EVANGELIZANDO
EDICIÓN No. 7 - Julio - Agosto - Septiembre 2021
mi territorio
POSNOVICIADO INTERNACIONAL Felipe Rinaldi - Copacabana Ant. Inspectoria COM
#Soymisionero
Un saludo muy especial para nuestros lectores del boletín virtual Evangelizando Mi Territorio. Este busca ante todo seguir fortaleciendo nuestra cultura misionera en la Inspectoría y llevar a cabo la misión con cada una de las CEPs y los grupos misioneros visibilizando el compromiso de ser discípulos misioneros del Señor. Reconocemos la presencia del Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído. Como lo refiere el Papa Francisco en su mensaje para el mes de octubre, que por excelencia es misionero, y que nos compromete a todos como bautizados dentro de la labor de la Iglesia y a través del carisma Salesiano.
Todo en Cristo nos recuerda que el mundo en el que vivimos y su necesidad de redención no le es ajena y nos convoca también a sentirnos parte activa de esta misión: «Salgan al cruce de los caminos e inviten a todos los que encuentren» (Mt 22,9). Nadie es ajeno, nadie puede sentirse extraño o lejano a este amor de compasión. La historia de la evangelización comienza con una búsqueda apasionada del Señor que llama y quiere entablar con cada persona, allí donde se encuentra, un diálogo de amistad (cf. Jn 15,12-17). No podemos olvidar el compromiso que como bautizados tenemos al encontrar esa perla de gran valor para darla a conocer a quienes aún hoy andan desorientados y encuentran en ella la presencia de un mensaje que se consolida con nuestro testimonio.
La relación de Jesús con sus discípulos, su humanidad que se nos revela en el misterio de la encarnación, en su Evangelio y en su Pascua nos hacen ver hasta qué punto Dios ama nuestra humanidad y hace suyos nuestros gozos y sufrimientos, nuestros deseos y nuestras angustias (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22). Es el clamor de un pueblo que busca en la presencia de quienes acompañamos la misión de la Iglesia, una configuración en el día a día de un mensaje que brota del corazón de Dios y llega a lo más profundo de nuestra humanidad.
Hemos iniciado el mes de septiembre dedicado al estudio de la Sagrada Escritura y es importante que junto con los destinatarios de nuestra misión promovamos a través de su lectura la vivencia de lo que Jesús en la historia de la salvación nos ha querido regalar. Es allí donde encuentra sentido nuestra misión, en la búsqueda y exploración del mensaje salvífico que orienta nuestra opción para gritarle al mundo que estamos listos, que nos mueve la esperanza; que a pesar de la pandemia y de
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tantas situaciones difíciles estamos dispuestos a seguir mostrando la experiencia de un Cristo Resucitado que llena nuestras vidas con su amor e ilumina el camino por donde debemos recorrer.
nuestra inspectoría COM; para que nos vinculemos a las diferentes actividades que, programadas desde la parte formativa con respecto a los itinerarios de formación misionera, ayudará en el primer anuncio o kerigma como preparación a nuestro Congreso Inspectorial Misionero que llevaremos a cabo de manera presencial del 11 al 14 de noviembre en Villa de Sales – Copacabana, Antioquia. Estamos seguros de que será una gran oportunidad para seguir confiando en el amor misericordioso de Dios que viene a nuestras vidas y transforma nuestro ser.
El amor siempre está en movimiento y nos pone en movimiento para compartir el anuncio más hermoso y esperanzador: «Hemos encontrado al Mesías» (Jn 1,41). Y no podemos quedarnos callados, ante tan sublime experiencia, es desde cada realidad y en cada contexto donde debemos mostrar que la vivencia del amor hace creíble nuestro compromiso de bautizados en el darse y donarse como lo hemos evidenciado en este tiempo.
Agradecemos a la comunidad del Posnoviciado Internacional Beato “Felipe Rinaldi” por compartir su experiencia misionera y el deseo desde esta etapa formativa de seguir configurándose con la persona de Jesucristo Buen Pastor al estilo de Don Bosco.
Tiempos nuevos que suscitan una fe capaz de impulsar iniciativas y forjar comunidades a partir de hombres y mujeres que aprenden a hacerse cargo de la fragilidad propia y la de los demás, promoviendo la fraternidad y la amistad social. (Carta enc. Fratelli tutti, 67). Sólo así puede florecer el milagro de la gratuidad, el don gratuito de sí. Tampoco el fervor misionero puede obtenerse como consecuencia de un razonamiento o de un cálculo. Ponerse en “estado de misión” es ser capaz de transformar su propia vida a la luz del Evangelio y del compromiso con el prójimo, el que está cerca, próximo a mi realidad y con el cual puedo construir la realidad de mi comunidad.
Que la Virgen Auxiliadora siga acompañando nuestra labor de cada día, para acércanos a su Hijo Jesús y llevar a cabo su misión y el anuncio de su amor. En Don Bosco, P. Hernán Carmona. SDB
Es por esta razón, que al acercarse nuestro mes misionero los queremos invitar desde la Comisión Inspectorial para la Animación Misionera y el equipo base de misiones de
Instagram: @misionessalesianascom E-mail: misionescom@salesianos.edu.co
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TERRITORIO
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TESTIMONIOS DE MISIÓN
Daniel Acosta Durán, SDB (ANT) Una experiencia muy significativa que he tenido en mi vida salesiana ocurrió en el año 2018, en mi etapa de Noviciado; la cual fue realizada en la Inspectoría Salesiana de México-México (MEM). En ese entonces, en el mes de noviembre, todos los novicios tuvimos la oportunidad de misionar en el Instituto de Mejoradores de Comunidades Indígenas – Don Bosco (IMCI), ubicado en Oaxaca, un Estado al sur de México, un lugar habitado por una gran variedad de culturas indígenas. Cabe destacar, que este es un Instituto mixto, habitado por chicos y c h i c as, en donde la misión es compartida entre Salesianos (SDB) y Salesianas (FMA). Estas dos comunidades desarrollan una labor conjunta en favor de la educación y evangelización de jóvenes, predominantemente mixtecos, zapotecos, entre otros grupos. Me encontraba ante un panorama cultural y social distinto, novedoso, interesante, en el que estaba más dispuesto a aprender que a enseñar. Fueron dos semanas intensas en donde compartimos la vida con los niños, adolescentes y jóvenes de la Obra. Impartíamos clases, dábamos catequesis, jugábamos, trabajábamos con ellos, compartíamos los momentos de comida, los momentos de oración, Eucaristía, las típicas buenas noches, en fin, era realmente ser y estar entre ellos dando testimonio de un Jesús, que es Buen Pastor y del corazón de Don Bosco que sigue latiendo en el esfuerzo, empeño y dedicación de cada salesiano en su trabajo con los jóvenes.
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Un aspecto muy interesante de esas dos semanas fueron los saludos y algunas oraciones que compartíamos en la lengua mixteca, desde hacía varias semanas veníamos practicando para cuando llegáramos a la misión. Fue una delicia hacerse parte de su lenguaje, a pesar de que el idioma que predominaba era el español. Compartir el lenguaje, los cantos, la comida, es compartir la cultura. De esta experiencia puedo extraer que más que ir a llevar o dar algo, lo primordial fue recibir. Fui yo quien salió enriquecido, entusiasmado y con un panorama ampliado de la misión salesiana. De ahí aprendí que lo importante en la misión es darse, compartir y llegar al lugar sin prejuicios, dispuesto a vivir y descubrir lo novedoso que nos presenta el Señor.
¿Y tú, te animas a ser misionero?
Yury Alejandro Frasser C, SDB (COB) Mi nombre es Yury Alejandro Frasser Cajamarca salesiano de Don Bosco, originario de Soacha Cundinamarca. El año 2016 en una misión conocí un pueblo que lleva impreso el carisma salesiano en su ambiente, Contratación - Santander, no me imaginé que por gracia de Dios sería destinado para vivir un año como voluntario. En este lugar especial pude apreciar el carisma de nuestro Padre Don Bosco, desde el trato amistoso, en espíritu de familia con las personas que viven allá, y sentí la alegría de vivir en comunidad, y compartir el tiempo con los jóvenes me llenó de mucha felicidad mi existencia. En esta casa salesiana me encargaron del grupo de acólitos, un grupo de niños de catequesis de primera comunión, otro de jóvenes para la confirmación; adicional a estas responsabilidades ayudé en la acción pastoral del Instituto Técnico Industrial San Juan Bosco y la Parroquia María Auxiliadora. Debo decir, sin dudar dos cosas, la primera ser voluntario marcó mi vida, y en segundo lugar, decidirme a emprender un camino con Jesús, traerá recuerdos de alegría que nunca se olvidarán.
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Johan Sebastián Díaz Fuentes, SDB (COM) Mi nombre es Johan Sebastián Díaz, nací en la puerta de oro de la Amazonía Colombiana, es decir, en Florencia, Caquetá. Mi experiencia como misionero empezó en la parroquia a la que pertenecía cuando tenía 13 años. Allí comencé a servir con mi voz, cantando especialmente las misas de los domingos, aunque lo hacía a capela. Luego, recuerdo que en las vacaciones de Navidad, cuando viajaba donde mis padres que vivían en otra ciudad, solía unirme a grupos de músicos que cantaban villancicos en internados, parques y centros de atención para jóvenes y niños con alguna necesidad especial. Esto lo realizaba con mucha disposición pues me gustaba cantar, y ver que esto hacía feliz a las personas, especialmente a los más necesitados de esa compañía especial de Dios. Creo que de estas pequeñas experiencias se valió el Señor para poco a poco encender en mí la chispa de la vocación. Cuando tenía 17 años, un padre misionero de la Consolata me invitó a realizar una experiencia de misión en una de las veredas de Florencia para que lo acompañara cantando. Caminamos largo rato, subimos una montaña muy empinada que tenía bastante barrial y al final monté a caballo. La cosa se complicó cuando llegamos al sitio, pues el padre me solicitó ayuda en los bautizos que se iban a realizar en aquel lugar; pero, yo nunca había acolitado por tanto, no sabía el nombre de los objetos empleados para realizar el sacramento y lo único que sabía de liturgia eran las fórmulas que debía tener un canto para ser litúrgicamente aceptable en la misa. Sin embargo, no me detuve por eso y el padre tampoco, pues me iba indicando lo que debía pasarle y aunque yo estaba perdido creo que las personas ni se dieron de cuenta, puesto que, todo salió bien. En esta aventura misionera, descubrí algo muy importante: que a pesar de la lejanía que tenían los habitantes de aquel lugar con respecto a la ciudad eso no los hacía infelices, al contrario los llenaba de muchas más riqueza que a los que vivíamos en la ciudad, como por ejemplo, esa vista magnífica de la planicie caqueteña que pude admirar sólo cuando llegué allí. Esta fue una experiencia realmente enriquecedora, pues me llenó de muchas preguntas con respecto a mi proyecto de vida. En mi camino salesiano he podido vislumbrar la misión de don Bosco viva, y palparla en lugares llenos de muchos desafíos, enseñanzas y aprendizajes que han ido construyendo y siguen construyendo mi ser salesiano. Considero, que debemos dejar que el Espíritu actúe y Él mismo siga enriqueciendo la obra misionera que desde sus orígenes caracteriza nuestra congregación, porque allí donde el soplo vivaz toca la puerta, y si este es correspondido por hombres y mujeres dispuestos a salir de sí mismo, allí se puede descubrir el don gratuito de una vida misionera, alegrías, aprendizajes y plenitud.
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John Sebastián Pérez Triana, SDB (COB) En el año 2019 en la experiencia del voluntariado en la casa salesiana de la Holanda en Granada - Meta, tuve la oportunidad de acompañar en la Semana Santa un Resguardo Indígena en el municipio de Mesetas. El resguardo se llama Villa Lucía, son indígenas provenientes del Cauca, esta oportunidad de estar en este lugar, me enseñó la importancia que tiene la cultura para un pueblo. Su asentamiento queda aproximadamente a 2 horas del casco urbano, es un poco complicado llegar allí, sus vías están en mal estado, y luego se debe caminar alrededor de 40 minutos. Creo que lo más importante de la misión es compartir las costumbres de la gente y valorar todo lo que realizan, su trabajo, su cultura su forma de ver el mundo. Era la primera vez que tenía la oportunidad de ir a un resguardo indígena. Me impactó el ver como ellos tiene ese amor profundo por la naturaleza, el respeto que hay para con ella, y el gran significado que tiene para su cultura. Siento que es importante llegar a compartir la vida con ellos y no creer que nosotros tenemos la razón, es ir a estar con ellos, escucharlos para esta forma darles a conocer nuestra fe, sin obligarlos a que crean; las ventajas de este resguardo es que en su mayoría ya conocen del cristianismo y participan de las celebraciones, pero aun así siguen con sus costumbres ancestrales. Para mi el gran reto de ser misionero es ir a insertarme en su cultura, sin querer alterar drásticamente su cultura, basta con poner en común aquello que nos une y de esta manera poco a poco ir conociendo su forma de ver la vida, desde ahí se puede ir construyendo una relación cercana para ir dando a conocer nuestra fe y nuestra cultura, con el fin de legar a ser hermanos con el único objetivo propuesto por Jesús amarnos los unos a los otros. Esta fue mi experiencia misionera los animo a que sigamos cultivando esta propuesta tan rica para la Iglesia y para cada uno. Por tanto, si deseas ser misionero, arriésgate que en el camino se van dando los frutos. Un caluroso saludo en Cristo.
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Portadores
de luz Iluminación Bíblica:
es extendida a todos sus seguidores y por ello el compromiso que adquieren se convierte en parte fundamental de su existencia. Con el ejemplo tan valioso de Jesucristo, los apóstoles se lanzan a la misión de extender el anuncio del Reino propuesto por Jesús, sus corazones sólo se sienten llamados a la propagación del Reino y este va a ser el motor que los mueve a tal anuncio.
“Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se les darán por añadidura” Mateo 6, 33 JESÚS, EVANGELIZADOR DEL REINO DE DIOS La experiencia de Jesús como evangelizador y constructor del Reino de Dios en la tierra debe iluminar el caminar de la Iglesia a lo largo de la historia, su misión como evangelizador nos muestra la manera como se debe iniciar y perseverar en la evangelización, siendo elemento central el propio testimonio más que las palabras.
IGLESIA EVANGELIZADORA La Iglesia, como receptora de la misión que Cristo confío a sus primeros discípulos, está llamada a continuar son el anuncio siguiendo ese mismo ejemplo; la centralidad de este anuncio debe partir de la vida cotidiana y de allí construir el Reino, acercarse a los fieles en su cotidianidad y los mismos fieles siendo propagadores de la Buena Noticia en el común de su existencia. Jesucristo nos muestra el rostro
En el evangelio encontramos a cada momento a Jesucristo que se encuentra como un anunciador del Reino de Dios a través de su cercanía con los más necesitados y con los que son excluidos de la sociedad, esta misión
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jóvenes. Nuestra evangelización parte de dicha educación, ya que nuestra primera respuesta es la acogida en la cercanía con los acontecimientos más comunes, que por lo general necesitan una repuesta desde la educación que genere una construcción integral de la persona.
de un Dios cercano que se preocupa por las necesidades de los hombres y que está atento en los momentos más sencillos, encuentra la Iglesia este ejemplo y lo debe hacer vivo en sus expresiones más coyunturales. El Reino de Dios no es sólo una preocupación por el porvenir de las personas, sino que la primera preocupación que nos muestra Cristo son las necesidades más básicas, por las situaciones en las que están ahora y de ahí sí partir para el anuncio y la construcción de un Reino de Dios que se va construyendo desde el presente. El reto de la Iglesia en la actualidad ha de ser el de acoger en la cotidianidad a la persona, favorecer la ayuda en sus necesidades más inmediatas, realizar el anuncio que motiva a la propagación de la Buena Noticia y de aquí celebrar la cercanía del Reino de Dios que se refleja en la determinación de muchos más por el anuncio y la construcción del proyecto de Dios.
Evangelizando y educando en la cotidianidad La labor educadora en nuestros contextos debe mantener una función evangelizadora que cree la conciencia de nuestra vida como miembros de una comunidad de creyentes, una comunidad que tenga su ejemplo en la comunidad de los apóstoles donde se compartía todo y donde la identidad era el amor desde Jesucristo; en nuestra labor educativa se debe fomentar este sentido de comunidad principalmente a través del testimonio mismo que como educadores damos de nuestra vida en comunidad y comprometidos en la misma.
Nuestra cotidianidad debe estar impregnada por la manera como evangelizó Jesús, teniendo en cuenta las distintas dimensiones de la evangelización y las implicaciones que esto tiene en la educación de los
La evangelización como propuesta que debe ser novedosa ante la necesidad que tiene el ser humano de darle sentido a su propia existencia, me vuelvo insistente en que no es sola-
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mente mostrar a Dios sino mostrar su cercanía y dejar que su palabra se trasparente en nuestras acciones. El llamado que nos hace Jesús en la actualidad es a dar testimonio del Reino del Padre principalmente a través de nuestro ejemplo, un Reino que se construye desde la cotidianidad de la persona y que como primer elemento tiene la acogida de la persona en su propia cultura y en sus situaciones personales. El ejemplo claro de ello lo encontramos en Jesús que se hizo hombre y vivió como tal y muchas de sus enseñanzas partían de las labores cotidianas del ser humano, porque comprendió lo que nosotros debemos comprender ahora, que es el que toda labor debe partir del conocimiento del contexto, una acercamiento real a la fuente de tantas situaciones que se desarrollan en el ambiente educativo, no sólo se debe quedar en el juzgar desde fuera de acuerdo con nuestra concepción personal de la situación sino desde la comprensión desde el interior de la misma, asumiendo una posición crítica de la realidad como medio para fortalecer nuestro actuar educativo.
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