Villa del mar

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B.8__Viernes 7 de marzo de 2014, Trujillo, La Libertad

TURISMO

La Industria

GuíaÚtil

> UN ACOGEDOR APOSENTO ENTRE LAS BLANCAS ARENAS DE ZORRITOS, EN TUMBES FOTOS: G. SÁNCHEZ.

CÓMO LLEGAR

De Trujillo a Tumbes hay 12 horas de viaje. Las empresas que cubren esta ruta son El Dorado, Emtrafesa, Flores y otras. Las tarifas van de 60 soles a más, dependiendo de la calidad del servicio. Si convencemos al chofer, es posible bajar en la misma puerta de Villa del Mar Bungalows, que está en el kilómetro 1228 de la Panamericana Norte, de lo contrario debemos tomar un taxi o una combi que nos traslada de Tumbes a Bonanza por 10 u ocho soles (40 kilómetros). Máncora está a 50 kilómetros de distancia y Punta Sal a solo 24.

PARA EL RELAX

Los placeres del mar en la villa de los sabores UN DESTINO PREFERIDO POR VERANEANTES PERUANOS Y ECUATORIANOS PARA RELAJARSE Y COMER BIEN. Guido Sánchez Santur guidosanchez@laindustria.pe

En 1985, en plena violencia terrorista, Giovanna Espinoza Verástegui, cargó a sus dos pequeños hijos y partió a Estados Unidos en busca de un futuro promisorio, con el alma partida al dejar a sus padres, hermanos y amigos. Como buena piurana, es jocosa, dicharachera y jaranera. Eso le valió mucho para sobrevivir los primeros años, ganándose algunos dólares en las fondas, restaurantes y bares a donde llegaba, con guitarra en mano y su inseparable Cristian, a interpretar cuanta canción le pedían los comensales. A pesar que su padre, Salvador Espinoza Barba, es un próspero empresario de Piura, ella nunca se atrevió a pedirle ayuda, quería hacerse sola “porque él nos enseñó a trabajar y esforzarnos desde pequeños”. Embajada peruana Es así como, sin apartarse de su pasión por la música, se convierte en una conocida profesional de la cosmetología, con lo que compró una amplia casa en Washington, donde acogía a peruanos y latinoamericanos de toda estirpe o condición, quienes le tocaban la puerta atraídos por la exquisita comida que ella les convidaba, de tal modo que a su vivienda la bautizaron la ‘Embajada peruana’. Con la fama encima, hace tres años, su añoranza por la patria la venció y, en su moderna camioneta y su inseparable Cristian, cruzó las fronteras de México, Centroamérica y 17 días después ingresaba por Ecuador a Perú para asentar sus reales en Bonanza, en el distrito de Zorritos, a 45 minutos de la calurosa Tumbes. Como ella no puede son su genio, lo que empezó construyendo con un diseño muy personal, que incluía amplias habitaciones para su confortable estancia frente al mar de aguas calientes, entre las blancas arenas de las extensas playas del norte, poco después pasó a ser Villa del Mar Bungalós en el que hospeda, como si fueran su familia o viejos amigos, a quienes buscan tranquilidad y buena sazón. En este acogedor lugar nos recibe Giovanna, una mujer curtida por el sol y “la vida bien vivida”, según nos confiesa con orgullo, con su entusiasmo contagiante y su persistencia inquebrantable. Compartir la me-

Los sábados y domingos, una orquesta que interpreta música variada ameniza la tarde para refrescarse o comer en el bar o la amplia discoteca que están en el tercer piso. Desde esa terraza armada con troncos de algarrobos piuranos, se domina el horizonte que se pierde en el mar y admirar la alegría de grandes y chicos que juegan en la piscina que está en el primer piso.

LOS MANGLARES

ACOGEDOR. Es el único del lugar.

UN LUJO. Uno de los atractivos de este refugio paradisiaco.

Sorpresas y ocurrencias

SUNSET. Un maravilloso atardecer para quienes visitan la zona. Anímese a disfrutarlo.

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Es así como, sin apartarse de su pasión por la música, se convierte en una conocida profesional de la cosmetología, con lo que compró una amplia casa en Washington.

ORIGINAL. Los comentarios son elogiosos para el lugar.

sa con ella es asegurarse una buena charla, matizada con bromas y vivencias ejemplares que nos hacen sentir como en casa.

En los siete bungalós acoge a familias o grupos de peruanos y ecuatorianos deseosos de descansar frente a ese mar que en las mañana se retira y ex-

tiende una prolongada playa y en las tardes, con el reflujo de la marea, se aproxima a humedecernos los pies, mientras disfrutamos del sol, ingiriendo una bebida en las sillas dispuestas bajo la sombra que nos proveen los toldos acondicionados en la orilla. No sé si es porque estoy comiendo con la mirada fija en ese ese extenso mar turquesa, pero los platos que nos sirve el chef Dinter Peña Tocto son delicias para el paladar: mariscmyk

Juan y Teresa cumplen un aniversario más de su matrimonio y decidieron pasarla en Villa del Mar, acompañados de su niña de tres años. Después de caminar por la playa, jugar con las olas del mar, comparten una cena romántica, bajo el cielo rojizo que dejan los rayos del sol tropical, de pronto Giovanna se aparece con un globo que en un costado tiene impreso un corazón y los invita a elevarlo como símbolo de su amor interminable. Lo que era una celebración de pareja se convierte en la fiesta de todos, el resto de huéspedes se suman al jolgorio, ayudando a levantar el globo que se cae a cada instante por la fuerza del viento, hasta que alguien sugiere que debemos ir un lugar donde no corre aire y al fin ese corazón brilla en el cielo, surcando el oscuro firmamento. Teresa, con los ojos humedecidos por la emoción, solo atina a darle un prolongado beso. Es mi primera noche aquí y realmente me siento en familia. “Cada comensal es un amigo”, sonríe, Giovanna.

cos a la parrilla, cebiche a lo villa del mar, arroz con mariscos con toque norteño, langostinos al panco y a la quinua (con salsa de maracuyá), cebiche de conchas negras, pescado a lo macho (filete de pescado bañado con mariscos), causa maqui (coronada con langostinos saltados) y otras exquisiteces con productos marinos.

Desde aquí uno puede desplazarse a los Manglares que crecen aprovechando la mezcla de las aguas saladas del mar y las dulces de los ríos que desembocan cerca a Puerto Pizarro. Dentro de este ecosistema encontramos a los afamados concheros y cangrejeros que nos cuentan historias increíbles. O regocijarnos con el revuelo de las aves en la Isla de los Pájaros o admirar a los cocodrilos y caimanes que reposan en el zoocriadero.

AMOTAPE

El Parque Nacional Cerros de Amotape está muy cerca y conserva diversas especies de vegetales y animales endémicas, inclusive en su interior afloran aguas termales en las que podemos bañarnos para combatir algunos males del cuerpo. Está situado en la parte norte de Piura y el extremo sur de Tumbes. Es el ejemplo mejor conservado de bosques secos ecuatoriales en toda la región del Pacífico. Anteriormente estos bosques cubrían la totalidad de Tumbes, Piura y Lambayeque en Perú, y de El Oro y las regiones costeras de Guayas en Ecuador. En los puestos de control existen facilidades básicas para pernocte de visitantes. Los guardaparques ofrecen información verbal a los visitantes. Al interior del Parque existen senderos y dos miradores turísticos naturales. Además, en el sector de Quebrada Faical se ha construido la Estación Biológica El Caucho que provee buenas facilidades para visitantes


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