TEMA 46
El otro lado de la calle
COMIENZA LA CONVERSACIÓN Se cuenta la historia de un hombre que salió en un viaje de negocios, pero en medio del camino, algunos personajes extremamente malvados lo agarraron, lo golpearon y le causaron muchas heridas. Su condición era tan lamentable que parecía estar muerto. Después de algún tiempo, pasaron algunos religiosos que se asustaron con la escena del hombre aparentemente muerto. Resolvieron pasar lejos para no involucrarse con la situación. Pero un hombre de otro lugar llegó cerca, vio que el herido todavía estaba vivo y lo cuidó hasta que se recuperó. Seguramente ustedes habrán notado que esa historia es la famosa parábola del Buen Samaritano. Cuando leemos o escuchamos la parábola, nos sentimos incómodos con las personas que se dicen buenas, pero en el momento en que su ayuda es necesaria prefieren pasar del otro lado de la calle. Existen muchos motivos que nos llevan a pasar del otro lado, pero el principal es el prejuicio. ¿Cómo podemos saber si tenemos prejuicio y qué hacer con eso? “¿Cuál de estos consideró que el herido era su prójimo? El doctor de la Ley respondió: ‘El que tuvo misericordia de él’” (Lucas 10:36, 37). HACEMOS UN GANCHO Charla a. ¿Qué es prejuicio? b. ¿Con qué tipo de persona ustedes evitan relacionarse? ¿Por qué? ¿Eso se puede considerar prejuicio, o sea, juzgar con anticipación? c. ¿Por qué el prejuicio es parte de tantas personas? (Porque desgraciadamente muchos tienen la tendencia de creer que ciertas razas, posición social, escolaridad, religión son inferiores). d. ¿Cómo el prejuicio puede perjudicar el desarrollo de la misión? (Si el mensaje que tenemos se mancha con el prejuicio, se hace selectivo e impide una mayor difusión). e. ¿Cuál es la parte más difícil de vencer en el prejuicio? (Las barreras que construyo. Por eso necesito reconocer que el mismo es parte de una naturaleza pecaminosa y que necesito presentar ese asunto a Dios para que me ayude a derribar la barrera de prejuicios que yo construyo). ¿Qué dice la Biblia? a. ¿A quién debe predicarse el evangelio? (Mateo 24:14). (A todas las personas sin distinción). b. ¿Los hijos de Dios son solo los que están en la iglesia? (Juan 10:16). (No, existen hijos de Dios esparcidos por todos los rincones del mundo y en el momento oportuno Dios reunirá a todos en un solo grupo). c. ¿Qué podemos aprender sobre el prejuicio con el desenlace del libro de Jonás? (Jonás 4:1-11). (Dios abomina el prejuicio y espera que los que se dicen sus hijos eliminen ese mal de su corazón y miren a todas las personas como Cristo las ve. Si seguimos su ejemplo seremos mejores cristianos y resultará más fácil la predicación del evangelio). ¡Miren el consejo! “La invitación evangélica ha de ser dada a los ricos y a los pobres, a los encumbrados y a los humildes, y debemos idear medios para llevar la verdad a nuevos lugares, y a todas las clases sociales” (El evangelismo, p. 402). Grupos Pequeños para adolescentes LA MARCA
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