“Para mí la vida es Cristo y la muerte, una ganancia” (Fil 1,21)
El 11 de abril a las 2.00 a.m. el P. Francisco Borello ha regresado a la casa del Padre. El domingo 4 de enero, como de costumbre, se presentó en la iglesia y la gente le dijo: “Ud. está amarillo; ¿Qué le pasa? Tiene que ir en seguida al médico.” Durante la semana fue el médico quien le diagnosticó cáncer de hígado y le pronosticó 6 meses de vida. Él no se había dado cuenta de nada y tampoco tenía ni había tenido ningún dolor; solo hacía algunos años que tenía algo de diabetes, pero la tenía controlada y hacía un año y medio que perdía peso. Viajó a Italia donde reconfirmaron el diagnóstico y le pronosticaron dos meses de vida. A pesar de que en Italia podía tener una atención médica excelente, prefirió volver a vivir los últimos días de su vida en Bolivia rodeado por el cariño de tantas personas. Su cuarto de día estaba siempre lleno de gente y de noche también había personas que lo acompañaban por el gran cariño que le tenían. Había nacido en Piamonte (Italia) el 4-X-33. Profesó como salesiano en 1953 y fue ordenado sacerdote en 1963. Fue párroco en Cuneo (Italia) En 1977 llegó a Bolivia con otros dos salesianos para hacerse cargo de la atención pastoral del campamento minero de Kami (3.800 m. de altura) y de las comunidades campesinas de la zona (departamento de Cochabamba) En 1986 fue párroco de la parroquia S. Juan Bosco de El Alto (4.100 m) En 1992 llegó como director y párroco a la parroquia S. Juan Bosco de Santa Cruz donde se quedó hasta el 2005 y donde, como en los otros lugares donde estuvo, desplegó una gran labor pastoral y edilicia: construyó la iglesia, el albergue para chicos de la calle, la casa parroquial (grande), la escuela técnica “Miguel Magone”, el colegio “Domingo Savio”, el coliseo, el tinglado, las capillas…Para realizar todo este trabajo, al igual que don Bosco, se volvió el limosnero de Dios en favor de la evangelización y de los pobres. Incluso cuando él ya no estaba aquí, gracias a su colaboración, pudimos encarar la renovación del cielo raso de la iglesia, de las ventanas y del sistema de amplificación. 1
Turín 1977
Kami El Alto
Algo que hay que destacar también es el haber cuidado la impresión de libros y folletos religiosos. Cuando le tocó dejar esta obra le dolió mucho. Estando de párroco en María Auxiliadora con frecuencia venía al Don Bosco sur sobre todo a la Escuela Técnica y a la Iglesia. Desde el 2006 hasta el 2014 lo encontramos de párroco en María Auxiliadora. El P. Francisco fue un gran trabajador: resulta difícil comprender como encontrara tiempo para la pastoral, para las construcciones, para seguir la escuela técnica, para visitar familias y para otras cosas más. El P. Francisco fue un gran pastor al estilo salesiano insistiendo mucho en la confesión, la Eucaristía, la devoción a María Auxiliadora: hay que ver la gran oferta de catequesis y afluencia de gente (5.000.- personas en las misas del domingo), los grupos… en la parroquia “María Auxiliadora”. El P. Francisco fue un hombre optimista. En un artículo que escribió en el 2011 hacía una reseña de su vida en Italia y en Bolivia diciendo que era un sacerdote y un hombre contento y feliz, rodeado en todas partes por el cariño de tanta gente.
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Urna de Don Bosco en Santa Cruz 2010
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Rector Mayor P. Egidio Viganテウ
Mons. Tito Solari
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CapĂtulo Inspectorial 2001
Cardenal Julio Terrazas
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Rector Mayor P. Pascual Chรกvez
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P. Ciro Montemurro, Director de la Comunidad
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Rector Mayor P. テ]gel Fernテ。ndez
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El P. Javier Ort铆z, Inspector, presidi贸 la misa del cuerpo presente
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Carta de los jovenes para el Padre Francisco Amado Padre Francisco: La madrugada del día sábado,el cielo lloró, mas no de tristeza sino de alegría de saber que pronto te recibiría,y de la mano de María Auxiliadora llegaste a Él, un hijo favorito de Dios. Hoy, nos sentimos tristes del vacío que dejas en nuestros corazones y en la parroquia que tanto quisiste, pero por nuestra fe sabemos que estás gozando en el paraíso. Hoy, los jóvenes queremos darte las gracias infinitas por habernos hecho amar a Jesús y a María, a través de la confesión en la que tanto nos insistías, y a María con el santo rosario y la Misa de los 24 de cada mes. Gracias por haber confiado en nosotros, cuando ni nosotros mismos lo hacíamos. Cuando al finalizar la confesión recibíamos un te quiero y un abrazo de un padre amoroso para con sus hijos. Apostaste por nosotros como lo hizo el propio Don Bosco con esta frase: "No hay jóvenes malos,sino que no hay nadie que les diga que pueden ser buenos". Nos recibías contento en la entrada de la parroquia,muchas veces nosotros saliendo del colegio o viniendo de la u; y tus típicas frases: si éramos niños nos decías: panzón! , si eramos chicas nos decías: chilindrina!, y si eramos varones nos decías: bandido!. Con solo mirarnos conocías nuestros sentimientos de tristeza o alegría. Y nos recalcabas siempre : Hay que orar!. Fuiste incansable. Siempre fuiste detallista con pequeñas cosas, un chocolatito y para las grandes fiestas hasta fuegos artificiales. Gracias por habernos amado sin medida. Padre Francisco, hoy los jóvenes de tu parroquia queremos decirte que te vamos a extrañar, pero tu recuerdo quedará por siempre entre nosotros y en nuestras familias. Te recordaremos siempre con el “tin tin tin”: rezar todos los días; “ten ten ten”: venir a misa cada domingo con papá y mamá; “tun tun tun”: confesarse una vez al mes. Amadísimo Padre Francisco, esto no es un adiós, es un hasta pronto. Nos vemos en el Paraíso. Tus hijos...
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