención sino en el tribunal. Ero tuvo igual fin que el de su marido, el 16 de octubre de 1793. La decapitación de Luis XVI, el 23 de enero de 1793, conmocionó a amplios sectores de la población francesa y enfureció a las potencias absolutista europeas, que formaron una gran coalición contrarrevolucionaria. 1. El régimen del terror: La convención afrontaba una situación catastrófica en la primavera de 1793. Los ejércitos contrarrevolucionarios habían invadido varias zonas del país, y las derrotas militares no acababan. Por su parte el alza continua de los precios empeoro la situación social de Francia. La Convención, necesitada de medidas que afirmaran su autoridad, decidió la leva de 300.000

hombres

para

defender

la

Revolución

amenazada.

Esta

decisión

desencadenó, en marzo de 1793, una insurrección campesina en la región de la Vendée, llena de sectores realistas y sacerdotes refractarios. La revuelta no fue sofocada sino hasta diciembre. Contra la guerra y contra la disensión civil, la Convención creo un poder central dotado de atribuciones excepcionales para mantener el orden.

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El organismo rector de la dictadura fue el Comité de Salvación Publica, presidido por Robespierre, líder incorruptible de los montañeses. Pese a los intentos de centralización política, la lucha entre los revolucionarios de la Convención era feroz. En abril, Robespierre lanzo durísimas acusaciones contra los girondinos, quienes replicaron acusando al líder de los montañeses Marat. La intervención de los “sans-culottes”, aliados extraparlamentarios de los montañeses, precipito la crisis política. En junio forzaron la detención y ejecución de 29 diputados girondinos. La Convención finalizaba su deriva radical. En el verano de 1793 la Convención tuvo que hacer frente a otra amenaza. A la presión exterior y la rebelión de la Vendée se sumó una revuelta federalista en sesenta departamentos agitada por los girondinos. El 13 de junio Marat fue asesinado. El 10 de agosto la Convención dio por terminado su mandato, pero la gravedad de la situación paralizo la convocatoria de las elecciones. El Comité de salvación pública detentaba el poder efectivo. El 23 de agosto la Convención decidió otra leva de 300.000 hombres que implicaba servicio militar para todos y la obligación de los obreros y artesanos de participar en la guerra. También aprobó la Ley de sospechosos. El Comité de salvación pública actuó si trabas hasta el golpe de estado del 26 de julio de 1794. En el plano económico, fijo los precios máximos y reguló las subidas del salario; prohibió huelgas y todas las asociaciones. Francia se había convertido en una máquina de guerra, en clara contradicción de los derechos y las libertades por las que habían luchado. La cabeza visible de todo esto era Robespierre, quien desde sus responsabilidades en el Comité de salvación pública, profundizó la represión. Se endureció la Ley de sospechosos: una simple denuncia bastaba para que el acusado sea condenado a muerte. Las numerosas penas capitales evitaron todo intento de resistencia contra la dictadura.

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El propio Dalton, compañero de lucha de Robespierre, cayó víctima de la guillotina, cuando declaro ser partidario de poner fin al Terror: murió siendo acusado de “enemigo del pueblo y de la virtud”. Sin embargo, la nueva situación iniciada a finales de 1793 dejo sin argumentos al Terror. Los enemigos exteriores habían sido neutralizados; y la rebelión de Vendée, aplastada. Francia dejo de ser una nación en guerra. Nada justificaba el estado en el que se encontraban. Surgieron las primeras voces en contra del Terror. Durante una reunión de la Convención, ocurrió un golpe de estado gestado por los diputados moderados, y Robespierre fue detenido, el 26 de septiembre de 1794. Su caída despertó una reacción antijacobina en la juventud, que lanzo a los arroyos las gorras frigias y derribo los bustos de los héroes de la Revolución. La burguesía retorno a Paris. No hay dato precisos sobre el número de muertes que causo el Terror. Pero una cifra monarquía aceptada es 50.000 los muertos de este periodo sangriento de Francia. Al primer Terror instaurado tras el derrocamiento de la Comuna, le siguió una etapa de los tribunales provinciales y el Comité de salvación publica, que acabaron con los intentos de un nuevo régimen. 2. Gobierno del Directorio: La caída de Robespierre y de la Convención acabó con la dictadura del Terror y dicto una serie de medidas para desmantelar el gobierno revolucionario. Esta reacción institucional, inducida por lo dantonistas, girondinos y monárquicos que habían salvado sus cabezas de la guillotina, con ayuda de gente rica francesa, quienes habían invertido grandes cantidades de dinero como proveedores del ejercito republicano. El club de los jacobinos fue abolido junto a los comités revolucionarios. El apoyo y entusiasmo que mostraron las nuevas autoridades republicanas por eliminar los residuos de la época anterior desembocó en persecuciones políticas y asesinatos indiscriminados contra los partidarios del Terror.

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El llamado Terror blanco fue alentado, sobre todo, por los círculos realistas que habían sobrevivido a la represión de la dictadura revolucionaria. La Convención se disolvió el 26 octubre de 1795 y di paso al Directorio, un gobierno formado por cinco miembros que rigió los destinos de Francia hasta el golpe de estado del 18 del brumario (9 de noviembre de 1799). El poder legislativo quedo a manos de dos cámaras: el Consejo de los quinientos, para la discusión de las leyes, y el Consejo de ancianos, para su aprobación. Pero el gobierno aparentemente democrático de las nuevas instituciones republicanas encubría, en el fondo, un gobierno oligárquico: el Director representaba los intereses de la alta burguesía republicana, ignorando los graves problemas internos de Francia. En el frente político, la izquierda radical, cuyo peso social había disminuido, organizo un pacto dirigido por el comunista Babeuf, jefe de los Iguales”. La rebelión de los izquierdistas fue apaciguado con facilidad. Por la derecha, los legitimistas, partidarios de la restauración monárquica, habían logrado la victoria en las elecciones de abril de 1797, pero el Directorio anulo el juego democrático al encarcelar a sus diputados el 18 fructidor (4 de septiembre de 1797). Con las leyes del 22 floreal del año IV (11 de mayo de 1798), el Directorio elimino la influencia de los jacobinos. Mientras el Directorio afrontaba dificultades políticas y económicas, la guerra continuaba en el exterior. En 1795 se separa la coalición antifrancesa. España, Prusia y Holanda firmaron por separado la paz con Francia. Este hecho fue usado por el Directorio para impulsar la “Gran Nación”, un proyecto de inspiración expansionista, que puso sus ojos en Austria, debilitada por la guerra y por el abandono de sus aliados. Lo mejor del ejército francés se vio destacado en Viena, mientras que un joven, Napoleón Bonaparte, atravesaba los Alpes e invadía posesiones austriacas en Italia. La fulgurante campaña de Napoleón obligo a los austriacos a firmar el tratado de Campoformio, el 1 de octubre de 1797, por el que Francia recibía los Países Bajos y Lombardía, y mantenía las fronteras del Rhin.

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Crecida por la victoria sobre Austria, la Republica de Francia desafío el poderío británico en el Mediterráneo mediante la invasión de Egipto en 1798. Sin embargo, a pesar de los éxitos iniciales, finalmente las tropas francesas tuvieron que retirarse en 1801. Cuando Napoleón comprendió la inestabilidad de la campaña en Egipto, retorno a Francia y delegó el mando de las tropas expedicionarias al general Kléber. El joven general fue recibido en Francia con grandes muestras de simpatía. Su prestigio, logrado en los campos de batalla, había calado en amplios sectores sociales, muy descontentos con la desastrosa gestión del Directorio. Desde 1797, el régimen solo pudo mantenerse en el poder con grandes maniobras de derecha a izquierda y a base de golpes de estado parlamentarios. Su supervivencia dependía exclusivamente de los éxitos obtenidos en la política exterior, debidos, a Napoleón. “Napoleón convenció al Directorio de la necesidad de invadir Egipto para acabar con el predominio comercial británico en el Mediterráneo.”1 Presidido por su capacidad diplomática y su habilidad para administrar las repúblicas hermanas de Italia, el general corso llegó a un acuerdo con Joseph Sieyés y otros diputados, para dar un golpe de estado parlamentario el 18 y 19 brumario (9 y 10 de noviembre de 1799). A partir de entonces, Napoleón dirigió los destinos de Francia. 3. Los derechos del hombre: Influida por el espíritu de la Ilustración y el ejemplo de los patriotas norteamericanos, la Asamblea nacional francesa proclamo el 26 de agosto de 1789 los Derechos del Hombre y del Ciudadano, un reconocimiento de las libertades y los derechos de todo individuo. a) La diosa de la razón: La separación de los poderes y la cesión de la soberanía a la nación son dos de las grandes conquistas políticas de la Declaración de 1789, inspirada en el pensamiento ilustrado de los filósofos de Luces y la Razón. 1

Historia universal, Tomo 12, la era de las revoluciones, editorial : sol90

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Los Derechos del hombre y del ciudadano asentaban las bases en la declaración de la independencia de los Estados unidos y el pensamiento filosófico de Montesquieu, Condorcet y Rousseau.

b) Sans-culottes y burgueses: La presión de los sans-culottes, sin calzones, de Paris no fue suficiente para que Luis XVI aceptase la Declaración de los derechos del hombre, cuya redacción, además, fue obra de la burguesía.

c) La individualidad: La consideración de ciudadano y la proclamación de la libertad individual, solo limitada por los artículos 4 y 5, respecto a la libertad de los demás, fueron una garantía frente a los abusos. Una cartel revolucionario común era: “Aquí uno se honra a si mismo con el título de ciudadano”.

d) Olympe de Gouges: La escritora francesa Olympe de Gouges (1748 – 1793) publico la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791), contra la discriminación femenina. Pese a ser revolucionaria, su defensa de Luis XVI le valió la guillotina.

e) Un texto fundamental (derechos del hombre): La Declaración de los derechos del hombre consta de 17 artículos. Figuro con un preámbulo en la Constitución de 1791 y fue recogida en las de 1946 y 1958. En el año 1795 fue la última Declaración de los derechos del hombre revolucionaria. Anulaba las de 1789 y 1793. Actualmente 191 naciones suscriben la actual Declaración universal de los derechos humanos de la ONU.

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Irrenunciables: el artículo 2 incide en que los derechos naturales del hombre son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Símbolos: en la pintura, conservada en el Museo Carvalet, figuran un gorro frigio, una pica, una dama, vestida de los colores de Francia y un ángel de la justicia. Justicia: los artículos 7, 8 y 9 expresan la presunción de inocencia, el carácter no retroactivo de las leyes y el trato justo a los acusados. Las ideas: la libertad de pensamiento y opinión, y su expresión por cualquier medio, se defienden en el artículo 11, que garantiza la libertad de prensa.

f)

Arboles de la libertad:

Adornados con símbolos de la revolución e inspirados en los arboles de mayo, que festejaban la primavera, fueron plantados como homenaje a la libertad recién obtenida. El primero de ellos fue plantado por un capellán. El valor de la libertad como derecho irrenunciable del hombre motivo que en 1792 fueran plantados 60.000 árboles de la libertad por toda Francia.

g) La fuerza pública: Para asegurar el cumplimiento de las leyes, los artículos 12 y 13 de la Declaración legitimaban la fuerza pública “para garantizar los derechos del hombre”. Su financiación corría a cargo de “los ciudadanos, según sus posibilidades”.

Les

droits de l homme, fue un ejemplar de la época. h) La Igualdad: Los sans-culottes parisinos veneraban a la Igualdad simbolizada por un triángulo isósceles de francmasonería, que aparece junto a la Declaración de los derechos del hombre. 4. El final de la Revolución, el Consulado:

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La ascensión de poder de Napoleón después del golpe de estado del 18 brumario puso fin al Directorio y marcó un nuevo rumbo para Francia. Napoleón no encontró ningún impedimento para implantar el Consulado.

El nuevo régimen fue el resultado de la fusión de una política autoritaria con poder militar, y con una ideología revolucionaria. Apenas un mes después del golpe de estado, entro en vigor la nueva Constitución

del año VIII, elaborada por Joseph

Sieyés. En diciembre de 1799, Napoleón decreto el fin de la revolución: “Ciudadanos, la Revolución ha conseguido los principios que presidieron sus comienzos. La Revolución ha terminado.” En los primeros días del Consulado, el poder pasó a manos de un gobierno provisional, formado por Bonaparte, Sieyès y Pierre Roger-Ducos, a la cabeza de un triunvirato consular, con Joseph Fouché como ministro de la policía y Talleyrand en calidad de ministro de Relaciones interiores. Napoleón envió a diversos consejeros de Estado a las distintas regiones de Francia para hacerse una idea de cuál era la situación en el interior del país. Los descorazonados informes recibidos lo convencieron de la necesidad de nuevas reformas. Reformas profundas para establecer un nuevo funcionamiento de las instituciones financieras, administrativas y judiciales sobre una base común: la centralización y la jerarquización. Francia asimilo un modelo de estado que, con pequeñas variaciones, ha permanecido hasta la actualidad. Con Napoleón la organización fiscal recayó sobre un cuerpo de funcionarios que se ocupaban de los impuestos. Las funciones administrativas fueron ejercidas desde los departamentos por los prefectos, sometidos al ministro del interior, y desde los distritos por los subprefectos, dependientes de los primeros.

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La reforma judicial jerarquizó también los tribunales. En estos actuaban los jueces de paz, elegidos por los ciudadanos por un periodo de tres años; en los distritos, los asuntos civiles se solventaban por un tribunal en primera instancia, y en los departamentos funcionaban los tribunales de apelación. Pero a diferencia del período anterior, los jueces dejaron de ser elegidos por el pueblo. A partir de entonces, serian nombrados directamente por el gobierno y retribuidos por el estado, convirtiéndose así en funcionarios públicos de carrera y con carácter vitalicio, para evitar posibles presiones gubernamentales. Además, durante la época del Consulado comenzó a redactarse el Código civil napoleónico, una monumental obra jurídica que fue promulgada en 1804. Las reformas puestas durante el Consulado dieron lugar a un potente núcleo funcionarial encarnado en los “grandes grupos del estado”, todavía vigentes en Francia: el cuerpo de Inspección de la administración, el cuerpo Diplomático y el cuerpo Prefectoral. Napoleón manifestó con ello su voluntad de imprimirles un carácter permanente, que los hiciera inmunes a los vaivenes de la política diaria, y que no varían con los resultados de cada consulta electoral, presente o futura. Para poner en marcha este gigantesco aparato administrativo era necesario reunir un gran número de funcionarios con una elevada preparación. Una ley de 1802 dio carta de naturaleza a los liceos, centros de enseñanza secundaria destinados a formar al personal que trabajaría en la administración estatal. El control de las finanzas públicas mereció también atención de este impulso centralizador. Para prevenir las erráticas oscilaciones de la economía francesa, voraz en crisis agudas y tentativas de bancarrota, el gobierno del Consulado fundo en febrero de 1800 el Banco de Francia, con el fin de organizar el crédito y relanzar la economía nacional. Napoleón sumó a las reformas administrativas una ofensiva contra la oposición política, con el objetivo de alcanzar la tan ansiada unidad nacional, condición indispensable para emprender sus afanes expansionistas.

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Mientras duro el proceso de depuración política, napoleón contó con el apoyo de la ciudadanía

francesa,

agradecida

por

haberla

librado

de

los

movimientos

contrarrevolucionarios y del temor a que se restableciese el régimen del Terror. La precoz carrera militar de Napoleón y su habilidad para la guerra aseguro la paz y estabilidad en Europa, conseguida la paz interior y exterior, Napoleón fue nombrado cónsul vitalicio en 1802.

CONCLUSIONES

1. La Revolución Francesa fue el acontecimiento histórico que precipito el tránsito de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea. 2. Sepultó el Antiguo Régimen de Francia, lo cual otras naciones siguieron como ejemplo, y dio paso a la actual política del país y de los demás países. 3. La mayoría de consecuencias de la Revolución Francesa hicieron mejoras en los sistemas sociales, políticos y económicos de Francia. Por eso, haciendo un balance, se puede decir que la Revolución Francesa fue muy beneficiosa para Francia.

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4. Crearon la Declaración de los Derechos del hombre que dio a los ciudadanos derechos que no tenían ante de la Revolución, esto influyo en los pueblos vecinos y del mundo. 5. Con la revolución francesa se da inicio a una nueva constitución era basada en libertad, fraternidad e igualdad, base para la edad contemporánea. 6. La separación de la Iglesia Católica del Estado francés fue un acontecimiento importante, la corrupción en la Iglesia dio como resultado con el surgimiento de la República. 7. También la revolución trajo consigo un cambio de esquema de un modelo feudal a uno capitalista donde la clase dominante, burguesía tiene en sus manos el capital y el poder. 8. A mediados del siglo XIX la educación era casi inexistente para los hijos de los obreros y un adorno para los favorecidos económicamente, y fue donde los gobiernos se empezaron a preocupar seriamente por este problema. 9. Con la Revolución se eliminaron los estamentos en toda Francia, lo que impulso a los demás países a hacerlo. 10. Desechó la teoría de que el monarca era descendiente de Dios y la iglesia perdió poder e influencia, lo que hizo que los clérigos no fueran los únicos cultos.

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BIOGRAFIA

LIBROS: 1. Historia de la Humanidad, Larousse. Santiago, Chile; 2002. 2. Historia Universal 12, El Comercio. Lima, PerĂş; 2003. 28


3. Historia Universal 16, SALVAT. Lima, Perú; 2005 4. Bienzobes, Enrique. La Revolución Burguesa, Akax. Madrid, España; 1994. 5. García, Eduardo. Revolución Francesa y la administración contemporánea, Civitas. Madrid, España; 1998. 6. Goetz, Walter. Historia de la Revolución Francesa, Ercilla. Santiago, Chile; 1936. 7. Lefebvre, Georges. Revolución Francesa y el Imperio, Fondo de Cultura Económica. México, DF; 1991. 8. Prieto, Fernando. La Revolución Francesa, Istmo. Madrid, España; 1989. 9. Reichartd, Rolf. La Revolución Francesa y la Cultura Democrática, Siglo XXI de España. Madrid, España; 2002 10. Soboul, Albert. La Revolución Francesa, Tecnos. Paris, Francia; 1996.

ANEXOS

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Anexo 1

Luis XVI:

Luis XVI de Francia (Versalles, 23 de agosto de1754 –París, 21 de enero de 1793), llamado Luis el Último o Luis Capeto por los revolucionarios, fue rey de Francia y de Navarra entre1774 y 1789, copríncipe

de

Andorra entre 1774 y 1793 y rey

de

los

franceses entre1789 y 1792.

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Anexo 2

Anne Robert Jacques Turgot: Anne Robert Jacques Turgot, barón de Laune, más conocido como Turgot, (París 10 de mayo de 1727 – 18 de marzo de 1781) fue político, ministro y economista francés, fundador de la escuela de pensamiento económico conocida como fisiocracia.

Anexo 3 31


Jacques Necker: Jacques

Necker (Ginebra, Suiza, 30

abril de 1804)

fue

de

septiembre de 1732 - Coppet,

un financiero y polĂ­tico suizo del siglo

XVIII.

Suiza, 9

Encargado

de de

las finanzas de la monarquĂ­a francesa por Luis XVI: en 1776, 1788 y 1789.

Anexo 4

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María Antonieta: María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena (Viena, 2 de noviembre de 1755 – París, 16 de octubre de 1793), María Antonieta de Austria, princesa real de Hungría y de Bohemia, archiduquesa de Austria, reina consorte de Francia y de Navarra y más tarde, de los franceses por Luis XVI.

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Anexo 5

La Fayette: La Fayette o Lafayette fue un militar y político francés. La Fayette fue general en la Revolución Americana de la que es considerado uno de los héroes. Personaje influyente de la Revolución francesa hasta 1792, fue miembro de la Asamblea Nacional, general del ejército revolucionario y comandante de la Guardia Nacional de París.

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Anexo 6

Joseph Sieyès: Joseph Sieyès (1748 – 1836) fue un representante del clero en los Estados generales. Sobrevivió a todo el proceso revolucionario y participó en la redacción de las sucesivas constituciones.

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Anexo 7

Georges Jacques Danton: Georges Jacques Danton ( 26 de octubre de 1759 - guillotinado por indulgente en París, el 5 de abril de 1794) Abogado y político francés que desempeñó un papel determinante durante la Revolución francesa y cuyo talante contemporizador fue rechazado por los sectores rivales.

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Anexo 8

Maximilien Robespierre: Maximilien Robespierre (Arras, 6 de mayo de 1758 –París, 28 de julio de 1794) fue un consagrado abogado, escritor, orador y político francés, apodado «El

Incorruptible»,

siendo uno de los más prominentes líderes de la Revolución Francesa, ejerciendo como Presidente de la Convención Nacional en dos ocasiones así como Diputado y Miembro del Comité de Salvación Pública.

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Anexo 9

Jean-Paul Marat: Jean-Paul Marat (Boudry, Suiza, 24 de mayo de 1743 – París, 13 de julio de 1793) fue un científico y médico francés de padre sardo y madre suiza que realizó gran parte de su carrera

en

el Reino

Unido,

pero

que

resulta

más

conocido

como activista,

periodista y político durante la Revolución francesa.

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Anexo 10

Louis Saint-Just: Louis Antonie León Saint-Just, (Decize, Nièvre; 25 de agosto de 1767 - París; 28 de julio de 1794) fue un político revolucionario francés. Sus detractores le llamaron el "Arcángel del Terror". Fue ejecutado junto a Robespierre.

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Anexo 11

Camille Desmoulins: Lucie-Simplice-Camille-Benoist Desmoulins (n. en Guise el 2 de marzo de 1760 - m. en Par铆s el 5 de abril de 1794) fue un personaje relevante de la Revoluci贸n francesa de 1789. Fue guillotinado junto a Danton.

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Anexo 12

Talleyrand: Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, más conocido como Talleyrand, (París, 2 de febrero de 1754 - París, 17

de

mayo de 1838)

fue

un sacerdote,

político, diplomático y estadista francés, de extrema relevancia e influencia en los acontecimientos de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, logrando desempeñarse en altos cargos políticos y dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica, durante el reinado de Luis XVI, posteriormente en la Revolución Francesa

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Anexo 13

Napoleón Bonaparte: Napoleón

I

Bonaparte (Ajaccio, 15

de

agosto de 1769 – Santa

Elena, 5

de

mayo de1821) fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de Brumario que le convirtió

en

Primer

Cónsul

(Premier

Cónsul)

de

la

República

el 11

de

noviembre de 1799.

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Anexo 14

Jacques Louis David: Jacques-Louis David (París, Francia, 30 de agosto de 1748 - Bruselas, Bélgica, 29 de diciembre de 1825) fue un pintor francés de bastante influencia en el estilo neoclásico. Buscó la inspiración en los modelos escultóricos y mitológicos griegos, basándose en su austeridad y severidad, algo que cuadraba con el clima moral de los últimos años del antiguo régimen. Anexo 15 43


Toma de la Bastilla: La Toma de la Bastilla se produjo en París el martes 14 de julio de 1789. A pesar de que la fortaleza medieval conocida como la Bastilla sólo custodiaba a siete prisioneros, su caída en manos de los revolucionarios parisinos supuso simbólicamente el fin del Antiguo Régimen y el punto inicial de la Revolución francesa.

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Anexo 16

Declaraci贸n de los derechos del hombre y del ciudadano: La Declaraci贸n de los Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26

de

agosto de 1789 es

uno

de

los

documentos

fundamentales de la Revoluci贸n francesa (1789-1799) en cuanto a definir los derechos personales y colectivos como universales. Influenciada por la doctrina de los derechos

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naturales, los derechos del Hombre se entienden como universales, v谩lidos en todo momento y ocasi贸n al pertenecer a la naturaleza humana.

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