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El misterio de las tijerillas traviesas
Eran las diez de la mañana cuando Cano y su hermano mayor, Sikeo, surcaban (cruzaban) el hermoso cielo azul puertorriqueño rumbo a la Isla de Mona. Desde lo alto, Puerto Rico se veía radiante, espectacular. –¡Qué preciosa es mi Isla! –pensaba Cano lleno de alegría–. De repente, un pensamiento triste anuló (canceló) su felicidad: sus amigas la tortuga verde y la tortuga carey de concha tenían un grave problema, pues alguien les estaba robando sus camadas.
Entonces, Cano extendió sus fuertes alas y se desplazó con mayor rapidez hasta que llegó a la Playa Sardinera. Al aterrizar, las tortugas y los cobitos lo esperaban ansiosos.
–Por fin llegas querido amigo –dijo Tilín con voz entrecortada por el llanto–.
–Estamos desesperadas –añadió Mimí, mientras se secaba los ojos con su pañuelo de encajes rosado–.
–Yo también me uno a ellas, mis hijitos amados han desaparecido de la noche a la mañana, sin dejar un solo rastro en la arena –expresó Evia, una cobita (cangreja ermitaña) conocida entre todos por ser una excelente madre–.
Cano no salía de su asombro. Algo estaba muy mal y él tenía que averiguarlo. Lo misterioso de todo esto era que desaparecín sin dejar rastro visible; por eso, nadie había podido ayudar a las tortugas ni a la cobita. Así que, como un buen detective, Cano comenzó a interrogar a todos los presentes.
repente vio a unas tijerillas que posadas en el tope de un árbol observaban de manera ladina (maliciosa). Entonces, se les acercó y les preguntó:
-Hola tijerilla. ¿Saben ustedes algo de las misteriosas desapariciones de varias tortuguitas misteriosasz desapariciones de varias tortuguitas y de varios cobitos? -cuestionó Cana muy serio-.
Como ellas no esperaban ser interrogadas se confundieron y delataron (descubrieron) sin querer a las malvadas tijerillas que raptaron las camadas.
-No, no sabemos dónde Nona y Vetri tienen escondidos a esas tortoguitas y a esos cobitos -dijo una tijerilla mientras que la otra la mandaba a callar-.
–O sea, que ustedes tienen conocimiento de que esas dos tijerillas alocadas se están robando las camadas y no las han denunciado a las autoridades. Pues voy a llamar a los vigilantes de Recursos Naturales y Ambientales en este momento si no me dicen dónde están.
–No, por favor Cano. Ellas se llevaron las tortuguitas y los cobitos para Playa de Pájaros. Están prisioneros en una cueva, ellas van a pedir un rescate millonario o de lo contrario los tirarán en el Desecheo. Por favor, no nos descubras porque Nona y Vetri son muy malas y codiciosas (egoístas).
Cano no salía de su asombro al escuchar tanta maldad. Entonces, idéo un plan perfecto. Su hermano Sikeo junto a varias gavotas monjas, palomas turcas y bobas blancas formarían tremenda algarabía (bulla, gritería) afuera de la cueva donde Nona y Vetri tenían a los bebés.
Cuando éstas salieran a averiguar lo que estaba pasando, Cano, los gavilanes y las águilas marinas rescatarían las camadas, mientras Sikeo y sus amigos atrapaban a las
malvadas tijerillas. Y as fue como sucedió todo. Aunque al principio las tijerillas ofrecieron resistencia pronto Sikeo y las aves lograron apresarlas (capturarlas).
Ya todo ha vuelto a la normalidad: las tortugas retozan alegremente en la Playa Sardinera, los cobitos juegan con su mamá y Cano disfruta una exquisita cena junto a su querido hermano Sikeo.