La Floresta MARTES 15, NOVIEMBRE 2016 | Año 1 | Número 002 | BIMENSUAL | QUITO - ECUADOR | Precio: 0,50 ctvs.
Las ciudades son ecosistemas vivos
Preocupaciones barriales
Los abusos de la megaminería en el Ecuador
Bailando la oscuridad.
Declaración por la Defensa de Nuestros Territorios
Quito o el desatino de un modelo urbano El acceso a espacios tanto de vivienda como de desarrollo de proyectos, constituye el elemento principal que condiciona la desigualdad social, este es un problema no abordado en las agendas de quienes pretenden ser gestores de las nuevas políticas para un hábitat. Santiago Cadena M.
E
l Quito metropolitano, ciudad en la cual nos desenvolvemos cotidianamente, es un territorio dominado por el capitalismo, un campo de guerra, una estampida que en menos de diez años ha producido la forma de hacer política urbana entorno al hábitat generando grandes impactos en el plano social; que permiten y fortalecen la reproducción de las distintas formas de dominación mediante el uso cotidiano y diferenciado del espacio. Las políticas públicas tanto del gobierno central como del local, han logrado separar las nociones de naturaleza y espacio urbano, este último, como bien apuntaba Lefebvre, es utilizado como instrumento político por los tecnócratas para hacer de las ciudades lugares de acumulación del capital, pasando por alto las necesidades de las personas que las habitan. Nuestras ciudades están atiborradas de edificios dentro de los perímetros urbanos de la ciudad. So pretexto de ser Quito una ciudad moderna se ha entregado contratos y permisos de construcción a capitales nacionales y extranjeros, que amparados en un cruel concepto de “resiliencia” pretenden que los habitantes de la ciudad nos resignemos a los cambios. Las autoridades no han pensado en: agricultura urbana y en comunidad, ciudades incluyentes para peatones y bicicletas, ciudades seguras para mujeres, niñxs, les falta dar prioridad al servicio de transporte público, lograr presupuestos y obras con carácter participativo entre otras cosas. Además estas políticas han separado el espacio rural y urbano, negando en esta práctica el derecho a la tierra, a la ciudad y a la vivienda. No existe una política de movilidad urbana segura e inclusiva. Donde hay una necesidad, hay un derecho. Quito posee -no son muchos, pero posee “vacíos urbanos” que han sido aprovechados, por individuos que son parte de los cien millones de personas sin techo que hay en el mundo y que se ven obligados a “okupar” estos espacios y a dotarlos de vida. “La Maraña” fue uno de aquellas zonas de afinidad entendida a partir de la pertenencia a una comunidad, una comunidad libre, “libre y salvaje”. En un barrio en el centro sur de la ciudad de Quito (San Diego), ahí se consolidó lo que más adelante sería “La Turbina”, un espacio en el que un grupo de jóvenes dieron vida a un proyecto autogestionado con acti-
Fotografía: Desalojo casa “La Turbina”
El 6 de junio del 2016, un grupo de jóvenes que okupaban las instalaciones de “Molinos El Censo”, cerca del río Machángara, en la ciudad de Quito protesta ante el desalojo que ejecutó miembros de la Policía Nacional, Criminalística, Migración y Fiscalía.
vidades como: apertura de bibliotecas, jornadas de liberación de la tierra, conciertos solidarios y antifascistas, comida vegetariana, una sala de ensayo para las bandas musicales. En resumen jóvenes con un gran sentido de pertenencia a su comunidad y que pretendían transformar la vida a través de la resistencia urbana. Donde antes se fabricaba harina, ahora se fabrican ideas, - bien podría haber sido su slogan- pero el 16 de junio de 2016 se produjo su desalojo. Al otro lado de la urbe se encuentra “La Casa del Árbol”, una casa que aunque no es “okupada”, se disputa día a día, mes a mes su existencia, en un barrio en que el gran capital espera voraz usar ese predio para hacer de la gentrificación el estandarte de la modernización de la ciudad. Hay algo común en estos espacios “liberados”; superar todo tipo de autoritarismos y llevar la práctica asamblearia y autogestiva a todas sus actividades, hacer lo que John Holloway denomina “grietas en el tejido capitalista, para atacarlo por diferentes frentes”. El reto siempre es crear alternativas de vida al capitalismo. Territorios autónomos y al margen del poder en Quito siempre han existido, “La Hueca” en el barrio Carcelén Bajo era una apuesta colectiva, otra historia tejida a fuerza de trabajo comunitario que un día el municipio de Quito decidió desalojarlo e institucionalizar la iniciativa. Hoy “La Casa Uvilla”, un proyecto similar, diariamente construye quimeras y utopías desde el arte comprometido. El “Nina Shunku” y “Kitu Tambo” son otros; quién diga que en Quito no hay espacios “okupados”, debería incrustarse un poco
más en la movida subterránea alternativa y contracultural. A lo largo de la historia hubo otros lugares menos “okupados” que están y estuvieron; el Centro Social Pachacamac, La libre, La Casa Rosa, Pukayana, La Casa del Obrero, Centro Cultural Rompecandados, La Casa Rasta, El Centro del Mundo y otros tantos que se me quedan en el tintero pero que han sido importantes por el
Generar espacios y nuevos modelos de convivencia legado de autogestión que han dejado en al ciudad. De transgresiones y utopías El urbanismo en Quito es cada vez más agresivo; demuelen parques para hacer paradas de metrobuses, eliminan plazas de encuentros y las hacen calles de paso, cemento y hormigón sobre la tierra. Desde los proyectos autogestionados se ha planteado la necesidad de generar espacios y nuevos modelos de convivencia, que repercutan e incidan en el barrio y por ende en la comunidad donde la habitan. La clave está en reconocer las miserias propias y transformarlas. El acceso a espacios tanto de vivienda como de desarrollo de proyectos, constituye el elemento principal que condiciona la
desigualdad social, este es un problema no abordado en las agendas de quienes pretenden ser gestores de las nuevas políticas para un hábitat. De ahí que la “okupación” aparezca como alternativa a la desigualdad social y la segregación urbana, una suerte de pedagogía de lo cotidiano, con una gran capacidad de autocrítica que incide en lo que se podría denominar democracia urbana. Un ejemplo de esto es la Feria del Libro Independiente (FLIA), una iniciativa itinerante que alberga un abanico de colectivos e individualidades, que se apropian de una área (calle o plaza) y devuelven el derecho a la lectura a la gente, despojándolo de su valor comercial y mercantilista. Su organización es de forma horizontal y espontánea, no hay intervención alguna de grandes editoriales, ministerios o secretarias. Sí, como leyó, anarquía pura. Estas prácticas pueden ser consideradas como un retorno a la niñez, esa que Colin Ward la ve como la apropiación y el uso creativo de los ambientes en los que han sido confrontados para su desenvolvimiento cotidiano. Por lo tanto, estas lecciones, historias y experiencias que se han dado, nos permiten afirmar que la ciudad la hacemos diariamente en nuestras relaciones, en nuestros espacios cotidianos, en las transgresiones individuales y colectivas, en nuestros ideales. Nos queda quizás volver a pensar desde la infancia y subvertir el poder y sus políticas urbanas de una manera lúdica y divertida y sobre todo convencernos que otra ciudad, otra No-Ciudad es posible. n
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CIUDAD
Análisis
Las ciudades son ecosistemas vivos
¿qué es hábitat, y por qué un contraevento desde las organizaciones sociales?
Ilustración: Proporcionada por la autora
Rocío Bastidas1
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ablar de ciudades es hablar de ecosistemas. Las ciudades son ecosistemas vivos donde conviven y se articulan los elementos naturales y los sociales. El agua, el aire, el suelo, las plantas, los animales, el clima y las energías están íntimamente relacionados con los seres humanos, quienes también son parte de la naturaleza; ésta constituye toda forma de vida, pues es un complejo sistema basado en procesos armónicos y de equilibrio que permiten la existencia de una gran variedad de especies, entre ellas el ser humano. Existen dos principios que quiero invocar para visualizar el derecho a ciudad: 1) Respeto a los procesos naturales: los procesos naturales son las etapas de transformación que sufren los elementos de la naturaleza por acción de sus propios componentes físicos y químicos sin la intervención del ser humano y que permiten la vida en el planeta. Los procesos naturales contribuyen a regular el clima, a mantener las fuentes naturales de agua, a crear y regular los suelos y asegurar la replicabilidad de la vida. Si este principio no es considerado en la planificación de las ciudades, estamos corriendo el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación2. 2) Interdependencia entre especies: se manifiesta en la necesidad que tienen los elementos naturales y sociales de mantenerse como tales para que continúe la vida como la conocemos, nuestra vida depende y dependerá permanentemente de los seres vivos de este planeta. Cuando esas relaciones se pierden de vista en las ciudades, se acaba el equilibrio natural y social que requieren para mantenerse y desarrollarse como ecosistemas. Eso significa que las ciudades deben permitir que ocurran los procesos naturales, es ur-
gente no interferirlos, respetarlos, en muchos casos no tocarlos y precautelarlos porque ellos reproducen la vida, mantienen el equilibrio natural y la biodiversidad. Es obligación de las ciudades usar sostenidamente sus componentes naturales y cuando los transforme en servicios deberá procurar satisfacer de manera incluyente a todos sus habitantes. Los procesos sociales son el fruto del trabajo social más los recursos naturales. Se aspira que esos procesos sociales reproduzcan bienes sociales para un consumo saludable de la sociedad y permita contar con diversidad tecnológica, social y biológica disponibles para las ciudades. El mal uso, la sub utilización o sobre utilización de los elementos y recursos naturales en el planeta generan graves problemas ambientales que acechan la permanente de la población de las ciudades: Incendios forestales, contaminación de las aguas, erosión del suelo, cambios climáticos, extinción de flora y fauna, etc. De igual manera, en una escala más local, el uso del suelo, la edificabilidad, el espacio público, la movilidad, los servicios y la infraestructura, cuando son mal concebidos por presiones de las inmobiliarias, de los traficantes de tierras y los politiqueros de turno, rompen los conceptos de ciudad y su patrimonio histórico y cultural, porque los transforman en lugares poco habitables, aparece la gentrificación, entendida como la expulsión de los habitantes de su hábitat, para dar paso a los negocios y manifestaciones culturales externas, que engañan a la comunidad con falsos sentimientos de modernidad y bienestar. Entre las causas directas de los problemas brevemente descritos están una gama de comportamientos humanos que riñen con un estilo de vida austero, sencillo, sostenible. También está un conjunto de factores sociales que conspiran con la permanencia de los ecosistemas, conta-
minan y envenenan las ciudades, porque quienes toman decisiones están vinculados con intereses comerciales nacionales y transnacionales inmobiliarios, que impiden construir ciudades para vivir y privilegian ciudades para consumir. Los principales efectos de las ciudades consumistas son: la contaminación del aire provocada por las emisiones de CO2 proveniente de la combustión vehicular, (el municipio de Quito acaba de adquirir buses movidos a diésel) la industria, la quema de bosques, mal manejo de los residuos sólidos, reducción de espacios verdes, mega obras que no solucionan los problemas de movilidad, lo agravan. En el caso de Quito, las fuentes de agua que abastecen a la ciudad se encuentran cada vez más distantes y en otros territorios. La Empresa Pública de Agua Potable y Saneamiento tiene un Fondo del Agua para proteger las cuencas que abastecen al Distrito; lo transparente debería ser: difundir como está rindiendo el dinero de los quiteños que aportamos mensualmente a ese fondo que es un fideicomiso y como se lo invierte en la protección de las fuentes. Quito ha sufrido un crecimiento desordenado y sus suelos con vocación agrícola se han transformado en infraestructura de vivienda y otros servicios, debido a la falta de planificación urbana de las ciudades y la falta de políticas sobre el crecimiento poblacional en las urbes. Existen pocos espacios verdes en las ciudades, se han vuelto ciudades compactas donde reina el cemento, sin rostro humano, llenas de negocios de toda índole y dando privilegio al consumismo exacerbado. A todo esto, en las ciudades se suman los efectos por el cambio climático, el deterioro de la capa de ozono. Entre las causas directas de los problemas brevemente descritos están una gama de comportamientos humanos que riñen con un
estilo de vida austero, sencillo, sostenible. También está un conjunto de factores sociales que conspiran con la permanencia de los ecosistemas, contaminan y envenenan las ciudades, porque quienes toman decisiones están vinculados con intereses comerciales nacionales y transnacionales inmobiliarios, que impiden construir ciudades para vivir y privilegian ciudades para consumir Entonces, a los barrios, como ha sido característica del Barrio La Floresta de Quito, hemos resuelto continuar denunciando y presionando a los tomadores de decisiones para exigir cumplan con los habitantes y se tenga transparencia implacable el derecho a la ciudad, que es el derecho a vivir en un ambiente sano, libre de contaminación, con espacios de encuentro, con servicios de calidad, en especial de transporte amigable con el ambiente, con administraciones comprometidas con las necesidades de la gente, con seguridad como fruto de la convivencia pacífica y el diálogo, alimentación sana, con alegría, amante de las culturas y respeto del patrimonio cultural, histórico y arquitectónico… Quito ciudad eterna. n
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Bióloga, educadora, abuela y moradora de la comunidad del Barrio La Floresta de Quito. Presidenta del Comité Pro Mejoras del Barrio La Floresta, períodos: 2009 – 201 y 2015-2017 Gerente General de la Corporación OIKOS 2013 – 2016 Coordinadora de la Red de Asambleas Territoriales de Quito Miembro de la Corporación Ciudadana “Barrios Deciden” Coordinadora de la Comisión de Movilidad del Foro Permanente de Quito 2015 hasta la presente fecha Vice – Presidenta de la Coordinadora Nacional de Defensa del Ambiente y la Naturaleza - CEDENMA 2 http://bit.ly/comuncasa
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EDITORIAL La ciudad violenta
Reportaje
Colectivo, Editorial
En 20 años las ciudades van a ser el 90% de los asentamientos urbanos. Así lo vaticina la Nueva Agenda Urbana, y todos los organismos internacionales que se reunieron, convocados por Naciones Unidas en el marco del evento Habitat III, este octubre en Quito. Ciudades que han crecido a costa de despojar el medio rural, de privatizar el suelo, de mercantilizar el espacio público. De convertirse, al final, en territorios donde las personas luchan por sobrevivir, en campos de batalla donde se manifiestan crudamente las desigualdades y se agudizan los ejes de opresión que nos atraviesan. Este sábado 26 de noviembre marchamos en contra de las violencias machistas y el feminicidio, como máxima expresión del sistema de opresión heteropatriarcal. Violencias que también se manifiestan a diario en nuestras ciudades. En este número del periódico de La Floresta hemos querido mostrar desde diferentes puntos de vista, como la ciudad se convierte en un espacio hostil, y el eje de género los atraviesa todos. En esta editorial pretendemos remarcar y visibilizar esto. Vivimos en ciudades que no están hechas para las personas, y menos aquelles que se sitúan en condiciones de no-privilegio. Estan mal distribuidas, hecho que implica desplazamientos incompatibles con desplazamientos y aglomeraciones o zonas vacías en determinados momentos del día Vivimos como podemos nuestras ciudades, asumimos incomodidades, distancias, espacios públicos escasos –en algunos barrios– y excesivos –en otros–, barrios que se vacían o llenan según los horarios laborales, calles en las que las personas son avasalladas por los coches. En estas ciudades las personas que se encuentran en extremos vitales no son autónomas, todas perdemos tiempo, y vida, en desplazamientos que tal vez no serían necesarios. n periodicolafloresta@riseup.net
Fotografía: Alba Crespo
Preocupaciones barriales Con la puesta en valor de la zona sube el valor del metro cuadrado y con ello aumenta a veces de manera exponencial, el valor de los arriendos y el costo de los bienes de consumo, entonces el remplazo por nuevos vecinos con mayores recursos económicos es inminente. Regina Ricco
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ecinos del barrio de la Floresta y la Vicentina ven con asombro la rapidez y la cantidad de nuevos espacios comerciales que en pocos meses se fueron instalando en estos barrios. La emergencia de los comercios que parece ser infinita, junto a las novedades de la que a diario son testigos vecinas y vecinos, genera por lo menos inquietud. Cambios en las calles, instalación y retiro de macetas, nuevas señalizaciones, ciclovias, intentos de peatonización como el Pasaje Peatonal Parquito Vizcaya, obras en Parque Navarro, cierre de espacios como pasó con en el Parque Vacas Galindo de la Vicentina. En fin, modificaciones en el espacio público y que en muchos casos acontecen sin consulta previa de los vecinos y colectivos comprometidos en los temas barriales. Recuperación, desarrollo urbano, renovación, puesta en valor, atractivo turístico son to-
dos términos que circulan, se escucha e invoca el discurso y propuestas oficiales que habilitan estos cambios en el espacio público…y público…quiere decir: de todos y todas. Los colores, las macetas, las ciclovías, los juegos en la plaza pueden entusiasmar, pero las obras en general revelan que se trata de un plan para la Floresta y la Vicentina que involucra varios aspectos, desde convertirlos en barrio de interés turístico, con identidad artística (en el caso de la Floresta), hasta habilitar el negocio inmobiliario. Cuando los procesos de renovación urbana se organizan subordinando los intereses vecinales a los intereses comerciales como ocurrió en muchos barrios y ciudades y como también parece ocurrir en el barrio de la Floresta, también se dan procesos de renovación de la población, lo que supone la expulsión de la zona de vecinos con bajos recursos que ya no pueden costear la vida en los barrios que
habitaron toda su vida. Con la puesta en valor de la zona sube el valor del metro cuadrado y con ello aumenta a veces de ma-
Procesos de renovación urbana se organizan subordinando los intereses vecinales nera exponencial, el valor de los arriendos y el costo de los bienes de consumo, entonces el remplazo por nuevos vecinos con mayores recursos económicos es inminente. Este proceso conocido como gentrificación agudiza las preocupaciones que ya tienen los vecinos de la Floresta y la Vicentina. Sin negar lo bueno y necesario que son las obras, resulta elocuente que en lo concreto quienes recogerán los principales réditos de estas transforma-
Av. Madrid #E16-103 con Tolosa
ciones no serán necesariamente los vecinos, sino los que realizan negocios inmobiliarios, inversores y emprendedores externos. Lo cierto es que estas acciones públicas que tienden a poner en valor espacios de los barrios y a modificar la infraestructura, dejan de lado otras necesidades que deberían involucrar y que son reclamo de los vecinos como la seguridad, la vecindad, el convivir entre vecinos, espacios verdes, espacios infantiles, entre otras. Entonces cabe preguntarse de manera sencilla ¿este desarrollo urbano tiene que ver con las necesidades de los vecinos y vecinas que habitan el barrio?, las reconversiones que están aconteciendo en la Floresta y La Vicentina ¿favorecen a los habitantes?, ¿en qué medida?. Por el vertiginoso ritmo con el que acontecen estos cambios y novedades, resulta imperioso pensar y debatir que tipo de barrio necesitamos los y las vecinas. n
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MEDIOAMBIENTE
Política
Los abusos de la megaminería en el Ecuador Desde la ciudad es nuestro deber respaldar las comunidades.
Fotografía: #ResisteHábitat3
Michelle Báez Aristizábal
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a megaminería metálica a cielo abierto es una actividad industrial a gran escala que remueve grandes cantidades de roca para extraer el metal que se halla disperso en ella. Se llama a “cielo abierto” puesto que a diferencia de las minas de túnel o socavón, el material se extrae cavando enormes orificios que pueden alcanzar varios kilómetros de diámetro. Para sacar el metal de las rocas que se encuentran en la profundidad de la tierra se requiere de continuas explosiones, grandes maquinarias y vehículos que circulan constantemente por los lugares en donde está ubicado un proyecto minero. La actividad minera a gran escala en el Ecuador es relativamente nueva, alrededor de veinte años, en los cuales empresas transnacionales han realizado traba-
jos de exploración y pronto comenzarán a explotar los minerales. Debido a la conflictividad que provocaron las actividades de exploración, la Asamblea Constituyente de 2008 emitió el Mandato Minero, el cual, entre otros puntos decretó la devolución de las concesiones al Estado. Algunas de ellas correspondían al proyecto Mirador. Sin embargo a los pocos días de expedido el Mandato, el gobierno de la Revolución Ciudadana ratificó su apoyo a la megaminería. Mirador es el proyecto más avanzado y más grande del país en la actualidad. Está ubicado en la parroquia Tundayme, cantón el Pangui, provincia de Zamora Chinchipe. En la época neoliberal, dicho proyecto fue propiedad de la empresa “junior” canadiense ECSA, quien luego de la etapa de exploración, lo vendió al consorcio formado por las transnacionales estatales chinas Tongling y CRCC. En 2012 el Presidente firmó un contrato con
LA ECONOMÍA SOLIDARIA Escrito por Jean-Louis Laville Ediciones Desde Abajo, mayo 2016 La economía solidaria integra las dimensiones económicas y políticas de la actividad humana y de la relación social con la naturaleza. Por consiguiente, está constituida por los lazos sociales del asociacionismo, la democracia representativa y participativa, y la solidaridad productiva y distributiva que se basa en la reciprocidad igualitaria.
dicho consorcio para dar inicio a la explotación de Mirador. La explotación aún no ha empezado pero el proyecto ha provocado ya serios problemas en las poblaciones mestizas y Shuar en donde se encuentra asentado. Muchas familias denuncian engaños y presiones por parte de la empresa y el Estado. Otras han sido expulsadas de sus viviendas bajo el amparo de la ley de Servidumbre. Esta ley obliga a los propietarios a dejar sus tierras y cederlas a la minera durante un período no menor a 25 años (renovables) a cambio de una compensación que los pobladores consideran mínima por dejar su sustento y su forma de vida. Las familias que no aceptan la “compensación”, son enjuiciadas por la Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM); han sufrido violencia y sus casas han sido demolidas, de modo que se han visto obligados a acomodarse en casas de familiares o vecinos, o a mu-
CINCO REFLEXIONES SOBRE MARC BLOCH Escrito por Carlo Ginzburg Ediciones Desde Abajo, abril 2016
El texto que publicamos en este número de Primeros Pasos hace un recorrido por las diversas formas contemporáneas de la economía solidaria y por la potencialidad transformadora de la estructura social, política y económica que ellas comprenden. n
Los instigantes ensayos de Carlo Ginzburg que incluye este libro, giran todos en torno de la obra y los aportes de Marc Bloch, quien ha sido sin duda, en la primera mitad del siglo XX, el más importante historiador a nivel mundial. En ellos, y como testimonio de un “dialogo imaginario” de más de medio siglo, a decir del propio Carlo Ginzburg, encontramos tanto muy ricas
darse lejos de su comunidad . El gobierno ha declarado que todas las familias han sido reubicadas , sin embargo los miembros de una organización de finqueros de la zona, la CASCOMI (Comunidad Amazónica de Acción Social Cordillera del Cóndor Mirador), han denunciado que esto no es cierto. Pese a los reclamos ante las autoridades competentes, como la Defensoría del Pueblo, su situación de desamparo persiste. Por su parte, dirigentes Shuar responsabilizan a la actividad minera de la muerte de tres de sus líderes. Desde las ciudades y los barrios tenemos la obligación de pronunciarnos ante estos hechos y exigir un debate transparente sobre la pertinencia de la megaminería en el Ecuador. Las poblaciones que habitan esos territorios necesitan de este respaldo, ya que es en nuestro nombre que estos actos de violación a derechos humanos se han llevado a cabo. n
EDUCACIÓN POPULAR EN EL SIGLO XXI Escrito por Marco Raúl Mejía Ediciones Desde Abajo, septiembre 2015
y originales reflexiones metodológicas sobre los modos hoy más avanzados de llevar a cabo el oficio de Clío, como también muy heurísticas hipótesis sobre la compleja herencia blochiana, por ejemplo, en torno de la historia. n
Este libro sintetiza una lectura actual sobre la educación popular, práctica social que cuenta, por lo menos, con dos siglos de existencia en nuestro subcontinente y con incidencia en otras latitudes, y que para los tiempos que corren plantea una propuesta para el conjunto social, para su transformación y emancipación, valiéndose de sus acumulados conceptual, político, pedagógico, epistemo-
lógico y metodológico, desde los cuales, todas las personas que desarrollan actividades formativas y educativas en sus diferentes ámbitos pueden llegar a compartir con Paulo Freire que “La educación no cambio el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”n
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NARRATIVA
Cuento
Bailando la oscuridad. De otros calendarios y otras geografías (Segunda parte)
Fotografía: Fabricio Guamán
Fabricio Guamán
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así, la palabra, esa que no tiene ni vergüenza ni miedo de mostrarse, se compartía junto al fogón y junto a la guayusa que nos calentaban el corazón mientras los primeros rayos de sol disimulaban su asombro y su alegría. Doña Josefina, abuela y curandera, de pie con su mano en alto agitaba un papel y en voz alta y firme decía que hace unos días el gobierno había convocado a una reunión de padres de familia de la escuela y cuando llegaron se encontraron con que era una “consulta” sobre el tema minero. Tema que las comunidades ya habían decidido desde hace mucho tiempo. No querían que por unos centavos se quedasen sin nada; no querían que por la ceguera de unos cuantos todos quedasen ciegos. Eso decía doña Josefina. Y así empezaba este circulo que no quería terminar. Un circulo de mentiras, de odios y de desprecio. Pero el circulo no caminaba a no ser que se lo permitíesen estos pueblos. Y en eso andaban, reunidos alrededor del calor de la palabra para que el círculo se vuelva y se transforme en espiral. Si, porque del círculo se aprende pero con el espiral se trasciende. Eso decían estos pueblos con esa palabra compartida.
Porque así es también la palabra: recorre el círculo y se hace memoria. Memoria que va por delante de la palabra. Y es la memoria que ayuda a que ese círculo se transforme. Y por eso, decía doña Josefina que la memoria es la palabra verdadera; que sin ella, sin la memoria, no hay camino por recorrer.
Memoria que va por delante de la palabra Y mientras el humo del fogón se confundía con la neblina que empezaba a anunciar cierta lluvia que quería convertirse en tempestad, doña Anselma empezaba a compartir la chicha de yuca con cada una de las personas que la rodeaban. Y así, la lluvia llegaba con cierta sencillez como la palabra verdadera, esa que no pretende imponerse ni someter a otra. Y así, doña Josefina seguía diciendo que
su palabra era la palabra de todas y no porque todas la repitieran detrás de ella sino porque todas la recorren, la comparten y la hacen coincidir delante de todas ellas. Doña Anselma decía que no olvida las enseñanzas de sus abuelas, pero tampoco olvida lo que ellas, sus abuelas, tuvieron que sufrir mientras se llevaban a los hombres de la comunidad para que trabajasen extrayendo caucho en tierras ajenas y lejanas. Eso no se olvida, decía doña Anselma. “No hay miedo ni duda sobre nuestro camino, el miedo y la duda nos lo imponen” decía otra gran mujer que, con su bebé en brazos, se disponía a compartir la mocahua llena de chicha. Ella era doña Esther, proveniente de una comunidad a tres horas de camino. Ya había pasado algunas horas desde que doña Anselma dio inicio a la reunión. Se había recorrido la memoria y se había compartido los caminos y ahora se coincidía en sueños y esperanzas. Era momento de tomar decisiones y decidir acciones. Y una vez más, así caminaba la palabra, esa que se cuela en la Historia. Esa memoria terca que no quiere someterse a
los caprichos de unos extraños. El círculo que nos quieren imponer no cabía dentro de esta historia. Memoria que se camina en colectivo. Historia donde se afilan machetes y lanzas como se afila esa palabra verdadera. Que por ahora tendrán que ir juntas, palabra, machetes y lanzas por los senderos de esta lucha. La defensa de estos territorios no es una lucha aislada que estos pueblos tienen la responsabilidad de hacerla. Es una lucha que pone de un lado los intereses y beneficios de unos pocos frente al camino de sueños y esperanzas de todos nosotros, los pueblos sometidos, explotados y humillados. Y así, nuestra memoria y nuestra palabra han sido y son nuestras armas frente a este despojo, frente a este círculo que quieren que sigamos ciegamente. Palabra y memoria que hemos sabido compartir y construir con esa humildad de una lluvia que moja sin pretensiones pero que sabe que sin ella, sin la lluvia y sin memoria, muchos caminos se secarían y dejarían de ser eso: sueños y esperanzas. Una vez tomada la decisión colectiva, el silencio se confunde con la neblina que no quiere irse. Sabemos que la memoria está nuevamente por caminar. n
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TECGNOLOGÍA
Opinión
Fotografía: CC0 (Dominio público)
¿De que forma los adolescentes entienden la privacidad en las redes sociales? Pitosky
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ace un año esa pregunta me rondaba después de dar varios talleres de capacitación en el tema de seguridad informática a instituciones y grupos de padres de familia. Todos estos preocupados por la forma en como sus hijos exceden el tiempo conectados en las redes sociales. La conclusión a la que he llegado es que la juventud ha sabido combinar muy bien la obsesión –por decirlo de alguna manera - por mostrarse y el derecho a la privacidad en tiempos del Big Data. Desde hace mucho tiempo nuestros jóvenes han sabido crear círculos de confianza lejos del mundo “adultocéntrico” y esto se ha evidenciado en el abandono paulatino de las redes sociales conocidas: Facebook y Twitter.
A mi abuelita le gusta mi foto de perfil Para Mario estudiante de último año de bachillerato nacional unificado, entrar en Facebook es ver lo que postean sus amigos y, además, ver las fotos del fin semana con su abuelita (con su respectiva etiqueta a su cuenta personal) el agasajo cumpleañero de su padre en la oficina, “de nada sirve poner candado a mis publicaciones si mis padres, tienen los perfiles abiertos en modo público”, cuenta. Lo que hace referencia Mario es sin lugar a dudas un tema de SGSI (Seguridad de la Información) enfocado a una familia. Los padres se preocupan por sus hijos; sin darse cuenta que son ellos los que vulneran y ponen en peligro en primera instancia la privacidad y seguridad de sus hijos.
Cristina, estudiante del Colegio Manuela Cañizares, nos dice “Yo uso más Snapchat e Instagram, Facebook he dejado de usar por que ahí están mis padres y algunos profesores, mis panas y yo lo usamos para coordinar deberes, para nada más”.
Con unos minutos dedicados a navegar por la red Facebook podemos comprobar como padres de familia “suben fotos” de eventos sociales en la escuela de su hijo. Sí, como usted leyó la escuela, con nombre, dirección y mapa geolocalizado, nos hemos tardado dos minutos en rastrear la ubicación del lugar de estudio, horarios, foto de la profesora y compañeros de aula respectivamente etiquetadas con los demás padres de familia.
Snapchat, una de las redes sociales que habla Cristina, escribe en su acuerdo legal de uso con respecto a los chat y snaps “se eliminan automáticamente de los servidores una vez que detectamos que se han visto o han expirado”. Por tanto es una red en la que se suben fotos y videos, para que una vez vistos desaparezcan.
Y es que como Mario menciona, la privacidad es algo muy valorado por los adolescentes por eso recurren a “grupos” en las denominadas mensajerías instantáneas como Whatsap. De echo donde pegó más la comunicación corporativa y el branding en cuanto a la reputación digital es en los jóvenes.
Este mensaje Snapchat se autodestruirá en siete segundos
Según una investigación de Global Web Index a jóvenes de Estados Unidos y Reino Unido el porcentaje que ha abandonado Facebook entre el 2014 es de 0,5% pero destaca el informe que desde el 2013 la red social propiedad de Mark Zuckerberg se usa de forma más pasiva en los jóvenes entre 16 y 24 años.
ocupen el primer lugar en uso, si saben adaptarse a las nuevas responsabilidades con la privacidad de sus audiencias. Hoy en día nuestros jóvenes buscan llenarse de “likes” pero de su propio circulo, no tiene sentido si el primer “like” le da su mamá, de echo este espanta a los demás.
Esta generación de jóvenes para subir una foto a las redes sociales, primero debieron haber tomado unas 20 instantáneas, como mínimo, cuidan mucho su imagen, el fondo de la fotografía, que se ve, que no se ve.
Ayer un padre de familia me decía; pero si se van a otras redes que no conocemos ¿Cómo los controlamos?
Los adultos, por el contrario, toman una foto sin importarles que detrás se vea el nombre de la calle, las placas del auto, el lugar de trabajo o en este caso el centro de estudios de sus hijos.
...No se ha hecho otra cosa que tener controlados a toda una generación Lo que aún ignoran nuestros jóvenes El Big Data es la evolución del marketing masivo, a un marketing con precisión de un público muy bien segmentado, algo de lo que pocas personas lograrán escapar y que a mi modo de ver será el futuro de las redes sociales. Ellas serán las que
Si regresamos a ver nuestra juventud y la de esta generación, sin duda alguna nos daremos cuenta que esta es la generación más vigilada, desde que se popularizó el celular no se ha hecho otra cosa que tener controlados a toda una generación que busca como escabullirse del gran ojo tecnológico. ¿Qué nos queda a los padres? Poner reglas claras en el uso de las redes sociales, hablar de la identidad digital no como algo para esconder, ya que toda información en la red es indexable, si no como el reflejo de su propia identidad en la vida diaria: Por tanto esta debe ser cuidada; y por supuesto escuchar y aprender de esta generación. Se han puesto ha pensar que pasará con las nuevas generaciones nacidos en la era de las redes sociales cuando lleguen a la juventud, y que en la primera semana de clases en la universidad o de trabajo, ya circule en los pasillos de las redes, las fotos de su primer diente, el cumpleaños número 8 mordiendo el pastel, su primer beso, o sus farras?. n
El Acompañamiento Legal que realizamos en torno a los casos de violencia de género implica la revisión del proceso legal cuando ha sido iniciado; preparación de las diferentes audiencias con las/os involucradas/os y acompañamiento a las mismas; incidencia en instancias de poder judicial y realización de acciones de difusión y denuncia de los casos para generar presión social, especialmente cuando hay demora en los trámites correspondientes. La Defensa Legal la realizamos solo cuando se trata de casos de judicialización por aborto o parto. Los/as ejecutores de justicia muchas veces no abordan estos casos desde un enfoque de derechos humanos y de género; por lo que creemos que es esencial que quienes se encuentren con procesos de judicialización por aborto o parto cuenten con una defensa legal
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HÁBITAT III
Poesía
Declaración por la Defensa de Nuestros Territorios Floresta de plomo Lavadora vieja, licuadora vieja, nananana vieja, chatarra vieja.... ¡¡¡Auuuuuuuhhhhhhhhh!!! Fotografía: #ResisteHábitat3 #ResisteHábitat3
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a especulación a ultranza, fundamento de la nueva economía global, tiene en las ciudades su motor de crecimiento. Los procesos de urbanización se presentan como inevitables y las agendas oficiales se fundamentan en esto para enmascarar como las ciudades se han convertido en mercancía, objetos de deseo para la acumulación de capital. Esto nos ha conducido a ciudades más segregadas e inequitativas, reproduciéndose la violencia sistemática de un sistema patriarcal, racista y xenófobo. En este modelo, el acceso a los servicios se ha convertido más en un privilegio que en un derecho. Al mismo tiempo se olvida el campo y con ello a la mitad de la población del mundo que vive en él, negando a sus habitantes la posibilidad de planificar y gestionar sus territorios a través de un control directo sobre el mercado financiero e inmobiliario. Las fronteras entre mundo urbano y rural se hacen más borrosas y se coloca sobre el tablero el conflicto creciente que existe en los territorios, entre quienes utilizan todo su poder para apropiarse de ellos y hacer negocio, y quienes resisten a esta expropiación y pugnan por preservar sus derechos. El crecimiento sostenido que plantea el modelo de urbanización imperante no sólo genera tremendas desigualdades en la ciudad sino que, a través de su proyecto civilizatorio, se apropia los territorios de otras comunidades y pueblos. Sus principales víctimas son los pueblos originarios, lxs campesinxs, pastorxs y demás poblaciones afectadas por mega proyectos, grandes carreteras y actividades extractivas, entre otras muchas. Los desplazamientos de poblaciones y las crisis migratorias son cada vez más graves. Exacerbados por el cambio climático actual y las guerras por los recursos promovidas por Estados y empresas transnacionales, promotoras del modelo de desarrollo vigente, trae consigo fenómenos climatológicos que afectan al conjunto del planeta con graves consecuencias para la naturaleza, los seres vivos y para la población en general, sobre todo para lxs más vulneradoxs. Desde las voces en resistencia, defendemos una interrelación entre los diferentes territorios que no esté fundamentada en la homo-
genización cultural, la subordinación, la exclusión y la dependencia. Para ello, es necesario cambiar el modelo de producción-consumo, revitalizando los mercados de proximidad y fomentando la soberanía alimentaria. El modelo actual de urbanización es la manifestación del sistema capitalista, forma de desarrollo excluyente y depredador que solo beneficia al 1% de la población mundial. Ante esto es necesario coordinar las luchas por la defensa de los territorios con un enfoque integral del hábitat, luchando contra el embate neoliberal, contra los desalojos y los despojos, reivindicando: derechos humanos, derecho a la tierra, al agua, a la vivienda, a la ciudad y a la no ciudad, así como la función social de la propiedad y la producción social del hábitat. Desde Resistencia Hábitat 3, defendemos territorios para el disfrute de todas y todos en donde tengamos la oportunidad de participar en verdaderos procesos democráticos en la toma de decisiones, desde la escala barrial a la escala nacional e internacional. Mientras lo que se ha denominado “Nueva Agenda Urbana” de ONU-Hábitat ha sido elaborada en un bunker militarizado a espaldas de la gente, nosotrxs, pueblos, comunidades y habitantes, provenientes de 35 países del mundo, hacemos un llamamiento por el derecho a decidir con plena autonomía y desde la diversidad de género, etnia, cultura y proveniencia, desde los cuidados compartidos y la soberanía de nuestros cuerpos. Nosotrxs, lxs invisibilizadxs, el 99 por ciento de personas que habitamos este planeta, alzamos nuestras voces en contra de la exclusión, los desalojos y la criminalización de la protesta, exigiendo reconocimiento y respeto por las múltiples formas de habitar. Desde la mitad del mundo, avanzamos en la construcción de una Agenda Integral Hábitat por y para lxs habitantes, fortaleciendo las iniciativas populares como el Tribunal contra los Desalojos, y promoviendo la confluencia de los movimientos sociales en la defensa de nuestros territorios. Los desplazamientos de poblaciones y las crisis migratorias son cada vez más graves. Exacerbados por el cambio climático actual y las guerras por los recursos promovidas por Estados y empresas transnacionales, promotoras del modelo
de desarrollo vigente, trae consigo fenómenos climatológicos que afectan al conjunto del planeta con graves consecuencias para la naturaleza, los seres vivos y para la población en general, sobre todo para lxs más vulneradoxs. Desde las voces en resistencia, defendemos una interrelación entre los diferentes territorios que no esté fundamentada en la homogenización cultural, la subordinación, la exclusión y la dependencia. Para ello, es necesario cambiar el modelo de producción-consumo, revitalizando los mercados de proximidad y fomentando la soberanía alimentaria. El modelo actual de urbanización es la manifestación del sistema capitalista, forma de desarrollo excluyente y depredador que solo beneficia al 1% de la población mundial. Ante esto es necesario coordinar las luchas por la defensa de los territorios con un enfoque integral del hábitat, luchando contra el embate neoliberal, contra los desalojos y los despojos, reivindicando: derechos humanos, derecho a la tierra, al agua, a la vivienda, a la ciudad y a la no ciudad, así como la función social de la propiedad y la producción social del hábitat. Desde Resistencia Hábitat 3, defendemos territorios para el disfrute de todas y todos en donde tengamos la oportunidad de participar en verdaderos procesos democráticos en la toma de decisiones, desde la escala barrial a la escala nacional e internacional. Mientras lo que se ha denominado “Nueva Agenda Urbana” de ONU-Hábitat ha sido elaborada en un bunker militarizado a espaldas de la gente, nosotrxs, pueblos, comunidades y habitantes, provenientes de 35 países del mundo, hacemos un llamamiento por el derecho a decidir con plena autonomía y desde la diversidad de género, etnia, cultura y proveniencia, desde los cuidados compartidos y la soberanía de nuestros cuerpos. Nosotrxs, lxs invisibilizadxs, el 99 por ciento de personas que habitamos este planeta, alzamos nuestras voces en contra de la exclusión, los desalojos y la criminalización de la protesta, exigiendo reconocimiento y respeto por las múltiples formas de habitar. Desde la mitad del mundo, avanzamos en la construcción de una Agenda Integral Hábitat por y para lxs habitantes, fortaleciendo las iniciativas populares como el Tribunal contra los Desalojos, y promoviendo la confluencia de los movimientos sociales en la defensa de nuestros territorios. n
Perros que aúllan la chatarra y callejean niños longos. Cantos de bocinas que encienden inquietudes tapias punzantes que cortan las alturas mientras se exportan orquídeas más allá del temblor. Esquinas languidecientes que prestan lienzo a palabras rebeldes en el tiempo. Cafés burguesachos para calentar estómagos intelectualoides y un redondel que no deja pensar porque no cesan las vueltas. Tripas con más hambre de silencio que de papas allí, donde los corazones humean al viento y el combustible carbura en los labios. Coloniales calles de laberintos de cables que electrocutan las almas. Vecinos que saludan al veçi cuando no compra en SuperMaxi y sueños… senos… seños… que pintan de colores los ojos de un casero. Pulgas a sucre que valen su peso en verse y verso, que estoy por descubrirte en las paredes deletrea en la Floresta tu más llano aforismo. Javier Pérez Gala
LA FLORESTA, MAYO 2016
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FEMINISMO
Columnista invitada
S O N R A D I CU de la justícia, y estuvimos ahí de pie junto con otras compañeras que también tenían alguien ahí dentro, que lloramos cuando salió, mientras nos abrazábamos. Y digo compañeras, aunque había compañeros, pero la mayoría éramos compañeras.
Alba Crespo Rubio (Dentro del Fanzine FIGAZINE, realizado por la colectiva de periodismo feminista La Observatoria)
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nosotras, a las otras. Tenernos en cuenta, tenernos cuidado. Saber quiénes somos y donde, saber qué y porqué hacemos, y saber cuando pedir ayuda, apoyo, amor. Sobre todo saber ofrecer y dar, a montones. Cuando podamos y cuando queramos.
Cuidarnos es aquello que nos mantiene vivas y fuertes, que nos hace más fácil salir y devorar la calle, la ciudad, el mundo...
Vivir y ser consciente de ello es complicado. Es más facil que todo pase por nuestro lado, veloz, y que miremos como pasa, se para y se va (o no). Lo que cuesta es agarrarte a eso y analizarlo, decepcionarte, enfadarte, indignarte, querer cambiarlo. Transformar la realidad. Ilusionarte, emocionarte, querer formar parte de ello. Porque cuando te implicas intensamente, los golpes son más intensos, las heridas más profundas, pero las alegrías, las sonrisas, también. Necesitamos un lugar donde aterrizar. Un suelo suave y acogedor bajo nuestros pies, que nos recoja al final del día, al final de la lucha (o entre lucha y luchas cotidianas). Y este esta hecho de brazos y manos, de vientres, de sexos, de orejas de oidos, de labios. No hace falta que sean muchas, sino cercanas. Necesitamos cuidarnos, mucho, las unas a las otras, para seguir. Represión El amigo, la compañera, que un día detuvieron en una marcha donde gritábamos para que no desalojaran un espacio okupado en el barrio, un espacio de convivencia, de resistencia. Todas corríamos delante de policiías militarizados hasta los dientes, que nos perseguían, creyéndonos (gritándonos) criminales. Cuando nuestras armas no eran más que la consciencia, el sabernos libres, y la firme decisión de no dejar que nos quiten todo eso que habíamos construido juntas. Nos atacaban, nos golpeaban, como animales. Eran ellos los ejecutores del sistema criminal. El amigo detenido, en riesgo de expulsión del país porque no tenía papeles: las compañeras que no dormimos buscando documentos, escribiendo y firmando declaraciones de “buena conducta”, que fuimos al día siguiente a la ciudad
La militancia. Asambleas, reuniones, encuentros para “tomar un café”, debates fuera de horas. Salir frustrada, triste. Sintiendo que no se llegó a ninguna parte, o al menos, no allá donde se deseaba que nos llevara la organización. Parece que me afectó más que a el, todo esto. ¿Por qué llega un punto en que no puedo más? ¿Por qué aguanto hasta entonces para buscar a los brazos de alguien entre los cuales deshacerme? Miro a mi alrededor, y al resto impasible. Frío, duro, parece que sabe qué hacer y como hacerlo. Yo dudo, me desespero para encontrar otras vías, soluciones, alternativas. Busco aprovación, consensos, puntos para hacerlo cómodo para todas. Muchas veces choco con paredes con pene que siempre tienen una idea mejor. Querer decir lo que piensas y hacerte pequeña. Hacerte grande, y decirlo, pero que todo sean gritos, y se te ponga en duda. No saber cómo hacerlo. Y lo haces, lo haces, y sale bien. Pequeñas victorias que hace falta celebrar. Pero que nos han costado la piel, y las fuerzas. La necesaria cerveza (o cervezas) de después, que cura y hace estrechos los lazos va bien para continuar caminando al día siguiente. A veces, pero, hace falta más. Hace falta una reconstrucción total del tejido epitelial que nos prepare para afrontar juntas la siguiente batalla. El amor mal entendido. Nadie nos había enseñado esto, que el amor no era lo que nos habían contado. Me encuentro desamparada ante cosas que no esperaba. Busco entre lo que creo que sé y no encuentro como salir de ahí: ¿qué hago si sé que no puedo, ni me gusta, retener a alguien a mi lado, si lo que creíamos las dos es que nos amabamos para siempre? No quiero ahogarme, prefiero descubrir que amar no es sufrir, no es esconder, no es huir de la capacidad de sentir amor por más de una persona, con más de una persona, y de maneras distintas. Aunque cueste romper muros, sobre todo los que yo misma he
ido construyendo. Seremos nosotras las que tendremos que rehacer el camino del amor, abriendo puertas y ensanchando los ojos y los corazones. Dándonos cuenta donde nos sentimos inseguras, y poner parches que con el tiempo y la práctica seran parte de nosotras. Huir de roles, de dominios, de pertenencias y hacernos unas relaciones a medida, de las que podamos decidir en todo momento el rumbo y la tripulación. Hemos sentido siempre que lo personal era privado, nos lo teníamos que comer solas. ¿A quién le interesa lo que sientes? ¿Qué te importa la vida de las demás? Nunca más tiene que ser así. No es nuestra culpa, no son temas íntimos: tienen que ver con aquello que nos rodea, como nos relacionamos con ello, como se nos impone la cotidianidad, un uso del tiempo para que no podamos compartirlo, hacerlo común, para evitar que socialicemos nuestras particularidades. Cuidarnos es aquello que nos mantiene vivas y fuertes, que nos hace más fácil salir y devorar la calle, la ciudad, el mundo; sobrevivir, a veces; superar derrotas, duelos, contraddicciones, convertirlas en experiencias de resiliencia. Luchar y transformar. Somos personas, por mucho que a menudo lo escondan, nos lo escondan, lo escondemos. Y como somos reales, frágiles, tenemos que hacer de los cuidados la base y el centro de todo. Querernos a nosotras mismas, querer, dejarnos querer. Y claro está, no querer a quien nos hace daño, expulsar aquello que nos destruye o nos impide construir, combatir a quién se oponga a que sigamos pensando que esta manera de caminar es posible. Ser felices o intentarlo con todas nuestras fuerzas. n
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BARRIO
Columnista invitado
Veci Ximo Díaz Boils
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odo el proceso, el que se resume en el diagrama que encabeza este artículo, puede explicarse recurriendo una vez más a Bertold Brecht: Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada. La deriva gentrificadora en América Latina no tiene en su intención diferencias sustanciales con otras derivas que ya se han dado en grandes ciudades del Hemisferio Norte y está bien estudiada: es el capitalismo en definitiva el que mueve la maquinaria con la intención de convertir barrios en centros de consumo, fachadas en escaparates, espacios de convivencia en espacios de negocio. El interés puede residir para los vecinos de la Floresta del siglo XXI en tomar conciencia de lo que se está dando, puesto que lo específico del caso de nuestro barrio es que se encuentra en fase de emergencia, aún sin un desarrollo que nos haga verlo como irrevocable. Los aspectos específicos de los procesos de gentrificación en ciudades de América Latina se han venido dando también en la ciudad de Quito de forma visible, manifestándose por ejemplo en el hecho de que la administración pública ha sido la principal promotora del mismo. El fenómeno vivienda social, con sus sucesos
de corrupción colaterales, se puede asociar al otro proceso, al global consistente en desplazar a la gente con menos recursos hacia zonas de marginalidad y fuera de su entorno. La Ciudad Bicentenario en Pomasqui es un ejemplo. Minúsculas viviendas formando largas hileras en áreas impersonales y carentes de servicios básicos suelen aparecer como el reverso casi obligatorio para las familias desplazadas de los centros históricos y las zonas monumentales que han habitado desde tiempo atrás. Por supuesto, los poderes públicos no actúan solos y es el impulso de un modelo de ciudad a la europea lo que está latiendo en su interior, con importantes coaliciones entre dichas entidades publicas y los intereses privados que las apoyan. El mercado inmobiliario necesita seguir obteniendo beneficios de la ciudad. Hay incluso un modelo, importado de Europa, aún más difícil de combatir donde las corporaciones locales han llegado a crear sus propias empresas gestoras que son las que ejecutan los planes prediseñados, con la violencia de la fuerza de orden público de su parte. Esta tendencia está teniendo su respuesta en cierto modo. En el mercado de San Roque se han desarrollado actividades tendentes a compensar la persecución que han sufrido las personas que se dedican a las denominadas actividades económicas informales en ciertas zonas de la ciudad por considerarse inapropiadas (esencialmente para turistas no latinoamericanos, los cuales sin embargo valoran en ocasiones dicha forma no mediatizada del comercio puesto que en sus ciudades de origen el proceso de gentrificación está más avanzado que en el propio Quito y lo conocen bien). A este concepto de informalidad, jun-
to con el otro, igualmente confuso, de desorden en la organización de la vida en la ciudad hacen referencia a menudo representantes públicos, personas con intereses económicos y medios de comunicación oficiales. A este respecto vale la pena echar un vistazo a artículos como el aparecido el pasado 4 de noviembre en La República bajo el título De los Hipsters, el cereal y la gentrificación, en el que, sin ahondar en las motivaciones reales de los procesos de usurpación del capitalismo, se hace un lavado de cara de los mismos y se ignora as-
Es el sistema el que primero ha vaciado de significado esos espacios y luego les ha dado un sentido nuevo, uno en el que el consumo es el eje transversal. pectos clave de la realidad de las personas. Es cierto que muchos barrios precisan de actuaciones (urgentes en ocasiones) para dignificar la vida de las personas que los habitan pero también lo es que detrás de ciertos discursos se esconden intereses en ocasiones alejados de las personas, y que el orden que se reclama es a menudo el que se respira en los centros comerciales. Un punto de vista más profundo es seguramente el que vincula clase social y urbanismo, ese que reflexiona sobre el sujeto
que habita las ciudades contemporáneas y cómo quiere el capitalismo que éste sea. Sumiso, domesticado y carente de una identidad. Y probablemente sea así mismo como quiere también los espacios que éste habita: manipulables. Es el sistema el que primero ha vaciado de significado esos espacios y luego les ha dado un sentido nuevo, uno en el que el consumo es el eje transversal. Ese espacio, a decir de M. Amorós, oscila entre el estadio deportivo, el centro comercial y la cárcel. En este contexto físico, la domesticación del individuo se ha acelerado de forma decisiva a la misma velocidad a la que la lucha de clases ha perdido fuerza. Es difícil saber si hemos llegado en la Floresta a la penúltima fase, si ya hay quien ha tenido que marchar del barrio camino de algún lugar menos glamouroso. Lo que sí se sabe, y es fácil de constatar, es que cada vez más viviendas de la Floresta se alquilan sólo para oficinas y que los precios son también cada vez más europeos. Dando por hecho que hay un cierto consenso en torno a estas reivindicaciones, y que los grupos vecinales más combativos se están tomando muy en serio el hacer frente al proceso gentrificador, es importante tomar conciencia también de qué es lo que realmente hay en juego y cuáles son las contradicciones que surgen cuando se afronta el mismo. En este sentido, es importante generar un debate clarificador en el que se planteen preguntas incómodas pero que pueden ser útiles para una acción consciente y transformadora, con la premisa de que el apoyo mutuo ha sido históricamente el arma que más ha temido el capitalismo. Y puede que hablar de autoorganización en este momento y en este lugar de América Latina suponga responder a una pregunta que no logro sacar de mi cabeza: ¿qué rayos significa ser veci?. n
no regales juguetes bélicos y sexistas No olvidemos que el juego prepara a nuestros hijXs para enfrentar la vida, incentivemos los aspectos positivos, la creación, el compartir, la solidaridad, el vínculo con la naturaleza, la equidad de género, la lectura...eso no se encuentra en una matralleta, una muñeca barbie o un cuchillo de combate. ¡NO REGALES VIOLENCIA!
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NOS CUENTAN
Opinión
Los mercados de pulgas en la ciudad de Quito La economía informal en la ciudad
Fotografía: Santiago Cadena
Laura Boada @BoadaLau
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a tendencia de organizar mercados de pulgas se está tomando la ciudad de Quito. Es habitual ver que cada fin de semana existe una opción para la compra y venta de ropa y artículos de segunda mano, o espacios también conocidos como los mercados de pulgas. Estos sitios son bastante bien acogidos por los residentes de los barrios en donde se realizan las ferias. En la ciudad de Quito y los Valles, podemos citar la existencia de alrededor de 12 mercados de pulgas que tienen una amplia oferta de ropa, juguetes, y otros artículos. Los precios de los artículos van desde $0,25; $0,50; $1; $5 y $10, muy pocas prendas se venden sobre los $15 y los $20. Todo esto a diferencia de una prenda nueva, la misma que no baja de los $30. Los mercados de pulgas no sólo surgen como una iniciativa sostenible de consumo de ropa, zapatos y artículos varios, que si bien son objetos usados, se encuentran en buenas condiciones. Es decir, existe un potencial incremento en la preocupación por la reutilización, y este factor sin duda incrementa aún más las ventas en este canal de distribución de prendas de vestir y otros artículos. Adicionalmente, los mercados de pulgas se enmarcan dentro de la economía informal. Son espacios que se caracterizan por la poca o nula restricción en el acceso a los mismos, en términos de capital, habilidades y organización; además se tratan de espacios auto-gestionados de manera familiar y/o colectiva; poseen una pequeña escala de operación; son espacios intensivos en mano de obra; y finalmente tienen alta competitividad y baja regulación.
cerveza artesanal
Carmita Molina, participante de los mercados de pulgas asegura que los feriantes participan porque les gusta, porque han hecho amistades y pueden compartir un momento de conversación. Ella manifiesta que existen tres tipos de personas que acuden a estos espacios: 1. En muchos casos los participantes no cuentan con un trabajo fijo, por lo tanto los mercados de pulgas son una fuente de ingreso para sus hogares, para cubrir especialmente los gastos de la casa. 2. También hay jóvenes que ofrecen ropa y artículos para obtener un ingreso que les ayude a cubrir sus estudios y/o proyectos propios. 3. Y finalmente hay personas que no sabían qué hacer con tantas cosas que tenían en la casa, y el mercado de pulgas es una puerta abierta para sacar todo lo que han tenido guardado en la casa y que ya no usan.
También, aunque en menor medida, es una oportunidad para las personas que no tienen un almacén, por ejemplo personas que hacen un producto y quieren darlo a conocer. Según Carmita, la mayoría de las participantes son mujeres. Los hombres no salen a vender solos, siempre salen con sus esposas. Si hablamos en porcentaje, hay sólo un 5% de hombres. Y las edades de los y las participantes van desde los 25 años en adelante. Carmita asegura que la proliferación de los mercados de pulgas se debe a que las distancias en la ciudad de Quito son largas, entonces la gente del norte de la ciudad no va a las ferias en el sur de la ciudad. De Calderón, no llegan a la Floresta. De la Floresta no van a Conocoto. Haciendo referencia a los compradores. La gente de las ferias de Tumbaco por ejemplo, es gente que viene de Tumbaco.
Lo que más se vende es ropa. Adornos baratos, utensilios de cocina, pero que sean baratos. De la ropa lo que más se vende son camisas de hombre, camisetas de hombre, pantalones de hombre, blusas de mujer, chompas de hombre, pero que sean bonitas, pantalones de niño y pocas camisetas. En cuando a los precios de las mesas en las ferias, estos van desde $35, $30, $15, $10, $8, $5. En las ferias más costosas, el espacio en ocasiones se divide entre 3 personas. Respecto a las ventas, no se puede especificar un día bueno o malo de ventas. Hay personas que no venden, otros venden $40, otros venden más de $300 en las ferias más grandes. Ciertamente, la evidencia empírica muestra que los mercados de pulgas no sólo ofrecen beneficios económicos, sino que también ofrecen beneficios de adquisición y sociales tanto para los compradores, así como para los vendedores. n
ALGUNOS DE LOS MERCADOS DE PULGAS EN LA CIUDAD Y SUS ALREDEDORES
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URBANISMO
Entrevista
Fotografía: CC0 (Dominio público)
“Cumbres como Habitat III son una farsa” Jordi Borja Tomado de: Revista Semana
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l urbanista Jordi Borja, famoso por transformar a Barcelona y liderar hoy las protestas contra las políticas urbanas de Naciones Unidas, se encuentra en Bogotá en un foro de la Universidad Nacional y la UIS. Semana.com lo entrevistó. Semana.com: Junto al urbanista argentino Fernando Carrión usted creó el foro Hábitat III alternativo, que tuvo lugar en paralelo al que convocó Naciones Unidas esta semana en Quito. ¿Por qué hacer esa disidencia? Jordi Borja: Porque estas conferencias, y otras como las de cambio climático, son una farsa. Son pura retórica: denuncian problemas más que archisabidos, pero no muestran los mecanismos causales y los actores responsables. Los compromisos que se aprueban, como la Nueva Agenda Urbana firmada el jueves en Quito, son genéricos y no indican quiénes los asumen. Semana.com: ¿Cuáles son los verdaderos problemas de la agenda urbana global? J.B.: En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas. Consulte: Manizales, la ciudad que quiere ser Boston Semana.com: ¿A qué se refiere con urbanización sin ciudad? J.B.: A una socialmente excluyente, económicamente más especulativa que productiva, culturalmente miserable, absolutamente insostenible y políticamente sólo gobernable por vías opacas, por el
miedo y la represión preventiva. Contra la urbanización sin ciudad hay que promover la ciudad compacta: mixtura de poblaciones y actividades, centralidades integradoras y articulación con las otras ciudades de la región urbanizada. Semana.com: ¿Se puede promover una ciudad compacta con megaproyectos de vivienda de interés social? J.B.: Los sectores populares, de bajos ingresos, son los que más necesitan de la ciudad. Es una aberración contraria a la lógica, a la justicia y a la cultura ciudadana promover conjuntos de vivienda social en las periferias sin calidad de ciudad; en zonas reservadas, sin centralidades propias y sin convivir con los sectores medios y altos de la sociedad. La mezcla es la razón de ser de la ciudad, un lugar de gentes libres e iguales. La ciudad debe ser reductora de las desigualdades. Semana.com: La ONU sostiene que el diseño de políticas públicas urbanas debe estar primordialmente en manos del Estado. ¿Qué opina? J.B.: Las ciudades no viven aisladas. Todo lo contrario, las ciudades grandes y medianas polarizan sus entornos y sus periferias. Los gobiernos locales, incluso en las grandes ciudades, a pesar de sus grandes limitaciones pueden diseñar lo que quieran. La cuestión entonces es si pueden ejecutar sus planes o proyectos. Por su parte, los Estados definen los recursos, las grandes infraestructuras, los transportes regionales y nacionales y diseñan las políticas sociales, de vivienda, urbanística, la propiedad, pero no tienen sensibilidad ciudadana ni conocen la integralidad de la realidad urbana. Es decir, los gobiernos estatales o nacionales son enemigos, conscientemente o no, de las ciudades. Semana.com: Entonces, ¿cuál es la salida? J.B.: Lo que llamamos el ‘Derecho a la ciudad’. Que los ciudadanos se tomen la
ciudad supone diseñar políticas integrales, no sectoriales, con el protagonismo de los colectivos ciudadanos. Una mezcla entre derechos urbanos: vivienda, espacio público, servicios básicos, transportes, entre otros, y derechos sociales, económicos, sostenibles, culturales y políticos. Semana.com: ¿Qué deben tener esas políticas? J.B.: Deben afrontar las causas, la especulación urbana, el control público del sistema financiero, la legislación urbanística que impida la urbanización y los enclaves o barrios cerrados y la recuperación de la gestión pública de los servicios de interés general. No puede ser sólo una aspiración a una ciudad justa. Semana.com: Como soluciones se promueven estrategias como el reverdecimiento de la ciudades o métodos alternativos de transporte. ¿Cree que estas medidas son suficientes? J.B.: Las regiones urbanas deben integrar reservas naturales por razones de sostenibilidad, de paisaje, de separación de las zonas construidas y densas, de reducir a mínimos la contaminación y el calentamiento del planeta, para evitar el despilfarro de recursos básicos no renovables a corto plazo. La actividad económica debe estar al servicio de la sostenibilidad y de la reducción de las desigualdades sociales. Sobre los medios de transporte, todos son buenos, excepto el carro privado, algo que tiene que desaparecer de la ciudad. Probablemente en menos de 20 años, el carro privado desaparecerá o será un lujo raro. Se generalizaran los carros alquilados. Semana.com: ¿Hasta qué punto las nuevas tecnologías o la innovación pueden dar respuestas a los urbanistas? J.B.: Pueden ser liberadoras, pero también opresoras. La big data y la acumulación de información concentrada en las cúpulas del poder político y en las grandes empresas son un peligro enorme para la ciudadanía, no solamente por el control
sobre ella, sino por la manipulación de las informaciones y de los comportamientos. Vivimos en sociedades desiguales, en Estados de democracia limitada, más o menos oligárquica. Las tecnologías de información y comunicación pueden ser un instrumento fantástico para generar redes, asociaciones, formas de cooperación y de intercambio, de generación de ideas e iniciativas, tanto en relación con la ciudad o con su entorno inmediato, pero también iniciativas económicas, culturales, incluso políticas, desde la base de la sociedad.
Contra la urbanización sin ciudad hay que promover la ciudad compacta: mixtura de poblaciones y actividades, centralidades integradoras... SEMANA: ¿Cómo se comportan las ciudades latinoamericanas frente a estos problemas de la agenda urbana? J.B.: Las grandes ciudades latinoamericanas y europeas tienen problemas similares, aunque las magnitudes no sean las mismas. Los desafíos y los problemas no son muy diferentes, pero las soluciones casi siempre son propias de cada ciudad: las prioridades, las urgencias, la cultura urbanística acumulada, los marcos políticos y jurídicos, el grado de democracia en los niveles local y estatal, el grado de desigualdad social, etc. No hay democracia si las desigualdades son grandes. No hay democracia local si no hay justicia espacial. n
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llamado a la SOLIDARIDAD
con el pueblo S H U A R
Por la autodeterminación de los pueblos
Más información en: bit.ly/shuar
Fotografía de Ókin y cortesia CONFENIAE
Hemos sacado este número con el acompañamiento sonoro de: Los Cocineros, Stravinsky, Los Ángeles Azules, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Gipsy Kings, Skalariak, La Danza del Petróleo de Los Wembler´s de Iquitos, Cumbia All Stars. Hemos tomado trópico seco, caña manabita, cervezas, maitos, más cervezas, una que otra empanada de la casa y más cervezas.