Pánida 10

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P~NIDt1 FELIX MEJIA A. DIRECTOR Serie I I

Nú:r:n.ero :1..0

Medellín

xx

VI

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Colombia

La Senda del amor Comedia para Marionettes J ACINTO

BENAVENTE

1 POETA

Todo mi pensamiento érais vos, al componer esta comedia; no fue tortura del ingenio, sino expansivo desbordar del corazón; ni Aristóteles nI nuestro !:>uen Boileau me impusieron su ! ~receptiva rigur<;>sa; toda mi retórica, todo mi arte fueron vuestros ojos, donde juegan burlones los amores; vuestros labios, que niegan crueles los beI sos a que incitan; la luz color de rosa, que ilumina vuestra blancura; vuestras manos, que imponen respeto a los brazos, pudorosos como de santa virgen; los rizos que risotean el oro juvenil bajo la postiza severidad empolvada, como chicuelos traviesos que se burlan del ayo gruñón. Escuchad, Marquesa; el ingenio sólo puso sobre el amor en mi comedia, ulgo así como el lunar que oprimís entre VUQstros dedos, dudosa de si el adorno añadirá o quitará un encanto a vuestra hermosura .... MARQUESA

Dudosa al colocarlo. Tomad, 'a vuestra elección lo dejo .... y empiece la comedia.

n LEANDRO

No tiembles. Está muerto. CELIA

¿Qué hiciste? LEANDRO

Me disputaba tu cariño ....

©Biblioteca Nacional de Colombia


PANIDA

146 CELIA

¡Un hombre muerto! ¡por mí! ¡y unos viejos que llo, ran por nosotros! LEANDRO

Se oponían a nuestros amores ... No recuerdes, Celia mía. Mírame, habla o calla; pero nuestras palabt'as o nuestro silencio ¡;eau sólo de nuestro amor ..·.. Nadie nos sigue, nadie llegará hasta aquí. ¡La vida entera, el mundo entero para nuestro amor! (Entra Polichinela) POLICHlNELA

¡Oh loco, loco y desatentado joven que así desoyes la experiencia y quieres padecer por tí mismo, la vida que otros hemos padecido para que tú lograras el fruto .... Vuelve en tí.. .. LEANDRO

Vuelve al demonio, viejo consejero, riencia ....

COI!

tu

exp~-

(Le mEda.) CELIA

¡Leandro! LEAN ORO

No vuelvas a mirarle .... (Isabela entra) ISABELA

¡Ah Leandro, Leandro!. ",¿Crees amar por vez ,primera? Repites la lección que ccnmigo aprendiste .... Nó, no dirás nada nuevo .... ¿Te acuerdas? Las mismas frases vlllgarp,s, que entre nosotros al principio parecían sagradas como de rito misterioso, porque un destello celestial las animaba .... Después .... eran cuerpo sin alma, oraciones sin fe, ritos sin creencill .... Extingllido el amor, «te amo» parecía más diferente que cuar.do el amor, con divina apoyatura, pronunciaba palabras insignificantes .... ¡Hermosa noche! El Rey está enfermo. Madame du Barry ha cambiado de amante .... No lo olvides, Celia, no lo olvides! ... LEANDRO

,

¿Y merecías amor eterno? ¡Mujer engañadora, cru.el, falsal ... ISABELA

Sí, todo esol. .. ¡Así muero por tí! .... (Desaparece)

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PANID A

147 CELIA

Corre hacia ellago .... se acerca a la orilla .... ¡Leandrol .... ¡Huye de ~í!. ... ¡Nó, Celia míal

LEANDRO CELIA

¡DéjLtlne! por mí lloro más que {lor ella .... Juraste amor eterno ... LEANDRO

Faltó el amor, alma del jurame nto; porque mi alma es sólo tuya, tuya por siempr e .... CELIA .

¡Así la dirías tántas veces! Déjame llorar. LEANDRO

Llora, sí; dulces besos los que pueden secar lágrimas .... Pero no temas, sígueme .... ¡La vida entera, el mundo entero para nuw tw amor! CELTA

Es imposible nuestra felicidad. ¡Telnta sangre , tántos muerto s, tántas lágrimas! LEANDRO

¿Sabes de alguna dicha que cueste menos? III POETA

¿Qué os ha p&recido mi comedia, Marquesa? MARQUESA

Los muñecos son muy graciosos y muy lindamente "estido s; y el bribón de vuestro paje se da muy buen& maña para maneja rlos .. .¿Qué edad tiene? Diez y seis años.

POETA MARQUESA

Pues da mucho sentido a lo que dice .... Le auguro buena suerte con las damas ... ¿No lo creéis? ©Biblioteca Nacional de Colombia


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PANIDA POETA

No ... .porque mañana le envío a su pueblo . • MARQUESA

No, porque desde hoy le tomo & mi serv icio ... ¿No es esa la moralidad de vuestra comedia? En la sen,la. del amor no debe uno detenerse por los muert9s .... POETA

Pues a vivir, Marquesa .... FIN

Allá en el cielo

{ (De

~

motivo de Francis Jammes)

q)ios mío . . : . I Cmintos jardines dl'hen abrirse en las estrellas . . . . !Jardines en silencio, con luna, con frinos, y con quejas: !Jfabrá huertos extrt'l/10S con pomas y con fres(ls? !}(abr!J fuentes, y montes, y como aCiÍ, habr!J selvas? q)ios mío . . . . I Vo he pensado que allá en el cielo, en {Osas estrellitas que brillan, lo mismo que en la tierra hay jardines con luna, monfes hermosos, selvas, hay fuentes que murmuran hay dolor y friste3as . . C. R. PINO

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Las Caneiones del Reeuerdo E1 A~aOL Cantar al árbol de Horidos ramos a euya sombra arremansada un día nuestra primera eita empurpur~mos eon sangre que el amor nos ofreeía.

I

Arrobado en las voees de sus frondas, .p asar bajo el invierno y el verano y de su savia en las vibrantes ondas nutrir mi eorazón, del suyo hermano. Ver tendido su troneo en el sendero del que habrá de tallar el earpintero el ataúd que reeeloso guarde tu earne perfumada que fue mía y que la muerte deshojado había en aras de mi amor, bajo la tarde.

LA

PR~TlbR

Cuando después de mi heredad partiste, nunea vo1'.1ieron a reír las rosaa, y en la paz de las huertas soledbsas aún alienta t4 recuerdo triste. fiasta la misma flauta alborozada del surtidor, enmudeeió de espanto, y sobre el haz de la eampiña amada, el peeho mío se desborda en llanto. EXprimo ansioso de mi vid los vinos para ahogar el dolor de tu partida, se desangran mis pies en los eaminos . .

y en vano, entre el elamor de los andenes, el ánima eonvulsa y abatida, ve llegar y llegar todos los trenes!

Oustnvo meJltl (Para (Panida»)

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DE GITF\t\lERIA , , , , y esquivo a la mirada aguda de un viejo de barbas tolstoyanas que golpeaba una plancha de cobre, me llegué a una gitana de ojos muy dulces que, sentada sobre el tronco de un viejo caoba, bajo el violeta del crepúséulo, parecía llorar recuerdos con sus ojos a'~e interrogaban inmóviles al horizonte, Tres gitanos pasaban charlando cerca a la tolda, Le hablé varias veces, pero sólo me respondió el s'lencio; entonces puse mi boca c ca a su oído y tomando sus manos en las mías, le dije dulce, se cretamente:

-Quiero, gitana de puprlas leves, marcharme lejos, De tu brazo asido, no he de temer los soles ni las nieves ni los inviernos de mi triste olvido, En la tribu de mozos siberianos que ha de llevarme, ocultaré mis quejas, e iremos juntos como dos hermanos por los caminos y ciudades viejas, lloraremos la tarde y tus calladas penas ocultas en las hondonadas a la hora propicia de llorar_ y después me darás como regazo la blandura morena de tu brazo en la sombra más dulce del aduar.

Libardo PARRA TORO Medellín, MCM"f,V VI V

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PANIDA

Desde mi Tinglado Juan Matías 1

G)Jo 3ieinpre

he creído que el hombre al filosofar só-

Jl~ trata de apaciguar su interior, justificando sus ac-

ciones y modos de ser. Teniendo presente esto, y considerando cuán atristador es de la vida el semblante de los hombres de alma atormentada .. . Para llevar consolación y tranquilidad a esos hombres que aman un anhelo, un nuevo yo que se fabrican, allá, en las lejanías, y se odian a si mismos, a su verdadero y necesario modo de ser, quiero publicar la noble filosofla de mi amigo Juan Matlas . Quiera Dios, que al leer esto, los ociosos, para quienes escribe Matia~, pongan buena cara, se enamoren de su noble oficio, y dejen .de considerar las prédicas de esos tontos que dicen que es feo, y pecaminoso y despreciable el noble arte del vagar. JI Dice así mi amigo Juan Matías:

Todos me miran d: mal modo como enojados por mi vagancia. Voy por las calles lentamente, despreocupado, deteniéndome a contemplar todo espectáculo, y a oír los decires y comentarios de las gentes. . Mis parientes y amigos dicen que soy un ser. despreciable, que por qué no me voy a una zapatería, a un almacén, a una Universidad, que es preciso hacel algo útil... Algo útil? Los zapateros y los modistos contribuyen con su trabajo a que hombres y mujeres aparezcan lmos a otros más apetecibles, y a que asi se junten y siga la danza ... Ellos son los guisadores de la humanidad futura ... ¿Y es por ventura bueno eso de que sigan naciendo hombres? Unas dicen que la vida es buena, otros que insoportable ...¿y para qué la vida? Cada uno tiene su bondad y su maldad, Sll altura y Sll bajeza, que a I~ada momento var{an. Nada es estable; ya no existe ideal inconmovible ... Nadie tiene derecho para engendrar. y el médico? Alivia a los hombres. ¿Y no sería meJo~ dejarlos morir? Todo está en opin~ones. ¡Nadie hable de la verdad! Lejos de nosotros toda mitología! De suerte que el oficio de nosotros los vagos, es tan importante, o tan sin importancia, como el de los médicos, remendones, costureros, mercaderes y locos ... ©Biblioteca Nacional de Colombia


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Sólo que los hombres, puesto .que es necesario vivir, moverse, se hacen un ideal, y se dicen hasta convencerse que ese ideal es una cosa digna, que en él está la felicidad. Lo mismo que si alguien se dijese: En la cima de aquella montaña hay algo muy bueno. ¡Vamos allá! Y entonces lo que fuera útil para subir a la montaña seria noble y digno ... Ast pues, el oficio de nosotros los vagos puede con el tiempo, cWl11do se cambie de ideal, llegar á ser el más noble. El ejemplo de cómo se cambia el valor de una profesión lo tenemos en el abogado. Antes, en aquellos tiempos en que se creta en el libre albedrío, y en el bien y en el mal, el ahogado era el hombre más apreciado. Hoy se dedican a legistas los inútiles, que no tienen otro medio de gana/se el pan. y es indudable que y.a comienza a crecer la estimación por nuestro oficio. Se ha descubierto que todo pensaaor es vago. En este, como no encuentra placer en gesticular y caminar aprisa y hablar mucho, como el mercader, toda la actividad se hace. interior... . Dentro de poco seremos los graJ!des hombres! Pero repito. En si tan sin ningún significado es el oficio del vaga, como el del médico, abogado, loco, zapatero, chauffer, modisto, remendón y 'soldado. El aprecio o desprecio que a estas distintas profeslOnes se concede, depende de la (l{sposición en que uno se encuentre al mirarlas. ~crnondo OONZA~(Z

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PANID:.: :A~==== =-=---==----====== 15=3

~oneto ~nagiíer que esperanaabo be amor ~ras ef nuestro besbén, a más porfia, ~on creí pabecer fa fefonía

anbo

g)ue fos vuestros besnÍos me están banbo. ~mpel~o ro que agora nos bemanbo ye fa nuesamerceb, señora mía, QJs sófo concebáis a mi agonía J1a esperan3a no más, que nOl) !htscanbo.

~, pues esto!) a vuestros pies be ijinoios Wan sól"o os pi~o fel)antéis fos ojos ~ es fa pafaora pronunciéis: espera;

g)ue a esa pafafira, fa mi fe perbiba llueno ariento e nuena niba ~ fingirá be amor nltel)a quhnera. ~ofirará

~anier

jJegrf

---

Q~

.,

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=15=4========================~== PA~IDA

DREAM /

Se desgrana un cristal fino sobre el sueño de una flor. Trina el poeta divino .... Bien tri/Jada, Ruiseí'íor! Bottom oye ese cristal Caer, y, bajo la brisa, Se siente sentimental. Titania toda es so nrisa.

e

Shakespe.a re va por la floresta, Heine hace un lied de la tarde ... . ¡-¡ugo acompasa la Fiesta "Chez Thérese» Verlaine arde En las llamas de las msas Alocado y sensitivo, V dice a las ninfas cosas Entre un querubín y un chivo. A ubrey Beardsley se desliza Como un silfo zahareí'ío. Con carb6n, nieve y ceniza Da carne y a lm a al ensuei'ío. Nerval suspira a la luna. Laforgue suspira de males de genio y fortuna. Va en silencio Mallarmé.

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La Cartera de Rndrés (Una página Inédita)

Lunes JO.-Tumba encantada, alma mía, sepulcro de rosas: ¿ no está muerta aquella imagen que adorámos? Si el Tiempo es asesino del amor y del dolor, ¿por ~é los días se deslizan sobre los días, los años sobre los años. y estos recuerdos tristes todavía se iluminan y tiemblan? Hoy, aniversario de aquel beso, no me es dado mirarla, ni gozar, como antes, del hechizo sutil de sus palabras. ¿ Habré muerto en su memoria, yo que de la suya me alimento y vivo? ¡Por Dios! N o puedo habituarme a la idea de que este amor sea un crimen. Eso no. La culpa es del destino, si él quiso que se uniera a otro hombre la que debió ser sólo mía. Mía como del árbol el follaje, como del ríe Jos cristales de las ondas ... No fue la llama de la sangre, que enloquece al Rey-Profeta contemplando en su baño a "la sula mita Bethsabée: Fue la angustia de dos almas que tarde se encuentran en la vida; el grito de, corazones oprimidos que se buscan rompiendo la distancia y el Tiempo .... ¿ Fuente sellada? Jardín ajeno? Sí, eso eres, espíritu divino de mujer. Pero no importa. Aquel beso que la soledad y la. tarde hicieron propicio, aquel beso santo, en que los labios apenas eran encendido vaso de las almas, ese no lo condena el cielo. ¡Y .qué dulce y qué intenso fue, cuando cayó en mi hombro tu cabeza, y busqué yo la llama de tu boca, y tu amor y mi amor vibraron con un ritmo infinito .... Así un instante' puede valer más que toda una existencia, y para describirlo el poeta no serían bastantes todos los pensamientos y todas las bellas palabras que atesoran los hombres .... TOMÁS

MARQUEZ.

(Del álbum de la Señorita Mercedes Tisnés)

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ELEGIA (De .Ven dimias»)

Acudirán a ti, Lagar fecundo, todos los intranquilos y acercarán los vasos egoístas al caudal abundante de tus vinos.

,

En los momentos del m~sterio eterno descubrirán sacrílegos la magestad de tus e!1trañas hondas y altera1:án la calma de tus vinos. Con manos de impacienci a y da deseo ignorantes del ritmo que regula tus fuerzas, Lagar padre, removerán los heces de tus vinos. Vendrán de sus mansiones de mentira como agua en torbellino, y caerán soore t í, boca de sabio, hurtándote el tesoro de tus vinos. Serán como los lobos por la noche entrando en el apTisco; hundirán el colmillo en tus entrañas y dejarán de fermentar tus vinos . .y ellos malograrán tus profecías y cortarán el paso a tus desigI1loS; y esconderán el Sol como una nube y harán mal UBO . de tus buenos vinos . E. MARQUINA

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Versos a Magda Ml1!Ileilil\lIIo-W,tlll 'l1!llt:l e.~twdlas dle· 1la>rde- j¡1!!I lecollo-u : ¿no> q¡u:i!egeis e.s1i1!lldilaJ1l!a So>blOtl> mi cO>l:ft2:QII¡1

J;l's llJIlil¡ d.OJU@u.1ie 1Ii(bl,"0! <l!e ~at:\it@l1es y pe11\as que> ti!e¡;¡.e la. fli'ilsfle-z;a. dle l!é!iS ll¡Qob¡es ~e"en<ts.

:eIl¡

él oirás el ecO! die J'l'll! ltesola,ciioIt que se· ~Q>u.vte'cte, a¡ ve~es en j¡ngeItu<t eaaoi!ón.

~'Jl".Q>B1\el\ll e.>l! I:i!bli'o tl,"j!::;,te t\!llil' mltl\ll(H~;¡1ia.SJ 111l1Le,: qas y Ué-lilIellil!Ql dle 'g;Q>Qe. etlle P' ~ yr dle <I\l!Iuee-:qasl

"\ro> llevo> WJ¡ IÚma. :;JO!Ja bólijQ1 lé!! l.tIIZ; :gQ¡etwma: t'.lN/QJ q¡ui,e!i'e§! se>l" lót ly¡;mbJie die e~hl: ~llla; taciit1!u:na

&.e muel"!} ~lor~do lti,11\ am,or y ~Il; n.adla.? Bifes bueIJ¡a., eres be,l la. ,,11\0 qu!!e"es sel¡' amada?

q¡1l;\)

• • • ~I:>ta¡

e>s, oh. dl1l!l.ce niña" l!a. l,)l1il.tnera le-edlÍÍ,n Q¡llIie hay eJlt el Ubl1Q¡ tcd~te> d.e aqllles1le lIloraz;ón.

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CAUPOLlCAN ES algo formidable que vio la vieja raza: Robusto tronco de árbol a cuestas de un campeón 5alvaje 'y aguerrido, cuya fornida maza Blatjdlera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón. Por casco sus cabellos, Su pecho por coraza, Pudiera el gran guerrero de Rrauco en la región , Lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, Desja rretar un toro o estrangular un león. Rnduvo, anduvo, ar.duvo ..... Le vio la luz del día, Le vio la noche pálida, le vio la tarde fria, Y. siempre el tronco de árbol a cuestas del titán. "IEI Toqui, el Toquil- clama la conmovida casta . Rnduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo: Basta. E irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

MllRGllRfTll ¿Recuerdas que querías ser una Margarita Gautier? Fijo en mi mente tu e~traño rostro está Cuando cenamos juntos, en la primera cita, Rquell¡ noche alegre que nunca volverá. Tus labios escarlata, de púrpura maldita, Sorbían el champaña del fino baccarati TuS dedos deshojaban la blanca margarit~: Sí .... nó ... ,, 51 ... nó ..... isabías que te adoraba yal Después loh flor de histeri a! llorabas y reíaSi tus besos y tus lágrimas tu ve en mi boca yo, Tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mlas.

y en una triste larde de loS más bellos días, La muerte, la celosa, por ver si me querlas, Como a una margarita de amor te deshojó.

Rubén DARlO

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PANIDA

"FAllIDA"

L

a casa del poeta es chiquita. Son las diez: Rubén está ya acostado cuando lI~gamos. Esperamos un momento! una puertecilla r~chin.a, y el poeta esta ya ante nosotros con su sonrisa suave y sus 0lOS sIempre entornados. Una lámpara arroja sus resplandores sobre unos libros nuevos, intensos: De profundis, de Wilde; Pages choisies, de Gobineau. En el fondo, por el ancho cierre de cristales, junto al cual trabaja el poeta, se divisa la noche. -El mar- dice Rubén-Ilega algunas veces, cuando hay tormenta, hasta Jamer los muros de esta casa. Las barcas de los pescadores saltan entonces entre olas inmensas, luchando por entrar, en tanto que aqui, en la orilla, las mujeres gritan y rezan angustiadas y luego añade: -Pero yo no puedo mirar eso . . . . Una vaga sensación de espanto corre por los nervIos del poeta al pensar en este espectáculo. Su sensibilidad vibra ante la muerte. Rubén ya no es el mismo artista de antE;s. Diríase que ?esde su penúltimo libro Prosas profanas hasta el último-Cantos de VIda y esperanza-se ha trasmontado en otro hombre. Antes Rubén era un poeta de elegancias, de 'ngenio y de mundanidad; los temas de Slr~cia y de, Yersalles cautivaban su pluma; la forma armoniosa, el movImIento reto neo, un gesto de lI'racia, un desdén elegante era lo que encontrábamos en sus versos. Pero los años han ido transcurriendo inexorables; los entusiasmos y las ilusiones de la juventud han desaparecido. El poeta se ha reconcentradd en sí mismo y ha pensado _ 11 la vanidad de las cosas. Ha visto que ~Ia Carne y la Primavera acaban»; ha sentido que es angustioso el pesar que experimentamos de lfio haber alcanzado nuestra dicha en algunos instantes de la vida en que estuvimos abocados a ella, pero que es más angustiosa todavía la amargura que el deseo satisfecho-que no volverá a ser deseo 'en las mismas circunstancias únicas y primarias-deja en nosotros; ha percibido, en fin, que todo camina hacia lo desconocido, que el destino es ciego, que la evolución no tiene más plan ni más finalidad que ella misma . . . . y todo esto ha sido en él- son sus palabras-como «un terremoto mental», y todo esto en un temperamento sensitivo, eminentemente lírico, es la duda, la tristeza y la noche: ¿Recordáis la inquietud que se apoderó de Nietzsche cuando descubrió la vuelta eterna?

y no saber a dónde vamos ni de dónde venimos • • •• dice Rubén lleno de amargura en los dos últimos versos de su libro postrero. Este libro se titula Cantos de vida y esperanza; es este título una ilusión con que ha querido engañarse el Roeta. Respetémosla. Su espíritu, sin querer marcha por la senda de Leopardi y de Shelley. El mar envía, fuera, entre las tinieblas, sus olas que rompen con estrépito sobre las rocas. El poeta calla y nos sonríe con su amable sonrisa. «El soplo cuya fuerza yo he invocado en mi canto, desciende sobre mí-decía el autor de Epipsychidion-; la barca de mi espíritu es arrastrada lejos de la costa, lejos de la multitud temborosa, cuyas velas no han sido nunca el juguete de la tempestad. ¡La sierra macisa y los cielos esféricos se hienden! lYo soy llevado Itjos en las tinieblas y el espanto!»

¡¡ZORIN

L

a nueva edidón de las obras de Rubim Darío.-La nueva edición de las obras de Rubén Darío, es indudablemente un éxito editorial y artístico; las obras del maestro quedan ahora colocadas en el

©Biblioteca Nacional de Colombia


PANIDA puesto que les corresponde.-La colección consta de los siguientes volúmenes; Muy siglo XVIII; Muy antiguo y muy moderno; Audaz, cosmopolita; Una sed de ilusiones infinita, y, Canto a la Argentina. Muy siglo XVIII y Canto a la Argentina, que son los únicos dos volúmenes que conocen¡os tienen un aspecto versallesco; la tela de sus pastas, el papel de su edición, las miniaturas de sus mayúsculas, todo en conjunto da la verdadera idea del alma del poeta. La tela de las pastas y la alel{oría de reversos merecen especial mención. Al mirar la tela se figura uno que la Marquesa Eulalia debió llevar un traje parecido en Ila fiesta aquella de «Era un aire suave»: la alegoría de reversos es exquisita; todo Versalles palpita allí bajo un cielo de orp: la fuente desgrana un chorro de pedrería, la pareja amorosa se desliza suavemente po ' una avenida de rosales, el pastor tañe su fláuta a la pastora que ríe de alegría con los ojos picarescOs mientras las ovejas están atentas al melancólico tañido; en fin, todo en fiesta galante. todo si2'lo XVIlI.- Un 3ñejo monje artífice no hubiera interpretado más fielm ente un viejo códi ~e. y así es la edición de la obra exquisita, armónica süave, y .Muy siglo dieciocho y muy antiguo; y muy moderno, audaz, cosmopolita, con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo; y una sed de ilusiones infinita.»

•••

R

evista.-Entre otros, hemos recibido las Revistas y periódicos literarios que anotamos a continuación: Cultura, de Bogotá; antes nos habíamos ocupado de ella; ~evista Moderna, de Bogotá, muy seria y dirigipa con acierte.; Alpha, de Medellín, COI. ,ida por nuestro público de tiempo atrás; Lauros, de Bogotá de simpática edición; La Pluma, de Aguadas, periódico de selecció .., que revela buen gusto litera rio: Alianza, de Bogotá y Alma Nueva, de Manizales, que dejan ver un empeño juvenil. Y otros más, de los cuales nos ocuparemos más tarde.

**•

7l los colegas que reproducen algo del contenido de . PANIDA », les H suplicamos el favor de mencionar la fue nte de donde' esas reproducciones ion tomadas.

©Biblioteca Nacional de Colombia

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