el ojo de CHILE
LU I S V E R D E J O
Salto de mata
el ojo de CHILE
el ojo de CHILE LU I S V E R D E J O
Salto de mata
el ojo de CHILE©
Primera edición en Salto de mata© Portada de Luis Verdejo© Diseño por Karen Plata© ISBN en trámite México, 2020
COLECCIÓN PECES DE PLATA
LU I S V E R D E J O
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Explicación gráfica del funcionamiento del ojo por la Dra. en Oftalmología: Evalicia Murúa
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Carlos Cociña Aguas Servidas (1973 – 1980) ...Con los dedos cierro el párpado ...El ojo en su agua se retrae ...soy el ojo ciego que mira
...desorbitado cicatrizo // y soy el ojo gemelo...
...Ojo gemelo que se cierra / dislocado / lentamente ...La masa anega el ojo ciego
Haroldo de Campos Entremilenios (2009 libro póstumo) (traducido por Andrés Fisher)
...cámara os- /cura de la reti- / na de donde / la luz sale / zumbando / hecha abeja / de alveolo / de colmena /oro- ambarino
...Ojos de / perro..../pastor de pueblos ... como una astilla / aguda de / sol
... el dios degollado nos / mira y sonríe con ojos / vaciados ...el ojo en-/ ceguecido/ duele/ de luz/ y se a-/ lucina ...los ojos ah! los ojos / joyas misteriosas
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el ojo (de
CHILE) en-
ceguecido (cegado) duele
de luz
y se alucina
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imposible escribir que armas (a)puntan filosas (a) contra-ojos: trémulos amuletos tiemblan vacíos, vaciados de mirar y de querer remirar
la casa del ojo (ahora solo, solar, solferino) como lluvia de luz, ya no reposa: escalda como si de repente
toda encendida, incendiada y vaciada de sí en su interior y fachada fuera hoy (joven) un torbellino puro o una pura marca–herida–cicatriz
(PRIMERO hematoma, SEGUNDO: rastro – rastrillar – rastrojo) sus canículas (pingüicas frías) redondean la tarde vaciada y qué se hace con esos tejidos en flujo cuando su función (de parque alegre) ya no funcionan para ello, para esa amplia simple visualidad, siempre paisaje a dónde van a dar: o con pudor, enterrarlos
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una cascada (ininteligible) de BALINES CAYÓ SOBRE CHILE COMPONIENDO cuadro horrible de OJOS huérfanos
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tiene prisa (imposible) de VER y REVER el OJO de nuevo una luz harta familiar
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fatal- calamitoso: apuntar lanzar atravesar perforar con
balín (pequeña esquirla NO – MÁGICA) penetrando la comisura del párpado
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tiene prisa (DE QUÉ) la IM-PASIBLE clandestina en tempestad luz (de CHILE)
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como un ojo inamovible, inmovible, sin lubricidad desearía ver el rocío del amanecer en el tulipán amarillo
como uno es cubierto por un parche o gasa, una niebla aplasta blanda la ciudad era la ira incesante por las manos y ojos heridos o vaciados
es la ira incesante contra el acero incesante que se opone e impone por manos visibles e invisibles se trata de fijar la vista y atrapar el vacío que fluye, pongamos el mar imposible fijar la vista vaciada y atrapar el vacío que fluye, pongamos el mar.
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esos días tercos extintos de las grandes mentiras ahora se renuevan la ley del acero contra la ley de la ira
esa su ley contra la ley del vértigo y el hartazgo qué dicen los imanes: atrapan balas balines gomas y los dinamos, qué parlamentarán cuando hacen girar su geometría de hierro hacia lo blando, el tejido y la carne y las torundas empapan cuánta sangre
la plaza está llena, la plaza está vacía, la plaza estalla
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imposible VER (poder VER) tal dispersarse de tal materia desollada en tal giro en la
espiral de las tensiones: incidir, incide materia desollada en la detonación del hierro incide desde su detonación imaginar el incidir (lejos de la reproducción) del volumen espeso (grasa) del retumbar real y la nube gris oscuro caliente en las vías respiratorias hasta los pulmones y qué y cuánta ceniza acumulada hasta volverse amarilla
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¿y sus niñas?
ellas ya no mirarán de Santiago
en la subida del teleférico
(imaginado imaginario real)
el sueño mismo de la propia ciudad tierra río y árboles
revelándose
debajo de la niebla
respirar
cemento
rebelándose
respirar
ver
“se le pone a uno la piel de gallina” sus niñas tiernas
de los ojos.
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y ahí: Chile: Santiago, Concepción, Valparaíso... (y ¿aquí?): la tempestad se extiende desatada:
pingüicas, canicas, qué son esas bolitas duras que, desde ductos, tubos y conductos a pleniluz del día, por estrechos
nocturnos túneles (salir) salen a altísima velocidad, CAPACES DE........... en el rostro y el párpado, CAPACES DE............ y quién (lo ha) se ha atrevido a ordenar ese rito carnicero citadino cotidiano
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NO EYE NO SEE NO SEA (or mountain - THE ANDES) SEEN NO MORE COLOR
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un ojo (por BALĂ?N (enceguecido) lucha ya (a) prisionado (CON VOLUNTAD) de ver +++++++ de ( querer creer) ENTREVer
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la gran colisiรณn del cuerpo de Chile colectivo tiene carรกcter ocular (no iluminado) de espectro
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imposible a-lucinado ver con (sin) OJO la ( ni la) luz
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(h)ay ESE imposible (total) ESE ojo de NO verse en un espejo
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queda el ERRAR SUSPENDIDO en que cayรณ vaciado SIN GOCE
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ese
ojo
DE
CHILE -
se olvida
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NO
E P Í LO G O
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Las palabras pueden abordarse desde distintos sentidos, emergen desde estos en forma táctil, so-
nora o visual. Las culturas privilegian alguno de ellos, pero los tres aspectos están siempre presentes. Con especial énfasis, en algunos territorios y tiempos, la sonoridad con sus ritmos y cadencias, vibran como un canto desde la escritura alfabética. Lo que se construye con palabras se integra como un elemento más de lo que se quiere representar, no lo copia, lo reconstruye para que recircule más allá de su ocurrencia. Y la lengua contiene una carga que sobrepasa la conciencia de quien la utiliza y construye a la vez. En cualquier situación, y más en el horror, balbucear, pestañear, tropezar, son constantes hasta que se materializa un sentido que aparece desde ese acto de impotencia. Ahí, en ese cruce, convergen y se expanden distintas vertientes de los sentidos. El detonante de ideas, sensaciones y percepciones, puede surgir inesperadamente desde un lugar inusitado, que se ensancha, casi sin intención. Esa deriva es la que adquiere fuerza en El ojo de Chile. El primer golpe de vista es un esquema de cómo funciona biológicamente la visión, lo que apunta precisamente a aquello que se ha perdido. La presentación se construye desde y con aquello que se destruyó. La manifestación del hartazgo, de la rabia, de la pérdida de paciencia de las personas ante la injusticia, expresada con el cuerpo, la voz y el trazo sobre las murallas, se pretende aplacar cegando para que no puedan ver o vivir. Ese espesor que se va creando a lo largo del texto, donde la palabra enceguecer se quiebra, y las imágenes son imposibles de escribir porque están vaciadas de sí. 47
Los trazos parpadean en el momento de su destrucción, se transforman en un rostro velado, quemado por una luz negra, una masa encefálica que destella.
Lo notable de la obra de Luis Verdejo Navarro es que rearma la visión mirándola, y no lo dice, la hace ver, y esa imposibilidad no es su descripción, es el horror. El ojo de Chile es una obra contundente, donde la escritura logra una notable coherencia en textos e imagen, una suma de ideogramas en palabras.
Carlos Cociña noviembre de 2020
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CATÁLOGO DE ILUS TRACIONES
LUIS VERDEJO
Serigrafías. 25 x 29 cada una
(Pág: 9, 10, 11, 14, 15, 17, 18, 20, 21, 25, 27, 29, 30, 33, 35, 36, 37, 38, 41)
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Serigrafías 25 x 29
pág. 9
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S O B R E E L AU TO R
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Luis M. Verdejo.
Nació en Tijuana, B. C. en 1967. Estudió Literatura en la Universidad Iberoamericana y una Maestría en Artes Visuales en la
UNAM. Tomó talleres de Pintura con el pintor José Barbosa, de Dibujo con el Maestro Jorge
Chuey y de grabado en linóleo con María João Worm. Actualmente trabaja en el Taller de Tizapán
del Escultor Javier del Cueto, junto a María Cabañas y Jimena Granados. Ha realizado exposiciones nacionales e internaciones y ha participado en siete bienales de pintura y escultura.
En 2008 publicó el libro Poemas de la mano izquierda y en 2016 Poemas de la musa negra, los dos en
Editorial Textofilia. En 2018, El rumor de lo real: Conversaciones con el poeta argentino Hugo Gola en la Editorial Matadero. En 2020, Remaches, en la Editorial Mantra. En 2020 publicó la recopilación de entrevistas a Hugo Gola: La práctica del riesgo total en la editorial de la UIA.
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CONTENIDO
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el ojo de chile
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Epílogo Carlos Cociña
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catálogo de ILUSTRACIONES
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SObre el autor
OT RO S T Í T U LO S D E L A CO LE C C I Ó N
Vigilia
Juan Manuel Portillo
De las últimas cosas
Nadia Mondragón, Tania Favela, Karen Plata, Luis Verdejo, Juan Manuel Portillo
DE LAS ÚLTIMAS COSAS N A D I A M O N D R A G Ó N - TA N I A FAV E L A - K A R E N P L ATA LU I S V E R D E J O - J UA N M A N U E L P O R T I L LO
Salto de mata
Salto de mata
P RÓXIM A M E N T E
poemas aconceptuales
poemas aconceptuales Magdalena Chocano
Magdalena Chocano
Salto de mata
Salto de mata
El ojo de CHILE se diseùó en los talleres de Salto de mata. Noviembre 2020.
edicionessaltodemata@gmail.com
Las palabras pueden abordarse desde distintos sentidos, emergen desde estos en forma táctil, sonora o visual. Las culturas privilegian alguno de ellos, pero los tres aspectos están siempre presentes. Con especial énfasis, en algunos territorios y tiempos, la sonoridad con sus ritmos y cadencias, vibran como un canto desde la escritura alfabética. Lo que se construye con palabras se integra como un elemento más de lo que se quiere representar, no lo copia, lo reconstruye para que recircule más allá de su ocurrencia. Y la lengua contiene una carga que sobrepasa la conciencia de quien la utiliza y construye a la vez. En cualquier situación, y más en el horror, balbucear, pestañear, tropezar, son constantes hasta que se materializa un sentido que aparece desde ese acto de impotencia. Ahí, en ese cruce, convergen y se expanden distintas vertientes de los sentidos. El detonante de ideas, sensaciones y percepciones, puede surgir inesperadamente desde un lugar inusitado, que se ensancha, casi sin intención. Esa deriva es la que adquiere fuerza en El ojo de Chile. El primer golpe de vista es un esquema de cómo funciona biológicamente la visión, lo que apunta precisamente a aquello que se ha perdido. La presentación se construye desde y con aquello que se destruyó. La manifestación del hartazgo, de la rabia, de la pérdida de paciencia de las personas ante la injusticia, expresada con el cuerpo, la voz y el trazo sobre las murallas, se pretende aplacar cegando para que no puedan ver o vivir. Ese espesor que se va creando a lo largo del texto, donde la palabra enceguecer se quiebra, y las imágenes son imposibles de escribir porque están vaciadas de sí. Los trazos parpadean en el momento de su destrucción, se transforman en un rostro velado, quemado por una luz negra, una masa encefálica que destella. Lo notable de la obra de Luis Verdejo Navarro es que rearma la visión mirándola, y no lo dice, la hace ver, y esa imposibilidad no es su descripción, es el horror. El ojo de Chile es una obra contundente, donde la escritura logra una notable coherencia en textos e imagen, una suma de ideogramas en palabras.
Carlos Cociña noviembre de 2020
Salto de mata