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DEL ABSURDO DE LA GUERRA

que duró la guerra: el enfrentamiento entre griegos y troyanos.

Toda guerra es un absurdo

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Nada justifica la pérdida de vidas humanas, especialmente cuando estas vidas pertenecen a gente inocente, civiles, habitantes de ciudades, poblaciones, rancherías, mujeres, niños, ancianos, padres de familia… incluso soldados reclutados, que muchas veces ignoran cuál es el verdadero conflicto, y sólo pelean en nombre de los intereses de las “cúpulas, de los poderosos” que se sienten dueños del mundo. La lógica del poder y el dinero ha existido siempre, desde la antigüedad hasta, desgraciadamente, nuestros días. La gran literatura nos ha dejado grandes ejemplos. Baste y sobre recordar el poema griego fundacional por excelencia, que narra la legendaria guerra de Troya, para darnos cuenta de que los pretextos, siguen siendo los mismos, bajo diferentes ópticas: avaricia, control

estratégico, anhelo de poder, voracidad insaciable, codicia, conquista…

Vayamos, entonces, a “La Ilíada” el gran poema épico que nos narra el ataque a Troya, o Ilión (de ahí su nombre). La autoría, se sabe, es de Homero, aedo ciego, que se cree vivió en el siglo VIII a.C, autor también de “La Odisea”, que narra el azaroso regreso de Ulises, fecundo en ardides, diez años después. La Ilíada nos narra la guerra e inicia con la cólera de Aquiles. Narra los últimos 51 días, de los diez años

¿El pretexto?

La defensa del honor, el rescate de la hermosa Helena, esposa de Menelao, raptada por Paris, hijo del rey troyano Príamo y de su esposa Hécuba, quien, protegido por la diosa Afrodita, (que le había prometido a la mujer más bella del mundo), violó la hospitalidad del rey Menelao y raptó a Helena, su esposa. ¡Cómo se atrevió Paris a cometer semejante ofensa a sus anfitriones, lo que provocaría diez años de enfrentamientos y muerte? Y el átrida Agamenón, rey de reyes, hermano de Menelao, ni tardo ni perezoso, aprovechó la coyuntura y convocó a todos los griegos que gobernaban las ciudades-estado en tierra y mar, sin faltar, claro está el más grande de los guerreros griegos, dueño de la fuerza, el valor y el coraje, el gran Aquiles y sus mirmidones, para unirse y declarar la guerra a Troya, “en defensa del honor

de Menelao”. Ahí se desliza ya la gran mancha de más de mil doscientas negras naves, cada bajel con aproximadamente un centenar de hombres, rumbo a Troya “la de las anchas banquetas” para destruir sus altas y fuertes murallas, vengando así ¡el rapto de Helena!

Limpiar el honor fue el pretexto. La avaricia, la voracidad, el poder, y el anhelo de controlar la región… el motivo genuino.

Claro, Troya ocupaba un sitio privilegiado, en un sitio estratégico desde todas las perspectivas, era un reino poderoso, con posesiones, oro, piedras preciosas, riquezas, caballos, y ganado. Diez años de una absurda guerra, mientras “las nubes velaban los ojos” de tantos y tantos griegos y troyanos, que murieron (no muy convencidos de su propia heroicidad) tal vez hasta sospechando que ofrendaron su vida sólo para aumentar el botín de sus jefes, y que ahora pasean, como tristes sombras, por los Campos Elíseos, separados del Hades, lugar destinado a los elegidos por los dioses, y a quienes morían heroicamente en batalla. Conocido es el pasaje de La Odisea, en el que Ulises baja al Hades, y se encuentra con el gran Aquiles, que había muerto en la guerra de Troya: - ¡Ah, Aquiles, gran guerrero, héroe de la guerra de Troya, tienes un lugar especial entre los elegidos en los Campos Elíseos! - Preferiría ser el más pobre y sucio de los rudos campesinos que se revuelcan en los estercoleros sobre la tierra, que ser el gran rey Aquiles en este mundo de sombras subterráneas”.

Lo absurdo de la guerra

Hemos tomado el clásico ejemplo de la guerra de Troya, porque, contra lo que pudiera suponerse, es un poema cargado de humanidad, que muestra lo absurdo de las guerras. Hemos subrayado los intereses de las cúpulas poderosas, en este caso, el rey Agamenón y su afán de conquista, así como el alto costo y sufrimiento que pagan “los de abajo”, civiles inocentes, o bien, reclutados contra su voluntad. ¿No ocurre así en todas las guerras? Es difícil concebir una guerra como “ideal”.

En el canto II de la Ilíada, luego de más de diez años de guerra, los aqueos, cansados, lastimados, extrañando a sus familias, le piden a Agamenón que dé la orden de regresar a casa, y le reprochan que, a él, nada le importan los sufrimientos de su gente. Cito: No es justo que, siendo tú el jefe, Agamenón, ocasiones tantos males a nosotros los aqueos. ¡Volvamos en las naves a la patria y dejémosle aquí, en Troya, para que devore el botín y sepa si le sirve o no nuestra ayuda…! Es la guerra, como telón de fondo a lo largo de la epopeya. La Ilíada pone de manifiesto los horrores y sufrimientos más allá del campo de batalla. Cierro con el diálogo de la llorosa Andrómaca, esposa del príncipe troyano Héctor, cuando sabe que va a la muerte: ¡Desgraciado de ti! Tu valor te perderá. No te apiadas del tierno infante, ni de mí, infortunada, que pronto seré viuda. Y concluye “La Ilíada” con uno de los pasajes más hermosos, nobles y profundamente humanos, en medio del horror de la guerra: el encuentro del rey troyano Príamo, ante Aquiles, suplicándole que le entregue el cadáver de su hijo Héctor, para darle sepultura: Respeta a los dioses, Aquiles, y apiádate de mí, acordándote de tu padre. Yo soy más digno de compasión que él, puesto que me atreví a lo que ningún otro mortal de la tierra: a llevar a mis labios la mano… del hombre matador de mis hijos”.

ÉTICA Y SOCIO - ANTROPOLOGIA DE LA DELINCUENCIA

El entorno social, condiciona al individuo, pero no lo determina

El miércoles 16 de febrero del presente, como a las 2 de la mañana, un convoy de la delincuencia organizada, que incluía algunas unidades blindadas artesanalmente, inició una especie de desfile por las calles de Caborca, Son., sin que ninguna autoridad le saliera al frente, sino después de algunas horas a pesar de que un cuartel de la Guardia Nacional se encuentra a 13 kilómetros del lugar de los hechos. Los narcotraficantes ocasionaron una balacera que dejó un saldo de varios muertos y desaparecidos (Sonora vive momentos de terror; seis horas de balacera. El Informador, febrero 16 de 2022). Lo que acaba de ocurrir en Caborca, una ciudad de unos 100,000 habitantes, cercana a la frontera con los Estados Unidos, parece de película, pero desgraciadamente es cierto. El alcalde de esa ciudad pide disculpas por la incapacidad de la autoridad para hace frente al ataque de la delincuencia organizada y pide a los captores que tengan misericordia de las personas que han secuestrado. Lo sucedido en Caborca denota el fracaso de la

estrategia para combatir la delincuencia y la crimi-

nalidad; en los últimos sexenios hay un empeoramiento contante.

Cuadro 1. Homicidios dolosos en 36 meses de gobierno en los últimos seis sexenios

Presidente de la República No. de homicidios Andrés Manuel López Obrador 106,097 Enrique Peña Nieto 63,877 Felipe Calderón 41,375 Vicente Fox 41,431 Ernesto Zedillo 43,645 Carlos Salinas de Gortari 28,212

Fuente: Infobase, noviembre 23 de 2021

Pobreza y desigualdad como causas de la delincuencia

Desde la sociología la principal causa que explica

la delincuencia y la criminalidad es la pobreza y la

desigualdad, lo que desde mi punto de vista sólo es parcialmente cierto. Como hijo de un pequeño ganadero yo nací poco después de terminada la segunda guerra mundial en un pequeño pueblo localizado en el norte del estado de Jalisco, en donde la mayoría de la población no tenía muchos recursos. La alimentación de la mayoría era a base de tortillas de maíz, frijoles y chile con tomatillo milpero. Aunque algunos tenían gallinas, cerdos o algunas reses (ganado vacuno); comer carne era para ocasiones especiales, no diario, ni siquiera cada ocho días. Muchos de los bienes de consumo eran relativamente caros y, en tiempos anteriores, un kilo de azúcar y un litro de petróleo valían lo mismo que un kilo de carne o un kilo de manteca de cerdo. Para algunas de esas familias comer frijoles refritos con manteca de cerdo era un lujo, porque no tenían dinero para comprarla, y cuando alguien subía de posición social se decía “ya come con manteca” Cuando yo llegué a Guadalajara a estudiar, en 1964, y durante unos 20 años vivía cerca de la Clínica 2 del IMSS que está por la calle de Jesús García, cerca del barrio de Santa Tere, en donde había muchas “vecindades”. Las condiciones de pobreza en que vivía la gente en las vecindades fueron magistralmente descritas por Oscar Lewis en su famoso libro “Los Hijos de Sánchez”. En la cuadra en donde yo vivía, había un automóvil, hoy no hay un lugar para estacionarse. En esos tiempos ya había futbol profesional, y llegó a haber cuatro equipos en la primera división y el entretenimiento por excelencia era el cine. La mayoría de los cines estaban sobre la Calzada Independencia, las funciones eran de 4.00 a las 11.30 pm, por lo que, casi a la media noche, uno abordaba el transporte público, que lo llevara de regreso a casa, con una sensación de seguridad, de que no le iba a pasar nada malo. Durante cerca de 20 años en que viví en la zona de Santa Tere, nunca me robaron, nunca me asaltaron, tampoco se metieron a robar a la casa donde yo vivía. Desde 1986 vivo en una zona residencial y desde entonces me han robado dos carros, me han asaltado a mano armada y han robado mi casa.

Profesor del Posgrado en Ciencias Socio-médicas de la Universidad de Guadalajara TEMA SOCIAL

De acuerdo con la narrativa de cómo vivía la mayoría de la gente en mi pueblo natal en el norte de Jalisco en la década de los 50s y en Guadalajara en las décadas de los 60s y los 70s del siglo XX, la mayoría de los mexicanos vivía peor que como vive actualmente, por lo que

atribuir a la pobreza y a la desigualdad el aumento de

la delincuencia y la criminalidad, que empezó a finales de los 80s y que actualmente vivimos, no concuerda con la realidad vivida por mí.

El entorno social nos condiciona, pero no nos determina

Nadie niega que la pobreza y la desigualdad sean condiciones propicias para la generación de la delincuencia. Sin embargo,

esta explicación es reduc-

cionista, ya que, así como hay pobres que alguna vez han robado, la mayoría nunca ha robado. Igualmente, hay ricos que han robado, como los hay que nunca lo han hecho. El sociólogo José Woldenberg nos dice: “no nos confundamos, los factores sociales son condicionantes no determinantes de la génesis de la delincuencia”. Para Jean Jacques Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo corrompe, pero, para el inglés Thomas Hobbes, el hombre es un lobo para el hombre. Desde la deontología, el alemán Emmanuel Kant nos dice que debemos actuar de acuerdo con el imperativo categórico que establece “obra de tal manera que tus acciones aspiren a convertirse en ley universal”, así podríamos decir que, desde el kantismo, no matarás y no robarás son prescripciones universales. Los padres del utilitarismo, los ingleses Jeremías Bentham y John Stuart Mill, nos dicen que debemos actuar de acuerdo con las consecuencias, así una acción será buena cuando “proporcione el mayor beneficio para el mayor número de personas con el menor daño para el menor número de personas”. Desde el utilitarismo uno puede hacer lo que le plazca con la limitante de no causar daño al otro, y robar y matar – claramente - causan daño al otro. Desde el hebraísmo y el cristianismo, dos de los Diez Mandamientos, “no matarás” y “no robarás”, prohíben la delincuencia y la criminalidad. El mal es parte de la naturaleza humana, ya que, al ser libre y no presa de sus instintos como lo son los animales, el ser humano puede elegir entre el bien y el mal. Para tratar de regular las relaciones y las desviaciones que pudieran ocurrir con aquellos que eran corrompidos por la sociedad, Jean Jacques Rousseau justificaba la creación de un gobierno en el que los ciudadanos perdían parte de su libertad a cambio de garantizar su seguridad. Dado que el hombre es débil de carácter es fácilmente tentable a hacer el mal, es

necesaria una autoridad que

regule su comportamiento. Cuando esa autoridad es débil, como es el caso mexicano, esa es en buena parte la explicación del incremento de la delincuencia en este país

La delincuencia como “un modus vivendi”

Aunque con base en la pobreza y la desigualdad, la sociología trata de explicar la existencia de la delincuencia.

No existe una sólida argumentación que justifique los altos índices de delincuencia

imperantes en nuestro país, que empezó a incrementarse en forma importante a finales del siglo pasado, ante una débil respuesta para combatirla de parte de la autoridad correspondiente, a lo que hay que agregar que, en algunos casos, los derechos humanos parecen estar más de parte de los delincuentes que de la sociedad. A pesar de que México es uno de los países con los más altos índices de criminalidad y que una parte del territorio nacional está bajo el control del crimen organizado, no se ha encontrado una estrategia exitosa para combatirlo. El incremento de la delincuencia se debe, también, a una pérdida de la moralidad y a la falta de autoridad, ya que la mayoría de los delincuentes no son capturados, y cuando son capturados y juzgados, la mayoría sale libre, por lo que la delincuencia se ha convertido en una forma de vida rentable.

LAS GEODAS: PIEDRAS MUY HERMOSAS

Seguramente alguna vez, cuando has visitado algún tianguis o mercadillo, habrás visto algunas piedritas coloridas y raras, que por su belleza llaman la atención de las personas. Estas piedras son las famosas geodas. Las geodas son piedras huecas que, por fuera, se ven como una roca normal con un exterior opaco, pero si uno las parte, descubre que están huecas y llena de cristales. Las geodas pueden formarse de diferentes maneras, y con diferentes tipos de rocas, pero una de las formas más comunes, es a partir de burbujas de gas en las rocas magmáticas, es decir de rocas que provienen de la lava de los volcanes y, en su proceso de solidificación el cual puede tardar millones de años, es cuando se comienzan a formar estas maravillas. Los cristales que se encuentran en su interior son de una gran dureza y pueden adquirir diferentes colores de acuerdo con el mineral presente.

¿Cómo se forman los minerales?

Nuevos cristales minerales se pueden formar de cinco maneras. Por la solidificación de un líquido, es decir, la congelación de un líquido para formar un sólido. Por ejemplo, los cristales de hielo, un tipo de mineral, se obtienen solidificando el agua y se forman muchos minerales diferentes solidificando la roca fundida (un magma). Por precipitación a partir de una solución, lo que significa que átomos, moléculas o iones disueltos en agua se unen y se separan del agua. Los cristales de sal, por ejemplo, se precipitan cuando se evapora el agua salada.

Los minerales pueden precipitar directamente de un gas. Este proceso normalmente ocurre alrededor de respiraderos volcánicos o alrededor de géiseres, ya que en tales lugares entran gases volcánicos o vapor en la atmósfera. Algunos de los depósitos de azufre amarillo brillante que se encuentran en las regiones volcánicas se forman de esta manera. Las geodas están hechas en rocas sedimentarias, las cuales se forman como resultado de alguna falla geológica en la roca; también por la lixiviación (es decir por la disolución de algún mineral sólido en algún líquido) o bien por colapsos subterráneos que forman cavidades algunas de estas

Por difusión en estado sólido: el movimiento de átomos o iones a

través de un sólido para organizar una nueva estructura cristalina, un proceso que tiene lugar muy lentamente. Por ejemplo, los granates crecen por difusión en roca sólida. Los minerales se pueden formar en las interfaces entre los componentes físicos y biológicos del sistema de la Tierra por un proceso llamado biomineralización. Esto ocurre cuando los organismos vivos hacen que los minerales se precipiten dentro o sobre sus cuerpos, o inmediatamente adyacentes a sus cuerpos. Por ejemplo, las almejas y otros organismos desgranados extraen iones del agua para producir depósitos minerales. de grandes dimensiones. La mina de Naica en Chihuahua está aún en plena exploración, pero se han descubierto cavidades como la cueva de los gigantes que contiene cristales del orden de 1.2 metros de diámetro y más de 10 metros de largo. Este sitio es de casi imposible acceso porque se encuentra a más de 150 metros de profundidad. También podemos encontrar Geodas las cuales tienen atrapada agua en estado líquido, esas son algo raras y son muy apreciadas por los coleccionistas.

EL ESTATUTO DEL EMBRIÓN HUMANO

Toda vez que el desarro-

llo biológico es ininte-

rrumpido, y se verifica sin mutación cualitativa intrínseca, esto es, sin que sea necesario intervención ulterior alguna que cause relación causa-efecto, se debe decir que la

nueva entidad constituye un nue-

vo individuo humano que desde el instante de la concepción prosigue su ciclo o, mejor dicho, su curva vital. La autogénesis del embrión se desarrolla de tal manera que la fase sucesiva no elimina la precedente, sino que la absorbe y desarrolla según una ley biológica individualizada y controlada. Incluso cuando no es reconocible la figura, existen cientos de miles de células musculares que impulsan un corazón primitivo; así como decenas de millones de células nerviosas que se ensamblan en circuitos y se disponen a formar el sistema nervioso de una determinada persona. En este sentido se desvanece

la distinción entre ser humano y ser

humanizado, uno separado del otro por la aparición de la figura humana; o bien, otra objeción que hace hincapié en la distinción entre ontogénesis y filogénesis. Esta teoría, partiendo del evolucionismo, busca teorizar que, en la formación del individuo se recorre y concentra la historia de la evolución de las formas de vida en el mundo, en cuya historia el ser humano apareció finalmente y la humanización está precedida por las formas de vida vegetal o animal. Pero en el embrión y su desarrollo no se encuentra en ningún instante un dinamismo biológico de

tipo vegetal o ser indiferenciado

de diferente especie. El todo que surgirá al final (si por fin entendemos el nacimiento o la vida adulta) ya está

de por sí causativa y genéticamente

presente al inicio también en sentido individual. Se viene abajo también el

concepto de niveles que representarían momentos de solución de

continuidad (teoría gradualista) y posteriormente existiría un cambio de programa: este inter-estadio no existe desde el punto de vista genético. La falta de certeza de los juristas sobre la aplicabilidad o no del concepto de persona en los primeros estadios se vuelve inútil cuando se piensa lo poco que importa el cómo se defina jurídicamente, pero aquel embrión existe ya en el mismo individuo en desarrollo que será definido persona. Podemos responder, siguiendo a Tertuliano, que además era abogado: “es ya hombre aquel que lo será”. Sin embargo, surgen algunas dificultades por parte del mundo científico en lo que concierne al inicio de la vida individual humana. En efecto, hay quien sostiene que la vida individual humana no inicia antes de la recombinación de los dos patrimonios genéticos, uno de origen paterno y el otro de origen materno, en el nuevo genoma del embrión (teoría de la cariogamia), que se verificaría entre 21 y 22 horas después de la fecundación, o quien incluso considera que, reconocido el carácter de individuo humano desde el embrión unicelular, esta valoración deba ser extendida también a cada uno de los gametos. Según el Reporte Warnock, se podría disponer del embrión humano con fines experimentales hasta el día 14 de la concepción, dejando claramente entrever que, hasta el mencionado día, no está reconocido el carácter humano del embrión. El período de 14 días ha sido propuesto por primera vez en 1979 por la Ethics Advisory Board (DHEW), en Estados Unidos, motivada por el hecho de que

el día 14 corresponde al término del implante. En 1984 la comisión Waller en Australia ha repetido “no más de 14 días” porque después de este estadio se forma la línea primitiva y la diferenciación del embrión es evidente. El Comité Warnock o, mejor dicho, una parte del grupo de estudio ha confirmado esta fecha que correspondería también al tiempo de formación de la línea primitiva y, al mismo tiempo, de inicio del desarrollo individual del embrión. A. McLaren, miembro del Comité Warnock, ha afirmado en un artículo: “El punto en el que comencé a ser individuo humano total completo fue en el estadio de estría primitiva, la formación del embrión. La aparición de la línea primitiva indicaría que las células destina-

das a constituir el embrión se han diferenciado de las células que formarán los tejidos de la placenta y

protectores. El desarrollo embrional hasta el día 14 sería por lo tanto, según la autora ya mencionada, un período de preparación durante el cual son elaborados todos los sistemas protectores y nutritivos necesarios para sostener el futuro del embrión; y únicamente cuando los sistemas de soporte son estables, puede comenzar a desarrollarse el embrión como entidad individual. Lo que sostuvo McLaren fue retomado por C. Grobstein según el cual el pre-embrión humano tiene un conjunto especial de características que lo distinguen biológicamente del huevo que lo precede y del embrión que lo sucede. Es un individuo genéticamente, pero no morfológicamente; y, por Ford, que afirma que el surgimiento de la estría primitiva es la señal de que se ha formado y ha comenzado a existir un solo embrión propiamente dicho e individuo humano. Antes de este estadio no tendría significado hablar de presencia de un ser humano en sentido ontológico. Como se puede notar es introducido por este autor el término pre-embrión para indicar aquel período de la vida prenatal humana comprendido entre el momento de la fecundación y la aparición de la estría primitiva, ya que solo en este momento sería una entidad espacialmente definida que puede desarrollarse directamente como un feto y posteriormente un ser humano. Junto al término pre-embrión es utilizado también el de pro-embrión, viejo término introducido en la botánica en el lejano 1847 y referido al alternarse de las generaciones de plantas inferiores. En el sentido moderno, pro-embrión es usado, sin embargo, en modo análogo a pre-embrión, con el objetivo de introducir un criterio discriminatorio. El 14º día –según algunos autores el 7º día - sería también el límite más allá del cual no son posibles fenómenos de división gemelar o de hibridación. En lo que tiene que ver con la gemelación mono-ovular, las experiencias llevadas a cabo en laboratorio en cigotes de animales (ratón, conejo) han demostrado que en los primerísimos días las células en fase constructiva de ADN y ARN aún conservan el carácter de células totipotentes: si por accidente se da una división (en el estadio de 64 células la totipotencialidad parece no existir más), las porciones que resulten de la división dan lugar a otros proyectos evolutivos y a otros individuos. En el caso de la hibridación, existe la posibilidad de que dos células fecundadas, en los primeros estadios de desarrollo se fundan dando origen a un único individuo. Según algunos autores, la vida humana iniciaría al momento del implante. El anidamiento del huevo fecundado tiene lugar entre el sexto y séptimo día para completarse en el día nueve; en la jornada 14 ya se puede reconocer la pared endometrial. En el período de preparación de los sistemas nutritivos y protectores están siempre presentes aquella célula

y células de las cuales tomarán origen los elementos

que constituirán la estría primitiva embrional. Esta no aparece en manera alguna improvisada y separada del resto del proceso que comienza a desarrollarse por la singamia: es un producto de este proceso. En lo que concierne al término pre-embrión es lícito sin duda alguna, y quizás conveniente y útil desde el punto de vista terminológico que tiene siempre un valor operativo, introducir nuevos símbolos para subrayar aspectos nuevos. Por tanto, el término pre-embrión propuesto por Mc-Laren y otros, podría ser utilizado para indicar la fase precoz del embrión, es decir el período que va del constituirse del cigote al momento en que surge la estría embrional primitiva. Pero sería erróneo

si con esta distinción se quisiera significar que los

dos procesos, del cigote a la estría primitiva y de esta en adelante, son dos procesos discontinuos que no tienen ninguna correlación entre ellos y que las dos estructuras, la primera de la estría primitiva y la posterior sean sujetos independientes, o la primera un agregado sin individuo. En el caso de la gemelanza mono-ovulare, el hecho

eventual de la división no desmiente aquello que se ha

dicho sobre la continuidad de desarrollo del embrión, al contrario, lo comprueba. De hecho, el momento de la división prevé la intervención de una causa que interfiere en el proyecto: no se verifica en virtud del mecanismo evolutivo, sino en contra de ello. Además, el resultado es aún conforme al desarrollo descrito y tal desarrollo determinado se repite en cada una de las porciones. La naturaleza de estas porciones de cigote, que se comportan como otros cigotes, es un proyecto humano (no una planta o animal). Existe finalmente un límite dentro el cual incluso la causa accidental y externa pierde su eficacia: la gemelanza es posible en el hombre como máximo hasta el final de la segunda semana. En conclusión, el apenas concebido tiene una propia y bien determinada realidad biológica: es un individuo totalmente humano en desarrollo, que autónomamente, momento por momento, sin alguna falta de continuidad construye la propia forma, siguiendo, por intrínseca actividad, un diseño proyectado y programado en su mismo genoma.

COCINANDO NUTRICIÓN

Entre toda la información referente a nutrición que leemos, de la que nos enteramos al azar y/o nos bombardean cada día en los distintos medios, existe una de vital importancia, ya que nos guste o no, estamos sujetos a la buena o no tan buena manera de cocinar. Y es que la nutrición no es sólo proporcionar al cuerpo las sustancias adecuadas para su funcionamiento, ya que bien podríamos buscar un buen laboratorio y adquirir una serie de suplementos y prescindir de entrar en ese lugar donde para algunos comienza la magia y para otros el desastre: la cocina. Si bien es cierto que no todo el mundo goza de dones en esta área, también es inevitable el hecho de que para alimentarnos bien debemos tener algún conocimiento básico sobre el impacto en los nutrientes al someter los alimentos a los estilos, costumbres y maneras de preparar y cocinar.

De menos a más…

Hoy sabemos, a ciencia cierta, que la cocción preserva el sabor de los alimentos y su implementación amplía la gama de platillos que podemos elaborar y disfrutar; reduce el riesgo de intoxicaciones alimentarias y en el caso de algunos alimentos los hace más digeribles. Sin embargo, la cocción prolongada favorece la pérdida de nutrientes de algunos alimentos, como es el caso de las verduras y frutas donde el impacto en las vitaminas es importante, pero también libera la absorción de otros nutrientes, que sin el calor simplemente no podrías ser aprovechados. Un claro ejemplo es la vitamina C soluble en agua y sensible al calor, que es la primera en perderse cuando cocinamos a altas temperaturas. Por

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otro lado, las vitaminas B también son sensibles al calor, y se ha comprobado que, tratándose de carnes, hasta un 60% de tiamina, niacina y otras vitaminas de este grupo pueden perderse con una cocción en agua a fuego lento. La recomendación cuando co-

cinamos con agua es consumirla

ya que en ella quedan minerales y vitaminas o bien escoger otra manera de cocción como: vapor, aire caliente, asado, etc. Afortunadamente existen distintos métodos y con ello se puede tener la tranquilidad de mantener lo mejor posible la calidad nutricional de los alimentos. O bien equilibrar la cocción y el consumo en crudo para asegurar la obtención de los nutrientes y por tanto la salud. Pero, ¿dónde y en qué espacio comenzamos a cocinar y qué le hizo eso a nuestros cuerpos, a nuestra historia como humanidad? Algunos investigadores sitúan este momento de cambio evolutivo hace aproximadamente 1,8 millones de años. Y lo relacionan con el uso del fuego para cocinar. Incluso se concluye que es gracias a esto que el cerebro humano creció, debido a que tuvo acceso a una dieta más amplia y la facilidad de procesar y digerir. Incluso la disminución del tiempo que se dedicaba a cazar, recolectar o simplemente masticar alimentos crudos y fibrosos, se ocupó en otras áreas como el arte: incrementando así no solo nutrientes sino también experiencias generadoras de redes neuronales nuevas y por ende conocimiento. «Más que la invención del fuego, lo que realmente nos hizo humanos fue aprender a utilizarlo para co-

cinar», afirma la coautora del estudio Suzana Herculano-Houzel, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil). Todo ser vivo requiere tres cosas para sobrevivir: aire, alimento y agua. Cuando cubrimos lo básico comienzan a surgir otras aristas. En el caso de cocinar y comer hemos ido encontrando nuevas maneras de enriquecer la experiencia. La hemos vuelto en algunos casos un arte. La hemos llevado al grado de premiarla y de inventarla como en las cocinas experimentales haciendo preparaciones cada vez más laboriosas y disfrutando así de nuevas experiencias gastronómicas. Pero también nos hemos ido del otro lado, manipulando de forma excesiva desde las semillas, los abonos, el uso de pesticidas, etc. Por la conservación de los alimentos, la disponibilidad de los mismos, al aprovechamiento de las tierras y la producción masiva para dar de comer a todo el mundo. Aquí hay una verdad interesante, y es que el pla-

neta produce alimento para cada ser huma-

no que lo habita. Incluso podemos sostener que no hay manera de entender entonces que casi la mitad de la población en la actualidad sufra de hambre o muestre indicios de desnutrición. Y por otro lado está el caso del incremento de la obesidad con todas a las enfermedades que la acompañan. Luego, podríamos preguntarnos: ¿Cocinar no había hecho que tuviéramos un cerebro más grande? ¿Porqué ese dilema es tan complejo de resolver? Y es que debemos mantener claro que el cambio debe surgir a muchos niveles: nuevas leyes, investigaciones, regulaciones, educación, etc. Hasta llegar a la casa, a la cocina y al uso de los alimentos. Porque, podemos ajustar la lista anterior, pero si no sabemos qué hacer con los alimentos corremos el riesgo de echar por tierra todos los esfuerzos. Como cuando ves nadar en dos litros de agua un trozo de chayote y darte cuenta de que incluso el color y la textura ya no son óptimos. No solo porque no te vaya a gustar si no porque nutricionalmente hemos roto la cadena positiva. El punto es: debemos estar conscientes de la importancia de la calidad en la producción de los alimentos y lo que esto implica y luego del uso de los mismos en la cocina. Para ello los comités de investigación en nutrición de distintos países han generado lo que se denomina guías alimentarias: El plato del bien comer (México), el plato de la alimentación saludable (Estados unidos) cuyo objetivo es la orientación y educación en nutrición. Ambos nos muestran una proporción del grupo frutas y verduras cuyo consumo es crudo en una proporción del 33% y del 50% respectivamente. Lo que nos lleva a un buen consumo de vitaminas, minerales, agua y fibra. Y en cuanto a los métodos más

recomendados de

cocción estarían en el siguiente orden: al vapor, a la parrilla, al horno, deshidratados, los fritos y el uso de microondas. Los fritos suponen una excesiva cantidad de grasas y el microondas una destrucción de una cantidad importante de nutrientes. Por supuesto que debemos aplicar la variedad de cada grupo de alimentos y en los métodos que utilizamos. En la actualidad se sigue debatiendo sobre si una dieta cruda en su totalidad es lo mejor y si regresar a la alimentación del hombre de las cavernas nos librará de las enfermedades. Aunque aún no se ha logrado una dieta universalmente aceptada, en mi opinión no creo que se pueda llegar a eso. Lo primordial siempre será aprovechar al máximo los recursos que tenemos a mano, proteger la naturaleza respetando sus ciclos, entendiendo que somos un engranaje más en el reloj del planeta, no un depredador, no un saqueador y sobretodo no estamos en la punta de la cadena alimenticia.

UNA PECULIAR DIFERENCIA. DEDICADO A LAS MUJERES DE LA TERCERA ETAPA DE LA VIDA

Carmen tiene cerca de 60 y siente que la vida se le pasa, que los sueños se desvanecen, que los lugares donde ha intentado decir y hacer sobre la justicia, o sobre otro modo de estar en el mundo, se cierran tras de sí, que levantarse cuesta cada mañana en medio de la tozuda realidad que no cambia. Y es que, sí, se siente en desventaja, tal vez por ser mujer, tal vez por todo lo que conlleva. Cada una de nosotras podemos ser Carmen. Las que somos madres porque lo somos, las que no, porque se baten en tantas batallas, que para unas y para otras nuestro cansancio roza el desaliento, y ¿será tal vez por ser mujeres?

La diferencia no es romántica

Hubo un tiempo en el que las que nos consideramos feministas idealizábamos nuestro ser mujer. Mujeres “en cuerpo de mujer”, mujeres capaces de la maternidad o madres, mujeres orgullosas de ser del llamado género femenino, con la exaltación de una manera de estar en el mundo “diferente”. Sexo femenino, como supimos después, que no género, que influía en la psicología, y poco a poco fuimos construyendo un orgullo creciente de ser así. Pero van pasando los años, y mientras íbamos creyendo que éramos iguales en derechos, nos dimos cuenta de que no era del todo verdad, aunque pudiéramos estudiar lo que queríamos y “elegir”. Mirando atrás descubrimos que fuimos niñas que aprendimos muy bien las tareas de la casa, las prioridades de la vida, los sueños que debíamos tener, las cosas que podíamos y no hacer. Con la primera regla, o con la regla que no llegaba cuando se supone que tenía que llegar, ya estábamos condicionadas. Por H o por B, nuestra vida se encontraba ligada a los movimientos hormonales, a la posibilidad de embarazos no deseados, o a los altibajos físico-psíquicos de un cuerpo que está preparado para procrear. Todo ello unido a una comunidad que

espera que seas mujer con un papel

concreto cuidador, privado, lleno de tabús, centrado en lo cotidiano. Después de los años en que “eres cortejada” vienen otros en los que mantienes el tipo a base de tintes y ciertos cuidados. Las más jóvenes hoy no se escapan y se viven delante del espejo esclavas de la imagen que de ellas se espera. O sea, que siempre sometidas a un “cliché” que de momento no hemos superado. Pero para no desviarnos, decíamos que cuando pasan los años, aún queda el “postre”, que no es agradable, aunque lo minimicemos. Lo que viene es la menopausia, abanico en mano que produce cierta risa, pero que nadie sabe lo que alivia, y que dura alrededor de una decena, entre los previos, el meollo y lo que sigue. Y con ella, los bajones hormonales, que también hacen su efecto en el ánimo, en el ímpetu, en el sexo, en la vida.

Lo que hay que oír

En los medios de comunicación ya oímos que hay mujeres, altas ejecutivas, que toman fármacos anovulatorios, no solo para no embarazarse sino por todas las incomodidades que genera la menstruación con tanto viaje y decisiones en la cumbre, para no vivir con altibajos hormonales. Es decir, todos los días son iguales, y la mente y el cuerpo permanecen libres de una realidad que es un gasto energético añadido. Las toman en una dosis que no permite que haya menstruación, no hay pausa placebo ni hay pausa de ningún tipo. Que es un gasto energético y no solo una incomodidad lo demuestra el hecho de que lo ahorra el cuerpo de manera natural ante hechos estresantes, o en la anorexia, por ejemplo. La mayoría de las mujeres vivimos en silencio lo que nos sucede por dentro, en la tripa, en el pecho, en la cabeza, en la mirada hacia los hechos, para no parecer que somos menos competentes, que valemos menos, para que no se acuse de inestables, de afectivas. Aprende mos a lidiar con esta realidad , a bailar con ella, posponiendo decisiones para un momento de mejor humor o aislándonos en una soledad devastadora. Segura mente muchas personas no saben que existe el trastorno disfórico premenstrual, que es una afección en la que la tristeza, el “bajón”, la tensión, la irritabilidad, son más intensos que los que ocurren antes de la regla, de manera “normal”, en todas las mujeres. De hecho, necesita tratamiento médico por la angustia y sufrimiento que provoca. Pasa a menudo desapercibido. De todas estas cuestiones se habla demasiado poco. Las mujeres, las primeras interesadas, porque si ya tenemos bastante con la discriminación patente, solo falta que nos quejemos, que pidamos un trato especial por algo que es tan “normal”.

Despertar y levantarse

La diferencia biológica es ya en sí una desventaja que nos hemos empeñado en negar. Es fantástico ser madre, pero esa posibilidad, que algunas nunca eligen, la pagamos cara. Es hora de reconocer que ser mujer lleva un plus añadido, una carga. A la biología le añadimos la mochila social, que siendo de más calibre porque es transformable, no oculta la primera. Despertamos a la conciencia de ser mujeres con todo lo que conlleva, demasiado tarde, y encontramos bastante incomprensión, tenacidad en el rol social asignado que vuelve a machacarnos en esta tercera etapa de la vida, donde nos armamos de paciencia ante nuestras hijas que aún no han encontrado su camino, o nos encargamos, cómo no, de los nietos y nietas, disfrutando “muchísimo” mientras abnegadamente seguimos en la brecha de la ayuda y el cuidado incondicional. Nos despertamos y soñamos, a veces solo dormidas, que podemos soltar las ataduras, que podemos seguir trabajando por la justicia, buscando nuevos lugares, que lo hacemos de la mano que despeja, tenuemente y por un momento la soledad profunda, que podemos relajarnos, contemplativas, porque a veces no hay que hacer nada, absolutamente nada. Para valer no necesitamos ni ser “lo más”, ni estar monas, ni ser útiles. Será que podemos levantarnos mañana y no ser menospreciadas. Será que podemos mostrar nuestra erudición sin que nos encuentren “graciosas”, porque las verdades pueden decirse de muchas maneras, y el tono de mujer no es exótico, sino que simplemente “es”. Será que podemos seguir la búsqueda sin que se nos tache de no saber lo que queremos, porque “no toda la persona que busca es porque está perdida”, lema que tiene mi sobrina encima de su cama, cuya autoría desconocemos ella y yo, y que avala la voz del futuro en la que creo y confío. En esta hora de tránsito donde la reivindicación está en la calle, donde el canto de las mujeres suena alto y claro, podríamos dejarnos de estridencias y mirar la realidad para acompasar la vida a lo que es imposible negar: que somos un cuerpo, también, un cuerpo que se cansa y que envejece. Un cuerpo que decae a un ritmo diferente, más vertiginoso que el de los compañeros que tenemos al lado. Un cuerpo que pide acoplarse, cariñosamente, en abrazos comprensivos.

Aristóteles nos ha regalado un concepto, a mi punto de vista el único, que clara y sencillamente describe lo que es amar. Lo define como “querer el bien del otro en cuanto otro”; será muy importante aclarar entre nos, que la palabra que refiere como otro lo vamos a concebir como persona. Cualquiera puede asegurar que amar es una palabra muy común y que se encuentra presente todos los días de alguna forma, con nuestras acciones y a través de la expresión de sentimientos, sin embargo, si lo reflexionamos a profundidad, nos podremos dar cuenta de que es probable que no comprendamos: ¿cómo podemos demostrar amor honesto? y también, si la forma en que lo estamos haciendo ¿es la máxima expresión o no? si antes, no nos damos la oportunidad de profundizar lo que es ser persona. En siglos pasados, la noción de persona desde un punto de vista etimológico, procedía del latín personare que significa ”sonar a través de, resonar”, del griego prósopon, “lo que se pone delante de los ojos” y del derecho romano como per se sonans, que quiere decir “quien habla por sí mismo y tiene voz propia”. Al principio se le consideraban personas a los actores que portaban máscaras en los teatros antiguos; con el paso del tiempo el término se hizo extensivo a los hombres, pero no a cualquiera, sino solamente a los que tenían estatus, reconocimiento social y pertenecían a familias nobles, por lo tanto, los esclavos quedaban fuera del concepto, por eso eran tratados con desigualdad. El concepto persona ha sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo, no obstante, el término mayoritariamente aceptado en nuestra actualidad es el siguiente: “persona es una sustancia individual de naturaleza racional, con conciencia, digna en sí misma,

que necesita entregarse a los demás para lograr su

perfección, dinámico, activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar la verdad, es espiritual, psicológica y corporal, poseedor de una libertad que le permite autodeterminarse y decidir no solo su futuro, sino su modo de ser, está enraizado en el mundo de la afectividad y está destinado a un fin trascendental”.

AMAR A LA PERSONA QUE

ACOMPAÑO Ahora bien, detallemos cada una de las características ya mencionadas y relacionemos al cómo podemos lograr la máxima expresión de amor. “Una sustancia individual” se refiere al hecho de que subsiste a través de los cambios; la persona es un ser que permanece siendo persona a pesar de todo lo que le suceda. Cuando realicemos voluntariado, no debemos olvidar que los que acompañamos son seres humanos, no “enfermos renales o discapacitados”: no ha cambiado, ni cambiará su valor por haber adquirido una enfermedad. Por tanto, amarlos es tratarlos como quiénes son; llamándolos por su nombre, no etiquetarlos, viéndolos a los ojos, acompañarlos sin manifestarles juicios y tratarlos sin discriminación, ni desigualdad alguna. “De naturaleza racional y con conciencia”, cuando estamos con las personas que padecen una enfermedad renal (o cualquier otra) hay que recordar que son seres pensantes, autónomos y capaces de tomar decisiones, todo el tiempo. Como voluntarios nos compete ofrecerles respeto y abstención de hacer juicios. Ellos tienen un mundo interior y exterior que no es igual al de ningún otro, ni al de nosotros, por consiguiente, las decisiones y la forma de pensar que nos comparten, tiene que ver con sus historias de vida, sus experiencias, sus creencias, etc. aunque muchas veces pensemos que lo que hacen, dicen o deciden “no sea lo correcto”. Al manifestarles nuestro apoyo, ellos se sentirán comprendidos y sobre todo amados por quienes son.

“Digna en sí misma”

hace alusión a la dignidad que no es más ni menos que la descripción de que los hombres y las mujeres somos seres especiales por la perfección interna que poseemos (el espíritu) y

que nos coloca por encima de los animales y las plantas. Como voluntarios nos corresponde ofrecerles el mejor trato posible independientemente de lo que hayan hecho en su pasado. Es decir, el mismo respeto merece una persona que padece una enfermedad renal que anteriormente ha transitado en el consumo de las drogas, como a la persona que en su pasado ha sido un buen padre y proveedor económico en su familia.

“Que necesita entregarse a los demás para lograr su perfección, dinámico, activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar la ver-

dad”, esta parte se puede comprender perfectamente en los voluntarios, que su vocación es la de la ayuda al prójimo y que indudablemente les retribuye un crecimiento personal, pero no hay que olvidar que ellos también lo necesitan. ¿Cuántas veces hemos visto que la familia sobreprotege al hijo que padece una enfermedad renal evitando que haga actividades, siga estudiando o al menos trabajar en lo que quiere y puede? ¿En qué momento nos hemos olvidado de que ellos, al igual que nosotros, también necesitan entregarse a los demás, que son seres activos (aunque con algunas limitaciones) y que también pueden ser capaces de transformar su mundo y el de otros? Una persona no es una cosa, sino un quién, un alguien que conlleva una gran riqueza interior y que se manifiesta a través de diversas cualidades, amarlo es ayudarlo a que siga construyendo su identidad de acuerdo a sus posibilidades.

“Es espiritual, psicológica y

corporal”, un ejemplo muy común es la atención que reciben las personas con enfermedad renal en los hospitales, cuando el personal de salud solo muestra preocupación por el órgano afectado, pero, ¿quiénes la acompañan como una persona integral?, no solo es el riñón, ¡es toda una vida! La labor que realiza el voluntariado de brindar su tiempo y fortaleza para escuchar situaciones delicadas que pueden darse durante el desarrollo de la actividad, es merecedor de reconocimientos: acompañar de manera integral siempre realza el valor y la dignidad de la persona. La espiritualidad se refiere a esa dimensión del ser humano de buscar un sentido a la vida. Una enfermedad jamás obstaculizará la posibilidad de descubrir propósitos con y a pesar del duelo y de las crisis. Nuestra máxima expresión de amor será ayudarles a que ellos sigan fortaleciendo lo que tiene sentido en sus vidas y por lo que vale la pena seguir viviendo.

“Poseedor de una libertad que le permite autodeterminarse y decidir no solo su futuro, sino su

modo de ser”, la persona es un ser abierto, capaz de reinventarse todo el tiempo, es imposible que se quede estática. La libertad es esta facultad que nos permite decidir ¿cuál es la actitud que queremos vivir frente a lo que nos está pasando? Cuando ejercemos voluntariado con la firme convicción de que la persona que estamos acompañando puede cambiar y crecer, significa que hemos logrado aprender a confiar. Por último, “está enraizado en

el mundo de la afectividad y está

destinado a un fin trascendental”, las palabras amorosas que regalamos pueden ser cortas, pero no hay duda de que su eco es infinito. El cariño que sentimos por los demás es una de las manifestaciones más importantes ya que nos permiten vincularnos y gracias a ello nos mantienen vivos. En términos de reciprocidad, todo lo que surge durante el acompañamiento es considerado una forma de dejar huella, esto no es más ni menos que la trascendencia. Por supuesto que me quedo corta, sabemos que hay miríadas de formas de expresar amor ya que es una construcción de todos los días; podemos pensar que una de las ventajas de ser voluntario es que se les demanda seguir reaprendiendo con la finalidad de arraigar la concepción de que somos una maravilla de creación, ¿a poco no? La Madre Teresa de Calcuta decía que: si juzgábamos a la gente, no nos dábamos el tiempo de amarla, ¡y vaya que tenía razón!

El sentido de vida

Lilia Margarita González Serrano

Acompañante Paliativa Fundación PISA Stella Vega

Quienes tienen un sentido profundo del significado viven más plenamente y se enfrentan a la muerte con menos desesperación que aquellos cuyas vidas carecen de significado Irving Yalom.

Cuando hablamos de un sentido de vida podemos pensar en la búsqueda de la coherencia entre nuestras acciones cotidianas y la importancia de éstas en el futuro inmediato o lejano, es el pensar en el propósito que cumplimos con aquello que hacemos, sobre la intención de cada paso y de si esto nos acerca a una meta interna o externa. La religión, desde un sentido de relación humana con lo divino, nos propone aquella meta a la cual sumarnos. Desde este punto nos invita a hacer una reflexión honesta sobre nuestra vida y manera de comportarnos y aquello que propone nuestra religión de elección. Si bien podríamos pensar que somos sólo una persona frente a la incontable humanidad, el religioso y filósofo Pierre Teilhard de Chardin nos recuerda que cada uno de nosotros cumple una función intransferible en el plan divino. Ahora bien, podemos también buscar el significado personal de nuestra vida desde otros aspectos que posibiliten encontrar nuestro sentido de vida el cual, aunque nos libre un momento de preguntarnos por el “¿Por qué vivimos?”, siempre nos refleja la cuestión de “¿Cómo viviremos?”, es decir nos regresa a preguntarnos sobre cada

elección que hacemos desde un sentido moral. Se trata de generar la propia búsqueda de nuestra particular razón para vivir y las guías de conducta.

¿En cuales actividades podemos enfocar nues-

tra energía y que proporcionan sentido de vida?

Altruismo: prestar nuestro tiempo y conocimientos en ayudar a otra persona y el ser útil a otros sin fines de lucro, puede proveernos de una sólida y profunda convicción de conexión y, por lo tanto, fundar en nuestra vida el significado de la misma: puedes experimentar este fenómeno involucrándote en causas benéficas que buscan el beneficio social. Hay otra manera de ver el altruismo y es el verte como un modelo a seguir de las personas con las que convives, el participar en la educación a modo de ejemplo de vida del cómo afrontas las adversidades que se te presentan; recuerda, además, que quienes están a tu alrededor aprenden más por el ejemplo que por las palabras y/o consejos.

La consagración a una causa: esta actividad hace referencia a buscar una causa personal, como la recuperación de la propia salud, mejorar la convivencia familiar o alguna causa social, política o familiar en la cual puedas dirigir tus acciones a modo de contribución.

La creatividad: la vida es una invitación a la creatividad por sí misma. Aún en las limitaciones físicas, económicas o sociales se logra generar algo novedoso, hermoso o que genere armonía; el sabernos con la capacidad de crear nos vacuna contra la sensación de que nuestra vida carece de sentido. El entrar en un momento creativo nos ayuda tanto a expresarnos como a descubrirnos a nosotros mismos. Te invito a contestarte: “Desde mi situación actual, ¿cómo puedo generar nuevas oportunidades para expresar mi creatividad?”.

El placer: el valor de la búsqueda del placer es la invitación a Vivir con Plenitud; plenitud en el sentido de observar la vida como un todo completo. Es una visión que exige percibir la vida como un milagro en sí misma y aceptar el flujo natural del existir. Tomado de esta manera podemos comprender que hasta las situaciones que de primera mano se presentan como dolorosas, pueden significar un elemento para construir algo mejor, una inversión a futuro, es decir, que el malestar puede ser momentáneo y que suma para un bien mayor.

La trascendencia de uno mismo

Es importante enmarcar que dentro de las actividades anteriores, el trabajo debe comenzar desde el centro de la persona, en el sí mismo, desde la búsqueda de su bienestar particular; sin embargo es igualmente importante que este bienestar no puede ni debe terminar en lo particular, sino que llega el momento de compartir aquellos aprendizajes del camino y del propio sentido de vida, para trascender hacia el bienestar de los otros en la medida en que no te represente un total abandono de ti mismo. Imagina un árbol, el cual - si deja de tomar nutrientes para sí mismo - no podrá dar fruto, pero que, si nunca da fruto, tampoco podrá ir más allá de sí mismo. Por último, quiero compartir contigo la reflexión

de la validez de cambiar de propósitos a lo largo de la vida. Es esperado que exista una evolución gradual de los significados al pasar de una etapa infantil a la adolescencia, de la adolescencia a la juventud y a la adultez, así como es esperado que se generen cambios en las prioridades de la salud, al pasar a un estado de enfermedad. El aferrarnos a una etapa pasada nos impide ver la oportunidad de experimentar este cambio en la visión de trascendencia de uno mismo y el sentido vital.

“... Frente a la amarga desilusión por tantos sueños rotos, frente a la preocupación por los retos que nos conciernen, frente al desaliento por la pobreza de nuestros medios, tenemos la tentación de encerrarnos en el propio egoísmo individualista y refugiarnos en la indiferencia ante el sufrimiento de los demás... Sin embargo, Dios «da fuerzas a quien está cansado» (Is 40,29)… No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo…”

Papa Francisco

EVENTOS DEL CENTRO SAN CAMILO

MARZO - ABRIL 2022

PRESENCIAL: Foro de la Mujer como Protagonista de la Humanización

8 Marzo 11:30 hrs

PRESENCIAL: Muro de la Esperanza 17 Marzo 11:00 hrs

PRESENCIAL: Mesa redonda: Familia y Sufrimiento

28 Abril 10:00 a 13:00

YOUTUBE LIVE: Talleres de Nutrición Transformando la Nutrición en Buena Comida

19 y 26 Abr.; 3. 17. 24 y 31 Mayo Los Martes de 10:00 a 13:00 Lic. en Nutrición Judith Jiménez López

YOUTUBE LIVE: Talleres de Bioética La Bioética en la Actualidad

19 y 26 Abr.; 3. 17. 24 y 31 Mayo Los Martes de 18:00 a 19:30 Lic. Eduardo Casillas

YOUTUBE LIVE: Ejercicios Cuaresmales: Muerte y Anuncio Cristiano 17. 24 y 31 Mar.; 7 Abril

Los Jueves de 19:45 a 20:45 Pbro. Silvio Marinelli Mayo - Junio 2022 de la Revista

Vida y Salud

será dedicado a

“Adolescencia y Juventud”

Suscripciones secretaria@camilos.org.mx para enviarse por vía electrónica

El equipo de Redacción de la Revista y el Centro San Camilo A.C., expresan su más sentido agradecimiento a los bienhechores y patrocinadores:

Ignacio y Marina Jiménez

Tequila San Matías Mónica Gómez Flores

Antonio Salles Ramírez

Fundación PiSA - Stella Vega, A.C.

¡QUE EL SEÑOR LES PAGUE!

RELIGIOSOS CAMILOS AL SERVICIO DE LOS ENFERMOS

Religiosos - Orden de San Camilo

Somos religiosos unidos por el ideal de servir a los enfermos y a los que sufren.

Para jóvenes varones, solteros, de 17 a 29 años ¡Quieres descubrir tu vocación? ¡Estás interesado en un acompañamiento vocacional?

Religiosos Camilos Guadalajara, Jal. Tel. 33-3640-4090 sancamilo@prodigy.net.mx www.camilos.org.mx

San Camilo nació en Italia en 1550, se convirtió a los 25 años, consagró su vida atendiendo a los enfermos más pobres y desasistidos. Fundó en 1586 la Orden de los Ministros de los Enfermos (Religiosos Camilos). Eligió como distintivo la cruz roja. La intuición de San Camilo fue fundar una “compañía de hombres piadosos y de bien que, no por dinero, sino voluntariamente y por amor a Dios, sirvieran a los enfermos con a que amor y cariño de una madre hacia su hijo único enfermo”. Elaboró las reglas para servir con esmero y toda perfección a los enfermos. Adoptó nuevos medios para mejor servir al enfermo. Creó un modo original de estar frente a Dios, inspirado en el Evangelio de San Mateo: ‘Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron’.

¿Estás pasando por un momento difícil? ¿No le encuentras gusto a tu vida? ¿Estás pasando por un período de crisis? ¿Te preguntas cómo encajar en la sociedad?

El Centro de Escucha proporciona un acompañamiento individual a jóvenes (mayores de edad), de forma presencial (sede del Centro San Camilo A.C.) o en línea.

Este acompañamiento es ofrecido por un grupo de voluntarios, debidamente capacitados en las técnicas del Counselling y es gratuito.

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