San Teófimo | No. 126

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ÍNDICE 2

DESDE RECTORÍA

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MISIONES DE VERANO 2016

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DIÁCONOS 2016

CONSEJO

EDITORIAL Año 32 / No. 126 / Septiembre 2016 Tiraje: 18,000 ejemplares Impreso: ENFOQUE GRÁFICO

RECTOR

Pbro. Juan Carlos Arcq Guzmán

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¿QUIERES SER BIENHECHOR ESPIRITUAL?

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SEMANA BÍBLICA

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EL ROSARIO

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PROCESO VOCACIONAL

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KERIGMA VOCACIONAL

DIRECTOR EDITORIAL

Hugo Enrique Garza Navarro

CONSEJO EDITORIAL

Pbro. Darío Torres Rodríguez Lic. Ofelia Falcón Cervantes Lic. Alejandra Villarreal Taffinder

EQUIPO DE REDACCIÓN Adrián Garza Morales

DISEÑO

Lic. Alejandra Villarreal Taffinder

INFOGRAFÍAS

Hugo Enrique Garza Navarro

FOTOGRAFÍAS

Antonio de Jesús Peña Díaz Lic. Juan Luis Oliva Silva

www.seminariodemonterrey.org /Seminario.de.Monterrey Seminario_Mty


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Desde Rectoría Muy queridos hermanos y hermanas que forman nuestra gran familia del Seminario de Monterrey. Con mucha alegría iniciamos este nuevo año escolar con la esperanza de que el Señor siga mostrándose rico en misericordia con todos nosotros. En este número de nuestra revista les compartimos los testimonios de la experiencia de misión de verano que tuvimos en el mes de Julio y que es el primero de tres años en los que deseamos recorrer todas las parroquias y decanatos de nuestra Arquidiócesis para promover las vocaciones ya que ésta, es una prioridad para nuestro Seminario. Gracias a Dios hemos sido testigos de que Dios sigue llamando, aún en tiempos difíciles como los que vivimos de aparente crisis vocacional. En efecto, hemos gozado de la ordenación de diez nuevos sacerdotes para nuestra Arquidiócesis lo que renueva nuestra esperanza de que el Señor nos dará pastores según su corazón. Felicitamos a nuestros ex seminaristas ahora neo sacerdotes y les queremos decir que esta sigue siendo su casa. Deseo pedirles a todos ustedes su oración, ya que en el transcurso de este año el Papa Francisco nos dará nuevas orientaciones para revisar y renovar los planes de formación de los seminarios en todo el mundo. Lo que el Papa quiere es que los sacerdotes logren ser formados en un espíritu más misionero que responda a las necesidades del mundo actual y siempre al servicio del pueblo de Dios. Claro que el modelo de formación que hoy ofrecemos en el Seminario busca también este fin, pero el Papa está convencido de que no es suficiente y que toda la Iglesia, todas sus comunidades y grupos, todas sus estructuras deben ser reformadas para que seamos en verdad una Iglesia de puertas abiertas y en salida misionera. Dios les bendiga y cuenten también con nuestras oraciones.

Pbro. Juan Carlos Arcq Guzmán Rector


MISIONES

2016

En el mes de Julio, los seminaristas salieron durante tres semanas a más de 60 parroquias para compartir y vivir de cerca con la comunidad las Misiones de Verano, donde el tema durante tres años será: LA VOCACIONALIZACIÓN. Desde el amanecer, hasta el anochecer más de 200 alumnos del Seminario de Monterrey estuvieron tocando los corazones de niños, jóvenes, matrimonios, enfermos y abuelitos en 10 Decanatos de la Arquidiócesis de Monterrey. • Más de 1,000 enfermos visitados en casa y hospital. • Atención a “Vacaciones con Jesús” con más de 2,200 niños. • Visitas a más de 1,400 Grupos Parroquiales para impartir el kerigma vocacional. • Marchas y caminatas vocacionales con más de 1,200 jóvenes. • Misas vocacionales por los padres del Equipo Formador. • Conciertos vocacionales por parte de algunos ministerios de música, entre ellos Jesed. • Encuentro de monaguillos donde participaron cerca de 1,900 niños y niñas. • Caminatas vocacionales a Chipinque y Cerro de la Silla. • Visitas a ejidos y comunidades de la perfilería de nuestra ciudad. • Visitas a asilos de abuelitos. • Pláticas vocacionales a más de 4,000 niños y jóvenes. • 10 encuentros mixtos vocacionales, uno en cada Decanato.

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Roguemos por

más vocaciones

Por primera ocasión, la totalidad de la misión fue enfocada en la vocacionalización de la parroquia. La cual consistió en inmiscuir en todas las pastorales parroquiales la vocación de servicio específica a la que Dios nos ha llamado, por medio de la concientización universal de la vocación. Para ello, los seminaristas nos dispusimos previamente en la semana de preparación de la misión que fundamentó los temas relativos a la Pastoral Vocacional. A un servidor, le toco estar en el decanato de Escobedo N.L., donde atendimos los grupos de niños, jóvenes y adultos impartiéndoles temas del Kerigma vocacional, talleres de la misma pastoral vocacional y la reactivación y promoción de la oración por las vocaciones, entre ellas la “Cruz Vocacional”, la tradicional estampita con la oración por las vocaciones y un nuevo subsidio de oraciones por las vocaciones para el enfermo. Cada semana visitábamos tres parroquias, en la cual al término de la misma teníamos un cierre masivo en cada grupo de parro-

quias, el primero fue una fogata y concierto vocacional, en el segundo una velada de oración por las vocaciones y un panel vocacional y en el tercero, un cierre masivo de todo el decanato con una marcha vocacional y una misa masiva por las vocaciones y de la misericordia en la que participaron alrededor de 600 personas de todo el decanato. Estas actividades permitieron juntar a un grupo de 17 personas de 7 de 9 parroquias del decanato de Escobedo para servir como agentes de Pastoral Vocacional. Con ello arrancamos este ciclo de tres años de veranos, vocacionalizando a toda la Arquidiócesis de Monterrey. Los invitamos a seguir alzando nuestras oraciones pidiendo al dueño de la mies que envié trabajadores a sus campos (Lc 10, 2).

Por: Hugo Eduardo Lara Cruz Decanato de Escobedo

La misión vocacional:

una esperanza de amor Gran respuesta es la que mostraron los jóvenes y adolescentes de este decanato al saber de la Misión Vocacional, ellos renovaron mi vocación y con su cariño y aprecio me hicieron sentir como parte de la familia de este decanato. Por otro lado, la palabra "acompañar" se me presentó a lo largo de la misión, desde visitar a los enfermos y adultos mayores

hasta el convivir, bromear y aclarar dudas con los jóvenes y adolescentes. Le doy gracias a Dios por esta experiencia de amor y cercanía con el pueblo que me llama a servir y amar. Por: Joel Alejandro Dorado Araujo Decanato de la Natividad del Señor, Santa Catarina


"La cosecha es mucha y

los trabajadores pocos"

La experiencia en esta misión de verano, ha sido muy enriquecedora en mi formación y en mi vocación, donde una vez más descubro el llamado de Dios, pero sobre todo descubro la importancia de la fraternidad, de la amistad, y la alegría en el llamado de Dios a la vocación Sacerdotal. Confieso que al principio me hizo mucho ruido el nuevo método y objetivo de la misión de verano que nos pedía realizar el Seminario; pero justamente el día que empezamos la misión el domingo 3 de julio, descubrí las exigencias de la misión gracias al evangelio de este día. Teniendo en mente que el proyecto es de Dios mismo que nos invita a rogar al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos, reconociendo que Dios es el dueño de la obra y que uno no es más que un jornalero o trabajador. Creo que nuestro programa en la misión siempre fue de la mano de Dios y conforme a su Palabra, a lo largo del acompañamiento a los grupos de las diferentes parroquias del decanato de San Rafael en Monterrey, fuimos descubriendo que Dios nos pedía realizar la práctica del amor y la misericordia; tuvimos la oportunidad de llevarla a cabo por medio de la visita a nuestros hermanos enfermos donde en nombre de Dios y de la Iglesia los acompañamos, oramos y sacamos mucho provecho para nuestra vida espiritual y nuestra vocación.

Conforme pasaban los días las actividades mismas de la misión nos traían de un lado para otro y preocupados por el evento que se estaba planeando para el cierre de la misión que era un masivo en el decanato, pero de nueva cuenta Dios se volvía a manifestar en su Palabra y nos invitaba a tener dos tipos de actitudes complementarias ante el Reino, la acción (Martha) y la contemplación (María). Dentro del evento masivo vocacional, en el que se había convocado al decanato, creo que cerramos con broche de oro al ver toda la alegría y la euforia vocacional, al ver manifestado una vez más la obra de Dios y reconociendo que nosotros sólo fuimos siervos que hicimos los que nos tocaba, habíamos aportado en el trabajo de la misión vocacional nuestro llamado vocacional, pero a la vez se fortalecía nuestra vocación. Creo que mínimo se dejó sembrado la semilla vocacional, reconociendo que somos unos simples trabajadores, el que va a germinar la semilla es Dios, de antemano el que obra es Él en todo lo que hemos realizado. Y una vez más se manifestaba la voluntad de Dios en sus proyectos y la invitación desde su Palabra que nos alienta a la insistencia por medio de la oración: “pidan y se les dará”. Roguemos por lo tanto al Dueño de la mies que nos concedas muchas y muy santas vocaciones según su corazón.

Por: Reynaldo Lázaro Arriaga Decanato de San Rafael, Monterrey

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La misión

continúa

Las misiones tenían como objetivo promover la cultura vocacional, con ello pensé en marchas, conciertos, etc. Y sí, hubo actividades que me llenaron de gran satisfacción, sin embargo, más que estos eventos resonantes en las redes, me interesa compartir una experiencia no tan convencional con el sentido de vocación: el visiteo a enfermos. El relacionarme con la vulnerabilidad humana me hizo reflexionar en dos cosas: la importancia de comunicarse directamente -reconocer al individuo como pieza fundamental de la Iglesia- así también comprender el valor de la oración… sobre todo en personas en estas condiciones, que a pesar del padecer, se dan tiempo para pedir por alguien más.

Si nos detenemos un poco, caemos en la cuenta que tal vez estos (el personalismo y el sentido de entrega) sean los indicios del Llamado, así podremos iniciar una verdadera cultura y no una simple moda vocacional, esto es urgente, porque si observamos a detalle podemos ver con claridad que cada persona lleva cierta dosis de dolor en su interior, sólo la voz de Dios puede aliviar, pero hace falta escucha, creo por lo tanto que las misiones no han terminado, al menos acá en Guadalupe, al menos para mí.

Por: Isaac Argüello Cepeda Decanato de Guadalupe

Tiempo de

Gracia

Estas misiones vocacionales han sido para mí un tiempo de gracia que Dios ha concedido no sólo a nuestro Seminario sino también a nuestra Arquidiócesis, ya que durante tres semanas, el grupo de seminaristas no sólo estuvimos compartiendo el tema de la vocación con actividades organizadas por nosotros, sino con nuestro testimonio, disposición y servicio les compartimos nuestro llamado. Además fue un tiempo propicio para conocer su misericordia que sigue derramando

en cada uno de los de sus feligreses en el municipio de Villa de Juárez. Me quedo muy agradecido con Dios y con cada una de las personas que estuvieron al pendiente de nosotros para llevar a cabo de estas misiones, por su oración, apoyo y cercanía. ¡Muchas gracias!

Por: José Luis Morán Becerra Decanato de Juárez





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Nuevos Diáconos CARLOS NICOLÁS GÓMEZ MUÑIZ

Ingresó al seminario a los 23 años. "Paz interior y alegría. Creo este binomio de sentimientos me ha acompañado desde que acepté el llamado y en toda la formación, siempre busqué estar abierto a la voluntad del Señor y solamente a través de los frutos es como he podido conocerla."

EDGAR EDUARDO ALVARADO GONZÁLEZ Ingresó al seminario a los 15 años. “Fueron muchos los eventos que marcaron mi vida y que iluminaron mi caminar vocacional. Sin embargo, encuentro en mi familia las primeras luces vocacionales, ya que desde niño mi mamá me enseñó a amar a Dios, de ahí que, a muy corta edad, comencé a servir en los grupos parroquiales.”

ÁNGEL JOSUÉ LOREDO GARCÍA Ingresó al seminario a los 17 años. "Llegar a ser sacerdote, significa intentar responder al llamado que Dios me hace para servirlo a Él en su pueblo. Poder compartir lo que Dios me ha dado: el regalo de la fe. Ser sacerdote para mí significa tratar de ser un puente entre Dios y sus hijos, poder compartir la misericordia de Dios a su pueblo."

ADRIÁN MARCELO HALÚN CAVAZOS Ingresó al seminario a los 18 años. "Mi primera inquietud hacia la vocación sacerdotal fue el 11 de febrero del 2006 en una misa del Día del Seminario. Yo estaba viendo las opciones para mi futuro profesional y el seminarista dijo que también contempláramos la posibilidad de la vida sacerdotal. Yo formaba parte de un grupo llamado Escuadrón y eso me había sensibilizado a las necesidades de formación y acompañamiento espiritual de los jóvenes."


PEDRO MORA OVIEDO

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Ingresó al seminario a los 47 años. "Poco a poco fui conociendo a Cristo; Él me había conquistado para siempre. Siempre sentí un gran deseo de abandonarme en Cristo y así lo fui haciendo poco a poco hasta el día de hoy y no me arrepiento de haber dejado todo pues sé que en todo mi existir está derramándose su amor cada día; no solo en mi corazón sino en todo mi ser y mi existir. Me he encontrado con Cristo en todos los lugares a donde voy."

REYNALDO LÁZARO ARRIAGA Ingresó al seminario a los 24 años. "Descubrí el rostro de Dios en el rostro de unos niños y también vi la necesidad de darlo a conocer a las personas que tenían hambre de Él, pero no había quien se los transmitiera. Creo que mi primer llamado lo sentí a la vida misionera y ya en la misión logré comprender que Él me quería por completo a su servicio en la vida Sacerdotal. Mi mamá ya había fallecido cuando yo decidí entrar, pero en una ocasión mi hermana me confesó que mi mamá le había comentado que yo terminaría en el Seminario."

ROBERTO VAN TROI RAMÍREZ GARZA Ingresó al seminario a los 35 años. "Uno de los retos que he vivido en la comunidad es cómo trasmitir el mensaje de Jesús al mundo de hoy, de tal manera que no reciban palabras, sino que experimenten en su mente, corazón y vida el Encuentro con Jesús Resucitado. Llegar a ser sacerdote significa responder al llamado que Jesús me hizo y me hace todos los días, ¡Ven y sígueme! Gracias a Dios, en el caminar de mi formación vocacional no ha habido dudas en que Él me llama."

FRAY ADÁN GÓMEZ MARTÍNEZ (OFMCAP) Ingresó al seminario a los 23 años. "Llegar a ser sacerdote, llegar a ese momento, para mí es una ilusión, un deseo muy enorme de poder servir a los demás. Poder estar al servicio de los demás y amar más íntimamente a Jesús y su Pueblo."


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Semana Bíblica

"La Palabra de Dios es viva y eficaz" (Heb 4, 12), "que puede edificar y dar la herencia a todos los que han sido santificados" (Hch 20, 32; Cf. 1 Tes 2, 13).

En el mes de septiembre, en el marco de la festividad de San Jerónimo, se lleva a cabo en nuestro Seminario la Semana Bíblica, en la cual se vive un momento de encuentro fraterno más profundo con la Sagrada Escritura, a través de diversas actividades, que tienen como objetivo principal acrecentar la relación de los seminaristas con la Palabra de Dios, en un ambiente de comunión, escucha y asimilación del Misterio Revelado. “Los candidatos al sacerdocio deben aprender a amar la Palabra de Dios” (VD 82). Para ello, en la Semana Bíblica se invita que presidan la Celebración Eucarística a algunos sacerdotes de nuestra arquidiócesis que trabajan de manera cercana a la Pastoral Bíblica para que, a través de su testimonio y transmitiendo sus experiencias pastorales y de estudio, los seminaristas aumenten su amor hacia la Palabra de Dios. Otro de los signos que marcan la vivencia de la Semana Bíblica es la espiritualidad que brota en los espacios de Lectio Divina en pequeños grupos, donde se comparten diversos textos bíblicos, para que los semi-

naristas tengan un acercamiento más vivo con la Palabra con un corazón dócil y orante, siguiendo las enseñanzas del Magisterio: “para que ella penetre a fondo en sus pensamientos y sentimientos y engendre dentro de sí una mentalidad nueva: «la mente de Cristo» (1 Cor 2, 16), de modo que sus palabras, sus opciones y sus actitudes sean cada vez más una transparencia, un anuncio y un testimonio del Evangelio” (PDV 26). Para darle el enfoque necesario a la Semana Bíblica, se realiza una ponencia en el auditorio del Seminario Mayor, donde se invita a sacerdotes expertos en la materia, los cuales comparten reflexiones fruto del contacto con la Palabra. Además, la Hora Santa de la semana también se ve impregnada por este ambiente bíblico. Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne, sale al encuentro de los hombres para llamarlos a la salvación, formando un pueblo que colabora con su Señor en la construcción del Reino de Dios en medio de las realidades presentes y anticipa desde ya el banquete eterno. Por ello, la vivencia de la Semana Bíblica en el Seminario es fundamental, con un espíritu de apertura y escucha, con la finalidad de estar “en salida”, compartiendo con nuestros hermanos el rostro misericordioso del Verbo Encarnado.

Por: Luis Alonso Chávez López Tercero de Teología


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El Rosario escuela de santidad ¡Quien propaga el Rosario se salva! Así decía constantemente Bartolomé Longo, abogado italiano y ahora beato, converso alrededor de los 30 años y que ante el temor de no salvarse recibió de Dios una misión: Si quieres salvarte, reza y propaga la devoción al Santo Rosario. Como sucede con la mayoría de las intervenciones divinas este suceso marcó la vida de aquel hombre, reconocido también como el apóstol del Rosario. De hecho, gracias al testimonio de Longo y otros santos, en la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, del 16 de octubre de 2002, San Juan Pablo II insistiría en la propagación de esta devoción mariana ya que consideró es verdadera pedagogía de santidad. ¿Y qué habrá querido decir con esto? Que su meditación es escuela para alcanzar la plenitud de los hijos de Dios: que Cristo viva en nosotros (Ga 2, 20). Es en la meditación mental y verbal de la corona de ro-

sas que uno “engendra”, gracias a la acción del Espíritu Santo a Cristo mismo, ya que su práctica constante, según la reflexión espiritual de la Orden de los Predicadores, fundada por santo Domingo de Guzmán y confirmada por el magisterio de la Iglesia, asemeja en nosotros a María quien así recibió en su seno a nuestro Salvador. El Rosario es compendio del Evangelio. Es una presentación orante y contemplativa, que trata de modelar al cristiano según el corazón de Cristo. Completamente Cristológico, el Santo Rosario nos introduce en la vida de Jesús: nos enseña su encarnación y vida oculta (misterios de gozo), su vida pública (misterios de luz), sus sufrimientos en la pasión (misterios de dolor) y el triunfo de la resurrección (misterios de gloria). El Rosario es escuela de santidad en la que María nos enseña al Evangelio mismo: Jesucristo, Camino, Verdad y Vida ¿te animas a entrar a esta escuela? Por: Antonio de Jesús Peña Díaz Tercero de Filosofía


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Proceso Vocacional

El Proceso Vocacional es un tiempo para conocer las distintas vocaciones que hay en la Iglesia y descubrir a cuál de ellas nuestro Padre Dios nos ha llamado. Y habiendo recibido orientación y apoyo, podemos responder en el seguimiento de Jesús que no vino sino a servir y a dar su vida para la salvación de muchos.

Vocación a la Vida Cristiana: Por medio del bautismo, Dios nos llama a formar parte de su familia que es la Iglesia y llevar una vida de santidad.

Al escuchar la palabra vocación podríamos entender varias cosas, como una profesión, algo para lo que eres bueno, lo que te gusta hacer, tu proyecto de vida, etc. Pero en la Iglesia entendemos vocación como un llamado de Dios, como una invitación a seguirlo de una forma particular. Es tarea de nosotros dar una respuesta generosa a este llamado y conocer cuál es la Misión a la que nos invita Dios para entregar la vida. Dios nos hace diferentes llamados en diferentes momentos de nuestra historia:

Estas tres dimensiones de la vocación en nuestra fe, nos invitan cada vez a profundizar más en el misterio del llamado de Dios en nuestras vidas, el cual se va revelando a lo largo de los años, apoyándonos en herramientas que la Iglesia nos ofrece.

Vocación a la Vida: ¡Somos llamados a la existencia como personas!

Vocación Cristiana Específica: El llamado es a dar la vida dentro de la Iglesia viviendo como laico, religioso, religiosa o sacerdote.

La Iglesia de Monterrey, con el fin de brindar a los y las jóvenes los recursos necesarios para discernir su vocación, ha estructurado un proceso vocacional de acompañamiento que inicia anualmente en el mes de septiembre con la Marcha Juvenil Vocacional, y concluye en el mes de mayo con el Retiro de la Opción.


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PRÓXIMAS FECHAS DE PROCESO:

Durante el ciclo, como parte del Proceso Vocacional, se organizan retiros cada 15 días donde aprendemos, convivimos y nos fortalecemos espiritualmente. También se realizan Fines de Semana Vocacionales, que son momentos especiales de encuentro con Cristo y con otros jóvenes con la misma inquietud. En la Semana Santa vamos de Misiones a comunidades rurales y urbanas donde compartimos nuestra fe con nuestros hermanos, y convivimos con sacerdotes, y seminaristas, religiosos, religiosas, para poder conocerlos más de cerca. Además, contamos con entrevistas personales con sacerdotes y religiosas, que escuchan tu inquietud y te ayudan a clarificar las dudas y fortalecer así la respuesta al llamado. Asimismo, lo único que se necesita para iniciar un Proceso Vocacional es tener muchas ganas de servir a Dios y a los hermanos, teniendo la inquietud de buscar una respuesta a la pregunta: ¿De qué forma

puedo seguir a Jesús y así ser feliz y hacer feliz a los que me rodean? Ayúdanos, si conoces a alguien que busca orientación en su vida vocacional o mejor aún si eres tu quien aún no has iniciado a discernir tu vocación, y quisieras emprender este misterioso y atrayente camino de felicidad de la mano de Dios, acércate al Centro Vocacional de Monterrey, donde te ayudaremos. No hay que tener miedo, hay que dar un salto de fe.

arquidiócesis de monterrey

Tel: 1158-2838 / Centro Vocacional de Monterrey


Kerigma Vocacional Reflexiรณn que

propicia un Discernimiento

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SEMINARIO MENOR Y ECONOMÍA Prolongación Corregidora #700 Nte. San Pedro, Garza García. Tel. (81) 1160-1313

CURSO INTRODUCTORIO Tel. (826) 268-5820

SEMINARIO MAYOR Tel. (81) 1161-5757

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