Catálogo de la Exposición Magar, es María Garcia

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MAGAR

es María García



MAGAR

es María García


EXPOSICIÓN

CATÁLOGO

Comisariado María Isabel Moreno Montoro

Textos Manuel Parras Rosa María Isabel Moreno Montoro Teresa Ortega Ruiz

Coordinación Técnica Manuel Correa Vilches Juan Carlos Cárdenas López Olga Mª Gallego Romero Transporte y montaje Equipo de Mantenimiento de la Universidad de Jaén

Fotografía Juan Antonio Partal Montoro Diseño y maquetación Javi Montoya

Impresión Gráficas La Paz de Torredonjimeno, S. L. ISBN: 978-84-8439-710-6 Depósito Legal: J - XXX -2013


MAGAR

es María García

12 marzo - 19 abril 2013 Sala Zabaleta de la Universidad de Jaén



Índice

MAGAR es María García, Manuel Parras Rosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7 Tradición, género y deseo de libertad, María Isabel Moreno Montoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 MAGAR, Teresa Ortega Ruiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13 En torno a la artista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13 En torno a la obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18 Obra comentada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23 Breves notas biográficas, Teresa Ortega Ruiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29 Pintura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35 Dibujo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51



MAGAR es María García

MAGAR es María García, mujer, artista y giennense. A la que le tocó comenzar a vivir, y ser artista, en aquella época en la que todavía era algo especial esa combinación entre ser artista activamente y ser mujer, y mucho más especial en provincias.

Al conocerla descubrimos en su mirada el espíritu indómito que corresponde a decisiones tan valientes como las de buscar el conocimiento y la satisfacción profesional a costa de perder el contacto directo con las raíces y la familia. Esfuerzo que, al menos en su caso, dio como fruto la extraordinaria colección de obras, dibujos y pinturas, que presentamos en nuestra Sala Zabaleta. Podemos ver tanto los trabajos del natural a partir de modelos como la recreación de escenas cotidianas en las que casi siempre las personas que la rodean, familia o desconocidos, son el objeto de interés y estudio en la obra.

Hay algún otro caso como el de ella, tal es el de Dolores Montijano, a quien esta Universidad también homenajeó no hace muchos años. Ambas, finalmente, buscando lugares con más oportunidades, no desarrollaron la mayor parte de su actividad artística en tierras de Jaén. La segunda se estableció en Granada, y Magar a la que hoy rendimos tributo, entre otros lugares, pasó gran parte de su periodo más activo en París, donde se codeó artísticamente con el ambiente que correspondía a este mundo por aquellos años sesenta y setenta.

Sobre la trabajo de Magar no quiero comentar nada más, pues cualquier cosa que pudiera decir sería un pálido reflejo de la maestría de esta artista. Por lo tanto mi invitación es a que no dejéis pasar esta oportunidad de ver reunido el conjunto de obras que mostramos.

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Me consta que en los últimos años, además de la Universidad, ha habido intención de rendir este homenaje a María García desde otros organismos y entidades. Cabe esperar que ésta de ahora no sea la única ocasión en la que podamos apreciar la talla artística de nuestra autora, por eso os convoco a que demos comienzo a lo que pueda ser un grato recorrido por la trayectoria de Magar que esperamos tendrá su continuidad en otros espacios de Jaén y de fuera. Manuel Parras Rosa Rector de la Universidad de Jaén.

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Tradición, género y deseo de libertad

norama internacional, y concretamente de París, donde produce durante bastantes años, su obra pasa desapercibida. Es una más que, al fin y al cabo, no aporta un progreso al devenir del arte. Un trabajo extraordinario, impecable. Una destreza del dibujo magistral. Un tratamiento de la luz y la sombra excepcional. Todo ello siguiendo los pasos de otros que ya habían desaparecido algunos años atrás.

El interés de Magar y su producción artística tiene su marco en la perspectiva del circulo cultural de Jaén en el siglo XX. Si bien es verdad que la artista desarrolla el grueso de su trabajo fuera, no ya de los límites de Jaén, sino del país, su adscripción es giennense. Ella así lo considera, y en un momento dado retorna a Jaén. Aunque su obra además de haberse producido fuera se encuentra en parte también en el extranjero, todas las consideraciones que hagamos sobre ella se someten a las circunstancias de su creadora, quién a pesar de haberse acabado de formar y de trabajar aproximadamente treinta años entre Francia y otros países europeos es una artista de Jaén.

Ahora bien, todo esto en el contexto de Jaén supone un compendio de consideraciones de gran valor en relación al mérito de Magar y su obra, y también en cuanto a las evidentes conclusiones de lo que es un mundo provinciano para vivir el arte. Debemos destacar que en el conflicto del lugar de las mujeres en cualquier ámbito, y en el del arte también, Magar demuestra que la creación no se escribe con

Y es precisamente en esta localización de provincia donde su obra cobra verdaderamente valor. En el pa-

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porque si quisiéramos hacer comparaciones, muchos bien considerados saldrían perdiendo. No sé si esto forma parte de las razones que provocan la ausencia de Magar en los “círculos” artísticos de Jaén, entre las que fue la más importante la estar físicamente fuera durante tantos años.

capacidades de género. Es verdad que ese gran pasaje de su obra que son los dibujos realizados en París son producto de la tradición y la academia, tan masculinas. Es verdad también que Magar no lo hace ni como mujer militante ni tampoco como mujer que se apropia de las armas masculinas. Su leitmotiv es un intenso deseo de adquirir conocimiento artístico y por medio del arte. Por lo que a pesar de que no se aporta militancia de género, sí es muy evidente que se aporta una autoconsideración de igualdad absoluta con los hombres en cuanto a capacidades, y que su condición de mujer le sirve a Magar no ya para no verse límites, sino para considerar un reto el alcanzar los mismos espacios que los hombres.

Pero si la condición humana, a la que el arte no escapa, que hace que sintamos recelo, o envidias, intenta tapar algo como el caso Magar, el tiempo, y en este caso afortunadamente a tiempo, con ella para celebrarlo con nosotros, saca a la luz la verdad. En este caso, como siempre, no es meramente el paso del tiempo, sino la toma de posición de otras mujeres. Porque si bien es verdad que Nicolás Sánchez Cubillo es promotor incondicional de la obra de Magar, es destacable que el que otras vayan no solo exponiendo sino escribiendo y opinando, es lo que hace que personajes como la artista que nos trae aquí se conviertan no en la excepción sino en lo que tiene que ser.

Desde la perspectiva de Jaén, se puede considerar una pionera. No voy a referir las acertadas consideraciones que ya hace Teresa Ortega más adelante al respecto. Pero es imprescindibles traerlas a colación para comprender que el mérito real de Magar está en situarla como artista de Jaén.

Por esto, más allá de la tradición en el arte, y las cuestiones de género, Magar nos hace hablar de libertad. Porque ella un día la anheló y fue coherente con sus principios, y luchó por un lugar en el saber y en el conocimiento, y también a su manera, buscó la libertad

En primer lugar porque aporta un alto valor a la producción artística giennense del siglo XX. En segundo lugar porque equipara la actividad artística de las mujeres en la provincia a la de los hombres. Continuando,

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en su estilo pictórico y en el dibujo, rompiendo no solo con los géneros reservados a las mujeres sino también con las normas del grafismo y la plasticidad que la academia más estricta imponía. M. Isabel Moreno Montoro Directora del Secretariado de Actividades Culturales y Comisaria de la Exposición. Universidad de Jaén

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MAGAR

Por Teresa Ortega Ruiz

na que tan hondamente sentía pues, aquella, era una sociedad todavía muy cerrada a la formación de las mujeres y cuyos estereotipos culturales, presentes en nuestras vidas desde el momento en que nacemos, asocia a los varones con características tales como educación, formación, seguridad, libertad, competitividad, racionalidad, dominación… y a las mujeres con sumisión, pasividad, maternidad… relegándonos al ámbito de lo privado, de lo artesanal… De manera que, culturalmente, los roles de género se han diseñado para que el saber y el poder hayan sido históricamente espacios a los que las mujeres no hemos tenido fácil acceso. Conquistar un saber, mantenerlo y ejercerlo, dota de un poder que los hombres no han estado dispuestos a ceder ni a reconocer. La profesora de Filosofía Amelia Valcárcel dice sobre esta cuestión y refiriéndose a los años cincuenta y sesenta, El orden patriarcal se mantenía incólume. “Patriarcado” fue el

EN TORNO A LA ARTISTA Creo que es de justicia hacer un trabajo sobre María García González –MAGAR-, pintora de Jaén que, sin embargo, ha expuesto en nuestra ciudad menos de lo que hubiéramos deseado quienes conocemos su pintura. Incluso hay que señalar que ha expuesto mucho fuera de Jaén y de España y que gran parte de su obra se encuentra fuera, en diferentes ciudades europeas. Magar comenzó su formación artística en 1951, cuando vio culminada la pasión que desde niña sentía, con el ingreso en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Se debe tener en cuenta que no era muy normal que una chica joven, nacida en una capital de provincia como Jaén, se desplazara sola a Sevilla para formarse en una discipli-

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término elegido para significar el orden sociomoral y político que mantenía y perpetuaba la jerarquía masculina. Un orden social, económico, ideológico que se autorreproducía por sus propias prácticas de apoyo con independencia de los1 derechos recientemente adquiridos por las mujeres .

en cuenta los factores sociales y culturales que la contextualizan, para hacer un análisis –con perspectiva de género- del trabajo plástico de esta mujer pintora. Es importante, por tanto, tener en cuenta, que los estereotipos sociales y culturales que predominan en nuestra sociedad respecto a las mujeres, sean un factor a tener en cuenta, a la hora de analizar la obra de cualquier mujer pintora. El estereotipo de lo “femenino” es un producto de la cultura que ha llevado a que de manera automática se busque en las obras de la mujer características y valores propios de la construcción cultural de lo femenino. Así nos encontramos, que a lo largo del tiempo se han empleado una serie de adjetivos muy concretos para referirse a la obra realizada por mujeres: suavidad, intuición, delicadeza, dulzura, gracia, ingenuidad, íntima, entre muchos otros. Mientras que para la de los hombres son: fuerza, brío, precisión, audacia, gravedad… Y cuando se ha dado valor a la obra de una mujer, siempre ha sido comparada con el hombre.

Esto nos debe hacer recordar que, precisamente, es en la década de los cincuenta, cuando Magar comienza su formación artística y en España, el franquismo utilizó la educación en general y la de la mujer en particular, no sólo desde las escuelas sino desde el púlpito y el discurso político, para transmitir unos nuevos valores y un modelo de sociedad y familia que el régimen franquista necesitaba para sus objetivos políticos. La educación en aquella España fue, en definitiva, el mejor instrumento que se utilizó para perpetuar la sociedad patriarcal y la socialización de los valores creados por este régimen, acabando así, con el sistema educativo republicano que había supuesto grandes avances en el reconocimiento de la formación, la educación y los derechos de las mujeres. De ahí que a la hora de analizar la obra de Magar, se deban tener

Existe también un tópico y una jerarquización de los temas artísticos; de manera, que a la mujer se le ha presupuesto para pintar sólo temas de flores, paisaje, naturalezas muertas, miniaturas… y se le ha vetado pintar la figura humana y, mucho menos, el desnu-

1 VALCÁRCEL, Amelia, BERNAU, Mª Dolores, ROMERO, Rosalía (eds.) Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI. 2000, Sevilla, Instituto Andaluz de la Mujer. p. 041.

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pues, la carrera de arquitectura no era muy habitual que la cursaran las mujeres de aquellas generaciones, como tampoco, que, desde el seno familiar, se apoyara esta idea. Lo habitual, en el mejor de los casos, era formar a las hijas en ciertas disciplinas culturales –música, arte, lectura, bordado…- pero siempre enfocadas al ámbito familiar, para ser buenas y ejemplares esposas, madres, amas de casa… Está claro, que el respeto de los padres hacia la vocación de María por hacer Bellas Artes y la libertad que tuvo para decidir y elegir lo que quería estudiar, no era muy normal. Esta actitud familiar, dice mucho del ambiente vivido por nuestra pintora e indiscutiblemente, debió influir en la manera de expresar lo que sentía. MAGAR, recuerda con pena y nostalgia que fue el mismo año de su ingreso en Bellas Artes, cuando murió su padre.

do. Los temas de las flores, etc., han sido considerados como temas fáciles, cotidianos, intrascendentes, apropiados para las mujeres. Como consecuencia, al delimitar el campo de la expresión de la mujer a este género, la pintura de flores se ha considerado como un género menor y, por extensión, se ha devaluado a las mujeres que lo practican. Como se podrá ver, cuando se analice la obra de Magar, ninguno de estos estereotipos se da de manera clara en la artista giennense; su temática y su técnica rompen, de manera natural y en cierta medida, con muchos de todos estos estereotipos, pues el eje principal de su temática es la figura y, concretamente, el desnudo de mujer. Tampoco ninguno de los adjetivos adjudicados tópicamente a la pintura de las mujeres, encaja en su obra.

Y aunque es cierto que el ambiente familiar es favorable a la formación de Magar, no deja de llamar la atención su temprana vocación y su necesidad de adquirir una formación académica sólida, que le lleva a adoptar una actitud como mujer que le aleja de los estereotipos de la época. Esto es, precisamente, adelantarse a su tiempo. El deseo de formación, de luchar por aquello que tanto deseaba, es en definitiva, luchar por la liber-

Quizás tenga mucho que ver su entorno más cercano, el familiar, en el que ha vivido. Su padre y su madre, de clase media alta y con formación cultural, desean, por encima de todo, que las dos hijas que tienen reciban una sólida formación académica. Desean que María realice los estudios de arquitectura –en muchas ocasiones nuestra pintora, ayudó a su padre, perito agrícola, a realizar planos-. En este sentido, ya nos encontramos con una familia que rompe estereotipos,

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mujer, sean del ámbito que sean. Como tampoco se debe olvidar, que todavía existen muchos países donde las mujeres siguen sufriendo y viviendo en condiciones de absoluta esclavitud por el simple hecho de ser mujeres.

tad para decidir como mujer y como creadora lo que quería hacer en su vida. No sabría diferenciar bien si María García se rebela en primera instancia como mujer ante una sociedad injusta o es la fuerte necesidad de aprender, de desarrollar su potencialidad creadora la que le impulsa a retar todos los obstáculos de una sociedad androcéntrica que, como se ha señalado anteriormente, relegaba a la mujer al ámbito de lo privado. Pero quizás y en el fondo, las dos posturas sean la misma. Ella, consciente o inconscientemente, como mujer rompe con ese orden de roles y decide salir de Jaén para formarse profesionalmente. En ese sentido, la pintora que tratamos, fue una mujer inconformista, adelantada a su tiempo, que antepuso su formación y creatividad a todo lo establecido para una mujer.

Poniendo en relación todo lo comentado anteriormente con la pintora Magar, me gustaría poner de manifiesto que como artista plástica no es lo suficientemente conocida ni reconocida en nuestra provincia, al menos, no como debiera serlo, dado el valor indudable de su obra, al margen de su género. Y es más, me atrevería a decir, que su condición de mujer le ha puesto en clara desventaja respecto a los artistas hombres que a lo largo del tiempo, han venido acaparando los espacios expositivos y de crítica en Jaén. Es cierto que en la provincia de Jaén, y hasta hace relativamente pocos años, no ha habido muchas mujeres dedicadas a las artes plásticas con una trayectoria larga en el tiempo y seria en cuanto a la dedicación a ellas; algo que, muy bien, podría tener que ver con todos esos roles sociales mencionados anteriormente. Roles, por otro lado, asumidos culturalmente, por las mujeres de manera natural y que les hacía ser discretas y tener poco afán de protagonismo y mucho menos ser consideradas como creadoras artísticas. De ahí

Hoy, parecería ya innecesario insistir en estos hechos, pero el agravio ha sido tan grande para las mujeres, que quienes nos acercamos y reflexionamos –de manera más o menos profunda, con unos u otros fines, con unos u otros planteamientos- sobre estos hechos, no podemos, cuanto menos, obviar esa realidad y proclamarla para no olvidar que la Historia, ha sido tremendamente injusta con nosotras. Y aún hoy, existe la necesidad de hablar de las discriminaciones de la

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privado y su trabajo nunca ha tenido proyección hacia lo público.

que la propia mujer pintora, haya adoptado una actitud pasiva frente a la difusión de su obra si la comparamos con la actitud adoptada por los hombres.

Y es curioso. Conversando con la autora, compruebo que ella no se ha sentido ni se siente discriminada como mujer pintora y por tanto no da excesiva importancia a estas cuestiones. Soy yo, mi análisis y mi mirada, la que observa que su obra, la categoría que como artista plástica tiene MAGAR, insisto, no ha sido difundida ni reconocida a nivel institucional y de los círculos artísticos de Jaén, como ha sido la de algunos pintores hombres cuya trayectoria y obra, cuanto más, queda a la altura de la de nuestra creadora. Es justo también decir que quizás, en cierta medida, ella se haya sentido una mujer privilegiada y respaldada por la Institución Teresiana a la que pertenece; una institución concienciada de la importancia de la formación y promoción de las mujeres. Aún así, el valor de Magar como mujer le llevó a reaccionar ante la situación social que como mujer le tocó vivir, de la mejor manera que sabía: pintando, esculpiendo y dedicando parte de su tiempo a la docencia de las artes.

Y es cierto, también, que las mujeres artistas que tenemos en Jaén, han sido escasamente visibilizadas y cuando no, ignoradas no sólo por los “círculos de arte” – compuestos por hombres- sino por las instituciones, sobre todo, las Instituciones Culturales. Un ejemplo de ello, lo tenemos en nuestro Museo Provincial. En las salas dedicadas a los pintores de Jaén –y digo los y no los/as pintores/as- no ha habido ninguna obra colgada o expuesta de pintora o escultora alguna hasta muy, muy recientemente, en la que se ha adquirido una pieza de la alcalaína y afincada en Granada, Dolores Montijano; una de nuestras más veteranas, internacionales e interesantes artistas plásticas, tanto por su constantes investigaciones en el grabado como en otras técnicas pictóricas. Desde mi punto de vista, Jaén tiene una deuda que saldar con esta mujer pintora. Diría mejor que son dos deudas que saldar con la de Magar.

Poca gente sabe que nuestra artista llega a París en unos años –mediada la década de

En el caso de MAGAR es cierto que su discreción y poco afán de protagonismo, puede haber contribuido a su invisibilidad. Otro claro estereotipo. La cultura androcéntrica ha relegado a la mujer al ámbito de lo

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1950- cuando termina Bellas Artes y necesita beber del arte nuevo que se hacía en Europa. Y es, precisamente, en la primera mitad del siglo XX cuando las mujeres irrumpen en el mundo del arte y de la cultura, comienzan a ser grandes protagonistas del arte y a ser representadas en cuadros y esculturas que realizan, ahora, las propias mujeres emancipadas del hogar e incorporadas de lleno en la sociedad, en el ámbito de lo público. Estas mujeres realizarán un nuevo arte que intentaba liberarse de todos los convencionalismos que se les exigía y muchas de ellas, hacen girar su obra en torno a sí mismas, afrontando su propia existencia. Era la búsqueda de la propia identidad como mujer a través del arte, algo que conecta con nuestra autora.

EN TORNO A LA OBRA Conocí la obra de María García González, MAGAR, en 1990, cuando realizó una exposición individual en la sala “Miguel Castillejo” de Jaén. Me interesó mucho, pero nada sabía de la autora. Pregunté y se me dijo que había estado muchos años en París y en otros países de Europa. En el 2000 coincidimos en una colectiva: Artistas de Jaén con los sin techo y desde entonces he ido interesándome por ella. Dos años después, 2002, volvió a exponer en Jaén –en la sala de Caja Granada- y allí la conocí personalmente. Fue el comienzo de una cierta relación. En el 2007 la invité a participar en la exposición Mujeres creadoras-creadoras Mujeres, organizada con motivo del Día Internacional de las Mujeres y que, desde hace algunos años, la asociación a la que pertenezco –Asociación de Mujeres Progresistas por la igualdad y contra la violencia de género- viene realizando. Desde entonces he hablado más con ella y en alguna ocasión, le expresé mi interés por estudiar su obra; hoy, nos conocemos algo más y yo he podido disfrutar de su amplia e interesante obra las veces que he ido a su estudio.

En este ambiente de arte parisino Magar vivió treinta años y algunos en Bélgica y Roma siempre trabajando la pintura, la escultura y dedicada también a la docencia. Fue en estos países donde comenzó a exponer su primera obra y en ellos ha expuesto más que en su propia tierra a la que volvió, definitivamente, en 1989. Desde entonces y hasta hoy, con más de ochenta años, aún sigue pintando y recibiendo encargos de otros países.

Recuerdo bien el primer día que entré en su casa y en su estudio. Previamente, le había llamado por teléfono. La emoción del encuentro y el deseo de hablar

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Por ello, la primera impresión que envuelve su obra es una sincera manera de simplificar lo que observa, de descartar lo superfluo, de ordenar y hacer resaltar en el espacio, sólo aquello que constituye la esencia escondida de su visión de los temas, y juega a componer el espacio con planos y manchas que se ven fortalecidas con algunas trazos potentes y seguros, moviéndose en ese territorio donde la figuración se esquematiza tanto que, a veces, figuración y abstracción comparten espacio a través de la desvanecencia de las formas y el color, evocando no sólo las formas, sino el sentimiento con el que la pintora se expresa. La sensibilidad de su espíritu y su capacidad creativa impregnan y respaldan todo su trabajo.

con la mujer pintora que había estado en París tres décadas y el conocer más a fondo su obra, me fascinaba; por otro lado, el temor de resultar molesta me inquietaba. Pero cuando me abrió la puerta esta mujer menuda, de aspecto apacible y tímido, de voz sosegada y ojos verdes de mirada directa, me tranquilicé. Me sentí tan bien que pronto comenzamos a hablar. Me llevó a su estudio –que está justo frente al piso donde vive- y comenzó a enseñarme su obra. El estudio es pequeñito pero con amplia luz y repleto de pinturas, muchas colgadas, otras metidas en cajas o apiladas en la pared. También me sorprendieron sus magníficas esculturas –cabezas y bustos- y los muchos libros de arte que pueblan las estanterías.

Sobre su proceso creativo, la pintora comenta que es muy simple porque es muy directo. Dice que es como su propia vida, sencillo, directo, sin planteamientos a priori. Ella se enfrenta al lienzo cuando lo tiene muy claro en su cabeza y se lo juega todo sin titubeos, sin dudas. Dice que suele salir a la primera, no tarda mucho en resolverlo. “Si no sale a la primera, lo dejo, no insisto porque siempre acabo estropeándolo”.

Magar, comenzó a sacarme pinturas y dibujos y, tanto en unas como en otros, se puede observar una gran libertad de tratamiento y frescura. Desde la obra más temprana, la pintora ha ido trazando un mapa propio, un discurso íntimo con sus temas, que resuelve con una sabia ordenación de manchas amplias y un lenguaje lleno de matices cromáticos de sobria y atemperada paleta. En toda su obra se observa la misma fuerza, la misma soltura, seguridad y poética que aspira a representar unas imágenes desprovistas de todo lo accesorio y lo ornamental.

Pese a ser una pintura directa y espontánea, Magar sabe muy bien de qué va la pintura, los entresijos de la misma. En su obra se observa el conocimiento y domi-

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ocasiones, una atmósfera serena y sugerente, a veces, cargada de melancólica tristeza; otras, es el empleo de la técnica del frottage: coloca el color para después frotar con un trapo, dejando mínima materia y limpiando hasta arrancar la luz del soporte y para que aflore la textura del mismo. Cuando utiliza esta técnica, emplea una gama de color casi monocroma en sepias. En los DIBUJOS, trabaja básicamente con la técnica seca del carbón, sanguina y sepia, reservando la luz del propio soporte con toques de goma. Estas diferentes maneras de trabajar, nos revela una versatilidad técnica que busca la expresión por encima de lo meramente representativo.

nio del dibujo, de la composición, del color, de la entonación, de la técnica, del sentimiento… Podría decirse que el lenguaje con el que expresa estos conocimientos, está dentro de un expresionismo donde la relación fondo, figura y color se interrelacionan buscando una síntesis formal capaz de expresar sus emociones. A la vez, todos sus temas están impregnados de una cierta calma y sosiego que no es más que reflejo de la personalidad de la pintora. Sus figuras, como ella misma, parecen salir de un ejercicio de interiorización del mundo que les rodea y lo plasma en el soporte material tal y como lo percibe. Desde el punto de vista TEMÁTICO, la figura es el principal eje de su obra, bien aislada, ensimismada en su mundo, relacionada con otras, retratos o introduciéndola en el paisaje y el bodegón –de los que tiene pocos, pero muy personales-. Magar, como se puede comprobar al ver su obra, es una apasionada de la figura humana, es difícil abstraerla de su universo plástico.

Y si hablamos del COLOR, es imprescindible referirse al instrumento que lo modula: la luz. Magar sabe modular e interrelacionar la luz y el color de manera que le permite construir el espacio de forma intuitiva, segura y espontánea. De esta reflexión surgen imágenes sugerentes, donde nada se revela con una nitidez exagerada y, por el contrario, nada se oculta bajo los tonos agrisados, azules, rojos, blancos… que emplea.

La TÉCNICA que utiliza en sus PINTURAS es, básicamente, el óleo. Una veces, trabaja con la materia que cubre sin excesos, empastes aplicados apropiadamente empleando el pincel ancho y dejando en el soporte colores sobrios y atemperados, creando, en

Analizando la obra desde el aspecto formal, es evidente, que el contacto de Magar con el movimiento artístico francés, la pintura flamenca y la italiana, calaron hondo en su formación. Como la propia pintora comen-

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colores cadenciosos y atemperados. Color austero y sobrio, que lo enriquece en tonos y que mueve y cambia integrando los espacios, como queriendo escapar de su propia realidad material.

ta, su estancia en estos lugares fue muy interesante y provechosa. Del conocimiento de las Vanguardias quizás tomara algunos de los rasgos más característicos de su estilo: la factura y el enérgico y seguro poder de síntesis que tiene en sus planteamientos plásticos, a lo que incorpora una sensibilidad tonal y un sereno lirismo que invade toda su obra.

Es la de Magar una obra que, sin embargo, no se deja dominar por las posibilidades de extender la mancha más allá de la estructura. Es decir, pese a que muchas de sus imágenes las somete a un cierto grado de independencia con respecto a la realidad objetiva, no deriva hacia la abstracción. Sus obras presentan temas que podemos leer inmediatamente, pese a la ausencia de detalles narrativos y matices anecdóticos.

Las pinturas de Magar, a mi modo de ver, parecen concebidas en un proceso de absoluta libertad y seguridad de tratamiento en donde la concatenación de manchas se inscribe dentro de una natural lógica compositiva, logrando una fluidez exquisita que le sirve para construir el cuadro. Podríamos decir que su pintura es de gesto, pero no de gesto arbitrario, sino sentido y muy bien articulado, sabiendo que ese gesto le permite construir de manera enérgica y espontánea. A la vez, esa manera de trabajar está envuelta en un gran sentimiento poético y de exquisita sensibilidad, que deja ver a las claras el interior de la pintora.

En definitiva, es una pintura expresada con aparente espontaneidad pero, sin lugar a dudas, fruto de la profesionalidad, del aprendizaje asimilado y de la reflexión pausada sobre su trabajo. Analizando la obra desde una perspectiva de género habría que señalar, que aunque mucha de los primeros trabajos de MAGAR son contemporáneos a la irrupción y experiencias de las artistas feministas de los años sesenta, setenta y ochenta, que lucharon por sus derechos y por su justa visibilidad, el arte de Magar no parece adscribirse a ninguno de los postulados feministas. Sin embargo, su obra tampoco responde ni

En sus trabajos al óleo, las manchas dan forma a la obra con una factura, en algunas ocasiones, bastante cubriente y directa; en otras, las veladuras en seco van enriqueciendo las manchas cromáticas, que son colocadas de manera compositiva y con las que juega, a veces, a crear vibraciones de luz sobre

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realización de la obra. El cuerpo de las mujeres se ha utilizado no sólo como medio de inspiración, sino como objeto de referencia plástica.

en temas, ni en el lenguaje formal, a lo que se esperaba tradicionalmente de la pintura hecha por mujeres. Me arriesgo a decir que Magar trabaja de forma tan natural y asumiendo su necesidad creativa que, en ningún momento, los roles impuestos por la sociedad machista le impiden pintar como sentía.

Será en el siglo XX, cuando el desnudo, representado ampliamente por los hombres, comienza a ser también abordado por las mujeres. Ahí encontramos a Magar, una pintora de capital de provincia, que ha ido construyendo su trayectoria plástica a través de sus propias intervenciones en las formas y en el lenguaje del arte con la representación del ser humano.

De hecho, el eje principal de su temática es la figura y el desnudo de mujer que, al contrario de los considerados temas menores –flores, bodegones, etc- el tema del cuerpo humano desnudo, ha sido altamente valorado y considerado un género mayor. Las mujeres artistas encontraron serias dificultades para poder practicar la pintura del desnudo, hasta bien entrado el siglo XX. No olvidemos que hasta la mitad del siglo XIX las mujeres no podían asistir a la Academia, lugar donde se realizaban los estudios de desnudos con modelos vivos. Por otro lado, la representación del desnudo es un vehículo para expresar sentimientos y sensaciones relacionadas con la sexualidad, por tanto, las mujeres no debían expresar esas emociones. Sin embargo, aunque en la historia del arte en términos cuantitativos, las mujeres no son reconocidas como creadora artísticas, sí han sido utilizadas como justificación de “inspiración”. Las mujeres siempre han sido musas, las que llevan al plano de lo divino la

Es cierto que la figura la representa no sólo aislada sino inserta en temáticas tradicionales, retratos, familia…donde se puede observar el contexto social que se vivía. Así tenemos los temas que titula Familia. Familia compuesta por padre-madre-hijos/as. Familia como núcleo y estado ideal en la sociedad. De hecho, de las cuatro obras que presentamos con esta temática: Campo, Familia azul, Familia y Familia en rojo, las posiciones de las figuras marcan los roles que tradicionalmente se han atribuido al hombre y a la mujer: hombre de pié detrás de la mujer, ésta sentada y con el niño o niña en su regazo, posiciones que nos indica el hombre protector, mujer en actitud recogida y pendiente de los hijos/as…Sin embargo, en Magar, se intuye

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unas actitudes que rompe ese sentido de familia de jerárquica rígida entre hombre y mujer, entre padres e hijos y se representa, tanto al hombre como a la mujer con actitudes de comunicación que no sólo acerca diferencias entre ambos, sino entre padre-hijo/a.

OBRA COMENTADA En la SERIE DE LOS MÚSICOS, se puede observar que las manchas se independizan de la tiranía del dibujo para formar su propio camino plástico. A partir de una sabia valoración tonal, Magar, emprende una reconstrucción de lo real que no es meramente descriptivo sino que trabaja con manchas evocadoras y sabiamente entonadas, dejando un color expresivo y sugerente. El óleo no se trabaja con excesivo empaste, sólo el necesario para proponer y sugerir, para cubrir y dejar transparencias y para que el color se enriquezca en matices y acampe, a sus anchas, por los espacios compositivos llenos de calma.

Otro de los temas para reflexionar es el dedicado a la bellísima serie sobre músicos que se ha seleccionado. En ella no aparece ninguna mujer, algo muy normal en una orquesta hasta hace relativamente poco tiempo. Los dibujos de desnudos de mujer, se podría pensar que reflejan a mujeres objetualizadas, a veces, en actitud sumisa, lánguida, con aire ausente, melancólico, acentuado por la posición de la cabeza. Asimismo, reflejan siempre la plenitud de la juventud del cuerpo y, en este sentido, responden a los roles que socialmente se adjudican a las mujeres. Sin embargo, hay un trasfondo en los desnudos de Magar que nos alejan de una mirada de sensualidad voluptuosa que se centra en resaltar sólo la belleza física; algo que, generalmente, se ve reflejado en muchos de los desnudos que han sido mirados por artistas hombres.

En la serie de músicos, de la que podemos ver en este catálogo cinco obras en algunas páginas más adelante, vemos unos cuadros, cuya composición gira alrededor del eje del instrumento musical: el violín, el laúd, el violonchelo, el bajo… Y en las figuras, Magar se toma la libertad de cortarlas por donde le interesa para dar primacía al instrumento y a las manos que forman un todo. Las “manos” en Magar, son algo característico de sus figuras. Les da mucha importancia no sólo a nivel de dibujo, sino a nivel simbólico, por ello, las idealiza, las magnifica en sutiles y cadentes movimientos. Generalmente, las trabaja con leves y

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En el cuadro titulado COMPOSICIÓN (Fig.2), no está claro si el motivo principal son las figuras o el frutero que centra dicha composición. En el primer término, y a contraluz, dos esquemáticas figuras extienden sus brazos para enlazar sus manos. La curva que forma el gesto de los brazos, enmarca el bodegón compuesto por un bellísimo frutero blanco con manzanas rojas sobre un mantel, también, blanco y al fondo un paisaje tocado levemente. De nuevo, Magar establece esa sabia relación entre mancha y composición, entre figuras y fondo, que no sólo generan un espacio contemplativo y sugerente, sino un diálogo lleno de complicidad entre las dos figuras.

sinuosas manchas que, a veces, refuerza con algún trazos como queriendo sujetar la mancha. El resultado es siempre de gran belleza y sensibilidad. En estos cuadros, como en la mayoría de su obra, Magar, plantea un incesante diálogo entre las figuras y el fondo, entre el trazo y la mancha, entre lo preciso y lo desdibujado, sin perder de vista en absoluto, su personal concepción del cuadro. En realidad la artista adopta una cierta complicidad con sus figuras y parece transitar con comodidad por sus mundos. En la obra titulada Familia (Fig.1), la composición casi en círculo, gira en torno al movimiento del cuello de la madre que engarza con la cabeza del padre, continúa en la mano que apoya en el hombro de la niña y se cierra en la mano de ésta que levanta sujetando un objeto. Toda una simbología de acercamiento, de recogimiento y complicidad entre los personajes muy diferente a las representaciones del mismo tema que hacen otros/as artistas.

Y, como en todas sus obras, Magar sintetiza, corta las figuras, valora tonos, refuerza un punto de luz…, todo, en pos de una equilibrada y bellísima composición, que se ve reforzada por una gama sosegada de grises azulados y algunos toques de rojos acarminados en la línea de horizonte. Técnicamente se ha empleado el óleo de empaste ligero y el color está trabajado con veladura. El resultado un trabajo de gran lirismo.

La composición se resuelve a base de manchas cromáticas y veladuras, muy entonadas en gamas frías, reforzadas por trazos que dirigen las formas y estructura con seguridad un sólido dibujo.

En los RETRATOS (Fig.4-8), sin embargo, Magar está algo más sujeta, quizás debido a la búsqueda del pare-

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cido. No obstante, su manera de trabajar sigue manteniendo las mismas características: Síntesis, tratamiento.

DIBUJOS Entre sus obras más características están los dibujos de desnudos femeninos, en sepia, sanguina y blanco y negro, algunos de los podemos ver las imágenes reproducidas en este catálogo algunas páginas más adelante. En los dibujos se descubre una pintora muy segura que se expresa con un lenguaje algo más gestual, decidido y con carácter propio. A veces la mancha es la protagonista del tema, otras, se ve reforzada con trazos enérgicos.

A MONSIEUR HACHETTE (Fig.3) lo retrata en actitud serena y composición atrevida. La belleza y la delicadeza cromática del cuadro, en absoluto se ven mermadas por ese encuadre en el que la parte superior de la cabeza ha sido cortada, igual que un hombro y brazo. El resultado es el mismo, el sabio conocimiento de la composición, de la entonación, de la relación fondofigura-color y, nuevamente, la mano en primer término, adquiriendo tanto protagonismo como el rostro. Una mano apenas esbozada a base de manchas ligeras de empaste y trasparentes de color. Llama la atención el delicado cromatismo del rostro y de la camisa blanca, ambas partes trabajadas a base de veladuras y manchas integradas perfectamente con el color del fondo. El retrato está trabajado con tanta soltura y seguridad que parece abocetado, sin embargo, no necesita nada más para darnos cuenta que es una magnífica pieza. Es, simple y llanamente la manera de trabajar Magar: expresar lo máximo con los mínimos elementos posibles.

Figuras desdibujadas insertas en atmósferas sombrías y sobrias que parecen detenidas en el tiempo, muy construido e intencionadamente desdibujado, lo desdibuja a base de manchas amplias y toques sugerentes que nos introducen en su universo ensimismado y poético. El tema central de sus dibujos es la mujer. En su mayoría son desnudos en diferentes poses y ambientes y en los que el carbón, la sanguina, la sepia y la luz que a autora reserva del propio soporte, estructuran las amplias manchas que a veces, se sujetan y apoyan con trazos seguros y sueltos. Son dibujos que irradian serenidad y sosiego, llenos a su vez de movimiento, de riqueza en cuanto a su composición y sentimiento.

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Nos adentra en un mundo de sugerencias que emanan de la ambientación en la que inserta las manchas, el color y los trazos, unos independientes, otros uniformes, pero todos, caracterizados por un color que imprime carácter a la obra de la artista. Mediante la técnica seca del carbón, sanguina, sepia se articula un buen dibujo de gesto decidido y expresión sincera, alejado de los convencionalismos académicos, que parece impensado pero que es fruto de mucho tiempo de trabajo y de experiencia.

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Breves notas biográficas Por Teresa Ortega Ruiz

1928. María García González, MAGAR, nace en Jaén. Desde niña siempre ha necesitado dibujar y pintar. Ha sido una necesidad, una vocación, algo que tenía que hacer y transmitir, algo que sentía con emoción. Al finalizar el Bachiller se marcha a Sevilla.

En Sevilla conocerá a los grandes pintores andaluces y españoles del siglo XVII, a los que admira profundamente. Pero no olvidemos que, por estos primeros años de la década de los 50, en España comenzaban a aparecer nuevos intereses artísticos, nuevas motivaciones y nuevos nombres en el escenario de las artes. El peso del Informalismo jugaba ya un papel muy importante, sobre todo, dentro del ámbito artístico catalán, representado, básicamente, por el grupo “Dau al Set” cuyos componentes procedían del Surrealismo.

1951. Culmina su sueño: ingresar en la Escuela Superior de Bellas Arte de “Santa Isabel de Hungría” de Sevilla. Concluyendo los estudios en 1956, con un expediente excelente. De este tiempo de aprendizaje en la Escuela Superior, MAGAR recuerda que tuvo muy buenos profesores; especial para ella fue Don Miguel Pérez Aguilera, al que le agradece su enseñanza; de él, dice, aprendió todo lo que sabe sobre dibujo. Como alumna de Bellas Artes, ganó una Beca de Paisaje que disfrutó en Granada.

Cuando termina los estudios, la pintora dice que se llevó como regalo, el afecto del profesorado y de compañeros y compañeras, con muchos de los cuales continúa una relación de amistad hasta hoy. Paralelamente a los estudios de Bellas Artes cursa, también, la carrera de Magisterio.

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Francia sino en otros países europeos como Bélgica e Italia en los que vivió algún tiempo.

PARÍS. 1957-1989. Terminados los estudios de Bellas Artes, decide trasladarse a París, desea conocer en persona ese mundo artístico del que había oído hablar. Instalada en esta ciudad, Magar disfruta de la estrecha convivencia y el estimulante intercambio de ideas y entusiasmo con los compañeros de “L´Académie de la Grande Chaumiére” y “L´Ecole des Beaux Arts” –donde trabajó la figura humana y la pintura al fresco, respectivamente-. En ambos centros continuará su formación.

Nombres como el de Fernando Botero, Pierre Jerôme, Ives Brayer, Chistiane Foches, Mac Avoy, Victor Feltrin, P. Pradillo, Cristine Roubalcabar, Jean Guitton (filósofo y pintor), Henri Colin, M. Jeanne Delsol, entre otros, frecuentaban esas tertulias sobre arte. Todavía, se iluminan los ojos de la pintora cuando recuerda a algunos compañeros de esos años. Aún hoy, sigue manteniendo viva la amistad y la relación con algunos de ellos, y recibiendo el afecto y cariños que le manifiestan con el ramo de flores que, años tras año, recibe el día de su cumpleaños.

La “Grande Chauminère”, en el Montparnasse, fue una de las escuelas de arte, fundada en 1904, más famosas de París y por ella pasaron todos los grandes nombres de la pintura contemporánea francesa y extrajera. Fue un lugar de encuentro donde muchos artistas exponían sus teorías artísticas. En este centro, Magar dibujó incansablemente, es aquí donde adquiere un gran bagaje que transmitirá con seguridad y fuerza en toda su obra.

También realizo importantes trabajos y participó en algunas exposiciones colectivas en Francia. Fue en París donde realizó su primera exposición individual. Asimismo frecuenta el atelier de un escultor, allí trabajó las formas, los volúmenes y la magia del barro, la piedra y la madera. La escultura le apasiona y durante un tiempo dudó si dedicarse a la escultura. De hecho, tiene bastante obra, bustos, cabeza. Pero según MAGAR su obra más importante está en Málaga, en una iglesia de la Institución Teresiana -Cañada de los Ingleses 4-, a la que ella pertenece. Otras esculturas quedaron

Durante este período tuvo la ocasión de conocer a muchos artistas que frecuentaban reuniones, se conversaba sobre arte e intercambiaban experiencias. MAGAR, no sólo asimilaba lo que se estaba haciendo en

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ITALIA. Se le encargan unos frescos para una villa italiana. Durante su estancia en Roma estudiará la pintura del Renacimiento italiano.

en París, Bélgica y en el Vaticano (recoger a modo de anécdota, que una de sus escultura fue regalada a Pablo VI; parece ser que le gustó tanto que hizo llamar a la escultora para conocerla).

VUELTA A JAÉN

1966-1971, es nombrada Directora de los Talleres de Cerámica y Esmalte en la Residencia Universitaria Du Dôme de París.

Aunque grata, dice la pintora, fue muy dura desde el campo artístico, pues se encontró un panorama poco interesante. En París dejé un ambiente y un grupo de pintores y escultores que no había aquí. Poco a poco fue adaptándose y encontrando artistas de Jaén a los que, dice, agradece su acogida.

1970-1978 imparte clases de dibujo en el Liceo Español de París. Etapa fructífera desde el punto de vista humano y pedagógico. Aquí enseña en un ambiente intercultural entre los que se encuentran hijos de españoles y de franceses.

A pesar del relevo que iba tomando América artísticamente, la capital francesa todavía atraía y alimentaba a intelectuales, pintores y escultores del mundo entero y como, ha de suponerse, Magar, pudo conocer y observar de cerca aquellas míticas vanguardias y las nuevas tendencias que, sin lugar a duda, contribuyeron a ampliar sus conocimientos y a traerlas como bagaje en su mente de vuelta a casa, a su Jaén natal, donde, desde entonces, sigue trabajando incansablemente

1978-1982 imparte cursos de formación artística en Residencia Universitaria Du Dôme de París. 1982-1984 imparte cursos de formación artística en el Centro Cultural Les Marronniers de París. BÉLGICA: 1964-1966. En este país continúa su formación. Se acerca a la pintura flamenca y la conoce a fondo. Durante tres años estuvo, también, impartiendo clases de Dibujo y Modelado en una Residencia Universitaria de Louvain.

En el 2006 el cabildo de la catedral de Jaén le encarga un cuadro del Padre Poveda de grandes dimensiones, ha sido colocado en la capilla de Santa Teresa

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En España su labor docente también es importante. Ha impartido cursos de formación artística al profesorado en ciudades como Madrid, Oviedo Valencia, Ávila, Santiago de Compostela, Linares (Jaén) y en Granada.

1977 PARÍS, Embajada de España, Sala “Arte al día” JAÉN, Sala Del Castillos,

La expresión artística de Magar es sobre todo la pintura, pero tiene obra escultórica de gran importancia Como pintora su obra ha sido presentada en numerosas exposiciones individuales y colectivas en Francia, Bélgica, Italia y en España en Jaén, Cádiz, Ávila, Málaga, Sevilla y Badajoz.

1982 BRUSELAS (Bélgica), Witerthur Center

Tiene obra en Chile, Brasil, Inglaterra, Roma y Francia.

1994 ITALIA Poggio Mirteto, Centro Cultural “Villa Marine”

1980 ALGECIRAS, Sala del Casino 1981 LINARES (Jaén) Sala Municipal de Cultura 1983 FRANCIA (Noguent-sur- Marne), Casa de la Cultura 1986 JAÉN, Sala de arte Club 63 1990 JAÉN, Centro Cultural Miguel Castillejo

EXPOSICIONES

2001 ALMENDRALEJO (Badajoz), “Vinexa”

MAGAR, a lo largo de su trayectoria artística ha realizado un gran número de muestras individuales y colectivas y ha sido galardonada por su quehacer artístico en varias ocasiones.

EXPOSICIONES COLECTIVAS

2002 JAÉN, Sala de Exposiciones de La General

1976 FRANCIA, XII Gran Premio Internacional de La Côte D´Azur (Diploma de Honor)

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

1978 PARÍS, FPS, Museo de Luxembourg PARÍS, Sala Goya FRANCIA (Enghin Les Bains), Salón Nacioal de bellas Artes

1973 ROMA 1975 BÉLGICA, Leuven

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1979 LINARES, (Jaén), Sala Eduma

1998 JAÉN, II Cetamen “Tacena de Pintura”, Sala de Exposiciones de La General

1980 ALGECIRAS (Cádiz), Hotel Cristina “Club de los Leones”

2000 JAÉN, “Los sin techo”, Centro Cultural “Miguel Castillejo” JAÉN, Exposición Diocesana de Artistas Giennenses Contemporáneos, con Motivo del Año Jubilar 2000. Centro Cultural “Miguel Castillejo” JAÉN, “Aproximación a las Artes Plásticas Giennenses e el umbral del Siglo XXI”. Museo Provincial de Jaén

1981 ÁVILA, Sala de Exposiciones Caja de Ahorros de Ávila 1983 FRANCIA, Rosny Sous Bois, Centro “Jean Vilar” 1984 JAÉN, Sala Galerías Preciados. (Primer Premio) FRANCIA, Rosny Sous Bois, Centro “Jean Vilar

2004 JAÉN “1 fotógrafo, 18 pintores”, Sala de Exposiciones Caja Granada

1985 FRANCIA, Trouville Deuville, XXV Salón “Des Léopards” JAÉN, Premio Jaén, Club 63 (Primer premio)

2005 TORREDELCAMPO (Jaén), “1 fotógrafo, 18 pintores” ÚBEDA (Jaén), “1 fotógrafo, 18 pintores” JAÉN, “Jaén por Asia”, Casa Almansa

1987 PARÍS, Grand Palais, Salón des Independants JAÉN “Premio Emilio Ollero”, Palacio Provincial

2007 JAÉN, “Mujeres creadoras-creadoras Mujeres”, Sala de Exposiciones de Caja Jaén

1988 FRANCIA (Fleurs), Château Fleurs JAÉN, Exposición “Emilio Ollero”, Palacio Provincial

2009 JAÉN, “Magar-Nicolás Sánchez Cubillo”, Sala de Exposiciones Caja Granada

1989 FRANCIA (Brecey), Château de Logis 1991 MÁLAGA, Palacio del Marqués de Deniel 1992 SEVILLA, Paraninfo de la Universidad 1995 PARÍS, Centro Cultural “Dôme”

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Pintura


S / T. Ă“leo sobre tela. 81 x 116 cms.



S / T. Ă“leo sobre tabla. 23 x 31 cms.



S / T. Ă“leo sobre tela. 100 x 72 cms.



S / T. Óleo sobre cartón. 47 x 39 cms.


S / T. Ă“leo sobre tela. 94 x 75 cms.


S / T. Ă“leo sobre tela. 51 x 101 cms.



S / T. Ă“leo sobre tela. 52 x 66 cms.


S / T. Ă“leo sobre tela. 72 x 90 cms.


S / T. Ă“leo sobre tela. 67 x 57 cms.




Dibujo


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 30 x 32 cms.



S / T. Carboncillo sobre papel. 65 x 50 cms.



S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 65 x 50 cms.



S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 50 x 65 cms.



S / T. Carboncillo y sepia sobre papel. 65 x 50 cms.



S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 33 x 50 cms.



S / T. Carboncillo sobre papel. 65 x 50 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 50 x 65 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 65 x 50 cms.


S / T. Carboncillo sobre papel. 32 x 48 cms.


S / T. Carboncillo sobre papel. 32 x 48 cms.


S / T. Carboncillo sobre papel. 48 x 32 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 32 x 48 cms.


S / T. Carboncillo sobre papel. 32 x 48 cms.


S / T. Carboncillo sobre papel. 32 x 48 cms.


S / T. Carboncillo sobre papel. 32 x 48 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 65 x 50 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 50 x 65 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 48 x 32 cms.


S / T. Carboncillo y sanguina sobre papel. 40 x 31 cms.





MAGAR

es María García


MAGAR

es María García


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