Los armados o Los archivos del improviso
Pantana
Los armados, o también (y mejor) Los archivos del improviso son una serie de 10 personajes (o bien 10 historias) (o bien 10 ensambles) que encontré durante algunas tardes del mes de febrero de 2012. Aparecieron gracias a un correo electrónico, a unos restos guardados, al regalo de un amigo y a casualidades resultantes de impericias logísticas; y finalmente se concretaron a través de la planificación de todo lo anterior sobre una base específica: armar una pequeña serie, en pequeño formato, para mostrar en algún lugar pequeño.
Pantana febrero-marzo de 2012 Montevideo, Uruguay
Los archivos
NOTA: La redacción de los textos que acompañan a cada improviso surgió y fue realizada espontáneamente durante el proceso de confección de cada pieza, por consiguiente, pueden encontrarse algunas erratas en la escritura. En compromiso con la obra, se reproducen dichos textos tal como fueron escritos.
#1: Jacinto Jacinto fue el primero, y por eso no tiene mucha historia. Tenía que empezar por algún lado, y un pico fue la mejor forma, porque un pico es como una boca pero que ya habla sin abrirse, porque señala.
#2: Rogelio
Rogelio tenĂa que entregar un regalo sorpresa, pero lo sorprendieron llevĂĄndolo y la nariz se le puso colorada de la vergĂźenza.
#3: Ramiro
Los demás decían “pobre Ramiro” (porque se pensaban que era tuerto, o que no veía bien) pero él no se preocupaba, porque tenía un ojo para mirar y otro para ver.
#4: Augusto
Por quedarse pensando en Albertina, la trapecista, la hora de la funci贸n lo agarr贸 a Augusto sin nariz, y tuvo que salir corriendo del escenario antes que todos se dieran cuenta
(un payaso sin nariz es como un pan sin manteca: se puede igual, pero no).
#5: Ernesto
Sorprendido en medio de una larga meditaci贸n, Ernesto se di贸 cuenta (un poco tarde, la verdad) de que se estaba disolviendo en su entorno de a poquito.
#6: Roberto (el perro de Juan)
Pobre Roberto, una vez que pasan las cosas al revĂŠs y nadie le explica quĂŠ tiene que hacer ahora.
#7: Soledad Y sĂ, a quiĂŠn se le ocurre ponerle ese nombre a una casa.
#8: Lucía Una rueda sola le alcanzó a Lucía para agarrar coraje y velocidad al mismo tiempo.
#9: Martín Hace rato largo que Martín cuenta a las escondidas. Pareciera (pero esto es sólo una suposición) que lo que más le interesa del juego es contar.
#10: Luis
Mejor terminar, Luis estรก cansado.
Anexo
Anexo: Diario
El diario de los archivos, que poco explican sobre el contenido de cada improviso, pero acompa単an bastante bien todo el asunto.
Montevideo, Uruguay 2012