“Sacerdotes Santos según el Corazón de Cristo” Solemnidad del “Sagrado Corazón de Jesús”
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Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes
“Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios” (1Cor 4,1)
Solemnidad “Sagrado Corazón de Jesús” Viernes 11 de Junio del 2021
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PRESENTACIÓN Queridos hermanos en el Sacerdocio: Dios misericordioso, que en su gran bondad nos ha llamado a la vida sacerdotal, nos regala también este año la alegría de saber que la Iglesia entera se une en oración por nosotros y nuestra santificación.
Conscientes y agradecidos por el don de la vida, que nos sigue regalando, ofrecemos una vez más nuestras existencias a Dios, entregándolas en la vida cotidiana a los hermanos que nos han sido confiados, en aquella misión única y especial que se nos ha encomendado: velar por el Pueblo de Dios y por su salvación.
En este año dedicado al esposo de la Virgen María y padre de Jesús, pidamos la intercesión de San José para que, siguiendo su ejemplo de humildad y obediencia, obtengamos la gracia de que nuestro humano corazón sacerdotal se asemeje cada día más al Sagrado Corazón de Jesús.
Si bien sabemos que la santidad es un llamado universal dirigido a toda la Iglesia, lo es en modo particular para nosotros que hemos recibido el poder sobrenatural de hacer presente al mismo Cristo en cada celebración Eucarística, perpetuando de esta forma su presencia real en este y en cada uno de los sacramentos.
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Oremos a Dios con confianza e insistencia, pidamos por nuestra conversión, para que guiados por el Espíritu Santo avancemos en el camino de santidad. Pidamos por la Iglesia y por toda la humanidad, por los que más sufren, por los más pobres, los que aún no han recibido el anuncio del amor de Dios. Con mi bendición, Carlos Enrique García Camader Obispo de Lurín Presidente de la Comisión Episcopal para el Clero, Seminarios y Vocaciones
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CONTAMOS CON TUS ORACIONES
PBRO. VÍCTOR HUAMÁN GUTIERREZ Delegado para el Clero Vicariato Apostólico de San Ramón https://drive.google.com/file/d/1CEeG-BAbluuHXTVYg8CdebOht7eI9cez/view?usp=sharing
“¡No tengan miedo!” “Pido al pueblo de Dios sus oraciones y sacrificios por la santificación de los sacerdotes”
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PBRO. MIGUEL TENAZOA NAVARRO Miembro de la Comisión del Clero Diócesis de Lurín https://drive.google.com/file/d/1AshjHzc8m8-8HiySNqJ-Qcll4kdZ-Zcl/view?usp=sharing
“Las cruces y dificultades de cada día las abrazo con amor. Las luces, los gozos y la alegría son una gracia para servir a los demás”.
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HORA SANTA POR LOS SACERDOTES
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HORA SANTA
Monición inicial: En esta hora de adoración con Jesús Eucaristía, queremos dialogar con Él, meditar sobre el don del Sacerdocio, orar por la santificación de todos los sacerdotes y por el aumento de vocaciones sacerdotales en nuestra Iglesia en Perú. Exposición del Santísimo: Canto: Oh, buen Jesús https://www.youtube.com/watch?v=QiCcqVzAtu8 ¡Oh, buen Jesús! Yo creo firmemente que por mi bien estás en el altar, que das tu cuerpo y sangre juntamente *al alma fiel en celestial manjar (2) Indigno soy, confieso avergonzado, de recibir la santa Comunión; Jesús que ves mi nada y mi pecado, *prepara Tú mi pobre corazón. (2) Dulce maná y celestial comida, gozo y salud de quien te come bien; ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida, *desciende a mí, hasta mi pecho ven. (2)
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Pequé Señor, ingrato te he ofendido; infiel te fui, confieso mi maldad; contrito ya; perdón, Señor, te pido, *eres mi Dios, apelo a tu bondad. (2) Espero en Ti, piadoso Jesús mío; oigo tu voz que dice “ven a Mí”, porque eres fiel, por eso en Ti confío; *todo Señor, lo espero yo de Ti. (2) ¡Oh, buen pastor, amable y fino amante! Mi corazón se abraza en santo ardor; si te olvidé, te juro que constante *he de vivir tan sólo de tu amor. (2) Momento de silencio para meditar: (Se puede poner música instrumental) https://www.youtube.com/watch?v=c5y6twAUe04 Oración por los Sacerdotes Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia según el corazón de Cristo. 9
Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amén Momento de silencio para meditar: (Se puede poner música instrumental) https://www.youtube.com/watch?v=c5y6twAUe04 Iluminación bíblica: Jn. 15, 12-20 “Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros. Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, él mundo los odia. 10
Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes”. Palabra del Señor Momento de silencio para meditar: (Se puede poner música instrumental) https://www.youtube.com/watch?v=c5y6twAUe04 Reflexión: Extracto de la Constitución Apostólica “Haerent Animo” del Papa San Pío X sobre la Santidad del Clero – 04 agosto 1908
I. DEBER DE SANTIDAD Ministros y amigos de Cristo. 14. Estas verdades aparecen con mayor relieve, si consideramos que nosotros, los sacerdotes, no ejercernos la función sacerdotal en nombre propio, sino en nombre de Jesucristo. Dice el Apóstol: “que todo hombre nos considere como ministros de Cristo dispensadores de los misterios de Dios: somos embajadores de Cristo”. Por esta razón Jesucristo mismo nos trató como amigos y no como siervos. Ya no los llamo siervos..., los llamo amigos: porque todo lo que he oí de mi Padre se lo he dado conocer a ustedes... Yo los elegí y los he destinado para que vayan y den fruto”. Tener los sentimientos de Cristo. 15. Debemos, pues, representar la persona de Cristo, y cumplir la misión que se nos ha confiado, de modo tal, que consigamos el fin que Él se propuso. Y como "querer y no querer la misma cosa es lo que constituye la verdadera amistad". Estamos obligados como amigos, a tener los mismos sentimientos que Jesucristo, que es santo, inocente e inmaculado. En cuanto embajadores suyos, 11
estamos obligados a ganar el espíritu de los hombres para su ley y para su doctrina, comenzando por observarlas nosotros mismos; en cuanto que participamos de su poder, estamos obligados a librar a las almas de los lazos del pecado, y hemos de evitar con todo cuidado no caer nosotros mismos en ellos. CANTO: “Pescador de hombres”. (Autor: Cesáreo Gabaráin) https://www.youtube.com/watch?v=AuDR3KWp1Jc Tú has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos, Tan sólo quieres que yo te siga. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre, en la arena, he dejado mi barca, junto a ti buscaré otro mar. Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espadas, tan sólo redes y mi trabajo. Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando. Tú, Pescador de otros lagos, ansia eterna de almas que esperan, amigo bueno, que así me llamas. Momento de silencio para meditar: (Se puede poner música instrumental) https://www.youtube.com/watch?v=c5y6twAUe04
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PRECES Monición: Con corazón de hijos, con la confianza que nos inspira el Corazón de Cristo Eucaristía, pongamos en sus manos nuestras peticiones, que haremos en forma de letanía, meditando lo que estamos pidiendo. Danos Señor, sacerdotes santos. 1. Para ofrecerte cada día sobre el altar el Santo sacrificio de la Misa, que redime nuestros pecados y purifica nuestras vidas. Danos Señor, sacerdotes santos. 2. Para que sean absueltos nuestros pecados y recuperemos la Gracia y la paz del espíritu. Danos Señor, sacerdotes santos. 3. Para llevar a los niños cerca de Ti, para que ningún niño quede sin la Gracia del Santo Bautismo y todos reciban el Evangelio de Jesús. Danos Señor, sacerdotes santos. 4. Para dar a los jóvenes la fortaleza y la alegría de la vida. Danos Señor, sacerdotes santos. 5. Para ofrecer tu perdón y tu amistad a los pecadores arrepentidos. Danos Señor, sacerdotes santos. 6. Para predicar el evangelio a los que lo ignoran Danos Señor, sacerdotes santos.
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7. Para alimentar con tu cuerpo a las almas hambrientas de Ti, de tu vida y de tu amor. Danos Señor, sacerdotes santos. 8. Para ayudar a los moribundos a cruzar las fronteras de la vida y encontrarte cara a cara en tu Reino. Danos Señor, sacerdotes santos. 9. Para bendecir a nuestras familias y nuestros hogares. Danos Señor, sacerdotes santos. Monición: Continuamos orando por los sacerdotes con fe y confianza. 10. A nuestro Santo Padre, el Papa Francisco. Envuélvelo en tu Gracia y Sabiduría Señor. 11. A nuestro Obispo (N) Envíale tu luz y tu fortaleza, Señor. 12. A los sacerdotes diocesanos y a los párrocos que guían a las comunidades cristianas. Dales Señor, la ciencia, la fidelidad y la ternura del Buen Pastor. 13. A los sacerdotes religiosos. Ayúdalos a ser fieles a su carisma y a su espiritualidad. 14. A los sacerdotes que atienden a los enfermos en los hospitales. Dales constancia y delicadeza, Señor. 14
15. A los sacerdotes enfermos. Sánalos, Señor. 16. A los sacerdotes tibios. Dales Señor, mucho fervor y pasión por su vocación. 17. A los sacerdotes débiles. Fortalécelos, Señor. 18. A los sacerdotes tentados. Líbralos, Señor. 19. A los sacerdotes en pecado. Dales tu gracia Señor. 20. A los sacerdotes pobres. Socórrelos, Señor. 21. A los sacerdotes solos. No los dejes, Señor. 22. Que nuestros sacerdotes sean dignos y ejemplares seguidores de Jesús Buen Pastor. Que su conducta nos edifique. 23. Que su trato atraiga a todos a Dios. Que comuniquen santidad y pureza. 15
24. Que sean hombres de oración. Que sean fieles a su consagración sacerdotal. 25. Que sean santos sacerdotes Dales paciencia y caridad, dales intenso amor a la Eucaristía, dales humildad y generosidad, dales rectitud y justicia. Aparta su corazón de la avaricia, aparta de su cuerpo la pereza y la ociosidad. Que el Espíritu Santo los posea y sean sagrario de su presencia. (Unos momentos de silencio).
RESERVA DEL SANTÍSIMO V/. Les diste el pan del cielo R/. Que contiene en sí todo deleite
Oremos: ¡Oh Dios!, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo, los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu Redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 16
Bendición con el Santísimo Sacramento: Alabanzas al Santísimo Sacramento: Bendito sea Dios. Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su Preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo, Paráclito Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su Gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su Castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Amén CANTO: “Bendito, Bendito sea Dios” https://www.youtube.com/watch?v=QRm8gKeelqs
Bendito, bendito, bendito sea Dios *Los ángeles cantan y alaban a Dios (2) Yo creo Jesús mío que estás en el altar *Oculto en la hostia te vengo a adorar (2) Espero Jesús mío que en tu suma bondad *Poder recibirte con fe y caridad (2) Por el amor al hombre moriste en una cruz *Y al cáliz bajaste por nuestra salud (2) 17
Jesús, Rey del cielo, está en el altar, *su cuerpo, su sangre, nos da sin cesar (2) Entre sus ovejas está el buen Pastor, *en vela continua lo tiene el amor (2) Oh, cielo, oh, tierra, canten a una sola voz: *Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios! (2)
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SANTA MISA
SOLEMNIDAD “SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS”
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SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Monición de entrada Celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, al hacerlo nos unimos al corazón de Dios que se nos ofrece por entero como entrega de amor infinito y predilección por nosotros. Fijemos nuestros ojos en ese corazón traspasado para fortalecer nuestro amor por Él y para rogarle en este día muy especial por la santificación de todos los sacerdotes. ACTO PENITENCIAL: GLORIA: ORACIÓN COLECTA: Dios todopoderoso, concede a quienes, alegrándonos en el Corazón de tu Hijo amado, recordamos los inmensos beneficios de su amor hacia nosotros, merecer recibir una inagotable abundancia de gracia de aquella fuente celestial de los dones. Por nuestro Señor Jesucristo. Monición a la Liturgia de la Palabra Dios nos llama a vivir en fidelidad a su alianza, como lo escucharemos en boca del profeta Oseas; esta alianza es sellada con su corazón abierto, como nos lo recuerda San Juan en el Evangelio. Vivamos la alegría del infinito amor de nuestro Dios y escuchemos su Palabra. 20
PRIMERA LECTURA Lectura de la profecía de Oseas 11, 1b. 3-4. 8c-9 Así dice el Señor: —«Cuando Israel era joven, lo amé, desde Egipto llamé a mi hijo. Yo enseñé a andar a Efraím, lo alzaba en brazos; y él no comprendía que yo lo curaba. Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer. Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta». Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL: Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6 R. Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. El Señor es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R.
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Den gracias al Señor, Invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. R. Toquen para el Señor, que hizo proezas, anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el santo de Israel». R. SEGUNDA LECTURA Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 8-12. 14-19 Hermanos: A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, y aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designo eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él. Por esta razón, doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, les conceda por medio de su Espíritu robustecerse en lo profundo de su ser. Que Cristo habite por la fe en sus corazones; que el amor sea su raíz y su cimiento. Así, con todos los santos, lograrán abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo; conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento y se llenen de toda la plenitud de Dios. Palabra de Dios.
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EVANGELIO Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 31-37 En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también ustedes crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura que dice: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron». Palabra del Señor.
HOMILÍA: Se ofrece esta homilía del Papa Francisco en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, 12 de junio 2015. Tercer Retiro Mundial de Sacerdotes Basílica de San Juan de Letrán Viernes 12 de junio de 2015
En la primera lectura nos adentramos en la ternura de Dios, como que Dios le cuenta a su pueblo como lo quiere, como lo ama, como lo cuida. Y lo que Dios dice a su pueblo en esta lectura del profeta Oseas, capítulo 11, en adelante, versículo primero en adelante, lo dice a cada uno de nosotros, y nos hará bien tomar este texto en un momento de soledad, ponernos en la presencia de Dios y escuchar cuando nos dice esto: «cuando vos eras chico yo 23
te amé, te amé desde niño, te salvé, te traje de Egipto, te salvé de la esclavitud, de la esclavitud del pecado, de la esclavitud de la autodestrucción, y de todas las esclavitudes que cada uno conoce, que tuvo o tiene dentro. Yo te salvé, yo te enseñé a caminar». Qué lindo escuchar Dios me enseña a caminar, el Omnipotente se abaja y me enseña a caminar. Recuerdo esa frase del Deuteronomio, cuando Moisés le dice a su pueblo, «escuchen ustedes que son tan duros de cabeza», cuando vieron un Dios tan cercano a su pueblo como Dios está cercano a nosotros. Y la cercanía de Dios es esta ternura: me enseñó a caminar, sin Él yo no sabría caminar en el Espíritu. Y lo tomaba por los brazos, pero «tú no reconociste que yo te cuidaba». Tú te creíste que te las arreglabas solo. Esta es la historia de la vida de cada uno de nosotros. «Y yo te atraía con lazos humanos, no con leyes punitivas, con lazos de amor, con ataduras de amor». El amor ata, pero ata en la libertad, ata en dejarte lugar para que respondas con amor. «Yo era para ti como los que alzan a una criatura a las mejillas y lo besaba, y me inclinaba y le daba de comer». Dime, ¿ésta no es tu historia? Al menos es mi historia. Cada uno de nosotros puede leer aquí su propia historia. Dime: «¿Cómo te voy a abandonar ahora, cómo te voy a entregar al enemigo?». En los momentos donde tenemos miedo, en los momentos donde tenemos inseguridad, Él nos dice: «pero si hice todo esto por ti, ¿cómo piensas que te voy a dejar solo, que te voy a abandonar?». En las costas de Libia, los 23 mártires coptos estaban seguros de que Dios no los abandonaba y se dejaron degollar diciendo el nombre de Jesús, porque sabían que Dios, pese a que les cortaban la cabeza, no los abandonaba. «¿Cómo te voy a tratar como un enemigo? Mi corazón se subleva dentro de mí y se enciende toda mi ternura». Cuando la ternura de Dios se enciende, esa ternura cálida – es el único capaz de calidez y de ternura- «no le voy a dar un día libre a la ira por los pecados que hiciste, por tus equivocaciones, por adorar ídolos, porque yo soy Dios, soy el Santo en medio de ti». Es una declaración de amor de Padre a sus hijos y a cada uno de nosotros. 24
Cuántas veces pienso que le tenemos miedo a la ternura de Dios, y porque le tenemos miedo a la ternura de Dios, no dejamos que se experimente en nosotros y por eso tantas veces somos duros, severos, castigadores, somos pastores sin ternura. ¿Qué nos dice Jesús en el capítulo 15 de Lucas, de aquel pastor que notó que tenía solamente noventa y nueve ovejas y le faltaba una, que las dejó bien cuidaditas cerradas con llave y se fue a buscar a la otra, que estaba enredada ahí entre los espinos y no le pegó, no la retó, la tomó en sus brazos, en sus hombros y la trajo y la curó, si estaba herida. ¿Haces lo mismo tú con tus feligreses, cuando notas que no hay uno en el rebaño o nos hemos acostumbrado a ser una Iglesia que tiene una sola oveja en el rebaño y dejamos que noventa y nueve se pierdan en el monte? ¿Tus entrañas de ternura se conmueven? ¿Eres pastor de ovejas o te has convertido en un peinador, en un peluquero de una sola oveja exquisita, porque te buscas a ti mismo y te olvidaste de la ternura que te dio tu Padre, que te los cuenta aquí, en el capítulo 11 de Oseas y te olvidaste de cómo se da ternura. El corazón de Cristo es la ternura de Dios, «¿Cómo voy a entregarte, cómo te voy a abandonar? Cuando estás solo, desorientado, perdido, ven a mí que yo te voy a salvar, yo te voy a consolar». Hoy les pido a ustedes en este Retiro que sean pastores con ternura de Dios, que dejen el látigo colgado en la sacristía y sean pastores con ternura, incluso con los que le traen más problemas. Es una gracia, es una gracia divina. Nosotros no creemos en un Dios etéreo, creemos en un Dios que se hizo carne, que tiene un corazón, y ese corazón hoy nos habla así: «vengan a mí si están cansados, agobiados, yo los voy a aliviar, pero a los míos, a mis pequeños trátenlos con ternura, con la misma ternura con que los trato yo». Eso nos dice el corazón de Cristo hoy y es lo que en esta misa pido para ustedes y también para mí. Fuente: https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2015/docu ments/papa-francesco_20150612_omelia-ritiro-mondialesacerdoti.html 25
CREDO: PRECES: Dios Padre, rico en misericordia, manifestó su amor incondicional por medio de Jesús, cuyo corazón vivía la misma pasión de Dios. A Él dirigimos hoy nuestras plegarias: 1. Por la Iglesia, para que tenga la misma grandeza del Corazón de Cristo y abra siempre sus puertas a todos los hombres y mujeres que necesitan una palabra de esperanza. Roguemos al Señor. 2. Por todos los sacerdotes del mundo para que alcancen la santidad por medio de la imitación de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote sirviendo sin descanso al Pueblo Santo de Dios. Roguemos al Señor. 3. Que nuestro corazón sea, como el de Jesús, un corazón misericordioso que no caiga en la insensibilidad y la indiferencia ante el sufrimiento de nuestra gente. Roguemos al Señor. 4. Que nuestro corazón sea, como el de Jesús, un corazón generoso, que supere todo individualismo teniendo como horizonte de su vida la lucha por el Reino de Dios en nuestra sociedad. Roguemos al Señor. 5. Que todos nosotros, los cristianos, logremos un corazón unido por un único ideal y formemos una fraternidad en comunión teniendo todos los mismos sentimientos de Cristo. Roguemos al Señor. Escucha, Padre, nuestra oración y convierte nuestro corazón para que sea semejante al corazón de Cristo.
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ORACIÓN DESPUÉS DE LAS OFRENDAS Mira, Señor el inefable amor del Corazón de tu Hijo predilecto, para que los dones que te presentamos sean ofrenda aceptable a ti y expiación de nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Señor, que el sacramento de la caridad encienda en nosotros el fuego del amor santo por el que, cautivados siempre por tu Hijo, aprendamos a reconocerle en los hermanos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
BENDICIÓN FINAL CANTO: Sagrado Corazón (Autor: Seminario Pontificio Mayor de Santiago) https://www.youtube.com/watch?v=seUKXXzKNQA Rendido a tus pies Oh, Jesús mío te pido humildemente amarte servirte y serte fiel. Mira que soy pobre, Oh, buen Jesús soy débil y necesito apoyarme en Ti para no caer A las puertas de tu corazón vengo, llamo y espero, Oh, Señor, y del mío te hago decidida entrega, Tómalo y dame a cambio lo que me lleve a la eternidad, Oh, Señor.
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Señor quiero hacer tu voluntad y Tú me dices ¡ánimo! ¡No temas que soy Yo! Oh, Sagrado Corazón, sé todo para mí no busque yo consuelo más que en Ti. Sé Tú mi refugio, quiero esconderme en tu corazón, y del mío te hago decidida entrega. Tómalo y dame a cambio lo que me lleve a la eternidad, Oh, Señor.
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MATERNIDAD ESPIRITUAL PARA LOS SACERDOTES 1
VENERABLE MADRE CONCHITA (1862-1937) María Concepción Cabrera de Armida, Conchita, esposa y madre de numerosos hijos, es una de las santas modernas, que durante años Jesús preparó a una maternidad espiritual para los sacerdotes. En el futuro, ella será de gran importancia para la Iglesia universal.
Congregatio pro clericis: Adoración Eucarística para la Santificación de los Sacerdotes. 08 de diciembre 2007. 1
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Una vez Jesús explicó a Conchita: “Hay almas que han recibido la unción a través de la ordenación sacerdotal. Pero hay… también almas sacerdotales que tienen una vocación sin tener la dignidad o la ordenación sacerdotal. Ellos se ofrecen en unión conmigo... Estas almas ayudan espiritualmente a la Iglesia de manera poderosa. Tú serás madre de un gran número de hijos espirituales, pero ellos costarán a tu corazón como mil mártires. Ofrécete como holocausto para los sacerdotes, únete a mi sacrificio para obtener gracias para ellos”... “Quisiera volver a este mundo... en mis sacerdotes. Quisiera renovar el mundo, revelándome en ellos y dar un impulso fuerte a mi Iglesia, derramando el Espíritu Santo sobre mis sacerdotes como en una nueva Pentecostés”. “La Iglesia y el mundo necesitan una nueva Pentecostés, una Pentecostés sacerdotal, interior”. Cuando era joven Conchita rezaba a menudo delante del Santísimo: “Señor, me siento incapaz de amarte, por ello quisiera casarme. Dame muchos hijos de manera que ellos te amen más de cuanto yo soy capaz”. De su matrimonio, particularmente feliz, nacieron nueve hijos, dos mujeres y siete varones. Ella los consagró a todos a la Virgen: “Te los doy completamente como tus hijos. Tú sabes que yo no los sé educar, conozco demasiado poco qué quiere decir ser madre, pero Tú, Tú lo sabes”. Conchita asistió a la muerte de cuatro de sus hijos, que tuvieron todos una muerte santa. Conchita fue concretamente madre espiritual para el sacerdocio de uno de sus hijos; de él ella escribió: “Manuel nació en la misma hora en que murió Padre José Camacho. Cuando 25 Mamá, enséñame a ser sacerdote supe la noticia, recé a Dios que mi hijo pudiera reemplazar a este sacerdote en el altar… Desde el momento en que el pequeño Manuel inició a hablar, hemos rezado juntos para la gran gracia de la vocación al sacerdocio.... El día de su Primera Comunión y en todas las fiestas principales renové la súplica... A la edad de diecisiete años entró en la Compañía de Jesús”. 30
En 1906 desde España donde se encontraba, Manuel (nacido en 1889, su tercer hijo) le comunicó su decisión de ordenarse sacerdote y ella le escribió: “¡Entrégate al Señor con todo el corazón sin negarte nunca! ¡Olvida las criaturas y sobre todo olvídate a ti mismo! No puedo imaginarme un consagrado que no sea un santo. No es posible darse a Dios a medias. ¡Trata de ser generoso con Él!”. En 1914 Conchita encontró a Manuel en España por última vez, porque él no regresó jamás a México. En aquel tiempo el hijo le escribió: “Mi querida, pequeña mamá, me has indicado el camino. Tuve la suerte, desde pequeño, de escuchar de tus labios la doctrina saludable y exigente de la cruz. Ahora quisiera ponerla en obra”. También la madre probó el dolor de la renuncia: “Llevé tu carta delante del tabernáculo y dije al Señor que acepto con toda mi alma este sacrificio. El día siguiente puse la carta sobre mi pecho mientras recibía la Santa Comunión, para renovar el sacrificio total”.
MAMÁ, ENSÉÑAME A SER SACERDOTE El 23 de julio de 1922, una semana antes de la ordenación sacerdotal, Manuel que por aquel entonces tenía treinta años, escribió a su madre: “¡Mamá, enséñame a ser sacerdote! Háblame de la alegría inmensa de poder celebrar la Santa Misa. Entrego todo en tus manos como tú me has custodiado sobre tu pecho cuando era niño y me has enseñado a pronunciar los hermosos nombres de Jesús y María, para introducirme en este misterio. Me siento de veras un niño que te pide oraciones y sacrificios.... Apenas sea ordenado sacerdote, te enviaré mi bendición y después acogeré de rodillas la tuya”. Cuando Manuel fue ordenado sacerdote, el 31 de julio de 1922 en Barcelona, Conchita se levantó para participar espiritualmente a la ordenación; a causa de la diferencia de horario en México era de noche. Ella se conmovió profundamente: “¡Soy madre de un sacerdote!... ¡Puedo solamente llorar y agradecer! Invito a todo el cielo a agradecer en mi lugar, porque me siento 31
incapaz por mi miseria”. Diez años después escribió al hijo: “No logro imaginarme un sacerdote que no sea Jesús y aún menos cuando forma parte de la Compañía de Jesús. Rezo por ti para que tu transformación en Cristo, desde el momento de la celebración, se realice de modo que tú seas Jesús de día y de noche” (17 de mayo de 1932). “¿Qué haríamos sin la cruz? La vida sin dolores que unen, santifican, purifican y obtienen gracias, sería insoportable” (10 de junio de 1932). Padre Manuel murió a los 66 años en olor de santidad. El Señor hizo comprender a Conchita en función de su apostolado: “Te confío todavía otro martirio: tú sufrirás lo que los sacerdotes hacen en mi contra. Tú vivirás y ofrecerás por su infidelidad y miseria”. Esta maternidad espiritual para la santificación de los sacerdotes y de la Iglesia la consumió completamente. Conchita murió en 1937 a los 75 años. Canto: Tu nombre en mi pecho (Autor: Pablo Barragán) Basado en los escritos de la Beata Concepción (Conchita) Cabrera de Armida. Mi alma anhela pertenecer a Cristo, llevar su nombre grabado en mi pecho. Y así, sabiéndome suyo, gritar desde el fondo de mi alma: Jesús, Salvador de los hombres, ¡Sálvalos! ¡Sálvalos! Jesús, Salvador de los hombres, ¡Sálvalos! ¡Sálvalos! https://www.youtube.com/watch?v=2mVjK8esTH4
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Oración de un Sacerdote Jesús, te doy gracias por el don del sacerdocio, al que me llamaste sin merecerlo. Sé que toda la vida es poca para darte gracias, y decirte que en Ti encuentro todas las respuestas que necesito en mi vida. Te pido que en mis momentos de confusión me ayudes, en los momentos de acción de gracias tenerte siempre presente, en la hora de mi muerte me asistas, me acompañes y me recibas en tu altar. Soy consciente que soy frágil y pobre, no me asusta la pobreza, pero temo de mi fragilidad; ayúdame con tu gracia a superar. Me llamas a ser santo y muy lejos me siento, pero soy consciente que no es cuestión de distancia sino de vida y de fe. A ti Madre, Santa María, te pido de corazón, nos acompañes a todos los sacerdotes en las diversas etapas de nuestra vida, ayúdanos a que el “sí” de la ordenación nunca se aleje de nuestro corazón ni mucho menos de nuestros labios, que a tu ejemplo sepamos decir aquello que nos regalaste y confiaste: “Hágase en mí según tu Palabra”. Amén.
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Oración de un
Sacerdote Jesús, te doy gracias por el don del sacerdocio, al que me llamaste sin merecerlo. Sé que toda la vida es poca para darte gracias, y decirte que en Ti encuentro todas las respuestas que necesito en mi vida. Te pido que en mis momentos de confusión me ayudes, en los momentos de acción de gracias tenerte siempre presente, en la hora de mi muerte me asistas, me acompañes y me recibas en tu altar. Soy consciente que soy frágil y pobre, no me asusta la pobreza, pero temo de mi fragilidad; ayúdame con tu gracia a superar. Me llamas a ser santo y muy lejos me siento, pero soy consciente que no es cuestión de distancia sino de vida y de fe. A ti Madre, Santa María, te pido de corazón, nos acompañes a todos los sacerdotes en las diversas etapas de nuestra vida, ayúdanos a que el “sí” de la ordenación nunca se aleje de nuestro corazón ni mucho menos de nuestros labios, que a tu ejemplo sepamos decir aquello que nos regalaste y confiaste: “Hágase en mí según tu Palabra”. Amén.