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Sawar

Revista mensual y digital sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia Junio de 2013. Número 4 ISSN: 2340-387X

Pasado, presente y futuRo de los

Escalera del Museo Ramón Gaya

MuSEoS de la ciudad

El valoR

de un MuSEo


Revista mensual, digital e independiente sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia

Sawar

“El poder político no puede ni debe estar subordinado al poder económico. Mientras el mundo ha avanzado muchísimo en ámbitos científicos y tecnológicos, hemos olvidado los valores, la ética. La ciencia y la técnica, como los mercados y la economía, son instrumentos importantes, pero instrumentos al servicio de fines, de valores, que, si no son éticos, ¿qué son? Yo lo comparo con la historia del avión que se pierde y el piloto que dice: ‘Señores, nos hemos perdido, pero no se preocupen porque mantenemos una velocidad excelente’. La pregunta es, ¿y a dónde vamos? La tecnología nos dice qué se puede hacer. La ética nos dice qué se debe hacer. Cada vez vamos más deprisa en este barco Tierra, pero, ¿en qué dirección?

ISSN: 2340-387X SaWaR MuRCIa Revista mensual, digital, gratuita e independiente sobre historia, patrimonio y turismo editada en la ciudad de Murcia por Pedro Serrano Solana Junio de 2013

José Esquinas Entrevista para la revista IO* de Intermón Oxfam (nº22, septiembre de 2011)

* http://www.intermonoxfam.org/es/documentos/13/10/11/n-22


ajuar: del árabe hispánico “assiwár” o “asuwár”, y éste del árabe clásico

“sawar”

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sumario Editorial El Museo: De casa de las musas a casa de todos la evolución del concepto

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Reflexiones en el Día Internacional de los Museos: memoria y creatividad Por Luz María Gilabert González

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Museos de Murcia

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El Museo de (para) la Ciudad

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trabajo en un museo

origen y desarrollo El Sistema Regional de Museos

Por Consuelo Oñate

Por Teresa Mª Fernández Cabada

y Mª José Pérez Turpín

31 46 47 La cultura y el patrimonio histórico, artístico y natural son el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e inmateriales que recogemos de nuestros antepasados y que debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y transmitir a las generaciones venideras. Es lo que nos une al pasado y al futuro. Es de todos.

El valor de un museo los museos de Murcia, hoy y mañana

ICoM: Declaración de lisboa (2013) así fue el número anterior


Detalle de ‘la cena’ de francisco Salzillo (1761) Museo Salzillo de Murcia*

http://www.museosalzillo.es/coleccion/iglesia-de-jesus-pasos/la-cena/


editorial

Lo útil y lo bello Hoy en día nos encontramos con algunas ideas preconcebidas y quizá demasiado extendidas que convendría ir derribando. Una de ellas, tal y como se ha venido mostrando en estas mismas páginas digitales, es que el desarrollo económico es incompatible con el cuidado y puesta en valor del patrimonio histórico. Otro ejemplo es aquel que considera a las materias llamadas ‘de ciencias’ como superiores, como las más apropiadas para aportar algo al mercado laboral y ser recompensado salarialmente, mientras que las disciplinas ‘de letras’ son como un florero: bellas pero poco útiles más allá del tiempo que dura su contemplación o una simple partida de Trivial. La humilde y sincera misión de esta revista, en su pequeño ámbito de acción y con los escasos medios disponibles, es dar a conocer el patrimonio y la historia de Murcia desde diversos puntos de vista, sin eludir el conflicto cuando dicho conflicto exista y siempre de manera sosegada y rigurosa. Sawar pretende reivindicar la importancia de las humanidades como elemento esencial en el desarrollo de la sociedad murciana. Las humanidades nos transmiten los valores a los que aludía José Esquinas en el texto elegido para abrir este número de Sawar, unos valores sin los cuales estamos perdidos como individuos y como especie. El respeto, la tolerancia, la paz, la solidaridad y la búsqueda del interés general nacen en parte del conocimiento de nuestro pasado en el marco de una historia común. Podemos ampliar o reducir la escala, pero en ese pasado y en todas las expresiones del ser humano están las claves para entendernos a nosotros mismos y a nuestros semejantes. En nuestras obras de arte, en nuestros monumentos, en la música, en los libros, en el teatro, en el cine... Si cultivamos las humanidades no estamos perdiendo el tiempo, ni siquiera estamos entregándonos al placer por el placer -que también-: estaremos aprendiendo a situarnos y a poner las cosas en su sitio. Estaremos progresando de verdad, porque el progreso no sólo se mide con cifras macroeconómicas. Hay unos lugares especiales que nos invitan a reflexionar sobre nuestra condición. Unas instituciones antiguas pero sin polvo. Se les ha llamado y aún se les considera ‘templos’, en algunas ocasiones con sentido peyorartivo, pero un templo no tiene por qué ser malo: son lugares en los que se rinde culto al saber. Conservan, estudian, exponen y difunden una parte importante de nuestro patrimonio. Son los museos, espacios donde todos somos iguales, donde podemos sentirnos seguros y mirarnos al espejo. ¿Cómo, cuándo y por qué razón se crearon los museos? Y en Murcia, ¿cuál ha sido su trayectoria? ¿Qué hacen nuestros museos en la actualidad? ¿Conocemos lo que hay dentro de sus paredes? Y una pregunta que resulta obligada en el momento presente: ¿Cuál es su situación económica? Hoy todo está siendo replanteado, todo está

siendo revisado pero no siempre con tino. La crisis es un arma de doble filo que puede ayudar a corregir errores y de la que podemos salir reforzados moral y materialmente, pero también puede ser nuestra perdición si no se gestiona con acierto y con la vista puesta en el bien común. Por eso Sawar se aproxima a los museos de Murcia, para saber en qué punto están a día de hoy, cómo hacen frente a la dureza de la crisis económica y de los recortes y qué futuro les espera. Tampoco podemos olvidar a los trabajadores, a las personas formadas para la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio que albergan los museos, y de cuya valoración moral, que debe verse plasmada en una retribución justa y en una consideración profesional apropiada, se intuye si en verdad valoramos nuestra cultura. Los museos no son un lujo, no son prescindibles. Son bellos y son útiles, porque dichos términos, sin ser sinónimos, tampoco son incompatibles. Los museos de Murcia hacen falta a los murcianos y también a las personas que nos visitan. Más allá del rendimiento económico que pueden dar como elementos de interés turístico, proporcionan un rendimiento a largo plazo que es educativo y moral, que es esencial e invisible. El problema es que, en nuestro actual sistema de valores contaminado por lo económico, lo que no se ve y lo que no reporta dinero de manera inmediata, es considerado inútil. Debemos poner freno a dicha concepción. Para dibujar el panorama general de los museos de la ciudad de Murcia, Sawar ha hablado con los directores de varias instituciones museísticas y con personas relacionadas con este ámbito: desde la Administración hasta los profesionales del sector y las asociaciones de amigos. Este número cuenta además con tres valiosas colaboraciones: un texto de Consuelo Oñate, Coordinadora del Museo de la Ciudad, donde se hace un repaso al espíritu y la labor de esta joven y activa institución museística; otro texto redactado por Teresa Mª Fernández y Mª José Pérez, que nos ofrecen su visión del trabajo que realizan en el Departamento de Didáctica y Acción Cultural del Museo Arqueológico de Murcia; y un artículo de Luz María Gilabert González, Doctora europea en Historia del Arte, que nos trae sus reflexiones sobre el lema del Día de los Museos 2013 aplicado a las transformaciones experimentadas por los mismos en los últimos trescientos años. El lema, ‘Museos (memoria + creatividad) = progreso social’, recurre formalmente a las matemáticas, pero sustituye los números y su aplicación más usual en los últimos tiempos, la de la economía, por palabras con un profundo significado. Volviendo sobre las ideas de José Esquinas, en plena tormenta financiera los museos vienen a recordarnos que son un medio, como la economía o la tecnología; que son un instrumento al servicio de un fin social: la reflexión, la igualdad y el progreso de todos. Un progreso sin exclusiones. Sawar 5


El MuSEo

de casa de las a casa de los museos han existido desde antiguo, pero su misión se ha ido agrandando al mismo tiempo que reducían su distancia a la ciudadanía. Con el paso de los siglos, la actividad de estas instituciones ha ido multiplicándose y diversificándose, y la proximidad con la sociedad en la que se asientan se ha materializado en una utilidad y dinamismo crecientes. a día de hoy los museos ya no descansan sobre las nubes, y además, los construidos en los últimos años tampoco poseen esas columnas clásicas y esos frontispicios que provocaban seriedad y reverencia; ahora causan sorpresa, entretienen, enseñan, transmiten valores, integran. vamos a intentar resumir el origen y la transformación de los museos, lugares que han pasado de ser la casa de las musas a ser la casa de todos. 6 Sawar

MuSaS toDoS


fachada del Museo arqueológico de Murcia - Fuente: Pedro Serrano


la palabra inspirada por las nueve hijas de Zeus y Mnemósine

Escultura de la musa Erato**

Tal y como nos recuerdan los manuales sobre museología, la palabra ‘museo’ proviene de un término griego, ‘mouseion’, que tras pasar por el latín ‘museum’, designa hoy a lo que la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 define como “instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan, comunican, investigan y exhiben para fines de estudio, educación y contemplación, conjuntos y colecciones de valor artístico, histórico, científico y técnico o de cualquier naturaleza cultural”. La definición de la Real Academia Española de la Lengua simplifica la anterior y añade un matiz importante: “Institución sin fines de lucro, abierta al público, cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de los objetos que mejor ilustran las actividades del hombre, o culturalmente importantes para el desarrollo de los conocimientos humanos”. Sea como fuere, lo inmutable es la raíz mitológico-religiosa del museo, que además comparte con la música: ambas provienen de las musas, las nueve deidades hijas de Zeus y Mnemósine que, bajo el auspicio de Apolo, protegían las ciencias y las artes liberales, especialmente la poesía. Así se narra en el artículo “Espacios para el arte: lugares en continua redefinición”*, firmado por Eloisa del Alisal, técnico de artes plásticas del Instituto Cervantes de Madrid, en el que también encontramos los nombres de estas musas inspiradoras del arte: Caliope, Clio, Erato, Euterpe, Melpomene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Uraniaran.

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Según contó Estrabón en el siglo I A.C., fue Tolomeo Sóter, rey de Egipto, el que fundó en el siglo III A.C. un complejo arquitectónico con sede en Alejandría, el ‘Mouseion’, compuesto por la famosa biblioteca, un observatorio astronómico, un jardín botánico, salas de estudio y trabajo y una colección de objetos raros y variados conocidos como ‘mirabilia’, palabra que designa a un conjunto de cosas admirables y de la que posteriormente derivó el término ‘maravilla’. Por medio de Estrabón sabemos pues de la existencia de este primer museo, una institución compleja e interdisciplinar entregada al conocimiento y totalmente ligada al poder, formando parte, de hecho, del propio palacio de Tolomeo. Por tanto, podemos decir que el primer museo estaba sostenido por el Estado y destinado al uso de una élite, bajo la dirección de un sacerdote y el auspicio de Apolo y de las musas. El concepto de museo no volvió a ser definido hasta que, en el siglo XV, el italiano Paolo Giovio empleó el mismo término para su colección de arte, alojada en un palacio en el lago de Como. Poco después, el humanista francés Guillaume Budé, precursor de la Biblioteca Nacional de Francia, habló del museo como casa de las musas y lugar de estudio de las nobles disciplinas que son propias de la actividad artística.

* http://seer.ufrgs.br/EmQuestao/article/view/2981/2034#autorv ** http://www.pinturayartistas.com/wordpress/wp-content/uploads/2012/mitologia/9musas/escultura-musa.jpg


Sarcófago de las Musas (siglo I) conservado en el Museo de la Catedral de Murcia Fuente: ‘Museos de la Región de Murcia’, Consejería de Industria, Comercio y Turismo, 1983.

Las definiciones más recientes del museo, que comenzaron a generarse hace dos siglos, están ya influenciadas por los postulados de la Ilustración y marcan un fin último distinto, o al menos complementario al de la mera conservación o estudio del patrimonio por parte de una minoría de personas formadas: por ejemplo, a finales del siglo XIX, el norteamericano George Brown Goode, director del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, afirmó que en un museo se guardan los objetos que explican los fenómenos de la naturaleza (‘naturalia’) y la obra del hombre y la civilización (‘artificialia’), para el aumento del saber, la cultura y la ilustración de un pueblo; es decir, que el museo está destinado a un bien público como es el acrecentamiento de la cultura. Y ya en el siglo XX se va configurando el concepto de museo con los primeros artículos que tratan otros aspectos fundamentales en la misión de estas instituciones: así, Foyles y Crep apuntaron su idea de cómo debía ser un museo en cuanto que continente; el primero habló de un espacio cómodo, bello, funcional y estético, arquitectónico y plástico. Y el segundo añadió que el museo debe tener un recorrido sencillo y fácilmente reconocible. La personalidad más influyente en la museología del siglo XX, en la moderna definición de museo y en la organización internacional de estas instituciones, fue Georges Henri Rivière* (1928-1985). El primer director del ICOM**, el Consejo Internacional de Museos creado en 1946, definió el museo como un establecimiento permanente de interés general, dedicado a conservar conceptos, a estudiar y a hacer valer por diversos medios y, sobre todo, a exponer para deleite y educación del público, un conjunto de elementos de la vida cultural. De ese modo, Rivière añadió las ideas de investigación y deleite, aunque a lo largo del siglo pasado, otras personas y entidades fueron enriqueciendo la definición con nuevas funciones y perspectivas, como la Enciclopedia Británica, la Enclopedia Soviética y la Asociación Americana de Museos. En la actualidad, el propio ICOM explica que la definición de museo ha evolucionado en línea con el desarrollo de la sociedad, y que desde su creación, el Consejo la actualiza según las necesidades de la comunidad museística global. La última actualización se acordó en la 21ª Conferencia General en Viena, en el año 2007, y en ella ya vemos que el acento está marcado en el carácter de institución sin ánimo de lucro y al sercicio de la sociedad:

“El museo es una institución permanente sin ánimo de lucro al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y de su entorno por razones de educación, estudio y disfrute” A continuación, Luz María Gilabert González, Doctora europea en Historia del Arte, nos acerca al devenir del museo moderno y contemporáneo en los últimos dos siglos, partiendo del lema del Día de los Museos 2013.

* http://books.google.es/books/about/La_museolog%C3%ADa.html?id=WcsnkN4w2xUC&redir_esc=y ** http://icom.museum/

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Reflexiones en el Día Internacional de los Museos

MEMoRIa y CREatIvIDaD Por Luz

María Gilabert González

Doctora europea en Historia del arte Con motivo del Día Internacional de los Museos, el director general del ICOM, Julien Anfruns, afirmó que los museos se esfuerzan en alcanzar la conciliación de su tradicional misión de conservación con el cultivo de la creatividad, necesaria para su renovación y para aumentar el número de visitas, y tienen la firme convicción de que su presencia y sus acciones pueden cambiar la sociedad de manera constructiva. Pero además, nuestro rico patrimonio —el cual es expuesto y protegido por los museos— se asocia asimismo al ingenio y a la vitalidad, dos características que en los últimos años han caracterizado al sector museístico y son las principales fortalezas de estas instituciones culturales. Ambas se manifiestan tanto en la variada programación de exposiciones, talleres e iniciativas artísticas como en la concepción de nuevos recorridos expositivos o lenguajes museográficos para exhibir las colecciones. Basándome en el argumento que propone Anfruns me surgió la idea de trazar una breve historia del museo a partir de tres paradigmas museológicos internacionales. Con ellos quiero, en definitiva, explicar de una forma sencilla la transformación de los museos desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad; es decir, el cambio de una única y exclusiva función patrimonial a una misión social abierta y expansiva que presenta hoy día. En otras palabras, la suma del objeto y la memoria a la creatividad humana, con el consiguiente progreso social basado en la participación y acción comunitaria.

Página web oficial del Consejo Internacional de Museos (ICoM) Fuente: icom.museum

Tradicionalmente, los museos han sido el producto de una actividad coleccionista y su existencia ha quedado justificada por su estrecha vinculación con la colección de objetos, desechándose cualquier otro tipo de actividad. Como escribió Aurora León, en su libro ‘El museo: teoría, praxis y utopía’, "el coleccionismo, pese a sus graves taras, era un fenómeno socio-cultural necesario para que apareciese la institución museística" (1982: 74), ya que el funcionamiento de los museos ha sido durante centurias el resultado de una práctica acumulativa de determinados grupos sociales poseedores de objetos museables (Linares, 1994: 17). Sin embargo, la inauguración del Museo del Louvre, en 1793, supuso la aparición de un nuevo concepto de museo. La propiedad de las colecciones deja de corresponder en exclusividad a la monarquía y el arte pasa a ser reconocido por el Estado galo como un elemento indispensable para la formación y la integración social de todos los hombres (Wood, 2004: 105-106). 12 Sawar


Museo del louvre con la pirámide de Pei. París. Fuente: Luz Gilabert

Este modelo de museo emerge como espacio público (Rasse, 1999: 19) y en concordancia con los ideales de la Ilustración, por cuanto suponía la nacionalización del patrimonio y la consideración de los objetos como bienes de interés público (Hernández Hernández, 2004: 72). Pero será tras la Segunda Guerra Mundial cuando se produzca un auténtico renacimiento en el campo museológico tanto a nivel conceptual como tipológico, principalmente por el despliegue que Europa acomete para la protección de la cultura en todas sus vertientes posibles, desde los testimonios materiales hasta los intangibles. La aparición del nuevo concepto de patrimonio cultural supuso el incremento de los vestigios a ser custodiados por los museos en la medida que estos espacios fueron considerados como los principales guardianes de la memoria colectiva de las naciones. Ese protagonismo de la cultura como rasgo colectivo fue la respuesta a un despertar de la conciencia social que conectó vehementemente territorio, museo y sociedad. Un fenómeno que, según José Linares (1994: 165), se explica a través de "una interrelación dialéctica entre cultura, identidad y patrimonio". En palabras del filósofo italiano Remo Bodei (1996: 25), "el ámbito de la memoria —individual o colectiva— no representa nunca un terreno neutral, sino un auténtico campo de batalla en el que se decide, se perfila y se legitima la identidad de un pueblo o de una cultura". Esta identificación de la memoria como parte identitaria de la sociedad dio también lugar al nacimiento de organismos internacionales dedicados a la defensa de la cultura y los museos como fueron los casos de la Unesco y el ICOM, ambos creados en 1946. Poco después, la revuelta estudiantil de mayo de 1968 fue el inicio de la mayor crisis de identidad y de confusión funcional que padecerá el museo en toda su historia. La protesta se hacía sentir especialmente por el carácter hermético y elitista de la institución frente a las aspiraciones de dinamismo y vitalidad que exigía la demanda popular. El museo parecía no sólo una entidad inadecuada, sino también inaceptable en una sociedad en busca de valores democráticos e igualitarios que alimentaran un proyecto sólido de difusión y democratización cultural. La apertura del Beaubourg en 1977 simbolizó las nuevas aspiraciones. Un centro que trató de ser un espacio de formación e información para todo tipo de públicos, reuniendo en un mismo lugar todas las actividades relacionadas con la creación contemporánea: "un verdadero generador de cultura, una fábrica en constante proceso de producción" (Pantoja López, 1997: 41), en un intento del presidente francés George Pompidou por revitalizar la vida de París. Sawar 13


vista parcial del Centro Pompidou. París. Fuente: Luz Gilabert

A partir de ahí los museos pasaron a ser instituciones con una pluralidad de propósitos al servicio de una sociedad también plural y de masas. Esto implicó principalmente tres cosas: una diversificación de las funciones, una mayor especialización del personal y un aumento de su complejidad organizativa. De ahí que en la base de dicha transformación esté la incipiente similitud del ente museal con el complejo entramado de las organizaciones. Como asegura la museóloga Margarita Ruyra de Andrade (2002: 100), que un museo sea más parecido a una institución o a una organización se puede apreciar, por ejemplo, en la aparición de los departamentos de educación y acción cultural conocidos con las siglas DEAC. Los museos son ahora espacios mucho más activos y donde lo importante es en realidad transmitir el contenido del mensaje más que los objetos propiamente dichos. Desde esta visión, el Museo Guggenheim —como entidad en sí misma— ha sido toda una revolución en ese proceso de cambio. A partir de los años ochenta del siglo pasado, la Fundacion norteamericana Solomon R. Guggenheim quiso constituir una organización con distintas sedes —Nueva York, Venecia y Bilbao—, bajo una política de relaciones entre instituciones y basada en la economía de escala o, lo que es lo mismo, un modelo de franquicias con una concepción móvil de la colección permanente tomada de la cultura de exposiciones. En el caso concreto del museo ubicado en Bilbao, la mayoría de las salas no tienen un uso fijo. Sus diecinueve galerías distribuidas en tres pisos y en torno a un atrio central se adaptan a todo tipo de exposiciones, lo que permite múltiples planteamientos expositivos e innovadores proyectos museográficos como fueron los casos tan sonados de “El arte de la motocicleta” (1999) o la muestra de vestidos del diseñador Giorgio Armani, en 2001, entre otros.

Museo Guggenheim. Bilbao. Fuente: Luz Gilabert

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Pero ya nos encontramos en otro momento histórico y los museos aspiran más que nunca a dejar de ser meros repositorios de información para convertirse en plataformas participativas, lugares para asombrarse, de encuentro, discusión, creatividad y por supuesto de aprendizaje. De hecho, Raymond de la Rocha-Mille (2001: 170) desvela la existencia de dos culturas organizativas en el trabajo de los museos. La primera de ellas se asienta en una museología centrada en los objetos y cuyo modelo de organización tiene como finalidad la prestación de un servicio permanente, mientras que la segunda su propósito son los procesos de desarrollo dirigidos hacia una transferencia de nuevas actitudes y habilidades. Esto es, la creación de centros y museos más allá de una colección que anhela la construcción de procesos participativos con la sociedad y los profesionales del sector. También sobre este tema la profesora Alice Semedo, de la Universidad de Oporto, ha puesto en práctica un interesante proyecto de investigación con los coordinadores de los departamentos de educación de los museos de la ciudad. Su objetivo es promover la colaboración y el desarrollo de una comunidad de práctica, es decir, un espacio que apoye el pensamiento crítico y creativo, promoviendo así el cambio. Las comunidades de práctica se distinguen de la cultura organizativa porque se pueden encontrar en todas partes: son muy flexibles y están formadas por grupos de personas que comparten una preocupación, un conjunto de problemas o una pasión sobre un tema, y que profundizan su conocimiento y pericia en esta área interactuando sobre una base común. Con el tiempo desarrollan una perspectiva única sobre su tema, así como un cuerpo de conocimiento, prácticas y enfoques, e incluso pueden desarrollar una identidad propia. El científico americano Peter Senge defiende en su obra ‘La quinta disciplina’ que las organizaciones que utilizan prácticas colectivas están mejor preparadas para prosperar en el futuro, porque serán capaces de desarrollar cualquier habilidad que se requiera para triunfar. Con los cambios repentinos que se dan actualmente y que caracterizan el mundo de la globalización, las habilidades de adaptación en este tipo de organizaciones son sumamente beneficiosas, puesto que continuamente están expandiendo su capacidad de crear e impulsar un futuro brillante a través de técnicas asentadas en la innovación y la creatividad. Son, por tanto, organizaciones inteligentes abiertas al aprendizaje constante. Para concluir, creo que este es un momento crucial para repensar y reflexionar sobre el museo y hacia dónde queremos dirigir estas instituciones tan importantes para la conservación y la difusión del patrimonio mundial. El museo tiene que conseguir un mecanismo de funcionamiento en proceso permanente de mejora e innovación, adaptado siempre a las dificultades e imprevistos de cada etapa de la historia. En época de crisis la gestión de los museos no es fácil por la falta de recursos y la reducción al límite de los presupuestos públicos, pero tiene la ventaja de agudizar el ingenio y aprovechar mejor esos medios logísticos siempre tan escasos en el trabajo diario de estas organizaciones culturales. Esta compleja situación nos demuestra que hay que hacer de los museos entidades adaptables y para conseguir esa adaptabilidad se debe trabajar al unísono; favoreciendo la participación, la cooperación y la colaboración entre organismos públicos y privados, museos y todo tipo de corporaciones que permitan establecer relaciones sociales más cohesionadoras en el ámbito museológico y, por lo tanto, más democráticas e igualitarias. Este artículo ha sido realizado dentro del proyecto de investigación Imagen y apariencia (08723/PHCS/08) financiado por la fundación Séneca.

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Museos de MuRCIa los museos más antiguos de Murcia, hoy volcados en la tarea de cumplir el compromiso suscrito con la sociedad murciana, nacieron a mediados del siglo XIX bajo una mentalidad y en un contexto totalmente distintos. a ellos se han sumado nuevas instituciones museísticas, sobre todo en los últimos veinticinco años en los que, además, los primeros han tenido que someterse a una profunda renovación física y espitirual. El peso creciente del turismo cultural como foco revitalizador de la ciudad y generador de una importante actitividad económica, junto con una mayor preocupación por dar a conocer a los murcianos su propio patrimonio, además de otros factores como la fructífera alianza entre los museos y los colegios, han facilitado el acercamiento de estas instituciones culturales a la sociedad. la fuerte inversión económica de las diferentes administraciones durante las dos últimas décadas fueron la siembra de un presente para Murcia y sus museos, pero como en tantos otros ámbitos, la crisis económica ha frenado en seco su desarrollo y pone en peligro la continuidad de su misión; una misión que, como podremos comprobar, es enorme y variada. Sawar empezará remontándose al nacimiento de los museos de Murcia, para después analizar la situación actual con algunos de sus actores folleto de los Museos de Murcia Fuente: ‘Museos de la Región de Murcia’, Consejería de Industria, Comercio y Turismo, 1983.

principales.


El Palacio del Contraste

fuente: archivo Histórico Municipal de Murcia (aHMM)

El imponente Palacio del Contraste de la Seda, situado en la plaza de Santa Catalina, acogió entre 1868 y 1910 las colecciones de la Comisión Provincial de Monumentos, que serían el germen de los actuales museos de Bellas artes y arqueológico. No importaron ni la significación ni la trascendencia de este edificio, ni siquiera su declaración como Monumento Histórico-artístico, para que su propietario, el ayuntamiento de Murcia, lo dejara caer a principios de los años treinta del siglo pasado. Por su vinculación con el Museo de Bellas artes, tanto la fachada Norte como la oeste, junto con sus escudos nobiliarios, fueron trasladados al patio del edificio diseñado por Pedro Cerdán como sede definitiva de las colecciones de pintura y escultura. No es el único ejemplo murciano de lo que llaman ‘arquitectura errante’.

orígenes y desarrollo Tal y como nos cuenta Antonio Martínez-Mena en su libro “Arquitectura civil desaparecida en la ciudad de Murcia”* (edición digital, Consejería de Educación, Formación y Empleo de Murcia, 2011), en 1836 se creó la figura legal del ‘Monumento Nacional’, y desde 1837 ya existían las llamadas Comisiones Científicas y Artísticas, pero fue en abril de 1844 cuando el Ministerio de la Gobernación dio un paso importante para la creación de la Comisión Central y las Comisiones Provinciales de Monumentos Históricos y Artísticos, a imitación de la Commission des Monuments francesa de 1789. Mediante una Real Orden del 2 de abril de 1844 dirigida a los Jefes políticos de cada provincia, los actuales Gobernadores Civiles, se pedía que en el sorprendente (por reducido) plazo de un mes, trasladaran al Ministerio un informe sobre los edificios, monumentos y objetos artísticos que merecieran ser conservados de sus respectivas provincias. Para tan descomunal tarea,

el Ministerio les recomendaba servirse de la ayuda de los artistas y personas inteligentes de su territorio, y de ese modo satisfacer los deseos de la reina Isabel II, preocupada por salvar lo que hubiera quedado en pie después de varios años de destrucción descontrolada del patrimonio nacional. Obviamente, ninguno de los Jefes políticos pudo atender totalmente la petición en un plazo de tiempo tan escaso, pero de la información parcial que enviaron a la reina, quedó en evidencia la necesidad urgente de promulgar disposiciones que afrontaran un reto tan importante como el de identificar, inventariar y proteger el rico patrimonio histórico y artístico de España. Una tarea que, al igual que Roma, no podía hacerse en un día, ni en un mes, ni siquiera en varios años. En junio de 1844 se ordenó la creación de las Comisiones Provinciales de Monumentos, y tal y como narra el texto “Creación de las Comisiones de Monumentos”** de la Biblioteca d’Humanitats de la Universidad

* http://www.carm.es/web/pagina?IDCONTENIDO=9095&IDTIPO=246&RASTRO=c943$m4331 ** http://ddd.uab.cat/pub/llibres/1947/56882/commonhisart_a1947r1.pdf



Autónoma de Barcelona, la Real Orden dispuso que cada Comisión estuviera compuesta por “cinco personas inteligentes y celosas por la conservación de nuestras antigüedades, tres de las cuales debían ser nombradas por el Jefe político y las otras dos por la Diputación Provincial”. La misión era nada más y nada menos que la siguiente: “Adquirir noticia de todos los edificios, monumentos y antigüedades existentes en su respectiva provincia y que sean dignos de conservarse; reunir los libros, códices, documentos, cuadros, estatuas, medallas y demás objetos preciosos, literarios y artísticos pertenecientes al Estado, que estuvieran diseminados en la provincia, reclamando los que hubiesen sido sustraidos y pudieran descubrirse; rehabilitar los panteones de los Reyes y personajes célebres o de familias ilustres o trasladar sus restos a paraje donde estuvieren con el conveniente decoro; cuidar de los museos y bibliotecas provinciales, aumentar estos establecimientos, ordenarlos y formar catálogos metódicos de los objetos que encerrasen; crear archivos con los manuscritos, códices y documentos que se pudieran recoger, clasificarlos e inventariarlos; y formar catálogos, descripciones y dibujos de los monumentos y antigüedades que no fuesen susceptibles de traslación y también de las preciosidades artísticas que, por hallarse en edificios que conviniera enajenar o que no pudiesen conservarse, merecieran ser transmitidos de tal suerte a la posteridad”. La Real Orden no preveía dotaciones económicas concretas, tan sólo se atribuía al Jefe político la autorización expresa de los gastos que la Comisión de su provincia solicitara. Quedaba claro que el trabajo tendría que nutrirse básicamente del espíritu altruista de los miembros de las Comisiones Provinciales de Monumentos, de su pasión por la historia y el patrimonio y de su afán conservador. Así comenzó a actuar también la de Murcia, creada en agosto de 1844 y que según se cuenta en la Guía del Museo de Bellas Artes de Murcia, “recabó toda suerte de información concerniente a obras de arte y piezas de interés arqueológico e histórico procedentes de exclaustraciones conventuales, excavaciones y donaciones, o bien vulnerables a la enajenación y destrucción”. Conocidos estos hechos, hay que tener en cuenta por tanto las dificultades operativas y materiales de la Comisión a la hora de recordar algunos de sus

El teatro de los Infantes en 1862, actual teatro Romea. la primera ubicación del Museo Provincial de Murcia estuvo en su Salón de oriente. Fuente: María Manzanera, “Murcia memorable”, Diego Marín Librero-Editor. Murcia, 2003.

fachada Norte del Contraste: a la izquierda en su emplazamiento original, y arriba en el actual patio del Museo de Bellas artes. Fuente: AHMM y Pedro Serrano.

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las obras de la Casa de la Cultura, diseñada por luis Moya y José luis de león, se prolongaron por espacio de doce años debido a la escasez de medios. Fuente: AHMM.

fracasos más sonados, como la destrucción del Palacio del Huerto de las Bombas, el Contraste de la Seda, el Palacio Riquelme o los baños árabes de la calle Madre de Dios, entre otros muchos ejemplos en los que tanto el poder privado como el público, alimentados por el deseo especulativo y el nulo respeto por el patrimonio, ganaron sobradamente el pulso a la indefensa Comisión Provincial de Monumentos. Y del mismo modo, sus profundas limitaciones llevan a valorar aún en mayor medida el éxito en la creación de las colecciones que formaron el germen del llamado Museo Provincial.

Museo de Bellas artes y Museo arqueológico En 1864, una Real Orden del Ministerio de Fomento autorizó en primer lugar el nacimiento del Museo Provincial de Pintura y Escultura, y unos meses después el de una Sección Arqueológica. De ese modo se configuró el Museo de Murcia con dos secciones que habrían de dividirse físicamente durante el siglo XX, si bien no fueron separadas de manera oficial hasta 2003: mediante procedimiento legal, ese año recibieron sus denominaciones actuales de Museo Arqueológico y Museo de Bellas Artes, y se configuraron ya como entidades museísticas independientes una de otra.

arriba y abajo: Caja de postales con obras del Museo de Murcia, tanto de pintura como de escultura y arqueología, editada por la Comunidad autónoma en 1988. Imágenes: Pedro Serrano

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Mientras fueron un solo museo, el Museo de Murcia, las dos secciones convivieron durante el siglo XIX en diversos emplazamientos: primero en el Teatro de los Infantes, actual Teatro Romea; después en la planta noble del desaparecido Palacio del Contraste de la Seda; y posteriormente en el edificio proyectado en 1910 por el arquitecto Pedro Cerdrán sobre el solar del antiguo Convento de la Trinidad, en el barrio de Santa Eulalia. La separación física tuvo lugar entre 1953 y 1956, cuando el belén de la familia Riquelme, obra de Francisco Salzillo, fue llevado al nuevo museo dedicado al escultor barroco, y la sección de arqueología a la Casa de la Cultura en la Gran Vía Alfonso X el Sabio, un edificio de nueva planta construido como Archivo, Museo y Biblioteca. Otro hecho sustancial a mencionar cuando nos remontamos al origen de los museos murcianos, fue la Exposición Provincial de Bellas Artes y Retrospectiva de las Artes Suntuarias celebrada en Murcia en septiembre de 1868, que tal y como recuerda


la Guía del Museo de Bellas Artes, “debe considerarse la primera gran manifestación museográfica de la historia reciente de Murcia, vinculada al desarrollo del coleccionismo institucional”. En la misma guía se da cuenta de las dificultades que tuvo la política de donaciones y compras del recién creado Museo de Murcia, pero también de los intereses que movieron dichas adquisiciones, “siempre en aras de insertar las improntas regionales o localistas en un ámbito de rango nacional y generalista”, además del “afán y la búsqueda de prestigio”. En esta línea incluye la compra de lienzos de Odazzi, Cavarrozi, Julio Romero de Torres o Sorolla, de quien se adquirió la obra “Estudio para el dos de mayo”. Junto a ello se incorporaron e integraron las obras depositadas por el Museo del Prado desde 1876. Tanto el edificio del Museo Arqueológico como el de Bellas Artes fueron objeto de varias intervenciones a lo largo del siglo XX, para dar cabida a nuevas piezas o mejorar la presentación de las existentes. En el caso de la colección arqueológica, cuyo emplazamiento definitivo fue inaugurado en 1956, la superficie expositiva se amplió en 1966, sólo dos años después de que tanto la colección como el propio edificio fueran declarados Monumento HistóricoArtístico. Ya en la etapa democrática se reformó en diversas ocasiones entre 1987 y finales de los años noventa. La Biblioteca Regional dejó su hueco en la Casa de la Cultura al inaugurarse en 1996 el nuevo edificio de la avenida Juan Carlos I, y el Archivo Histórico Provincial hizo lo propio a finales de 2004 y principios de 2005 con las nuevas instalaciones de la avenida de Los Pinos. Así, la última gran intervención en el Museo Arqueológico se produjo entre 2006 y 2007 con la reforma integral del edificio, tras haber considerado incluso su demolición y reconstrucción. Durante ese tiempo se amplió la superficie expositiva y se modernizó su discurso incluyendo audiovisuales y maquetas, se dotó al edificio de nuevas instalaciones como tienda y cafetería, y se reordenaron las áreas de administración, biblioteca, salón de actos, sala de exposiciones temporales, almacén... También se rehabilitaron las fachadas y el patio, al tiempo que se adecuaba el espacio de las Reales Academias de Medicina y Alfonso X el Sabio, que tienen su sede en el mismo edificio. El coste de las obras fue asumido en su mayor parte por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia con aportaciones del Ministerio de Cultura. La reforma y renovación del Museo de Bellas Artes también fue acometida en diversas fases, la más profunda entre 2000 y 2005, y la última en el año 2009: con ella se aumentó la superficie del museo en más de 500 metros cuadrados,

arriba: una de las salas del Museo arqueológico antes de su reforma integral. abajo, el Museo en la actualidad. Fuente: ‘Museos de la Región de Murcia’, (Consejería de Industria, Comercio y Turismo, 1983), y Pedro Serrano

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lo que permitió ampliar la exposición permanente con dos nuevas salas y mejorar los servicios e instalaciones tanto del edificio principal, el llamado Pabellón Cerdán, como del Pabellón del Contraste, donde se alojan la administración del museo, la biblioteca con el Centro de Estudios de Museología, la sala de exposiciones temporales y el salón de actos, que integra un fragmento de la muralla medieval de Murcia. El coste de las obras, de más de un millón de euros, también contempló la restauración de las portadas del antiguo Contraste de la Seda, que habían sufrido algunos desprendimientos en tiempos recientes. La modernización y mejora de los dos museos, el de Bellas Artes (MUBAM) y el Arqueológico (MAM) incluyó la creación de sendas aulas didácticas, preparadas para asumir y desarrollar en mejores condiciones una de sus más fructíferas tareas en los últimos años: la educación. Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividades de ambos museos, en: MUBAM: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-de-bellas-artes-de-murcia(mubam)&id=2 MAM: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-arqueológico-de-murcia-(mam)&id=1

arriba: Museo de Bellas artes de Murcia.

Museo de la Catedral

Imagen: Pedro Serrano.

abajo: Museo de la Catedral Fuente: “Museos de la Región de Murcia”. Anuarios Culturales, 2009.

El de la Catedral es el museo murciano que ha tenido una vida más agitada en los últimos diez años, entre obras, aperturas, cierres y reaperturas. Se inauguró en abril de 1956 en el claustro gótico del templo murciano, una zona muy modificada en los siglos XVII y XVIII, y sobre todo, desde las intervenciones de mediados de los años cuarenta del siglo pasado, en las que se levantaron sobre el mismo dos plantas con las viviendas de los canónigos. En 2001 se puso en marcha un ambicioso plan de restauración que duró seis años y que incluyó la recuperación de una parte de la estructura del claustro gótico, la excavación arqueológica que dejó a la luz unos restos medievales de viviendas islámicas y de la mezquita mayor de Murcia, y finalmente la adecuación del museo catedralicio con la mejora en las condiciones de conservación y exposición de las piezas. El Museo, propiedad de la Diócesis de Cartagena, fue reinaugurado 2007* y entre sus nuevos servicios incluyó una Web alojada en el sitio oficial en Internet de los Museos de la Región de Murcia. A pesar de ser uno de los pocos museos de la ciudad que cobran una entrada, a principios de 2012 ya saltó a la luz pública** su renqueante situación económica por el retraso en el pago de la subvención acordada con la Comunidad Autónoma, y en octubre de ese mismo año se vio obligado a cerrar***. Hace tan sólo unas semanas, y tras siete meses cerrado, el Museo de la Catedral volvía a la vida**** con un presupuesto muy limitado, con reducción y cambio de personal y con la intención de buscar nuevas fórmulas de financiación que eviten su dependencia exclusiva de la Administración Regional. * http://www.museosdemurcia.com/catedral/noticias/noticias.php?act=633 ** http://pedradasdepedro.blogspot.com.es/2012/05/entrevista-jose-antonio-trigueros.html *** http://www.laverdad.es/murcia/20121009/local/murcia/cierra-falta-presupuesto-museo-201210091843.html **** http://www.laverdad.es/murcia/20130521/local/murcia/museo-catedral-celebra-este-201305211319.html


Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividades del Museo de la Catedral, en: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-de-la-catedral-de-murcia&id=8

Museo Salzillo Estamos ante una de las grandes atracciones turísticas y culturales de Murcia desde hace más de un siglo. Aunque la idea de dedicar un museo al artista murciano más importante de la historia ya llevaba fraguándose desde tiempos del rey Alfonso XII, no fue hasta 1941 cuando se creó, y hasta 1960 cuando finalmente se inauguró el Museo Salzillo. Ocupa la iglesia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del siglo XVII y propiedad de la Cofradía del mismo nombre, y el edificio anexo, construido en la década de los cincuenta y al que se adosó en los años setenta la fachada del demolido Palacio Riquelme. Su titularidad es mixta, pública y privada, del mismo modo que una parte de su colección pertenece a la Administración (el belén y los bocetos) y la otra a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (los pasos procesionales que desfilan por la ciudad cada Viernes Santo). A finales del siglo XX y principios del presente siglo, y gracias a las aportaciones del Ministerio de Cultura, la Comunidad Autónoma, el ayuntamiento de Murcia y la Fundación Caja Murcia, se llevó a cabo la reordenación y modernización del Museo Salzillo, que fue reinaugurado en 2002. Un hito importante de su trayectoria reciente fue la celebración del III Centenario del nacimiento del artista en 2007, con la organización de una gran exposición conmemorativa. La última adecuación se produjo en 2009 con el desarrollo de un nuevo discurso museográfico según el proyecto de María Teresa Marín y Pablo Puente, además de la recreación de un taller barroco y la apertura de una nueva sala de exposiciones temporales y de salas de depósito.

Desaparecido Palacio Riquelme en la calle Jabonerías, esquina con Platería. Su portada fue trasladada en los años setenta, y hoy hay que atravesarla para acceder al Museo Salzillo Fuente: AHMM.

antigua Casa Palarea, sede del Museo Ramón Gaya en la Plaza de Santa Catalina Fotografía: Pedro Serrano

Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividades del Museo Salzillo, en: http://www.museosalzillo.es/

Museo Ramón Gaya El segundo museo monográfico de Murcia es el que la ciudad le dedicó a Ramón Gaya. En 1980, para celebrar el septuagésimo cumpleaños del pintor, varias personas decidieron organizar una gran exposición de la obra del artista en las galerías Chys y Zero y en el Casino de Murcia. Pedro Soler, Manuel Avellaneda,Pedro Serna, Eloy Sánchez Rosillo, Pepe Rubio y Manuel Fernández-Delgado dieron ese primer paso, que acompañado por la declaración de Ramón Gaya como Hijo Predilecto de la Ciudad, culminó con la donación por parte del artista a su Murcia natal de un centenar de obras, cuyo número se fue ampliando con nuevas donaciones. La adquisición por parte del ayuntamiento de dos edificios en la plaza de Santa Calatina, facilitó que el proyecto de museo para alojar la obra de Gaya se viera materializado al fin el 10 de ocubre de 1990, cuando el pintor cumplía ochenta años. Sawar Sawar 25 23


Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividades del Museo Ramón Gaya, en: http://www.museoramongaya.es/

Conjunto Monumental de San Juan de Dios Por fortuna, la antigua capilla del Hospital de San Juan de Dios se salvó del derribo de aquel, y además de servir de sede para dos cofradías de la Semana Santa murciana, fue reconvertida en museo e inaugurada como tal en 1996. Su concepción, su discurso y las piezas que ha albergado desde entonces, han sufrido diversas modificaciones; hoy se configura como un espacio vinculado al Museo de Bellas Artes de Murcia. Fue reinaugurado con su disposición actual, su logotipo y su nueva denominación en mayo de 2010, tras una profunda rehabilitación y la incorporación de dos elementos de gran valor: por un lado, el establecimiento de parte de la colección escultórica de Juan González Moreno en el coro de la iglesia, y por otro, los restos del Alcázar Mayor de Murcia excavados en el patio, bajo los terrenos que ocupó el antiguo hospital, y que comprenden parte de la muralla, un pequeño oratorio islámico y una ‘rawda’ o panteón real datados en el siglo XII. La actividad de este museo, además de la visita a la propia iglesia de planta central, a su imaginería y a los dos espacios citados, se completa con los actos litúrgicos de las cofradías, la tradicional instalación de un belén en época navideña, las conferencias y, sobre todo, los conciertos, que encuentran en San Juan de Dios una acústica y un decorado excepcionales. Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividades del Conjunto Monumental de San Juan de Dios, en: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=conjunto-monumental-san-juan-de-dios&id=9

Museo de la Ciencia y el agua fachada de la iglesia de San Juan de Dios a finales del siglo XIX. Fuente: María Manzanera, “Murcia memorable”, Diego Marín LibreroEditor. Murcia, 2003.

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Este museo fue inaugurado en 1996 y ampliado en 1998 para, según se cuenta en su Web, “fomentar la curiosidad y acercar al público los conocimientos científicos de una forma divertida y participativa”, en el convencimiento de que “la divulgación científica contribuye de manera importante a la democratización de la sociedad y a la participación en la toma de decisiones que nos pueden afectar en el futuro”. Se ubica en los antiguos depósitos de agua construidos durante la posguerra para abastecer a la ciudad, que fueron rehabilitados y adaptados a principios de los años noventa para proporcionar una superficie de más de mil metros cuadrados de exposición permanente y unos cuatrocientos de exposición temporal, salón de actos y aula didáctica. Cuenta además con un pequeño planetario con capacidad para veintiséis personas y un salón de actos con aforo para sesenta personas. El espíritu del Museo de la Ciencia, claramente didáctico y enfocado a un público principalmente infantil y familiar, se ve reforzado con un amplio programa de actividades, talleres y exposiciones temporales de divulgación científica.


Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividades del Museo de la Ciencia y el Agua, en: http://www.cienciayagua.org/

Museo de la Ciudad El Museo de la Ciudad fue inaugurado el 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, del año 1999. Ubicado en la antigua casa de la familia López-Ferrer, del siglo XIX, y que resultó a su vez de la reforma de la antigua residencia de Gil Rodríguez de Junterón, este museo no ha perdido nunca su dinamismo en la organización de actividades culturales y divulgativas sobre la historia y el patrimonio de Murcia. Una de sus líneas maestras, junto con la realización de visitas y talleres didácticos para públicos de todas las edades, y de exposiciones temporales, es la publicación de trabajos relacionados con los temas de su ámbito de acción: folklore, etnología, historia, arte... Cuenta con una pequeña sala de exposiciones temporales, un salón de actos y un patio en el que se llevan a cabo conciertos, recitales y charlas. La presencia del museo en la agenda oficial del municipio se concreta también, entre otros eventos, en su tradicional participación en el Festival Murcia Tres Culturas y en el Festival de Folklore del Mediterráneo. Más información sobre contenido, horarios,condiciones de visita y actividades del Museo de la Ciudad: http://www.murcia-museociudad.org/

fachada del Museo de la Ciudad de Murcia, en la Plaza de las agustinas Imagen: Pedro Serrano.

Museo de Santa Clara El antiguo Alcázar del Rey Lobo, del siglo XII, reformado por Ibn Hud un siglo después, pasó a pertenecer al rey de Castilla y más tarde a la orden franciscana de Santa Clara en el siglo XIV. En los años siguientes fue modificado y adaptado a la vida conventual, y en el siglo XV se le añadió la doble galería gótica adosada a la arquería del palacio musulmán. El siglo XX infringió severos daños al palacio-convento ya desde la Guerra Civil, con su conversión en cuartel militar. En los años setenta se derribó el ala Sur para construir un aparcamiento, desastre que más tarde se pudo corregir con la recuperación y reconstrucción de dicho espacio, que es el que habitan actualmente las religiosas. Los mejores años del edificio llegaron a partir de 1995 con la rehabilitación, que se prolongó por espacio de diez años. Al fin, en 2005 el Museo de Santa Clara fue inaugurado con varios valores añadidos: por un lado, el valor monumental y arquitectónico de un edificio histórico recuperado; por otro, las piezas de época medieval que vienen a conformar la sección andalusí del Museo Arqueológico; y por último, el arte sacro perteneciente a la orden religiosa.

El alcázar Menor y el convento en él alojado, sufrieron la barbarie y la ignorancia durante el siglo XX hasta que las administraciones estatal, autonómica y municipal los recuperaron para el pueblo de Murcia Fuente: AHMM.

Más información sobre contenido, horarios,condiciones de visita y actividades del Museo de Santa Clara: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-de-santa-clara&id=4

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Más MuSEoS de MuRCIa Además de los nueve museos descritos, en la ciudad hay otras pequeñas instituciones museísticas, culturales y turísticas que despiertan la curiosidad de los visitantes y de los propios murcianos, en cuanto reparan en su existencia. Son los siguientes: Museo Hidráulico de los Molinos del Río Más info: http://www.molinosdelrio.org/museo/ Museo de la universidad Más info: http://www.um.es/museo/ Museo del ferrocarril Más info: http://www.murciaturistica.es/es/turismo.museo?museo=27-2003 Museo de la archicofradía de la Sangre Más info: http://www.murciaturistica.es/es/turismo.museo?museo=45-2001 Museo taurino Más info: http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=a,87,c,371,m,1071&r=CeaP-164-PoRtaDa_CENtRo_aMPlIaDo Centros de visitantes: la luz; Muralla de Murcia - Santa Eulalia; y San antonio el Pobre Más info: http://www.turismodemurcia.es/index.php?option=com_content&view=article&id=119&Itemid=133&lang=es Nota: El Centro de visitantes de San Cayetano-Monteagudo, inaugurado este mismo mes de junio, aún no ha sido incluido en la Web de la Concejalía de turismo

El Sistema Regional de Museos Desde la Ley 16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, tanto la legislación estatal como la autonómica han ido cubriendo huecos y estableciendo los mecanismos legales y administrativos necesarios que faciliten la misión patrimonial y cultural de los museos. El Real Decreto 620/1987 aprobó el Reglamento de Museos de titularidad estatal y el Sistema Español de Museos para articular el tratamiento técnico y administrativo del patrimonio custudiado en los museos, y sirvió de base para el desarrollo posterior de las legislaciones autonómicas. Algunas de ellas fusionaron normas patrimoniales y museísticas, pero otras, como la de Murcia, crearon leyes específicas para sus museos. En 1990, la Región dispuso la primera normativa con la que se creó el Sistema Regional de Museos, hasta que se aprobó la Ley 5/1996* de Museos de la Región de Murcia, donde se perfilan otros aspectos que aún hubo que desarrollar en el Decreto nº 137/2005** de 9 de diciembre. En los últimos años, la Comunidad ha redactado más normas que siguen ampliando y concretando las disposiciones anteriores, como el Decreto n.º 281/2007*** en el que se regula la composición y funcionamiento del Consejo de Museos. Para entender mejor la figura del Sistema Regional de Museos, es recomendable leer el artículo**** de Manuel Lechuga y Mª Ángeles Ródenas para las XXI Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, celebradas en 2010 (págs 25-42). Entre otras cosas, explican lo siguiente: “El Sistema Regional de Museos lleva a cabo la planificación de estrategias para la coordinación, promoción y cooperación de los museos que lo integran garantizando de * http://www.murciaturistica.es/webs/museos/legislacion/LEGISLACION_es_657.pdf ** http://www.murciaturistica.es/webs/museos/legislacion/LEGISLACION_es_557.pdf *** http://www.murciaturistica.es/webs/museos/legislacion/LEGISLACION_es_357.pdf **** http://www.arquide.upct.es/documentos/publicaciones/xxi_jornadas.pdf ***** http://www.murciaturistica.es/museos/museos.sistema_regional_museos

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esta forma el cumplimiento de sus funciones: conservación, investigación, documentación y difusión de sus colecciones. La promoción de los museos integrados se viene realizando, en materia económica, a través de la concesión de ayudas y subvenciones destinadas a la modernización, mejora y adaptación de sus infraestructuras y/o actividades, y, en lo técnico, mediante el asesoramiento, apoyo y fomento a la organización y desarrollo de actuaciones didácticas y de difusión. Cabe destacar igualmente la tarea de coordinación y unificación de criterios en lo relativo a los inventarios de los bienes y colecciones, sistemas de seguridad y conservación preventiva, elementos expositivos, etc., para lo cual se organizan, de forma periódica, encuentros entre los diferentes responsables de las distintas instituciones (regionales, locales o privadas) destinados a la difusión y el intercambio de opiniones y experiencias al respecto. Aquellos museos de interés para la Comunidad Autónoma de Murcia que lo soliciten, serán integrados en el sistema siempre y cuando cumplan unos requisitos: horario estable de visita pública; colección suficiente y adecuada al ámbito y objetivos del museo; fondos accesibles para la investigación, divulgación y disfrute público; exposición ordenada de las colecciones, con explicación mínima de las mismas, inventario de sus fondos, inmueble adecuado como sede del museo con carácter permanente y dirección, conservación y mantenimiento a cargo de personal cualificado”.

El Sistema Regional***** está compuesto hoy por veintidós museos (públicos y privados). Ninguno de los museos del ayuntamiento de Murcia está incluido en el Sistema Regional. forman parte de su propia red.



El MuSEo de (PaRa) la CIuDaD Por Consuelo

Oñate

Coordinadora del Museo de la Ciudad de Murcia

Murcia es una ciudad milenaria, cuya fundación como entidad política y administrativa en el año 825, no se ha visto interrumpida ni una sola hora. Durante los cuatro primeros siglos fue ciudad musulmana. Ha sido capital de la Cora de Tudmir, Reino Taifa y capital del al-Andalus; ciudad de realengo desde su conquista por reyes cristianos, y capital del Reino, de la Región y de la Comunidad Autónoma de Murcia. Su extenso término municipal (pedanías, huerta, campo y litoral) se mantuvo hasta el siglo XIX, cuando Murcia se quedó sin mar y, desde entonces, permanece casi inalterado. Valga esta pincelada, sin pretender ser exhaustiva, para incardinar la existencia del Museo de la Ciudad de Murcia, una institución municipal que recoge la historia del ámbito geográfico y cultural en el que se encuentra, proporcionando a los visitantes elementos de interpretación del presente y el pasado.

Su discurso museográfico, en concordancia con lo anterior, se basa en un marco de secuencia cronológica de la historia de Murcia, dónde los objetos expuestos, ya fueran piezas originales, reproducciones o construcciones ad hoc, servían de instrumento para la explicación del hecho o el momento histórico representado; Así, la rotulación inicial, muy profusa, consistía en reseñas y párrafos contextualizadores, mientras que las piezas individuales quedaron sin rotular. Dentro de un espacio físico limitado, la distribución de las salas, así como el mobiliario museográfico resultan, desde mi punto de vista, bastante adecuados al fin pretendido, lo que facilita una visita didáctica con un discurso de fácil comprensión para los visitantes, aunque no les acompañe un guía, y cómoda de guiar de forma coherente para los especialistas del museo.

El Museo de la Ciudad abrió sus puertas en mayo de 1999 y pertenece a una generación de instituciones museísticas que siguen la tendencia –inaugurada unas décadas atrás- que formulaba una nueva concepción de museo, donde pierde importancia la existencia de las colecciones a favor de la interpretación del tema al que se dedica el museo (las ciudades, la ciencia, el agua, el medio natural, la fauna…). También confluyeron en la creación de este museo varias circunstancias que lo sitúan en el conjunto de las características de los de su época, a saber: el museo se crea cuando existe un edifico que se considera adecuado para tal fin y no al contrario; el edificio, una casa del siglo XIX que acaba siendo propiedad del municipio, se restaura en un momento en el que la política cultural daba gran importancia a la conservación de bienes patrimoniales inmuebles; se habían publicado las leyes básicas sobre patrimonio cultural y desarrollado la normativa que culminó en la creación de un registro de edificios en todo el país al que sucedió la declaración masiva de BIC (Bienes de Interés Cultural).

Vuelvo a la reseña histórica del inicio para afirmar que la ciudad de Murcia da de sí para varios museos, teniendo en cuenta los múltiples discursos museológicos que pueden formularse. En nuestro caso, ese discurso fue evolucionando y cambiando. Tras el primer año, tiempo que tardamos en hacernos con el nuevo espacio, la colección inaugural de piezas originales comenzó a adquirir peso en el relato del museo. La especialización en historia medieval, arqueología e historia del arte, de parte del personal contratado, junto con la posesión de una importante colección arqueológica bien documentada y formada por piezas procedentes del Centro Municipal de Arqueología, extraídas de excavaciones realizadas en Murcia entre 1984 y 1996, reclamaron la necesidad de un tratamiento específico de la colección en el sentido clásico de las instituciones museísticas. En ese momento trazamos un plan expreso de conservación de las piezas, buscamos la forma más adecuada de exponerlas rotulando todas las expuestas con su ficha técnica, y procuramos su difusión por todos los medios a nuestro alcance. Desde entonces hasta ahora, el número de originales ha crecido considerablemente debido a algunas adquisiciones y, sobre todo, a donaciones de particulares, a quienes debemos agradecer profundamente su generosidad. Con todo esto, ante

En principio se fundamentó en la idea de museo como centro de interpretación, por lo que nació con una colección original escasa y muchas “escenografías”. 28 Sawar


la pregunta “¿qué vemos en el Museo de la Ciudad hoy?”, podemos contestar que el visitante contempla la exposición de variados elementos en un doble recorrido, cronológico y temático, desde la fundación de la ciudad y sus antecedentes hasta el siglo XX, y donde se muestra la evolución de Murcia en el tiempo desde varios aspectos –efemérides históricas, regulación administrativa y política, evolución del territorio, urbanismo, economía, arte, costumbres…-. Pero hay otros recorridos dentro del museo que subyacen en su discurso museológico y que reflejan la intención de contar muchas historias, tantas como objetos podemos ver: obras de arte originales, dibujos, bocetos escultóricos, cerámica medieval, moderna y contemporánea, símbolos del patrimonio inmaterial de la ciudad, fotografías, muestras de arte “efímero”... Objetos, en definitiva, que conforman la Colección del museo por el valor intrínseco que poseen, ya sea por su procedencia, antigüedad, originalidad o calidad artística. Con estas características nuestro museo es, por necesidad, un museo vivo, tal y como hoy se conciben todos los museos. La sala de exposiciones temporales, desde el día de su inauguración, ha estado ocupada con muestras que han servido para profundizar en todos los aspectos tratados en la exposición permanente. Más de ochenta exposiciones de pintura, fotografía, documentos, artes gráficas y multitud de objetos, según el caso; unas más afortunadas que otras, pero todas alrededor del tema transversal de Murcia como objeto de conocimiento: la visión de pintores murcianos del paisaje urbano y rural; la de fotógrafos de edificios, espacios y festejos simbólicos de Murcia; la interpretación de la Murcia medieval con muestras arqueológicas, documentales e, incluso, ilustraciones de cómic; exposiciones históricas sobre personajes señalados como Belluga; conmemorativas de instituciones como el Orfeón de Murcia o la Fundación Marista; sobre cerámica y otras manufacturas que representan usos y costumbres murcianas.... Al fin, el espacio para exponer se va quedando pequeño, así que cambiamos la fisonomía de parte de la exposición permanente en algunas ocasiones.

En su plan de difusión el museo actúa también como centro cultural de la ciudad, dónde se organizan actividades cuyo objeto es profundizar en las mismas materias que tratamos en las exposiciones, organizando para ello seminarios, conferencias, representaciones, conciertos… Asimismo apoya a los creadores de la ciudad en el campo de la cultura en su más amplio sentido, y a la comunidad en la que se inserta la institución, prestando las instalaciones para la realización de actos a colectivos cuyos objetivos coincidan con los del museo. Gran parte de esa actividad, exposiciones, ciclos de conferencias y algunas efemérides, han producido publicaciones, unas más rigurosas que otras, pero que empiezan a formar un cuerpo documental válido para la información y, en ocasiones, la investigación. No puedo acabar sin mencionar algunos de los problemas que limitan la acción del museo relacionados con varios aspectos: desde el espacio físico, ya que carece de locales adecuados para almacenaje de materiales, hasta la consolidación de la estabilidad de los guías, cuya actividad es crucial para el museo. Actualmente no se puede decir que la situación económica sea un problema, ya que, desde la perspectiva de la escasez en las instituciones públicas, este museo cuenta con recursos escasos pero suficientes para mantener su actividad dignamente. Mas en relación con la descripción que aquí he dado del museo, podemos hablar de una debilidad en el discurso museológico: al no haber puesto fecha límite a la representación de nuestra historia, llegamos casi hasta la fecha de la inauguración. Esto hace que aparezca un gran contraste entre la representación de la Edad Media y la Historia Moderna, para las que contamos con mucha investigación publicada y contrastada, y la Contemporánea, donde el relato se vuelve disperso. La revisión de los criterios para mejorar este discurso precisa de investigación y contraposición de argumentos de las posibles líneas a seguir. Es un objetivo que no perdemos de vista y que debemos madurar para el futuro, siempre que, entre todos, seamos capaces de alumbrar tiempos buenos para la lírica. Sawar 29


tRaBaJo en un MuSEo Por Teresa

María Fernández Cabada y María José Pérez Turpín

Departamento de Educación y acción Cultural del Museo arqueológico de Murcia

¿Qué tienen en común Boris, un niño ucraniano de diez años llegado a Murcia hace solo unos meses; Javi, de siete años y residente en Mazarrón; y María, de cinco años, alumna de un colegio céntrico de la ciudad? Los tres son asiduos usuarios de nuestro museo. A los tres puedes encontrártelos fácilmente en nuestras salas un sábado por la mañana, en nuestros talleres dominicales para niños o cualquier tarde de la semana al salir del cole. Boris vino la primera vez con su tío al poco de llegar a nuestro país. A partir de entonces, volvía los sábados por la mañana, siempre acompañado de algún amigo. El primer día les guiamos en el recorrido, pero las siguientes veces, era él el que actuaba de guía desvelando a sus amigos los secretos del museo. Javi, que ahora tiene ocho años, nos descubrió a los siete. Vino a uno de nuestros talleres infantiles de verano. Y desde entonces es uno de nuestros “fieles”. Para él el verano no es sólo playa y descanso. Pasear por nuestras salas y participar en nuestros talleres son una más de sus actividades preferidas. Cuando acabaron las vacaciones, siguió viniendo. Y además disfruta trayendo a sus amigos o familiares y enseñándoles “su museo”. La benjamina de nuestro trío de ases es María. Asiste a clase a un colegio cercano. Empezó a visitarnos cuando sólo tenía cinco años, con su madre y su hermanita. Todo le llamaba la atención y nos hacía incontables preguntas sobre las piezas expuestas en las vitrinas. Estas tres historias que pueden parecer tan simples, son muy valiosas para nosotras y constituyen uno de los aspectos más gratificantes de nuestro trabajo, porque nos hacen sentirnos parte de la vida de los usuarios del museo; de su formación y de su desarrollo como personas. Boris, Javi y María son la personificación de los miles de niños que cada año visitan nuestra institución, ya sea como parte de su formación reglada, con sus familiares y amigos o como participantes en cualquiera de las actividades del museo. Sabemos que de alguna manera contribuimos a despertar en ellos el amor por su historia y por su patrimonio cultural, así como la necesidad de que se involucren en su conservación. Pero nuestra labor en el Departamento de Acción Cultural no se limita al trabajo con los niños. El objetivo ahora es continuar atrayendo al público adulto y de la Tercera Edad, ofreciéndoles un nuevo espacio en el que puedan desarrollar el conocimiento de su entorno cultural e histórico, así como a los colectivos con necesidades especiales, como deficientes visuales y discapacitados psíquicos. En cualquiera de estos casos, nuestro interés es que sientan que son uno más de nuestros usuarios, y que el personal que les atiende en su visita, pone todo su empeño en que el museo sea completamente accesible para ellos. De ese modo podremos conseguir que vuelvan y que consideren a nuestro museo como una institución cercana y abierta, que acoge a sus visitantes con respeto y calidez, sea cual sea su condición u origen.

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El valoR de un MuSEo los museos de Murcia hoy y mañana

Ya hemos visto en este número de Sawar, someramente, cómo se produjo el nacimiento y el desarrollo de los museos de Murcia, la manera en la que se han puesto al día en tiempos recientes, su condición de imanes del turismo y la actividad económica y su labor en beneficio de la sociedad mediante la conservación, el estudio, la exhibición y la difusión del patrimonio, a lo que se une el nuevo ánimo de integración, de derribar barreras y favorecer el progreso de todos. Si hemos de ponerles precio: ¿Cuánto valen nuestros museos? ¿Cómo les está afectando la crisis económica? ¿Son lujo prescindible? todo lo que se ha hecho hasta ahora, ¿se hizo bien? ¿Se pueden encontrar nuevas fuentes de financiación y mejorar la gestión? ¿Cuentan con recursos suficientes para continuar su trabajo? Sawar habla de estas cuestiones con luis de Miquel (Museo arqueológico), Mª Ángeles Gómez (Museo de Santa Clara), Manuel fernández-Delgado (Jefe del Servicio Museos del ayuntamiento de Murcia), francisco Giménez (Director General de Bienes Culturales) y Juan García Sandoval (Museo de Bellas artes). Sawar 31


El Jefe del Servicio de Museos del ayuntamiento de Murcia, y director del Museo Ramón Gaya, Manuel fernándezDelgado, lleva ya muchos años en este ámbito: ha vivido desde dentro el despertar y el crecimiento de los museos de la ciudad, y ahora vive los recortes en un periodo de severa crisis económica. En su opinión, el desarrollo en esta materia en los últimos veinticinco años “ha sido espectacular, no solamente en Murcia sino en toda España y Europa”, pero no tarda en matizar sus palabras: “Ha sido un desarrollo no planificado, un desarrollo por eclosión”. Se explica: “Creo que hay demasiados museos, y hay muchas cosas que se llaman museos y que no lo son. No puede ser que cada pueblecito tenga un museo. Me parece muy bien que se preserve el patrimonio de cualquier pueblecito, pero no que todos tengan museos, porque no hay visitantes, no hay mantenimiento, no hay obras…”. Expone lo que debe ser un desarrollo planificado: “Lo primero que se debe tener es la colección y luego buscar el edificio donde situarla, pero en los últimos veinticinco años, en la inmensa mayoría de los casos lo que se ha hecho es primero hacer el edificio y luego llenarlo. Se tendría que haber planificado cómo se hacía eso”. Centrándonos en el caso de la capital de la Región, Fernández-Delgado recuerda que “hace veinticinco años sólo había dos museos públicos como tales, que eran el Museo de Bellas Artes y el Arqueológico”. Y prosigue: “Desde la reordenación de esos dos museos, con todos los problemas que hubo, pues se ha ganado muchísimo. El Arqueológico está espléndidamente montado, y en el Museo de Bellas Artes se han recuperado espacios, aunque el criterio museológico, en mi opinión, pueda ser discutible, porque no se puede sacar toda la pintura murciana de inicios del siglo XX para llevarla, de momento, a un almacén”. En cuanto a los museos municipales, en su opinión el ayuntamiento “ha hecho un esfuerzo importante: ha hecho un museo como el Ramón Gaya a partir de una colección; también ha creado el Museo de la Ciudad, que yo creo que era necesario, y ahora se está haciendo un esfuerzo para sacar todo el plástico que tenía dentro e ir metiendo piezas que conformen el museo; el Museo de la Ciencia, que está muy bien porque para los niños es como un juguete donde aprenden mucho; los Molinos, donde se recupera un edificio con una maquinaria 32 Sawar

y se convierte en museo, aunque hoy funciona más como espacio cultural…”. Y también recuerda al Museo Salzillo, al que considera el “buque insignia de los museos de esta ciudad”. Según Fernández-Delgado, “la gente venía a Murcia a comer en el Rincón de Pepe y a ver el Museo Salzillo”. Aunque desde el punto de vista de la administración se pueda hablar de museos autonómicos y museos municipales, para los visitantes y los ciudadanos esas divisiones no existen: cuando entran en un museo, pocas personas saben (ni tienen por qué saberlo, ni debe influir en su visita) la titularidad del mismo. En el caso de Murcia, se da la mayor concentración en una misma ciudad de museos públicos de distinta adscripción, y aunque en el Sistema Regional de Museos se encuentran integrados todos los de titularidad y gestión autonómica junto con algunos de los museos municipales de otras localidades, sin embargo no están representados los del ayuntamiento de Murcia, que forman parte de su propia red. Ante ese hecho, y dado que el Sistema Regional de Museos, entre otras cosas,


Coordinación entre ayuntamiento y Comunidad autónoma

importante para la prensa, donde se genera la noticia, es la capital, y entonces… Ceder el protagonismo a otra persona, o permitir que otra persona entre en tu territorio… Yo pienso que el ayuntamiento es quien tiene que potenciar todos los museos de la ciudad, y hay que dejar que entre el ayuntamiento en ese trabajo”. ¿Existen reparos a que el ayuntamiento de Murcia intervenga? Fernández-Delgado continúa con su argumentación: “Aquí hay una cosa fundamental, y es que la ciudad de Murcia tiene que invitar a visitar los museos de la ciudad de Murcia, sean de quien sean. Y la ciudad la capitaliza el ayuntamiento a través de sus concejales. Yo creo que el responsable cultural de la ciudad es el concejal de cultura del ayuntamiento de Murcia”. Para el director del Ramón Gaya, todo esto tiene una explicación más allá de otros pormenores, que resume de este modo: “A mí me interesa mucho que la gente venga al Museo Salzillo, porque esos visitantes luego serán visitantes del Museo Ramón Gaya, del Museo de la Ciudad… Hay un flujo de personas de un museo a otro, y si la ciudad es una ciudad museística, todos vamos a salir ganando”.

sirve para coordinar esfuerzos y compartir experiencias, cabe preguntarse si existe la suficiente coordinación entre la Comunidad Autónoma y el ayuntamiento de Murcia. El Director General de Bienes Culturales, francisco Giménez Gracia, resuelve en pocas palabras que “existe la coordinación que tiene que existir”. Y depués justifica su respuesta: “Ahora mismo tenemos en el Archivo piezas del Museo de la Ciudad, y ellos tienen piezas nuestras… En fin, que existe la coordinación que tiene que existir, sin ningún problema. Es normal que cada uno tenga su página Web… Ellos cuentan lo que tienen bajo su gestión y nosotros lo que tenemos bajo la nuestra, y si entras en la Web que lleva la Consejería, no hay ningún tipo de distinción. Y en una oficina de turismo del ayuntamiento te van a dar información de nuestros museos y de los suyos. El usuario no va a encontrarse ningún tipo de diferenciación”.

Entramos ahora en la gestión económica, y en eso el Museo Ramón Gaya que dirige Fernández-Delgado es especial, pues cuenta con un Patronato y varios colaboradores: ¿Cómo ha afectado a la financiación del Museo la situación de crisis económica que estamos atravesando? Manuel Fernández-Delgado contesta: “Las aportaciones de nuestros colaboradores son económicas en algunos casos, y en otros casos son materiales. Unas entidades han subido su aportación y otras la han reducido, y ahora mismo, de todos esos colaboradores (El Corte Inglés, Caja Murcia, La Verdad, La Opinión, Iberdrola, Novograf, Centro Comercial Thader, Fundación Santader y la CAM), el que no nos ha dado dinero este año es la CAM, pero como nos ha dicho que está dispuesta a darnos, no la hemos quitado, por aquello de que en los momentos duros hay que ser amigo de los amigos. Ellos han sido amigos nuestros cuando nosotros hemos tenido agobios, y si ahora los tienen ellos, nosotros debemos de seguir siendo amigos de ellos. Tenemos que estar para las duras y para las maduras”.

Sin embargo, a este respecto Manuel fernández-Delgado reflexiona sobre otros conceptos: “Los personalismos son terroríficos a la hora de dirigir. La uniprovincialidad es mortal para Murcia porque el lugar más

A continuación, Manuel Fernández-Delgado hila más fino, y sin perder su tono reflexivo, afirma: “El problema es que en las maduras, ha habido gente que ha despilfarrado, y entonces se nota mucho cuando las ayudas Sawar 33


Época de recortes en los museos

Manuel fernández-Delgado 34 Sawar

se reducen, porque no se pueden seguir cometiendo esos despilfarros, esos grandísimos catálogos de tapas duras... Nosotros, como hemos mantenido siempre una línea en el Museo Ramón Gaya de modestia, de hacer las cosas bien hechas según nuestro criterio, con unos diseños y una estética sin despilfarrar, la reducción no se nota tanto. En vez de hacer cinco exposiciones al año, hacemos tres pero las hacemos exactamente igual que las anteriores, y como hacemos más presentaciones y más ciclos de conferencias, seguimos con la misma viveza que antes”. Por su parte, el Director General de Bienes Culturales, francisco Giménez Gracia, nos describe la que, en su opinión, es la situación de los museos que gestiona la Comunidad Autónoma: “Ahora mismo los museos de la Región de Murcia están muy afectados por la crisis porque tenemos un presupuesto muy escaso, pero es un presupuesto que nos permite mantenerlos abiertos y cada vez con un mayor número de asistentes, que crece exponencialmente de año en año. Así que los museos gozan de excelente salud... Con todos los reparos y todos los paréntesis, porque estaríamos mejor con más presupuesto, claro”. Esas limitaciones presupuestarias son confirmadas por todos los directores de museos con los que ha hablado Sawar: Juan García Sandoval, del Museo de Bellas Artes, lo explica: “A nivel presupuestario, la situación es tremenda. Para actividades el presupuesto es casi inexistente”. ¿Y para otras áreas? García Sandoval nos cuenta: “Con las reducciones que hemos ido teniendo, quedamos muy pocos técnicos en los museos, y el problema es que el trabajo y los servicios que se ofrecen son prácticamente los mismos. Entonces, ¿Se

sigue haciendo lo mismo? Pues más o menos...”. ¿Qué ha pasado entonces, por ejemplo, con la catalogación? “Hemos perdido todos los servicios que teníamos de catalogación, con los que habíamos conseguido un avance muy importante en los últimos años. Gracias a eso, habíamos logrado que la mayor parte de las colecciones de nuestros museos, y hablo en general, estén informatizadas en un porcentaje muy elevado. Eso quiere decir que la accesibilidad es mayor para el investigador. Informatizar es una labor de muchos años, y al haber perdido eso, prácticamente se ha parado la catalogación y poner al día las colecciones. El personal técnico que queda en los museos, nada más que tiene tiempo para el día a día”. Otro de los servicios afectados es el de la biblioteca del museo; tal y como nos cuenta el director del MUBAM: “Antes estaba abierta de lunes a viernes por la mañana para cualquier ciudadano, y ahora tiene que ser bajo petición. Y el problema es, ¿Quién atiende en las bibliotecas? Pues o Luis de Miquel en su museo (Arqueológico), o yo en el mío”. Juan García Sandoval lo resume: “La situación es complicada pero queremos seguir dando el mismo servicio, porque entonces, si viene alguien a hacer una consulta, ¿qué hacemos? ¿Le decimos que no podemos atenderle porque no tenemos tiempo? Pues eso no puede ser, porque tu propio código deontológico te lo impide”. Mª Ángeles Gómez Ródenas, directora del Museo de Santa Clara, también explica el estado de la cuestión presupuestaria en la institución que tiene a su cargo: “Desde hace ya varios años no contamos con recursos económicos para la organización de actividades. Todo lo que hacemos en cuanto a programación se refiere, es posible gracias al esfuerzo de mucha gente y a la colaboración, normalmente altruista, de muchas personas a veces ligadas a otras instituciones y asociaciones, como las asociaciones de amigos, la Universidad, los docentes e investigadores... Las asignaciones económicas sólo derivan en los gastos de mantenimiento, como luz, agua y jardines, y en los gastos del personal de limpieza, seguridad y servicio de guías”. Por su parte, luis de Miquel, director del Arqueológico, expone sus circunstancias: “En este museo confluyen muchos elementos: mantenimiento, jardinería, limpieza, seguridad, además de la investigación, la conservación… El Arqueológico es un museo que no tiene sólo este edificio, tene-


A pesar de todas las dificultades descritas, el director del Museo de Bellas Artes, Juan García Sandoval, cree que “los museos de la Comunidad Autónoma no corren peligro”. García Sandoval se pregunta el caso extremo: “¿Pueden llegar a cerrarse? Cualquiera sabe lo que puede pasar en el futuro, pero yo no creo que se vayan a cerrar... Eso sí, seguirán abiertos a costa de reducir las horas de apertura al público y ofreciendo menos servicios”. Nadie quiere pasar escasez, pero dicen que la necesidad agudiza el ingenio. Para Manuel fernández-Delgado, la gestión de un museo en tiempos de crisis “es una cuestión de trabajo e imaginación”. Y añade: “A mí no me gusta quejarme de que se han reducido los presupuestos. La

gestión hay que hacerla en función de lo que se tiene, y el problema es que nadie ha trabajado adaptando sus actividades al presupuesto que tenía. Nadie ha hecho una programación al inicio de temporada diciendo, ‘tengo tanto, me puedo gastar tanto y me lo voy a gastar de esta manera’. No, la gente ha empezado a hacer cosas y lo que no se ha podido pagar se ha dejado para el ejercicio siguiente, y claro, así no se puede”. Entonces, ¿se perdió la cabeza en un momento dado? Cuando había dinero, ¿Se gastó demasiado en cosas superfluas? Fernández-Delgado reflexiona sobre el tema: “Mira, yo esto lo tengo muy claro: con los gastos de representación y protocolo siempre me he planteado una cosa, y es que, si lo tuviera que pagar yo de mi bolsillo, ¿me iría a cenar con este señor? ¿Sí? Pues me voy a cenar con este señor; ¿no? Pues no me voy. ‘Es que nos reunimos a hablar en un restaurante...’. No, nos reunimos a hablar en el despacho (el director del Gaya da un golpe en la mesa), y en vez de quedar a las dos, quedamos a las doce del mediodía. Es decir, que puede haber mucho dinero y que el dinero se puede gastar en muchas cosas, pero el problema es que las infraestructuras se ven menos que las botellas de champán. Un catálogo es un objeto, es muy hermoso y se ve, pero instalar un nuevo sistema energético y cambiar una iluminación de elevado consumo por una de bajo consumo, eso no se ve. Y sin embargo es mucho más importante”.

Imaginación en tiempos de crisis

¿Cómo pueden esquivar los museos la dureza de la crisis económica? María teresa Marín torres, directora del Museo Salzillo, recuerda que antes “había más recursos, y si hay más recursos, pues eso permitía que hubiese más audiovisuales o que se pudiesen contratar más servicios externos. Ahora tenemos que recurrir más a la imaginación”. Prosigue: “Aunque está claro que ésta no es la situación ideal, lo bueno que está teniendo esta crisis es que nos estamos replanteando muchas cosas; nos sirve para pararnos y ver lo que hemos hecho mal, y lo bueno es que nos vamos a quedar con las cosas positivas. Debemos intentar aprovechar lo mejor posible los recursos disponibles. Y quizá los museos como el de la Catedral o el Salzillo, que no tenemos una titularidad económica pública pura, estemos notando más la crisis, junto con los museos enteramente privados, pero en esta época tenemos que intentar sobrevivir con ingenio: por ejemplo, con la asociación de amigos que ya tenemos en marcha, haciendo más dinámica la tienda, intentado atraer más público… Lo importante es que sigamos abiertos”.

Juan García Sandoval

mos también dos naves fuera de la ciudad, y tenemos unas diez mil cajas llenas de piezas arqueológicas, porque aquí se depositan los restos aparecidos en excavaciones de la mayor parte de la Región, y después vienen investigadores y ese material hay que tenerlo controlado. Son muchas cosas a la vez, y el personal cada vez es más limitado. Los museos de Murcia, que estaban muy mal, mejoraron y vivieron una expansión en la década pasada, pero aquello era el inicio de un desarrollo que se ha visto un poco cortado por esta situación de crisis”.

Así, entramos en otro aspecto fundamental a considerar: Se ha recortado en actividades, en personal técnico, en labores de documentación y catalogación, en servicios de biblioteca... Pero por ejemplo, ¿no se ha recortado en consumo energético? Nuestros Sawar 35


A la pregunta de si existe un plan de eficiencia energética en el Museo de Santa Clara, si se controla el gasto de luz y se opta por recursos expositivos de menor consumo y bajo coste de manteminiento, Mª Ángeles Gómez Ródenas responde decidida: “Claro que sí, nosotros apagamos las luces cuando no hay nadie en el interior del museo. Y en cuanto a los recursos expositivos, en Santa Clara no organizamos exposiciones temporales pero le puedo asegurar que en el Servicio de Museos ahora se reutiliza absolutamente todo, si no lo usamos nosotros, lo utilizan otros museos regionales y municipales”. 36 Sawar

María teresa Marín torres

En este tema de la eficiencia energética, que no debería ser una imposición de la crisis sino una actitud natural y de sentido común, luis de Miquel reconoce el error de tiempos pasados: “En su momento no lo valoramos suficientemente, cuando teníamos medios para hacerlo, y ahora nos encontramos con este cambio en la búsqueda de una mayor eficiencia energética, lo que supone un coste a priori pero que se amortiza con el tiempo”. En su opinión, “habría que invertir, por ejemplo, en la sustitución de luces por otras de bajo consumo”. Y añade: “Eso se está empezando a trabajar y tratamos de hacerlo a medida que se van fundiendo las luces, pero el problema es que ahora no tenemos dinero para hacerlo. Cuando tuvimos dinero, no le vimos las orejas al lobo. Ahora hemos hecho estudios y tenemos propuestas, pero no es tan fácil. Vamos haciendo cosas lentamente”.

Por su parte, Manuel fernández-Delgado opina que “los museos no están preparados” para ser eficientes en el aspecto energético: “Nosotros por ejemplo llevamos tres años intentando cambiar todo el sistema de iluminación del museo, porque tiene casi veinticuatro años y se ha quedado obsoleto. Es un sistema que gasta muchísima energía y que tiene un mantenimiento caro, y además, están dejando de producirse las luminarias que utilizamos y eso nos cuesta muchísimo dinero. Y no lo hemos podido hacer. Llevamos tiempo intentándolo y no ha podido ser de momento, y tampoco podemos hacerlo sala por sala. Tenemos que hacerlo en todo el museo: poner una iluminación fría que consuma menos energía. Yo creo que ha llegado el momento de dar un salto cualitativo en este tema”. En cuanto al Museo Salzillo, para su directora María teresa Marín, “el replanteamiento para que el museo siga abierto y no prescindir del personal, ha ido por ahí, por el de la eficiencia energética, pero no sólo eso: hemos replanteado horarios y hemos intentado, en lo posible, que todos los servicios que estaban externalizados, hacerlos desde el propio museo. En el Museo Salzillo siempre hemos tenido claro que lo primordial son nuestros recursos humanos, porque gracias a este personal, el museo está abierto y vivo día tras día”. Lo mismo opina Manuel fernández-Delgado: “Nosotros hemos reducido nuestro presupuesto del capítulo de actividades culturales y publicidad por mantener al personal en el Museo Ramón Gaya. He preferido usar la imaginación y hacer cosas, y pedir favores a los amigos, y hacer intercambios... ‘Yo hago una cosa en tu museo, y tú la haces en el mío’, para que el museo siga vivo y que todo el personal siga aquí. Hemos reducido seguridad y hemos variado un poco el horario, pero siguen los mismos. Las

Eficiencia energética y sostenibilidad en los museos

museos, ¿son sostenibles desde el punto de vista energético y medioambiental? El Director General de Bienes Culturales, francisco Giménez, responde con decisión: “El ahorro que hemos hecho es tremendo. Hemos bajado drásticamente los gastos en capítulo dos, que para entendernos, es el gasto corriente. Y eso que ha subido el agua y ha subido la luz… No sé ahora mismo las cifras, pero estamos reduciendo los costes, y si tú miras en el despacho en el que estás, y esto no estaba preparado, verás que no tengo encendida la luz ni el aire acondicionado. Y es verdad que luego hay edificios como la Biblioteca, que es precioso y ha sido premiado, pero que para enfriar eso… Es de locos. Pero por ejemplo, ya se ha sustituido la iluminación en todos los edificios de la Consejería de Cultura, hemos cambiado absolutamente cada bombilla. Aquí en el Archivo, cuando uno entra en una dependencia, la luz se enciende automáticamente, y cuando uno sale la luz se apaga. Y eso antes no pasaba”.


Situación laboral de los trabajadores de museos Información semestral del Gaya

reducciones hay que hacerlas en las cosas en las que se deben hacer, según mi criterio”. En otros museos sí se ha prescindido de personal, y además, si en tiempos de bonanza económica las condiciones laborales de los profesionales no eran demasiado afortunadas, ahora parece que incluso se están dando pasos hacia atrás. Por ejemplo, en el caso de los guías hace años que se optó por externalizar ese servicio, algo que sucede tanto en museos regionales como municipales. ¿Es el mejor modelo? Mª Ángeles Gómez explica su postura al respecto: “No soy responsable de estos temas económicos así que no puedo decirle si es mejor o peor, lo que sí que le puedo decir es que los funcionarios no estamos despreocupados de la situación laboral del resto de trabajadores del museo. Dicho así, parece que no nos importa lo que le pase a las personas con las que trabajamos, pero nosotros no podemos intervenir en las relaciones laborales y de contrato de estos trabajadores con sus empresas”. Profundizando en este tema con luis de Miquel, el director del MAM recuerda: “Yo me saqué mi título de guía antes de ser conservador de museos, y aquí el problema es que venimos de una época en la que los guías eran aficionados, eran como gorrillas que por una propina enseñaban la ciudad. Cuando este campo se ha profesionalizado, y se ha establecido que el guía fuera licenciado y que pasara unos exámenes, todo eso no se ha traducido en una consideración. Es una profesión que no ha conseguido reivindicarse como la del arqueólogo, el dentista u otras profesiones en este país. Además tiene el problema del horario, que se tiene que amoldar al del visitante, con los fines de semana y demás. En el caso de Murcia, cuando se reformaron y se abrieron los museos, ese puesto de guía no existía: había conserjes que a lo mejor no tenían la formación, y cuando se crea el puesto del guía profesional, deciden externalizarlo con

empresas”. De ese modo, la conclusión de Luis de Miquel, como director del museo Arqueológico, es la misma que la de Mª Ángeles Gómez: “Las condiciones laborales dependen de esa relación entre el guía y su empresa, y en eso nosotros estamos limitados. Intentamos que haya estabilidad, pero claro, ahora parece que se tiende a que no haya funcionarios, a que todo esté externalizado”. Sin embargo, para los guías y para el resto de los profesionales de los museos, ya no se trata sólo de la estabilidad. En la rueda de prensa* en la que se anunció la reapertura del Museo de la Catedral, con un presupuesto mucho más bajo que en su anterior etapa y una considerable reducción de personal, el archivero del templo murciano, Jesús Belmonte, afirmó que los tres nuevos trabajadores del museo, licenciados en Historia e Historia del Arte, "ejercerán de guías y además realizarán tareas de vigilancia y también limpiarán". Preguntado por estas declaraciones, el Director General de Bienes Culturales afirma que “esa es la idea”. Sawar le pregunta, ¿No es triste? francisco Giménez responde: “A mí, como no me arruga el trabajo… Cuando estoy aquí, en el Archivo, si tengo que arrastrar cajas o si tengo que… No me he arrugado nunca. Yo soy profesor y no he tenido inconveniente en hacer en mi instituto de todo. Y aquí, que soy Director General, también. No digo que tenga que ser lo habitual... Aquí tenemos personal de limpieza y de mantenimiento, entre otros motivos porque hay cosas que yo no sé hacer, y bueno, aquello es el museo de la Catedral y el Cabildo sabrá cómo lo gestiona. Aquí tenemos las tareas suficientemente especializadas, pero eso no quita para que sea normal encontrarse al Director del Archivo que está haciendo de conserje porque ha faltado el conserje. A mí no es raro verme atendiendo en información en la Biblioteca, porque aquel es un puesto muy duro. Se ha reducido muchísimo el personal y el personal hace de todo, y como nos ven a los de arriba haciéndolo...”. Se comienza a aludir pues a la versatilidad del trabajador del museo, que podrá cumplir con varias funciones pero con unas condiciones laborales no acordes a su formación. Juan García Sandoval reconoce que “quizá se tienda a eso en los museos de pequeño tamaño, pero no en los de tamaño mediano como pueda ser el Museo de Bellas Artes”. De

* http://www.laopiniondemurcia.es/murcia/2013/05/22/reabren-museo-catedral-sabado-bofetada-cultura/470905.html


El cobro de entrada en los museos públicos

todos modos, añade que “el trabajo en el museo tiene que ser una labor de conjunto, y todos los trabajadores tienen que hablarse y tener reuniones periódicas... Cuando un visitante quiere hacer una pregunta, se la hace al que está por allí, en las salas, sin saber si es el director, el vigilante o el guía, y en ese sentido el trabajo del museo es una labor de todos”. García Sandoval también señala que en el MUBAM han tenido “mucha suerte con el personal, tanto de seguridad, guías, educadores...”. Lo explica: “Es gente que lleva muchos años, que conoce su trabajo, que está entregada y que ha ido a más. Y lo mejor que tienen, lo mejor y lo peor al mismo tiempo, es que han sabido adaptarse a estos tiempos de complicaciones y que están haciendo sobreesfuerzos. Pero bueno, por otro lado, todos estamos haciéndolos”.

Guía didáctica de la Murcia Islámica

Sin embargo, los recortes que se producen en cultura y en las condiciones laborales de sus profesionales, no desde ahora sino desde hace tiempo, no están provocando las protestas, las movilizaciones y la resonancia mediática que haya podido causar la situación de los mineros, por poner un ejemplo. ¿A qué se debe? ¿Subyace de ello una escasa valoración de la cultura en nuestro país? García Sandoval cree que si la gente no protesta cuando se producen recortes en los museos, “es porque siempre se han asociado con una élite cultural, como si para ir a un museo tuvieras que estar tocado con una varita y saber de arte y arqueología”. Y mirando dentro del mismo sector de la

cultura, “que supone cerca del seis por ciento del Producto Interior Bruto” y que es amplio y variado, en opinión de García Sandoval “no existe esa unión que hay en otros sectores; van los artistas por un lado, la SGAE por otro, los productores por otro, los gestores culturales por otro lado, la gente de los museos por otro...”. Lo dicho no es óbice para que, frente a casos extremos como el cierre de un museo, no exista una respuesta social y mediática firme. Sin embargo, de la reacción que generó el ejemplo más cercano, el cierre del museo de la Catedral a finales del año pasado, no se pasó del lamento y de la preocupación de algunas personas. A principios de este año, el Partido Popular propuso* en la Asamblea Regional el cobro de la entrada en las instituciones museísticas de competencia autonómica, a través de su diputada María teresa Marín; una medida que, según la propia directora del Museo Salzillo, “es para mantener el alto nivel en las programaciones”, pero no para evitar su cierre, porque “la subsistencia de los museos públicos está garantizada”. Dicha propuesta, para aliviar el peso de los museos públicos sobre los presupuestos de la Comunidad Autónoma, contó con los votos a favor del PP y del PSOE y la oposición de IU, y ha provocado división de opiniones y el planteamiento de serias dudas. Sawar le pregunta a la propia María teresa Martín, quien se explica: “Es un debate que se generó en Europa desde hace mucho tiempo. Estamos acostumbrados a que los museos sean públicos desde la misma fundación de estas instituciones a finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero los museos no tienen por qué estar siempre soportados por el Estado, que al final es como algo deficitario que tiene que estar soportado siempre por la Administración, y entonces, quizá porque nos hemos impregnado de otro tipo de filosofía, como la de los museos del ámbito norteamericano, vemos que hay otras posibilidades más allá de la subvención y la partida presupuestaria pública. Quizá a los directores que estamos acostumbrados a que haya autofinanciación, nos genera menos miedo. Los museos estatales llevan ya más de dos décadas cobrando entrada, y aquí en el Museo Salzillo siempre se ha cobrado entrada, y en los momentos de crisis, a veces ha sido la única fuente de financiación de este museo y sin eso habríamos tenido que cerrar”. Por ese motivo, para Marín Torres “no hay que tener miedo a la autofinanciación, al

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* http://ababol.laverdad.es/arte/4568-elpago-por-visionllega-a-los-museos


En la misma línea se expresa francisco Giménez, para quien “esto es una cuestión más de ética-estética, de que la gente sea consciente de que los museos valen dinero, que cuestan, y muchas veces en una sociedad como la nuestra, lo que no se paga, no se valora”. Giménez continúa: “Yo creo que eso también es importante, pero en fin, no es una cosa tan rara que se cobre en un museo. Creo que ya somos los únicos en Europa… Desde luego en España somos los únicos que no cobramos, todos los museos cobran. Una va al Museo del Prado o a cualquier museo, y paga. Y yo soy una persona muy dada a viajar, y por donde voy, voy pagando. No recuerdo ningún museo, excepto en Inglaterra”. Lo mismo estima María teresa Marín: “En Murcia no tenemos esa costumbre, pero en casi todos los museos se cobra entrada y no pasa nada”.

La postura de Mª Ángeles Gómez es de cautela y con matices: “A los técnicos no nos han puesto a discutir ni a buscar soluciones. Como es una iniciativa política, creo que le debería usted preguntar a los políticos... Creo que es un debate aún abierto, pero sí que creo que un museo como el de Santa Clara no se financiaría con lo que se cobre por entrar. Así no se autofinancia ni el Prado”. En cambio, Gómez Ródenas no

Guía didáctica del Museo Salzillo

Sin embargo, los directores de otros museos tienen sus dudas. El más claro es Manuel fernández Delgado, para quien la idea de cobrar la entrada a los museos “es una locura”. El Jefe del Servicio de Museos del ayuntamiento de Murcia lo argumenta: “Pienso que a lo mejor tendríamos que pagarle un euro a la gente para que entrara; no cobrar sino pagar. Entra poca gente y si cobras va a entrar menos. ¿Qué tenemos que hacer? ¿Difundir el patrimonio o no difundirlo? Si tenemos que difundir el patrimonio, no pongamos trabas, no pongamos obstáculos. Y yo he tenido este criterio no ahora, sino desde que se abrió el museo”.

Fernández-Delgado encuentra otro ejemplo de lo que significa difundir el patrimonio: “A nosotros la gente nos decía, ‘no dejéis hacer fotos en el museo’, y yo decía que no, que al contrario: a mí me interesa que la gente haga fotos en el museo… Es decir, que un señor mañana llegue a Valladolid y que haya pasado por aquí, y que se reúna a cenar con unos amigos y que les enseñe las fotos del viaje a Murcia, y les diga, ‘mira el Mar Menor, y luego estuvimos en Murcia y visitamos en Museo Gaya, y mira lo que hay’. Eso vale mucho, es muy importante”. De ese modo, Manuel Fernández-Delgado se plantea varias preguntas: “Los museos tienen que estar abiertos, porque vas a reducir los visitantes, pero, ¿qué dinero vas a ingresar por cobrar en un museo como éste dos o tres euros? ¿Vas a cobrar a la gente que vaya a las actividades culturales, a la gente que visite solo el museo, a la que vaya a las exposiciones temporales…? Es cierto que ese dinero podría redundar en los propios museos a través de la Administración, que es la que paga sus presupuestos, pero en mi opinión, lo que va a redundar es poquísimo. Y luego, es verdad que los visitantes de fuera, sobre todo los extranjeros, a veces preguntan si hay que pagar, pero, ¿cuántos visitantes extranjeros vienen a nuestros museos al cabo del año?”.

El cobro de entrada en los museos públicos

cobro de entradas, al alquiler de espacios, a la venta de productos en tienda…”. Sin embargo, existe un matiz: “Está claro que para algunos museos no puede ser el único recurso, que tiene que haber otra financiación que venga de la Administración. Por ejemplo, para los de gestión autonómica el cobro de entrada no supondría ni la cuarta o quinta parte del presupuesto, pero ayudaría a aliviar en estos momentos de crisis en que los presupuestos están al límite. Comprendo que genere polémica porque hablamos de museos públicos en los que nunca se ha cobrado una entrada, pero sí se detecta que la gente que viene de fuera, y sobre todo los extranjeros, preguntan cuánto hay que pagar para entrar”.

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Por su parte, luis de Miquel opina que “el cobro en un museo tiene sus cosas positivas y negativas: La parte positiva es que supone una fuente de ingresos, tampoco tan grande, que en todo caso no iría a las arcas de los museos ni de Cultura, sino a las arcas generales de la Comunidad, que buena falta le puede hacer”. Sin embargo, añade que “el museo no tiene por qué ser mejor por el hecho de cobrar: puede cobrar una entrada y tener el mismo presupuesto que ahora. El dinero entraría en la caja única de Hacienda, de la Comunidad Autónoma de Murcia, y después se distribuiría en su presupuesto en función de los criterios que quieran aplicar los gestores políticos. Si cuando hagan el presupuesto, se decide destinar más dinero a Cultura, pues esa fuente de ingresos sí repercutirá en el museo, pero no lo hará directamente”.

Volviendo con la opinión de Manuel fernández-Delgado sobre poner precio a la entrada a los museos y respecto a uno 40 Sawar

El estado de la cuestión del cobro de entrada en los museos, según el Director General de Bienes Culturales, francisco Giménez, es la siguiente: “Esa idea la estamos desarrollando y viendo matices. Hay muchas maneras de entender eso. Por ejemplo, si un congreso médico nos solicita usar las instalaciones de uno de nuestros museos para vender algún producto, por ejemplo, paga un precio, y ya hemos dispuesto un Decreto para eso, de modo que nosotros ya hemos cumplido con el mandato de la Asamblea, por así decirlo. Ahora vamos a ver qué hacemos con la ciudadanía, pero de momento eso está en suspenso. No tenemos prisa por cobrar a los ciudadanos, y de momento hemos puesto en marcha lo otro en cumplimiento de un mandato, porque estamos en una sociedad democrática y no puede venirme la Asamblea, que es donde están representados todos los ciudadanos, a decirme que haga algo y pasármelo por la nariz. Obviamente, estoy para obedecer a la ciudadanía, pero yo creo que interpreto bien a la Asamblea si voy por ahí”.

Guía de la colección permanente del MuBaM

El director del MUBAM, Juan García Sandoval, también opina sobre el tema: “Yo estoy en contra de esa medida, aunque con matices. Soy de los que piensa que si queremos que los museos sean de accesibilidad pública y universal, hay museos de carácter general como el Arqueológico o el Museo de Bellas Artes que deben ser gratuitos”. Los matices: “Sin embargo, sí que estoy claramente a favor de que se cobren los servicios, lo que los gestores culturales o los empresarios llamarían ‘productos’: una visita guiada, un taller didáctico, un alquiler de las salas... Eso hasta hace poco no se pagaba, pero ahora hay un precio para alquilar las salas del museo, que tampoco es un precio muy elevado”. Esa misma idea es la que expone luis de Miquel: “Ya hay otras pequeñas fuentes de ingreso como el alquiler de salas, la concesión de cafetería y tienda… Son servicios añadidos al museo, y por ejemplo, no estaría mal que si se da un folleto, o se hace una visita guiada o se ofrece una audioguía, eso tenga un precio aparte”.

de los argumentos usados para defender la medida, el director del Ramón Gaya asevera: “Se valora más lo que se paga que lo gratis, pero eso no tiene ninguna relación con ponerse luego a hacer catálogos y no venderlos, sino regalárselos a todo el mundo. Es decir, ¿o corte o cortijo? No, yo creo que hay formas de hacer las cosas más ordenadas y más tranquilas”.

El cobro de entrada en los museos públicos

cree que cobrar una entrada retraiga al visitante: “Si el precio fuera razonable, creo que la gente, exceptuando escolares,estudiantes y las reducciones normales, seguiría entrando. No le estoy dando mi opinión, le estoy diciendo lo que objetivamente creo que ocurriría en el caso concreto de Santa Clara”.


otras fuentes de financiación: la ley de Mecenazgo

Distintivo del ICoM en la recepción del Museo Gaya

en la economía que gira alrededor, y además, es que crea puestos de trabajo”.

luis de Miquel va más allá en cuanto al espíritu de la medida, en caso de que finalmente se cobre la entrada a los visitantes: “El museo no se puede valorar mercantilmente ni de una manera fragmentaria. El museo se instala en un territorio y en un producto cultural y turístico. En ese producto cultural y turístico, el museo, junto con otros elementos, son los imanes que atraen, no los que recaudan. Los elementos que recaudan deben ser la gastronomía, el hospedaje, los suvenir… En el fondo, dentro de todo este mundo del turismo cultural, la máxima sería que sea lo más barato llegar, y después, que se pueda consumir y gastar el mayor dinero posible, cada uno en función de su bolsillo. Entonces, si segmentamos y pensamos sólo en el museo, y queremos que sea rentable en sí mismo desde un punto de vista mercantil, y para eso ponemos precio o lo subimos mucho, disminuirá el número de visitantes y todo el producto se resentirá. Por tanto, hay que hacer un análisis global. Por ejemplo, ¿qué significa para Murcia tener quince centros de este tipo en lugar de tener ocho? Pues significa que cuando eso se publicite, el visitante que quiera verlos tendrá que planificar su estancia y quedarse más días. Y eso repercute en la economía, en la hostelería y la restauración”. Al respecto de estas ideas, María teresa Marín matiza su propuesta: “Está claro que la misión del museo no es generar lucro ni ser rentable, y ya lo dice la definición del ICOM. No estamos hablando de lucro sino de ayudar a su financiación. Y aunque el museo no sea rentable, es un motor que puede generar flujos positivos

En cualquier caso, el debate sobre el cobro de entrada en los museos públicos de Murcia, que ha ocupado espacio en los medios de comunicación locales, es una mínima aproximación a la situación de los museos y una respuesta insuficiente para la búsqueda de recursos económicos que aseguren su subsistencia. Así se lo plantea Sawar al Director General de Bienes Culturales, al que se le pregunta por la Ley de Mecenazgo prometida por el Gobierno central y que sigue sin salir adelante. francisco Giménez se expresa de forma tajante: “No tenemos ninguna duda de que la Ley de Mecenazgo sería buenísima para los museos y para la cultura”. Y recuerda que, de hecho, “la inclusión de esa ley en el programa del PP ocurrió aquí, en un documento que se llamó la Declaración de Cartagena, cuando Pedro Alberto Cruz y el equipo de la Consejería de Cultura convocaron a todos los gestores culturales del Partido Popular y a Mariano Rajoy a reunirse, y en esa reunión fue donde el PP declaró que el pilar fundamental de nuestro programa en materia cultural iba a ser una Ley de Mecenazgo”. La salida de Ley se ha anunciado en varias ocaciones* en el último año y medio, aún sin resultado, y tiene en vilo al sector cultural. Francisco Giménez no oculta su impaciencia: “Estamos deseando que en Madrid se cumpla con la declaración que se hizo aquí. Estamos absolutamente convencidos de que es lo único que puede salvar al sector cultural… A los museos les va a venir muy bien, pero al resto del sector cultural también. En Estados Unidos yo he visto en cada butaca de los teatros, un nombre, es decir, que esa butaca la financia un señor y es una cosa muy común. Aquí no tenemos esa costumbre, y a pesar de que en el seno del mismo Partido Popular lo tenemos clarísimo, hay que convencer a Hacienda, que sigue siendo todopoderosa”. Respecto de este tema, sobre las diferencias culturales y también legales entre España y otros países como los anglosajones, también se expresa luis de Miquel: “España tiene un serio problema en estos niveles culturales, y es que el modelo, común a otros países, era muy estatalista. El Estado es el que pagaba buena parte de las actividades culturales y también se apoyaba de manera muy importante por

* http://cultura.elpais.com/cultura/2012/12/28/actualidad/1356726478_311750.html http://cultura.elpais.com/cultura/2013/03/06/actualidad/1362599203_018310.html


otras fuentes de financiación: la ley de Mecenazgo

Campaña de captación de amigos para el Salzillo

a que se resuelva la crisis o no, pero tenemos que reubicar nuestro sistema, porque si el Estado no va a poder seguir pagando, y si no tenemos entidades y fundaciones como las cajas de ahorros que sigan financiando, y si no conseguimos que con el mecenazgo se cambie la conciencia social y se invierta en cultura, pues no hay ninguna otra fórmula. Es un problema serio el que tiene este país y es un debate importante porque nos jugamos mucho”.

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La coincidencia con Juan García Sandoval es total, y también con María teresa Marín torres, aunque la directora del Museo Salzillo se muestra más comedida respecto a su aprobación, debido a las circunstancias: “La ley de mecenazgo sería buenísima para la cultura, porque muchas personas y empresas seguro que invertirían mucho más en ella si hubiera incentivos fiscales. Hoy esos incentivos son muy escasos y la ley debería implantarse cuanto antes, en cuanto se pueda, pero entiendo que ahora que estamos luchando contra el déficit, quizá no sea el mejor momento…”. las cajas de ahorro, que no tenían beneficios sino que lo reinvertían en temas sociales y culturales. Ese sistema ha quebrado porque la Administración ha reducido drásticamente sus ingresos, y ya no tiene dinero para esa política cultural”. Y no sólo eso; De Miquel continúa: “Por otro lado, es que este país no tiene política ni tradición de mecenazgo privado, por dos cuestiones: uno es que no tenemos mecanismos de rentabilidad a nivel de desgravaciones o publicitarias que animen a la iniciativa privada a invertir en cultura, aunque sea por cuestión de imagen… Hay países como Estados Unidos, donde te desgravan prácticamente todo lo que inviertes, y así se incentiva mucho más. En España no hay ventajas, pero es que, y entramos en la segunda cuestión, tampoco hay tradición”. El director del Arqueológico lo tiene claro: “No estamos acostumbrados como lo están en los países anglosajones, donde quizá por su conciencia más calvinista, tienen más presente la buena imagen y la conciencia social, el ser bien considerado en tu comunidad, lo que supone un importante valor para los empresarios. Aquí distamos mucho todavía de llegar a esos niveles. Aquí ni hay tradición de filantropía, ni tampoco hay ventajas económicas. Y claro, esas ventajas económicas significarían menos dinero para Hacienda, y ahora mismo, buena está Hacienda como para prescindir de dinero… Esto es un problema, y habrá que esperar

Mª Ángeles Gómez añade nuevas consideraciones al debate y afirma que, aunque esté pendiente la Ley de Mecenazgo, “a nivel micro hay muchas fundaciones, patronatos y museos que se están organizando, que están haciendo cosas y trabajando con diferentes modelos de financiación y otro tipo de iniciativas populares”. Una de ellas es la de crear asociaciones de Amigos de los Museos, algo que ya poseía el Gaya y a lo que se han sumado otros museos como el Salzillo o el MUBAM. Todos los directores de los museos también hablan de la posibilidad de explorar el mundo del voluntariado cultural, mucho más desarrollado en otros países, y también la opción del pago voluntario como sucede en el British Museum o en la Tate Modern de Londres, donde una gran urna recibe a los visitantes en la entrada para que, si quieren, realicen un donativo. Esto, en opinión de luis de Miquel, también sería difícil en España: “Aquí es que encima somos terriblemente complicados con la burocracia, y nos preguntamos, ‘¿ese dinero después como entra?’… Es complicadísimo que alguien le quiera regalar a la Administración un euro, casi es una donación que tiene que ir al Consejo de Gobierno a que la firmen. Eso de que de pronto entre dinero… Pero este dinero, ¿cómo que entra dinero aquí por las buenas? La ley no lo contempla como una posibilidad de ingreso que de pronto alguien te regale dinero. Entonces, claro, recoges


Manuel fernández-Delgado aboga por un modelo de financiación de los museos en el que, más que equilibrar los ingresos públicos y los privados, la balanza se incline hacia esta última fuente: “Si un museo se pudiese sostener por la aportación de los amigos, de los benefactores, de la gente que se publicita en el museo, sería muchísimo mejor, porque no estaríamos pendientes de la decisión del político del turno o de la decisión económica del momento. Es difícil, pero esa utopía sería fantástica para los museos”. De hecho, el director del Museo Ramón Gaya da las claves para gestionar con éxito un museo público: una es ser buen gestor y tener sentido común, “el menos común de los sentidos”, por encima de los estudios y la preparación académica (“por decir esto en público, me abuchearon”, reconoce), y la otra es haber pasado antes por el sector privado: “ Creo que cualquier persona que se ponga al frente de una institución pública, previamente debe de pasar por una institución privada. Y si es suya, mucho mejor. Yo sé cómo llevo mi casa, sé lo que tengo y lo que puedo gastar, y si esos mismos criterios se utilizan en una institución pública, esa institución funciona. Hay gente en las instituciones públicas que piensan que la administración tiene más dinero del que tiene, y piensan que pueden funcionar a su aire, y no”. Algo similar argumenta francisco Giménez, quien cree que ese sistema de financiación privada, que facilitaría una ley de mecenazgo, es el adecuado: “Los museos no pueden estar al servicio del político de turno, sino al servicio de la sociedad, y para eso lo mejor es que la sociedad se implique, y se hagan las asociaciones de amigos de los museos, y esas micro-financiaciones. Por ejemplo, sería como el que es de una ONG porque desgrava, pero no

sólo por eso, sino por pertenecer a ella; que uno pueda estar en una asociación de amigos de los museos, y financie y le desgrave, pero al mismo tiempo, que entre ahí en la reunión de los amigos del museo, y diga, ‘la próxima exposición temporal que vamos a hacer es ésta’. Ya no va a ser lo que decida el Director General, sino que va a ser lo que decidamos todos”. Por eso, el Director General de Bienes Culturales opina que “la gestión siempre es mejorable”, y afirma tener “mucha confianza en que haya una ley de mecenazgo”. Y profundiza en sus motivos: “Esto es producto de mi cultura liberal, supongo, porque pienso que eso es lo que realmente imbrica a una sociedad con su tejido cultural. No puede depender exclusivamente de los poderes públicos, entre otras cosas porque eso tiende a politizar muchísimo la gestión, y la gestión tiene que ser lo más imbricada con la sociedad”. Sin embargo, y aunque admite sus ventajas puntuales, Mª Ángeles Gómez no se apunta en exclusividad al modelo anglosajón y cree que “siempre existirán diferentes modelos de gestión en museos”. Prosigue: “En España hay museos públicos y museos privados, y también hay museos que se gestionan de forma mixta. Las administraciones públicas subvencionan proyectos y también han subvencionado instituciones e iniciativas privadas. También existen fundaciones, mecenazgos concretos... No creo en el modelo único: cada museo, cada realidad cultural es un mundo. No es lo mismo financiar un museo como el Prado que el Museo Santa Clara de Murcia. No hay que mirar sólo a los grandes, hay otras realidades. Muchos conjuntos monumentales y museos de Reino Unido se abren todos los días gracias a una red de voluntariado que aquí no existe, por ejemplo”. En opinión de Gómez Ródenas, “lo que interesa a los profesionales de los museos es conseguir un equilibrio entre la calidad y excelencia que se debe ofrecer a los visitantes y usuarios, y el mantenimiento, conservación, documentación e investigación de las colecciones y de los edificios que las contienen. Yo creo que eso no es tan caro”.

otras fuentes de financiación: la ley de Mecenazgo

ese dinero, ¿y después, qué haces con él? Estamos en un sistema que controla todo el dinero público, de dónde viene y adónde va, y eso está bien, pero claro…”. Lo mismo señala Marín torres, quien muestra su escepticismo a que esa medida tuviera resonancia en nuestro país:  “En otros países y en otros museos como los americanos, está la costumbre del pago voluntario, que aquí no tenemos. Aquí tenemos la inercia del funcionamiento de los museos desde el siglo XIX. Aquí no tenemos esa costumbre, y si pusiésemos el pago voluntario, nadie pagaría… O quizá sí, pero no tenemos la costumbre”.

La directora del Museo de Santa Clara devuelve a Sawar a las funciones del museo: funciones patrimoniales y sociales que a veces se alejan de nuestra vista cuando nos entregamos al debate de cifras macroeconómicas y modelos de financiación. luis de Miquel recuerda que “el Sawar 43


En opinión de Luis de Miquel, “el museo no sólo sirve para visitar su exposición permanente”. Y ofrece un dato: “En este museo hay casi tantos visitantes a actividades complementarias, eventos, exposiciones temporales o talleres, como a las salas de exposición permanente. Esto es muy interesante e importante, porque las actividades son dinámicas y así no caemos en esa frase de ‘¿para qué voy a volver al museo si ya lo he visto una vez?’. Intentamos evitar eso con nuestras actividades, pero evidentemente, con más medios, habría más actividades o de mayor repercusión mediática. El Director General, francisco Giménez, también reflexiona sobre la función social del museo, que en el momento actual ya se ha puesto como fin último y esencial de la labor diaria: “Estamos recogiendo ahora lo que hemos sembrado en años anteriores, y seguimos sembrando para el futuro”. Por ejemplo, Giménez nos habla del cambio experimentado en la relación entre los 44 Sawar

museos y la educación: “Ya desde hace bastante, los maestros y profesores van acostumbrando a los alumnos a visitar los museos, y antes esto no era muy habitual. No era muy normal encontrarse con un profesor que sacaba a los alumnos para impartir la clase en un museo. Yo que me eduqué en Madrid, recuerdo que un profesor daba sus clases de historia del arte en el Museo del Prado, pero no era lo normal. Poco a poco se sale más a los museos, las bibliotecas y los yacimientos, se dan las clases de manera más viva y dinámica y eso hace que se genere un cierto hábito para que el museo no sea ya un ámbito que imprima un temor reverencial. La gente se va acostumbrando a ir a los museos desde pequeños, e intentamos que los críos que vienen a nuestros museos pasen una buena mañana de tal manera que les quede en el subconsciente ese reflejo condicionado es un sitio de felicidad y de alegría”. También está el ámbito del turismo, sea local, regional, nacional o extranjero. Sobre el tema, Giménez Gracia afirma que “eso se va expandiendo, y lo que antes era una extravagancia, como que el turista de los años sesenta y setenta que iba a la playa, visitara el museo de la localidad, ahora es la cosa más natural del mundo; ahora los turistas van a los museos, y una de las maneras que tienen los ciudadanos de pasar sus ratos de ocio es ir a los museos”. Para Manuel fernández-Delgado, lo más importante es “tener los museos vivos”. ¿Cómo? El Jefe del Servicio de Museos del ayuntamiento de Murcia lo explica incidiendo en la función educativa: “El museo tiene que ser un lugar no sólo lúdico, sino fundamentalmente de enseñanza. La gente va a los museos el Día de los Museos porque se convierten en centros lúdicos, porque nos gusta más la juerga que el aprendizaje. Yo creo que el museo tiene que tener una actividad permanente, constante, para poder atraer a la gente. Y los medios de comunicación también son fundamentales, porque nosotros podemos trabajar muchísimo, pero si no se difunde lo que hacemos, no llegamos a nadie”. Mª Ángeles Gómez Ródenas cree que se puede mejorar en el aspecto educativo: “Hay que dedicar más trabajo y esfuerzo es en educar a los niños y a los más jóvenes, en educarlos para que entiendan la importancia de la conservación del patrimonio, y también para que interioricen que el museo es un espacio común de todos y

la función social del museo

museo es un centro cultural que debe de estar vivo y tiene que servir a la sociedad”. En ese aspecto, de Miquel profundiza: “Tenemos que servir a la sociedad, en primer lugar porque la sociedad nos ha puesto en custodia de una serie de bienes patrimoniales que hemos decidido que deben de ser guardados, al igual que el Banco de España guarda sus cosas, y eso tiene un coste venga o no venga la gente a verlos. Y en segundo lugar, el museo es una institución que sirve a la investigación y al conocimiento, y en una ciudad universitaria como Murcia y con un departamento de arqueología, el Museo Arqueológico recibe todos los días a investigadores y estudiantes. Y ya a nivel de público en general, el museo es un espacio de divulgación de nuestras raíces, pero no sólo de conocimiento de la historia, sino también de todas esas áreas transversales: desde la arqueología y la historia, en este museo estamos trabajando para hablar de temas de género, de violencia y de paz, estamos trabajando con grupos de la tercera edad para plantear el tema de la muerte a lo largo de la historia… Es decir, que hay muchas maneras de transmitir valores desde una educación no formal como es el museo, y toda esa labor de divulgación hace que este espacio sea útil. Si esto cuesta, si queremos salvaguardar y no perder nuestro patrimonio y tener investigadores, este espacio lo podemos aprovechar de la manera más multifuncional posible”.


la función social del museo

para todos”. La directora del Museo de Santa Clara señala que ahora están trabajando más en este sentido, “y también en otras formas de implicación de los ciudadanos en el día a día de los museos, por ejemplo, a través del asociacionismo”. A este respecto, Juan García Sandoval nos cuenta la tarea en la que se embarcó el Museo de Bellas Artes de Murcia: “Hay una cosa por la cual nos llaman y nos envían correos desde otros lugares, y es el proyecto de Alzheimer. Este proyecto empezó siendo modesto, hecho con recursos propios del MUBAM y de la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, y se inició como un programa de visitas de terapia aplicada a enfermos de alzheimer, a sus cuidadores y a sus familiares, y luego se convirtió en un proyecto de alta investigación asociado a medicina en valores, es decir, no farmacológica”. García Sandoval prosigue su relato con orgullo: “Al final, después de cinco años, el proyecto más importante de investigación

en este campo que hay en Europa ahora mismo, es el del Museo de Bellas Artes de Murcia, junto con el MoMA de Nueva York. Hay psicólogos clínicos, neurólogos, educadores, historiadores del arte y museólogos... No solamente estamos descubriendo un tipo de visita que ya la hacen otros museos en España y en Europa, sino que estamos viendo qué obras funcionan, el por qué funcionan, y la razón de que trabajar día a día con el arte, mejora la calidad de vida de personas que tienen enfermedades degenerativas de la mente”. En este tema, la doctora Carmen Antúnez (Directora de la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y directora médica de la Fundación AlzheiMur) está dando charlas desde el punto de vista neurológico a nivel nacional e internacional, Halldóra Arnardottir (Doctora en Historia del Arte) ha estado varias veces en el MoMA dando cursos especializados de lo que se está haciendo en Murcia, y el director del museo está defiendo el Proyecto Alzheimer MUBAM* a nivel nacional.

Los MuSEoS... ¿Son un lujo? ¿Son prescindibles? En este contexto económico de recortes en cuestiones básicas como educación y sanidad, alguien puede llegar a pensar que los museos son un lujo y que, por tanto, son prescindibles. ¿Es así? Manuel fernández-Delgado contesta con decisión: “Al contrario: en esta situación en la que se está recortando, hay que potenciar los museos como lugares de enseñanza y que sean gratuitos, porque desde el museo se puede enseñar a los sectores de la sociedad que más lo necesitan. Y además, no hay que olvidar que una de las misiones de los museos es preservar el patrimonio, mantenerlo y buscar donaciones para aumentar las colecciones, y todo eso necesita una infraestructura que lo pueda hacer. El museo no puede desaparecer, no puede quitarse de en medio”. luis de Miquel explica que lo que intentan los profesionales de los museos “es que nuestras instituciones sean lo más útiles posible a la ciudadanía y al territorio en el que

se integran, y que la gente venga y sienta a los museos como algo suyo”. Juan García Sandoval por su parte se hace una pregunta: “El museo, ¿sabe hacia adónde va? A veces nos encontramos museos que están alejados de la realidad contemporánea, y la realidad ahora es que hay violencia de género, que hay paro, que hay crispación social... Y también nos encontramos con nuevos pensamientos. Esa es la realidad que tú ves en la calle y por eso el museo se tiene que acercar a la sociedad por medio de sus actividades. Hay que trabajar la forma de colaboración con colectivos y con asociaciones, y trabajar de lo cercano a lo lejano. Para todo eso es necesario hablar en paralelo de dinero y presupuestos, pero a veces también hablamos de cosas que no dependen sólo del presupuesto, que dependen también de la voluntad”. De ese modo, Juan García Sandoval afirma que “hay que acercar más los museos a los ciudadanos; cuanto más cerca estemos, más gente vendrá a sus museos para defenderlos”.

* http://proyectoalzheimermubam.blogspot.com.es/


Declaración de lisboa Los Comités Nacionales del ICoM en Europa han publicado la Declaración de lisboa “para sostener la cultura y los museos frente a la crisis mundial y para construir el porvenir”, con ocasión de la Conferencia Internacional que tuvo lugar los días 5 y 6 de Abril de 2013 en el Museo Nacional de Etnología en Lisboa, y que llevó por título Políticas públicas hacia los museos en tiempos de crisis. La Declaración de Lisboa es un llamamiento al Parlamento euro-

peo, a la Comisión, a los gobiernos y parlamentos de los países europeos y a los gobiernos regionales y locales, y tiene por objetivo defender a los museos y las instituciones culturales de Europa y de llamar la atención de los organismos antes mencionados sobre la situación precaria en la cual se encuentran los museos, que hacen frente a las amenazas y dificultades en cuanto a la sostenibilidad económica. Sawar Murcia traduce parte de dicha Declaración.

* http://icom.museum/fileadmin/user_upload/pdf/Statements/ENG/Lisbon_Declaration_ENG.pdf

“Nos gustaría señalar que en muchos países de Europa y de la Unión Europea, la crisis económica está produciendo dramáticos efectos sobre la actividad cultural y los museos. Los museos son recursos únicos que no sólo producen conocimiento y educación, sino que también contribuyen significativamente al desarrollo social y económico. Este llamamiento presenta a los Parlamentos y Gobiernos tres acciones prioritarias para dirigirse a la crisis y diez propuestas para la gestión sostenible del patrimonio cultural y los museos. En muchos países europeos, la crisis económica ha generado un descenso drástico del apoyo financiero tanto úblico como privado a la cultura y los museos. Los recortes financieros automáticos y ciegos no distinguen entre iniciativas efímeras e instituciones permanentes. Estos recortes drásticos están poniendo en peligro a muchos museos y sus colecciones, y amenazando las condiciones laborales de los trabajadores, especialmente de los más jóvenes. Compañeros están perdiendo sus trabajos y los jóvenes están mal pagados, tienen contratos temporales precarios y no encuentran un puesto apropiado. Con gran preocupación, vemos cómo los museos tienen que reducir horarios y actividades, o se ven forzados a cerrar por falta de recursos. Los políticos necesitan reconocer que los museos son instituciones intergeneracionales y a largo plazo, donde la conservación, la investigación y la difusión del saber están fuertemente emparentados. Ninguna de estas funciones debería ser abandonada. En tiempos de crisis, la cultura, los museos y el patrimonio son a menudo considerados un lujo que la sociedad apenas puede permitirse, aunque en realidad son activos de crecimiento sostenible. Tenemos el firme convencimiento de que en estos momentos tan críticos, debemos cambiar nuestros pensamientos tradicionales al respecto no sólo de la economía y las finanzas, sino también de nuestra sociedad y modo de vida (...)”. Tres prioridades y diez objetivos para hacer frente a la crisis y promover el valor de los museos y del patrimonio: Prioridad uno: Los museos son motores positivos de desarrollo más que fuentes de gasto, especialmente en tiempos de crisis donde las políticas a largo plazo deben estar por encima de las cortoplacistas (...). No hay crecimiento sostenible sin desarrollo cultural (...). Pedimos a los gobiernos: 1-Cumplir con sus obligaciones para con el patrimonio y los museos y con el legado cultural de las generaciones futuras.

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2-Elevar el porcentaje del PIB destinado a museos y cultura, especialmente si están por debajo de la media europea. 3-Aumentar o mantener los recursos de los museos de manera que puedan cumplir su fin social y seguir con sus actividades para el desarrollo de la comunidad local. Prioridad Dos: Los gobiernos deberían proteger y promover los recursos humanos de los museos. Los museos están perdiendo profesionales, incluso científicos y técnicos expertos. Sin científicos, aministrativos y gestores, no pueden contribuir al crecimiento social (...). Pedimos a nuestros gobiernos: 4-Apoyar la necesaria generación de sustitutos para el personal de los museos. 5-Preservar y promover las competencias de los profesionales de museos tanto en centros públicos como privados y asegurarse de que se contrata a personal cualificado. 6-Promover la formación del personal de museos para que adquieran una alta calidad formativa. 7-Implementar programas de empleo para los profesionales jóvenes competentes de los museos, incluyendo beneficios fiscales. Prioridad tres: Los gobiernos deberían promover la participación ciudadana en las actividades de los museos sobre la base del voluntariadoy favorecer sinergias entre los organismos públicos y privados y los patrocinadores, para garantizar la gestión sostenible de los museos y el patrimonio. También deben promover las sinergias entre las actividades de los museos y los programas escolares y educativos. Pedimos a nuestros gobiernos: 8-Promover la cooperación en las actividades de los museos entre instituciones, agentes públicos y privados, profesionales y voluntarios. 9-Favorecer las donaciones y acciones en favor de los museos mediante medidas de flexibilización fiscal”. El 6 de abril de 2013, firmaron la declaración los vocales del ICOM de Bélgica, Croacia, Grecia, Italia, Portugal y España, así como los presidentes de ICOM Europa y de ICOM internacional. esta declaración fue enviada al Sr. José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión Europea y al Sr. Martin Schulz, Presidente del Parlamento europeo con ocasión del Día Internacional de los Museos.


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¡Gracias!

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SaWaR MuRCIa quiere dar las gracias por la ayuda en la elaboración de este número a: Manuel Fernández-Delgado; María Teresa Martín Torres; Luis de Miquel; Francisco Giménez Gracia; Juan García Sandoval; Mª Ángeles Gómez Ródenas; Luz María Gilabert González; Consuelo Oñate; Teresa Mª Fernández Cabada; Mª José Pérez Turpín; María Manzanera; y a todas aquellas personas que de un modo u otro han orientado y colaborado en este reportaje; también a los autores de los textos usados como fuente documental y citados en el mismo, y a los que, por motivos de agenda o falta de tiempo, no han podido aparecer finalmente. Gracias a Tete López y a Intermón Oxfam por volver a incluir un anuncio de su admirable labor en esta revista. Sawar Murcia ofrece todo su apoyo a la ‘Tasa Robin’. Gracias a Ángeles y a ANSE, la Asociación de Naturalistas del Sureste que cumple 40 años defendiendo el patrimonio natural de nuestra Región. -Si te interesa Sawar Murcia, Visita nuestra web: sawarmurcia.wordpress.com Síguenos en Twitter: @SAWARMURCIA Síguenos en Facebook: www.facebook.com/pages/Sawar-Murcia -Y si quieres hacernos llegar algún comentario o idea, envía un mail a: sawarmurcia@gmail.com Sawar no se hace responsable de las opiniones recogidas en sus páginas


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