La Floresta

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La Floresta

Recuerdos de La Floresta: “Todos éramos conocidos”

MAYO, JUEVES 31, 2016 | Año 1 | Número 001 | BIMENSUAL | QUITO - ECUADOR | Precio: 0,50 ctvs.

Susana Anda. gsandab@gmail.com

Libros recomendados del mes

La comercialización alternativa.

Mercado de Pulgas, un lugarcito para compartir

Entrevistas desde la vecindad.

Recuento de un terremoto llamado Correa

Recuerdos de La Floresta: “Todos éramos conocidos” Anteriormente los niños jugaban tranquilamente, los jóvenes salían de noche y regresaban de cualquier festejo que tenían sin necesidad de tomar taxi.

Susana Anda, gsandab@gmail.com

quilamente, los jóvenes salían de noche y regresaban de cualquier festejo que tenían sin necesidad de tomar taxi, venían caminando tranquilamente porque había seguridad en todo el barrio. Toda la parte de la 12 de Octubre para acá era muy seguro.

a raíz del 94, 95, me parece que fue una cosa muy terrible con la delincuencia. Puede ser por los negocios grandes que vinieron, puede ser por las peleas callejeras, por las discotecas, karaokes, por lo que vino nueva gente en comparación de la gente que vivíamos antes, gente que salió del país, vino otra gente de otros barrios con otras costumbres que no son las que teníamos nosotros antes, de vernos todos que nos conocíamos quien es quien. Antes, nos ayudábamos mutuamente con

Fotografía: Manuel Kingman

estaba más o menos al frente de lo que ahora es una mecánica. Ahí al frente en la Madrid y Valladolid, había una casa muy linda con unos preciosos jardines que prestaban, el señor cooperaba en esa forma, prestaba hasta lo de adentro. Ahí compré muchas cosas bonitas: tijeras, mantelitos, toallas. Era muy lindo. Se corría la voz: “en la Madrid hay el mercado”. Había mucha gente que participaba en el mercado de pulgas. Los que no avanzaban ponían las mercancías afuera con bonitas mantas y ponían en los anaqueles de los libros. Era una distracción para la familia.

Fotografía: Manuel Kingman

Y Ya son 47 años desde que Doña Laura Los domingos íbamos a misa, salíaCecilia Rojas de 65 años distribuye Se llamó al barrio “La Floresta” porque mos y nos quedábamos en el parque del redondel, hablaba con las personas, gas para los moradores del barrio La a vecasi todas las casas tenían sus flores a ces habían puestitos que vendían guabas, chochos con tostado, mango. se comFloresta. Empezó hace 25 años en Unola los lados, en los jardines. Ahora han praba una porción, se sentaba en el parse pasaba un buen rato, dese ahí se reTodo eraPontevedra muy tranquilo en comparacalle y que, actualmente botado las casitas que eran Me gusta a mi los programas, los desción a la inseguridad que se vive ahora. tiraba a la casa. No había ni mucho tráfico No habían tantos guardias de seguridad como hay ahora. Con la pelota jugaban las exposiciones, los artistas. Por Eso es lo que debe y files, encuentra instalada en la calle patrimoniales han construido en los edificios, ni en las casas. De hecho, ahí mismo dentro del parque. Era bonito. ejemplo antes, ahí en la 12 de octubre, no habían tantos edificios aquí en el ba- Se conversaba con la gente, se compraba frente al monumento Isabel La Católica, de haber, unión Vizcaya con su negocio familiar. El edificios. Con tantos departamentos es por el Supermaxi, la casa que formó el rrio, más bien casas pequeñas que ocu- flores, al menos en Semana Santa se comSupermaxi era una casa patrimonial. Ahí paban familias, entonces todos éramos praba los ramos. En las tardes también todo el barrio siguiente es esun sobre los los entre difícil conocer a la gente que vive en en la esquina había una casa muy grande conocidos, sabíamos quien quien derelato se salía. Se sentaba uno a conversar, también prestaba para las exposiciotodas las familias, todo era muy tranquilo. chicos jugaban, se compraba un helado de recuerdos que hoy mantiene sobre La ellos. La casa que que botaron recién aquí los que vendían en carretillas, en cochenes del 5 de diciembre. Era nombradísiSe llamó al barrio “La Floresta” porque citos de madera, se les daba a los wawas. mo. Llegaban con muchos días de antiFloresta, barrio ha paracambiado en hacíamos la Coruña, de Doña María, era los vecinos, una buena amistad, casi todas las casas tenían sus flores a que los No había que salir a El Ejido o La cipación para ubicarse, era lindo una ¿quién había más cordialidad, se llevaba uno con no asistía a eso? Yo tengo muchas cosas lados, en los jardines. Ahora han botado Alameda si teníamos aquí este parque. Yo significantemente al pasar los años: hasta con el basurero se llevaba que compramos ahí de los artesanos que las casitas que eran patrimoniales y han salía con mis sobrinas, con mis sobrinos todos,linda casa, ahora es una edificio nuevo. uno, sabía a la hora que pasaba con su venían de todo lado, de Ambato, Latacunconstruido edificios. Con tantos departa- a caminar por el parque. Nos sentábamos se saludaba ellos, cosa que ga, Cuenca.Ella Pero no salía volvieron más mentos es difícil conocer a la gente que un rato, conversábamos ahí los mayo- campana, Era una concasa preciosa. a ¿por su ya no se ve. vive en ellos. La casa que botaron recién res. Ahí vendían las tripas en ese tiempo. qué quitar eso? si era una cosa muy linda. aquí en la Coruña, de doña María, era una Unos Ahí hicieron me acuerdo, ya cuando se comían en un lado, otrosen se servían Todo era muy tranquilo balcón, echaba agua a sus plantas, a Todavía quedan cosas lindas del ba- modernizó, ya no habían esas ferias. Pulinda casa, ahora es una edificio nuevo. en otro lado con toda tranquilidad. Era una casa preciosa. Ella salía su balrrio, gente yo conozco, muy antigua ahí una exposición de flores muy comparación a ala inseguridad que se sus quegeranios, muy sieron lindo. Ahora todo del barrio. Queda por ejemplo la señora lindas en esa casa esquinera, pero tamAhora ya no se puede salir al parque, cón, echaba agua a sus plantas, a sus geque vive en la Guipúzcoa que hacía ahí la con ranios, muy lindo. Ahora todo esta cam- peor cruzarse. Entonces tiene que darbién no los volvieron más. ¿entonces porque vive ahora. No habían tantos guardias esta cambiando edificios. En venta de ropa. Hacían en la esquina un no sacar exposiciones, las ferias? pero con biando con los edificios. En comparación se la vuelta, porque da miedo, hay gente mercado de pulgas y también hacían en nuestros propios artesanos que no sea tan con loseguridad que está ahora, es bastante difícil edificios, que se embriaga.ni Ahora pasarlas a las siete de en los en comparación con lo que está ahora, es la Mallorca y en la Madrid que ya no veo caro, que sea a posibilidad de quien puedecirle que un barrio como era La Flores- de la noche por el parque ya no se puede que hacen, eso hace unos 15 años. Yo creo da comprar. ya no hay la seguridad que había ta antes, es actualmente. casas. De hecho, no porque habían tantos bastante difícil decirle que un barrio que cerraron la casa de la Madrid. Casi antes. Yo creo que fue hasta los años 92, Anteriormente los niños jugaban tran- 93 que no había tanta inseguridad. Pero siempre hacían ahí el mercado de pulgas, edificios aquí en el barrio, más bien como era La Floresta antes, es casas pequeñas que ocupaban familias, actualmente. a son 47 años desde que doña Laura Cecilia Rojas de 65 años distribuye gas para los moradores del barrio La Floresta. Empezó hace 25 años en la calle Pontevedra y actualmente se encuentra instalada en la calle Vizcaya con su negocio familiar. El siguiente es un relato sobre los recuerdos que hoy mantiene sobre La Floresta, barrio que ha cambiado significantemente con el paso de los años:

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La Vizcaya es todavía muy tranquila. A comparación con otras es muy tranquila esta calle. Ahora la Madrid por el comercio hay los restaurantes, hay la floristería, las boticas, la venta de legumbres, pero de ahí, para mi esta calle es la más tranquila que hay. Yo lo considero así. Puede ser por las casas, porque no hay inquilinos que entran y salen, o sea inquilinos en cantidad quiero decir. La policía está constantemente en el día viendo que en las esquinas no tomen. Viendo si es que hay una persona que está tomando o se le ve mucho tiempo parada, la policía está constante ahí, hacen un buen servicio, andan por todo el barrio. Aquí por ejemplo yo les veo pasar siquiera por la mañana unas cuatro veces. Pasan pitando, se quedan un rato en

la parte de abajo, se quedan en resguardo. Antes no se le veía tanto a la patrulla, si se les veía era porque pasaba algún accidente de tránsito, pero ahora es constante. Ahorita los moradores pidieron más resguardo policial por el peligro que hay. Antes había un guardia que rondaba las casas y no cobraba mucho, le llamaban “El Ronda”. El Ronda pitaba en cada domicilio en seña de que estaba cuidando su casa. Nosotros en ese tiempo le pagábamos 7 sucres para el mes. El pitaba y volvía a salir. Andaba a pie. El Ronda era un señor de aquí abajo de La Gerona, muy conocido del barrio, se llamaba don Soria. Daba vueltas. Venía a comentar que el ha estado hasta tal hora, preguntaba si había alguna novedad. Que lindo vea, se daba el trabajo en vez de descan-

LA DIGNIDAD REBELDE. EL NEOZAPATISMO MEXICANO EN EL 2015 Carlos Antonio Aguirre R. (Coordinador) Ediciones Desde Abajo, 2015 ISBN 978-84-9777-579-3 Después de más de dos décadas de irrupción en el escenario nacional e internacional, como manifiesta renovación del legado anticapitalista, opositor de la mundialización enrutada y dirigida a favor de los grandes conglomerados del capital, el neozapatismo mexicano está más vivo, fuerte y activo que nunca. Más allá del sesgado silencio mediático, esta expresión social y política indígena, pero también

sar, salía a las diez a preguntar a los mas conocidos o los que estaban más cerca si todo estaba bien, entonces era más resguardado, aunque sea con su pito, el ya andaba. Cuando había peligro pitaba tres veces, sino era solamente un pito en cada casa. Pero cuando algo no estaba andando bien, si han dejado la luz de un carro prendido, si el carro se ha quedado abierto, él igualmente daba tres pitos en la casa que estaba con el problema. Entonces uno estaba tranquilo. ¿Qué esperaría de los vecinos y que propuestas tendría para que exista mayor seguridad? Que construyamos comunidad. Si se ve una persona, una señora cargada con funditas porque no decirle ¿señora hasta donde se va? Por ejemplo, cuando viene

RECUERDOS DE UN SUBVERSIVO Franklin Escobar Editorial En Busca de la Luz Propia ISBN 978-84-6738-579-3

campesina, juvenil, académica, con manifestaciones territoriales por diversas regiones y ciudades mexicanas, sigue avanzando de manera práctica para estructurar el creciente y también cada vez más potente movimiento nacional e internacional. n

Obra que recoge una memoria de una época que se quiere olvidar. Intenta recuperar anécdotas, vivencias y experiencias de un hombre con convicciones de justicia y equidad social. A través de sus páginas el autor nos transporta a los años 70 cuando José María Velasco Ibarra fue derrocado por un gobierno militar encabe-

Local: Madrid y Tolosa (Frente a la casa parroquial) Punto de venta: Lugo y Vizcaya, esquina (Casa del Árbol)

el vecino de aquí, cuando mi esposo lo ve cargado, corre y le dice preste señor le ayudo. Eso es lo que debe de haber, unión entre todo el barrio, no criarse en eso de que él es más y él es menos, porque todos somos iguales ¿por qué no ayudarnos mutuamente? Yo pienso así. Si veo una persona que yo puedo ayudar a medida de que yo pueda yo cojo y le ayudo. Otro ejemplo son los chicos extranjeros de a lado, no tienen como hacer para coger su correspondencia y yo estoy aquí prestando el servicio, veo que están timbra y timbra, le pregunto ¿quién es? ¿qué quiere? Si hay correspondencia les digo que me dejen. Así yo voy cogiendo la correspondencia que viene del país de ellos. Eso mutuamente es lo mejor. Vivir en comunidad, todos ayudarnos si podemos ayudarnos. n

LA INACABADA REVOLUCIÓN FEMINISTA. MUJERES REPRODUCCIÓN SOCIAL Y LUCHA POR LO COMÚN Silvia Federici Ediciones Desde Abajo, 2014 ISBN 978-87-9777-579-3

zado por el general Rodríguez Lara. “Fue una época muy difícil para el país y para los movimientos revolucionarios, por cuanto había un desgaste político que motivó la lucha de grupos de izquierda, en busca de mejores días” n

“No podemos construir una sociedad alternativa y un movimiento fuerte capaz de reproducirse, si no redefinimos nuestra reproducción en términos más cooperativos y ponemos un punto final a la separación entre lo personal y lo político, entre el activismo político y la reproducción de nuestra vida cotidiana”.

Silvia Federici. Este análisis de sus prácticas de resistencia resulta central en aspectos todavía poco explorados en la lucha por un horizonte postcapitalista: la crítica práctica al salario en tanto forma de división social. n


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EDITORIAL

Reportaje

Lo que queremos quienes vivimos en La Floresta Colectivo, Editorial

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ivimos en La Floresta y queremos seguir habitándola como barrio. Queremos que las familias convivan con los oficios, los cafecitos y los proyectos colectivos. Queremos que los animales puedan pasear por las calles sin ser atropellados o atacados. Queremos caminar por la calle igual que ellos, sintiéndonos a salvo. Queremos mantener un mínimo pacto de comunidad. Queremos encontrar alternativas a las grandes cadenas y al glamour capitalista para mantener espacios sociales, de encuentro, placer y disfrute. Queremos mantener limpio el barrio con esfuerzos colectivos y solidarios. Queremos conocer a las vecinas y los vecinos aunque sea de nombre. Queremos aprender de las señoras recicladoras que nos ayudan a distribuir la basura para que deje de ser basura. Queremos que se pueda caminar por las veredas, que haya espacio en lugar de automóviles. En lo posible, queremos resistir la gentrificación, la corporativización de los espacios y el encarecimiento. Queremos conocer las propuestas de mucha gente creativa que vive en el barrio. Queremos vivir con cierta autonomía respecto de las políticas locales y nacionales. Queremos afirmar que otra forma de vida es posible cuando se construyen comunidades pequeñas, decrecientes, no lucrativas. Y queremos encontrarnos aquí, en este espacio, para intercambiar compartir, reinventar, reciclar, crear desde muebles hasta puntos de vista. Por eso escribimos, y esperamos contar con ustedes, ya sea leyendo, escribiendo, dibujando, creando o proponiendo. n periodicolafloresta@riseup.net

La comercialización alternativa Los alimentos no vuelan

Laura Boada

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uando empecé a investigar sobre cómo funcionaban los circuitos alternativos de comercialización en la ciudad de Quito, por un momento me preocupaba más por cómo nombrarlos, que lo que realmente significaban. Eso ya hace casi un año. De manera rápida y sencilla podría decir que estos circuitos son espacios en los que: 1. se ofertan alimentos que se producen o elaboran localmente; y 2. En los que existe una interacción directa entre productores y consumidores; o en los que interviene máximo un intermediario, permitiéndole, al consumidor, conocer quién produce sus alimentos y al productor, obtener un precio justo por sus productos. La experiencia más valiosa que tuve, en relación a estas iniciativas fue empezar a dejar de hablar y hacer algo con mis manos. Actualmente produzco cerveza artesanal en Calderón, de este modo pude notar, como productora, las dificultades para acceder al mercado de alimentos y bebidas. En este contexto empecé a vender mi producto en la

Cooperativa Zapallo Verde. Entiendo que no me haré millonaria al distribuir en este espacio, pero creo en este tipo de comercialización, ya que se presentan como una alternativa a las cadenas que dominan y determinan el mercado. Seguramente varios de los productores que venden allí opinarán igual que yo. La Cooperativa Zapallo Verde tiene alrededor de 7 años de funcionamiento, e inició como una organización de productores y consumidores, y actualmente está ubicada en la calle Lugo 995 y Vizcaya, esquina, junto a La Casa del Árbol en el barrio de La Floresta. Hoy por hoy cuenta con un espacio independiente y permanente, lugar que les ha permitido abrir sus puertas más días a la semana. Ahora, los consumidores, no sólo pueden comprar sus productos orgánicos, agroecológicos y/ o de pequeños productores los días MIÉRCOLES DE 17h00 a 20h00, como era lo habitual, sino también tienen la opción de encontrarlos los días JUEVES Y VIERNES en el mismo horario. En esta tienda el consumidor puede encontrar desde frutas y vegetales, cerveza artesanal, chocolate, mermeladas, pan, repostería, café,

yogurt, hasta productos para el cuidado personal, entre otros. Espacios como La Cooperativa Zapallo Verde, específicamente en la ciudad de Quito, se han multiplicado desde el año 2014, en varias modalidades como tiendas, mercados y ferias. Pese a ello, cuando necesitamos algo, rápido, vamos al supermercado, todo está a la mano, e incluso puede ser más barato. Es ahí cuando me pregunto si merece la pena seguir multiplicando este tipo de espacios alternativos. Y sí. No sólo porque es una opción para el consumidor por ser más sana y diferente, sino porque es una alternativa para el productor, porque este tiene más autonomía sobre la cantidad de producto que entrega y sobre los precios de sus productos. Y porque no decirlo, porque estas alternativas surgen desde personas y organizaciones que en el amplio sector de los alimentos, no son aquellos que históricamente han concentrado el capital. Para concluir, espacios de comercialización alternativa de alimentos, que ofrecen alimentos orgánicos, agroecológicos y de pequeños productores, a

mi juicio, desde su concepción presentan una dualidad, y probablemente no con una mala intención. Por un lado son una de las principales opciones de comercialización para pequeños productores; y por otro lado son espacios que ofertan productos dirigidos a consumidores con mayor poder adquisitivo. Dicho

La Cooperativa Zapallo Verde tiene alrededor de 7 años de funcionamiento lo anterior, también cabe mencionar que además de espacios como la Cooperativa Zapallo Verde, existen mercados locales, tiendas de barrio, temas que ampliaremos en una próxima entrega. Todos estos espacios además de ofrecer alimentos frescos, sin duda son lugares en donde confluyen y se configuran las relaciones que construyen un barrio, relaciones que no son frías y estériles. n

Lo común urbano, tan extraño y misterioso Raúl Zibechi

E

n la peculiar cultura de los griegos antiguos, la palabra ágora significa a la vez asamblea, o reunión, y plaza o espacio donde la gente confluía; mercado o lugar donde se practicaba la cultura, el debate, la política. El ágora era el centro de la vida de la ciudad, tanto como espacio físico colectivo como geográficamente, ya que las plazas/ágoras estaban ubicadas en lugares centrales, material y simbólicamente. Era, ciertamente, una cultura donde lo común era juntarse con otros (las otras estaban a menudo apartadas a la vida privada) para intercambiar, dia-

logar, decir y escuchar, y luego para tomar las decisiones que afectaban a los ciudadanos. De ese modo, por vivir en torno al ágora, los griegos de ciudades como Atenas podían considerarse una comunidad. Porque, precisamente, lo común, el bien común digamos, era el hábito de acudir al ágora, de vivir y sentir el ágora. Han pasado más de dos milenios y aquella cultura se ha disipado. Los malls que pueblan hoy nuestras ciudades son justo lo contrario del ágora. Están hechos para que la gente dialogue con las mercancías que se ocupan el centro del espacio y son la única razón por la que tanta gente acude a esos no-lugares, definidos por el antropólogo

Marc Augé como espacios de transitoriedad (como las salas de espera de un aeropuerto, el supermercado o la autopista), lugares que no merecen considerarse lugares porque no están revestidos de ninguna identidad. Son iguales a sí mismos y similares en cualquier rincón del mundo. Representan el triunfo del consumo y la mercancía. Las personas que acuden a esos no-lugares no tienen el menor interés en relacionarse con las otras personas que acuden, y suelen considerarlas como obstáculos a driblear con el carrito de la compra. Ese es el punto: mientras el ágora era el lugar para encontrarse con los semejantes, el mall es el espacio para evitarlos.

O sea, descartarlos. A eso le llamamos modernidad o progreso.

ción colectiva donde hay sujetos y objetos.

No es casualidad, por lo tanto, que el sentido del ágora/plaza/ asamblea sea recuperado por la gente común cuando se rebela, cuando sale a la calle y la ocupa para mostrar su disconformidad con alguna decisión de los de arriba. En esos casos, algunos espacios urbanos son resignificados por la multitud que los vuelve a usar para conocerse, debatir, o simplemente para convivir un tiempo en ciudades donde la convivencia es casi un imposible, ya que cuando se juntan masas –que no multitudes- suele ser en calidad de espectadores: de partidos de fútbol o de oratorias presidenciales o de cualquier otra manifesta-

El ágora es el espacio donde confluyen múltiples sujetos y donde no hay seres objetos. Puede ser la Plaza de Mayo de Buenos Aires o el Parque El Arbolito de Quito. En cada ciudad, cada una de nosotras puede identificar aquellos lugares donde el sentido común nos lleva en situaciones de intensas vivencias colectivas para, simplemente, estar; para sentirnos uno con muchos. Digamos que esos espacios tan raros, que aún resisten el avance de esa modernidad destructiva, son los “bienes comunes urbanos”. n


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NUESTRO BARRIO Diana Hermida

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iempre me han gustado los espacios alternativos en los que un@ vaya, compre, venda, truequeé lo que ya no necesita. Por lo que hace tres años daba vueltas en mi cabeza la idea de crear un espacio en el que todos y todas puedan encontrar y vender e intercambiar objetos que alguna vez formaron parte de la vida y que tienen alguna historia y energía.

Los Espacios

Mercado de Pulgas, un lugarcito para compartir

Mi idea se concretizó cuando a Fabricio Guamán abrió el espacio de la “Casa del Árbol” para este intercambio económico, solidario, amistoso y degustativo (son famosas las pizzas y empanadas de Lorenzo, mmm…). Es sorprendente escuchar como, en el mercadito de pulgas que realizamos cada 15 días, las historias de objetos que ya no usamos se hilan con otras historias con sus nuevo dueños. En este espacio se regatea, se conversa, se ríe entre compradores y vendedores. Así se revitalizan las relaciones en el barrio La Floresta, más humanas y basadas en una economía solidaria. En un principio, era difícil que las personas se desapeguen a sus pertenencias, pero desde el año pasado se ha triplicado la cantidad de objetos que se intercambian. Esta es una noticia super positiva porque representa una manera alternativa para que la gente ponga en circulación sus cosas y renuncie a la lógica absurda de la acumulación. Así nuestras posesiones adquieren otra connotación y la mente se libera de

la necesidad de acumular pesos inservibles.

países como una expresión de rebeldía al consumismo y producción desenfrenada.

La cultura de los mercaditos de pulgas se han vuelto muy popular en otros

Nuestro país, aunque no tiene esos índices de consumo, pero desde ya debe

promover esta otra forma de intercambio económico en los barrios para relaciones entre las personas más humanas y más respetuosas de la naturaleza.n

s a c e t o d An

obliga e t , o ligros te digan” e p s e r e sin lee eer en lo qu nónimo) r i v i “V (a a cr

Pablo Ayala

L

eer es un lujo: cliché al que todos ya estamos tan acostumbrados que no nos golpea como debería. Leer para hacer que el conocimiento, las ideas y los sueños se expandan ha pasado a ser una actividad muy poco valorada en nuestra sociedad, basta regresar a ver la falta de políticas públicas y acciones como el cierre del sistema público de bibliotecas (SINAB) en Ecuador. Las pocas bibliotecas públicas que sobreviven agarrándose de los dientes no prestan libros, los tienen secuestrados entre sus paredes. Vemos el cierre de las librerías independientes con nostalgia. Los más optimistas se dan aliento pen-

sando en el Internet y su fabuloso acervo de libros gratis pero… ¿puedo leer en un parque, en la terraza o tirado en el suelo?, los aparatos inteligentes que me acercan a los libros en línea, ¿están al alcance de todos? ¿ponen las grandes editoriales los últimos títulos gratis en línea? ANDOTECAS recuerda las viejas lecciones de Ferdinand de Saussure: “No leer es una de las desventajas más grandes que una sociedad pueda tener: margina y aísla a sus habitantes y les aleja de una sociedad incluyente.”. ANDOTECAS se toma el espacio público: bordes de veredas, parqueaderos públicos, esquinas comerciales, para implementar pequeños espacios de inter-

cambio de libros, donde la persona usuaria toma un libro, lo goza y lo devuelve. También se puede dejar allí donaciones de libros para que cada vez circule más material de lectura.

hasta que los libros se desgasten de tanto ser leídos

calle, de la comunidad de lectores ávidos por compartir. Hoy se puede encontrar 12 bibliotecas de calle regadas por Quito, ahora solo depende de los usuarios darles vida y darles uso hasta el desgaste. ¡Sí!, hasta que los libros se desgasten de tanto ser leídos, hasta que las ideas se desgasten y nazcan unas nuevas de tanto ser compartidas. Las @andotecas de La Floresta están en las veredas el café Roscón y del Pobre Diablo abiertas 24-7 esperándote. n

Las bibliotecas de calle, ANDOTECAS, son sitios de encuentro y de intercambio. No es un proyecto que vive por sí solo, necesita de la comunidad del barrio, de la

XVI CONFERENCIA INTERNACIONAL POR LA ABOLICIÓN PENAL - ICOPA 2016 IMPACTOS DE LAS POLÍTICAS PENITENCIARIAS EN UN CONTEXTO GLOBAL. EXPERIENCIAS DE RESISTENCIA Y DEBATES SOBRE EL ABOLICIONISMO DESDE AMÉRICA LATINA icopa2016.lalibre.net


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ARTE EN EL BARRIO

Perfiles

Fotografía:José Luis Macas

Entrevistas desde la vecindad Pablo Barriga, Artista Visual, docente, Quito 1949.

¿Qué ha motivado quedarse en el Barrio y este hecho ha influenciado de alguna forma en tu trabajo como artista?

sidades la cercanía del barrio con estas instituciones tuvieron que ver con el hecho de quedarse. En mi caso, mi trabajo artístico lo he desarrollado en mi misma casa y he sido bastante celoso de ese espacio de intimidad y creación, no ha sido como en otros casos, un lugar de encuentro. En lo referente al trabajo la variedad de comercios, talleres y oficios, que con el pasar del tiempo algunos persisten y otros simplemente se han ido, han sido lugares donde me ha interesado ir para observar; por ejemplo: Los catálogos de las ferreterías, las disposiciones de los objetos en los bazares, ir donde el sastre a que te levanten un poco la vasta del pantalón…. Igualmente el hecho de estar cerca de la biblioteca de la Universidad Andina y la Católica que ofrecen servicio al público visto que el sistema de bibliotecas de la ciudad ya es de por sí centralizado y limitado, ha sido importante para mantener una constancia en mi relación con la lectura enfocada a mi trabajo.

Al trabajar en las dos univer-

¿Puedes mencionar al-

José Luis Macas

¿Quién eres, a qué te dedicas y hace cuanto vives en el barrio? Soy Pablo Barriga, artista visual e igualmente me he dedicado a la docencia universitaria en la facultad de artes de la universidad Central del Ecuador donde me gradué en 1980 y en la Carrera de artes visuales de la Universidad Católica. Continuamente vivo en la Floresta desde el año 2000, sin embargo durante mi infancia, de los 2 a los 8 años, mi familia vivió en este barrio; guardo recuerdos de las casas de aquel entonces, casas con jardín, unifamiliares. Igualmente el cambio de los alrededores, la parte del Hotel Quito eran bosques; lugares donde pasé esos primeros años.

gún lugar del barrio que le tengas afecto y por qué? El redondel de la calle Madrid y Av. Coruña; pues a parte de ser como la “cara pública” del barrio, en sus inicios como barrio residencial; la zona de los comercios

un barrio sin parque pierde un valioso espacio sensorial y de sensibilización, especialmente en edades tempranas estaba ubicada en los inmuebles que rodean este lugar. Debido a esto en el año 2006 realicé un performance titulado “Pan con cuento” en el cual instalo una mesa donde pongo a la venta varios panes con varias hojas de papel donde estaba impreso un cuento escrito por mí. Cada pan

con cuento costaba 10 centavos. ¿Cómo percibes el tejido social actual del barrio y cómo lo ves en 20 años, imagina que pudieras cambiar algo, qué sería? Desde el 2000 que vivo en la Floresta el barrio tiende a ser un lugar de encuentro para eventos culturales. Varios artistas de la escena local han tenido sus talleres aquí y en esos años iniciativas como “La chiva cultural” entre otras, daban cuenta de esa presencia. Actualmente conviven varios grupos en el barrio, desde las personas que llevan décadas al igual que sus casas, gente más reciente que mantienen negocios y oficinas y últimamente hay una población bastante joven y más variada entre gente extranjera y local, que se ven atraídos por lugares o emprendimientos que integran lo cultural con lo artístico y se instalan a vivir aquí. Sin embargo estas casas unifamiliares de jardín están siendo cambiadas por construcciones otras que no han sabido “traducir”

este rasgo urbanístico del sector en su apuesta constructiva. Si pudiera cambiar algo y visualizarlo en 20 años sería que se cumplan los derechos que tenemos como ciudadanos a tener un parque; un barrio sin parque pierde un valioso espacio sensorial y de sensibilización, especialmente en edades tempranas, igualmente una biblioteca para niños o un centro deportivo barrial con una piscina y demás actividades que coexistan juntas y de seguro influenciaría en los índices de inseguridad que actualmente el barrio registra. Una iniciativa de generar estos espacios tuvo lugar en diciembre pasado donde a partir de la iniciativa “Archivo móvil” del artista Edison “Chuky” Vaca, dictamos un taller de pintura para niños en el redondel. Esto sigue una de las líneas de mi trabajo, que desde el 1980 donde con un grupo de colegas de universidad empezamos a exponer obra en el parque El Ejido, ha sido sacar el arte de la galería y que viva en la calle y espacios públicos. n

consume local

ENCUÉNTRANOS EN: LA RESERVA LA CASA DEL ÁRBOL (Guanguiltagua N38-44, (Lugo 995 y Vizcaya, Parque Metropolitano) La Floresta) COOPERATIVA ZAPALLO VERDE (Lugo 995 y Vizcaya, La Floresta)

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FruterIa Alexandra Dir: Sevilla N24-318 Telf: 0984563509


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LA FLORESTA, MAYO 2016

COYUNTURA

Opinión

Recuento de un terremoto llamado Correa Santiago Cadena

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a noche del sábado 16 de abril un terremoto sacudió la zona costera del Ecuador, considerada como la mayor tragedia de los últimos 67 años. Pasaron varias horas en las que se habló de un movimiento telúrico, un sismo, no fue hasta horas más tarde que se dimensionó la magnitud del desastre. Un vacío comunicacional Ni las instituciones encargadas de liderar este tipo de hechos, ni los medios de comunicación públicos ni privados, pudieron reaccionar ante un devastador terremoto, los primeros por inoperancia, los segundos por una Ley de Comunicación que los arrincona a esperar la voz oficial, la reacción llegó a modo de decreto de excepción lo que entorpece más el emitir informaciones. Usted puede comprobar lo que se afirma en estas líneas. Hoy el Ecuador sufre continuos temblores, minutos después del temblor encienda la tv, la radio; disfrutará de música y novelas, buena terapia para olvidar. Pero si lo que busca es saber la magnitud del sismo, epicentro, duración, usted debe acudir a las redes sociales y recibirá información de CNN, El País, Telesur, NTN24, RT. Además leerá cientos de comentarios de personas que, como usted, se sienten frustradas por el cerco informativo nacional por una ley que dice “La declaratoria de estado de excepción sólo puede suspender el derecho a la libertad de información y establecer la censura previa de los medios de comunicación”. La solidaridad como mecanismo de cohesión El Estado correísta es, sin duda, positivista. La solidaridad conceptualiza una forma de cohesión social, como bien apuntaba Durkheim (1893/1995) y el correísmo sabe cómo aprovecharlo. El terremoto –una desgracia lamentable sin lugar a dudas- ha escondido bajo el tapete al Ecuador de antes del 16 de abril, pero es importante recordarlo. El país de la revolución ciudadana estaba golpeado por un incremento en su índice

de desempleo de 0,97 puntos porcentuales según datos del INEC, un país azotado por los bajos precios del petróleo, firmando tratados de libre comercio y concesionado enormes pedazos de tierra a las empresas mineras. Un escándalo de funcionarios activos del régimen vinculados a empresas “of-shore” en lo que los medios a nivel mundial lo llamaron “Panama Papers”. La mal llamada Ley de Equilibrio de las Finanzas que entre otras cosas retira el 40% del aporte del Estado a los jubilados. Las latas de atún no construyen carreteras pero abren nuevos caminos Una vez más el pueblo ecuatoriano da cuenta al mundo de auto organización. Lo hizo primero derrocando a tres gobiernos y, esta vez en mitad de la tragedia, la espontaneidad y solidaridad ante el terremoto por parte de la sociedad fue inmediata, las despensas de tiendas y mercados se vaciaron, las rede sociales fueron la herramienta para auto convocarse de forma autónoma, sentando así una vez más que la utopía de una sociedad sin gobierno es posible. Correa sabe de la capacidad de una sociedad civil organizada, por eso advirtió de sus peligros para la democracia A los dos días de ocurrido el terremoto, la sociedad comprendió que el gobierno no haría nada en materia de política pública, al contrario, a expensas del gobierno las grandes compañías se beneficiaban de la catástrofe y de las buenas intenciones de un pueblo desesperado por ayudar a sus pares. De nuevo las redes sociales estallaron, exigiendo al gobierno que los magantes de las empresas se pronuncien. Este hizo caso omiso al pedido, y como si deseara llevar la contraria a lo solicitado, Rafael Correa declaró un alza al IVA (impuesto al valor agregado), entre otras medidas. En lugar de direccionar sus políticas económicas a los grupos económicamente más ricos como en los mejores tiempos del neoliberalismo, ataca drásticamente al bolsillo del ciudadano de a pie, una tregua entre los grupos de poder y el gobierno, como dictaban las recetas del FMI en la década de los 90.

Si la máxima que dice que toda crisis es una oportunidad, el gobierno y la firmas privadas la han sabido capitalizar de forma incalculable, a costa de más de 580 víctimas mortales. Tras un juego de palabras en un hastags #EcuadorListoYSolidario el gobierno ha intentado a toda costa capitalizar la solidaridad del pueblo ecuatoriano con las víctimas del terremoto. En la lógica del gobierno hay dos tipos de gente solidaria, la buena y la mala. La buena que no reclama las políticas impuestas por quienes detentan el poder y la mala, quienes además de ser solidarios

Algún día contaré a mis nietos que nací en un país que se abrazó tan fuerte que nunca más volvió a temblar. -Frase anónima que se viralizó en las rede sociales

no dejan de criticar lo que consideran un manejo inadecuado en las políticas públicas y económicas que rigen el país.

El Estado orwelliano o cómo nos venden la moto El Estado ha sumado todos sus esfuerzos por controlar los gestos de solidaridad a tal punto que ha agotado sus técnicas de marketing político para que éste sea el mediador entre la intención de una persona y la que recibe un gesto altruista. No importa sin en el intento –desesperado en algunos casos- quedan públicamente mal. La organización Comparte Ecuador se ha dedicado a dar asistencia a las víctimas del terremoto, uno de sus trabajos fue aprovechado por la asambleísta Paola Pabón quien en su cuenta de twitter puso el 21 de abril “Listo campamento con 60 carpas, baños, área de cocina, electricidad

para albergar familias de Canoa #TodosPorEcuador” acompañada de una fotografía. La lluvia de tweets en respuesta no se hicieron esperar: “mentirosos”, “no sea descarada señora”, “ya nadie les cree” y la respuesta más importante de Comparte Ecuador: “La labor de #ComparteEcuador reconocida por el Estado” acompañada por la misma foto que subió la asambleísta. El actual Ministro Coordinador de la Producción, Empleo y Competitividad, Vinicio Alvarado, corrió con la misma suerte. En su biografía de twitter se describe como “4X full IRONMAN” el 24 de abril publicó cien caracteres que le pesarían el resto de la semana “Acabo de volver d Manta llevando ayuda y trayendo 136 bomberos quiteños que ayudaron rescatar vidas” La cuenta oficial del cuerpo de bomberos de Quito escribió en respuesta a @vinizeta como se hace llamar IRONMAN en twitter, “los 136 #CaballerosDelFuego regresaron a la capital, gracias a la cortesía de @LAN_ECU, en vuelo gestionado por @MunicipioQuito” Para rematar con el cinismo y la impudicia más grande que caracteriza este gobierno antipopular, dice que destinó ya varios millones a los municipios afectados para ayudar a las víctimas. Que carencia de vergüenza. Sabiendo de sobra que la deuda de gobierno con GADs llega a US$239 millones y arrastraba antes de la tragedia tres meses de mora. Un luto impulsado por la sociedad Hasta el 23 de abril, el gobierno ecuatoriano no decretó un solo día de duelo nacional, por el contrario ha sido una iniciativa de la sociedad decretar un duelo nacional por las víctimas del terremoto. Y es que el terremoto ha cambiado el tablero en el Ecuador. La gente no quiere fotos posadas, firmas de convenios o más créditos de ayuda para damnificados, quiere que el Estado deje de despilfarrar lo poco que queda en las arcas fiscales, que dé el ejemplo en las labores de rescate y reconstrucción, que se ensucie las manos y arrime el hombro como la gran ola de voluntarios/as lo está haciendo día a día en la zonas afectadas. n


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LA FLORESTA, MAYO 2016

NOS CUENTAN

Opinión

Caminamos la palabra de Camilo, el cura guerrillero Sala situacional Camilo Torres Restrepo

En el Ecuador poco es lo que sabemos sobre Camilo Torres Restrepo, el cura guerrillero colombiano muerto en combate -con el ejército colombiano- el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, Bucaramanga-Colombia. A 50 años de su muerte, su mística y entrega total, nos confronta, cuestiona e incita. Camilo, sobre sí mismo supo decir: Soy revolucionario como colombiano, como sociólogo y como sacerdote. Como colombiano, porque no puedo ser ajeno a las luchas de mi pueblo. Como sociólogo, porque gracias al conocimiento científico que tengo de la realidad he llegado al conocimiento de que las soluciones técnicas y eficaces no se logran sin una revolución. Como cristiano, porque la esencia del cristianismo es el amor al prójimo y solamente con la revolución puede lograrse el bien de la mayoría. Como sacerdote, porque la entrega el

prójimo que exige la revolución es un requisito de caridad fraterna, indispensable para realizar el sacrificio de la misa, que no es una ofrenda individual, sino de todo el pueblo de Dios por medio de Cristo De su compromiso revolucionario… (…) Yo me he incorporado a la lucha armada. Desde las montañas colombianas pienso seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo. Me he incorporado al EJERCITO DE LIBERACION NACIONAL porque en él encontré los mismos ideales del FRENTE UNIDO. Encontré el deseo y la realización de una unidad por la base, la base campesina, sin diferencias religiosas ni de partidos tradicionalistas. Sin ningún ánimo de combatir a los elementos revolucionarios de cualquier sector, movimiento o partido. Sin caudillismos. Que buscan liberar al pueblo de la explotación, de las oligarquías y del imperialismo. (Primera edición: Emitido desde la clandestinidad en forma de volante y publicado por diversos medios de la prensa colombiana en enero de 1966.) http://bit.ly/1Sx9pdb

Y sobre su mística cristiana… (…) la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos. (…)Yo he dejado los privilegios y deberes del clero, pero no he dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la Revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para realizar ese amor al prójimo, en el terreno temporal, económico y social. Cuando mi prójimo no tenga nada contra mí, cuando haya realizado la Revolución, volveré a ofrecer misa si Dios me lo permite (…)Después de la Revolución los cristianos tendremos la conciencia de que establecimos un sistema que está orientado por el amor al prójimo. La lucha es larga, comencemos ya... (Primera edición: Periódico Frente Unido, Bogotá - Colombia, año 1, no. 1, agosto 26 de 1965, pág. 3.) Cruz de luz (o Camilo Torres) (Daniel Viglietti) Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera

sino de luz. Lo mataron cuando iba por su fusil, Camilo Torres muere para vivir. Cuentan que tras la bala se oyó una voz. Era Dios que gritaba: ¡Revolución! A revisar la sotana, mi general, que en la guerrilla cabe un sacristán. Lo clavaron con balas en una cruz, lo llamaron bandido como a Jesús. Y cuando ellos bajaron por su fusil, se encontraron que el pueblo tiene cien mil. Cien mil Camilos prontos a combatir, Camilo Torres muere para vivir.

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LA FLORESTA, MAYO 2016

Bailando la oscuridad. De otros calendarios y otras geografías (Primera parte)

Fabricio Guamán

“Y vamos acercándonos”, decía mi abuela que caminaba a mi lado, mientras yo pensaba en los otros calendarios y las otras geografías que teníamos que transcurrir y traspasar. Y no era la neblina que cubría la montaña con ese espesor de noche sin luna que hacía de nuestros pasos inquietos y temerosos, si no ese despertar de esos seres que preferían la noche y el silencio para bailar la oscuridad. Y si, caminaba sin saber por dónde iba a no ser por la amplia lucidez de mi acompañante que hacía de esta montaña su sendero y su vida. Mi abuela había recorrido de un lado y del otro esta parte de la cima dónde nos encontrábamos ahora. Era donde sus mayores habían hecho su casa y sus abuelas, sus chacras hace ya algunos años. Era donde su abuelo, un sabio de la comunidad, había recibido por parte de su otro abuelo, ese conocimiento que tanto nos ha ayudado y nos ha guiado. Este era el paso más alto que teníamos que pasar y luego seguir el río y volver a bajar por la quebrada que nos llevaría de nuevo a otro sendero sinuoso como la montaña misma. Así eran los

caminos de esta parte de la región. Región que se encontraba en disputa. Por un lado, la gente que nunca había caminado ni vivido estas tierras y veía en ellas su futuro cercano lleno de riqueza y de progreso. Y por otro lado, las comunidades indígenas que hemos caminado y vivido esta selva llena de sabiduría. Disputa que con el tiempo se había convertido en una encrucijada para las comunidades indígenas que veíamos nuestro caminar algo incierto. Y así seguíamos avanzando. Teníamos que alcanzar nuestro destino antes del amanecer. Antes de que la luz comience a imponer su claridad por sobre nuestras huellas. Había que llegar sin ser visto y sin ser percibido por la guardia con la que el Estado mantenía al poblado cercado de cualquier intromisión ajena a sus intereses. Desde donde estábamos se podía percibir, montaña abajo, una pequeña luz al interior de una cabaña que se confundía entre las sombras de estos enormes árboles. Mientras nos acercábamos se empezaba a escuchar los primeros sonidos de estos otros seres que iniciaban su rutina de sobrevivencia para encontrar comida o pareja; éstas, aves de todos los colores, nos daban

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aviso de que pronto llegaría el día. Y mientras más la cabaña se agrandaba nuestros corazones se ponían a latir más fuerte. No sabíamos con que nos íbamos a topar y con quien teníamos la gratitud de encontrarnos. Ha-

mientras más la cabaña se agrandaba nuestros corazones se ponían a latir más fuerte. bíamos recibido un llamado de urgencia para reunirnos varios pobladores de algunas comunidades aledañas que nos asentábamos en esta parte de la montaña. La situación era preocupante por no decir otra cosa. Gente ajena y lejana estaba en el intento de desalojarnos a como de lugar de nuestras tierras. No importaba que nosotras, personas humildes y trabajadoras, teníamos títulos de propiedad, ni siquiera que habíamos vivido aquí por muchas generaciones y que hayamos protegido estas tierras de varias amenazas a lo largo de buena parte de la historia de esta

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región. No importaba ahora todo eso. A la puerta de la cabaña se encontraban dos personas que al vernos se pusieron de pie e hicieron la seña característica que nos identificaba. Aunque faltaba aún camino por recorrer ya sabíamos que habíamos llegado y a tiempo. Junto a nosotras llegaban otras personas, hombres y mujeres, que iban bajando de la montaña por distintas partes y a distinto ritmo y modo. Ya en la cabaña, éramos bastantes. Todas nos conocíamos, éramos, o parientes o compadres o comadres o amigos de toda la vida. Éramos comunidad y eso se sentía. En la mitad, el fogón que, desde tiempos ha iluminado y calentado nuestro sentir y nuestra palabra, hacía de unión entre todos y todas que nos habíamos acomodado a su alrededor. Con los rostros iluminados nos mirábamos a los ojos y a los corazones. Doña Anselma, la más anciana de la región, se levantó y anunció así el inicio de la reunión. Mujeres con bebés acurrucados en sus espaldas eran las últimas en llegar y se acomodaron cerca de hamacas donde pusieron a sus criaturas. Por las ventanas se veía aún la oscuridad que se confundía con

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las últimas estrellas que no querían desaparecer. “Estamos aquí para contar nuestra historia, de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que queremos ser”, decía Doña Anselma, mientras removía la olla de guayusa del fogón. “Pero no sólo la vamos a contar como nosotras la miramos, vamos a contar también quienes la miramos y por qué la miramos así” decía la anciana en voz alta y firme. Y así empezaba, o continuaba, este caminar peculiar de estos pueblos indígenas, del cual soy parte, por defender nuestros territorios y nuestras vidas. Era esa palabra compartida y celebrada en colectivo la que hacía su fuerza y su sabiduría. Era esa palabra que no se imponía ni se arrebataba que hacia que el caminar sea más llevadero y verdadero. Era esa palabra, digna y rebelde, que se hacía esperanza y camino. Y ahí, alrededor del fogón, cuando la noche se anuncia y el día la espera, hacemos de nuestra palabra nuestra mejor manera de bailar esa oscuridad. Desde tierras cercanas. n

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La alegría de trabajar de forma horizontal y en equipo permitió en una tarde de lluvia quiteña, nos juntáramos a diseñar este periódico que tienes en las manos. Por tanto si una película tiene su banda sonora, este proyecto también y en este número fueron: Alika, Byron Caicedo, la canción por el Yasuní la pusimos al menos unas cinco veces, Banda Conmoción, Daddy Yankke (no sabemos hasta el día de hoy quien puso eso, por que estaba sonando y lo que es peor, por que nadie lo cambió), Bloque Depresivo, Atajo, Los Angeles Azules. Como es de imaginarse cervezas y licor también fueron parte de esta jornada editorial. Esperamos les guste el proyecto, lo apoyen, y lo difundan. Salud. PRÓXIMO NÚMERO JULIO 2016


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