Evangelizando mi territorio, noviembre 2021

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EVANGELIZANDO

EDICIÓN No. 8 - Octubre - Noviembre - Diciembre 2021

mi territorio

PRENOVICIADO SALESIANO BEATO MIGUEL RÚA LLANOGRANDE - ANTIOQUIA

#Soymisionero


Quiero saludar a todos nuestros lectores del Boletín Virtual Misionero en esta última edición del año. Es una alegría compartir a través de las diferentes experiencias en cada CEPs, nuestro compromiso apostólico que llena nuestra vida de grandes retos en el servicio que llevamos a cabo en medio de los más pobres y necesitados con el Carisma Salesiano. Don Bosco nos invita a vivir nuestra experiencia de bautizados bajo el lema de buenos cristianos y honestos ciudadanos, y lo hemos entendido de esta manera, cuando miramos la realidad del hermano y hacemos nuestro el clamor de cada uno por consolidar experiencias formativas en el anuncio del evangelio.

en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído. Es el lema de lo que vivimos durante el mes de octubre en la Iglesia y especialmente en nuestra inspectoria COM. El ir reactivando la experiencia Misionera con cada una de las comunidades a nivel local y ad gentes, ha buscado identificar en cada joven el ideal de la historia de la evangelización comenzando con una búsqueda apasionada del Señor que llama y quiere entablar con cada persona, allí donde se encuentra, un diálogo de amistad (cf. Jn 15,12-17). El amor siempre está en movimiento y nos pone en movimiento para compartir el anuncio más hermoso y esperanzador: «Hemos encontrado al Mesías» (Jn 1,41).

El Papa Francisco nos invita para que no cerremos las puertas de nuestro corazón, seamos sensibles y trabajemos por la construcción del Reino de Dios en el aquí y en el ahora de lo que somos. Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre

Es la experiencia que viviremos como inspectoria en el mes de noviembre con nuestro Congreso Misionero,

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encontrándonos con el Señor, viviendo la esperanza desde el primer anuncio y la proyección de ese encuentro con nuestros hermanos más alejados, nuestros prójimos; desde cada contexto y realidad hoy. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos enseña a vivir las pruebas abrazándonos a Cristo, para madurar la «convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos» y la certeza de que «quien se ofrece y entrega a Dios por amor seguramente será fecundo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 279).

Navidad y en Familia; compartiendo con todas aquellas personas que viven la experiencia de la fe, del Niño que en Belén nacerá para llenarnos de su amor y para mostrarnos el rostro de una humanidad sedienta de Dios. Agradezco a la Comunidad del Prenoviciado Salesiano: Beato Miguel Rúa en sus 60 años, compartir en esta edición su experiencia misionera como motivación para seguir llevando a cabo el mensaje sa lvífico de Dios en cada una de nuestras CEPs y donde nos encontremos. Les deseo a todos una Feliz Navidad y un Próspero Año 2022…

Finalizó esta motivación con el lema misionero propuesto por el Papa Francisco para todos los bautizados: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20), es una invitación a cada uno de nosotros a “hacernos cargo” y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón. Esta misión es y ha sido siempre la identidad de la Iglesia: «Ella existe para evangelizar» (S. Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 14).

En Don Bosco, P. Hernán Carmona. SDB

Que este tiempo de adviento que se acerca nos ayude a preparar nuestra Misión en

Instagram: @misionessalesianascom E-mail: misionescom@salesianos.edu.co

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TERRITORIO

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EXPERIENCIAS APOSTÓLICAS

Daniel Alejandro Zuluaga G. TESTIGOS DE JESÚS PARA LOS JÓVENES La tarea fundamental de la acción de la Iglesia es la evangelización. Es decir, ella existe para anunciar el Evangelio, aún más, su razón de ser es la de predicar la Buena Nueva. Su misión, por ende, la recibida de Cristo, es la de testimoniar en el mundo a una persona, a un estilo de vida, a un ser trascendente: Jesús. De allí, que la formación de los que aspiramos a la vida religiosa salesiana, reconociéndonos como verdadera Iglesia, tienda en su integralidad a formar consagrados que, en sus pensamientos, convicciones y forma de vida, sean testigos de Jesús. Claro está, lo hacemos en consonancia con nuestra identidad salesiana. Así pues, en este espacio de compartir mi experiencia de apostolado como prenovicio, responderé a la pregunta: ¿Cómo he sido testigo de Jesús en mi ambiente de pastoral para los jóvenes del Oratorio de nuestra casa de formación? En esta aventura vocacional de responder y de construir un proyecto salesiano, mi principal deseo ha sido el de hacerme consciente de que este caminar cobra sentido en la medida en que todo lo encauso a la misión de darme a los jóvenes, quienes son nuestra tierra sagrada. Muchas veces me he preguntado cómo ser un buen salesiano, cómo ser entre los jóvenes el salesiano que don Bosco soñó, qué he de hacer para vincular mi respuesta vocacional con el ardor apostólico de nuestro santo

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fundador… Y en esa misma línea, he descubierto que la mejor forma de ir arraigando a mi opción vocacional ese deseo es estando con los jóvenes. Compartir la alegría de la juventud y en especial la del corazón; bailar, reír, jugar, cantar, pasear, hablar con los niños del Oratorio; ver en sus rostros el gozo de un Dios que nos ama; comprender y escuchar al triste; abrirme y salirme de mis acomodamientos para estar en la sintonía del corazón de los oratorianos; darme aun con mis limitaciones, miedos y flaquezas a ellos; observar en mis hermanos Prenovicios el ímpetu al recibir a los niños y jóvenes y de dedicar horas de trabajo a la preparación de la pastoral; en definitiva, el estar con ellos, simplemente eso, estar con ellos, en la espontaneidad que brinda el apostolado, ha sido mi experiencia pastoral. Allí, al lado de los jóvenes y niños, sigo aprendiendo a ser salesiano, testigo del amor de Dios al estilo de don Bosco, es decir, con amor y entrega totales.

Cristián David Orozco Castro “ES NECESARIO QUE ELLOS SE SIENTAN AMADOS” DON BOSCO. Durante ese año de Prenoviciado he podido tener la oportunidad de catequizar a los jóvenes de la parroquia San Juan Bosco de cabeceras y acompañarlos en su proceso de fe para recibir el sacramento de la confirmación. Esta experiencia ha sido muy significante para mi debido a que he podido vivenciar en una manera muy sencilla la entrega que se debe de hacer por los jóvenes, de poder brindarles cada ocho días de tres a cuatro de la tarde una buena orientación en la fe. Es un motivo constante de alegría poder encontrarme con ellos, hacerlos sentir felices de la oportunidad que van a tener de recibir el sacramento. Este apostolado me ha abierto los horizontes de una felicidad plena, de sentir el amor de Dios reflejado en cada uno de los muchachos a los que en cada encuentro intento sacarles una sonrisa y brindarles unas palabras de aliento. Es ayudarlos también en tomar conciencia en la grandeza del regalo que van a recibir por parte de Dios, es mostrarle con un buen testimonio que es al Santo Espíritu de Dios a quien van a recibir que viene recargado con sus siete dones y sus doce frutos, es brindarles de manera muy coloquial y dinámica el propósito que tiene el Espíritu

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cambiantes como las identificó Don Bosco, necesidad de ser amados. Estos muchachos tienen situaciones familiares difíciles, se han encontrado con golpes grandes que les ha dado la vida, pero no por eso han dejado de seguir a Jesús, y lo lindo de esto es poder escucharlos y brindarles desde nuestra poca experiencia una palabra de aliento que los continue fortaleciendo en cada una de sus vidas personales. Hemos propuesto, enseñanzas que les sirvan para la vida en donde han fortalecido el amor propio y han descubierto el valor de la vida. Son jóvenes maravillosos que hemos caminado con ellos hacia la santidad. Los hemos visto alegres, y también cada que nos encontramos nos exigen que les propongamos muchas más cosas ya que las anteriores les han gustado. Con ellos debemos hacer nuevas todas las cosas y que se puedan sentir amados como bien nos lo ha ensañado nuestro Padre fundador.

Santo en sus vidas. Al verlos ya confirmados es una alegría inexplicable, porque el grupo que tú has preparado es el gozo de todo un año de preparación y de entrega llena de amor, de misión y de servicio. Y es bonito sentir cuando se te acerca uno de tus hijitos en la fe y te dice: “profe, muchas gracias por estar con nosotros y enseñarnos a recibir este sacramento” es gratificante incluso ver al joven más desaplicado recibir la unción del Santo Crisma. Es en definitiva una de las mejores experiencias que tenido en estos años de vida, y doy gracias a Dios que me ha permitido gozarla. También he tenido la oportunidad de acompañar el grupo juvenil de la parroquia junto con mi hermano prenovicio Santiago Noreña. Ha sido una maravillosa experiencia poder compartir con estos jóvenes y brindarles lo mejor de nosotros. Estar con ellos me hace identificar las necesidades que los jóvenes tienen ahora que no son tan

Santiago Noreña Pérez MI VIDA Y MI SER Al hablar de apostolado, nos estamos refiriendo a misión y no es una actividad en donde se tenga obligado a alguna persona a hacer tal costumbre

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que le parezca a uno. Misión es servir de corazón y con alegría; aceptando al otro con sus cualidades, pero también con sus dificultades. El año pasado (2020), para nadie es un secreto que fue el inicio de una pandemia, el cual nos imposibilitó muchas cosas como Casa de Formación donde se aspira a la Vida Religiosa. Nuestra misión fue con los


hermanos más que todo, un apostolado de convivencia y de trabajo en equipo donde uno se forma de manera competente para entregar todo a los demás, lo más importante, allí en el grupo de los compañeros uno aprende a hacer humano, a ser fraterno y a que hay personas con diferentes formas de pensamiento, por el cual también es válido al igual que uno.

Iniciando el segundo semestre, se me pide el favor de acompañar el apostolado en la Parroquia San Juan Bosco de la vereda de Cabeceras donde tengo a cargo 17 niños que se están preparando para recibir la Primera Comunión, son infantes de diferentes personalidades, de diferentes lugares del municipio de Rionegro, también aprenden de diferentes maneras, al cual se me hace como un reto, lo estoy cumpliendo con lo que yo soy, mi humanidad. Los niños han respondido de la mejor manera y mi propósito es entregar el 8 diciembre al sacramento, niños comprometidos con la sociedad reconociendo que Jesús está a su lado siempre, que Jesús los está protegiendo y que les ayuda a cumplir cada una de sus responsabilidades. Por otra parte, desde el inicio del semestre, me piden el favor de acompañar junto a mi compañero de formación; Cristian Orozco, el grupo juvenil de la parroquia, al cual se le llama “Eterna Juventud” son jóvenes muy diferentes a los que van a la casa de formación, Prenoviciado Beato Miguel Rúa; son jóvenes que se les debe presentar otro tipo de actividades pues no han tenido un acercamiento personal con Dios. Lo que se está realizando con ellos es un reconocimiento de ellos mismos para poder conocer a ese Dios que posiblemente lo observen lejos. Nuestros encuentros los tenemos los días sábados de 4:30 p.m. a aproximadamente las 6:15 p.m. son momentos que en el compartir se nos hacen cortos y los mismos destinatarios demuestran cariño desde su personalidad hacia nosotros que le estamos entregando un Dios cercano. El apostolado sin duda alguna, se ha convertido en un modo de vida, en una entrega de mi ser, en una renovación constante de lo que yo soy y de lo que puedo llegar a ser.

En el año en curso (2021), nos fuimos acostumbrando a vivir con la pandemia por lo que se nos permitió tener un acercamiento con nuestros destinatarios, en un primer semestre, serví con amor en el apostolado de la casa, acompañando el Movimiento Juvenil Salesiano, muchachos que quizás tienen oportunidad de estudio, pero también son beneficiarios de muchas personas que contribuyen a su crianza como persona honesta y aportante a la sociedad. Se me encomendó la preparación al sacramento de la Primera Comunión, donde recibí 7 niños, el cual me apegué mucho pues se les hacía notar su afecto hacia mí por lo que les brindaba, les preparaba el tema de forma que ellos entendieran y disfrutaran la catequesis. En mi metodología que les brindé no hice que la catequesis pareciera una clase común y corriente sino un encuentro consigo mismo donde reconozcan a Jesús en el otro y en cada actividad que como seres humanos estamos llamados a hacer. Fue una experiencia bastante bonita porque ellos mismos participaban en el mismo encuentro que teníamos cada 8 días de manera presencial, la mayoría de veces, ya que después de la Semana Santa por los toques de quedas, decretados por el Gobierno Nacional, tuvimos que tener 3 encuentros de forma virtual, que también fue muy ameno.

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Juan José Torres EL ALIMENTO DEL CORAZÓN Es increíble como la palabra reinventarse ha tenido que cargar con todo lo acontecido desde la pandemia, y cada que a uno le preguntan, ¿Cómo estás?, la respuesta más obvia es, ¡Reinventándome!, todo se reinventa, todo ha estado en un permanente cambio, ahora todo busca trascender desde que el año pasado fuimos confinados y muchas actividades apostólicas no fueron la excepción, no se trataba de volver a la normalidad, nunca lo fue, si no pensar de qué manera podíamos mejorar todo lo que estábamos haciendo. La experiencia apostólica de este año lo puedo definir de la siguiente manera: El alimento del Corazón, pues como jóvenes aspirantes salesianos estamos en el prenoviciado por una razón, y es el ferviente deseo de dar lo mejor a los jóvenes, a los destinatarios lo mejor de nosotros, y poner el mejor empeño para la mies que El Señor nos entregó en este año de formación. El apostolado, no es una exigencia del plan formativo, no es una obligación, no debe hacer parte del To Do List de lo que se tiene que hacer; el apostolado comienza con una actitud del corazón, de asumirnos a nosotros mismos como discípulos portadores de una buena noticia. Esta actitud del corazón debe ser lo que nos mueve a ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, y es por medio del encuentro con los jóvenes en el oratorio donde encontramos el alimento del corazón, una pequeña porción de eso que nos ayuda a permanecer, a continuar, a darle sentido a nuestra acción.

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Es en medio de los jóvenes donde se puede ver el Jesucristo que hoy nos invita a servir y colaborar en la misión, en la alegría de un niño, pero también en sus necesidades; en el trabajo de la animación, y también en las carencias. La propuesta programática del Rector Mayor nos habla precisamente del sacramento salesiano de la presencia, “Nuestra vocación tiene el sello de un don especial de Dios: la predilección por los jóvenes: “Me basta que seáis jóvenes, para que os ame con toda mi alma”. Este amor, expresión de la caridad pastoral, da sentido a toda nuestra vida. Y toda la reinvención del apostolado nos lleva a darnos cuenta que no se trata de grandes cosas por realizar, si no en asumir el lugar del salesiano en nuestra zarza ardiente, que son los jóvenes, siendo nosotros mismos un don de escucha, responsabilidad, alegría y especialmente, dedicación por los jóvenes. Como formandos salesianos, asumimos entonces una actitud de discípulos que asumen con el corazón el modo de ser apóstoles de los jóvenes, y que se encuentra en la recuperación del amor vocacional que nos atrajo a estar en medio de los muchachos. Hoy los jóvenes necesitan también de nosotros, tienen miedos, necesidad de ser amados, frustraciones, y nuestro apostolado es estar con ellos, acompañándolos, mirando a los jóvenes tal cual son, y lo más importantes, amándolos. Lo jóvenes tienen el deseo de caminar al lado de los salesianos, y nosotros debemos asumir con radicalidad nuestra opción preferencial, no como un compromiso. Los jóvenes son tanto nuestro alimento espiritual, como nosotros lo somos para ellos, y es en la experiencia apostólica donde ganamos almas para cristo, consolando en el dolor, trayendo la alegría del amor y adelantando el cielo, movido por el espíritu de nuestro padre que declaró “Dame Animas Caetera Tolle”


Portadores

de luz Del Evangelio según san Juan 15, 9-17

nado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. De modo que lo que pidan al Padre en mi nombre se lo dé. Esto les mando: que se amen unos a otros”.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a ustedes los llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los he elegido y los desti-

Reflexión Amigos y no siervos. “Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando”, a saber, la práctica del amor hasta el don total de sí. Enseguida, Jesús pone un ideal altísimo para la vida de los discípulos. Y les dice: “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre”. Jesús no tenía secretos para sus discípulos. Todo lo que ha oído del Padre nos lo cuenta. Es este el ideal de la vida en comunidad: llegamos a la total transparencia de podernos compartir en camino de misión

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la experiencia que tenemos de Dios y de la vida y, así, enriquecernos mutuamente. Los primeros cristianos conseguirán realizar este ideal durante algunos años. Ellos “eran un solo corazón y una sola alma” La fuente de todo es el Padre. El Padre ama a Jesús y Jesús ama al Padre. Jesús, a su vez, ama a los discípulos y los elige como amigos, les revela la voluntad del Padre y los envía a dar fruto, así mismo

nos envía a nosotros a construir fronteras de paz, amor y libertad. Se espera que los discípulos, a su vez, amen a Jesús y permanezcan en su amor, guardando sus mandamientos, lo mismo que Jesús permanece en el amor al Padre, cumpliendo su voluntad. Todo esto los llevará a la alegría plena, la alegría que brota del amor y de la fidelidad. Y este debe de ser el fundamento de nuestra misión apostólica.

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CALLEJEROS de la fe

ORATORIO VALDOCCO 190


CALLEJEROS de la fe

Experiencia Misionera Colombia ORATORIO VALDOCCO 11


CALLEJEROS de la fe

ORATORIO VALDOCCO 12 11


#SoyMisionero Busca 7 Diferencias en la siguiente imagen. Enciérralas con un círculo:

Ayuda como un buen misionero a recuperar la oveja perdida:

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En la siguiente sopa de letras encontrarás palabras importantes que te motivan a ser un gran misionero:

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