CUADERNOS PARA LA EQUIDAD Guía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género.
Paula C. Navarro
uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género
“Guía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género” Autora: Paula C. Navarro Elaborado por: Equitá Consultora Dirección-supervisión: Sandra Bustamante Esta obra se publica bajo licencia Creative Commons de tipo Reconocimiento No Comercial Sin Obra Derivada. Se permite su copia y distribución por cualquier medio siempre que mantenga el reconocimiento de sus autores, no haga uso comercial de las obras y no realice ninguna modificación de ellas. La licencia completa puede ser consultada en http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/
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ÍNDICE PRESENTACIÓN ............................................................................................................................... 2
Conceptos iniciales ....................................................................................................................... 3 La estrategia, una clave ............................................................................................................... 3 Cuidado con los subjetivemas ................................................................................................... 4 El cambio está en el discurso ..................................................................................................... 5 Usos sexistas del lenguaje: pautas para evitarlos ............................................................... 5 Bibliografía ....................................................................................................................................... 8
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género
PRESENTACIÓN “Un mundo que acepte la diferencia” Nancy Fraser
El manual de estilo “Cómo comunicarse en clave de género” tiene como objetivo contribuir a una mayor igualdad y equidad en las relaciones de género a partir del lenguaje. El género, como el lenguaje, constituye una construcción cultural y no un factor natural o biológico. El lenguaje, como el género, parte de su condición biológica/natural, pero necesita de una sociedad para desarrollarse. Por ello se concibe como una capacidad innata del ser humano pero adquirida en un ambiente cultural. Del mismo modo, el género es un concepto social que, teniendo como base la idea de la diferenciación biológica de los sexos, define las diferencias y desigualdades de roles establecidos a través de la cultura, la economía, la historia y la religión, entre otros factores. Esta base de construcción cultural del género y del lenguaje permitirá articular esta guía de estilo debido que es a través del lenguaje, entre otros aspectos, que se construye el concepto social de género. Esta perspectiva evitará que caigamos en la trampa del género como algo natural fundado en las diferencias entre el macho y la hembra y, como consecuencia, dejaremos de atribuir a la naturaleza lo que es producto de la cultura. Es decir que podremos desnaturalizar la percepción que se tiene del ser varón o mujer y comprender el carácter de construcción social del género que entraña relaciones de poder y que suele “naturalizarse”. Además, seremos más conscientes de nuestro rol en la construcción del género y de sus atributos y de la importancia que reviste el lenguaje en este proceso.
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género El análisis y la reflexión sobre el lenguaje se constituirán en una estrategia orientada a remover condicionamientos de género naturalizados y, por lo tanto, en motor de cambio para promover una comunicación que no sea ambigua, discriminatoria ni excluyente sino que sea equitativa. Es importante recordar que el lenguaje no sólo representa mundos sino que los crea. Por ello, proponemos recuperar su carácter performativo, enriquecer la lengua en términos de política lingüística que debe acompañar a las políticas sociales de cambio en pos de la igualdad. La presente guía de estilo se concibe como un documento técnico que promueve la comunicación escrita y oral desde un uso no excluyente del lenguaje a partir de pautas generales originadas en el reconocimiento de la diferencia.
Conceptos iniciales Los hablantes construyen discursivamente una versión de sí mismos en las acciones de lenguaje que participan. Por ello, producir textos orales o escritos es como “montar una puesta en escena.” El rol o posición social que una persona ocupa y la imagen que quiere dar de sí misma al comunicarse se construyen en la interacción humana a través del lenguaje verbal y no verbal, como gestos y comportamientos. En esta guía nos concentraremos en el lenguaje verbal, es decir, en el discurso escrito y oral. A través del uso que hacemos de las palabras construimos nuestros roles y los roles de los demás (nuestros interlocutores) en la comunicación, entre ellos los roles de género. De este modo, los roles o posiciones sociales que ocupamos las personas son interactivos, es decir que se construyen en la interacción y dependen de la aceptación o rechazo por parte de nuestros interlocutores. Por eso el lenguaje, instrumento esencial en la formación de la identidad social de los individuos, se convierte en una estrategia de comunicación en igualdad.
La estrategia, una clave “El término estrategia procede del arte de conducir las operaciones de un ejército sobre un terreno de acción, hasta designar una parte de la ciencia militar. Pero la
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género noción terminó por adquirir un sentido más general y designar cualquier acción llevada en forma coordinada para alcanzar cierto fin. Se hablará entonces de estrategia electoral, estrategia comercial, estrategia política” (Charaudeau, 2004: 244). Las estrategias comunicativas forman parte de la producción y de la recepción de los textos y constituyen las elecciones que hacen los hablantes para alcanzar su objetivo. En el marco de esta guía de estilo, el objetivo es contar con y recurrir a ciertas estrategias discursivas que eviten un uso sexista del lenguaje y que, por lo tanto, contribuyan a una mayor igualdad de géneros.
Cuidado con los subjetivemas La lengua, que es una construcción cultural, contribuye a transmitir y modificar la realidad que las personas conocen. En los textos escritos y orales, la lengua no sólo es un vehículo de comunicación que transmite ideas o sentimientos, sino que también contribuye a transmitir la ideología y las relaciones de poder de una sociedad. Los subjetivemas son las marcas de subjetividad que los hablantes dejan en sus discursos a través de las cuales evidencian lo que piensan acerca de sí mismos, de sus interlocutores y del tema sobre el cual escriben o hablan. En esas marcas de subjetividad se cristalizan las relaciones de poder que existen entre los interlocutores y en torno a sus roles.
Algunos subjetivemas: La elección de la persona gramatical (nosotros/nosotras, ellos/ellas). Algunos sustantivos: no es lo mismo decir “Conocí la casa de Juan” que decir que “Conocí la casucha de Juan”. Algunos sufijos y diminutivos aplicados a las personas denotan
descalificación:
empleaducha/empleaducho;
empleadito/empleadita;
clientela, hombrecito/mujercita. Algunos verbos en 1º persona: yo opino, creo, imagino que, aseguro que. Adjetivos calificativos: lamentable, triste, deseable. Adverbios: indudablemente, ciertamente, felizmente, quizá, francamente. Las figuras retóricas como ironías, metáforas, comparaciones que evidencian la forma de pensar del autor. Los
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género gestos, las expresiones del rostro, la mirada son subjetivemas de la comunicación oral. Orden de las palabras en la oración: por ejemplo anteponer el adjetivo al sustantivo porque modifica el orden normal de las palabras en la oración en español. Todos los discursos están marcados subjetivamente, pero en formas y grados variables. La estrategia comunicativa a incorporar es cuidar ciertas palabras o expresiones que reproducen una visión sexista de las personas y de sus roles.
El cambio está en el discurso Históricamente, se ha nombrado al mundo desde una mirada masculina. La óptica androcéntrica que asimila el concepto “varón” al concepto “universal”, todavía está presente
en
espacios
públicos
y
privados
de
nuestra
sociedad.
Como
consecuencia se produce una ocultación, subordinación, desvalorización y discriminación de las mujeres. El androcentrismo es la causa de la mayoría de construcciones sexistas, así como de las resistencias que existen a incorporar soluciones incluyentes. El lenguaje que se utiliza de manera habitual es uno de los ejemplos más evidentes de ello: es frecuente que se considere el masculino como genérico en detrimento del femenino a pesar de numerosos estudios que apuntan a la necesidad de que se evolucione hacia un uso no sexista del lenguaje. Por ello es necesario revisar nuestra forma de comunicación e incorporar un uso de lenguaje no sexista, un lenguaje igualitario en todos los procesos de comunicación.
Usos sexistas del lenguaje: pautas para evitarlos 1. Duales aparentes: son términos que cambian de significado según se apliquen a un sexo o a otro. Suele ocurrir principalmente en palabras que designan cargos o profesiones que las formas femeninas posean un significado inferior o negativo con respecto a la forma masculina, lo que dificulta su empleo de un modo igualitario. Por ejemplo: secretaria ‘mujer que se dedica a tareas subalternas’; en cambio secretario ‘hombre que desempeña un alto cargo’. Se propone entonces
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género considerar a la secretaria y
al secretario como “alto cargo” y utilizar
administrativo/administrativa para designar “puestos subalternos”. 2. Abuso del masculino genérico: el valor del masculino como incluyente de ambos sexos se utiliza como norma y oculta a las mujeres. Por ejemplo, se aplica en documentos que deben ser completados por el destinatario de esos textos, como si únicamente fueran varones: Firma del interesado. En su lugar se deben mencionar ambos sexos usando barras o paréntesis: Firma del/la interesado/a. Otro ejemplo: “Los funcionarios están reunidos en la sala principal”. ¿Son todos hombres, hay alguna mujer? Para evitar este uso gramatical, propio del español, la lengua nos provee de múltiples recursos, como la duplicación (“Las funcionarias y los funcionarios están reunidos en la sala principal”). Lo explica claramente Marta Lamas, directora del Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM, “el poder del lenguaje es impresionante, hay sociedades que han logrado establecer una especie de neutro, en vez de masculino y femenino, y creo que ellos han podido hacer una serie de cambios en lo simbólico muy importante. En castellano es muy difícil, tenemos que decir antropólogo o antropóloga, cuando digamos antropologue”. Otro recurso es la perífrasis, construcción lingüística que permite expresar una idea dando un rodeo: “El funcionariado está reunido en la sala principal”. Otros ejemplos de perífrasis: en vez de decir los candidatos se puede decir las personas candidatas. En lugar de referirse a los argentinos, decir la población argentina; los políticos, la clase política, etc. La pauta es que en la mención de puestos y cargos se debe utilizar el género femenino no pudiendo utilizarse la forma genérica para denominar a las mujeres. Por ejemplo: Arquitecta María Suárez y no Arquitecto María Suárez. El Jefe y la Jefa. Es el mismo caso que Presidenta en vez de Presidente. 3. Orden de presentación: en los desdoblamientos se suele anteponer el masculino al femenino sin ninguna justificación gramatical. Aunque siempre es preferible evitar los desdoblamientos porque afectan a la economía del lenguaje (excepto cuando no haya otro modo de hacer visibles a las mujeres), si estos se producen deben introducirse de forma alternada para evitar consolidar una
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género jerarquía
sexual,
es
mujeres/hombres.
decir
Por
que
ejemplo:
se si
deben
un
alternar
texto
se
hombres/mujeres
refiere
a
las
y
personas
consumidoras, en ocasiones se puede desdoblar usando los consumidores y las consumidoras y en otras las consumidoras y los consumidores. 4. Asimetría en el trato mujeres/hombres: algunos tratamientos de cortesía convierten a las mujeres en dependientes o promueven formas de dirigirse a ellas que las infantilizan. Por ejemplo mediante diminutivos que no suelen aplicarse a los varones: con la palabra “señorita” se define el estado civil de las mujeres, no de los varones. 5. Aposiciones redundantes: consiste en destacar la condición sexuada de las mujeres
por
encima
de
otras
cualidades
pertinentes.
Por
ejemplo:
La
manifestación terminó con la lectura de un manifiesto de las mujeres periodistas (la expresión las periodistas marca el género por sí sola, sin necesidad de añadir el término mujeres).
En síntesis: Se recomienda no esconder al género femenino, no abusar del masculino genérico y apelar al sustantivo colectivo; recurrir a la perífrasis para que la mujer ocupe un lugar
explícito
en
el
discurso;
invertir
el
orden
de
forma
alternada
masculino/femenino y femenino/masculino en los desdoblamientos y cuidar especialmente aquellas palabras que se constituyen en marcas de subjetividad y valoración de los roles de género.
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uía de Estilo. Cómo comunicarse en clave de género Bibliografía ALONSO CUERVO, Isabel y otras: Guía para identificar la pertinencia de género. Instituto Andaluz de la Mujer. BRONCKART, J-P. (1997) Actividad verbal, textos y discursos, Fundación Infancia y Aprendizaje, Madrid, 2004. CHARAUDEAU, P. y MAINGUENEAU, D. (2004): Diccionario de análisis del discurso, Buenos Aires, Amorrortu. FRASER, Nancy: La justicia social en la era de la política de identidad: redistribución, reconocimiento y participación. Revista de Trabajo. Año Nº 4, Nº 6. Agosto-diciembre de 2008. GARCÍA NEGRONI, María Marta (coord.) et al., (2004): El arte de escribir bien en español. Manual de corrección de estilo. 2ª. edición, Buenos Aires, Santiago Arcos editor. MENÉNDEZ MENÉNDEZ, María Isabel: Lenguaje administrativo no sexista. Instituto Andaluz de la Mujer. MONFORT, Flor: La mala fama. Entrevista a Marta Lamas. Las 12, diario Página/12, 17 de diciembre de 2010.
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