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Un perfecto culebrón

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No amarás

No amarás

ROBERTO PLIEGO robertopliego61@gmail.com

Algo desentona en la novísima narrativa mexicana, y no me refiero a los pasquines que se llenan la boca de pronombres no binarios sino a esas historias de universitarias sin brújula ni oficio, madres distantes o ausentes y mujeres que cargan el peso de un embarazo indeseable. La tarea de redefinir la condición femenina amenazada por la violencia patriarcal termina convertida en un culebrón para la barra vespertina. Eso es, sin dobleces, Lasvigilantes (Lumen), de Elvira Liceaga: un culebrón.

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Ahí tenemos a Julia de regreso al departamento que habita su madre luego de cinco años académicos en Nueva York, y, sobre todo, ahí tenemos a Silvia, una joven violada por su tío que ha encontrado refugio en una casa de asistencia mientras llega el momento de parir y ceder a su criatura en adopción. Su relación tiene mucho de contrato laboral: Julia alfabetiza a Silvia y en el camino, porque se trata de una métome-en-todo, se encariña como lo haría una mujer que cree representar a todas las mujeres. Así que, al cabo de unas semanas, la alumna y la maestra comparten intimidades, rebanadas de pastel, gustos musicales, bajo la mirada inquisitiva de las monjas que sirven de intermediarias entre las embarazadas —una decena, quizá, adolescentes y adultas huyendo de la miseria y la exclusión familiar— y los futuros padres adoptivos.

Catherine Baab-Muguira Planeta México, 2023 288 páginas

La imagen de Noé está indisolublemente asociada al Arca y el diluvio. ¿De modo que fue un constructor de navíos, un navegante? Nada de eso. Como expone este ensayo, acompañado de láminas y grabados, se trató en realidad de un arquitecto, un artífice contra la catástrofe, pues el Arca tenía la forma de un gran y soberbio edificio.

Como Van Gogh, durante buena parte de su existencia Edgar Allan Poe vivió en la miseria; y, al igual que el pintor, el reconocimiento y las ganancias por su obra llegaron una vez que murió. Pero con todo y lo mal que la pasó, BaabMuguira encuentra que aspectos de su obra pueden servir para evadir problemas de trabajo y personales.

Will Gompertz

Taurus México, 2023 280 páginas

Este libro, subtitulado Elmundovisto atravésdelarte, tiene como propósito que el lector aprenda a mirar lo que le rodea más con la mirada de asombro que con un sentido estético. Gompertz parte de que en tanto vemos todos los días las calles y los objetos de nuestra casa, se vuelven invisibles; en cambio, el artista los ve con “ojos inocentes”.

El lector no tarda en sentirse como un convidado incómodo a los montajes aleccionadores de Loquecallanlasmujeres. También se siente propenso a ser acusado de insensibilidad y, aún peor, de toxicidad masculina, cuando declara su rechazo por la manera en que Lasvigilantes adquiere los usos y la estructura de una guía del perfecto embarazo. Es cierto: el destino de esa mujer violentada, y sola e inmune a los sentimentalismos, acongoja y solivianta y revuelve, ¿pero acaso la realidad literaria, el mundo entrevisto y juzgado a través del velo de la ficción, debe ser una corre-ve-y-dile sumisa de la realidad testimonial?

Algo desentona en la novísima narrativa mexicana. Como género, el realismo social goza de un merecido prestigio. Y Las vigilantes no pertenece a este género, aunque proclame su filiación, porque no hay página o momento o frase que aspire al arrebato literario. Solo quiere una audición para integrar el coro de moda. _

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