ÍNDICE 2
DESDE RECTORÍA
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SOY SANTIAGO Y QUIERO SER SACERDOTE
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JOSELITO: UN SANTO JOVEN PARA LOS JÓVENES SEMINARISTAS
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100 AÑOS DE SU APARICIÓN
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SAN JOSÉ: EXPERIENCIA DE FE, ALEGRÍA Y COMUNIDAD
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¡AMO AL SEMINARIO!
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LA MISIÓN EDUCATIVA DEL MATRIMONIO
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LA CULTURA VOCACIONAL ES TAREA DE TODA LA IGLESIA
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ACERCAR MÁS JÓVENES A CONOCER A DIOS, Y DESCUBRIR SU VOCACIÓN
CONSEJO
EDITORIAL Año 33 / No. 130 / Mayo 2017 Tiraje: 16,000 ejemplares Impreso: ENFOQUE GRÁFICO
RECTOR
Pbro. Juan Carlos Arcq Guzmán
DIRECTOR EDITORIAL
Edgar Fabián Cruz del Ángel
CONSEJO EDITORIAL
Pbro. Darío Torres Rodríguez Lic. Ofelia Falcón Cervantes Lic. Juan Luis Oliva Silva
EQUIPO DE REDACCIÓN Lic. Ofelia Falcón Cervantes Edgar Fabián Cruz del Ángel José Luis Morán Becerra Joel Alejandro Dorado Araujo Marco Antonio Cruz Pérez
DISEÑO
Lic. Juan Luis Oliva Silva
INFOGRAFÍAS
Adrián Alejandro Garza Morales
FOTOGRAFÍAS
Pbro. Ernesto Fabián Tello (portada) Lic. Juan Luis Oliva Silva José Luis Morán Becerra Marco Antonio Cruz Pérez
www.seminariodemonterrey.org /Seminario.de.Monterrey Seminario_Mty
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Desde Rectoría Muy apreciados hermanos y hermanas, amigos y familia del Seminario de Monterrey. Reciban un afectuoso saludo. Como cada edición de esta revista les compartimos la vida de nuestro seminario y el paso de Dios en la vida formativa de los futuros sacerdotes, queremos que sean testigos de lo que Él va haciendo en su Iglesia. En esta ocasión les compartimos la experiencia de la entronización de san José Sánchez del Río como patrono principal del Seminario Menor, él sea el modelo de cada seminarista, ¡Hasta dar la vida por Cristo! Sin lugar a dudas este acontecimiento marcó no solo la formación de los seminaristas menores sino que “Joselito” se convierte en el reflejo que la formación quiere de cada alumno en esta institución. Cada seminarista está llamado a amar a Cristo y a su Iglesia en fidelidad al Evangelio, la presencia de este niño cristero será permanente en nuestro seminario. Contamos con la gracia de tener una reliquia de primer grado de este mártir de nuestra Iglesia. Además haremos un recuento de lo que fueron las Misiones Vocacionales del verano pasado, leeremos testimonios de algunos jóvenes que vivieron estas misiones y como fruto de este apostolado vivieron su Proceso Vocacional y hoy están por tomar una de las decisiones más importantes en su vida. También, se presenta la invitación a la Misión Vocacional 2017 y daremos a conocer los decanatos de nuestra Arquidiócesis de Monterrey en los que estaremos presentes, ¡Esperamos nos acompañes en alguna de las actividades que se realizaran! Por último encontrarán un artículo sobre los 100 años de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, Ella es modelo de discípula y seguidora a Jesús, de la cual nosotros como seminaristas, sacerdotes y fieles tenemos que aprender. Muchas gracias por las muestras de cariño y cercanía que tienen para con el Seminario de Monterrey, tengan por seguro que diariamente ponemos delante de Dios las intenciones de sus corazones. Dios les bendiga y nuevamente: ¡Gracias! Disfruten este nuevo número.
Pbro. Juan Carlos Arcq Guzmán Rector
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Soy Santiago Y QUIERO SER SACERDOTE
¡Hola! Mi nombre es Santiago Cárdenas Murillo tengo 17 años, recientemente acudo al Proceso Vocacional y quiero ser sacerdote. Todo inició por medio de la invitación de unos Seminaristas (Ángel Moreno, Ángel Bernal, Carlos Alberto, Osmar, Israel). Ellos acudieron a mi parroquia San Antonio de Padua, estuvieron durante una semana desempeñando muchas actividades para los jóvenes de la comunidad. ¿Quién se imaginaría que ahí el Señor inició llamándome? Estuvo con ganas esa semana llena de actividades, pude convivir con Jesús mismo llevando música a los hospitales, ayudando a mi prójimo y aprendiendo sobre todas las vocaciones. El Proceso lo he sentido muy intenso, nunca pensé que el Señor me llamaría de la forma en la que lo hizo, yo recuerdo que llegué con la idea del matrimonio porque tenía novia, pero Dios lo cambió todo, cambió mis planes, y puso los de Él, y vaya que lo estoy disfrutando; al principio me daba miedo... ¿Cómo? ¿Yo ser sacerdote? ¿En verdad? Pero bueno, Dios por medio de su misericordia vio lo mejor que tengo, no vio mis faltas y tampoco mis defectos. Cada vocación es un tesoro, un tesoro muy preciado, todos tenemos una misión, todos tenemos una manera de ganarnos el cielo, una oportunidad de poder ser Santos. Dios sólo te pondrá en la que mejor te desempeñes y en la que mejor le puedas servir.
A ti que estás leyendo te invito a que formes parte del Proceso Vocacional, aquí tienes la oportunidad de descubrir lo que Dios quiere para ti, tu misión, no tengas miedo de afrontar lo que venga, Dios cuida tus pasos. Pregúntale al Señor qué quiere de ti, espera su respuesta y sé valiente. Dios te bendiga. Por: Santiago Cárdenas Murillo Joven en Proceso Vocacional
Tel. 1158-2838
arquidiócesis de monterrey
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Joselito:
Un santo joven para los jóvenes seminaristas El Seminario Menor de Monterrey tiene un gozo especial, y es que el pasado 10 de febrero, el Arzobispo de Monterrey aceptó la petición del Instituto para nombrar como Santo Patrono y modelo de santidad para los seminaristas que cursan sus primeros años de formación, a san José Sánchez del Río. La particularidad de este santo es su juventud y el heroico ejemplo que nos dio como mártir de Jesucristo, al negarse a renunciar a su fe, proclamando a Cristo como Rey y muriendo por amor a Él. “Nunca fue tan sencillo ganarse el cielo” dice el nuevo santo mexicano, y es que para nuestros hermanos menores, así como para todos los católicos, el ejemplo de este muchacho nos impulsa a vivir nuestra vocación de cristianos con un corazón vivo y ardiente en nuestras manos. Pues bien, con el rescripto del Arzobispo y la alegría de todo el Seminario de Monterrey, los más jóvenes seminaristas en formación, prepararon su casa para recibir al mártir de Sahuayo.
5 Y no es para menos, pues como un regalo de valor inestimable, recibieron de la Basílica de la Purísima Concepción una reliquia de primer grado del joven santo, que fue colocada con especial atención y modesta solemnidad en la entrada a la capilla del instituto. Junto a esto, quienes asistimos a esta celebración, pudimos conocer un poco más de su historia de vida y martirio, pues todo el hogar menor fue decorado con motivos que ayudaban a adentrarte en lo que ellos llamaron “ambiente cristero”.
cipamos de una “Cena Cristera”, amenizada por cantos y adornos de la época, donde los seminaristas y padres formadores convivimos y festejamos que todos juntos somos miembros de una misma Iglesia, misma que san José Sánchez defendió, y por la cual todos queremos entregar la vida. Me parece que todos caímos en la cuenta de que, este nuevo santo mexicano, nos invita a vivir nuestro ser cristianos, primero con valentía y sin temor, con la firme certeza de que, vale la pena entregar la vida por Cristo, tal vez inclusive hasta de manera cruenta, o en su defecto, en las vicisitudes diarias de la vida, muriendo a nosotros mismos; y segundo, con un corazón sincero, noble y sencillo, que lleve el mensaje de Dios, no solo con palabras, sino con nuestra actitud de vida, con amor verdadero al plan de Dios en nuestras vidas, con afecto filial a una Iglesia que nos llama, a todos nosotros, sacerdotes y seminaristas, a guiarlos hacia Dios.
En una fiesta sencilla, pero muy emotiva, el Seminario Menor celebró con la Eucaristía y un breve convivio, la llegada de su santo Patrono, y en medio de júbilo y cantos entronizaron la sagrada reliquia. Don Rogelio Cabrera mencionó que le pareció un detalle muy bueno, tanto de los alumnos que tuvieron la iniciativa de nombrar a san José Sánchez patrono de la casa menor, como del equipo formador que recibió con agrado la petición y la secundó. Dijo sentirse Démosle pues gracias a Dios, por este gran contento de que, este santo pudiera mover santo mexicano que nos invita a aprovechar especialmente los corazones de los semi- las oportunidades de ganarnos el cielo. naristas menores, y que a su ejemplo de coraje y valentía, les llevara en sus primeros años de formación a establecer sólidas bases para su vida vocacional. Luego de la Celebración Eucarística, parti-
Por: Jesús Pablo Saldívar Castillón Segundo de Teología
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100 años De su aparición
“Digan el Rosario todos los días, para traer la paz al mundo y el final de la guerra” Nuestra Señora de Fátima. Sin duda alguna nos llenamos de gozo como Iglesia, pues en este año 2017, estamos por celebrar los 100 años de las apariciones de Nuestra Señora (Virgen María) en una región llamada Cova de Iria en Portugal.
Algo que debemos recordar en estos 100 años es que antes de que Nuestra Señora (como los niños se referían a la Santísima Virgen) primero el Ángel fue quien se les apareció en tres ocasiones un año antes, es decir, en 1916.
Como bien estriba el canto tan famoso, que fue basado según las memorias de la última vidente de este acontecimiento, a tres pastorcitos la Madre de Dios descubre el misterio de su corazón, así es, tres fueron los videntes en este acontecimiento: Francisco y Jacinta Marto, ambos hermanos, junto a su prima Lucía, sin duda alguna era un momento crucial lo que el mundo estaba pasando cuando se da este gran acontecimiento.
Ya el 13 de mayo de 1917 se da la primera aparición de Nuestra Señora a los niños, y aquí es donde les encomienda lo principal: Mensaje: Oración y Penitencia. Insistencia, en el rezo del Santo Rosario y no obstante les pide que al finalizar recen la siguiente oración: "Oh Jesús mío, perdo-
na nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas
7 especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. Algo muy importante es que durante los primeros meses fueron duros momentos para los niños, primero porque no sabían el nombre, la gente no creía, se vieron acechados por el gobierno, incluso la misma Lucía sufrió grandes maltratos por parte de su madre, pero era parte de los sufrimientos que pasarían según lo relata la misma sor Lucía en sus memorias. El nombre les fue revelado el 13 de Octubre de 1917 y se presentó como Nuestra Señora del Santo Rosario, además, se llevó acabo un gran milagro que según el diario de ese tiempo “O seculo” redactaba el milagro del sol ante más de 60,000 personas. Francisco fue el primero en morir, fue un 04 de abril de 1919, le siguió su hermana Jacinta el 20 de febrero de 1920, y la última en morir fue sor Lucia Dos Santos, el 13 de febrero de 2015. Dentro de estos festejos una gran noticia que se da es que durante todo un año comenzando desde el 27 de noviembre del 2016 hasta el 27 de noviembre del 2017, por disposición del Papa Francisco se puede ganar Indulgencia Plenaria y como de la siguiente manera: 1°- Peregrinar al Santuario de Fátima, es decir, ir hasta el Santuario en Portugal y participar de la celebración. 2°- Ante cualquier imagen de la Virgen de Fátima en todo el mundo, “los fieles piadosos que visitan con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración
pública en cualquier templo, oratorio o local adecuado en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre (de 2017), y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María”. 3°.- Ancianos y enfermos, estos rezando ante una imagen de la Virgen de Fátima y unirse espiritualmente a las celebraciones jubilares en los días de las apariciones, es decir cada dia 13 de mes desde mayo hasta octubre. Finalmente para conmemorar este gran acontecimiento, el Papa Francisco asistirá al Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal, para juntos como Iglesia celebrar los 100 años, en que nuestra Madre se manifestó a estos tres humildes pastorcitos, y por medio de los cuales nos dejaba este gran encargo sobre todo como es la importancia del rezo del Santo Rosario, como medio para alcanzar favores y gracias de parte de Dios. Encomendemos nuestras vidas, y todo lo que somos bajo la intercesión de Nuestra Señora de Fátima.
Por: Juan de Dios Castillo Segundo de Teología
San José:
Experiencia de fe, alegría y comunidad Como es bien sabido, el Seminario de Monterrey tiene sus fiestas en torno a grandes figuras: san Teófimo, el cual es celebrado en Noviembre, (hasta hace poco, contamos con una tercer santo: José Sánchez del Río en Febrero), y san José obrero el primero de Mayo. Ahora me toca hablar de esta última y de cómo es que los seminaristas lo festejamos. Como ya lo mencioné, esta fiesta la tenemos el primer día del mes de Mayo, es la fiesta del Seminario que la patrocina el instituto de Filosofía. Y al igual que san Teófimo, extendemos la fiesta en nueve días (lo que conocemos como el “novenario”).
desde su experiencia, la relación que tienen con san José. Los últimos tres días del novenario es la fiesta en grande. Nos juntamos toda la institución del seminario (nuestras tres casas de formación) para tener una muy buena y sana convivencia. Durante estos tres días tenemos distintas actividades, torneos deportivos, alguna exposición cultural, compartimos la mesa, tanto la de la Eucaristía como la de nuestros alimentos, y compartimos así mismo la fe, le cantamos las tradicionales “mañanitas” y aprendemos de él el valor de ser justos, prudentes y castos. Esta fiesta de san José es especial, primeramente porque la tenemos ya por terminar un año escolar, la iniciamos en Mayo, precisamente para recordar que a través del esfuerzo podemos llegar a hacer santos. La tenemos este mes, para no aflojar al final del semestre, ¡imagínate! Los seminaristas estamos por empezar nuestros examenes finales así como la entrega de nuestros últimos trabajos.
Y, ¿qué hacemos durante la fiesta? Reflexionamos en torno a un valor en particular: “el trabajo”. Las fiestas que celebramos de san José nos enseñan, año con año, que el trabajo tiene una dimensión santificante y dignificante. El trabajo dignifica al hombre. Y que mejor ejemplo que el modelo de un hombre justo para representarlo. Un hombre, prudente, callado que con sus manos talló la madera cuidadosamente y con ellas logró trabajar para mantener a su hermo- San José es nuestro patrono, el cual es sa esposa y a su amado Hijo. Hablo de San querido con un especial afecto, tanto como José. para entregarle a Dios nuestro trabajo de ese mes por las manos de quien fue su paAdemás de esto y durante el novenario, al- dre aquí en la tierra, porque las fiestas de gunos sacerdotes son invitados a compartir san José no terminan el primero de mayo. con nosotros el Pan de Vida, y nos platican
Para leer la nota completa, visita nuestro blog: www.seminariodemonterrey.org
Por: Alexis de Jesús Hernández Fuentes Tercero de Filosofía
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¡Amo al Seminario!
María Guadalupe Ibarra Arriaga de 46 años es una de los más de 700 Colaboradores Voluntarios que apoyan al Seminario de Monterrey en la recolección de donativos para la formación de los seminaristas, en este número de San Teófimo les contamos su historia. “Tenía 16 años cuando el Padre Alfonso Cortés Contreras (hoy Arzobispo de León), me invita a participar a los grupos juveniles de misiones en la Parroquia Santa María Reina, donde las actividades y pláticas las daban los seminaristas entre ellos conocí al hoy Padre Walter, el Padre “Canito” (Padre Juan Carlos Arcq Guzmán actual rector del nuestro seminario) y muchos muchachos de Valles, con todos ellos hice grandes amistades”. “Fue en ese tiempo cuando pude conocer la labor y misión … y pues ¡me enamoré del Seminario de Monterrey! Si hubiera sido hombre yo hubiera sido seminarista, de hecho hice mi proceso vocacional, pero al final Dios me llamó al matrimonio” recuerda Lupita, como la llama la mayoría. Vivió desde joven cercana al seminario, conociendo las necesidades que tenía tanto la
institución como los seminaristas y admirada por la entrega de cada uno a la vocación sacerdotal decide inscribirse como Colaboradora Voluntaria para aportar su “granito de arena”, “me asignaron mis bienhechores y me dieron mis tarjetas para ir a recolectar los donativos voluntarios y así fue como inicié”. En mayo cumple ya 23 años de ser Colaboradora Voluntaria en la colonia Unidad Modelo. “Después me enteré que también podía ser Bienhechora Espiritual es decir rezar por un seminarista para que llegue al sacerdocio y mucho tiempo estuve pidiendo, hasta que por fin me dijeron que por quien había estado rezando ya se iba a ordenar sacerdote, fue por el Padre Diego quien ahora está en Roma”, nos comenta. ¿Ha sido difícil ser Colaboradora Voluntaria? Le preguntamos, a lo que ella con toda franqueza nos respondió: “Me encanta ser Colaboradora, nunca lo dejaría, además de ayudar al seminario, es muy padre conocer a tantas personas, he hecho amistades muy bonitas entre ellas con ´Laurita´ mi Coordinadora, ahorita que ya tengo a mis dos niños ha sido un poco más complicado por
por sus actividades, pero no es difícil mucho menos imposible, me encanta ayudar, incluso mis bienhechores me apoyan con facilidad en horarios o hay quienes me entregan personalmente o me dan el donativo anual para facilitarme la logística, he encontrado personas hermosas ayudando al seminario”. Su familia ha sido también un gran apoyo para ella, Lupita Ibarra y Jose Alberto Parra llevan ya 14 años de casados y tienen dos hijos, la mayor Regina de 12 años y Marcelo de 9. “Mi esposo y mis hijos han sido un gran apoyo para continuar, mi esposo me conoció en esto y siempre respeto el que yo lo hiciera y le da gusto que ayude, mis niños de alguna manera también están ayudando, ya que les gusta mucho acompañarme cuando voy por los donativos voluntarios.” “Mi niña desde el año pasado quiere rezar por un seminarista, ya mandamos su solicitud para que le asignen a alguien, y también quiere ser Colaboradora Voluntaria, por lo pronto le digo que me ayude a mí, y ya que esté más grande ¡adelante! me encantaría que ayudara también al seminario”, nos platica Lupita orgullosa. Lupita se despide de la entrevista no sin antes enviarle un mensaje a todos los seminaristas: “Chicos: échenle muchas ganas a los estudios, es una bendición tenerlos y saber que rezan por nosotros aunque no nos conocen, muchas gracias. ¡Amo al seminario!”.
Por: equipo de redacción Seminario de Monterrey
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La misión educativa: Del matrimonio*
La misión educativa de los hijos son fines propios del sacramento del matrimonio, que nacen del amor mutuo de los esposos y de su fecundidad, por tal motivo ellos son los protagonistas de la formación de sus propios hijos y nadie debe sustituirles. La tarea hacia los hijos no termina con engendrarles, ya que la persona no nace hecha en su integridad, sino que hay que educarla y formarla.“[…] el ejercicio responsable de la paternidad exige, por tanto, que los cónyuges reconozcan plenamente sus propios deberes para con Dios, para consigo mismos, para con la familia y la sociedad, en una justa jerarquía de valores”. (Humanae Vitae 10). Una de las figuras del modelo del amor de los padres hacia los hijos es con la imagen del «Buen Pastor» (Cfr. Jn 10,1ss), que siempre busca el bien de sus ovejas, las conoce, las llama por su nombre, ellas reconocen su voz y le siguen, se sienten protegidas, ese debe ser el objetivo de todos los padres, de preocuparse y ocuparse para el bien de sus hijos. La vida del hombre se va desarrollando en la medida en que se relaciona con los demás, se hace más persona en cuanto convive con los otros de su misma especie y los primeros con quienes se relacionan es con
la familia. “el vínculo de fraternidad que se forma en la familia entre los hijos, si se da en un clima de educación abierto a los demás, es una gran escuela de libertad y de paz. En la familia, entre hermanos, se aprende la convivencia humana.” (Amoris Laetitia 194). La educación debe ser dentro de la familia, para el bienestar de la misma familia y de cada uno de sus miembros, de la buena formación de los hijos se asegura una sociedad justa, amante de la paz, etc., de lo contrario, se esperará una sociedad injusta, insegura, con ambición de poder para abusar de los demás. “El derecho-deber educativo de los padres se califica como esencial, relacionado como está con la transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás; por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que por consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros.” (Familiaris Consortio 36). Solamente quien se ama puede amar a los demás y si ambos cónyuges se sienten amados el uno al otro podrán reflejarlo en el regalo que Dios les concede, y quien ama
13 es capaz de educar con sensatez, con libertad y de manera creativa, no lo ve como una carga sino como una oportunidad para hacer presente el Reino de Dios en su familia. “El amor de los padres se transforma de fuente en alma, y por consiguiente, en norma, que inspira y guía toda la acción educativa concreta, enriqueciéndola con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más precioso del amor” (Familiaris Consortio, 36). La formación cristiana ayuda a que la persona le encuentre sentido a su existencia y descubra la razón para lo cual fue creado, a través de la vida cristiana facilita la relación con uno mismo, con la naturaleza, con los otros y con Dios, y se hace más humana la vivencia diaria, en el trato y en la manera de ver a los demás como hermanos, hijos del mismo Padre. «La familia cristiana es la que se caracteriza por ser evangélica y evangelizadora. La tarea con los hijos no termina con engendrarlos, ya que la persona no nace hecha, sino que hay que educarla». (J. L. Larrabe, El matrimonio Cristiano y la familia, BAC, Madrid 1986, 364). Los hijos reconocerán a Dios como Padre en la medida que papá y mamá tienen esta experiencia de cercanía con el Señor, las palabras se pueden hacer fugaces pero mientras el testimonio esté siempre, ayudará a concretizar y a confiar en lo que se cree, de esta manera se estará preparando para enfrentar la vida durante el proceso del desarrollo de cada persona a su debido tiempo. «En esta especie de Iglesia doméstica los padres deben ser para sus hijos los primeros predicadores de la fe, mediante la palabra y el ejemplo» (LG 11b).
Por: Rafael Antonio Hernández Cuarto de Teología Capítulo IV. De la Tesina Teológica "La misión educativa del matrimonio"*
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LA CULTURA VOCACIONAL Es tarea de toda la Iglesia
El pasado 2016 dimos comenzamos esta experiencia y en este 2017 la continuaremos, llevando las Misiones de Verano Vocacionales a los siguientes decanatos y en las siguientes fechas. Del 11 de junio al 2 de Julio en los decanatos: Corpus Christi, San Judas Tadeo, Nuestra Señora del Refugio, Sagrada Familia y San Francisco de Asís.
“Donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas” dice el Papa Francisco en el número 107 de Evangelii Gaudium, por tal razón el Seminario de Monterrey, comprometido con el Evangelio y atento a las recomendaciones de nuestro pastor se ha propuesto crear una cultura vocacional en nuestra arquidiócesis e integrar en la formación sacerdotal la promoción vocacional tal y como Cristo Buen Pastor, lo refleja. Pero ¿cómo lograr una cultura vocacional en nuestras comunidades parroquiales? Sería un error afirmar que es un trabajo exclusivo del Centro Vocacional de nuestra Arquidiócesis ya que la Iglesia entera está al servicio de todos los hijos e hijas de Dios. La cultura vocacional es tarea de toda la Iglesia. Por eso el Seminario de Monterrey, junto al Centro Vocacional, de la mano los decanatos de nuestra Arquidiócesis, ha trazado un plan a tres años para colaborar al respecto, dicho plan en lo concreto es conocido como “Misiones de Verano Vocacionales”.
Y del 9 al 30 de Julio en los decanatos: Catedral, María Reyna, Allende, Nuestra Señora de la Soledad y Cadereyta. Con cuatro objetivos particulares: Organizar, promover y ejecutar un Encuentro Mixto Vocacional. Crear un grupo de Pastoral Vocacional. Promover la oración por la Vocaciones. Y sensibilizar sobre la cultura vocacional en todos los ámbitos. El Seminario de Monterrey se está preparando para que esta experiencia sea un verdadero trabajo apostólico a fin continuar la obra redentora que Cristo nos ha confiado, es Él quien nos ha llamado a colaborar en su designio divino de salvación, al resto de la Iglesia de Monterrey nos queda una cosa por hacer: ¡sumarnos a la misión!
Por: Antonio de Jesús Peña Tercero de Filosofía
Acercar más jóvenes A CONOCER A DIOS, Y DESCUBRIR SU VOCACIÓN
Convivir con seminaristas en Misiones fue algo que me enriqueció, aprendí cosas que desconocía sobre las vocaciones y la vida misionera. Al escuchar hablar de las distintas vocaciones que existen pasaban muchas cosas por mi mente, como el imaginar que uno está disponible al llamado de Dios sin importar la condición social, la manera de pensar, la manera de ser, pues para Dios todos somos iguales. Lo que más me gusto fueron de los temas, que me permitieron conocer más a fondo cada vocación y la vida cotidiana en cada una de ellas. Como grupo nos dejó una importante tarea, acercar a más jóvenes a que conozcan a Dios y a descubrir su verdadera vocación. Como persona, la misión me dejó una enseñanza que me permite hablar a los demás acerca del llamado de Dios de no tener miedo a decir “sí” a esa invitación de Dios, pues la vocación es un gran regalo, un prihan sabido responder al Señor, felicito amvilegio de ser siervo del Señor. pliamente su valor, su disposición, su enA los jóvenes de las parroquias a las cua- trega. Amigos seminaristas que también se les asistirán los seminaristas este verano, encuentran en ese mismo proceso de prequiero decirles: ¡anímense! Son actividades paración, mi admiración y mi respeto. muy recomendables. Ojalá toda la comunidad pueda sumarse a estas misiones para que cada uno seamos testigos y conscientes de que somos llamados como hijos de Dios, primeramente, a la vida y después a descubrir y buscar la santidad en una vocación específica. Con mucho orgullo he escrito estos párrafos y agradecido con Dios porque nuestra comunidad cuenta con tres jóvenes que le
Por último, los invito a seguir orando por las vocaciones e invitar a más jóvenes a salir al encuentro con Dios, pero sobre todo a perder el miedo y decirle “Sí, Señor”.
Por: Oscar Uriel Sauceda Fresnillo Coordinador del Grupo Juvenil Misioneros del Rosario Parroquia Ntra. Sra. De la Asunción
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