Revista de Educación Especial Bullying. Entender el bullying, trabajar conductas en la aulas y cómo superarlo.
La violencia en el deporte. “Si me gritas, no juego”. ¿Se ha asentado la violencia en el deporte escolar? Logremos que los niños disfruten con su práctica y aprendan valores positivos.
Educando desde la danza. Hoy en día existen muchas actividades que niños y adultos podemos realizar en nuestro tiempo libre y una de ellas es la Danza en cualquiera de sus expresiones (ballet, danza moderna, española).
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Sumario
Editorial
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Por desagradable que parezca un tema, lo cierto es que debe tratarse como un mal que, por desgracia, cada día es más frecuente encontrar en las aulas: el acoso y la violencia generalizada en muchos ámbitos escolares, incluyendo en el deporte. ¿Qué nos está pasando? Criamos niños que se burlan, menosprecian, insultan, gritan, y no respetan ni a compañeros ni a personas adultas, incluyendo a profesores y, a veces, incluso a los padres.
Pág. 3. Fomentando la igualdad de oportunidades #EsAlcázar. Pág. 5. El Bullying de otros. Pág. 6. El Bullying en los centros escolares. Pág. 7. Cómo superar el Bullying. Pág. 8-9. Violencia en el deporte. Pág. 10-11. Los padres son lo peor. Pág. 12. Formación Profesional, una buena opción. Pág. 13. La Formación Profesional y su cercanía al mercado laboral. Pág. 14. Formación o Experiencia. Pág. 15. Educando desde la Danza (Escuela de Danza Alma M. García). Pág. 16. Deberes, ¿Si o No?. Pág. 17. Nunca es demasiado tarde para aprender idiomas. Pág. 18-19. Diario de una directora.
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Nuestros hijos son el reflejo de lo que ven en su entorno, principalmente en nosotros. Somos sus espejos, sus referentes. Conductas violentas, que provocan situaciones de acoso escolar, no aparecen en un niño de un día para otro. Si no nos damos cuenta de esas conductas en sus etapas iniciales, o no les damos la importancia que merecen, convertimos a los niños en tiranos, maleducados y generadores de conflictos. Y no se trata de usar la violencia para contrarrestar los atisbos de la misma en sus etapas iniciales (por desgracia, eso ya lo vivimos años atrás), sino de dedicar a los niños el tiempo de calidad necesario para enseñarles a gestionar emociones, a racionalizar sentimientos, y a fomentar el respeto por sus semejantes, presentándoles situaciones en las que empaticen con los demás. En esta edición hemos querido tratar especialmente estos temas. Queremos con ello invitar a la reflexión de padres, tutores, profesores, entrenadores… Sabemos que algo estamos haciendo mal, pero ¿podemos hacer algo para cambiarlo? En nuestras manos está. Para finalizar esta editorial, agradecer a todos los colaboradores su dedicación y el interés mostrado por nuestra Revista, que es también suya.
¡Feliz vuelta al cole!
Yolanda Gallego.
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FOMENTANDO LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES #EsAlcázar Alcázar cuenta con un banco de libros municipal del que se han beneficiado ya 100 familias La igualdad educativa es algo que sólo puede conseguirse con el apoyo e impulso de las administraciones en todas las etapas formativas, a través de becas de estudios, de material escolar o para el comedor, becas de alojamiento para universitarios o facilitando la adquisición de libros de texto en préstamo, abaratando así el elevado coste que tiene para las familias alcazareñas el inicio de curso. Esta es la finalidad del banco de libros, una gran novedad que nunca antes se había llevado a la práctica y que que ha sido muy bien recibido por vecinos y vecinas. Alcázar de San Juan vuelve a ser ciudad pionera en educación. La creación del banco de libros surgió con la idea que en el curso 2017-2018 todo el mundo tuviera libros en septiembre, facilitando la adquisición gratuita a través del préstamo. La forma en que funciona el banco es el intercambio; es decir, “tú llevas cuatro libros de cualquier curso y etapa educativa –desde primaria a bachillerato- y a cambio recibes en préstamo otros cuatro libros que necesites para el nuevo curso. Libros que, a su vez, podrás volver a intercambiar cuando finalice el período escolar”. Con este sistema, en poco tiempo tendremos una importante reserva bibliográfica que permitirá que todo el mundo tenga acceso gratuito a los libros y abaratar así el coste que supone para las familias la compra de los mismos todos los años. La respuesta no ha podido ser más positiva, aún no ha finalizado el período de préstamo y ya se han beneficiado 100 familias. Para beneficiarse del banco de libros, las familias tienen que acudir a la Concejalía de Educación, entre las 9.00 y 14.00 horas. Quienes aún no hayan podido hacerlo, a primeros de septiembre se reanuda el servicio y, antes que finalice el mes, se distribuirá el stock entre aquellas familias que, por diferentes motivos (porque son nuevos en la ciudad, porque empiezan etapa, etc.) no hayan podido intercambiar ningún libro.
Recordar que tienen acceso al banco aquellas familias que no han tenido opción a las becas de la Junta de Comunidades o a otro tipo de ayudas similares. Que el banco ofrece libros de las etapas de primaria, E.S.O. y bachillerato; ya que para la etapa infantil el Ayuntamiento ofrece becas de ayuda en material escolar que pueden llegar a cubrir el 50%, 75% ó 100% del coste total. El banco de libros ha superado las expectativas que se esperaban en el primer año de este servicio, por lo que se continuará con la experiencia en los siguientes cursos escolares.
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El BULLYING DE OTROS Bullying. Nos ocurre a veces…oímos repetidamente una palabra y nos acostumbramos a ella, hasta el punto de hacer perder su valor. En este caso, con la excusa de ser un término de moda, en muchas ocasiones le restamos importancia. Podemos argumentar que es algo que siempre ha pasado, incluso recordando episodios personales de acoso en tu clase del colegio. Lo reconocemos, pero parece que restamos gravedad al asunto, incluso pueden existir voces que “normalizan” estos actos. Vayamos a la base del problema. Desde hace años mantenemos una sociedad que expande y reproduce vorazmente actitudes perfeccionistas, la promoción de la competencia bruta, el individualismo, el ansia de poder o el rechazo a lo diferente.
De forma directa, la educación de nuestros hijos e hijas se está viendo afectada por estas actitudes. Y la punta de este iceberg es el acoso escolar o bullying. El bullying se entiende como los actos de prepotencia de un niño o niña hacia otro, que puede manifestarse en forma de golpes, burlas, intimidaciones o amenazas. En esta “película” existen dos actores principales: el acosador y la víctima, pero también unos secundarios; los espectadores: el resto de compañeros, padres y maestros. Para poder abordarlo es preciso comprender sus orígenes y de esta forma erradicarlo desde la raíz. Todos los actores tienen en común una característica: la inseguridad. La inseguridad del que agrede para hacer crecer su orgullo a costa de ejercer el poder sobre otro, la inseguridad del agredido al no poder expresar temor por miedo a ser juzgado y la inseguridad de los espectadores a destapar un problema que requiere una dedicada resolución. Esta inseguridad nace de niños y niñas con miedo a equivocarse, con temor a ser diferentes, con fuertes dificultades de ponerse en el lugar del otro, de cooperar y de hacer esfuerzos por los demás. Creamos niños y niñas con poca capacidad de expresar emociones, dedicamos menos tiempo a mantener conversaciones con ellos, a escucharlos y a ayudarles a comprender cómo se sienten cuando insultan o cuando les pegan. Nos sentamos poco con ellos para aconsejarles cómo actuar de forma positiva cuando presencian una agresión a otro compañero.
Transmitir valores como la empatía, la tolerancia, la inclusión o la cooperación es la base para abordar un tema tan grave como el bullying. Existe la idea de que esta labor tiene que recaer mayoritariamente en la escuela…error. La labor principal está en las casas, en las familias. Es decir, ser ejemplo de trato respetuoso, de igualdad, de no violencia.
Los niños son fiel reflejo de su ambiente, y si en casa perciben que se excluye a familiares o amigos por ser “diferentes”, se les castiga mediante gritos, se destacan los fallos más que los aciertos o se ignoran injusticias…tenderán a repetir esas conductas pasivo-agresivas. Estos son casos reales, esta es la base de un problema que tiene sus raíces en nuestra sociedad. No es cuestión de maestros o de niños agresivos. Es cuestión de todos. Todos somos actores dentro de esta película llamada el “Bullying de otros”, aunque no tengamos el papel protagonista. Marta Gómez Laguna. Psicóloga General Sanitaria.
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EL BULLYING EN LOS CENTROS ESCOLARES
La palabra “bullying” está hoy en día, y por desgracia, muy de moda y suena mucho en la prensa, tanto escrita como hablada, y más aún en las aulas. No debemos olvidar que el bullying no viene de ahora, sino que ha existido durante toda la vida. Antiguamente, tanto en casa como en el colegio no se preocupaban del acoso escolar, aunque existiera; simplemente si había bajo rendimiento académico por parte de los alumnos, se les decía que eran vagos o que no servían para estudiar.
respeto entre todos. Una parte muy importante que me gusta trabajar es la empatía por medio de juegos, dinámicas y visionado de vídeos y canciones que les puedan llegar a los alumnos y puedan ver la vida de otra manera, y sobre todo, que sepan ponerse en el lugar del otro.
Hoy día, se escuchan numerosos casos de acoso escolar, en los cuales los niños acosados, que son las víctimas, no encuentran apoyo por ningún sitio, sintiéndose desamparados y teniendo miedo a hablar del tema con cualquier persona, por las posibles repercusiones que pueda conllevar; por ejemplo, rechazo por parte de sus iguales, miedo a quedarse sin amigos, o miedo, en muchos casos, a la soledad. Los niños que sufren acoso escolar o bullying son niños que empiezan a bajar el rendimiento académico, incluso cambian el comportamiento y, sin embargo, muchos profesionales de la educación no ponen medios para que se resuelva el conflicto y haya un buen clima de aula. Un niño o adolescente que está padeciendo acoso suele sufrir en silencio, sin poder dormir, pensando por qué le ocurren estas cosas a él o ella, y como consecuencia no quieren ir al día siguiente al colegio o al instituto, sobre todo por miedo a sufrir el acoso psíquico con insultos y faltas de respeto, físico con golpes, o incluso ambos. El bullying es un hecho que marca sus vidas para siempre, tanto es así, que se han dado numerosos casos de auto-maltrato físico, que en algunas ocasiones han llegado al suicidio. Por ello, las principales personas que tienen que poner medios son los docentes, tanto maestros como profesores, que son los que pasan gran parte de su tiempo con los alumnos. Para mí, como maestra, es muy importante trabajar este tema en el aula cuanto antes para que estos sentimientos de acoso mermen y haya
Además considero muy relevante trabajar la inteligencia emocional de los alumnos, una inteligencia que está en auge en las aulas para que ellos mismos puedan gestionar sus emociones, aprendan a canalizarlas y a no explotar sus sentimientos negativos, y sí a potenciar los positivos. A partir de estar premisas reduciremos el conocido “bullying” y formaremos a personas más capaces para afrontar cualquier adversidad, teniendo en cuenta que es un proceso largo y que hay que trabajarlo en esta profesión, tanto en las aulas con los alumnos, como asesorando a los padres dándoles pautas de actuación. Los niños aprenden e interiorizan lo que ven, por tanto, esto es cosa de todos. Pongámonos manos a la obra desde ya.
Aránzazu Ligero Guerra. Maestra de inglés. Maestra de Educación Infantil y Primaria.
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CÓMO SUPERAR EL BULLYING Bullying: “una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno hacía otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente puedan salir por sus propios medios” (Dan Olweus, 1983). Burlas, empujones, amenazas, insultos, poner motes, ignorar, ningunear, excluir del grupo, difundir rumores… Conocer algún caso de bullying o acoso escolar es común, pero ¿abordamos este problema de forma eficaz? Debemos estar alerta ante posibles víctimas, tanto en el colegio como en casa. Existen casos sutiles o más alarmantes, pero con un denominador común: el sufrimiento psicológico. El bullying es violencia. Afecta a la víctima de manera directa influyendo en el desarrollo de su personalidad, dañando la seguridad en sí mismo, su autoestima e introduciendo en su mente malestar, preocupación, angustia y culpabilidad. Una víctima de bullying puede presentar una variada sintomatología. Estas son algunas de las señales más significativas:
La intervención psicológica individual con un menor víctima de bullying se basa en: evaluar, detectar y reducir los síntomas mediante: 1. La creación de un espacio de escucha, confianza y desahogo para el menor. 2. El cambio de su percepción en su entorno escolar y familiar que le llevará a aumentar su autoestima. De esta forma se le ayuda a cambiar las ideas negativas que tiene sobre sí mismo y sobre los demás. 3. Educación emocional: Reconocer, identificar y expresar sus propias emociones.
- Somatizaciones: presenta dolor de cabeza, de estómago… antes de ir al colegio o durante la jornada escolar. - Cambios bruscos de costumbres: pide que le acompañen al colegio, no le apetece ir a las actividades extraescolares o a eventos con sus compañeros. - Bajo rendimiento académico.
4. Enseñar técnicas de relajación: Para manejar los síntomas de ansiedad. 5. Instruir habilidades de comunicación: Expresar lo que le preocupa, lo que siente o saber pedir ayuda a sus padres, amigos o profesores. 6. Entrenamiento en habilidades sociales. Puede haber adoptado un estilo pasivo a la hora de relacionarse, por tanto se le enseña a expresar su opinión y a respetar la de los otras personas, en definitiva, ser asertivo.
- Cambio de estado de ánimo: repentina agresividad en casa o con otros niños y niñas, irritable, callado, angustiado, busca la soledad, pérdida de confianza…
7. Entrenamiento en resolución de problemas: Aprender a resolver conflictos de la forma más favorable posible.
- Alteraciones del sueño y/o alimentación: pérdida de apetito, vómitos, pesadillas…
Por supuesto, la terapia incluye a los padres. Lo primero, aportar una escucha activa que favorezca el desahogo. Suelen ser padres superados por la situación y que viven con la misma intensidad el sufrimiento de sus hijos e hijas, así como miedos e inseguridades.
- Presenta Daños físicos repetitivos: arañazos, moratones… - Falta de comunicación: rehúsa hablar de lo que está ocurriendo en casa, esquivo, evitativo acerca de su vida escolar y personal. Insiste que todo va bien...se aísla. En ocasiones, se limita la intervención únicamente al agresor o la víctima, lo que agrava el problema. Este hecho estigmatiza, aún más, a los protagonistas y libera al resto de implicados, los “espectadores” (resto de compañeros). Los maestros son figuras clave para superar este problema, y su formación en técnicas de intervención es muy recomendable si queremos “remar todos en la misma dirección”. Ante la sospecha de un caso de bullying, lo adecuado es comunicarlo al centro educativo y recurrir a un psicólogo o psicóloga cualificado.
Trabajar la importancia que tiene el ofrecer un modelo parental de igualdad y respeto Es esencial dedicar atención y tiempo: conversar a menudo, interesarse por sus inquietudes, expresar afecto…así desarrollarán habilidades emocionales y sociales básicas para la vida, y percibirán que en su casa viven en un entorno seguro y de confianza. Sin olvidar enseñar a los padres en técnicas eficaces de modificación de conducta para que puedan generar en sus hijos conductas positivas y eliminar las negativas. Evitar el trato diferencial entre hermanos, el etiquetado o establecer límites claros son otras de las recomendaciones. El bullying es un problema muy extendido y sus consecuencias graves. Se pueden aportar unas líneas generales como las expuestas anteriormente, pero sin olvidar que el éxito de la intervención está basado en entender cada caso de forma particular, comprendiendo la realidad que vive cada niño o niña y su familia. Marta Gómez Laguna. Psicóloga General Sanitaria.
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VIOLENCIA EN EL DEPORTE Actualmente es muy habitual observar como cada vez más jóvenes dedican una gran parte de su ocio a la práctica del deporte. Afortunadamente, con el paso del tiempo, se han ido ampliando las actividades a desarrollar teniendo a su disposición un amplio número de disciplinas que hacen mucho más viable la integración de la práctica deportiva en la infancia. La importancia de asociar cualquier tipo de actividad en la infancia es vital por las innumerables aportaciones beneficiosas que reporta a la persona que la práctica. No es simplemente el hecho de realizar la actividad física en sí, también es un complemento de incalculable valor en el camino educacional con la adquisición de valores como el respeto, sacrificio y superación. Por desgracia en muchas ocasiones vemos con más frecuencia las situaciones donde encontramos muestras de violencia acompañando a la actividad principal, sin ir más lejos, tenemos en la retina la trifulca acaecida no hace mucho entre los padres de los jóvenes participantes durante el transcurso de un partido de fútbol. Este tipo de acciones deberían hacernos reflexionar sobre cuál es el fin del desarrollo del deporte y qué consecuencias pueden derivar de este tipo de comportamientos inadecuados.
se cita en Cuadernos de Psicología del Deporte. vol. 12 nº2). Dejando a un lado los actos violentos dentro del ámbito deportivo profesional en personas adultas y dueñas de su comportamiento derivado de su raciocinio, quiero centrarme en este tipo de actuaciones en edades tempranas donde, sin duda, opino que no somos conscientes del perjuicio que, por desgracia, puede conllevar para los jóvenes, tanto participantes como espectadores, los cuales son testigos de este tipo de explosiones de violencia. Para cualquier joven que desarrolla una actividad deportiva, los entrenos que realiza a lo largo de la semana, deben gozar de una implicación adecuada por el alto grado de importancia para el rendimiento, pero sin duda, el momento más importante para ellos llega con la celebración del encuentro en la competición. Las madres y los padres jugamos un papel vital en el desempeño de esta actividad, aparte del soporte logístico, con el sacrificio que en ocasiones ello conlleva, y sin duda, tenemos una responsabilidad educacional en el desarrollo de la actividad. En mi larga experiencia como árbitro de baloncesto, y me refiero únicamente a actuaciones en deporte escolar, he tenido la oportunidad de vivir en primera persona actitudes de desprecio e incomprensión tanto hacia la figura del árbitro como a de los rivales. Cuando empecé mi actividad deportiva sólo podía canalizar este tipo de situaciones hacia mi persona, planteándome en varias ocasiones el cese de la misma. Con el paso del tiempo y la madurez personal, tomo conciencia de que no es simplemente dañino y perjudicial para la persona que lo recibe, sino que también es extensible a todo el entorno que participa.
Según el diccionario de las Ciencias del Deporte “el juego limpio implica el respeto y reconocimiento por las reglas del juego, unas relaciones correctas con el adversario, una actitud digna ante la victoria y derrota, igualdad de oportunidades para todos los participantes durante la práctica de la actividad deportiva, el rechazo de la victoria a cualquier precio y el compromiso de uno mismo de dar lo máximo”. En el año 1990 se redactó en España la Ley 10/1990 de 15 octubre del deporte que dedica su título IX a la Prevención de la Violencia en los Espectáculos Deportivos. A partir de esta ley han surgido la Comisión Nacional contra la violencia en los espectáculos deportivos y el Reglamento para la Prevención de la Violencia en los mismos, que sufre una modificación como consecuencia de los cambios sociales, y más recientemente la Ley 19/2007 introduce los conceptos de racismo, xenofobia e intolerancia, añadiéndolos al ya existente de la violencia asociada al deporte y reuniéndolos a todos en un único cuerpo legislativo, ya se trate de violencia de los espectadores o en el terreno de juego (según
¿Por qué las muestras de ánimo y emociones en torno a la figura de nuestros jóvenes tienen que derivar en ocasiones en desprecios, menosprecios e insultos hacia el resto de participantes incluyendo la figura del árbitro? ¿Nos paramos a pensar si este tipo de comportamiento ayuda a nuestros jóvenes a desarrollarse adecuadamente? ¿Creemos de verdad que el aporte educacional es el adecuado? Uno de los síntomas de la madurez es tomar conciencia de la responsabilidad de las personas que tenemos a nuestro cargo. En muchas ocasiones el aprendizaje de nuestros jóvenes puede venir por imitación, el concepto se observa en las interacciones cotidianas, y
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a menudo ninguna de las dos partes involucradas son conscientes de ello. Es por esto que un comportamiento inadecuado por nuestra parte, sin duda tendrá eco en la educación de nuestros jóvenes. Con estas reflexiones no pretendo anular la acción de estar en desacuerdo con el lance o decisión, simplemente abogo por hacerlo de una manera constructiva, educada y sosegada dentro del contexto adecuado. Por supuesto que para nuestros jóvenes es importante nuestro ánimo y apoyo durante sus actividades en los buenos y malos momentos, en sus triunfos y derrotas pero tan importante es disfrutar de los éxitos como aprender de los contratiempos. Esto forma parte de un todo que les enseñará a desarrollarse adecuadamente y les nutrirá de mensajes constructivos en su camino formativo. De igual modo considero inadmisible que dentro de la actividad arbitral existan comportamientos autoritarios y narcisistas. El árbitro en estas categorías debe ser un participante más, intentando siempre desarrollar su cometido de una manera didáctica, con compresión, difundir las reglas e intentar que los participantes puedan entender y aprender el por qué de las decisiones adoptadas. Para esto también son una pieza clave los responsables, monitores o entrenadores de los jóvenes. Ellos desde su labor, son fundamentales en la educación deportiva y una de las figuras referentes dentro de la actividad. Por otro lado, las instituciones están tomando conciencia del
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problema que suscita las situaciones que aparecen fuera del espíritu deportivo y a niveles territoriales se están promoviendo campañas de concienciación al respecto. En la disciplina de baloncesto, existen ya normas específicas en algunas federaciones, amparadas por los gobiernos autonómicos que velan por erradicar este tipo de comportamientos inadecuados. Me consta que desde la Federación Española de Baloncesto se está empezando a trabajar en un proyecto que pueda unificar y ayudar a paliar este tipo de comportamientos a nivel estatal. En definitiva, sirvan estas líneas para concienciar de la importancia de que nuestros jóvenes practiquen DEPORTE dentro de un ámbito que les permita apreciar los valores que acompañan a esta palabra, demos el ejemplo para permitidles alcanzar el fin de toda actividad deportiva en estas edades que no debe ser otra que el disfrute y la diversión.
ANIMEMOS, APOYEMOS, AYUDEMOS!!! Emilio Pérez Pizarro. Arbitro ACB. Arbitro internacional.
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LOS PADRES SON LO PEOR “Los padres son lo peor” ( y que conste que en esta ocasión se utiliza el término en el sentido más amplio de la palabra, es decir se incluye a los padres y a las madres). Ésta es una de las frases que quizás más se hayan utilizado y, por desgracia, se sigan escuchando, en muchas de las conversaciones que se mantienen entre personas que son (o ejercen como -aunque de éstos, por fortuna, cada vez quedan menos) técnicos deportivos de los diferentes equipos, y de distintos deportes, de los que forman parte todos los jóvenes deportistas. Como entrenador que soy desde hace ya muchos años, doy fe de ello. Yo mismo he participado en bastantes de estas conversaciones, y no voy a negar que en alguna ocasión incluso yo mismo la haya suscrito, aunque también es verdad que la perspectiva que te va dando la madurez, ya no sólo profesional, sino también, y sobre todo, personal, me haya reconducido hacia unas posturas muy alejadas de esa opinión. Y tampoco voy a negar que, en mi afán de intentar que otros entrenadores también se recondujeran hacia posturas menos “beligerantes” y más conciliadoras hacia los progenitores de los chavales y chavalas que dirigimos, me resultaron muy perjudiciales las imágenes que, no hace muchos meses, se repitieron en todos los noticiarios, incluso durante varias semanas casi consecutivas, en las que podíamos asistir a actitudes deplorables de padres y madres de equipos rivales enzarzándose a puñetazos en las gradas de algunas canchas de juego, con sus hijos mirándoles desde abajo. Cruel inversión de roles: el “espectáculo” estaba arriba y no donde debería realmente estar. Por otra parte, no tengo la suerte de ser padre, por lo que no puedo hablar, en este caso, con la misma propiedad que en la posición anterior, pero sí me consta también, por testimonios de quienes sí lo son, que en conversaciones de padres también se suelen usar, en bastantes ocasiones, calificativos muy duros hacia quienes intentan dirigir, de la mejor manera posible, los equipos en los que practican deporte sus hijos. Y, si se utilizan en esas ocasiones, ¿quién me puede asegurar que no se hace también delante de sus propios hijos, los dirigidos por esos entrenadores centro de muchas de sus críticas?. Estas dos situaciones, a bote pronto, me hacen preguntarme por el cómo es posible que dos de las partes más importantes en la vida deportiva de nuestros jóvenes, a saber: sus más enfervorizados y queridos seguidores (los padres) y sus maestros (los entrenadores), sean “enemigos”, cuando se supone que ambos desean lo mejor para dichos jóvenes. En mi modesta opinión este “desencuentro” se produce simple y llanamente a causa de que ambas partes, en la mayoría de las ocasiones, tienen marcados como objetivos de la práctica deportiva de “sus chicos”, unos fines muy equivocados: los padres esperan a ver si sus hijos pueden ser los próximos “mireiasbelmontes”, “javieresfernandez”, “rafasnadales”, “pausgasoles” o “carolinasmarines” (y no he nombrado a ningún futbolero de manera deliberada); por otra parte, los entrenadores creen que las excelencias de su trabajo vienen marcadas por los resultados a corto plazo, los estrictamente deportivos. Craso error en ambos casos. Deberían ambas partes entender que la práctica deportiva en esas edades debe limitarse única y exclusivamente a ser una herramienta muy útil para llevar adelante una educación (en su acepción más amplia) lo más beneficiosa posible para “sus chicos”. Lo otro vendrá por añadidura, si es
que tiene que llegar, pero depende, a mi entender, primordialmente de otros factores que son más bien innatos y no demasiado “entrenables”, a saber, el talento, el espíritu de sacrificio, el afán de superación, la competitividad… y un largo etcétera. La labor que deberíamos afrontar por el bien de esos jóvenes sería que ambas partes trabajemos para que lo que anteriormente denominé “desencuentro” no genere conflicto a los jóvenes deportistas y éstos se muevan en un clima de máximo respeto y deportividad (también en su sentido más amplio), y para ello animo a todos a una mayor comunicación (= reuniones periódicas). Éstas deberían ser dotadas de contenido pero esto merecería otro artículo. Aquí solamente decir que, con ellas, dejaríamos de vernos como “males necesarios” los unos o “simples taxistas”, los otros (con todos mis respetos para ese gremio).
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Para finalizar, cuatro reflexiones al hilo de lo anteriormente comentado: En una ocasión planteé a 120 chavales deportistas de 11 y 12 años la posibilidad de que, de manera anónima, plasmaran en un papel lo que pensaban de los comportamientos de sus padres en la grada, para luego reflexionar con ellos sobre lo manifestado. Me sorprendieron varias cosas: la sinceridad demostrada, la falta de prejuicios a la hora de hablar de sus padres… pero, sobre todo, la contundencia que mostraron a la hora de condenar muchas de las actitudes de sus progenitores. Y ante mi pregunta de que por qué no se lo trasladaban a ellos manifestaron TENER MIEDO. Triste, y digno de reflexión. ¡Ah!, también advertir que ellos mismos se “saltaron el protocolo” establecido y en ningún momento se mostraron partidarios del anonimato. Cuando he mencionado “dos de las partes más importantes en la vida deportiva de nuestros jóvenes” si alguien se pregunta por las otras, digo que la tercera, y no última, porque también estarían los árbitros, los rivales…, serían los propios compañeros, pero en éstas otras partes, de momento no voy a entrar; no tanto porque no sean importantes sino porque alargarían en demasía esto que pretende ser sólo una pequeña reflexión. Merecerían otro(s) artículo(s). La tercera iría dirigida exclusivamente a mis colegas, los entrenadores. Con demasiada facilidad hacemos referencia a “nuestros chicos” cuando hablamos de los componentes de los equipos que dirigimos. No olvidemos que no son nuestros, y sí son de sus padres. Por ahí les deberíamos empezar a respetar. Y en el sentido deportivo del término tampoco lo serían; como mucho serían de nuestro club, escuela… que es quien nos pone ahí. Pero nunca “nuestros”. Y, por último, una reflexión dirigida especialmente a nuestros políticos: en estos últimos años se está legislando mucho sobre los contenidos que deben tener los cursos de técnicos deportivos y me produce gran tristeza ver cómo se priorizan temas muy “científicos” (¿influencia de los Licenciados en Educación Física?) cuando la mayor parte de los deportistas (destinatarios de las enseñanzas que impartan dichos técnicos deportivos) no son de alto nivel, sino del Deporte Base o Escolar, y en dichos contenidos no se desarrollan temas que ayuden a los futuros entrenadores a manejarse en temas como los tratados en este modesto artículo.
Kiko Leal. Entrenador superior de baloncesto.
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FORMACIÓN PROFESIONAL, UNA BUENA OPCIÓN Se empieza a hablar en España de formación profesional a partir de 1955 con la llamada Ley Industrial. En 1970, la Ley General de Educación plantea una formación profesional actualizada, especializada y adaptada a las necesidades de las empresas. En ese momento, la formación profesional era para jóvenes que, en muchos casos, no habían obtenido el Graduado Escolar, por lo que durante algún tiempo tuvo fama de ser la salida para aquellos que no tenían capacidad o voluntad para realizar el bachillerato. En 1990, la LOGSE intenta dignificar la formación profesional, ampliando la formación obligatoria (ESO) como condición para cursar la formación profesional. Esta ley y las posteriores desde 2002 hasta 2011, han conseguido poco a poco actualizar la formación profesional, incorporando módulos que recogen las nuevas necesidades de las empresas y obligando a realizar prácticas en las mismas. La FP puede que no sea la opción más valorada en nuestro país pero cuenta con una serie de beneficios, como el dominio de nuevas tecnologías o la adquisición de experiencia laboral, que la convierten en una salida muy atractiva.
empresas. Antes de terminar el ciclo, todos los alumnos realizan unos meses de formación en centros de trabajo relacionados con sus estudios. Todavía quedan algunas asignaturas pendientes, como la mejora en el aprendizaje de idiomas, la modernización en tecnologías de muchos centros y profesionales o la aplicación de nuevos métodos de enseñanza más prácticos y efectivos. Por otra parte, los estudiantes de formación profesional tienen una gran ventaja con respecto al resto de los jóvenes que desean incorporarse al mercado laboral, y es que ellos ya lo conocen, han estado en él y tienen una experiencia de la que el resto carece.
Algunas de las ventajas de estudiar formación profesional son:
Hay que hacer notar también que en España tenemos una proporción de universitarios demasiado elevada para nuestras necesidades, mientras escasean los buenos profesionales en muchas ramas profesionales.
- Ofrece un gran abanico de titulaciones en todos los sectores laborales, lo que permite ingresar directamente en los estudios deseados, orientados a salidas concretas.
A la hora de decidir qué estudiar muchos adolescentes buscan una salida más rápida o especializada que el Bachillerato o la Universidad, y deciden probar suerte con la Formación Profesional. Otros consideran el Bachillerato y la Universidad como el camino más adecuado.
- Está enfocada a contenidos muy específicos para dotar al alumnado de un dominio claro de aquellas habilidades y competencias que va a necesitar para desenvolverse en su sector.
Lo cierto es que el interrogante se mantiene desde hace tiempo: ¿Qué es más útil? ¿Qué tipo de estudio ofrece mejores salidas laborales? ¿Universidad o Formación Profesional?
- Tiene una gran proyección internacional. La Formación Profesional está muy valorada en el resto de Europa. El 50% de la población activa son titulados en FP y las ofertas laborales son mucho mayores que aquí. Además, los profesionales españoles son muy buscados fuera de nuestras fronteras por su elevada cualificación. - Ofrece una formación continua. La FP, en tanto que está formada por tres grados distintos (básico, medio y superior) permite ir avanzando y manteniendo una formación continua y complementaria. - Consigue una buena inserción laboral. Según ha publicado la empresa de Recursos Humanos Adecco recientemente, el 21% de las ofertas de empleo cualificado requieren títulos de Formación Profesional. Esto significa que la FP es la formación no universitaria más demandada en España. - Incorpora en el programa docente prácticas en
La diferencia básica entre estos dos tipos de formación es que los grados universitarios están enfocados desde un punto de vista más teórico, mientras que los ciclos formativos aportan conocimientos más prácticos. Otra de las diferencias primordiales de estas dos opciones es su duración: Los estudios universitarios necesitan de un mínimo de cuatro años, mientras que los ciclos formativos concluyen en un periodo de tiempo menor; dos o incluso un año estudiando bastarán para salir al mercado laboral. Teniendo todo esto en cuenta, para poder decantarse por un tipo de formación u otra, hay que pensar en qué es lo que se está buscando y qué es lo que más le gusta a cada uno. Una cosa sí está clara, en cualquier opción, el trabajo y la constancia serán siempre una buena herramienta para seguir avanzando. Carmen Guijarro Pérez. Profesora de Educación Secundaria. Licenciada en Arquitectura.
Conoce todos los estudios de Formación Profesional en Castilla La Mancha en: www.educa.jccm.es/es/fpclm/estudios-formacion-profesional
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LA FORMACIÓN PROFESIONAL Y SU CERCANÍA AL MERCADO LABORAL Durante muchos años ha existido la creencia de que solo estudiaban Formación Profesional aquellos alumnos que peores notas sacaban o aquellos que no querían estudiar y decidían aprender una profesión para comenzar a trabajar. Creo que hoy en día, la realidad nada tiene que ver con aquello: el sistema de Formación Profesional actual ofrece unas salidas profesionales tan amplias, que muchos de los alumnos que hoy estudian en nuestras aulas son chicos/as con grandes capacidades que pretenden, como cualquier joven, obtener lo antes posible un hueco en el mercado laboral. Tanto es así que en el curso académico que acabamos de cerrar en el Instituto de Enseñanza Secundaria donde trabajo, el IES Juan Bosco de Alcázar de San Juan, la inserción laboral justo al acabar los estudios en algunos Ciclos Formativos ha sido del 100% del alumnado, cosa que no se logra en otros niveles como el Universitario.
permite que salgan a realizar su Formación en Centros de Trabajo en cualquier país de la Unión Europea. Así mismo, gran parte de estos Ciclos Formativos ya cuentan con la Certificación de Calidad ISO 9001, concedida por AENOR, que reconoce la calidad en su gestión, a través de la implantación de un Modelo de Sistema de Gestión de la Calidad. El acceso a este tipo de enseñanzas también ha sufrido modificaciones: desde el curso pasado y para dar continuidad a los alumnos que cursan Ciclos Formativos de Grado Medio, éstos pueden acceder sin necesidad de prueba de acceso a un Ciclo Formativo de Grado Superior de su misma Familia Profesional. Además, recientemente se ha introducido la oferta modular, mediante la que muchos de los Ciclos Formativos permiten que el alumno se matricule sólo de aquellos módulos profesionales que piense que va a poder superar. Además, se convocan todos los cursos, pruebas libres para que aquellas personas que crean encontrarse capacitadas se presenten para obtener un Ciclo de Formación Profesional. Los alumnos que deciden hoy en día cursar estas enseñanzas han aumentado considerablemente en los últimos años, con el objetivo claro de alcanzar alguna de las siguientes dos salidas profesionales: cursar estudios de grado superior o universitarios, o el acceso al mercado laboral.
La Formación Profesional se estructura atendiendo a criterios de afinidad de la competencia profesional en diferentes Familias Profesionales (Sanidad, Electricidad y Electrónica, Informática,…). Cada Familia Profesional está dividida en Formación Profesional Básica y en distintos Ciclos Formativos, que pueden ser de Grado Medio o Superior, obteniéndose en el primero de los casos el Titulo de Técnico y en el segundo de ellos, el de Técnico Superior. A su vez, cada Ciclo Formativo se distribuye en diversos Módulos Profesionales - para que nos entendamos, asignaturas - que integran los contenidos teórico-prácticos adecuados a los diversos campos profesionales. Castilla la Mancha cuenta con una amplia oferta de Formación Profesional, en sus Centros distribuidos por toda la Región, donde se ofrecen prácticamente todas las Familias Profesionales. Estos estudios se pueden cursar tanto en su modalidad presencial como e-learning o a distancia, en horario diurno e incluso en muchas ocasiones vespertino, para permitir el acceso a estos estudios a aquellas personas que trabajan. Sin entrar en detalles sobre la amplia oferta, sí que me gustaría resaltar la modalidad bilingüe – no sólo en inglés como idioma alternativo – y la Formación Profesional Dual, en la que se realiza una fase de prácticas más amplia en las empresas para conocer el entorno laboral actual. También, como en los estudios universitarios, los alumnos que cursan algún Ciclo Formativo pueden participar en el Programa Erasmus+, que
Creo que la Formación Profesional tiene, a diferencia de otras enseñanzas, una cosa que la hace especial y donde radica su éxito: la cercanía al entorno laboral, la posibilidad que tienen los alumnos con su periodo de Formación en Centros de Trabajo de conocer el mercado laboral y de trabajar en él. La Formación Profesional comienza a ser entendida como principal sistema formativo para preparar a trabajadores de calidad, dando así respuesta a la necesidad de un sistema educativo focalizado a la demanda productiva de las empresas. El mercado laboral, cada vez más, exige personal cualificado para puestos de trabajo concretos y son estos tipos de estudios los que mejor están dando respuesta a las demandas de empleo. No quiero acabar este artículo sin agradecer la labor tan grande de todos los profesionales que dedican su día a día para que los alumnos aprendan una profesión. A todos esos compañeros y maestros de taller que se dejan la piel para conseguir unos niveles profesionales excepcionales en sus alumnos. Muchas gracias.
Gema María Fonseca Morales. Doctora en Derecho. Profesora de Formación y Orientación Laboral en el Instituto Juan Bosco, Alcázar de San Juan.
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¿FORMACIÓN O EXPERIENCIA? Qué es más importante para buscar trabajo La búsqueda de empleo es uno de los asuntos actuales que más preocupa a nuestros jóvenes, no sólo por el mero hecho de que marcará su futuro como profesionales sino porque será su modo de subsistencia económica durante muchos años hasta alcanzar la edad de jubilación. En este artículo no se pretende hablar de las causas del desempleo en nuestro país, por el contrario al ser este tema de tan vital importancia, es importante destacar la cualificación, con el fin de desempeñar nuestra labor con la mayor eficiencia posible. Esto nos lleva a plantear varias preguntas, ¿es más importante la formación que la experiencia?, o sin embargo, ¿prevalece la experiencia?, ¿es la formación académica, suficiente para desempeñar un empleo? Si la experiencia es lo más importante, ¿cómo puede un universitario encontrar su primer trabajo? ¿Es la competencia en la búsqueda de empleo, una de las causas de la sobrecualificación? “Entendemos cualificación profesional como el conjunto de competencias profesionales que se obtienen a través de la formación académica u otros tipos de formación y la experiencia laboral” Hace 30 años, para encontrar un empleo, bastaba con tener una carrera universitaria y esto te daba acceso directo a un buen puesto de trabajo. Puesto que no todo el mundo podía permitirse ir a la universidad, a esa gente le bastaba con desarrollar la competencia profesional exigida en su trabajo de la manera más exitosa posible. Sin embargo, en la actualidad el mercado ha aumentado las exigencias educativas creando un desnivel en la dualidad formación-experiencia, pero ¿cómo se sabe que una persona está bien formada académicamente? Pues bien, en primer lugar la formación específica según la tarea o el cargo a desempeñar son de los más valorados, los idiomas se sitúan en la posición más elevada en cuanto a la formación que ayuda a conseguir un empleo, y por último las nuevas tecnologías también puntúan a favor del solicitante al puesto. “Sin embargo, en la actualidad el mercado ha aumentado las exigencias educativas creando un desnivel en la dualidad formación-experiencia”. Por lo tanto, ¿es la competencia en la búsqueda de empleo, una de las causas de la sobrecualificación? La competencia por la búsqueda de empleo lleva a la gente a estudiar
más y más, muchas veces por encima de los requerimientos necesarios para el trabajo al que desean optar. Esto, en muchas ocasiones obliga al contratante a pagar sueldos más elevados, prefiriendo así contratar a personal con menos formación. En relación a la pregunta planteada anteriormente, ¿es la formación académica suficiente para desempeñar un empleo? La respuesta es no. La formación académica te permite acceder al trabajo por titulación, pero no te capacita para desempeñar el empleo con la competencia profesional exigida. Entonces, ¿es la experiencia lo más importante? Algunas empresas consideran la experiencia profesional como primordial a la hora de contratar personal, ya que evitan tener que formarlos en la tarea que quiere que desempeñe. No obstante, hay otras empresas que prefieren moldear a los trabajadores a su gusto, y contratar a aquellos que carecen de ella. A modo de primera conclusión, señalamos que ninguna es más importante que la otra, actualmente es necesario realizar ambas actividades (estudio y trabajo) paralelamente. Llegados a este punto, entendemos que formación y experiencia son esenciales para encontrar un empleo pero, ¿cómo puede un universitario encontrar su primer trabajo? Hoy en día, las universidades son conscientes de los requisitos del mercado laboral, por ello en sus propias programaciones ofrecen programas de prácticas para llevar a cabo en diferentes empresas. Esto nos lleva a plantear otra pregunta, ¿qué hacen los jóvenes universitarios en verano? La mayoría, ven el verano como el momento del año para descansar, ver a los amigos,… ¿por qué no hacer un voluntariado? En verano, muchas empresas se ven obligadas a realizar contrataciones para cubrir las vacaciones de sus empleados, y esto, podría ser una gran oportunidad para ganar experiencia. Finalmente, e independientemente de lo que cada uno elija para su futuro profesional, formación y experiencia son dos aspectos fundamentales a considerar en la búsqueda de un trabajo, sin olvidar que, en algunas ocasiones no son las mencionadas anteriormente las que prevalecen a la hora de elegir candidato en un proceso de selección, sino por el contrario aspectos como la actitud o el talento los cuales nos ayudan a enfocar el día a día de una manera más positiva. Javier Montealegre. Graduado en Eduación Primaria (Inglés).
EDUCANDO DESDE LA DANZA Hoy en día existen muchas actividades que niños y adultos podemos realizar en nuestro tiempo libre y una de ellas es la Danza en cualquiera de sus expresiones (ballet, danza moderna, española). Esta actividad a menudo está infravalorada por algunas personas ya que ven en ella tan solo la parte estética, el movimiento en sí, y piensan que es una forma más de entretenimiento (o entretener a sus hijos) o simplemente de hacer ejercicio; pero la Danza es mucho más… Aparte de los valores físicos o culturales que conlleva el hecho de bailar (ya sea danza académica, tradicional o simplemente la que bailamos en casa cuando escuchamos música) asistir a clases de danza tiene muchos valores educativos muy enriquecedores para la persona que la práctica. La Danza muchas veces es asimilada al deporte; bien es cierto que Danza y deporte comparten el desarrollo de muchas cualidades como la disciplina, el dominio físico y la resistencia, el afán de superación… Pero la Danza es algo más, porque es una disciplina artística, y desarrolla a su vez las cualidades propias del arte: la expresión de sentimientos, ideas, pensamientos… mediante un lenguaje simbólico en el que la única herramienta es nuestro propio cuerpo. En resumen, asistir a clase de Danza favorece a todas las facultades del ser humano: las físicas (conocimiento del propio cuerpo, control del movimiento, flexibilidad, coordinación, fuerza, etc.), las mentales (concentrar, recordar, imaginar, etc.) y las espirituales (participación, goce, relajación de la tensión, expresividad y socialización: trabajo en común, respeto a los demás y a sí mismo, etc.). Una vez enumerados los grandes beneficios que tiene la práctica de la Danza como actividad para realizar en nuestro tiempo libre, se podrá valorar la importancia que tiene elegir un/a buen/a profesional como profesor/a, ya que si no se elige correctamente, todos esos beneficios nunca llegarán a desarrollarse, e incluso se puede dar lugar a que el efecto sea el contrario (crear frustraciones, favorecer la aparición de lesiones…). Así que ahora es tiempo de abordar un tema importante: ¿Dónde voy? ¿Cualquiera está preparado/a para dar clase de danza? Mucha gente piensa que sí, que dar clase de Danza es fácil. Basta con poner música, hacer bailecitos y tener entretenidos/as a los/as niños/as. Pero nada más lejos de la realidad… La Danza académica (que puede ser clásica, moderna o de cualquier modalidad) es una disciplina mucho más compleja cuya técnica ha de ser muy bien conocida por parte de aquel/ aquella que la vaya a impartir. Hoy en día hay personas con buena coordinación, buena apariencia, que han recibido unas cuantas clases y visto muchos tutoriales en internet, que ya se creen capacitados para impartir clases de Danza a otras personas; es más, la gente con poca formación, conociendo sus limitaciones a nivel técnico da “clases para niños” pensando que es más fácil, ya que con los niños no se profundiza aún tanto en
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la técnica y ellos no notarán las carencias del/la profesor/a, cuando en realidad las clases a niños/as son las más delicadas, ya que tienes en tus manos cuerpos y mentes en desarrollo que absorben rápidamente lo bueno pero también lo malo… Cualquier mala práctica puede dar lugar a lesiones crónicas, falso conocimiento de la disciplina… Hay que tener cuidado con la formación de nuestros/ as pequeños/as artistas. Pues bien, ni siquiera ser un/a excelente bailarín/a te capacita para dar clases de Danza. Ha habido excelentes bailarines, cabezas de cartel de importantes ballets, que no han sido buenos profesores. Un buen profesor de Danza (sea de la disciplina que sea) tiene a sus espaldas horas y horas de formación, primero como estudiante hasta conseguir la titulación que le capacite para ello y después como profesional; pero no sólo formación artística o académica en el ámbito de la Danza, sino también en el ámbito pedagógico, pues debe conocer el nivel de desarrollo de sus alumnos/as tanto a nivel físico como mental, para poder adaptar las explicaciones de los contenidos de la clase a cada uno de ellos. Debe conocer profundamente la técnica que imparte para saber corregir de forma adecuada los errores de los/as alumnos/as para que la enseñanza sea de calidad, pero siempre ofreciéndoles apoyo y motivándoles para superarse. Y además un buen profesional sabe que nunca se deja de aprender y debe seguir formándose toda su vida, para beneficiarse a sí mismo/a (seguir superándose, realizarse como artista, ampliar su conocimiento…) así como para beneficiar a sus alumnos (transmitirles nuevas ideas, nuevas tendencias, ser ejemplo de trabajo y superación…). En nuestra escuela nos preocupamos especialmente de que nuestros alumnos/ as reciban la mejor formación y estudien con los/as mejores profesionales, para desarrollar en ellos todos los beneficios y facultades que conlleva esta actividad, pero sobre todo para que crezcan como artistas y como personas en un ambiente de respeto, armonía y pasión por este arte… Porque nosotros amamos la Danza.
Alma M. García Álvarez. Directora de la Escuela de Danza Alma M. García.
Imágenes cedidas por Escuela de Danza Alma M. García
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DEBERES, ¿SI O NO? El eterno debate está servido. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) nos muestra los datos relativos a las horas que los alumnos de más de treinta países de todo el mundo, dedican a hacer deberes fuera del horario lectivo, donde España queda situada entre uno de los cinco países cuyos estudiantes más horas dedican a hacer dichas tareas. Curioso, cuando menos, es comprobar que países como Finlandia y Corea del Sur, que son los países cuyos alumnos menos horas dedican a hacer deberes en casa, son referentes en sistemas educativos con mayor éxito escolar. Si preguntamos a alumnos, profesores y padres de familia, las respuestas suelen ir de extremo a extremo. Así, los alumnos suelen quejarse de una excesiva carga de deberes que les impide tener tiempo para realizar otras tareas extraescolares, tareas de ocio en definitiva. Los padres también suelen sumarse a la queja general de los hijos, pero los motivos varían: “mi hijo dedica mucho tiempo a hacer deberes y requiere mi ayuda y también de mi tiempo” (saquemos conclusiones de esta frase), o “llega la hora de cenar y mi hija aún sigue con los deberes de clase”. Y los profesores suelen encontrar dificultades a la hora de que los padres apoyen sus decisiones en cuanto a la carga de deberes, o de disponer de tiempo para resolver en clase más ejercicios, entre otras cosas. ¿Qué argumentos encontramos a favor de los deberes escolares? -La asimilación de los contenidos expuestos en clase es mayor, favoreciendo la retención de los mismos. -Se procesa más la información recibida durante las clases y se desarrolla el pensamiento crítico. -Mejoran los hábitos de estudio, organizativos y disciplinarios. -Se acrecienta la independencia a la hora de resolver problemas. -Mejora la relación padres-hijos cuando el interés por parte de los padres/ tutores es el adecuado e incrementa la participación de éstos últimos en la educación de sus hijos. ¿Qué argumentos encontramos en contra de los deberes escolares? -Reducción del tiempo de ocio del estudiante. -Cansancio físico y psíquico. -El exceso de deberes puede conllevar una pérdida de interés por la materia trabajada. -Las explicaciones de los padres intentando ayudar a los hijos en sus deberes, pueden confundir más aún a los estudiantes. -Condicionan el tiempo libre de la familia. Uno de los problemas que encontramos con la sobrecarga de deberes, es que ésta se puede producir por no existir coordinación entre los profesores que imparten las diferentes materias a un mismo grupo de estudiantes. El resultado son días en los que la carga para el estudiante es realmente estresante. También es importante que los alumnos obtengan respuesta a los ejercicios que realizan fuera de clase, con correcciones y comentarios acerca de los mismos. A veces, la falta de tiempo en las clases, supone la no corrección de toda la tarea, por lo que las dudas surgidas en la realización de la misma, pueden quedar sin resolver y la eficacia de los deberes, en estos casos, ser nula. En cuanto a la actitud de los padres ante los deberes de sus hijos, es necesario
tener en cuenta que la educación no es sólo labor de los profesores, por lo que una actitud positiva ante las obligaciones de repaso de nuestros hijos de los temas trabajados en clase, reforzará positivamente la visión que de éstos puedan tener. Fomentar la lectura en casa, por ejemplo, es claramente también una opción muy positiva que favorecerá el desarrollo de nuestros hijos en muchos aspectos, no solo académicos. Independientemente de pros y contras, es lógico pensar que cuanto menor es el rendimiento académico de un estudiante, mayor será la necesidad de apoyo extraescolar, con tareas que favorezcan la asimilación de conocimientos que, por el motivo que sea, el alumno no lleva a cabo al ritmo normal. Por otro lado, si un estudiante ya domina el tema tratado, la reincidencia en prácticas sobre dicho tema no va a aumentar su rendimiento. De todo esto, podemos concluir que la eficacia de los deberes radica no en la cantidad, sino en la calidad de los mismos, y deben de estar adecuados a las capacidades de los estudiantes y al nivel de desarrollo de cada uno, evitando frustraciones, desidia, aburrimiento, e intentando por el contrario, motivarlos y darles las herramientas adecuadas para desarrollar sus capacidades al máximo. Yolanda Gallego. Saira Design.
NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA APRENDER IDIOMAS ¿Cuántas veces hemos oído decir que el cerebro a cierta edad ya no funciona igual y que es prácticamente imposible aprender un nuevo idioma? El envejecimiento del cerebro, y del cuerpo, ocurre sobre todo por desuso, pero si no dejamos de entrenarlo podemos conseguir resultados verdaderamente sorprendentes. La ciencia ha podido demostrar que nunca se es lo suficientemente viejo para aprender un nuevo idioma. Numerosos estudios han demostrado recientemente los beneficios que tiene para nuestro cerebro, y nuestra salud en general, el hecho de aprender un nuevo idioma en edad adulta. Un ejemplo claro fue el estudio realizado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) a un grupo de adultos que aprendían chino. Después de un periodo de tiempo se estudió la actividad cerebral de este grupo y de otro que no estaba estudiando este segundo idioma, y se demostró que todos los alumnos que estudiaban chino habían mejorado la cohesión de la materia blanca del cerebro (la principal función de la materia blanca del cerebro es la correcta transmisión de la información cerebral). Este estudio, por lo tanto, demuestra que no solo es posible estudiar un segundo idioma sino que además mejora el rendimiento de nuestro cerebro. Eso sí, si vamos a aprender un nuevo idioma siendo adultos hay una serie de consejos que tenemos que tener en cuenta. Por un lado, es muy importante tener claro por qué queremos aprender ese idioma y nunca olvidarnos de ello cuando las cosas se nos pongan difíciles. Otro consejo muy importante, es sentirse como un niño en clase. ¿Qué quiere decir esto? Los niños siempre tienen muchas inquietudes y se sorprenden con cualquier cosa nueva que les enseñes, por lo tanto si seguimos manteniendo esa inquietud y ganas por aprender, nunca se nos resistirán los idiomas. Nunca debemos olvidar que tanto niños como adultos necesitan esforzarse para aprender un idioma, por lo tanto si exigimos a los niños unas horas de estudio en casa, los adultos también las necesitan y por supuesto, los adultos también tienen deberes. Y por último, es necesario ver programas de televisión o escuchar radio en inglés aunque al principio no entendáis ni una palabra. Día tras día, los resultados se irán notando. Así es como aprenden los niños, ¿por qué los adultos no? Por lo tanto, la conclusión parece clara: la ciencia ha demostrado que el cerebro de una persona adulta no solo es capaz de aprender un segundo idioma, sino que también es aconsejable para la salud y lucidez de esta persona. Por lo tanto no existe el tan hablado problema fisiológico para aprender un idioma en edad adulta. Sin embargo no debemos olvidar que todo nos irá mejor si imitamos a los que mejor lo hacen, los niños, trabajando con entusiasmo, constancia y ganas de aprender.
Ya saben, no dejen de estudiar idiomas ya que nunca es demasiado tarde.
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DIARIO DE UNA DIRECTORA Querido diario, Hace tiempo que pensé en comenzar a escribirte. Ojalá lo hubiese hecho antes, pues ahora sería capaz de recordar cada una de las anécdotas vividas durante estos últimos cuatro años de mi vida en los que me he dedicado a dirigir un centro de educación primaria.
He sido testigo, y también víctima de situaciones muy desagradables. He tenido que salvar situaciones muy desapacibles en este aspecto. He sido denominada como la “pesada del whatsapp” porque, en todas y cada una de mis intervenciones públicas, hacía referencia al whatsapp como un arma de destrucción masiva, la cual es usada por los padres (incluidos los padres-docentes) para tratar temas relacionados con la tutoría de sus hijos. Sabes, querido diario, que toda aquella persona que lea esto sólo tiene que recordar algunas de las conversaciones mantenidas con su grupo de clase para entender a lo que me estoy refiriendo.
Son muchas las vivencias, algunas muy buenas, otras buenas, varias malas y ciertas mucho peores. Ahora, desde la distancia, y recordando momentos concretos, me viene a la cabeza que ser directora no implica tener sólo un buen currículum, sino también, poseer una variedad de estrategias y recursos entre los que destaco la calidad humana y la gestión emocional. Siempre me he considerado, y lo seguiré haciendo, como una maestra vocacional. Me encanta mi trabajo y me encanta ver cómo crecen y se desarrollan los niños y niñas. Definitivamente esta es la mejor parte del trabajo. Pero es muy duro, a la vez que triste y da vértigo ver cómo la comunidad educativa se desmorona poco a poco. Muchas personas, incluida la propia Administración Educativa, olvida que los directores de un centro, al igual que el resto del equipo directivo, además de dirigir, gestionar, administrar, atender a las familias, contestar el teléfono, atender revisiones de ascensor, calefacción, instalación eléctrica, ordenadores, gestionar becas y comedor, transporte escolar, apertura y cierre de centro, etc, etc, etc, nuestro principal cometido es la tutoría con nuestros alumnos y alumnas. Esos pequeños que están esperando con todos sus sentidos en expectativa para que tu les enseñes y les abras las puertas del mundo. Evidentemente, algo tan importante, no se puede dejar al azar e implica mucho más trabajo que todo lo anterior. Los maestros cada vez pintamos menos. Cada vez son más padres los que cuestionan nuestra forma de trabajar, cada vez son más los compañeros que te sabotean el trabajo y cada vez es más peligrosa la vinculación existente entre los docentes que son padres en el mismo centro con los padres-compañeros de las clases de hijos en la que se cuestiona el trabajo de los otros. Pero ya sabes, querido diario, que de educación, al igual que de medicina o informática, todo el mundo sabe… Siempre he creído que la crítica, si es constructiva, viene bien y es perfecta, pero cuando únicamente tiene el fin de perjudicar a alguien por el simple hecho de alimentar un odio personal, la cosa se complica.
¿No sería más fácil preguntar? ¿No es mejor hablar directamente con la persona implicada y no a través de esta aplicación en la que cada uno lee e interpreta lo que quiere? Desafortunadamente, estás situaciones no solo ocurren en el mundo educativo. Seguramente, todos y cada uno de nosotros hemos vivido una situación parecida, ya sea como protagonistas o como meros espectadores, en la que la información se desvirtúa, se modifica al antojo de unos pocos y en las que casi siempre, alguien sale perjudicado. En lo que a mi respecta, me he sentido menospreciada antes, durante y después del mandato. Soy consciente de que no se le puede gustar a todo el mundo y que las decisiones tomadas nunca serán a gusto de todos, pero la gente debería entender que dichas decisiones se toman por algo. Nadie se levanta por la mañana pensando, venga ¿qué decisión tomo hoy para fastidiar a alguien? No, rotundamente no. Las decisiones se toman después de una larga valoración de los pros y contras y siempre pensando en el bienestar de los alumnos y alumnas del centro y teniendo en cuenta los recursos disponibles. He tenido que soportar padres dando puñetazos en mi mesa exigiendo que la próxima vez que tenga que reprender a su hijo sea en su presencia. ¿Donde estará la ley de autoridad del profesorado? He oído madres criticar a profesores delante de sus hijos, o peor aún, incitándoles la conducta a mantener con el docente. ¿Qué aprenderán estos niños al escuchar eso?, o lo que es peor, ¿qué pretenderá esa madre que su hijo aprenda?
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Como dijo James Lapine en “Into the Woods”, “Cuidado con lo que cuentas, los niños escuchan y aprenden” He visto como personas que consideraba “amigos” se han enfadado de por vida conmigo por no hacer ciertos favores que estaban en contra de la ley. O porque la organización del centro no se ajustaba a las necesidades que ellos consideraban mejores para sus hijos, sin tener en cuenta que el centro tiene más alumnos y no sólo sus hijos. Y lo peor no es el enfado, lo peor es no aclarar las cosas, no hablar y pensar por uno mismo. Dejarse influenciar por los comentarios de otros y desprestigiar públicamente el trabajo realizado en todos los foros posibles.
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libre albedrío, entonces, no habrá rumbo para nadie. El barco se hundirá. Todo el mundo pasa por el despacho para decir lo que está mal. Nunca nadie ha comentado los aciertos y muy pocos los que han sido agradables. Se nos olvida que la cortesía es de quien la da, y no de quien la recibe, aunque no te voy a negar, amigo diario, que me gusta la gente cortés y agradable.
Pero como dice el refrán, qué fácil resulta eso de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. La relación con el Ampa del centro también ha sido complicada, convertida únicamente en sede de jolgorios y festejos, muy lejos de ser un Ampa con otros fines que yo soñaba conseguir. El Ampa tiene una enorme responsabilidad en el centro, su implicación debe ir encaminada a mejorar la calidad de la educación y lograr un adecuado clima de convivencia en el mismo. Ha sido muy difícil llevar un centro con el apoyo de muy pocos, sabiendo que cualquier cosa que saliese de mi pensamiento a través de mi boca iba a ser cuestionado, poco valorado y siempre encontrando un muro de hormigón al que reducir. Estoy segura de que la única forma que existe para un buen funcionamiento de un centro es que toda la comunidad educativa vaya en la misma dirección. Estamos en el mismo barco en el que todos tenemos que remar en la misma dirección; si seguimos haciéndolo al
Afortunadamente están los niños y niñas, personas de pequeño tamaño pero de gran corazón que te alegran el día nada más verles entrar por la puerta. Pequeñas personas que te sonríen de verdad, que te preguntan qué te pasa si te ven “rara”, que te observan hasta tal punto que son capaces de descifrar si llevas una camisa nueva o si empiezan a asomar las canas. Que se preocupan por tu bienestar, que se desviven por hacerte sonreír, porque siempre buscan la aprobación del adulto. Esos pequeños que cuando te ven en otro lugar corren a darte un abrazo, o gritan con tu nombre en plena calle con todas sus fuerzas con el único objetivo de conseguir un saludo tuyo. Esos niños que cuando les explicas que debes marcharte pero que se van a quedar con “otra profe muy guay” que no se preocupen, que todo va a ir bien, te dicen “ya, pero tu también eres guay Mila” Te confieso, querido diario, que después de todo lo vivido y todo lo aprendido durante este periodo, ahora dispongo de más herramientas para afrontar lo que venga y de un mayor convencimiento de que los niños, indudablemente, deben estar por encima de todo. Ser maestra es lo mejor que me ha pasado en la vida. Espero volver a escribirte pronto. Escribirte más cosas sobre mi trabajo, algunas muy buenas, otras buenas, varias mejores y ciertas mucho mejores. Me gustaría también que hicieses volar estas palabras con el fin de despertar en los lectores la reflexión sobre las mismas. Hasta pronto.
Milagros López Simón. Ex-directora de un colegio de Educación Primaria.