6 minute read

Tema 46: El otro lado de la calle

TEMA 46

El otro lado de la calle

Advertisement

COMIENZA LA CONVERSACIÓN

Se cuenta la historia de un hombre que salió en un viaje de negocios, pero en medio del camino, algunos personajes extremamente malvados lo agarraron, lo golpearon y le causaron muchas heridas. Su condición era tan lamentable que parecía estar muerto. Después de algún tiempo, pasaron algunos religiosos que se asustaron con la escena del hombre aparentemente muerto. Resolvieron pasar lejos para no involucrarse con la situación. Pero un hombre de otro lugar llegó cerca, vio que el herido todavía estaba vivo y lo cuidó hasta que se recuperó.

Seguramente ustedes habrán notado que esa historia es la famosa parábola del Buen Samaritano. Cuando leemos o escuchamos la parábola, nos sentimos incómodos con las personas que se dicen buenas, pero en el momento en que su ayuda es necesaria prefieren pasar del otro lado de la calle. Existen muchos motivos que nos llevan a pasar del otro lado, pero el principal es el prejuicio. ¿Cómo podemos saber si tenemos prejuicio y qué hacer con eso?

“¿Cuál de estos consideró que el herido era su prójimo? El doctor de la Ley respondió: ‘El que tuvo misericordia de él’” (Lucas 10:36, 37).

HACEMOS UN GANCHO Charla

a. ¿Qué es prejuicio? b. ¿Con qué tipo de persona ustedes evitan relacionarse? ¿Por qué? ¿Eso se puede considerar prejuicio, o sea, juzgar con anticipación? c. ¿Por qué el prejuicio es parte de tantas personas? (Porque desgraciadamente muchos tienen la tendencia de creer que ciertas razas, posición social, escolaridad, religión son inferiores). d. ¿Cómo el prejuicio puede perjudicar el desarrollo de la misión? (Si el mensaje que tenemos se mancha con el prejuicio, se hace selectivo e impide una mayor difusión). e. ¿Cuál es la parte más difícil de vencer en el prejuicio? (Las barreras que construyo. Por eso necesito reconocer que el mismo es parte de una naturaleza pecaminosa y que necesito presentar ese asunto a

Dios para que me ayude a derribar la barrera de prejuicios que yo construyo).

¿Qué dice la Biblia?

a. ¿A quién debe predicarse el evangelio? (Mateo 24:14). (A todas las personas sin distinción). b. ¿Los hijos de Dios son solo los que están en la iglesia? (Juan 10:16). (No, existen hijos de Dios esparcidos por todos los rincones del mundo y en el momento oportuno Dios reunirá a todos en un solo grupo). c. ¿Qué podemos aprender sobre el prejuicio con el desenlace del libro de Jonás? (Jonás 4:1-11). (Dios abomina el prejuicio y espera que los que se dicen sus hijos eliminen ese mal de su corazón y miren a todas las personas como Cristo las ve. Si seguimos su ejemplo seremos mejores cristianos y resultará más fácil la predicación del evangelio).

¡Miren el consejo!

“La invitación evangélica ha de ser dada a los ricos y a los pobres, a los encumbrados y a los humildes, y debemos idear medios para llevar la verdad a nuevos lugares, y a todas las clases sociales” (El evangelismo, p. 402).

¿Qué necesitamos para idear medios de llevar el mensaje a lugares nuevos? ¿Qué sugieren ustedes? ¿Qué nos enseña Jesús, nuestro mayor ejemplo, sobre métodos para acercarse a las personas?

“Si queréis acercaros a la gente en forma aceptable, humillad vuestros corazones delante de Dios y aprended sus caminos. Obtendremos mucha instrucción para nuestra obra de un estudio de los métodos de trabajo de Cristo y de su manera de encontrarse con la gente. En la narración evangélica encontramos el relato de cómo trabajaba por todas las clases, y de cómo mientras trabajaba en las ciudades y los pueblos, millares eran atraídos a su lado para escuchar su enseñanza. Las palabras del Maestro eran claras y distintas, y eran pronunciadas con simpatía y ternura. Llevaban consigo la seguridad de que eran la verdad. Era la sencillez y el fervor con que Cristo trabajaba y hablaba lo que atraía a tantas personas a él. El gran Maestro trazaba planes para su obra. Estudiad estos planes. Lo encontramos viajando de un lugar a otro, seguido por multitudes de ansiosos oyentes. Cuando podía, los conducía fuera de las ciudades atestadas a la quietud del campo. Allí oraba con ellos y les hablaba las verdades eternas.” (El evangelismo, p. 44).

UN PUNTO EXTRA

Algunos niños saben cuán equivocado es tener prejuicios. Miren el video. (YouTube: O que crianças pensam sobre o preconceito contra negros | Canal: Stella Never Ends).

Respeten la diversidad, únanse en el amor al prójimo. Quién respeta contagia con el bien. Respetar es nuestra mayor declaración de amor. Prójimo es todo aquél que es diferente. Atrévanse a respetar lo diferente, más con acciones que con palabras. (Youtube: Ser libre - Liberdade Religiosa | Canal: Iglesia Adventista del séptimo día) https://youtu.be/69t0kKAyOdY

Todos tenemos alguna forma de prejuicio, pero es necesario que nos analicemos todos los días sobre esto, porque podemos ser crueles e ignorantes con nuestros paradigmas. (Youtube: La diferencia | feliz7play.com/es/ ). https://youtu.be/tDwkdYvEX0U

UNA CHARLA AFINADA

El prejuicio nos aparta de las personas porque las juzgamos antes de conocerlas. Consideramos que una persona es indigna por su piel, deficiencias, modos de pensar, etc. Por el prejuicio tratamos de no hablar del amor de Jesús a “ciertas personas”. Sin embargo, podemos recordar a amigos que en un primer momento no lo eran, porque creíamos que no eran dignos de confianza. Las relaciones cambiaron y nuestra perspectiva cambió. Lo mismo puede suceder también en la predicación del evangelio, muchos dejarán de escuchar el mensaje si los consideramos como “ciertas personas” o si nos acercamos tendrán la oportunidad de conocerlo.

La oportunidad de salvación está disponible para quien la quiera. Jesús murió por todas las personas. Pero, a veces, creemos que somos increíblemente mejores que los demás y que tenemos el poder de elegir quién merece o no aprender sobre la gracia divina. “Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. […] Porque hay un solo Dios, que justificará por la fe tanto a los circuncidados como a los incircuncisos”. (Romanos 3:23, 30).

Cuando vemos a alguien con la vida destruida por el pecado, con la muerte y el error que lo asombran cada día, lo último que deberíamos hacer es atravesar el camino y pasar por el otro lado de la calle. Por eso, si vemos a alguien en esa situación no podemos ignorarlo, sino independientemente de quien sea, debemos extender la mano y presentarle a Jesús que nos salvó y que puede salvarlo también a él.

El hecho de que alguien sea de otra religión no nos hace mejores o más importantes. Los prejuicios que tenemos en relación a tatuajes, homosexualidad, personas de diversas religiones no deben apartarnos de las personas, sino acercarnos con la intención de hablarles sobre el amor de Dios. Jesús atraía a todos a sí. Debemos ser más como Cristo y dejar nuestros prejuicios a un lado para que el Espíritu Santo actúe por medio de nuestra vida.

EL DESAFÍO DE LA SEMANA

Observen a las personas en los lugares donde acostumbran ir (la escuela, la calle de casa, el condominio, etc.) y pidan a Dios que les indique la mejor forma de mostrarles a Cristo.

Conversen con sus padres y planeen un medio de alcanzarlos, especialmente dejando los prejuicios a un lado y tratando de manifestar en sus vidas los atributos de Jesús.

This article is from: