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Cultivo exterior

TricomaTeam (tricomateam@gmail.com)

EXTERIOR

EL INICIO DE LA TEMPORADA

Con la llegada de la primavera y el buen tiempo, los cannabicultores comienzan a prepararse para la temporada de cultivo exterior. Esta época es ideal para proveernos de marihuana suficiente para todo el año sin tener que invertir en equipos ni consumir grandes cantidades de luz como ocurre en los cultivos de interior. Si nos fijamos unos objetivos y hacemos las tareas correctamente y en su debido momento durante unos meses obtendremos una abundante cosecha de buenos y resinosos cogollos.

Desde el cultivo exterior más sencillo como puede ser una simple planta autofloreciente en la terraza de casa hasta la cosecha de guerrilla más complicada que pueda darse supone una de las tareas más gratificantes que hay para muchas personas. El hecho de que sea ilegal y lo hermosa que es para mucha gente la planta de cannabis, tanto

en crecimiento como en floración, por sus peculiares hojas y por sus llamativos colores hacen que sea la planta del huerto preferida para muchos jardineros que, en una gran cantidad de casos, ni siquiera son consumidores y únicamente disfrutan de su belleza. Muchos cultivadores no disponen de un cultivo Indoor para autoabastecerse de hierba, por lo que tienen que comprarla, o intentar cultivar en exterior la cantidad necesaria para todo el año. La mejor opción si tenemos medios para ello es aprovechar la luz del sol para intentar producir nuestra propia hierba. Teniendo en cuenta la cantidad que deseemos obtener, los medios de los que dispongamos y el tiempo que queramos dedicarle, podremos hacernos una idea de por donde debemos empezar a funcionar. El resultado no solo dependerá de nuestra intención y buen hacer, ya que a diferencia de los cultivos de interior donde somos nosotros los que controlamos todos los parámetros, en exterior estamos a merced de muchos factores externos que pueden incidir en nuestra cosecha de forma negativa. Tener en cuenta estos factores nos ayudará a que nuestras plantas desarrollen sanas y fuertes, para que produzcan al final del verano una buena cosecha, tanto en cantidad como en calidad, que nos abastezca durante todo el año de forma barata y respetuosa con el medio ambiente.

Autofloreciente en la terraza.

¿SEMILLAS O ESQUEJES ?

Podemos cultivar todo tipo de semillas y esquejes en exterior. Las semillas tienden a crecer a lo alto, a diferencia de los esquejes que son proporcionalmente más anchos. Si partimos de semillas es más difícil que éstas entren en floración y posteriormente revegeten que si partimos de esquejes que saquemos de un cultivo de interior. Dependiendo del lugar donde se encuentre nuestro cultivo y del resultado que deseemos obtener, nos decantaremos por una u otra opción. Cuanto más húmeda y fría sea la zona donde cultivemos, más resistentes y rápidas deben ser las semillas o esquejes que selecionemos para que cuando llegue el otoño no se nos pudra la cosecha. Las variedades mayormente Indicas y algunas Sativas de muy rápida floración que están maduras entre finales de septiembre y principios de octubre son la mejor opción para evitar problemas de moho en los cogollos cuando llegue el otoño. Si nos decantamos por variedades Sativas, con una floración muy larga, debemos asegurarnos de que son resistentes al frío y al moho o seguramente no recogeremos nada. Las autoflorecientes son también una excelente opcion para cultivadores discretos o para aquellos que prefieren sacar cosechas algo menos productivas pero cada poco tiempo. Las variedades auto pueden plantarse durante toda la temporada y si ajustamos bien los tiempos y el clima acompaña podremos obtener entre tres y cuatro cosechas. Son ideales para cultivar en la terraza en una maceta por su discreto tamaño y rápida floración como en tierra madre donde nos mostrarán todo su potencial.

CUÁNDO EMPEZAR A CULTIVAR

Debemos esperar a que el tiempo sea bueno y a que las horas de luz sean las suficientes para sacar nuestras plantas al exterior. Llevar demasiado pronto las semillas al exterior no suele ser sinónimo de plantas más grandes y cosechas más abundantes. Si aún no hay suficientes horas de luz, lo fácil es que las plantas florezcan antes de tiempo y no se recuperen o se vean afectadas al revegetar. Germinar las semillas o enraizar los esquejes entre mediados de abril y principios de mayo para ir adaptándolos poco a poco al exterior es temprano suficiente para conseguir plantas de gran tamaño. En una gran mayoría de casos las plantas que se sacan al exterior en mayo o junio alcanzan y superan a las plantadas en abril, a causa de que estas últimas sufren demasiado el exceso de agua y las bajas temperaturas que aún tenemos por estas fechas. Si queremos plantas discretas debemos esperar a plantar en junio o incluso julio, en el caso de las Sativas, que tiene un periodo de fructificación muy largo. Si queremos conseguir ejemplares gigantescos debemos crecerlas durante unos meses bajo lámparas, para sacarlas porteriormente a tierra madre cuando

las horas de luz sean bastantes para evitar que florezcan.

EMPLAZAMIENTO DE LA COSECHA

El lugar donde vayamos a cultivar nuestras plantas debe reunir unos mínimos requisitos. La mejor orientación es mirando hacia el sur, para que las plantas disfruten de la mayor cantidad de horas de sol posibles. Tiene que ser un lugar seguro y alejado de la vista de ladrones y vecinos cotillas. Si vamos a cultivar en una terraza o balcón usaremos una maceta apropiada para el espacio disponible e intentaremos camuflarla entre otras plantas. Si cultivamos en macetas es recomendable hacer varios trasplantes, antes de situar las plantas en la maceta definitiva. Las plantas sembradas en macetas necesitan un riego habitual y pueden sufrir estrés si la maceta se calienta. Aquellas que se cultivan directamente en la tierra tienen un sistema de raíces más desarrollado y producen mayores cosechas. Si cultivamos en tierra directamente debemos cavar un buen agujero acorde al tamaño de planta que queremos conseguir y rellenarlo con el mejor sustrato que podamos. Es conveniente ir adaptando poco a poco las plantas al exterior antes de sacarlas. Las plantas excesivamente pequeñas pueden ser presa fácil de algún animal o de una tormenta. Un invernadero es una opción fantástica para proteger las plantas del frío, de las inclemencias del tiempo y de las miradas de los curiosos.

Planta creciendo discretamente.

SEGURIDAD

Un cultivo discreto es sinónimo de éxito. Todos los años aparecen numerosas noticias de jardines que son descubiertos por una llamada que avisa a las fuerzas de seguridad de un fuerte olor, o porque la plantación es fácilmente visible. Camufla las plantas desde el principio entre otros tipos de plantas si cultivas en el balcón. No dejes que los vecinos vean tus plantas porque sean pequeñas. Sus características hojas las delatan y sabrán ubicar perfectamente de donde viene el olor cuando las plantas comiencen a florecer. Si vas a realizar un cultivo de guerrilla busca una zona bien apartada donde cueste llegar. Un sitio alejado donde no llames la atención por el

ruido que se hace al cavar. A poder ser encuentra un claro que este rodeado de árboles para evitar ser visto. No dejes rastros ni pistas que puedan situarte en el cultivo. Procura no ir siempre por el mismo camino o dejaras una senda marcada hasta el jardín que cualquiera podría seguir. Utilizar polímeros a la hora de mezclar la tierra puede reducir entre una y tres veces por semana las veces que hay que ir a regar en las semanas que más calor hace entre julio y agosto. Cuantas menos veces pases por el jardín menos probabilidades tendrás de que te controlen o te vean ir. Planifica las labores y aprovecha cada visita para realizar el mayor número de tareas. Las plantas de exterior crecen bien si estar tan vigiladas como en interior. Camuflada entre las lechugas.

LUZ

Debemos elegir un lugar orientado al sur y que reciba el mayor número de horas de luz posible y lo más resguardado que se pueda de la lluvia y el viento. Una brújula nos ayudará a conocer la orientación exacta del cultivo. Las plantas deben recibir al menos 5 horas de luz directa sino producirán pocos y muy pequeños cogollos con una escasa cantidad de resina. Si cultivamos en una terraza hay que impedir que cualquier

tipo de contaminación lumínica estrese a nuestras plantas en las horas de oscuridad. En una ciudad es fácil que la luz de las farolas sea suficiente intensa por la noche para impedir que las plantas florezcan.

LA MEJOR OPCIÓN SI TENEMOS MEDIOS PARA ELLO ES APROVECHAR LA LUZ DEL SOL E INTENTAR PRODUCIR NUESTRA PROPIA HIERBA

SUSTRATO

Tanto si cultivamos en interior como en exterior el Cannabis agradece un buen sustrato rico en nutrientes que permita un buen drenaje y una correcta aireación de la tierra para un desarrollo explosivo de las raíces. Cultivar con tierra nueva cada año no es caro y las plantas lo agradecerán con creces. Si no queremos gastar mucho dinero podemos aprovechar la tierra que nos sobra

de los cultivos de interior. Esta tierra es ideal para rellenar los agujeros de exterior. Debemos separar bien la tierra del cepellón de raíces o utilizar algún producto que las descomponga como Cannazym. Además debemos añadirle algo de abono. En nuestro caso cada año sacamos la tierra de los agujeros y la mezclamos de nuevo con humus de lombriz y algo de guano de murciélago. El humus de lombriz tiene un Ph neutro y no quema las plantas, aunque se use en grandes cantidades. El humus mejora la estructura del suelo a la vez que contiene hormonas que aumentan el desarrollo de las plantas.

AGUA Y NUTRIENTES

El exceso de agua al principio del cultivo y la falta de riego los días de más calor en verano son dos de las causas que más reducen la cantidad y la calidad de la cosecha. Disponer de una fuente de agua cercana a la zona de cultivo nos puede ahorrar mucho esfuerzo en los meses de más calor. Si hemos utilizado un buen sustrato las plantas apenas necesitarán agua y alimento las primeras semanas. Aprovecharemos los primeros riegos para utilizar un enraizador que nos ayude al desarrollo de un fuerte cepellón de raíces. Tras esto intentaremos regar las plantas como en interior. De menos a más iremos aumentando la concentración de abono. Al igual que en interior debemos medir el pH y la EC cada vez que vayamos a regar y ajustarlos al nivel apropiado a la fase de desarrollo en la que se encuentren nuestros ejemplares.

PLAGAS Y HONGOS

Con la llegada del buen tiempo no son solo los cannabiscultores los que se animan a salir a pasear por el monte. Los insectos proliferan abundantemente con la llegada de la primavera y nuestras pequeñas y llamativas plantas parecen ser la comida preferida de algunas de estas plagas. Si no tenemos cerca nuestro cultivo y no podemos visitarlo con facilidad debemos proteger las plantas del posible ataque de insectos especialmente cuando son tan pequeñas. Los trips, las orugas o la araña roja son visitantes habituales de los jardines de exterior. Utilizar aceite de Neem desde las primeras etapas como preventivo ayudará a mantener a raya a los insectos. Despejar todo el follaje entre 50 cm y 1 metro alrededor de las plantas mantendrá alejados a los caracoles y babosas si no sois amigos de utilizar antilimacos. Cuanto más agujero más planta. Semilla de Super Skunk en pleno desarrollo.

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