Russia Beyond the Headlines presenta
Letras de Rusia
autores clรกsicos y contemporรกneos
ESTIMADOS/AS LECTORES: Russia Beyond the Headlines (RBTH) y su versión española, Rusia Hoy, se complacen en presentarles el suplemento “Letras de Rusia”, tanto en versión impresa como electrónica. La Feria Internacional del Libro Liber y el stand ruso organizado por la Fundación Yeltsin constituyen una magnífica oportunidad para que los hispanohablantes conozcan de primera mano el renacimiento literario que está teniendo lugar en nuestro país. En el suplemento aparecen tanto autores contemporáneos como clásicos, que desde hace tiempo han conquistado a lectores de todo el mundo. Podrán encontrar tanto prosa como poesía, novelas sobre distopías y de amor, interesantes biografías y relatos innovadores. Gracias a la labor conjunta de traductores, editoriales tanto rusas como españolas y el esfuerzo de numerosas personas, disfrutamos de una auténtica época dorada de la literatura rusa en España. Se han actualizado clásicos, hay nuevos premios y lo que es profundamente gratificante, el público responde de manera entusiasta. Celebramos este excelente momento de nuestras letras en su país, pero al mismo tiempo, como editores, escritores y redactores, sabemos que hay mucho trabajo por hacer. Numerosas voces de la literatura rusa contemporánea, así como autores jóvenes todavía no han sido traducidos y es nuestro deseo contribuir a dar voz en España a estos visionarios y soñadores y sus formas de imaginar, describir y dar forma a la cambiante sociedad rusa. Russia Beyond the Headlines (RBTH) es una fuente de noticias, comentarios y opinión reconocida internacionalmente, con base en Moscú. Se nos ocurrió de forma natural que redactores y escritores de Rusia, España, América Latina y decenas de otros países desearan dar a conocer al público hispanohablante un pedazo del amplio y diverso universo literario ruso. Por último señalar, que en esta revista el lector no sólo se asomará a Rusia a través de sus autores sino también a través de imágenes producidas por la mirada de jóvenes fotógrafos inspirados por este país tan enigmático. Esperamos que disfruten con las lecturas tanto como nosotros.
Evgueni Ábov Director Russia Beyond The Headlines
ESTA PUBLICACIÓN ESPECIAL ESTÁ PRODUCIDA Y PUBLICADA POR RUSSIA BEYOND THE HEADLINES, PROYECTO INTERNACIONAL DE ROSSÍYSKAYA GAZETA (RUSIA) WWW.RBTH.RU, WWW.RUSIAHOY.COM, E-MAIL: ES@RBTH.RU, TEL: +7 495 775-31-14, FAX: +7 495 988-92-13 DIRECCIÓN DE LA SEDE: AVDA. PRAVDY, 24 ED. 4 - 125993 MOSCÚ (RUSIA) PÁVEL NEGOITSA DIRECTOR GENERAL, ROSSÍYSKAYA GAZETA, EVGUENI ÁBOV DIRECTOR RUSSIA BEYOND THE HEADLINES, PÁVEL GÓLUB EDITOR EJECUTIVO RUSSIA BEYOND THE HEADLINES, DARYA GONZÁLEZ EDITORA EJECUTIVA ESPAÑA Y LATINOAMÉRICA, ANDRÉI SHIMARSKY JEFE DEL ARTE, ANDRÉI ZÁITSEV JEFE DEL DEPARTAMENTO DE ILUSTRACIÓN, ANTÓN PANIN EDITOR GRÁFICO, YOLANDA DELGADO SUBEDITORA, DAVID FLORES EDITOR INVITADO, JULIA GÓLIKOVA DIRECTORA DE PUBLICIDAD, LESYA BELANENKO REPRESENTANTE EN ESPAÑA (MADRID), LBELANENKO@GMAIL.COM VERSIÓN DIGITAL DE LA PUBLICACIÓN ESTÁ DISPONIBLE EN WWW.RUSIAHOY.COM © COPYRIGHT 2012 - ZAO ´ROSSÍYSKAYA GAZETA´, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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La alargada sombra de los clásicos
Entrevista con Víctor Gallego, Ganador en el 2012 de los premios Read Russia y La literatura rusa en España
¿Qué significa recibir un premio por haber traducido Anna Karénina? Es un libro muy especial para mí. Siempre he querido traducir este libro, que es el que más me ha gustado de toda la literatura rusa. Me hace especialmente feliz. ¿Crees que una historia así podría suceder en la España del siglo XX? Hay una novela de Clarín, La Regenta, más o menos de la misma época, pero exactamente igual no podría ser. Quizá sea una sociedad un poco más machista. En aquella época sería muy complicado entender a un personaje que toma tal decisión sobre su vida, dejar a un niño por otro hombre. ¿Qué momento vive la literatura rusa en España? Creo que es el mejor momento de la literatura rusa. Hay traductores muy buenos que están traduciendo más que nunca, y hay muchas editoriales que están apostando por autores muy buenos.
Anna Karénina de Lev Tolstói. Traducción: Víctor Gallego. Alba Editorial.
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debates en torno a la traducción suelen acabar en tablas. Se persigue una supuesta perfección cuando es inalcanzable. Pero en eso mismo radica su encanto. Ante el reto de verter a otra lengua un texto literario, el traductor no dispone de un decálogo infalible: las excepciones siempre superan a las reglas. Una buena traducción depende de tantas variables que, cuando un lector que desconoce la lengua original del libro, vibra en resonancia con el texto traducido se obra un pequeño milagro. De repente se borra la distancia cultural que había entre autor y lector. Porque la traducción no se limita a las equivalencias semánticas. “Después de trabajar en un libro así no es fácil ilusionarse con otros proyectos”, declara Víctor Gallego, ganador de los premios Read Russia y La literatura rusa en España que otorga la Fundación Borís Yeltsin por Anna Karénina. “Supone una gran responsabilidad y esfuerzo verter algunos monumentos literarios a otra lengua, algunos de ellos escritos con un compromiso ético y personal que obligan a redoblar la pasión © Anton Panin Baltiysk. Región de Kaliningrado que uno pone a la hora de traducirlos”, Marta Rebón, traductora, ganadora de la primera edición de ‘Literatura rusa en España’ por ‘Vida y destino’. “Vivimos una edad de oro de las letras rusas en España. Se han hecho esfuerzos y están dando sus frutos”, Jorge Ferrer,
escritor y traductor. En la edición de 2012 del premio Literatuta Rusa en España que otorga la Fundación Borís Yeltsin, obtuvo una mención especial por su traducción de “El libro negro” de Ilyá Ehrenburg y Vasili Grossman. Pushkin dijo que los traductores son caballos que se cambian en las postas de la civilización. Nabokov, traductor al inglés del bardo ruso, se contentaba con que los lectores utilizaran su esfuerzo como cabalgadura. El traductor, pues, es la correa de transmisión del motor de las culturas, el posibilitador de la globalización cultural y el que mantiene la riqueza del ecosistema lingüístico local. El periodo dulce por el que atraviesa la literatura rusa en España actualmente, no habría sido posible sin la tarea previa que realizaron muchos traductores medio siglo antes: Augusto Vidal, Lydia Kúper, Arnaldo Azzati, Isabel Vicente o José Laín Entralgo -el ‘grupo de Moscú’, como es conocido-, entre otros. Y también por las editoriales que han apostado sin vacilaciones por la literatura rusa, como El taller de Mario Muchnik, Alba, Acantilado o Nevsky Prospekts. En 2012, una nueva editorial, Automática, se presente en sociedad con ‘In-
fancia’ de Maksim Gorki. “Hay autores magníficos inéditos en español, algunos ya traducidos a otras lenguas, otros a la espera de su oportunidad. Yuri Buida, Oleg Pavlov, Mariam Petrosyan, Marina Palei o Marina Ajmedova. Cada uno tiene su propia voz, se atreven con temas universales como el choque entre religiones, las guerras modernas, el paso a la edad adulta…”,explicaYulia Dobrovolskaya, agente literaria rusa. La sombra de los clásicos es alargada y su actualización es, sin duda, necesaria. Además no necesitan casi presentación, o muy poca, en comparación con la que requieren los autores vivos. Y es que las mil páginas de ‘Anna Karénina’ se siguen leyendo con igual interés en el siglo XXI. Ferran Mateo
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Antón Chéjov: uno de los nuestros Y de pronto, en el escenario literario apareció Antosha Chejonte, ese era uno de sus seudónimos. Comenzó publicando relatos humorísticos en la revista La Libélula para sostener a sus padres y cinco hermanos. Necesitaba producir mucho y rápido, y eso sin duda marcó su estilo. Desarrolló la economía del lenguaje, el poder de la sugerencia. Chéjov elevó el cuento a la categoría de arte. La literatura americana del XX le debe mucho al escritor de Tangarog. Con su carácter vitalista e inquieto narró la realidad, pero también trabajó por transformarla. Es de todos conocido que Antón Chéjov fue médico. “La medicina es mi esposa, la literatura mi amante”. Quizás porque pronto descubrió la tuberculosis que lo mataría, tuvo la urgencia de apretar el acelerador para llevar a cabo sus proyectos. Recaudó fondos para construir escuelas y hospitales, y además ejerció de médico en 25 pueblos sin ayuda. No cobraba las consultas a los pobres e incluso sufragaba el coste de los medicamentos. En una ocasión Chéjov escribió a Gorki:“Si cada hombre hiciera lo que puede sobre su pequeño palmo de tierra, ¡qué maravilloso sería este mundo!”. Frecuentó reuniones políticas a las que asistía como observador. Mantuvo una sana distancia con los intelectuales de salón. Las verdades absolutas de Dostoievski, Tolstói o Turguéniev, se le antojaron irrealizables. El compromiso político contra la injusticia en Chéjov iba por otros derroteros, estaba por encima de filosofías y partidos, y así lo reflejó también en su literatura. El ojo clínico del autor de La gaviota descubrió el misterio, la “insoportable levedad” del hombre en su cotidianeidad. Fue hacia el 2000, cuando Chéjov comienza a ser mejor conocido en España gracias a la progresiva traducción de su obra. El 2010 fue el año de Chéjov. La escena teatral celebró los 150 años de su nacimiento. El director Ángel Gutiérrez, fundador del Teatro Chéjov en los años 70, es la persona que más ha hecho por divulgar en España las obras del ruso. Hace poco presencié un encuentro entre Gutiérrez y el autor Ignacio Amestoy. El primero le preguntó: ¿Por qué vistes de negro?, a lo que Amestoy contestó: Llevo luto por la vida. Esta broma chevjoviana tan española sirva de homenaje para aquel que intuyendo su final, pidió una copa de champán para despedirse de la vida. Yolanda Delgado
Cuentos de Antón Chéjov Traducción: Víctor Gallego Editorial Alba 4-5
Raíces españolas en la literatura rusa
Influencia española sobre las letras rusas del XIX
© Ferran Mateo Mosfilm. El templo del cine ruso
Un genio que une naciones Si hay alguien a quien los rusos recitan y veneran como su bardo nacional, ese es sin duda Alexander Pushkin (1799-1837). Pushkin creó la literatura moderna rusa, sentando las bases de la poesía y del teatro. Su contacto con la cultura española fue a través de los libros. Durante su destierro en Chisinau, el autor de Eugenio Oneguin disfrutó de la surtida biblioteca Pietro Liprandi que era descendiente de catalanes. En sus estanterías encontró obras como El Quijote, aaquel momento, la influencia española no saldría jamás de su universo creativo. Entre los primeros traductores al castellano de la obra de Pushkin figuran Ivan Turguéniev y los españoles: J. Valera, E. Castelar, E. Pardo Bazán, entre otros. Marta Rebón La versión completa en rusiahoy.com/16843
La pasión ibérica de Turguéniev La enigmática mujer que robó el corazón de Iván Turguéniev, y al que volvió loco durante cuarenta años, se llamaba Paulina García Sitjes y era hija de una pareja de cantantes de ópera españoles. Estaba casada con Louis Viardot, uno de los grandes hispanistas franceses de la época. Se la consideró una de las grandes sopranos de su tiempo. Paulina Viardot, su nombre artístico, arrasó tanto en Madrid como en Sevilla y fue aclamada como símbolo de lo español durante décadas, aunque la polémica Paulina nunca vivió en España. La extraordinaria obra novelística de Turguéniev está marcada por sus atormentadas relaciones con esta mujer que comenzaron el día en que la conoció en San Petersburgo, un inolvidable 1de noviembre de 1843. Desde ese día, Turguéniev decidió dejar su residencia en Rusia para andar a caballo entre BadenBaden y París, y así, hasta el mismo día en que murió prácticamente en brazos de su amada. Este fortuito encuentro dió sentido a la vida del autor de Primer amor. El más europeísta de los escrito-
res rusos del Siglo de Oro aprendió castellano, convirtiéndose en ávido lector de las letras españolas, llegando incluso a traducir algunos clásicos de las letras españolas como Calderón o Cervantes. En realidad, Paulina, Louis Viardot e Iván Turguéniev vivieron un ménage a trois público. Viajaban y vivían juntos y se aceptaba tácitamente su condición adúltera. Cuentan que Louis Viardot, moribundo, al enterarse que Turguéniev dejaba su casa, también enfermo terminal, ordenó que lo bajaran a la puerta para darle la mano y despedirse como amigos y enemigos íntimos que fueron. Después de asistirles en sus últimos momentos, Paulina les sobrevivió casi 30 años. Tras la muerte de la soprano, encontraron en su mesa un manuscrito de su amante titulado: Turguéniev. Una vida para el arte. Parece ser que trataba de cómo los sentimientos, pensamientos, y vagabundeos de estos dos amantes se fundían en, y junto con el mundo del arte. La novela se perdió. Durante el siglo XX intentaron localizarla en diferentes países, no sólo en Europa, pero hasta la fecha, la búsqueda no ha tenido éxito. Carmen Marín
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Primer amor de Iván Turguéniev Traducción: James y Marian Womack Editorial Nevsky Prospects
Pushkin fue quien encendió el interés por los temas de raíz española que poco a poco se fueron abriendo camino entre los lectores rusos. Gógol escribió Memorias de un loco (1834) donde el protagonista cree ser el rey de España. Lérmontov dedicó una obra teatral, Los españoles (1839), a la Inquisición y la situación de los judíos conversos; y el intelectual Vasili Botkin, apodado “El andaluz de Maroséika”, firmó Cartas sobre España, publicadas entre 1847 y 1851. En ellas recoge sus impresiones viajeras por tierra española a la que define como un “refugio para la gente a quien le aburre Europa”.
Diario secreto 1836-1837 Alexander Pushkin Traducción: Olga Volkonskaya Editorial Funambulista
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© Svetlana Krávchenko Región de Altái
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La narrativa del Holocausto
El libro recoge testimonios individuales que reflejan la situación de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial en la Unión Soviética. Tanto Vasili Grossman como Ilyá Ehrenburg intentaron hasta el fi nal de sus vidas que el libro viera la luz. Se publicó íntegramente en Rusia en 1993. Presentamos un extracto de la entrevista realizada a Jorge Ferrer, traductor al español de El libro negro: A Ehrenburg las autoridades le dijeron: “Si el libro es bueno, entonces sale adelante”. En este sentido, fue lo contrario a “bueno”. En muchos casos, los alemanes no tuvieron que mancharse las manos ya que lituanos, letones, ucranianos, moldavos, en defi nitiva, que en toda esa Unión Soviética ocupada, los propios soviéticos eran quienes ejecutaban a los judíos y a otros muchos. El destino del libro también estuvo marcado por la masacre de Stalin contra los integrantes de la Comisión Judía Antifascista. Es horroroso que las personas que se dedicaban a recoger testimonios sobre el horror cayeran en manos de otro horror, en este caso el estalinista. La práctica totalidad de los miembros del Comité fueron fusilados en 1952, acusados de colaborar con EE UU.
LOS AÑOS OSCUROS DEL SIGLO Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2004)
Se formó en la Universidad de Rostov. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como oficial de artillería. Fue arrestado por “delitos de opinión” lo que le valió ocho años de confinamiento en varios centros del sistema penitenciario a un campo de trabajo en Kazajistán. Su nombre saltó a la fama en 1962 con la publicación de Un día en la vida de Iván Denísovich. Consiguió ser rehabilitado y sin embargo, a partir de 1967 tuvo de nuevo problemas con el poder. No pudo seguir publicando salvo en el extranjero, y se organizó una campaña de amenazas y desprestigio contra el autor. El resto ya es conocido: el Premio Nobel en 1970, la publicación en el extranjero de Archipiélago Gulag en 1973, su exilio a Alemania Occidental y, después, a EE UU. En 1989, empezaron a publicarse sus textos en la Unión Soviética. Regresó a su patria en 1994 donde murió.
Darya González y David Flores
El libro negro de Vasili Grossman e Ilyá Ehrenburg Traducción: Jorge Ferrer Editorial: Galaxia Gutenberg Lealtades enmarañadas. Vida y época de Iliá Ehrenburg de Joshua Rubenstein Traducción: Esther Gómez Parro Editorial: SIGLO XXI DE ESPAÑA Vida y destino de Vasili Grossman Traducción: Marta Rebón Editorial: Galaxia Gutenberg 6-7
La casa de Matriona Incidente en la estación de Kochetovka de Aleksandr Solzhenitsyn Traducción: Enrique Fernández Vernet Editorial: Tusquets
Sobrevivir en el GULAG
Cuando Varlam Shalámov declinó la invitación de Alexander Solzhenitsin para escribir juntos Archipiélago Gulag, se abrió una brecha entre ambos escritores que tenían emociones distintas sobre el sufrimiento y el arte en la sociedad. Varlam Shalámov vivió durante diecisiete años en campos de trabajos forzados. Las narraciones breves de Cuentos de Kolimá es una lectura obligatoria, un complemento a la obra de Solzhenitsin. El crítico y traductor Robert Chandler dice que los cuentos son un mosaico que ha sido destruido voluntariamente, como si la experiencia del gulag destruyera también el mundo de quien la vive. “La extraordinaria fragilidad de la naturaleza humana”, fue en palabras de Shalámov su lección más importante. George Butchard
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Cuentos de Kolimá de Varlam Shalámov Traducción: Ricardo San Vicente Editorial: Minúscula
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PASTERNAK, BULG ÁKOV Y Z A M I ATI N :
INDIGNADOS CONTRA EL SILENCIO © Ferran Mateo Restaurante Yar
Nosotros de Eugueni Ivánovich Zamiátin Traducción: Alfredo Hermosilla y Valeria Artemyeva Ediciones Cátedra
Salmo y otros cuentos deMijaíl Bulgákov Traducción Raquel Marqués García Editorial: Nevsky Prospects
A partir de 1930, la variedad de perversiones de las que fueron víctimas los escritores no tuvieron límite. Mayakovski y Marina Tsvietáyeva se suicidaron. Pilniak, Mandelshtam, Bábel o Koltsov mueren fusilados o en la cárcel. Mijaíl Bulgákov, Eugueni Zamiatin, Andréi Platónov, Anna Ajmátova, Boris Pasternak, Varlam Shalámov o Aleksandr Solzhenitsin pasaron largos años sin poder publicar y fueron objeto del acoso de la maquinaria estalinista. Aquel “terror rojo” se extendería hasta Jruschov que también mantuvo a la cultura vigilada . Bulgákov, Zamiatin y Pasternak, cada uno en sus circunstancias, fueron recluidos al silencio. Sí, podían escribir pero sus obras no llegaban a los lectores de su país. Entre 1929 y 1938, Mijaíl Bulgákov dirige varias cartas a Stalin del que se sabía admiraba el teatro del autor. En su correspondencia, Bulgákov se queja del trato que han recibido sus obras por parte de la crítica soviética, así como la frustración que siente ante la censura: “ Si algún escritor intentara demostrar que la libertad no le es necesaria, se asemejaría a un pez que asegurara públicamente que el agua no le es imprescindible”. Por el silencio al que se le ha confi nado, el escritor de La guardia blanca terminará suplicando a Stalin que le autorice a abandonar la URSS: “Le pido que considere que, para mí, el no poder escribir es lo mismo que ser enterrado vivo”. Es conocida la famosa llamada telefónica que Stalin hace a Bulgákov. Le dieron trabajo en el Teatro de Moscú pero ninguna de sus piezas sería representada. Tampoco se le permitió abandonar el país. En esta especie de arresto domiciliario, terminaría de escribir en 1940 semanas antes de su muerte, El maestro y Margarita, una de las novelas maestra del siglo XX. Por su parte, Eugueni Zamiatin , autor de la novela Nosotros fue apartado del partido bolchevique y de la vida pública acusado de “enemigo del pueblo”. Tam-
bién él envió una carta a Stalin, más contundente que las de su amigo Bulgákov. “Sé que aquí, debido a mi costumbre de escribir según mi conciencia y no por mandato alguno, se me considera un escritor de derechas; mientras que allí, por esa misma causa, tarde o temprano me tildarán probablemente de bolchevique. Pero incluso bajo esas condiciones, allí no me condenarán a guardar silencio, tendré la posibilidad de escribir y de publicar, aunque no sea en ruso”. Gracias a la intercesión de Gorki, se le concederá salir de la URSS en 1932 a donde no volverá. Murió en París cinco años más tarde. Boris Pasternak no fue al principio un estorbo para el sistema. Primero porque en su obra había prestado apoyo a la Revolución y por su carácter no era dado a enfrentarse con la autoridad. Incluso había gozado de cierta simpatía por parte de Stalin pues había reunido en una antología a una serie de poetas georgianos. Pero a partir de 1930, el autor de Segundo nacimiento, como preconiza este título, buscará su independencia creativa, huyendo de cualquier complicidad con la política, y lo más significativo, renunciaría a toda su obra escrita por él antes de esta fecha. En 1934 llamaría a Stalin para defender la inocencia del malogrado Mandelshtam. Albert Camus fue quien lo postuló en el comité de la Academia Sueca que le concedió el Nobel por su obra Doctor Zhivago en 1958 (publicada en Italia no en la URSS). A partir de esta fecha, el escritor fue víctima de un cerco brutal, sometido a toda serie de escarnios e infamias por parte de los ciudadanos, colegas intelectuales, KGB, medios de comunicación y por supuesto por los jefes del partido comunista gobernado por Jruschov. Boris Pasternak renunciaría con dolor al Nobel. Murió de melancolía en 1960. Bulgákov, Zamiatin y Pasternak entre otros, pese a quienes se empeñaron en enterrarlos, lograron sobrevivir. Sus obras son parte de la memoria del mundo. Yolanda Delgado
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Una mirada femenina al mundo
Desafían su tiempo y se atreven a alzar su pluma con osadía. Buscan la reflexión aguda, más allá de temáticas femeninas. Así ha sucedido hasta hoy entre las escritoras rusas. La literatura escrita para mujeres en el mercado editorial ruso es aplastante. Puede comprobarse tanto en las tiradas como en los jurados que componen los premios literarios. Ellas son más lectoras (como en España), con una fuerte preocupación social, donde existe una lucha silenciosa por conquistar ciertos derechos civiles. La feminización de Rusia está en pleno auge. Sus protagonistas están en la literatura rusa de todos los tiempos.
LO S TE R RO R E S D E AN NA STARO BI NE TS Ha irrumpido en el panorama editorial español con Una edad difícil, un libro de cuentos fantásticos y de terror que no ha pasado desapercibido. Los 8 relatos son“otra vuelta de tuerca”al desasosiego. Una nueva dimensión repugnante y maloliente se abre entre las fisuras de las aceras, o en el interior de un vagón de metro. Ese infierno particular, esa galería de monstruos personales que tememos encontrarnos algún día, ya están aquí, a dos palmos de nuestras narices. Su última novela fantástica, El vivo (2011) será publicada en breve por la editorial Nevsky Prospects. ¿Quién es Anna Starobinets? En mi país algunos críticos me han bautizado como “La reina del horror”. No estoy demasiado de acuerdo con estos títulos. Aunque es verdad que mis libros pueden contagiar miedo, mi principal objetivo, como muchos escritores, es utilizar esta herramienta para atrapar al lector.
¿Nos puede presentar “Una edad difícil”? Fue mi primer libro. Lo escribí en 2005. Se trata de una colección de historias fantásticas: algunas son horribles, otras están escritas en tono de humor y otras son tristes. En mis relatos hablo de soledad, de falta de amor y esperanza. También de la lacra de la incomunicación y la deshumanización de la sociedad de hoy en día. También se dedica al periodismo ¿No le parece que la actualidad es terrorífica? No, la realidad es como es, y en general no me asusta. Pero si ocurriera algo terrorífico, pienso que como periodista tendría que hacer algo para que las cosas mejorasen. Los periodistas escriben sobre el mundo exterior, mientras que los escritores se centran en lo interior. Las cosas que realmente son aterradoras están dentro de nosotros: la crueldad, la locura, la enfermedad... Aspectos que en general no se pueden controlar. Yolanda Delgado
Una edad difícil de Anna Starobinets Traducción: Raquel Marqués García Editorial: Nevsky Prospects
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AN NA AJ M ÁTOVA (1889-1 966)
E L ZO O TR ÁGICO DE Z INÓVIEVA -ANNIBAL
Poeta representante del exilio interior. A partir del fusilamiento de su ex marido en 1921, Nicolái Gumiliov, icono del movimiento acmeísta, padeció el ostracismo oficial que empeoró en 1923 cuando se le prohibió publicar, situación que se prolongaría hasta 1940. Como le sucedería a su gran amigo Pasternak o a Mandelshtam, su preocupación social se abriría paso en su literatura. En 1946 fue condenada nuevamente por el régimen, que también desterró a su hijo a los campos siberianos. Durante sus últimos años, Ajmátova recibió el reconocimiento internacional. Su gran poema Réquiem, apareció en el extranjero en 1963, no se publicó en Rusia hasta 1987.
En El coro mágico, la historia cultural de Rusia escrita por Solomón Vólkov, encontramos un asombroso episodio que ilustra cómo eran los salones culturales de Petersburgo durante la Edad de Plata. En él, la escritora Lidia Zinóvieva Anníbal (1866-1907) y su segundo marido, el importante filósofo y poeta simbolista Viacheslav Ivánov, aparecen en medio de un sacrificio de sangre. La autora de El zoo trágico, “vestida con una túnica roja y arremangada”, y su esposo cortan la muñeca de un músico, mezclan la sangre con vino en una copa y la ofrecen a los allí presentes, situados en círculo. El ritual, sigue diciendo Vólkov, acaba con besos fraternales. Es probable que el episodio al que alude el historiador tuviera lugar en 1905, cuando Zinóvieva e Ivánov volvieron a Petersburgo después de vivir varios años en el extranjero, huyendo así del escándalo y la censura, pues Zinóvieva había abandonado a su primer marido. Se establecieron en un apartamento cuyas famosas veladas de los miércoles se convirtieron en el centro neurálgico de la vida cultural petersburguesa. Allí se daban cita los poetas del momento para recitar sus obras más recientes, así como filósofos y músicos, que se enzar-
Prosa completa de Anna Ajmátova Traducción: Vladímir Aly Editorial: Nevsky Prospects
La versión completa en rusiahoy.com/16923
zaban en prolijas discusiones. Ivánov, a quien llamaban “El Magnífico” o “El Mago”, sabía crear, en aquellos famosos miércoles, una atmósfera poética de unión, deslumbrando a los presentes con su erudición y simpatía. Para Ivánov, que consagró su vida a investigar la figura de Dioniso¸ Lidia constituía precisamente la encarnación del dionisismo, cuyo culto instauró en la Torre, como llamaban al apartamento. Los simbolistas del país eslavo mantenían uniones atípicas entre sí, que priorizaban la creatividad artística a la procreación, y se mostraban tolerantes con las relaciones extramatrimoniales, tanto heterosexuales como homosexuales. La mujer, lejos de ser una figura decorativa, desempeñaba un papel imprescindible en estos cenáculos. La vida agitada y singular de Zinóvieva, su futura condición de mujer incomprendida, se prefigura, en cierto modo, en la infancia relatada en El zoo trágico, publicada en 1907. En estos nueve cuentos interrelacionados en que la infancia de Vera, la narradora, aparece representada mediante una especie de bestiario, asistimos a una evocación lírica -aunque no exenta de crueldad- de la vida aristocrática antes de la Revolución. Marta Rebón
El zoo trágico de Lidia Zinóvieva-Annibal Traducción: Vladímir Aly Editorial: Nevsky Prospects
MARINA TSVIETÁIEVA (1892-1941) Poeta precoz, mantuvo desde el comienzo una firme confianza en su talento y estilo, realista y poético. Nació en el seno de una familia intelectual. Su padre fue fundador del Museo Pushkin en Moscú, y su madre una brillante concertista de piano. Tsvietáieva hizo de su vida su material literario. Tras largos años de exilio en Francia junto a su marido, Sergéi Efrón, la pareja volvió a la URSS en 1939. Dos años después de la desaparición de su marido por la maquinaria estalinista, la escritora terminó con su vida.
Mi madre y la música de Marina Tsvietáieva Traducción: Selma Ancira Editorial: Acantilado Cartas del verano de 1926 Marina Tsvietáieva, Borís Pasternak Rainer Maria Rilke Traducción: Selma Ancira, Andan Kovacsis y Francisco Segovia Editorial: Minúscula Cien Poemas (antología) de Marina Tsvietáieva Traducción: José Luis Reina Palazón Editorial: Visor Libros
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© Viacheslav Vaziulia ¡A bañarnos!
Historias del Cáucaso © Anton Panin Baltiysk. Región de Kaliningrado
Generación debut Vídeo en rusiahoy.com/12627
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Este año algunos de los jóvenes autores de la ‘Generación Debut’ hicieron su presentación en España. Hablaron sobre literatura, su país y sobre las regiones en las que viven. El segundo círculo ha aglutinado a seis talentos de menos de 25 años que viven desperdigados por el vasto territorio ruso, desde los Urales hasta el Cáucaso. Liberados del peso soviético, el leitmotiv de su prosa no es otro que narrar la sociedad rusa que les toca vivir, con sus cambios, sus herencias, sus lacras y sus contradicciones. Alexéi Lukiánov vive en Solikamsk en la región de Perm, al pie de los Urales. “Es un lugar tranquilo, aburrido, pero muy agradable, todas las amistades son a través de internet.” Trabajó en una forja y es uno de los más veteranos del grupo, ahora está ultimando una novela dedicada al público infantil. Alta presión, el relato publicado en España, no es precisamente lo que se dice alegre. En él la pobreza habitual de
pronto se cruza con un atraco léxico en el que desaparecen del lenguaje todas las palabras malsonantes, tras lo cual la gente pierde la capacidad de relacionarse, especialmente en el trabajo. “Pienso en dejar de escribir. O quizás dejar de escribir para un público adulto. La implicación política de los textos está muerta. Eso es lo que hay”, afirma Lukiánov. Alisa Ganíeva escribe bajo el seudónimo masculino de Gula Jiráchev. Su temática versa sobre su país natal, Dagestán, con una sociedad que conserva un marcado carácter machista donde la mujer sigue relegada al silencio de la cocina. Ganíeva vive desde hace diez años en Moscú. Está considerada una influyente crítica literaria y escribe sobre el tema en Nezavisimaya Gazeta. “No sería exagerado decir que con Ganíeva la literatura rusa ha ganado un verdadero autor postcolonial, que todavía recuerda sus raíces pero ya tiene una educación capi-
talina”, escribe el prestigioso crítico Mijaíl Vizel. Ígor Savéliev no ha salido de su ciudad natal, Ufá. Trabaja en la revista Versia Bashkortostana donde dirige el departamento de asesoría jurídica. Su primer cuento, La ciudad blanca, habla de unos autoestopistas veinteañeros que viajan por un enorme país en camiones, durmiendo en habitaciones de paso donde se encuentran a personas como ellos que entran en un círculo enfermizo porque ya no pueden detenerse. Todos los personajes y las situaciones son ficticias, aunque el autor cuenta que él mismo ha viajado mucho de esta forma. “Después de esto no volví a sacar el tema del autostop, he escrito otros cuentos, relatos e incluso una novela sobre la vida de mi generación, de mis conocidos”. Semion Kvashá
Alisa Ganíeva escribe con el seudónimo masculino de Gulá Jiráchev cuando sitúa a sus personajes de ficción en el Cáucaso. Su visión contemporánea, teñida de desencanto e ironía, de su tierra natal no deja indiferente.
Pasaste tu infancia en Gunib, un pequeño pueblo de Daguestán, luego te mudaste a la capital, Majachkalá, y ahora vives en Moscú. ¿Cómo te han afectado los cambios? Supuso para mí un gran choque. En Majachkalá tuve que ir a una escuela donde no hablaban mi lengua, el ávaro, sino el ruso, que por aquel entonces yo desconocía. El cambio de Majachkalá a Moscú fue mucho más fácil. Al mismo tiempo, el sinfín de impresiones vívidas y la sensación de total libertad, hicieron de esa primera época en Moscú un tiempo sumamente hermoso. ¿Por qué escogiste el relato Salam, Dalgat para presentarte en la literatura? ¿Cuál ha sido su recepción? Es un relato corto pero muy denso. He introducido casi todo lo que es posible decir en pocas palabras de una parte de Rusia. En la literatura rusa, ya en tiempos de Tolstói o de Lérmontov, existía una prolífica tradición de describir el Cáucaso con un carácter poético que
decidí obviar. Probablemente ésa sea la razón de que el relato suscitara indignación entre mis paisanos.Yo muestro el Majachkalá contemporáneo, sin adornos, degradado. Por lo demás, no he cargado las tintas, he atenuado muchos aspectos. En la obra no hay escenas de violencia, al contrario, hay mucho humor. Las críticas más comunes que recibí de los lectores fue que era una blasfema y que traicionaba a mi patria. En otro de tus relatos, Demonios, explicas una realidad dura de Daguestán. Es un lugar único. Hay reglas de conducta rigurosas y rasgos de totalitarismo político que conviven con una insólita libertad de expresión, de indulgencia y de tolerancia nacional. En este lugar, durante cientos de años vivieron codo con codo más de cien nacionalidades y se derrumbó, literalmente, un modo de vida milenario, destruyendo prácticamente la conciencia nacional y la cultura local. En general, el Cáucaso tiende a un eclecticismo donde se mezclan la jovialidad con la crueldad. La religión es la llave que lo explica todo. Las leyes laicas se desacreditaron definitivamente, por eso la gente busca sostén en las leyes del Corán. En particular, las personas poco instruidas o muy jóvenes dejan a sus familias, abandonan sus proyectos y se
marchan a los bosques para matar a los «renegados de la fe», en primer lugar a los policías. Su objetivo es alcanzar un estado islámico independiente en el Cáucaso del Norte que viva según las leyes de la sharía. A mi modo de ver, semejante escenario sería mucho más funesto que la confusión total imperante hoy, caracterizado por la corrupción y la hostilidad mutua. Marta Rebón
El segundo círculo Traducción: AAVV Editorial: La otra orilla
© Anton Panin Baltiysk. Región de Kaliningrado
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RUSIA EN VERSIÓN ESPAÑOLA
E SPAÑO LE S E N E L I NFI E RNO B L ANCO
PARAÍSO IMAG INA DO
Españoles en el Gulag. Republicanos bajo el estalinismo, de Secundino Serrano, rescata del olvido las voces de los españoles cautivos en la Rusia soviética, a quienes las autoridades franquistas acabarían por convertir en iconos anticomunistas. Al país más extenso del mundo no sólo llegaron «niños de la guerra» o refugiados políticos, sino también marinos y aviadores a quienes sorprendió allí el desenlace de la guerra civil. Asimismo, en territorio soviético se encontraba un puñado de soldados de la División Azul, así como medio centenar de republicanos detenidos en Berlín por tropas rusas. Son vidas llenas de vicisitudes y sufrimientos, en especial durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, momento en que fallecieron varios de ellos. Otros fueron a parar a la «ratonera de hielo del Gulag», latitudes donde, en palabras de Shálamov, «los pájaros no cantan». Extracto de la entrevista realizada al autor. Para escribir este libro buceó en muchas vidas anónimas ¿cuál le llamó más la atención? Entre las biografías destacaría las de José Tuñón y Pedro Cepeda, que en enero de 1948 planearon salir de la Unión Soviética en un avión, ocultos en las maletas de dos diplomáticos argentinos. Tuñón incluso lo intentó, pero fue descubierto en pleno vuelo. Fueron detenidos y condenados a veinticinco años de trabajos forzados.
Desde este extremo de Europa, Rusia es un territorio que alimenta la imaginación de una generación de escritores que crecieron a la sombra de los clásicos rusos. “Empecé muy pronto a leer a Dostoievski, en una traducción de Cansinos Assens. Fue un escritor que leí con voracidad cuando era joven, al que luego he vuelto. Me fascinó, claro. Lo mismo que Tolstói y Chéjov, a los que leí más tarde. Son los tres escritores rusos que más he leído”, comenta Javier Cercas, cuya obra El vientre de la ballena fue traducida al ruso por A. Berkova. Será por sus personajes sorprendentes, será por la fuerza de sus acontecimientos históricos, la realidad confirma que Rusia funciona como un universo borgiano donde las matrioskas habitan un paraíso sugerente para los autores. En el caso de Francesc Serés, su libro Cuentos rusos es una antología ficticia de cinco cuentistas nacidos entre 1891 y 1967. Cada uno de los textos incluye una breve nota biográfica y literaria del autor. El volumen va precedido además, de un prólogo de la traductora y una explicación sobre el origen de la obra escritas por el catalán Serés. Nada es verdad, salvo la mentira de este increíble juego literario de un autor hechizado: “La fascinación por Rusia viene de lejos. Y con la fascinación, el temor, el miedo y todas las sensaciones imaginables. Mi conocimiento de Rusia está mediatizado por
¿Cuántos republicanos y divisionarios estuvieron en los campos soviéticos? En mi libro aparecen inventariados 185 republicanos. Es un listado restrictivo, es decir, solo figuran quienes acabaron en el Gulag por motivos políticos, los del artículo 58 del Código Penal soviético. Murieron 27. Si sumáramos a los que estuvieron entre alambradas por “delitos comunes”, generalmente relacionados con robos en épocas de hambruna, podríamos alcanzar los 300 internados. En cuanto a los divisionarios, hubo en torno a 450, de los que murieron 91. Podríamos excluir del recuento divisionario a 75 de esos 450 hombres, que o bien eran desertores o se pasaron en los campos al “grupo antifascista”, y que fueron liberados en 1949. Hay un episodio que califica «de alto calibre emocional y simbólico”: la unión entre republicanos y franquistas. ¿Cómo fue este acercamiento? A partir de 1942, cuando fueron llevados a Kazajistán, los republicanos coincidieron con algún que otro divisionario. Pero fue desde 1948 cuando las autoridades soviéticas, suponemos que con apoyo entusiasta —era la norma— de los comunistas españoles, decidieron anudar la suerte de divisionarios y republicanos, reuniéndolos en los mismos campos. Desde el punto de vista personal, los unió, además de la vida desgraciada en los campos, la nostalgia de la tierra y la familia, el paisanaje y la lengua.
© Anton Panin El campanario de Iván Veliky
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las lecturas y por los medios de comunicación. El hecho de poder ver un universo antagónico al estadounidense situaba un terreno de juego abonado para la ficción que hoy ha desaparecido. Describo la situación sin nostalgia, la historia siempre depara nuevos escenarios a la ficción, pero lo cierto es que las características de la Guerra Fría fueron muy particulares. La propaganda también puede ser un buen escenario para la ficción. Sí lo es para la mentira”. Rusia imaginada. Diez viajes por el paisaje ruso es el resultado de un experimento en el que diez autores españoles escriben cuentos sobre lugares de Rusia en los que nunca han estado. James Womack, editor de Nevsky Prospects afirma que era necesario“romper las ideas fijadas de la Rusia del siglo XIX y la actual, ya que hay demostrar que hay mucho más detrás del estigma”. La tarea no ha sido fácil: Pilar Adón, Víctor Andresco, Jon Bilbao, Óscar Esquivias, Espido Freire, Esther García Llovet, Daniel Sánchez Pardos, Marta Sanz, Berta Vías y Marian Womack han permitido la puesta en marcha de un proyecto original sobre un país, que Womack califica de “locos y profetas”. Existe un dicho ruso que dice: “Si pasas una semana en Rusia planearás una novela, si pasas un mes un relato, y si pasas un año entero en el país su compleja realidad te descubrirá la evidencia: jamás serás capaz de escribir nada que recoja su compleja esencia”.
Españoles en el Gulag de Secundino Serrano Editorial: Península
Cuentos rusos de Francesc Serés Editorial: Mondadori
Rusia Imaginada. Diez viajes por el paisaje ruso Varios autores Editorial: Nevsky Prospects
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La Edad de Oro de la literatura rusa en España A LA ESPERA DE UN Seguramente no existe en el mundo nin- se encuentran entre estos últimos. Más REVOLUCIONARIO gún amante de la literatura que no haya tenido entre las yemas de sus dedos las páginas de libros de Tolstói, Dostoievski, Gógol, Chéjov, Gorki, Pasternak o Solzhenitsin. Los grandes nombres de la literatura rusa del siglo XIX y XX ocupan habitualmente un lugar destacado en los estantes de las librerías españolas. Además, gracias a iniciativas como el Año Dual España-Rusia, el premio de la Fundación Borís Yeltsin o la aparición de nuevos sellos editoriales, en los últimos años se ha producido un aumento de la traducción, de la reedición actualizada de los clásicos y de la publicación de autores rusos menos conocidos. Un clásico de entre los clásicos destaca entre las novedades editoriales recientes: Anna Karénina, de Lev Tolstói, en la editorial Alba, una de las que dedica mayores esfuerzos a la edición de originales rusos, que sin renunciar a los grandes nombres, también cuenta con autores como Mark Aguéiev, Nikolái Leskov o Aleksandra Kollontái. También merecen ser mencionadas las publicaciones de la editorial Acantilado: La felicidad conyugal, de Tolstói o Mi madre y la música, de Tsvietáieva, entre otros. El sello editorial Akal continúa ampliando su serie de literatura eslava, que incluye Pushkin, Arséniev, Turguéniev y muchos más. Despertar el interés por Rusia es el objetivo del sello Nevsky Prospects, que nació hace tres años y que ha sacado al mercado las obras de Gaito Gazdánov, Anna Starobinets y Alexander Kudrín
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reciente es la aparición de la editorial Automática, para cuyo arranque ha escogido a Daniil Jarms y a Gorki. Uno de los escritores que ha cosechado mayores éxitos últimamente en su versión en español es Vasili Grossman y su gran novela Vida y destino. Ante el éxito despertado por esta crónica ficción sobre las entrañas de la Segunda Guerra Mundial, Galaxia Gutemberg se apresuró a comprar los derechos de toda su obra y la ha ido publicando poco a poco. El último título en el mercado, El libro negro. También han despertado la curiosidad de los lectores las obras de no ficción, como la sorprendente Inteligencia digestiva (La esfera de los libros) de la endocrinóloga rusa afincada en Madrid Irina Matveikova; e interesan, asimismo, las obras políticas, de actualidad o biográficas, como las que escribió en su día Anna Politkóvskaya o, más recientemente, la también periodista Masha Gessen (Debate). Relatos de Kolimá, de Varlam Shalámov, editada por Minúscula en seis volúmenes, ha cosechado elogios por su gran laboriosidad. No menos sugerentes son las traducciones de Ósip Mandelstam (Acantilado), Andrei Platónov (Edicions de 1984, en catalán), Serguei Dovlátov (LaBreu y RBA), Vladímir Voinóvich (Libros del Asteroide) y un largo etcétera al que habría que añadir a los jóvenes autores que han sido distinguidos con el premio Debut y cuyos relatos se han recopilado en el volumen “El segundo círculo” (La otra orilla).
Estamos a punto de poder leer a Zajar Prilepin en castellano. La editorial Sajalín lanza en breve Patologías, traducido por Marta Rebón. Esta novela escrita en el año 2005 es el testimonio de unos jóvenes en la guerra de Chechenia, y trata sobre la intensa camaradería que se establece entre ellos en un mundo lleno de brutalidad. El propio escritor combatió en la república caucásica en 1996 y 1999 como comandante de las fuerzas especiales de la policía. Nos encontramos, así pues, con una novela realista. El autor de Patologías vive cerca de la ciudad de Nizhni Nóvgorod, a unos 250 kilómetros de Moscú. Se define como un revolucionario-patriota. Es miembro del ilegalizado partido Nacional Bolchevique. Participa en el debate público y en las protestas ciudadanas que comenzaron en diciembre de 2011, donde ha sido detenido en alguna ocasión. También se dedica al periodismo, y fue compañero de Anna Politkóvskaya, la periodista asesinada que escribía sobre los abusos cometidos en Chechenia.
Maite Monroi
David Flores